La última semana aún se repetía en la cabeza de Arnold una y otra vez, sentía que aún no tenía claridad del todo pero al menos ahora tenía un plan, ya un par de cosas eran claras, le gustaba Helga, no, amaba a Helga, la amaba de quizás hace cuanto, aún no terminaba de entender desde cuanto tiempo ese sentimiento existía en su corazón dormido, pero sabía que no era nuevo, simplemente no se había dado cuenta que estaba ahí. Eso era una cosa, la otra era que Helga lo amaba, tiempo pasado, o quizás presente, eso aun no lo tenía del todo claro. Finalmente sabía que ella estaba con alguien más, que no podía permitir que Helga se enamorara de Dinn y que tenía que recuperarla lo antes posible. Ahí es donde entraba su plan, que en verdad más que un plan era un intento desesperado por sentir que estaba haciendo algo.
Debía conocerla, cada detalle de ella, las ultimas discusiones que habían tenido desde que empezó a salir con Dinn era sobre que Arnold no la conocía realmente, que Dinn la podía ver de verdad, así que lo único que podía hacer Arnold en ese momento era convencer a Helga de que él la veía con la misma claridad que Dinn. Para lograrlo lo primero fue ir a la Banquetera, saber que música le gustaba a ella y que ambientes concurría debía servir de algo. Tenía la ventaja también de conocerla desde que eran niños así que entendía sus dinámicas familiares, sus problemas con su hermana mayor Olga y la forma en la que se relacionaba con su mejor amiga Phoebe. Todo el resto era algo que estaba dispuesto a descubrir.
Durante esa semana intento prestar especial atención a Helga en la escuela, intentar conversar mucho con ella era una tarea que se había probado poco fructífera, pero estaba determinado. Aun además le quedaba practicar la presentación audiovisual del proyecto de historia y contaba con ese tiempo para poder conversar bien con ella.
Pese a todo Arnold se sentía optimista, sabía que debía estar triste y decaído ya que había terminado su relación con Lila hace apenas una semana, sin embargo ni él ni Lila parecían especialmente afectados. Arnold termino de convencerse que su relación que Lila llevaba tiempo sin tener sentido, si es que alguna vez lo tuvo.
Esa tarde de viernes iba a escuchar su nuevo cd y quizás se animaba a ir a la Banquetera nuevamente, contra todo pronóstico le había gustado mucho ese lugar, estaba por llegar a su cada cuando ve estacionada frente a la Casa de Huéspedes una moto que le resultaba incómodamente familiar.
–Te estaba esperando– Arnold se sobre salto un poco al escuchar a Dinn y paró en seco antes de acercarse un poco más – Tranquilo, no vengo a darte una paliza, o cualquier cliché que tú mismo te hayas convencido que es real sobre mi–Río Dinn– Aunque si soy honesto creo que te mereces una paliza– Soltó una carcajada que Arnold no respondió– Es broma, es broma… ¿Podemos hablar?
–¿Hablar? ¿Sobre qué?
–Bueno, la verdad tú y yo no tenemos muchos temas en común, creo que no es difícil imaginar a que vine– Se miraron en silencio varios segundos – Me lo debes
–¿Te lo debo? – Preguntó Arnold sorprendido
–¡Claro! Te confiesas a mi novia, vienes a nuestro lugar a prácticamente coquetearle…vamos… creo que al menos me debes una conversación– Arnold bajo la vista, la verdad estaba tan ensimismado en este nuevo sentimiento descubierto por Helga que no se había detenido a pensar en cómo estaba quedando como un idiota pomposo, Dinn tenía todo derecho de estar molesto
– Lo siento
–¡De eso nada! – Sonrió Dinn– Si lo sintieras no estaría aquí, si yo creyera que no volverías a hacer algo como eso no me habría molestado en venir. Pero no tienes ninguna intención de dejar de hacer lo que estas haciendo ¿o me equivoco?
–No– Respondió de forma seca Arnold, Dinn le sonrío
–Entonces creo que al menos me puedes conceder una charla ¿No me invitaras a entrar? Todos dicen que eres tan educado… esperaba al menos un poco más de modales– Arnold no sabía si sentía miedo, o celos o inseguridad, pero estaba totalmente incomodo con ese encuentro. Se acerco a la puerta y la abrió
–Vamos a la terraza– Dinn lo siguió a su cuarto y luego a la terraza del techo
–¡Vaya! Este es un excelente lugar el que tienes aquí– Sonrío –Pero la verdad no vine a hablar eso
–Me lo imagine
–¿Sabes? Te imaginaba más agradable… eres bastante famoso, haz hecho varias cosas por mucha gente así que es difícil existir en esta ciudad sin saber de ti… te imaginaba más agradable– Arnold se lo quedó mirando sin decir nada
– Disculpa por no ser especialmente alegre con la persona que esta saliendo con…– Arnold se detuvo
–Con la chica que te gusta– Respondió Dinn por él– Lo entiendo, tampoco me caes muy en gracia por lo mismo
–¿A que viniste? ¿A amenazarme? ¿A decirme que deje en paz a Helga o sino? – Arnold intento parecer sereno pero la verdad es que se moría de miedo, Gerald le había advertido varias veces que eso pasaría, y él había asumido que eventualmente vendría Dinn a enfrentarlo sin embargo no esperaba que quisiera conversar, de las pocas veces que imagino ese momento siempre creyó que Dinn le daría una paliza y luego se iría
–No, a nada de eso… Es decir, honestamente en encantaría que no existieras en la vida de Helga y todo eso, pero es su vida y no es mi lugar prohibirle a nadie, aunque eso signifique…–Dinn se detuvo en seco y bajo la vista–Da igual, no vine a amenazarte
–¿Y entonces?
–Solo quería conocerte, intento entender quién eres y porque Helga…–Nuevamente se detuvo
–¿Me ama? –Dinn frunció el ceño y resoplo
–Amaba– Corrigió– Tiempo pasado
–¿Y a ti? ¿Te ama? – Arnold sintió que no podía respirar, tenía menos miedos de Dinn ahora que de su respuesta.
–No aun, pero después…. Tiempo futuro–Una sonrisa triste se dibujó en el rostro de Dinn– En verdad me gusta ¿sabes? Desde el primer minuto, desde que la vi, no puedo dejar de pensar en ella. Fue tan saber quién era, esa fachada dura ocultando el alma gentil de un artista, un amor no correspondido, las ganas de conocer más… siempre lo vi, desde el inicio– El chico le dedico una mirada que Arnold no logro descifrar– Y siempre ha sido una frustración para mí que ella te quiera tanto cuando tú nunca le has tomado la importancia que tiene, todos dicen que eres un buen chico, excepcional y todo eso, pero te veo y solo veo a alguien más del montón, no estas a su altura y espero que lo sepas
–¿Y tú si? – Dinn negó con la cabeza
–Pero al menos yo entiendo que no lo estoy – Rio– ¿Sabes lo frustrante que es saber que una de las personas más asombrosas que has conocido se pasó su vida idolatrando a alguien que nunca la vio como algo más que una simple brabucona? Cuando la conocí tu apareciste, no se si recuerdas, querías defenderla y ella te grito que no necesitaba ayuda, en ese instante lo supe
–¿Qué cosa?
–Que ella estaba loca por ti–Río sin ganas, Arnold no terminaba de entender ¿Cómo se pudo haber dado cuenta de algo que el ignoro por tantos años?
–¿Qué? ¿Cómo?
–Te vio y se le relajaron las facciones, por un instante, luego se forzó a responderte mal, era casi cómico el esfuerzo que hacía para fruncir el ceño y fingir que no tenía las mejillas totalmente enrojecidas… si soy honesto sentí celos ahí mismo, era lo más adorable que había visto y tú, el receptor de todas esas emociones, ni siquiera te dabas por aludido– Arnold se quedó en silencio sin saber que decir, ahora que Dinn lo decía podía reconocer ese momento y tantos otros, como Helga siempre tenía las mejillas sonrosadas cuando le hablaba, como le cambiaba la mirada por una fracción de segundo ¿Cómo Dinn lo vio en un instante cuando él no pudo notarlo en una vida?
–No… no lo había notado
–Lo se… por eso me frustra tanto… quería conocerte porque sentía que si eras alguien extraordinario entonces todo esto iba a tener sentido, pero solo eres un chico de dieciséis años como tantos otros…– Dinn no lo dijo en tono de ofensa, sin embargo Arnold no se tomó a bien el comentario– Así de estúpido e impulsivo es el amor ¿No crees? A veces ni siquiera hay razones ni motivos… Si le preguntara a Helga porque le gustas no creo que lo sepa realmente, y de igual forma sé que si te pregunto a ti lo mismo no sabrías que responderme… porque no se gustan porque haya motivos, ni porque tenga sentido, solo se gustan…¡Que frustrante! – Resopló Dinn– ¿Cómo compito contra eso? – Rio sin ganas– De alguna forma sé que ya perdí… a Helga le gusto porque somos parecidos, porque tenemos gustos similares, porque somos artistas y podemos entender la horrible vida familiar del otro, hay un sinfín de porques… Y uno creería que eso es más importante, que tiene más peso, pero siento que estoy dando una batalla perdida –Rio nuevamente– Pero eso no significa que no vaya a dar la batalla ¿Entiendes lo que digo Arnold?
–Creo…–Respondió, aunque le costaba seguirles el paso a las ideas de Dinn– También voy a dar la batalla
–Espero que lo hagas– Sonrío– Porque si me toca perder, espero que al menos sea alguien a quien le importe
–¡Me importa Helga! – Arnold respondió en un sobresalto–Quizás me costó darme cuenta, y quizás solo sea un chico corriente pero…
–Pero por fin te diste cuenta que te gusta– Interrumpió Dinn
–¡No! –Arnold lo miro firmemente– La amo – El rostro de Dinn palideció de un momento a otro, su semblante tranquilo desapareció y dejo ver un gesto de real preocupación
–Ya veo– Dijo de forma seca– Me tengo que ir, creo que dije lo que quería decir y…– No continuo la frase. Cuando estaba a punto de bajar para marcharse se volteo a Arnold y le dijo– Por cierto, mañana tu y Helga se juntarán para terminar el trabajo de historia, ya hable con ella y estaré ahí… no soy una persona celosa, y sé que no me vas a creer pero fue idea de Helga
–Nos vemos mañana entonces– Respondió Arnold antes de que Dinn desapareciera de su vista.
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–¡La ama! – Los pensamientos de Dinn iban a mil por hora, sentía que el corazón se le hundía y no podía respirar –¡La ama! – Se volvía a repetir en su cabeza una y otra vez mientras se subía a su moto ¿Qué pasaba si Arnold le decía ¿Podría Dinn de verdad no contarle aquello?. Helga la eterna romántica, la chica que soñaba con su historia perfecta de amor desde quizás cuando, y ahí estaba, el gran final, su primer y verdadero amor por fin era correspondido ¿Podía el meterse en medio? El corazón le retumbaba en los oídos mientras veía las calles pasar a gran velocidad. ¿Lo correcto no sería dar un paso atrás? Eso debería hacer si realmente la quería pero….
–¿Dinn? – Clint lo miro desde la ventana de su habitación en el segundo piso– Creí haber escuchado a "Hermosa" ¿Qué haces aquí? – Vio entonces el rostro de funeral que llevaba su amigo– ¡Sube! – Dinn se bajó a tropezones de su moto y subió corriendo a la habitación de su amigo, apenas la puerta de la alcoba se cerra tras de él las lágrimas empezaron a caer descontroladas por sobre sus mejillas– ¿Paso algo con Helga?
–No aun– Logro decir a duras penas el joven
–¿De que estas hablando?
–No se qué hacer Clint… yo– Dinn se cubrió el rostro con sus manos– Estoy tan estúpidamente enamorado de Helga amigo, estúpidamente…–Dinn dio un respiro y se sento en el piso escondiendo su rostro entre sus rodillas– Y solo quiero que sea feliz…
–Pero Dinn eso es algo bueno… ustedes están juntos ¿Cuál es el problema?
–¿Qué pasaría si sé que ella seria más feliz con alguien más?... ¿Qué es lo que debo hacer amigo? ¿Pelear por nuestra felicidad o la de ella? … ¿Y si le estoy robando su gran historia de amor?
