Hola!
Hey, miren, otra vez antes de un mes! Estoy escribiendo mucho otra vez XD Ya tengo casi terminados otros cuatro trabajos, para subir los siguientes días.
Creo que tendremos actualización de esto hasta noviembre.
Capítulo XIII
"Impresiones"
El sábado por la mañana Adora y Mermista repitieron antes de que la rubia tuviera que ir por su hijo. Fue ahí cuando Adora conoció la mansión Everdeen, comprobó, o mejor dicho, Bow insistió en mostrarle el área de los jardines donde ya estaban listas mesas y carpas. Y también insistió en que tomara un refrigerio con ellos, aunque se verían en la noche, como les era tradición para cada cumpleaños de los tres.
Perfuma estaba en especial atención para ella. Cada detalle tenía que ser corroborado con Adora, no importaba lo pequeño que fuera.
Lo que Adora no sabía es que Perfuma ya era tan amiga de Sea Hawk y Mermista como Bow, y habían esperado casi hasta el último momento para ver si la propia mamá proponía algo por el cumpleaños. Gracias a la maestra es que Mermista tenía un ojo sobre su mejor amiga, de otro modo habría sido mucho más difícil respetar los tiempos de Adora y dejarla sola como le pidió.
Varios amigos de Adora estaban decididos a realizar un pequeño festejo por su cumpleaños en Enero, en contra de sus deseos expresos, y fueron detenidos por Bow y Perfuma. Había momentos para presionar y otros para esperar y algo le decía a Bow que una muestra tal de cariño y cuidado, en otros momentos bienvenida, solamente empujaría a Adora a encerrarse más y esforzarse para dar una buena cara. Respetaba la fuerza e incomodidad que representó para su amiga el expresar que quería estar sola.
Pero ahora, se había terminado la espera.
Cobijados bajo la excusa de que era el cumpleaños del niño, y siempre le realizaban una fiesta con familia y amigos, también aprovecharían el buen humor y disposición de la mamá soltera para que ella también se divirtiera, como si fuera su propia fiesta.
La fiesta empezaba formalmente a mediodía, pero Adora estaba feliz de que los tres felinos se les unieran desde antes. Catra no parecía animada, pero recordó que Bow le comentó que la vio salir la noche previa, entonces lo más seguro es que Catra estuviera desvelada, y le agradecía igualmente que se presentara a una fiesta infantil en donde no conocía nadie. Y así se lo hizo saber de nuevo mientras compartían un entremés antes de la llegada de los demás invitados.
Muy puntual y en una camioneta negra enorme, arribó Huntara y con ella, sus dos chicas y tres niños. Eran la gárgola, una carnera y una sátira. Cornell era el mayor de los niños, y la que debía ser su madre tenía el mismo suave pelaje en un rosa pálido y el cabello de un fogoso rojo. Los otros dos niños tenían astas y pezuñas. Lo distintivo de las mujeres a pesar de sus razas es que todas traían alguna prenda representativa. Los colores de la ancha liga para el cabello de Huntara, le indicaban a todos su lesbianismo y algo que sorprendió a Adora, pero no mencionó, es que la sátira era asexual, indicándolo gracias a una pulsera. Huntara no dejaba de sorprenderla.
Los niños se hicieron amigos en seguida y fueron a disfrutar de los juegos. Adora apenas estaba terminando de pedirle a Huntara y la carnera, Fiora, que se quitaran las botas, cuando llegaron George y Lance.
Presa de la falta de sueño, Catra observaba fuera de sí la acción a su alrededor. Otra vez salían a relucir sus diferencias con Kate. Era común que las creencias sobre los gatos se aplicaran a therians felinos, y con especial hincapié a los magicats, pero había muy poco confirmado en realidad. Ciertos o no esos rumores, Kate era más extrovertida, traviesa y carismática, lo cual aparentemente era muy congruente con su pelaje pelirrojo anaranjado. Jack, aunque más tranquilo, también tenía un agradable don de gentes.
Este grupo de gente estaba en el limbo en lo referente a Catra. Eran demasiadas personas para ser un grupo chico, pero todavía muy pocas para ser un gran grupo y poder perderse entre la muchedumbre. Aquí todavía existía oportunidad de entablar conversación con cada cual. Pero había algo que lo complicaba todavía más: Adora la presentaba con alegría. No con todos, pero sí con varias personas. Eso le ayudó a Catra a jerarquizar.
Conocer a los abuelos de Lancer fue interesante: los hombres deberían estar en sus cincuentas y eran positivamente melosos. Hicieron ademán de abrazarla como a Adora, pero por suerte Kate estaba ahí para funcionar de escudo. Las entrañas de Catra ya no se retorcían con violencia entre sí cada vez que Bow se le acercaba a Adora e interactuaban.
Toda esa hora fue una dura prueba para su paciencia. Apenas entendía que la cantidad de gente presente era gracias únicamente a la familia de Bow, y eso que no estaban todos sus hermanos en la ciudad al parecer. Y la otra mitad o tercio restante, eran los amigos de Lancer y sus padres, y cuando casi a la una llegó la última pareja (porque al parecer también era la única soltera ahí, fuera de Adora) comprobó que ella era la única amiga de Adora que no tenía nada que ver con Bow. Suponía que Kate no contaba por trabajar para él.
—¿Entonces no conocías a Adora cuando se mudó al departamento? —le preguntó a Kate mientras seguía picando las manzanas rebanadas que había tomado al principio.
Los refrigerios estaban bien, pero necesitaba algo más sustancioso. Aunque como bien ya se lo había comentado Kate, fue su culpa quedarse dormida. Jack y ella sí habían desayunado. Catra se tragó su descontento, a ver si así se llenaba su estómago, mientras seguía con las manzanas y algunos otros dulces.
—No… bueno, es un decir. La conocía de vista. El director lleva casi cuatro años en la escuela, y todos conocíamos a su esposa. Después llegó Perfuma y… —la magicat pelirroja se detuvo un poco tarde. Catra se le quedó viendo con las orejas dirigidas a ella, pero ya llegaba Adora después de recibir a un hombre con bigote y dos niños pequeños, ambos de cabello azul.
Para su sorpresa, Adora se había sentado con ellas para platicar.
—Bueno, solo faltan Mermista y Spinni… Catra, Kate —las llamó muy de pronto la pediatra con seriedad. —Cualquier cosa que les diga Mermista, no se lo tomen en serio —declaró la rubia.
—No. No te preocupes —le aseguró Kate, que buscaba cambiar el tema también.
Catra estaba a punto de decirle algoa Adora, pero un niño empezó a llorar y sin decir adiós fue a ver qué pasaba.
—Antes de que digas nada: es tema de ellos. Yo no sé qué pasó pero lo que sea que haya pasado, no creo que Adora estaría celebrando esta fiesta aquí si las cosas estuvieran mal —y Catra se volvió a desinflar porque nadie la dejaba hablar.
—Necesito un trago —dijo al fin.
—No creo que vaya a haber aquí.
—Siempre voy a llevar alcohol a las fiestas de tus hijos ¿entendiste?
Y Kate le lanzó un coletazo a la cara.
—De tus sobrinos, dirás.
Catra se vio obligada a convivir con las demás personas cuando resultó que su hermana conocía a algunos de los otros invitados, ya no había más compañeros de trabajo, pero algunos de los amigos de Lancer habían estado antes con Kate y ella conocía a los padres. Catra más bien se mantenía en un bajo perfil, ya no se sentía mal, solo desanimada. Observó que a todos los que usaban calzado se les pidió quitárselo, ni siquiera el staff que cuidaba a los niños, bajo la constante supervisión de Adora, los traía puestos.
Un rato después llegó otra pareja; de una mujer grande y rosada y otra oscura. Catra se sintió juzgada, o mejor dicho, evaluada por la mujer de cabello rosado cuando Adora las presentó, quien también estaba un tanto nerviosa. Pero como parte de los anfitriones, la rubia realmente no había tenido tiempo de pasarla con ella, por lo que la magicat estaba un poco decepcionada.
Perfuma era el tipo de mujer que siempre estaba sonriendo, solo por eso ya le caía algo mal. Bow era otro tanto, y Adora a su lado, relucía. Para Catra era tan extraño eso. No importaba lo poco o mucho que supiera del trasfondo, Adora y Bow sencillamente eran almas gemelas en el sentido más platónico que Catra conociera y eso que solo llevaba observándolos unas cuantas horas, que ya se le hacían eternas.
A las dos, Perfuma les llamó a todos la atención, con ayuda de Bow, y abrió un túnel de plantas ante un gesto de sus manos, en el denso follaje del jardín. Magia elemental. A Catra cada vez le caía peor. Pero tras el túnel había otro espacio abierto y una pista de tierra y una docena de cuatrimotos grandes. Eso sí era del agrado de Catra.
Y de la pediatra. Adora estaba sorprendida y riñendo a Bow por las motos, pero no había verdadero sentimiento en sus palabras. Las cuatrimotos eran en realidad gesto de Mermista.
Adora, con Lancer entre las piernas, Bow, con uno de los niños del otro hombre, el tal Sea Hawk y él con su otro hijo, abrieron las carreras. O al menos la pista. La pequeña pista rápidamente se llenó de papás e hijos compitiendo o solo disfrutando del pequeño paseo. Algunos adultos también se subieron solos y la competición cuando Catra se subió a una, incitó a Adora a acelerar lo más que podía en los motores arreglados para no excederse de cuarenta por hora.
Fue refrescante y para la magicat fue el punto faltante para decidirse a comprar una motocicleta. Las torpes cuatrimotos tenían un pésimo centro de gravedad, y pese a la poca velocidad, la emoción de la pequeña competencia, el desafío de un vehículo que rara vez había ocupado y no respondía a la inclinación de su cuerpo, más el reto de la pequeña pista con sus curvas cerradas y algunos columpios, disfrutó tanto como los niños que iban acompañados de algún adulto.
Además de que fue el primer momento del día que no tuvo en mente su desgana, la presencia de Bow, los desconocidos; sólo la sonrisa de Adora y su cabello agitándose al viento. Definitivamente iba a conseguir otra moto.
Pasadas las tres fue que la tal Mermista arribó.
Una belleza curiosa para Catra, evaluó que de encontrársela en un bar o antro, le agradaría mucho llevársela a la cama. El interés decayó un poco cuando saludó al de bigote con los niños pequeños con un suave beso en la boca.
Adora la saludó tan alegre como a cualquiera.
—...que bueno que pudiste salir —le decía la rubia a la recién llegada mientras caminaban hacía donde Catra se había alejado un momento mientras Kate se hacía amiga de la sátira compañera de Huntara, de quien Catra seguía escuchando risitas cada que la veía con Adora.
—Sin problema, Dora. Solo necesitaba terminar mi turno en el hospital. Ya sabes cómo es eso.
La magicat escuchó con atención, como siempre que llegaban nuevos datos sobre Adora. Hasta ahora no entendía del todo su rutina, pero no parecía ser compatible con una doctora en un hospital.
—Sí, se que puede alargarse.
—Era un día tranquilo en realidad, dejé a Evan a cargo…
—Me alegra que siga en el hospital… ¡OH! Catra, quiero presentarte a Mermista: es mi mejor amiga de la universidad y la esposa de Sea Hawk.
La mujer de cabello azul en un peinado alto y uñas negras inspeccionó abiertamente a Catra, de pies a cabeza. La magicat agitó las orejas, aireada, e incrementó la fuerza de su propia mirada. Seguía con el ánimo mejorado por la carrera y estaba dispuesta a recibir de la mejor forma a esta extraña, pero se cuadró.
—Ista, ella es Catra, hermana de Kate —la voz de Adora sonó temblorosa, sintiendo el ambiente de la nada, pidiéndole a Mermista con la mirada que se comportara.
—Adora me ha platicado mucho de ti —dijo Mermista ofreciendo su mano.
Catra lo pensó un segundo antes de aceptar el apretón y lo hizo concediendo un gran favor. La sirena solamente acentuó una sonrisa incierta y arrogante. Catra la emuló.
—Me gustaría poder decir lo mismo —respondió Catra con la misma energía.
Adora las miraba nerviosa, no sabiendo cuál era el juego de su amiga y sin saber exactamente cómo lo manejaría la magicat.
—No te preocupes, Gatita: Adora siempre se guarda lo mejor.
—¡Mermista! Yo solo quería que conocieras a Catra. Mejor vamos a que saludes también a Perfuma.
—Tranquila, Dora. Todo está bien, ¿Verdad, Gatita?
Catra prefería ahora a Huntara que le llamara así. Al menos la gárgola lo decía sin malicia, y ahora que la veía besando y hablando con sus propias chicas y Adora ya no la veía como agua en el desierto, podía decir que la gran masa de músculos magenta en shorts caqui y camisa arremangada le caía bien.
—Claro, Adora. Todo está bien ¿No quieres dar otra vuelta en las cuatrimotos? —ofreció Catra tratando de llevarlo liviano.
No sabía si lo que detectaba de Mermista eran los típicos celos de la mejor amiga o estaba marcando territorio de otro modo.
Decían que para conocer a alguien podrías fijarte en sus amigos. Hasta este momento Catra podría decir que era cierto sobre Adora. Bow y todos los otros que estaba conociendo, incluso la princesita de las flores, eran amables, alegres, divertidos y parecían en general un montón de buena gente que podría provocar diabetes a personas más reservadas, hurañas y maliciosas como Catra. Pero pronto comprobaría que le quedaba mucho por descubrir no solo de los amigos y el entorno de Adora, si no de la misma.
Adora titubeó ante el ofrecimiento de Catra, sus ojos brillaron con emoción otra vez y la mirada de Mermista se suavizó.
—Yo puedo defenderme solita, Dora, ve con tu nueva amiga —pese a sus palabras irritantes, hasta Catra pudo detectar el nuevo tono sincero. —Voy a refrescarme un poco, y después seguiremos con los juegos. —Ante eso, Adora brilló todavía más.
Antes de que nadie pudiera decir más, la rubia se llevó de la mano a Catra, mientras Mermista las veía alejarse para después dirigirse a las largas mesas donde dos miembros del staff se aseguraban que siempre estuvieran llenas de los bocadillos, dulces y bebidas preparados.
Mermista estaba feliz por su amiga. De verdad ya tenía mucho tiempo que no conocía a nadie nuevo, y después de lo que había pasado, al contrario, se estaba alejando de todos. Pero tampoco es que iba a dejar que cualquiera se acercara a Adora, que era demasiado buena e ingenua para su propio bien. Era su privilegio como mejor amiga asegurarse de que cualquier prospecto fuera adecuado para su amiga, y parte de ello implicaba que pudieran soportarla.
—¿De qué hablaba tu amiga? —Adora suspiró un poco. Ya conocía a Mermista, y aunque de verdad quería que conociera a Catra, era demasiado pedir que lo hiciera sencillo.
Sin embargo, los juegos era una parte de la que estaba muy emocionada y ya que habían sido sugerencia de Perfuma (a través de otra idea de Mermista) estaba todavía más contenta. Hasta ahora la fiesta había sido muy estándar, platica y comida para los adultos; juegos y shows para los niños. Fuera de la sorpresa de las cuatrimotos. Para el resto de la tarde quedaban solo tres eventos: el rally, la comida y el pastel. Después de eso, cualquiera era libre de acompañarlos a que Lancer abriera sus regalos.
—Después de esta carrera, lo verás. —le sonrió, para agregar —Lo siento, por eso te dije que no te tomes nada en serio de lo que pueda decir. Le gusta hacerse la intensa pero es muy buena en verdad.
—Lo recordaré si tú lo dices —ofreció Catra sin comprometerse en realidad. No estaba aquí para impresionar a nadie… quizás solo a cierta rubia que iba directo a las motos libres a un lado de la pista.
Bow se acercó hasta Mermista cuando ella llegó de nuevo a la mesa donde estaba Sea Hawk, ya esperandola con un refresco y lo que estaba haciendo las delicias de Kate en otra mesa; brochetas de frutas cubiertas de chocolate derretido.
—Hola, Ista. ¿Cómo ves a Adora? —preguntó él con cierta aprehensión.
Aunque él tenía el título de Mejor Amigo y que era el que más tiempo tenía de conocer a Adora, sabía que entre las dos mujeres había otro tipo de entendimiento. Existían cosas que simplemente él no podía comprender.
—Lo está haciendo mucho mejor —Sonrió un poco. —Tenía mucho tiempo de no llamarme, pero estuvimos platicando y la escuché… normal otra vez.
Bow volvió a respirar. Ni siquiera se había dado cuenta que estaba reteniendo el aliento.
—No sabes el alivio que me da que tú también lo pienses. Las últimas semanas han sido consistentes y la noto mucho más despierta.
Y los dos la escucharon reír y gritarle a Catra que era una tramposa por alguna razón. Aunque no podían verla, los dos sonrieron.
La atmósfera entre Adora y Catra parecía cargada de tensión y emoción mientras competían en sus cuatrimotos. A pesar de la rivalidad evidente en la pista, también se percibía un vínculo especial entre ellas.
—Parece que esta carrera se está volviendo cada vez más interesante —comentó Adora con una mirada desafiante en dirección a Catra.
—Oh, Adora, siempre estás buscando emoción, ¿verdad? —respondió Catra, con una sonrisa traviesa en el rostro.
El rugido de los motores resonó mientras continuaban compitiendo en la pequeña e improvisada pista. Esquivaban a otros motoristas y algunos las animaban, ya que solo estaban observando la carrera. La adrenalina fluía en sus venas, y la competencia solo parecía intensificarse con cada giro.
Al llegar al final ambas cuatrimotos estaban prácticamente codo a codo. La meta estaba a la vista, y ninguna de las dos estaba dispuesta a ceder.
—¡Tomar la curva interior no es justo! —le recriminó Adora a Catra, ya que en la penúltima curva, había otra pequeña curva secundaria, pero casi nadie la estaba tomando ya que al ser más pequeña, también era más cerrada.
Catra sintió las dos llantas exteriores en la curva levantarse del suelo, y tuvo que ocupar su peso para contrabalancear la cuatrimoto pero logró ganarle a Adora la carrera.
—Solo eres una mala perdedora, Grey.
—Oh. Eso es bajo —le dijo Adora entrecerrando los ojos pero sonriendo.
—No sabes que tan bajo puedo llegar, Adora —y Catra no pudo evitar el tono peligroso y coqueto, más el ligero ronroneo que acompañó sus palabras.
Adora, aunque había perdido, no evitó reírse.
—Bueno, al menos sé que siempre habrá emoción contigo, Catra.
La tensión entre ellas se había disipado, y ahora estaban disfrutando del momento, compartiendo risas y complicidad. Parecía que esta competencia no solo les permitía liberar su espíritu competitivo, sino también fortalecía su conexión. En la mirada azul brillaba una intensidad que la magicat no sabía descifrar.
—Sabía que te gustaban las motos, pero no que eras tan buena. —le dijo Adora después de caminar hacia el túnel que las llevaba al área principal de la fiesta.
—Antes… Hace algunos años, competí en Media Luna —dijo con reserva.
—Con razón. Debe ser emocionante. —Adora le dio una sonrisa plana, entendiendo que había más detrás de esas palabras.
—¿Tú nunca has competido?
—Realmente no. Mi primer moto fue una pequeña de trabajo, era de un hermano de Bow que ya no la utilizaba —Adora se detuvo cuando llegaron a las mesas y le hacía una seña afirmativa a Perfuma y Bow, que platicaban con el otro matrimonio de amigos. —Cuando el motor ya no dio más, me gustaba tanto que decidí comprar a Swift Wind.
—¿Le pusiste nombre a tu motocicleta?
—¡Oye! No podía dejarla sin nombre —Adora hizo un puchero, de esos que le encantaban a Catra.
Los cuatro amigos personales de Adora ya se acercaban. Catra lo había deducido por el tono de voz de la rubia al hablar con ellos y de ellos, por el brillo de alegría y expectación cuando se los presentó. Era lo que parecía lo más cercano a una familia para ella.
—Hey, Catra, parece que le ganaste a Adora.
—Estuvo muy reñido —concedió Catra con un elegante movimiento de la mano.
No sabía si se sentía más cómoda con Bow o con Mermista, pero estar cerca de Adora, y que ella le estuviera prestando atención, valía cualquier incomodidad.
—Okey, Gatita, ya que te gusta competir espero que nos ayudes a ganar el rally. —Mermista sin duda no le iba a dejar pasar un tiempo sencillo.
—¿Un rally? —preguntó la magicat hacia Adora.
—Preparamos una pequeña competencia. ¿Vas a participar?
—Sí —dijo antes de poder pensarlo. La mirada ilusionada y animada de Adora era su perdición.
Mermista no perdía detalle alguno.
Ante las miradas ligeramente curiosas de los adultos y algunos niños molestos porque no los dejaban jugar más, el staff los reunió a todos en el centro del espacio entre las mesas y los inflables. Kate y Jack se acercaron hasta ellos, extrañados.
—¡Hola! Hola a todos —llamó Bow— Estamos a punto de empezar el rally, es solo una pequeña competencia para abrir el apetito —hubo un ligero movimiento de las personas y Bow acentuó su sonrisa —Necesitamos saber quiénes quieren participar así que les pido a los que prefieran observar y animar, regresen a sus mesas.
Varios adultos y niños regresaron al lugar, pero todavía curiosos, entre ellos, Kate. La mayoría permaneció de pie y Perfuma tomó la palabra.
—Adora, Bow y yo escogeremos para formar tres equipos.
Y así empezó el rally. Rápidamente se formaron equipos. Sin importar la razón, a Catra la emocionó mucho que fuera la primer elegida por la rubia. Bueno, la primer adulta porque también estaban escogiendo a los niños que había y Lancer fue su primero.
Perfuma le robó a Mermista, pero Adora se quedó con Huntara y Fiora. Bow escogió a Sea Hawk y sus niños, junto a Cornell. Trataron de ser lo más equilibrados y cuando estuvieron listos, el staff ya había terminado de acomodar lo que necesitarían.
Los abuelos de Lancer, junto a Spinni y Netossa, eran los jueces elegidos ya que no participarían. Aunque Netossa miró triste a Spinni, pero era la primer fiesta con Adora y la mujer rosada ya sabía cómo era su esposa en las competencias.
Eran pequeñas carreras para los niños y aquellos que no podían o querían correr mucho. Para los adultos que estaban dispuestos a más acción, había preparadas pruebas de fuerza y velocidad. Y el fin de todos los juegos, era tener todo listo para que el staff pudiera preparar las ensaladas y hamburguesas que les recompensarían.
La primer prueba se dividió entre aquellos que cortarían los troncos (ahora Jack entendía para qué las hachas) y los que llevarían los leños hasta las parrillas. El equipo de Adora tenía una clara ventaja en esa actividad porque Huntara y Adora no solo tenían la fuerza para cortar las grandes rodajas de madera, si no la técnica. Catra tendría que ir más seguido a una tienda de artículos para acampar si podía conseguir a alguien con esa misma estamina y destreza. Pero Bow y Seahawk no se quedaban atrás. El equipo de Adora fue el abrumante ganador de esa prueba.
Después tuvieron que montar las parrillas portátiles, que eran bastante grandes y de aspecto profesional. Como ya casi todos los niños sabían leer, ellos fueron los encargados de dirigir y coordinar a los adultos de sus equipos para poder armar las parrillas, con la ayuda de unos curiosos cuadernillos de instrucciones. Ahí fue donde Catra entendió en que había estado tan ocupada Adora. Además de que parecía ser la primera vez que convivía directamente con Lancer, y no solo a través de saludarlo entre sus actividades.
El cumpleañero era un líder natural. Mamá e hijo juntos eran un dúo dinámico de risas y bromas. Adora hacía obedientemente lo que el niño pedía y el resto de los adultos estaban siendo igual de indulgentes con el resto de los niños, que se habían puesto muy serios para leer las instrucciones.
Lancer estaba muy animado, valiéndose de su papel de festejado para dirigir también a los otros niños.
Gracias a las armoniosas vibras de Perfuma y la increíble habilidad manual de Jack, lograron ganar el armado de las parrillas, aunque seguidos muy de cerca por los otros dos equipos. Sin embargo, los jueces fueron implacables con los detalles más pequeños.
Perfuma solo no era vegana por requerimientos médicos pero trataba de consumir la proteína que necesitaba solo de huevo y leche, sin embargo, entendía que otras especies sí necesitaban una importante ingesta de carne o simplemente a otras personas les gustaba consumirla, como a Adora y a Lancer. Por eso el siguiente juego era preparar la carne molida y llevar los ingredientes.
Los equipos se organizaron en grupos más pequeños para llevar ingredientes, moldear la carne y picar y acomodar.
Ya que la cantidad de niños era grande, el iniciar los fuegos y la cocción estaba a cargo del staff. No niños cerca del fuego.
Los niños corrían con un jitomate, cebolla, lechuga u otras verduras a la vez para llevarlos hasta las mesas donde los adultos estaban lavando y picando. Todo era algarabía, risas explosivas de los niños, que se animaban entre sí a correr más rápido, porque solo uno por equipo podía participar a la vez en una especie de carrera de relevos.
Catra se encontró contagiada de la emoción general y descubrió a una nueva Adora, que debajo de la animosidad, emergió la líder que Lancer emulara en la actividad anterior. Adora tenía una voz de mando natural, no opresiva ni demandante, pero cargada de autoridad y seguridad, con ello dispuso rápidamente a los otros adultos de su equipo para el mejor trabajo conjunto posible, porque no importaba si solo era una pequeña competencia en una fiesta infantil, a Adora le encantaba jugar y ganar.
Los comensales que estaban en las mesas, también animaban a los niños, que ya solo estaban llevando los panes hasta la zona de preparación.
Pero pese a todos los esfuerzos, el equipo de Bow se llevó el tercer punto, gracias a Sea Hawk, que era un gran cocinero y ya que los tres equipos habían terminado prácticamente al mismo tiempo, los jueces tuvieron que recurrir a detalles como la presentación y la precisión de los cortes para declarar un ganador.
Los tres equipos estaban en empate. Y ya no quedaban actividades para competir. Solo quedaba una posible solución.
—Ya que todos dieron lo mejor de sí y tenemos un triple empate; los ganadores definitivos se van a decidir en una carrera de relevos —anunció con gusto Bow.
Con los ánimos todavía arriba, todos aprobaron la idea con gritos entusiasmados.
Se tomaron un pequeño descanso para tomar agua y recuperar el aliento mientras Adora y Perfuma demarcaban el espacio para la carrera.
En ese momento, fue que Mermista aprovechó para acercarse hasta Catra, quien se había alejado un poco, sin dejar de ver a Adora a lo lejos. Pese a los pasos descalzos sobre la hierba de la sirena, Catra la escuchó y volteó a tiempo de verla llegar, y sin ceremonia soltar:
—Muy bien, Gatita. Admito que eres caliente como una hoguera —Mermista acompañó sus palabras con una mirada llena de intención —Pero eso no impresiona a Adora.
Eso era un modo muy escueto de explicarlo y algo fuera de lugar para saludar. Aunque no del todo cierto. Todavía podía notar el brillo emocionado de Adora tanto por Huntara como por la carnera que aparentemente también era nueva para ella. Si Adora no tenía predilección por el físico de Catra, seguro tenía un kink en los músculos o el tamaño de las otras dos mujeres.
—¿En serio? ¿Entonces qué es eso de allá? —señaló hacia donde Adora estaba platicando con Huntara y Perfuma, y además de que las dos estaban flexionando los brazos, la rubia se notaba encantada.
—No es eso de lo que hablo, a cualquiera le gusta ver ciertas cosas. Pero Adora jamás se va a dejar llevar por un cuerpo increíble o una cara bonita.
—Yo sola puedo darme cuenta de eso. ¿Quién te dijo que necesito consejo?
—No es un consejo, es un favor… es decir, si quieres, claro —Catra no respondió pero movió las orejas hacia Mermista —Adora a veces necesita un poco de ayuda para ver ciertas intenciones.
—Tú dijiste que Adora se guarda lo mejor, ya veo que no te dijo que ella misma me puso un alto. Solo somos amigas. —el latigueo de la cola parda se acentuó.
—Los últimos meses no han sido sencillos para ella. Y solo te diré dos cosas entonces: Estás aquí por una razón y ten cuidado con tus pasos. —Se miraron intensamente un momento, Catra sin estar segura cómo afrontarlo. —Bueno, y que si quieres ir a un bar, me llames.
Catra se carcajeó con incredulidad.
—Quizás debí traer un pin como Huntara —dijo la magicat.
—Tal vez a mí también me hace falta uno —dijo Mermista señalando su cuerpo.
—Lo digo por tu esposo.
—Oh. Pero no te preocupes, aquí a cada quien le gustan diferentes exclusividades: Hawk es mi compañero de vida. —Catra sabía que el énfasis era otro mensaje encriptado.
Mermista se alejó antes de que Catra pudiera decir otra cosa, le dejó muchas dudas. Su comentario parecía una amenaza, pero según ella le estaba haciendo un favor.
La sirena, por su parte, estaba satisfecha de que Catra al menos tuviera la presencia de no dejarse intimidar por ella, y aunque era cierto que Adora evitó el pequeño detalle de que la magicat ya había movido sus fichas, todavía le agradó más que fuera alguien con la madurez para llevar una amistad sin esperar otra cosa. Aunque a su parecer, que respetara los límites de Adora no significaba que la dejara de ver con ojos arrebolados.
Y la verdad, la rubia era tan lenta a veces, que era un alivio que la magicat fuera directa al menos. Ahora habría que esperar a ver si tendría la paciencia de llegar al centro de Adora, aunque en la experiencia y el gusto de Mermista, como ya le había dicho, si estaba en la fiesta de su hijo, era por algo.
—Creo que con esta distancia es suficiente —dijo Adora.
Huntara y Perfuma inspeccionaron el área y también calcularon la distancia con la mirada.
—Sí, pequeña. No creo que sean más de cincuenta o sesenta metros… Bonito jardín el que tienes aquí, niña flor.
Adora se limpió nerviosamente la frente con el antebrazo, riendo un poco ante el comentario de Huntara. Sin duda nunca cambiaría su honesta y tosca personalidad. Pero Perfuma solo sonrío, contenta de hacer otra amiga. Además, debía de admitir que Adora tenía muchos amigos de muy buen ver.
—Todos los días dedico mis mañanas a cuidarlo, así que agradezco mucho que te sea agradable.
—Es magnifico. Muchas gracias por invitarnos. Adora me dijo que esta es tu casa —respondió la gárgola mientras Perfuma hacía crecer un arco de vainas y flores que marcaba en dónde los competidores debían dar vuelta y regresar al punto de inicio.
—Cualquier amigo de Adora y Bow es bienvenido siempre aquí.
Adora las dejó seguir hablando mientras regresaban al claro principal y veía cómo Mermista se alejaba de Catra y tuvo un escalofrío. Pero al verlas regresar, Bow ya estaba convocando a los demás a volver a formar los equipos de nuevo. Con el ligero descanso, algunos ya no quisieron retomar y regresaron a las mesas. La rubia vio con alivio como Catra acudía al llamado de Bow para el final de las competencias. Y que además daría tiempo a darle oportunidad al staff de terminar de preparar las hamburguesas para todos.
Kate se había levantado para estirar las piernas y estaba junto a Jack, y junto a la sátira que era compañera de Huntara. Catra se acercó hasta ellos, con ganas de rumiar un poco las palabras de Mermista.
Estaba disfrutando mucho más de lo que había esperado, pese a que Adora no había tenido mucho tiempo para ella, el ambiente general era divertido. Catra no recordaba ninguna fiesta como esta. Sus padres tampoco acostumbraban celebrar de este modo sus cumpleaños, lo habitual para ellos era salir de viaje o ir a algún establecimiento con una o dos amigas de cada hermana magicat y pasar la tarde ahí.
Uno de los favoritos de Catra fue cuando a los doce años las llevaron a una pista de patinaje y ahí empezó su gusto por la velocidad sobre ruedas.
Los comentarios de Mermista no venían a lugar a su parecer, pero no iba a dejar que le arruinaran más el día.
—Tendremos dos categorías: niños y adultos. Y es muy sencillo, van a tener que correr hasta donde se encuentra el arco y regresar, lo más rápido que puedan y darle la mano al compañero siguiente para que pueda salir, y gana el equipo que lo haga más rápido —explicó Perfuma.
Cada equipo se juntó para escoger el orden en que los participantes se irían pasando el relevo, con la ayuda de los todavía jueces, escogiendo por la edad y capacidades de cada niño.
Kate se le acercó a su hermana, estaban en la pequeña intimidad que les proporcionaba el que los demás ya estaban generando escándalo al empezar las carreras de los niños.
—¿Cómo te la estás pasando? —le preguntó al verla tan callada. —¿Te sientes mejor de tu resaca?
—Sí, mucho mejor. El aire fresco me ayudó mucho.
—¿Y qué Adora te escogiera de primeras? —Kate la provocó, pero las dos enredaron las colas y las movían a la par. Un movimiento para alentar y confortar.
—Puede que eso también ayudara un poco —no era que Catra lo fuera admitir también de primeras.
—Es muy diferente de nuestros cumpleaños, ¿verdad? —Catra asintió observando la acción. Para la tercer ronda, tres niños therians competían a cuatro puntos —Pero Jack está tan entusiasmado, solía hacer esto con sus amigos de niño. Quiere llamar a sus primos y amigos para salir a acampar, y creo que el director Bow y el otro de bigote lo están animando más. Tiene años que no hacemos algo así —el brillo enamorado en el rostro de Kate era una de las razones por las que Catra la había evitado al poco de terminar con Glimmer.
Le recordaba lo parecido que ella se había sentido en su relación. Pero con tanta alegría alrededor, era difícil recordarlo en este momento. Además de que Adora se les acercó, cargando a Lancer sin esfuerzo.
—Hey, Catra, Kate. —las saludó —He escuchado que los magicats son muy veloces en distancias cortas —Había algo de anticipación en el tono de Adora.
—¿Qué tienes en mente, Grey? —La sonrisa de Catra se escuchaba en su voz y le hacía brillar maravillosamente los ojos.
—El equipo de Perfuma va a dejar a Jack para cerrar la competencia ¿Te gustaría ser nuestra arma secreta? —con esa sonrisa competitiva, conspirativa y ladeada, hasta Kate tuvo que contener el aliento.
—Cuenta conmigo —dijo Catra sin pensarlo dos veces y la sonrisa de Adora creció. —Genial. Los niños ya casi terminan…
—¡Adora, Adora! ¡Ya le toca a Lancer, corre! —la llamó Huntara. Y se fue, lanzándoles una mirada de disculpa.
—Siempre es complicado ser anfitrión de una reunión —comentó Kate.
—Seguro que sí.
—¿Sabes, Catra? —Kate retomó después de ver y animar a Lancer, solo faltaba otra ronda de niños. Como los números no cuadraron, uno tuvo que repetir, pero parecía contento de hacerlo. Catra asintió para indicar que la escuchaba. —Nunca me había imaginado que Adora tuviera una familia así. —Las dos estaban viendo la continuación de la competencia y Adora estaba animada, saltando y gritando en su lugar para animar a los jugadores. Estaba radiante —Es decir, siempre la vi como alguien reservada y tranquila, solo jugando y sonriendo con Lancer. Y alguna vez escuché rumores de que es huérfana. Nunca le he preguntado, por supuesto. Tal vez sea cierto, porque aquí solo hay familia directa del director Bow…
La magicat castaña no la siguió escuchando porque la idea también estaba entrando en ella. Catra ya había observado destellos de este lado de la personalidad de Adora. Y era cierto, de todas las personas que Adora les presentó, el "parentesco" más cercano que mencionó fue "amigos", y la gran mayoría eran amigos mutuos de Bow también. Todos los demás eran los padres de Bow, sus hermanos y toda la familia que derivada de ahí y los propios amigos del niño. Pero Adora ya se lo había comentado en alguna ocasión, no tenía padres ni hermanos.
Pero ahí estaba: alegre, deslumbrante, divertida.
Lo más asombroso es que sabía en realidad lo que había detrás, que Adora le había confiado que ella pidió el divorcio, de que no tenía más familia que la de su ex esposo, que seguía siendo su mejor amigo.
Lo más sorprendente de esta situación era que, independientemente de quiénes estuvieran presentes en ese lugar, la verdad permanecía inmutable: Adora estaba experimentando una auténtica felicidad. Catra podía percibirlo claramente, incluso sin conocer los detalles de la vida personal de Adora. La imagen de Adora, radiante y alegre, disfrutando de la compañía de sus amigos, o tal vez viendo a todos como una única y enorme familia, seguía siendo genuina. Más allá de cualquier posible trama oculta.
En medio de aquel momento lleno de risas y diversión, Catra reflexionaba sobre la extraordinaria capacidad de Adora para encontrar la alegría en las relaciones y la amistad, incluso cuando su historia personal podría haberla llevado por un camino más oscuro. En definitiva, lo que importaba en ese instante era la felicidad palpable de Adora y cómo esa felicidad iluminaba el lugar, independientemente de los detalles de su pasado o sus relaciones familiares.
Lo grandioso es que no había nada, ni ahora, ni en todo el día, que minara esa verdad: Adora estaba feliz.
Y Catra por fin entendió que su malestar con Bow, no era por él, ni porque fuera directamente el ex esposo de Adora. No estaba celosa de él en la forma que lo podría estar de Huntara, que ahora mismo podía sentir los celos mientras las dos celebraban el triunfo individual de Lancer. Estaba celosa, le dolía, porque creía saber lo afectada que estaba Adora por la separación y a pesar de ello, no perdió a su mejor amigo.
Siguieron viendo la evolución de las carreras, algunos se ponían tan competitivos que terminaron rodando en el suelo luego de jalarse entre bromas. La primer muestra real para ella de que Perfuma y Bow eran una pareja fue cuando la profesora llegó a la meta y al pasar el relevo, Bow la recibió en brazos y la besó, se veían ridículamente contentos.
Las carreras de los adultos estaban siendo vertiginosas, mucho más alocadas y desorganizadas que las de los niños, y todos reían y gritaban emocionados, que Catra casi no se daba cuenta que ella también tendría que participar, mientras escuchaba a Kate comentar, y saltar y aplaudir emocionada con los demás, mientras Catra seguía teniendo su "eureka" del día:
Estaba celosa de la huérfana que abrazaba a sus ex suegros con cariño, que convivía en paz con la nueva pareja de su esposo… en fin, de la huérfana que tenía una familia amorosa.
La huérfana que corría con más velocidad de lo que Catra la había visto jamás, con una sonrisa enorme y la mirada determinada fija en la meta.
No se daba cuenta de que iban un poco en desventaja. Aún así la rubia chocó palmas con Huntara después de darle el relevo a Fiora. Adora estaba tan hermosa, con las mejillas arreboladas, sonriendo a sus amigos, recibiendo a Lancer en brazos, que Catra no vio que Fiora y el siguiente competidor terminaban sus turnos con rapidez.
—¡Catra, Catra! —le llamaba con apremio Kate, pero más allá también Adora la llamaba.
—¡Vamos, corre! —la animó la rubia porque ya era su turno, y con la cola esponjada por la urgencia salió corriendo a cuatro puntos antes de pensarlo después de palmear la mano de una polilla de la que no sabía el nombre.
Jack al verla arrancar así, también sin ponerse a pensar, se agachó y corrió a la par. Era más alto y sus pasos largos, pero Catra era rápida en su propia capacidad.
Los gritos de emoción incrementaron en potencia cuando vieron a los dos felinos esprintear con tal pasión. El canidae del equipo de Bow que habían juntado con ellos también se echó a correr a cuatro patas y eran genuinos rugidos de excitación. De entre la multitud de voces, sin embargo, entre su respiración agitada y ver a los otros correr tras ella, sintiendo la adrenalina primitiva golpear, Catra solamente estaba pendiente de una voz: Adora la animaba con verdaderos gritos de emoción. La magicat bien podría estar compitiendo en los mundiales.
Rápidamente llegaron al arco que indicaba donde debían dar la vuelta y Catra y Jack derraparon para tratar de dar la vuelta lo más cerrada posible. Sus garras levantaban pedacitos de hierba y tierra ante sus poderosas zancadas. Catra tenía todavía otra ventaja natural. Sus garras retráctiles eran fabulosas para tenerlas cortas y no maltratar suelos finos, pero en esta carrera habían crecido naturalmente para darle tracción y el pobre de Jack, que las usaba civilizadamente cortas, se barría al no tener agarre, el otro canidae sufría de lo mismo.
Sin embargo ambos machos lo compensaban en su tamaño.
Catra galopaba como nunca.
Y Adora la esperaba en la meta, con Kate de un lado y Lancer del otro, animándola.
Catra ganó.
Y en medio de la emoción, Adora la levantó en un abrazo. Catra ganó. Después Fiora y Huntara las envolvieron y las levantaron a las dos. Catra había ganado.
La magicat ni siquiera recordaba el éxtasis de la noche previa, si es que existió, pero pasarían semanas antes de que desvaneciera de su pelaje la sensación del abrazo de Adora.
Todos festejaron la victoria del equipo del cumpleañero y después de repartir premios simbólicos, las hamburguesas los esperaban. Había tres diferentes tipos de hamburguesas para cubrir a todos los humanoides y therians presentes.
Con la situación de sus celos controlada, la magicat castaña ya no tuvo tanta incomodidad cuando Bow pidió ayuda a Jack y Adora para acomodar dos mesas para que los felinos se les pudieran unir, ya que Bow compartía mesa con Sea Hawk y Mermista. De entre los ocho adultos, Adora y Catra eran las únicas solteras, y quedaron sentadas lado a lado. Catra recibía miraditas tanto de Kate como de Mermista, que también se estaban entendiendo entre ellas.
Catra prefirió no hacerles caso, a ver si así entendían que ella no quería hablar sobre ninguna relación con Adora. Debía hacerles comprender. Si Adora no la veía como un prospecto, ellas deberían dejarlas en paz. Perfuma solo las veía tiernamente esperanzada y con gusto, cosa que Catra no sabía interpretar.
Adora, pese a todas las ideas de Bow y Mermista, se daba cuenta de las miradas que le dirigía ésta a Catra, y solo entonces también reconoció las risitas y comentarios con doble intención de Kate y se sintió un poco atrapada y mal por Catra. Pero ya que la principal afectada no les estaba prestando atención, Adora decidió seguir su ejemplo y continuar con la plática y la interacción como hasta ahora.
A veces Lancer llegaba con otros dos niños a la mesa y aunque ellos no recibieron una presentación formal con los felinos, era claro que eran los hijos de Mermista y Sea Hawk.
Aunque después de la tercera vez que se levantaron y fueron hasta sus papás, Adora le dio una significativa mirada a Lancer y él los presentó solo como sus "primos" pequeños y volvieron a salir corriendo, para risa de todos.
—No sé cómo siguen teniendo tanta energía —se quejó Mermista.
—Así son los niños, mi maravillosa flor marina.
—Solo dales un momento. En cuanto las emociones dejen de correr alto, van a caer fulminados —dijo Adora, divertida y profesional al mismo tiempo.
La rubia parecía estar demasiado acostumbrada a la dinámica de sus amigos, pero resultaba que los menos empalagosos eran Bow y Perfuma, que solo se tomaban de las manos y se miraban profundamente a los ojos. Lo cierto es que Catra no sabía qué era peor: si la obvia adoración de Sea Hawk por su esposa, que se apresuraba en demostrar con palabras y gestos (aunque Mermista aparentaba molestia) o la sutil conexión que demostraban Bow y Perfuma. Jack parecía sentirse retado, porque tampoco dejaba de alabar a Kate y Catra y Adora pocas veces lo habían visto tan galante.
Ya era algo tarde, por lo que la inquietud general se dejó sentir y los anfitriones se apuraron para celebrar el pastel para que la fiesta llegara a su final convencional y la gente pudiera empezar a irse.
Pese a la sincera intención de Perfuma de acercarse más a Lancer como una nueva parte de su familia, y no una sección aparte, decidió que para la foto familiar del pastel lo mejor era dejar a los papás con el niño. Ya vendrían más fiestas y ocasiones. Por lo que se quedó respetuosamente atrás.
Lo que Adora dijo sobre los niños parecía aplicar para Catra, que ya no era una niña, pero el poco descanso le estaba pasando factura después de las cuatrimotos, el pequeño rally, la carrera de relevos y la comida. Con expresión tranquila estaba también un poco apartada. Perfuma la encontró.
—Catra —le dijo con cuidado.
—¿Qué pasa?
—Me preguntaba si puedo compartir contigo algo sobre Adora.
Otra persona que se le acercaba a causa de Adora. Por lo menos Perfuma tuvo el tacto de preguntarle primero. Le asintió secamente y la rubia clara dio otro paso más hacia ella.
—Gracias. Primero quiero decir que aunque no somos especialmente cercanas, Adora me importa mucho por Bow y por Lancer, pero también he llegado a apreciarla por mi misma —Catra le dirigió sus ojos de gato sin parpadear y Perfuma siguió con aplomo —Es grato verla tan relajada y contenta.
—Sí que lo es, pero no entiendo porque me lo comentas a mí —dijo al estirarse.
Los amigos de Adora estaban haciendo especialmente difícil el conocerlos. ¿Qué no confiaban en Adora? Todos esos comentarios para Catra era rebasar algunos límites.
—Oh. —Perfuma se sonrojó —Creo que es importante hacerte saber que he notado un cambio positivo en Adora estas últimas semanas.
La voz de la otra mujer destilaba sinceridad y había juntado las manos en el pecho, se expresó sin dar un paso atrás. Catra se acomodó mejor sobre sus pies y bajó las manos que tenía cruzadas.
—¿En serio estaba tan mal? —se atrevió a preguntar con voz suave. De pronto, Catra recordó que probó un pastel preparado por esta persona, y que el pastel había parecido una bomba de diabetes, pero en realidad fue una agradable combinación dulce y ácida.
—Oh, no. No. Tampoco quise decir eso… Adora; estuvo mal después de perder al niño pero —Perfuma se cortó en seco al ver la expresión laxa de Catra tensarse inesperadamente con la sorpresa y la incertidumbre. —Lo siento, hablé de más. Por favor, no le digas que mencioné eso.
—Yo… Está bien —dijo sin más.
No quería enterarse de nada más.
—De verdad lo siento. Te lo agradeceré mucho —y Perfuma se fue al lado de Bow, para ayudarlo a repartir el pastel.
Bow levantó las cejas ante la expresión descompuesta de Perfuma, que solamente negó y sonrió. Bow lo aceptó pero tomó nota de las comisuras de sus ojos negros todavía tensas.
Los invitados poco a poco se despidieron y el lugar se fue vaciando. ¿Adora había perdido a otro hijo? Eso explicaba tanto y al mismo tiempo le habría tantas más dudas a Catra.
El resto de la tarde le pasó en un borrón que se entremezclaba con los comentarios de Mermista, los de Kate, incluso los de Huntara y las nuevas posibilidades que se le ofrecían para entender más a Adora Grey, pediatra y madre de un niño. No le hizo caso a Kate cuando le robó el resto de su pastel, ni a la plática en general hasta que escuchó como Jack le ofrecía transporte a Adora.
—Pero todavía falta abrir los regalos. Es la parte favorita de Lancer —dijo Adora con el niño a su lado, en el lugar que era de Bow mientras él se había ido a despedir a otros invitados. —Probablemente nos demoremos una hora más.
Jack dirigió su mirada a Kate, que sonrió después de pasar otro bocado de pastel.
—Nena, solamente tienes que darme otra de estas y te esperamos sin problema. Vamos al mismo lugar, no tiene caso que pidas un carro —y Kate, que había notado lo distraída de Catra y lo atribuía a su cansancio, añadió con voz traviesa —además estoy muy segura de que tampoco le molesta a Catra.
—Eh… —los oídos de la magicat tardaron solo un segundo de más en transmitir la información —No, podemos esperar… —y todos la seguían viendo —y ver los regalos con Lancer.
Le lanzó una mirada airada a su hermana pero volvía a comprobar lo pérdida que estaba cuando la sonrisa creciente de Adora se dirigió a ella. De repente se puso nerviosa de que su regalo no le gustara a Lancer.
—Gracias. Entonces me encantará volver con ustedes a casa —Les sonrió a los tres felinos —Y entonces tú te vas a quedar con tu papá y Perfuma para ir con ellos al colegio —se dirigió al niño.
—Sí, mamá. ¿Ya puedo abrir mis regalos? —Pidió con ojos anhelantes.
—Puedes escoger el primero mientras acomodamos aquí —ofreció Adora.
Ya solo quedaban los más allegados. Hawk y Mermista, que a este punto los felinos ya habían aprendido que eran padrinos de Lancer y a su vez Adora y Bow lo eran de Morgan, el mayor. George y Lance, un par de tíos de Lancer con sus primos y Huntara con sus chicas, que también repitieron pastel.
La gárgola estaba tan contenta de haberse reencontrado con Adora que no dejaría pasar la oportunidad de estar con ella un rato más. Y los niños de sus chicas se la estaban pasando increíble con los juegos y los otros niños.
Acomodaron algunas sillas en arco para que todos pudieran ver los regalos que Lancer iba abriendo. Así lo hacían en la familia de Bow. El cumpleañero escogía el primer regalo y después los demás niños presentes también los abrían aunque les quedaba muy claro que no eran suyos, pero la emoción quedaba.
El regalo de Jack y Kate fue un juego de química con runas. El de sus padrinos fue un nuevo casco para la moto. Y Catra, que apenas sabía tratar con niños, le regalo un peluche del dragón negro del que se quejaba Adora de ver tantas veces la pelicula, y todo un set del mismo: pijama, playeras y juego de cama completo. Adora se lo agradeció con otra de sus sonrisas gigantes del día.
Y para el final, el regalo de los papás y la candidata a segunda madre: una pequeña moto y todo el equipo de protección, con los cuales el casco de los padrinos hacía juego. Rayos, hasta Catra estaba emocionada con la pequeña moto, que era de pista y no de motocross.
—Lancer insistió que le mostrara bien las motocicletas para pista después del desayuno de la otra vez —le confió Adora a Catra —Lograste convencerlo de que son mejores que las de motocross. —Y le dio un golpe juguetón en el brazo.
—Debo admitir que tu hijo tiene buen gusto —Adora se rio y le rodó los ojos.
En realidad todavía tardaron mucho más de una hora, principalmente porque Lancer dio una pequeña vuelta de prueba en la moto. Todos se rieron de Bow y Adora cuando se subieron primero cada cual para comprobar por enésima vez que todos los sistemas funcionaban bien, con las piernas estiradas o encogidas para poder avanzar en la pequeña moto.
Los papás ya habían hablado mucho de ese regalo y se quedaría en resguardo en la propiedad Everdeen, así que Lancer la podría usar siempre que fuera con Bow y cualquier otro día si Adora lo quería llevar, le aseguró Perfuma en su momento.
Después de las siete, varias rondas de despedidas y de escoger los regalos que se irían al departamento por fin todos se retiraron. Adora abrazó a Lancer de nuevo pero subió al auto con una pequeña sonrisa satisfecha todavía en el rostro. Fue un día excelente. No podía recordar cuándo fue la última vez que se la pasó tan bien, fuera del cumpleaños anterior de Bow.
Para todos había sido un día largo y demandante, en pocos minutos, Jack se quedó solo manejando. Ya que era domingo en la tarde, había un poco de tránsito para regresar a la ciudad desde la autopista.
Cuando ya estaban por llegar, Jack, sabiendo un poco de lo que se olía Kate, la despertó suavemente tomándola de la mano y después de bostezar, en silencio le indicó que volteara al asiento trasero: Catra descansaba sobre el hombro de Adora, y la mejilla de ésta sobre la melena de la magicat, con el peluche del dragón negro entre las dos.
Un flash alteró ligeramente a Catra, pero no la despertó.
N.A.
Les cuento que una vez, cuando iba al Hermanos Rodriguez a entrenar, vi a un niño como de seis años con su papá (supongo), con una motito como de cuarenta centímetros de alto, ataviado de pies a cabeza, practicando ochos demarcados con conos, en unos de los recorridos interiores del autódromo.
Y al escribir eso, me acordé de otra cosa que paso ahí cuando estudiaba en Upiicsa XD pero eso lo ocuparé para otra historia.
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo uwu
Carpe diem
