Llevo aquí casi 2h, sola llorando y nadie a aparecido, a pesar de que todos están al tanto de mi ubicación, nadie se ha dignado a visitarme, lo que afirma mis convicciones, soy irrelevante para todos.
Sigo bebiendo hasta llegar a la botella y media y para aquel entonces todo me da vueltas, y no puedo parar de reír por vanalidades que pasan a mi alrededor, entonces oigo el golpe en la puerta.
Al principio pienso que es producto de mi imaginación pero cuando suena por tercera vez se que es real, voy a abrir.
-Carol, ¿donde te habías metido?- me pregunta un Daryl alarmado, con el pelo despeinado y la expresión turbada.
-ehhh, Drylll estas aquí, ¿vienes a unirte a la fiesta? - Le pregunto ilusionada.
-No, estas borracha solo he venido a comprobar que estabas aquí, ya sabes, a salvo- dubitativo acaba la frase- en casa conmigo -.
Levanta lentamente la mirada hacia mi con ojos suplicantes e incluso lágrimas en uno de ellos amenazando con salir.
-Darylll, no me iré a ninguna parte sin ti- le respondo intentando sonar sobria sin mucho éxito y me tambaleo ligeramente hacia el a causa de los efectos del alcohol, se da cuenta de mi estado e inmediatamente me sujeta por la cintura para que recupere el equilibrio.
Su toque me produce un remolino de mariposas en la barriga y decido dejarme llevar, una parte de mi ansia contarle la verdad, esa que tantos años he retetenido en el fondo de mi corazón, pero justo antes de que pronuncie palabra me interrrumpe.
-Carol, se puede saber que has bebido y cuanto??- dirige su mirada a la mesa con las botellas de vozca y alarmado me lleva al lavabo.
- Veng a aa Carol, échalo todo cariño- me dice sollozando.
Mientras me inclino hacia el váter me sujeta el pelo y me acaricia suavemente la espalda, procurando no presionarme demasiado.
- ya aa voy - vómito durante un buen rato hasta que ya no sale más y Daryl me acompaña a la cama pero se queda junto a mi con una expresión apenada, guardando en un baúl todo el alcohol que encuentra por su paso y cerrándolo con un candado.
