La Oficina del Director estaba ubicada en el piso más alto de la torre, Él director Osmond, actual director de la Academia de Magia, se encontraba sentado con los codos apoyados sobre su escritorio, luciendo bastante cansado mientras sacudía su cabellera y su barba blancas.
La señorita Longueville, la secretaria del director. Presentaba el informe sobre el incidente ocurrido en el aula de segundo año. Ella era una joven mujer de cabello verde y ojos avellanas, también usa lentes de montura.
—La reciente detonación ocurrido en la clase de magia de tierra de la Señora Chevreuse, fue a causa de un hechizo de transmutación de un estudiante que salió mal. La causante fue-
—Ahhh. No es necesario que me digas su nombre… ¿Fue la hija mas joven de la Familia Vallière?
—Bueno, es una estudiante cometiendo algunos errores.
El director soltó un suspiró.
—Algunos errores es por decir poco, pero con este… ¿Cuántos ya van siendo? —Preguntó el director, detrás de su secretaria, con la mirada clavada en su trasero.
—Um… Viejo Osmod. Podría dejar de actuar como un viejo indefenso para acosarme sexualmente —Pidió Longueville, bastante irritada por el comportamiento del Director.
—¿Qué estás diciendo? Alegrar a tu superior es parte de tu trabajo, ¿no es asi? —Dijo el Director, tocandole el trasero a la mujer.
Las cejas de la señorita Longueville temblaron.
—Viejo Osmond.
—¿Qué sucede?
—La próxima vez que haga eso, lo reportare al palacio.
—¡Jumh! ¡¿Crees que sería el director de esta Academia si tuviese miedo al Palacio todo el tiempo?!
Los ojos del director Osmond brillaron al gritar eso con enojo, esa fue una demostración impresionante, totalmente inesperada de un viejo que poseía un aspecto frágil.
El viejo Osmond sin duda alguna comenzó a acariciar el trasero de la señorita Longueville, la señorita Longueville no menciono una sola palabra, pateo a su jefe.
—¡Lo siento! ¡Detente! ¡Ouch! ¡No lo volveré a hacer, de veras!
El viejo Osmond se cubrió su cabeza, la señorita Longueville respiraba con mucha dificultan mientras continuaba pateando al viejo.
—¡Ouch! ¡¿Cómo puedes tratar a una persona mayor de este modo?! ¡Hey! ¡Ay!
Este momento tan 'tranquilo' fue interrumpido por una repentina intromisión. La puerta fue abierta de golpe y un Colbert apresurado ingresó.
—¡Disculpe, viejo Osmond!
Colbert se quedo perplejo al ver al viejo Osmond en el suelo mientras la señorita Longueville pisaba con fuerza la espalda del viejo.
—Este… ¿interrumpo algo?
—Oh, no del todo. El viejo Osmond le dolía la espalda y yo solo le estoy dando un masaje~ ya sabes, cuidar de su salud es parte de mi trabajo~
—Ehh claro…
La señorita Longueville había regresado a su escritorio, sentada como si nada de eso hubiese pasado, el director Osmond tenía sus brazos detrás de él y dio la vuelta para mirar al visitante con una expresión seria, esta fue sin duda alguna una rápida recuperación.
—¿Que se le ofrece señor… Cual era tu nombre?
—Es Colbert —Respondió el hombre, sudando un poco—. Quiero que vea esto, señor.
Colbert le entregó a Osmond el libro que había leído anteriormente.
—Este es el libro sobre 'Los Familiares del Fundador Brimir' ¿No es cierto? ¿Aún sigues de aquí para allá desenterrando libros de literatura antigua como esta? Si tienes tanto tiempo para hacer eso, ¿por qué no piensas en alguna manera mejor para cobrar las cuotas escolares de esos nobles flojos?
—Por favor échele un vistazo también a esto
Entonces Colbert le entrego un dibujo de las runas de la mano izquierda de Yuji. En el momento que en vio eso, la expresión de Osmond cambio completamente y sus ojos tomaron un solemne brillo.
—Señorita Longueville, ¿quiere usted disculparnos?
La señorita Longueville se levantó y abandono la habitación, Osmond empezó a hablar únicamente después de confirmar que ella se encontraba debidamente afuera.
—Explíqueme esto detalladamente, Señor Colbert.
Justo antes de la hora del almuerzo, fue cuando finalmente terminaron de ordenar el salón de clases el cual Louise había convertido en un desastre y como castigo había quedado prohibido utilizar magia para limpiarlo, por lo cual se habían tomado un tiempo considerable para terminarlo. Pero nuevamente, como Louise no podía realizar la gran mayoría de los hechizos, eso realmente no le afectaba en absoluto.
Habiendo finalizado la limpieza, Louise y Yuji emprendieron camino hacia el comedor para el almorzar.
—No puedo creer que pudieras arreglar tu uniforme con magia… —Murmuro Yuji de mal humor, nuevamente traía puesta su camisa.
—¿Que esperabas? Te fuiste corriendo como un idiota antes de que pudiera decirtelo —Dijo Louise, irritada.
Yuji gruño molesto, apretando su puño. Después de todo, fue por la culpa de Louise de que él hubiese tenido que realizar todas aquellas labores manuales en ese momento. Fue Yuji quien cargo el cristal de la nueva ventana, fue él quien movió todos esos pesados escritorios y por supuesto que fue él quien había limpiado el hollín del salón con un paño, todo lo que había hecho Louise era limpiar unos cuantos escritorios y de muy mala gana mientras lo hacía.
—¡Tengo que dormir en el piso, me da de comer comida horrible, me trata como un perro y ni las gracias me da…!—Yuji había llegado el límite de su paciencia—. Oye, quiero hablar contigo un momento.
—¿No puedes esperar? ¡Tengo mucha hambre por todo lo que tuve que hacer!
—¿¡Y yo que!? ¡Tuve que limpiar todo TU desastre! ¡Me das de comer porquería! ¡Me tratas como si fuera un perro!
—¡Me importa un comino lo que pienses! ¡Tu eres mi maldito familiar y tu deber es obedecerme!
—¡Te equivocas! ¡Un familiar es un compañero, alguien que te apoyara y te protegera! ¡No alguien a quien puedas ordenarle todo lo que se te de la gana! ¡No pienso tolerar este tipo de trato!
Luego de decir eso, Yuji dio media vuelta y se fue en dirección contraria. Louise chasqueo su lengua, irritada.
—¡Bien! ¡Haz lo que quieras!
Después de eso, Louise se fue al salón de Alvíss. Ella miro por encima de su hombro, mirando la espalda de Itadori alejarse, chasqueo la lengua y siguió caminando.
*Grrrr~*
El estómago de Yuji gruño. Un suspiro salió de sus labios, agachado al pasillo que conduce al salón de Alvíss.
Nunca se había sentido tan hambriento como ahora, pero no se arrepentía de decirle todo eso a Louise, debía de dejar en claro que el no era un esclavo.
—Aunque debí decirselo después de comer…
—¿Le ocurre algo?
Yuji levanto la cabeza para ver de donde provenia esa voz, vislumbro a una chica de aspecto normal en traje de sirvienta llevando consigo una gran bandeja de plata, mirándolo concentradamente, su cabello negro estaba arreglado cuidadosamente con una cinta.
—Ah, no. Estoy bien —Murmuro Yuji, agitando su mano izquierda.
—Oh, usted debe ser el familiar de la señorita Vallière ¿correcto?
—Si, ¿como lo sabes?
Ella sonrió y señalo las runas en la mano izquierda de Yuji.
—Todo el mundo ha estado hablando de un plebeyo que se convirtió en familiar de la señorita Vallière.
La chica sonrío dulcemente, esa era la primera sonrisa despreocupada que Yuji había visto desde que había llegado a ese mundo.
—Y… ¿Tambien eres una maga?
—Oh no para nada, solo soy una plebeya al igual que tú, le sirvo a la nobleza de aquí haciendo las tareas domésticas.
—Ya veo… Soy Yuji, Itadori Yuji. Mucho gusto.
—¿Yuji…? Que nombre tan extraño —Dijo la chica riendose un poco.
—¿Raro? Pues a mi parece los nombres raros son los de aquí.
—Mi nombre es Siesta, un placer conocerte~
En ese instante, el estómago de Yuji volvió a gruñir.
—Debes estar muy hambriento.
—Si jejeje. Lo siento…
—Oh, no te disculpes. Por favor, sígueme por aquí.
La chica camino de nuevo. Yuji se levanto del suelo y fue tras ella. Fue conducido hasta la cocina localizada en la parte trasera del comedor, una inmensa cantidad de ollas grandes y hornos estaban alineados en su interior, los cocineros y otras sirvientas como Siesta se encontraban muy ocupados preparando la comida.
—Espera aquí un momento ¿Vale?
—Okey…
Siesta sonrió y desapareció rápidamente por la parte trasera. Yuji espero sentado en una silla en el rincón de la cocina.
—Realmente es amable… Es la primera vez desde que llegue a este mundo que conozco a alguien tan dulce…~
Un rato después, Sieta regreso con un tazón lleno de guiso caliente en sus manos.
—Este es un guiso hecho a partir de los restos de comida de los nobles si no te importa, puedes comer esto.
—¿Puedo hacerlo?
—Si, no es más que la comida del personal.
Su bondad lo estaba tocando, esto era totalmente distinto a la sopa que Louise le había dado, tomo una cuchara y se la llevo a su boca.
—¡¡Ohh!! ¡Esto esta muy bueno! —Exclamo Yuji, casi al borde de las lagrimas
—Me alegra que te guste~ hay mucho más si deseas repetir.
Yuji se comió todo el guiso como si estuviese soñando, mientras que Siesta se mantuvo observándolo sonriendo dulcemente todo el tiempo.
Repitio dos veces mas hasta llenarse.
—Ahh~ realmente me salvaste la vida, Siesta-san~ muchas gracias —Agradeció Yuji, con una gran sonrisa en su rostro.
—Jejeje no fue nada~ —Dijo Siesta sonriendo—. Realmente estabas hambriento…
—Bueno, Louise solo me da un pan duro y una sopa fría como desayuno. Ni siquiera almorcé porque discuti con ella —Dijo Yuji, suspirando un poco molesto—. Esa chica realmente es pesada.
—Esto… no creo que debería hablar así de la señorita Vallière. Ella es un noble.
—Tch, nobles. Se creen mucho solo por tener magia.
Yuji le molestaba los nobles, en su mundo era casi igual con las personas no hechiceras.
—Usted es realmente valiente… —Murmuro Siesta, mirando asombrada a Yuji.
—Jeje, no es para tanto —Yuji rasco su cabeza, riendo.
—Los nobles han recibido educación estricta, por ello son extremadamente orgullosos de sus habilidades mágicas. Si ellos se enojaran no habría nada que nosotros los plebeyos pudiéramos hacer —Dijo Siesta, con temor.
—Jo… Bueno, no me preocupa realmente eso. Tarde o temprano terminaré por enfrentare terminare enfrentadome a uno —Pensó Yuji, pensativo—. Bueno, nuevamente te agradezco por la comida, Siesta-san. Estuvo deliciosa~
—Me alegra que te gustara, siéntete libre de visitarme siempre que te encuentres hambriento, si no le importa tener que comer lo que sea que tengamos me sentiría muy feliz de compartirlo con usted.
Yuji se conmovio por la amabilidad de la chica, tanto que incluso se puso a llorar.
—¿¡Q-Que es lo que pasa!?
—¡Realmente eres un angel, Siesta-san! —Dijo Yuji, llorando de felicidad y avergonzando a la chica.
—E-eso es exagerado… —Dijo Siesta, tímidamente.
—¡Si hay algo que pueda hacer para devolverle este favor, estare dispuesto hacerlo!
—¿Enserio? En ese caso, ¿podria ayudarme a llevar los postres al comedor —Dijo Siesta con una sonrisa.
—¡Dalo por hecho!
Yuji llevaba una gran bandeja con pasteles mientras que Siesta tomaba los postres con las pinzas y luego las servía una por una a cada noble.
—Ahh como quisiera probar uno… ¿Hm?
En ese momento, algo capto su atención. Un grupo de nobles iban caminando alrededor de un tipo que se vestía bastante divertido, él tenía un cabello rubio rizado, llevaba una camisa con lujosos adornos y parecía ser bastante engreído. También había una rosa adherida al bolsillo de su camisa. Parecía que querían averiguar algo de él.
—¡Entonces Guiche! ¿Con quién estas saliendo?
—¿Quién es tu amante, Guiche?
Entonces al parecer el orgulloso mago se llamaba Guiche. Él suavemente levanto un dedo hasta sus labios.
—¿Salir? Ninguna mujer cabe en tal relación tan especial, después de todo, una rosa florece por el gusto de muchos.
—¿Se refiere a sí mismo como una rosa? —Pensó Yuji, con un tic en el ojo. Nunca en su vida conoció a un narcisista en persona.
En ese momento, algo se cayó del bolsillo de Guiche, era un fajo de cartas románticas que seguro iban dirigidas hacia Guiche.
Yuji dejo la bandeja en las manos de Siesta y se agacho a recoger las cartas.
—¡Hey, Playboy! ¡Se te cayeron tus cartas de amor! —Dijo Yuji, llamando al rubio, quien se detuvo en seco horrorizado.
—¡Oh! ¡Dejanos ver!
Uno de los amigos del chico le arrebató las cartas a Yuji y comenzó a verlas junto a sus demas amigos.
—¡No puedo creerlo! ¡Esta letra es de Montmorency!
—Oye, aquí también hay una de la señorita Amelia…
—¡Incluso hay de chicas de primer año!
—¡Oigan! ¡Devuelvanme eso!
Guiche le arrebató las cartas a sus amigos, pero ya fue tarde para él… Un grupo de chicas muy enfadadas estaban detrás de él.
—Con que… nos mentistes a todas ehh…
—No puedo creerlo de usted, Guiche-sama…
—Vas a pagar por esto.
—E-esperen y-yo puedo explicar-
Yuji, Siesta y algunos espectadores vieron aterrorizados como Guiche era golpeado por cada una de ellas, dejandolo en un estado lamentable.
—Vaya… ni Kugisaki fue tan violenta —Pensó Yuji, sintiendo un poco de pena por el pobre diablo.
En ese momento, una chica con una cabellera ondulada se levantó del asiento al final de la mesa, Yuji la reconoció a la chica con la que Louise había tenido aquella discusión cuando fue convocado a este mundo.
Usando una expresión amargada se aproximó a Guiche con rápidos pasos cortados.
—Montmorency, este es un malentendido… —dijo Guiche sacudiendo su cabeza.
—Yo sospechaba que estabas saliendo con alguien mas a mis espaldas… Eres un asco.
—¡Por favor, Montmorency La Fragancia, no enrosques tu rostro así, por la ira de esa manera! ¡Me entristece verte así!
Montmorency agarro una botella de vino que se encontraba sobre la mesa y vació el contenido de esta audiblemente sobre la cabeza de Guiche.
—¡Eres un mentiroso! —Grito y emprendió a correr. El silencio se apodero del salón comedor.
—Bueno, el mismo se lo busco —Pensó Yuji regresando a su trabajo de ayudar a Siesta.
—Oye tú, detente ahí mismo —Llamo Guiche, limpiando su rostro con un pañuelo.
Yuji alzo una ceja mirando al chico rubio.
—¿Te refieres a mí?
—Así es, plebeyo.
Guiche tomo asiento en una silla, cruzando sus piernas y brazos.
—Por tu insensatez, la reputación de unas damas hermosas a sido manchada. ¿Cómo te harás responsable de esto?
—A mi no me eches la culpa, fuiste tú quien se atrevio a jugar con sus corazones —Dijo Yuji, irritado con la actitud de este chico.
Esta vez, los amigos de Guiche apoyaron las palabras de Yuji.
—El plebeyo tiene la razón, Guiche.
—Por primera vez, estoy de acuerdo con el plebeyo.
—Tengo nombre saben —Pensó Yuji mirando mal a los amigos del rubio.
El rostro de Guiche se ruborizó rojo carmesí.
—Escucha sirviente, pudiste ser mas sutil y solo habermelas pasado, no gritarlo para que todos lo oyeran.
—Como sea, no es mi problema. Cosechas lo que siembras ¿no? Y por cierto, no soy un sirviente.
—Hmph… Ahh, tú eres… —Guiche gruñó, como si estuviese mirando a Yuji con despreció—. Debes ser el plebeyo que fue invocado por Louise "la Zero". Que se podía esperar de un familiar tan incompetente como su maestra.
Ese fue el punto de quiebre para Yuji, podía aguantar las burlas hacia él, pero no de otra persona ajena a la situación.
—Ahora que lo pienso, te ves mejor a como estabas antes —Yuji río un poco con burla—. Pasaste a ser un Playboy bastardo a un pedazo de escremento.
Los ojos de Guiche se redujeron, la ira creció en su interior.
—Parece ser que no conoces la etiqueta apropiada que debes usar para atender a un noble.
—Me importa un pepino si eres un noble, solo eres un Playboy bastardo para mi
Guiche se puso de pié y camino hasta estar frente a Yuji, quien no se inmutó ni un poco. Tenían casí la misma altura.
—Te espero en el Patio Vestri. Te enseñare algunas lecciones al respecto. Una perfecta manera para aliviar algo de estrés.
—Hmm me parece bien, pero luego no vayas llorando con tu mami.
Emocionados por la pelea, los amigos de Guiche siguieron al rubio al exterior. Uno de ellos sé quedo, como para asegurarse de que Yuji no huyese.
—Hmm, bueno metí la pata jejeje Louise se va a matar cuando se entere —Dijo Yuji, riendo nervioso. Noto que todo el cuerpo de Siesta temblaba—. ¿Te sucede algo, Siesta?
—Usted… va a morir…
—¿Eh?
—¡Usted va a morir por despertar la ira de un noble! —Siesta salió corriendo de prisa que sorprendió a Yuji
—Ehhh…~
Yuji rio un poco y luego volteo al amigo de Guiche.
—Hey, vamos a buscar algo a la cocina y luego me llevas al patio ¿de acuerdo?
—Okay
Luego de eso, ambos fueron a la cocina donde Yuji había traído el arma que estuvo maldiciendo durante todo un día.
—¡Esto es malo! ¡Realmente malo! ¡Tengo que informarle a la Señorita Vallière!
Siesta corría por los pasillos cercanas al comedor a toda prisa, buscando a la chica baja de cabellos rosas.
—¡Señorita Vallière!
Louise miro a la sirvienta y ladeo la cabeza.
—¿Que sucede? ¿Por que había tanto escandalo en el comedor?
—¡Se trata de Yuji-san! ¡Su vida corre riesgo!
—... ¿Eh?
Mientras tanto, en la Oficina del Director. Colbert le explico sobre el chico plebeyo que habia sido invocado por Louise en la Ceremonia de la Invocación del Familiar, sobre las runas que habían aparecido en las manos del chico como prueba del contrato entre él y Louise. Y de como él había ido a investigar sobre las runas.
—¿Diste con él familiar del Fundador Brimir, Gandálfr? —Pregunto el viejo Osmond examinando atentamente el bosquejo que hizo Colbert de las runas sobre la mano izquierda de Yuji.
—¡En efecto! ¡Las runas que aparecieron sobre la mano izquierda del chico eran exactamente iguales a las runas que se encontraban inscritas sobre el familiar legendario Gandálfr!
—Entonces, ¿Cuál es tu conclusión?
—¡Que ese chico es Gandálfr!
—Mmm… por supuesto que las runas son las mismas. Pero me parece poco convincente que realmente se trate de Gandálfr…
—¿Qué deberíamos hacer?
—Hmm le echare un vistazo a ver como es —El viejo Osmond ondeo su baculo y un gran espejo en la pared empezó a mostrar a Itadori encarando a Guiche en el Patio Vestri—. Parece que el chico ya se metio en una pelea.
—No puede ser… ¿acaso quiere enfrentarse a Guiche?
—Hmm, el estupido hijo de la familia Gramont.
—¿No deberíamos detenerlos, señor?
—No, esta es una buena oportunidad para comprobar si este chico realmente es Gandálfr. Confío en que el joven Guiche se contenga.
—Bien…
Colbert suspiro y decidió confiar en el director. Esperaba que no se haya equivocado y que en verdad se trate de él… Después de todo, Louise trabajo duro para poder invocar a su familiar y no quería que lo perdiese tan pronto.
—Hmm… presiento que este chico nos va a mostrar algo interesante… —Penso el director Osmond, acariciando su larga barba.
4
El Patio Vestri era el jardín central ubicado entre las torres del Viento y Fuego. El amplio jardín era el lugar perfecto para tener un duelo.
Ahora mismo, ese lugar se encontraba repleto de personas quienes habían escuchado los rumores.
—Te felicito por no haber huído con el rabo entre las patas, quizas eres valiente o muy tonto —Dijo Guiche burlandose de Yuji.
—Ja, no me perdería la oportunidad de humillar a un Playboy —Dijo Yuji sonriendo, llevando consigo el bate de aluminio.
Estuvo durante casi un dia completo brindandole constantemente energía maldita al bate, pero el proceso era mas agotador de lo que creyo, de algun modo se las arreglaria para enfrentarse al rubio, sin el uso de energia maldita.
—Aunque me pese, ahora mismo estoy en desventaja. Aun no he convertido totalmente el bate en una arma maldita y aun estoy cansado por usar continuamente mi energía maldita…—Yuji fruncio un poco el ceño, pero estaba emocionado.
Era la oportunidad perfecta de ver como pelean los magos en este mundo, esto le daría experiencia para posibles enfrentamientos en el futuro.
—¡Hey! ¿¡Que crees que estas haciendo, idiota!?
En ese momento, Louise se abrió paso entre la multitud, acompañada de Kirche y Tabitha que habian escuchado los rumores del duelo, aunque esta última solo vino porque su amiga la obligo.
—Hey Louise... —Yuji saludo un poco nervioso—. Genial. No esperaba que viniera tan pronto.
—¡Deja de andar involucrarte en peleas, idiota!
—Ese payaso fue quien inicio todo —Dijo Yuji señalando a Guiche, irritado.
—¡No me importa! Date prisa y disculpate con el.
—Ni lo sueñes, primero le pateare el trasero y luego me disculpare por golpearlo tanto.
—¡Grrr! ¡¿Por que eres tan terco!? El es un mago y tu un simple plebeyo.
Yuji suspiro irritado por esas palabras, realmente odiaba la desigualdad que había entre personas normales y las que pueden usar magia. Le recuerda de cómo los hechiceros maléficos y algunos hechiceros trataban a las personas no hechiceras.
—Aunque me sigas gritando y pidiendo que renuncie, no voy hacerlo. Detesto a este tipo y voy a darle una paliza.
Yuji se alejo de Louise, encarando a Guiche con una mirada sería.
—Tch ¿Por que mi familiar es tan cabeza dura! —Pensó Louise, molesta—. ¡Guiche deten este duelo ahora mismo! ¡Esta estrictamente prohibido los duelos en la escuela!
—No, solamente los duelos entre nobles esta prohibido. Los plebeyos no cuentan —Dijo Kirche mientras Tabitha asentia, Louise la miro enojada.
—Ohhh~ podría ser… ¿El plebeyo cautivo tu corazón juvenil, Louise? —Bromeo Guiche, haciendo enojar y sonrojar a Louise.
—¡No digas tonterías! ¡No pienso quedarme de brazos cruzados viendo como le dan una paliza a mi familiar!
—¡Hey, al menos ten un poco de fé en mí ¿quieres?!
Pese a los intentos de Louise de parar el enfrentamiento, ninguno de los dos estaba dispuesto a rendirse. ¿Quien vencera en este duelo entre un Mago y un Hechicero de Jujutsu?
