Amé mucho escribir este capítulo, fue muy divertido jeje. Disfruten y cuéntenme qué tal!
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C3: orgullo y contemplación
Itachi se despertó con ligera pesadez en su cuerpo. Miró a su alrededor y vio dormidos a Obito y Kisame, compartiendo el sillón que daba a la puerta; en el otro sofá estaba él, Izumi durmiendo sobre su pecho y Pain junto a Konan apretados al otro extremo. Frente a él, en la mesa de ping pong, Hidan y Kakuzu seguían compitiendo. Sacó con cuidado a la castaña durmiente y la recostó contra Konan, partió su ida al baño y se frotó con fuerza la cara con ambas manos.
El reflejo del baño le devolvió una mirada ojerosa y perdida. Recordando los hechos un leve sentimiento de vergüenza se esparció en su interior. Maldijo sus impulsos y su mala decisión de beber en grandes cantidades, pero no pudo evitar admitir que fue una noche divertida.
Buscó a Sasuke y Naruto entre los cuerpos durmientes de los rincones, al no ver a ninguno verificó si el auto de su hermano estaba estacionado. No estaba. Los malditos lo habían dejado allí.
Itachi pensó con profundidad en la pelirrosa, sentía que sus manos seguían ardiendo por el tacto de su piel bajo estas y rememoró cada detalle de su cuerpo que se empecinó en guardar en su memoria. En su camino a casa meditó sobre Sasuke y Sakura, en su extraña relación de competitividad y en el supuesto rumor que le había contado Izumi: que ambos estaban saliendo. No consideraba que fuese algo cierto, si hubiese sido así entonces no habrían estado besando todo lo que se les cruzase por el camino la noche anterior, ni siquiera vio un beso entre ambos. Así que, ¿qué sucedía entre ellos dos? Quizás para Sakura, Sasuke era un reto, sabía bien que a ella lo fácil no le venía. Se desencantaba de inmediato con todo aquello que no representara un desafío. ¿Pero Sasuke? para lo único que su hermano no era serio, era para las relaciones. Era distante y prefería un trato casual. Decidió que apenas tuviesen un tiempo a solas, le preguntaría al respecto. Eran pasadas las 9 am y se preguntó si Sakura ya estaría en casa.
Cuando entró por la puerta de su hogar, vio a sus padres tomando el té en silencio y le dieron la bienvenida. Entró a su cuarto y envió un mensaje corto:
"veámonos"
Itachi tiró su celular a la cama y se dirigió al otro extremo de la habitación. Contra una pared de ladrillos, al lado del ventanal que daba a la calle, se ubicaba un escritorio de madera gruesa con un computador encima, un par de libros a medio leer y algunas plantas. Sentado frente a él, corroboró su horario de esa semana. Estaban por iniciar las primeras clases de la universidad y había planeado un horario perfecto. Pensó que lo mejor que podría hacer ese domingo era tener un día tranquilo que lo mentalizara a prepararse para el primer semestre de su primer año. Su atención se desvió cuando escuchó la notificación de un mensaje proveniente de su celular, pensando que era la respuesta de la pelirrosa, abrió el mensaje.
"Itachi-kun, dijiste que me llevarías a casa!"
Suspiró. Era Izumi.
"Lo siento Zumimi, no llevé auto, creo que olvidé decirlo"
Recibió un emoticón de furia de vuelta. Miró hacia la pared de la derecha y vio un pequeño marco de fotos con Izumi y él de jóvenes. Pasó la mano por su rostro y emprendió camino a la ducha. Luego hablaría con ella. Y con Sasuke.
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Ino decidió despertar a sus amigas con una sopa simple de miso y udón que les preparó su padre. Llevó también en la bandeja agua y un par de chocolates de maní para el ánimo. Entre todas, parecía que ella había pasado la noche menos dramática; según había presenciado, durante los hechos ocurridos en esas horas de la noche sus tres amigas estuvieron haciendo de todo, mientras ella había estado apartada escuchando a Hidan y Deidara hablando tonterías. No la había pasado mal, de todas formas.
Dejó la bandeja en una mesa baja y prendió la TV, que estaba en su canal de videos musicales favoritos (ese canal era para lo único que prendía la TV, aparte de lo que veía en plataformas de streaming). Una a una fueron despertando y desperezándose, estirándose, bostezando, checando sus teléfonos y se fueron acercando somnolientas. Hinata se había sacado los jeans durante la noche, por lo que en ese momento se aproximó solo en ropa interior y su tank top. Ino le tiró desde su closet un pantalón simple de hilo y la pelinegra le agradeció con una sonrisa. Tenten y Sakura estaban completamente vestidas con lo que llevaban anoche, sin sus zapatos. La primera cayó en cuenta apenas abrió los ojos en lo mala idea que había sido caer dormida con un corset y una falda de cuero, por lo que entre reclamos le pidió a Ino que la próxima vez le insistiera más en prestarle una pijama. La rubia le lanzó una camiseta grande y un pantalón deportivo. Las cuatro engulleron la sopa mientras una banda de J-pop sonaba de fondo.
—Nos hemos reunido esta tarde —tomó la palabra Ino con solemnidad a la par en que dejaba sus palillos a un costado —para hablar sobre las suciedades que hicieron anoche... —Sakura rodó los ojos — Ya que nuestra querida castaña decidió ir vestida como si fuese trabajadora de noche-
—Una dominatrix —aclaró la pelirrosa con burla, sus dedos acercaban chocolates a sus labios e ignoraba la sopa.
Ino se corrigió sin perder su postura solemne —ir vestida como si fuese una dominatrix… entonces vamos a darle la palabra para que narre por qué a mitad de la fiesta desapareció.
Los tres pares de ojos cayeron en la figura de la castaña, quien recién había terminado de acomodarse la ropa y las fulminaba mientras se sentaba. Tenten dio un sorbo largo de agua antes de comenzar a narrar. —Ya saben cómo estuve sospechando que Neji estaba un poco interesado en mí, ¿no? —recibió un asentimiento —bueno, inesperadamente a mitad de la fiesta apareció. Aparentemente le habían mandado a vigilar a Hinata porque su padre le comentó que estaba en algo con un chico. Así que cuando Ino se fue con Deidara y Sakura se fue cuando hizo no-se-que trato con Sasuke, Neji se acercó a nosotras al mismo tiempo en que Naruto lo hizo. —hablaba rápido y con ojos sugestivos —Dejaré que Hina-chan cuente esa parte, pero el punto es que cuando Neji y yo nos quedamos solos -y se veía realmente fastidiado por eso-, yooooo... le comenté que estaba haciendo demasiado frío como para solo quedarme parada sin hacer nada, por lo que le sugerí que fuéramos a beber y a jugar con los chicos. A él no le pareció muy buena idea, probablemente por lo que yo andaba usando, ya saben, el cuero asusta a los chicos —rió —pero cuando me vio yendo sin importar sin mirar si él me seguía o no, al parecer accedió. Le gané en el beer pong, así que no le quedó de otra que beber su vaso completo. Ya sabemos que Neji bebe demasiado, así que no vi que le hiciera mucho efecto. —Tenten hablaba rápida y dinámicamente, dejando espacio para la intriga y mantener emocionadas a sus amigas. Teatral. —Por cierto, Sakura, en ese momento estabas besando a Sasori e Itachi no te quitó la vista de encima.
La pelirrosa alzó ambas cejas. Tenten tomó un largo respiro y siguió relatando —Después de un juego más, y de haber vuelto a ganarle, comenzó a buscar a Hinata nuevamente. Tu primo es muy terco. No tuve otra opción más que seguirlo y discutimos. Muuuuy feo. Él reclamó que no tenía que proteger a Naruto de él y yo le recalqué que yo solo protegía a Hina y se vio muy ofendido. Nos quedamos mucho tiempo en silencio, fue incomodísimo y yo realmente pensé en irme, pero él propuso que fuéramos a hablar a un lugar tranquilo en donde no nos vieran discutir. Ahí fue cuando desaparecí.
—Una hora completa —señaló la rubia apuntándola con un dedo. Tenten sonrió.
—Digamos que las cosas salieron bien. —la castaña terminó de relatar los hechos de esa noche, que consistían en ella y Neji haciéndolo en una de las habitaciones de la casa de Deidara. Para luego contar que Neji no soportó la vergüenza y se marchó tiempo después. Tenten se había enfadado por eso y cuando fue a buscar a sus amigas para seguir bailando, se topó con Sasori, quien estuvo dispuesto a bailar con ella cuando vio que sus amigas no estaban muy disponibles. —Claramente no le asusta el cuero.
Hinata se unió al relato —Mi noche terminó con Naruto-kun y yo discutiendo. —su cara se coloreó —no puedo creer que hicimos una escena, realmente me salí de control. Gracias por sacarme de allí. Pastillas y alcohol, nunca una buena idea…
—¿Qué sucedió realmente?
Hinata rememoró todo desde unas horas antes de pasar a buscar a Sakura. Estaban en casa de Naruto, escuchando música, charlando y a este le llegó un mensaje que lo dejó distraído por unos buenos segundos. Hinata dudó, ya había estado teniendo sus dudas antes así que fue sencillo que se volviese a instalar con más fuerza cuando a los minutos llegó otro más que hizo que el rubio reaccionara igual.
Cuando el rubio fue a buscar más soda para ambos, Hinata tomó su teléfono y vio el mensaje que había llegado cuando él se había marchado. El nombre que marcaba era "Matsuri" y el mensaje en cuestión: "deseo que se repita". A Hinata solo le costó unir dos neuronas para saber de qué se trataba. Era precisamente la chica un año menor a ellos que había estado en la fiesta de Konan
—Así que le mojé la cama con la soda y mientras gritaba, salí a tomar el auto. De todas formas ya tenía que irme. Sakura-chan me esperaba, ¿no? Lo que no esperé, es que Naruto-kun apareciese en la fiesta. Estuvo en un rincón mirándome toda la noche, sin atreverse a acercarse. Y cuando finalmente lo hace ¡aparece Neji-kun! —Hinata respiró profundamente. —Entonces Naruto me aparta y conversamos tranquilamente. Me dice que no es lo que yo pienso, que Matsuri es una amiga que conoció a través de Gaara, un chico también un año menor, y que Gaara y ella se gustaban desde hace un tiempo. —tomó un sorbo de su sopa y continuó el relato— Todo estuvo bien, estuvimos bebiendo y riendo y luego Naruto se quedó completamente en silencio. Con una cara rarísima, ahora entiendo que probablemente cul-pa. Entonces me cuenta todo, realmente todo: me dijo que él y Matsuri se habían besado la semana anterior y que si bien en la fiesta de Konan no estaban coqueteando, sí estaban hablando de ello… Especialmente porque cuando Matsuri se enteró que Naruto estaba intentando tener algo conmigo, lo comenzó a "acechar" más. —Hinata hizo un gesto con las manos a la par en que decía lo último.
Sakura frunció el ceño. —Y ahí fue cuando les vi discutiendo —Hinata asintió. La pelirrosa recordó que en ese momento dejó al Uchiha y que no habían hablado desde anoche. —¿alguna ha visto mi teléfono?
Ino apuntó debajo de la TV —tienes un mensaje, de hecho. Y con respecto a quién te mensajeó, creo que ya es momento de que nos pongas al día de tu vida amorosa. —Sakura leyó el corto mensaje que Itachi le había escrito hace unas horas y se estremeció. Miró a sus amigas, que ahora estaban esperando que cuente su parte de la historia.
—Bueno, como ya saben…
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La tarde del miércoles de esa semana a Sakura le llegó un mensaje de Sasuke ordenándole que le fuese a ayudar con el proyecto de ciencias. Sakura optó por burlarse de su amigo.
"lidia con las consecuencias de ser la persona menos atractiva de nosotros dos"
Sasuke, del otro lado, giró los ojos y le respondió de vuelta.
"Besar a mi hermano fue hacer trampa. Ven a ayudar o reprobaremos."
La pelirrosa se levantó del sofá en el que estaba descansando con su madre y le avisó que tendría que salir a casa de los Uchiha. Subió a su habitación y cambió los pantalones de pijama por una falda corta café y sus botas altas. Se dejó la camiseta larga y blanca con el rostro de Lana. Metió un cuaderno en su mochila y emprendió un camino rápido.
—¡Ven a cenar esta noche! —oyó antes de salir.
Cuando llegó a casa de Sasuke, vio los autos de ambos hermanos estacionados fuera de casa. Esperaba que no estuviese Itachi dentro, lo había evitado toda la semana. No estaba muy segura de por qué, probablemente porque el chico le diría algo como que "lo que habían hecho no era correcto", rodó los ojos de solo pensarlo. De todas formas, él tampoco la había buscado más allá del mensaje del domingo. Eso hería su orgullo y era otro motivo más para no querer verlo.
Toco la puerta y le abrió el Uchiha menor, quien la miró de arriba a abajo. —Nunca decepcionando. Vamos. —Sakura le siguió por la escalera y con un vistazo al primer piso vio como Izumi salía del cuarto de Itachi, riéndose de algo que el chico le estaba contando. Ante el movimiento en la escalera y un destello rosado, Itachi miró hacia arriba y se topó con la mortífera mirada de Sakura, quien rápidamente le esquivó con altivez.
Una vez en el cuarto de Sasuke, ambos comentaron sobre el avance que había hecho Sasuke en el proyecto durante esa semana, que consistía en una maqueta con placas telúricas que imitara el movimiento de cuando se aproxima un terremoto. Sakura estuvo leyendo sus apuntes y ambos siguieron moldeando y arreglando detalles de esta. Cuando finalmente las placas pudieron moverse sin destruir la superficie, decidieron tomarse un descanso. Sasuke le subió el volumen a la canción de su parlante y se recostó en uno de sus sofás de una pieza, mientras le relataba a su amiga lo que Naruto le había estado contando el martes anterior. Sakura se paró del escritorio de Sasuke y se sentó en la cama.
—Haz el resto tú, espero que entre hoy y mañana no destruyas nuestro progreso.
—Pf, qué presumida —el pelinegro la miró de soslayo—¿te quedas a cenar? mi madre o Itachi subirán en cualquier momento a preguntar.
Sakura no tuvo tiempo para meditarlo, su propia madre ya le había pedido/exigido que esa noche cenaran juntas. Mientras recogía sus cosas, pasó sus ojos por el cuarto de Sasuke, era el menos grande de la casa, pero alcanzaba cómodamente la cama, una mesa baja al otro extremo, un escritorio y muebles para libros, vinilos y cds, además de dos sofás de una pieza. Los ladrillos del cuarto eran negros y lo único que evitaba que no se viese oscuro y siniestro eran los grandes ventanales de dos puertas cuyas cortinas casi siempre estaban abiertas, cuando no lo estaban las luces bajas de la habitación iluminaban lo suficiente. Era un lugar reconfortante para ella, pasó casi la misma cantidad de tiempo en el cuarto de Sasuke que en el suyo propio.
Cuando llegó a casa, después de la cena, lo primero que hizo fue escribir en su diario:
"Tengo el presentimiento de que estaré cometiendo muchas imprudencias de ahora en adelante.
Oh, nuevas noticias, creo que odio a Itachi. Noticias viejas: sigo detestando a Izumi."
En la tranquilidad de su habitación se permitió nuevamente reflexionar y dudar de su instinto. Por un segundo tuvo la sensación de que debía alejarse de los hombres que la rodeaban por un tiempo. No sabía a qué juego estaba jugando Itachi y no sabía si a Izumi no le importaba si él decidía estar con ambas sin importarle si ambas lo sabían, pero lo que le frustraba aún más era que su deseo se inclinara a aceptar esa propuesta implícita. Ella no compartiría nada con Izumi. Lanzó un grito de cólera desde el estómago que hizo que las ventanas vibraran y la música se eclipsara por esos instantes, quizás hasta Naruto escuchó desde su casa. Su madre miró hacia las escaleras, pero no prestó mucha atención. Su hija era intensa.
El viernes de la misma semana durante el final del sexto periodo, Itachi le mandó otro mensaje.
"¿película? tú la escoges, solo nosotros dos."
Sakura y el resto estaban en las duchas después de la clase de gimnasia. Estaban discutiendo sobre si deberían juntarse este fin de semana y Sakura se descartó del plan segundos antes de que llegara el mensaje. —Mh, les diré si cambio de opinión.
Caminó a casa y en el recorrido dudó si aceptar o rechazar la propuesta de su amigo. Estaba empecinada en decirle que no, pero prefirió que la mejor opción era ignorar su mensaje. Un pequeño golpe al ego de un Uchiha nunca estaba demás. Otro día más ignorándolo, check. Pese a eso, durante los últimos quince minutos de camino se imaginó las cosas que podrían suceder en su habitación estando los dos solos. La última vez que estuvieron allí se besaron por horas, pero no pasaron de eso. Ahora ambos habían crecido y Dios sabía lo mucho que ella quería estar con él.
Al llegar afuera de su hogar, otro mensaje:
"terror o paranormal estaría bien, cualquier excusa para abrazarte."
Sakura no pudo evitar sonreír. A lo lejos vio a Itachi estacionar y bajarse del auto, él paró a mirarla a la par en que cerraba la puerta de piloto y ella con orgullo mal disimulado guardó su teléfono y se adentró a casa sin dedicarle una mirada más.
Al tiempo en que subía las escaleras contestaba la llamada entrante de Naruto, quien mencionó que pediría comida a domicilio y propuso que ella y Sasuke fueran a pasar el rato. Aceptó. De todas maneras quería tener una conversación con el rubio, iba a pedirle el par de explicaciones que no había podido exigirle esa última semana.
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Sasuke salió de su hogar con ropas casuales y cómodas. Hoodie Adidas y jeans Levi's. Cruzó la calle para entrar a la de su amigo rubio. Unas casas más allá a la izquierda Sakura caminaba hacia la misma dirección que él. Pese a que habían menos de 10 grados, iba con una falda, sus botas altas de siempre y una chaqueta cotelé roja. Muy estúpida, pensó.
Si le preguntaban cómo definiría su relación con la pelirrosa, respondería: dispar, competitiva y con mucha tensión sexual. Eran un buen equipo cuando hacían cosas juntos, pero una pesadilla la mitad de las veces que competían por algo. Dos años atrás, cuando iban en primer año, Sasuke retó a Sakura a escaparse de la escuela. Quien lograra hacerlo primero, sería quien le comprara el almuerzo a Naruto por el tiempo que quedara del mes. El rubio se había quedado sin un peso del dinero (destinado a comida y transporte) que le dieron sus padres mientras ellos se iban de viaje por ese mes.
Sasuke ganó, pero Sakura hizo un desastre de camino a lograr su objetivo. Trazó rápidamente un plan para poder salirse de su clase de química, mezcló peróxido de hidrógeno con colorante y detergente, para lograr una pequeña e inofensiva explosión, añadió cloruro de potasio y se preparó para recibir el impacto de líquido azul neón. ¡Me ha llegado todo! gritó Sakura, corriendo al baño de chicas. Allí, se sacó el delantal, los guantes y se escapó por la ventana, cuando llegó a la entrada del instituto, se preparó mentalmente para hablarle a Genma-san, uno de los guardias.
—Mi madre me ha llamado, está en el hospital, tiene una emergencia. Debo correr Genma-san —Sakura lloró. Y la dejaron salir. Después de todo, era una buena chica, no mentiría.
Cuando llegó al punto de encuentro, Sasuke ya estaba allí y la miraba con cara de disgusto.
—Por qué diablos hay manchas azules en tu cuello y tus trenzas y… ¿eso es tierra?
Extrañamente nadie notó nada raro en la partida de Sakura. Pero luego de eso pasaron a comer y el resto del día caminando por ahí evitando ser vistos con el uniforme fuera de clases.
Ya reunidos con la pelirrosa fuera de la casa del rubio y con un leve asentimiento de cabeza en forma de saludo, tocaron el timbre y esperaron.
—¡Chicos! vamos pasen, pasen, no quise decirles antes para que no me odien pero tengo el nuevo Mario Kart y he entrenado todo el día para hacerles morder el polvo. Jejeje, —el rubio se sentó y apuntó a las pizzas de la mesa. —que alivio que es viernes. Kakashi-sensei no me ha parado de mandar deberes de cálculo, en serio, me va a matar.
—Si no lo mata él, lo haré yo —Sakura lo fulminó con los ojos y Naruto la miró con ojos suplicantes. Sasuke se acomodó en medio de ambos, con su brazo en el respaldo detrás de los hombros de ella. —Comienza a dar explicaciones Uzumaki, por qué estás besando chicas después de decirle a Hinata que ibas a ir en serio con ella.
Naruto miró de reojo a Sasuke en señal de auxilio y escupió información rápido y sin detenerse ante la mirada inquisidora de su amiga. —Sasuke me llevó a una fiesta de segundo año porque estaba saliendo con una chica que precisamente era amiga de Matsuri-chan y me pidió que sea su acompañante, ya sabes, que estuviese con Matsuri-chan mientras él estaba con su amiga —el rubio tomó aire —por supuesto que no quería hacerle eso a Hinata-chan, aunque no estábamos juntos todavía, ya sabes, Sakura-chan, solo le dije lo que sentía pero aún no le he pedido que seamos novios y puede que haya arruinado todo porque Matsuri-chan no había parado de enviarme mensajes durante la siguiente semana y Hina sospechó y no pude evitar que esto se descontrolara, en serio.
Sasuke decidió ignorar el resto de la conversación, no podía importarle menos la relación de Naruto y Hyuga, aparte, ya lo había aburrido cuando le contó el problema unos días atrás. Decidió distraerse con algo más provechoso, como los mechones de cabello que estaban cerca de su brazo. Tomó un mecho con sus dedos y lo giró entre estos. Lo magnético en su amiga no solo estaba en su cuerpo y como lucía, también estaba en el desafío de poder estar con ella, haber estado con ella, pero jamás poder estar con ella. Es decir, lo habían hecho una vez el año anterior. En una fiesta Sakura había comentado que era virgen y supo rápidamente que él tenía que ser quien fuese el primero. ¿Por qué? no lo sabía. Posesividad, necesidad de protección o simple tentación, cualquier factor que gatilló el encuentro entre ambos no importaba, lo que importaba es que pasó. Y nadie más que ellos dos y quizás sus amigas, no estaba seguro, lo sabían.
Él había sido su primer beso y su primera vez, y tenerla de amiga era suficiente para él, pero algunas veces se imaginaba besando su cuello frente a más personas, sacándola en auto a donde ella quisiera o no dejar que nadie más que él pueda tener acceso a su cuerpo. Sabía que Sakura nunca lo permitiría. Él era solo un amigo a sus ojos, incluso cuando años atrás ella gustó de él y le mandaba decididamente canciones cursis.
El zumbido del celular de Sakura detuvo un momento la conversación. Sasuke alcanzó a ver el nombre de Itachi en la pantalla y ante un leve descarga de celos en su interior, quitó la vista. Solo escuchó la carcajada burlesca de su amiga y el sonido de su celular bloqueandose. Naruto propuso que jugaran y así lo hicieron. Al parecer ella y su amigo ya estaban nuevamente en terreno amistoso.
Cuando llegó la noche y el Uchiha dejó a Sakura fuera de su casa, ella declaró: —No estés celoso de tu hermano Sasuke-kun. —y le dio un beso fugaz en los labios.
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Sakura se durmió después de volver a leer el último mensaje que Itachi envió:
"bien."
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Ese sábado estuvo tranquilo para Sakura, había decidido no hacer planes y quedarse en casa, con un té en la mano, un libro en la mesa y el control de la TV en mano, pensó en que podría ver que no fuese Diario de Vampiros, una serie de la que Ino no paraba de hablar y cuyo entusiasmo había contagiado a Tenten, sus últimas conversaciones por chat eran solo sobre ello y veía que pronto convencerían a Hinata. Después sería cuestión de tiempo para que ella también cayera.
Decidió entonces, que si caería tarde o temprano, entonces lo haría por voluntad propia. Buscó en el catálogo de streaming y la encontró. —Muy bien. Voy a disfrutar esto. —se auto convenció.
—"Por más de un siglo he vivido en secreto… escondido en las sombras, solo en el mundo. Hasta ahora. Soy un vampiro… y esta es mi historia." Oh, mierda, voy a odiar esto.
Después de horas de una compulsiva maratón, Sakura se declaró devota de la novela en cuestión. Era una trama simple y compleja, en donde cada personaje de ella parecía supermodelo de catálogo. Era absurdo que estuviesen en la secundaria y pareciesen de 23 años, excepto por los vampiros, verse así en ellos estaba… ¿bien?. Por un momento fantaseó verse en la situación de estar rodeada de vampiros e incluso estar de novia con uno. La fantasía comenzó a desarrollarse en su cabeza a medida que los capítulos transcurrían.
Finalmente, tras la muerte de uno de los personajes, necesitó comunicarse con sus amigas. Así que cedió y envió un mensaje.
"bueno… estoy viendo Vampire Diaries y está mm ¿buena? me agrada que sea slasher, y no sé si me gusta más el hermano menor o el mayor. ¿qué dicen ustedes?"
"oh, y la protagonista escribiendo en un cementerio? macabro y gracioso. lol."
Ino: "OPD OPD OPD. N. sexy."
Hinata: "todas cayeron?"
Tenten: "yeppp + damon, pero stefan es un chef kiss"
Hinata: "CONFIARÉ en ustedes y la veré esta noche. alguien quiere venir?"
Inesperadamente, el timbre la despegó de la pantalla y le hizo levantar la mirada de su teléfono, cambiando su sonrisa divertida a una mueca interrogante. Cuando abrió la puerta, Itachi estaba del otro lado de brazos cruzados y con una bolsa colgando de su mano derecha. Le sonrió sin mover un músculo de su cuerpo e inmediatamente su rostro volvió a la seriedad. Cargos negros y chaqueta de cuero, oh dios, so fuckable.
—Itachi—¿qué hay de 'Itachi-kun'? Ambos se sorprendieron por la ausencia del sufijo. Ninguno lo demostró. Sakura tragó. —¿Qué haces aquí?
Itachi la miró de arriba abajo, llevaba unos pantalones holgados cuadrillé de colores naranjo y café, encima tenía un cardigan blanco, su pelo recogido en una trenza baja y tenía puestas sus gafas de marco negro. Itachi paró su inspección en la clavícula de la chica. Deliciosa, pensó. Sakura se sintió tremendamente avergonzada por la pinta que llevaba y rápidamente se transformó en indignación. ¿Por qué llegaba sin avisar? ¿y por qué ella, tonta, no preguntó antes de abrir la puerta? —Estás ignorando mis mensajes, —puntuó el hombre —así que decidí venir.
—Mmh
—Me dejarás entrar ¿o tendré que pedirlo de rodillas?
La chica sonrió —me gustaría verte hacerlo
—Lo haría. —Sostuvieron sus miradas por un momento largo, hasta que Sakura se hizo a un lado y le invitó a pasar con un gesto de mano.
Itachi dio un vistazo a la sala de estar, casi todo seguía igual; paredes con cuadros, sofá verde de terciopelo, mesa de vidrio con la televisión delante y tenues luces amarillas. Un par de velas aromáticas encendidas. Había más plantas desde la última vez que había estado allí. Se volteó a ver a Sakura, quien había cerrado la puerta pero no se había movido de su lugar.
—Te ves decepcionada de verme. —ella negó —¿entonces?
—Lo mejor que puedo darte es una sonrisa falsa y ojos muertos —le regaló una mueca forzada.
El joven se sentó en el sofá —Lo tomaré —Sakura se acercó con los brazos aún cruzados y se sentó a su lado, sintiéndose pequeña. —¿Vampire Diaries? —Itachi hizo una mueca divertida
—Lo empecé hoy —alzó el rostro sin mirarlo, altiva e ignorando la vergüenza.
—Capítulo 8… parece ser que te gustó. ¿De qué trata?
Sakura se mordió el labio, iba a creer que era una mocosa —De dos hermanos que se enamoran de la misma chica. —Itachi elevó ambas cejas.
—Parece familiar. ¿En dónde entran los vampiros?
—Ambos hermanos son vampiros. —Itachi pareció meditar un momento su respuesta.
—Me estás diciendo que pasaste 8 horas viendo vampiros enamorados —Se mofó. Sakura se sonrojó. —adorable. —él se acomodó para mirar en su dirección, con un brazo sobre el respaldo tocando los mechones que se escapaban de su trenza rosada. A Sakura le pareció que los hermanos Uchiha eran bastante parecidos.
—¿Qué hay en la bolsa? —cambió de tema.
—Traje dulces y snacks picantes. Ya sabes, perfecto para ver vampiros. —Itachi enredó un mechón en su dedo. —O podemos maratonear The Walking Dead.
Sakura pareció pensar su propuesta. —Si accedes a ver lo que queda de este capítulo, veré uno de The Walking Dead. —Sakura subió las piernas al sofá y se inclinó para sacar regaliz de la bolsa de comida. —Luego te vas. Sin objeciones.
—Vampiros y zombies. Por mí está bien. Espero no te asustes.
—Ya no soy una niña, Itachi.
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Había anochecido, Sakura estaba completamente abstraída con lo que mostraba la televisión, Itachi la miraba de reojo. Su brazo todavía estaba en el respaldo detrás de su espalda, pero ambos inconscientemente se habían estado acercando a medida que comentaban el programa. Vieron más de un capítulo de la serie de vampiros e iban por el tercero de la serie de zombies. La comida ya se había acabado y después de tan extenuante maratón, ninguno tenía una excusa para estar con el otro más que estar con el otro. Al término del capítulo, Sakura pausó la TV.
Itachi inició la conversación antes de que ella lo echase. —Estás molesta conmigo —afirmó.
—Eso es obvio.
—¿Es porque viste a Izumi en casa? —Sakura bufó —Ella y yo no estamos juntos, Sakura. Y hasta donde sé, tú y yo tampoco
La pelirrosa lo miró con ira. —Eso lo sé.
—¿Entonces de dónde nace la molestia?
Sakura volteó completamente su cuerpo para enfrentarlo. —Decides besarme el fin de semana y luego en la semana te ves con Izumi, ¡¿llega el fin de semana y me buscas de nuevo?!
—El fin de semana estaba borracho. —rebatió.
—¿Entonces no lo hubieras hecho?
—Me hubiese controlado.
—¿No lo hubieras hecho? —repitió.
—No.
—Bien. —Sakura evitó su mirada. —¿Entonces qué haces acá?
Itachi no pudo responder. No sabía qué hacía allí, se apretó el puente de la nariz para pensar. El silencio se instaló entre ellos, solo siendo interrumpido por el zumbido de la televisión. —Solo quiero pasar tiempo contigo como antes, — Sakura no supo si su corazón ardió por pena o emoción. —llevo un año equivocándome contigo.
—¿Por besarme?
—Entre otras cosas —Itachi la miró. —no debería pensar en ti como lo hago. No es correcto.
—Bien.
Sakura miró hacia el frente nuevamente, perdiéndose en sus cavilaciones. Sabía hace mucho que debía dejar de pensar en Itachi como lo hacía y al parecer él se encontraba en las mismas circunstancias. Dolía saber que era de cierta manera correspondida y que no podía hacer al chico cambiar de opinión, se veía obstinado en no cruzar un límite que ya había cruzado hace bastante.
Con los pies aún sobre el sofá, Sakura se acercó a él. Él alzó su brazo para recibirla en un abrazo y puso el mentón sobre la coronilla de la chica. Acurrucada como estaba, la pelirrosa deseó que el momento fuese eterno. Y lo fue, por unos 5 minutos.
—Ya debería irme, es medianoche.
—No te vayas —demandó la chica, apretando el brazo que la rodeaba. —Quédate un rato más.
Itachi accedió asintiendo y decidieron poner la novela de vampiros, acurrucados cubriéndose del frío otoñal con el cuerpo del otro. Los dedos del joven decidieron explorar los hombros escondidos debajo del cardigan y luego su mano se hallaba acariciando su brazo, el cardigan había caído por su hombro y se lograba ver la blusa lencera que estaba debajo de este. Itachi se deleitó.
Sakura subió la mirada de la televisión hacia los ojos de su amigo, la temperatura de su cuerpo había subido rápidamente con la caricia astuta del chico y su corazón latió desaforado cuando lo vio mirándola así. Itachi se acercó a besarle la mejilla, luego la comisura de sus labios y cuando ella cerró los ojos, la besó con ganas poco contenidas. Entre besos, lograron zafarse del cardigan. Sus manos se reacomodaron en el cuerpo de la chica, una en la espalda rodeando su cintura con fuerza y la otra entre su cuello y la mejilla, con el pulgar peligrosamente cerca de su boca. El agarre de Itachi se hizo más fuerte y la joven inevitablemente sintió su pecho ser presionado contra el de él, se acomodó a horcajadas sin despegarse y repartió besos en su cuello mientras él la acariciaba. Itachi soltó una serie de suspiros tenues ante el contacto de los labios de ella sobre la piel de su garganta.
Cuando sintió que estaba perdiendo el control, la detuvo. Suspiró con la cabeza echada hacia atrás. —Lo siento. —Sakura se detuvo, no dijo nada. —Ven aquí.
Pasó su manos por sobre sus hombros y la volvió a cobijar y susurrarle palabras de perdón.
Sakura suspiró también. —Debes dejar de jugar conmigo, Itachi, —cerró los ojos con pesar —si no lo haces yo también jugaré. Y soy tramposa.
—o—
La mañana de domingo de Itachi se vio marcada por tres eventos: 1. despertar al lado de Sakura. 2. Izumi esperándolo en su casa y 3. una pelea que no pudo evitar.
Al momento de abrir sus ojos, se halló recostado en el sofá verde de terciopelo con la pelirrosa durmiendo recostada sobre él. Una cobija los tapaba a ambos y desde su posición vería el rostro de la chica en paz. Supo de inmediato que el clima afuera estaba frío por ver una de las ventanas empañadas.
Viendo hacia afuera, recordó que la última vez que habían dormido juntos eran niños, una noche en que habían visto por TV cable una película de terror de bajo presupuesto. Itachi no se vio muy aterrado, después de todo en ese momento ya tenía 11 años y se había ido de campamento varias veces, enfrentando de primera mano el terror de dormir a la intemperie. Sasuke, de 7 años, estaba a un costado fingiendo desinterés con rostro orgulloso, pero internamente aterrorizado; Sakura se encontraba a su otro lado, tomada de su brazo y escondiéndose detrás de este. Entonces Itachi puso un brazo protector alrededor de sus hombros y le explicó que todos eran actores pagados. La niña logró calmarse el resto de la película, y al llegar la noche, cuando Mikoto la llevó a la habitación que a veces disponían para ella, no aguantó el terror y se escabulló dentro de la habitación de Itachi mientras todos dormían. El chico se sorprendió de verla allí, cualquiera la hubiese recriminado severamente la acción de meterse en la habitación de un chico, pero ante su desconsuelo, Itachi permitió que durmiera junto a él, asegurándose de llevarla a su cuarto en la mañana.
Esta ocasión difería totalmente de la anterior.
De partida, ya no eran niños inocentes y anoche lo habían dejado claro. Si bien no pasó a mayores, pequeños besos inevitables no faltaron por el resto de la noche, hasta que ambos cayeron dormidos. Y abrazados. Además, la posición sugerente en la que estaban hubiese sido causa de dar una serie de explicaciones si hubiese llegado la madre de Sakura esa mañana. La pelirrosa estaba completamente recostada sobre el pecho de Itachi en su blusa lencera, que llegaba arriba de su ombligo y tenía un encaje bonito en el escote, una de sus piernas estaba por sobre la cadera del Uchiha y sus brazos abrazándolo por sobre pecho. Él, por otro lado, tenía su mano en su cadera, peligrosamente cerca del trasero de la joven, su pulgar acariciaba la piel desnuda sobre su pantalón de pijama, mientras que el otro brazo hacía de almohada detrás de su propia cabeza. No había dormido para nada mal.
Mantuvo los ojos cerrados hasta que ella despertó, un poco avergonzada. Mientras él se desperezaba, ella fue a soltarse el cabello y ponerse una blusa más apropiada. Después de asearse, volvió a la sala de estar, que Itachi ya había limpiado.
—Ven a desayunar a mi casa. —le dijo.
—¿Y decirle a tu madre que dormiste aquí?
—No tenemos que decirle nada —la agarró de la cintura y le susurró en el cuello —dime que sí.
Sakura giró sus ojos —Está bien. —Tomó un hoodie ajustado con cierre, se puso sus uggs y partió detrás del Uchiha. Mientras caminaban, Itachi le comentó con la cara más seria posible lo que más le gustó de su novela, la describió categóricamente como el programa más seriamente cursi e inesperadamente sangriento que cualquier persona podría ver, provocando una risa en su amiga. Al llegar a casa, caminaron a la sala de estar, donde el olor del desayuno ya estaba aromatizando el ambiente. En la mesa del comedor se encontraban Mikoto, Fugaku y sorpresivamente, para la pésima suerte de Sakura, Izumi.
Esta última contuvo la respiración cuando la vio, se veía perfectamente casual y otoñal. Pantalón café de cotelé y suéter blanco de cachemir. Recién salida de una revista de golf y finanzas. Ella solo había llegado en pijamas. La castaña le devolvía una mirada poco transparente, dio una sonrisa cordial y un sorbo a su té.
La tensión se sintió entre los tres, pero los padres de Itachi no la percibieron e invitaron a su hijo y a Sakura a acompañarlos con una sonrisa hacia la pelirrosa. Durante esos minutos, ni Mikoto ni Fugaku preguntaron por qué Itachi no había llegado a dormir ni por qué llegaba con Sakura, habían hechos que eran obvios y ellos decidieron omitirlos de la conversación por el bien de lo que era un buen ambiente, según ellos. Pronto decidieron irse. Fugaku trabajaba semana por medio en Iwa, por lo que cada semana disfrutaban lo más que podían del otro.
Cuando los tres jóvenes se encontraron solos, Itachi sintió la tensión incrementar y por primera vez tuvo el presentimiento de que era algo que no podría controlar.
—Itachi-kun, cuando llegué no estabas. No sabía que habías ido a buscar a Sakura-chan a su casa. —No obtuvo respuesta del pelinegro y esta vez se dirigió a la chica frente a ella— ¿Has venido a desayunar porque tu madre no está, Sakura-chan?
—No, no está. —pausa— Por eso Itachi durmió en mi casa. —contraatacó pasivamente la pelirrosa, sin dar demasiada información, solo lanzando vanidosamente un hecho general. Izumi la miró con seriedad.
—No sé qué significa eso, pero Itachi y yo nos acostamos hace unos días, —escupió la castaña, y por su rostro se intuía que fue involuntario, pero ya no había vuelta atrás para ella. —así que si estás pensando —esta vez se dirigió al Uchiha —en estar con ambas, no lo pienses. He estado años esperándote.
—Izumi-
—¡No pienso pelear contigo por un hombre! —alzó la voz Haruno —No importa lo mucho que me guste. Si crees que estás en guerra conmigo, Izumi, entonces estás peleando sola.
—Aún si fuese una guerra, Sakura —enfatizó en su nombre. —tendría todas las de ganar. Itachi-kun y yo tenemos historia. Una real. No la fantasía que te fabricaste en tu cabeza de niña.
Auch, eso dolió. Ambas se miraron seriamente por un par de segundos y finalmente Sakura se puso de pie ante el silencio general —Bien. —e hizo el gesto de ondear una bandera blanca.
Sakura se fue de casa de los Uchiha y no le habló a Itachi durante toda la semana. Esta vez, ni siquiera se molestó en abrirle la puerta.
—o—
N/A: LO MUCHO que me gustó escribir este capítulo skdfs. ¿Qué les pareció? Se viene el drama y el ansiado sasusaku entre tanto itasaku. ¿Qué les gustaría leer?
Hasta ahora es el capítulo más largo. ¿Review?
