Líneas de tiempo

Capítulo XVII: Celos


»Nuestra relación era bastante inocente. Nos tomábamos de la mano y teníamos largas conversaciones junto a la playa. En algunas oportunidades salimos a explorar la isla de noche, compartimos audífonos para escuchar la música del continente y nos tomamos fotografías, como esa que encontraste enmarcada en mi sala de estar.

»Me gustaba pensar en un futuro juntos, uno donde tú pudieras cumplir tu sueño de ser idol y yo te protegiera siempre. Pero sabía que eso solo se haría realidad si Hao se convertía en el Shaman King. Por patético que fuera, dependía ciegamente de él, tal y como lo hacía mi abuelo.

»Dadas las circunstancias, supongo que comprenderás lo devastados que estábamos cuando la noticia llegó a nuestros oídos: Hao había sido derrotado por Yoh Asakura fuera de los márgenes del torneo, lo que implicó una especie de empate que suspendió la coronación del Shaman King. Mi abuelo cayó gravemente enfermo debido a la conmoción y durante un tiempo no supimos más de Hao ni del torneo...

»Hasta que una tarde tú y yo nos reunimos en la playa, como solíamos hacer después de clases. El sol empezaba a ponerse y yo te esperaba sobre una manta con algunas cosas para merendar. Tú lucías más guapa que de costumbre.

»Algo había pasado, algo había cambiado en ti.

»—Conocí al famoso Hao —me contaste casualmente.

»Escupí un poco del batido que estaba bebiendo y te miré como si me hubieses dicho que acababas de matar a mi madre.

»—¿Qué?

»—Me lo encontré ayer en las rocas —agregaste con la misma tranquilidad—. Estaba súper depre.

»—¿Hao... "súper depre"? —repetí, sin poder creer lo que decías. Ni siquiera podía imaginarme a Hao con una pizca de preocupación—. ¿Por qué...? ¿Qué está haciendo él aquí?

»—Me dijo que no se le ocurrió otro lugar donde ir. Como odia a los humanos, eligió Towa por ser uno de los pocos sitios en el mundo habitados por shamanes.

»—¿Y qué le dijiste?

»—No hablamos mucho. Solo le di algunas indicaciones por si las necesitaba. —Al juzgar por tu actitud, era evidente que aún no sabías quién era Hao para ti o quién eras tú para él. Dirigiste una mirada reflexiva hacia el atardecer—. Siempre quise saber por qué cambiaste tanto después de tu batalla con ese sujeto, pero resultó ser muy diferente de lo que esperaba.

»—¿A qué te refieres? —seguí preguntando de manera atropellada.

»Hiciste una pausa, para luego sonreírme con una calidez que yo desconocía.

»—Es un chico común y corriente.

»Tu respuesta fue sencilla, pero yo sabía el peligro que significaba. Podía ver en tus gestos más sutiles que él te agradaba... Al punto de pasar por alto cualquier razón que yo tuviese para resentirlo o considerarlo mi enemigo. ¿Por qué estaba sucediendo eso? ¿Por qué Hao había decidido ocultarse en Towa, de todos los lugares? No entendía nada.

»El recuerdo de nuestro encuentro en Tokyo apareció de golpe en mi mente, como una revelación.

»Claro, Hao no estaba ahí por los motivos que te dijo. O al menos, no solo por eso. Él venía por ti, tal y como decía la profecía que impulsó a mi abuelo a adoptarte.

»Desde ese día hice lo posible por mantenerte alejada de él. Para asegurarme de que no fueras entregada como su prometida, no le conté a ningún miembro de nuestra familia que Hao ya estaba en Towa. Él evidentemente quería pasar desapercibido, por lo que esconder el secreto no fue un problema. Su poder espiritual seguía siendo inmenso, pero sabía ocultarlo y rara vez se le veía.

»Aun así, me sentía amenazado por su presencia en la isla. Te juro que me interpuse todo lo que pude entre ustedes, pero él siempre parecía saber dónde encontrarte, cuándo hablar contigo a solas. Hubo muchas cosas que pasaron a mis espaldas, cosas que no estoy seguro de querer saber...

»—Pasas mucho tiempo con Hao, ¿no crees? —te dije una noche en la que estábamos junto a las rocas. El resentimiento en mi voz era palpable.

»Ya había pasado más de un mes desde la llegada de Hao y tus sentimientos por él seguían siendo un misterio para ti misma. Pero no para mí.

»—Sí, somos buenos amigos —me respondiste despreocupada.

»—Él... ¿te gusta? —pregunté con dificultad, mirándote fijamente.

»—¿Eh? ¡Claro que no, Kou! —exclamaste enseguida. Tu sonrisa no desapareció, pero frunciste un poco el ceño—. Eres tú quien me...

»No te dejé terminar. La verdad, no sé qué me pasó. Me abalancé bruscamente sobre ti, intentando besarte con desesperación.

»—¡¿Qué haces?! —te resististe, apartando el rostro y empujándome lejos.

»Pero siempre he sido más fuerte que tú, Miyu.

»—Demuéstramelo —insistí, sosteniendo tus brazos y acorralándote contra una roca.

»—¿Cómo?

»—Demuéstrame que es a mí a quien quieres.

»—¡No! ¡Suéltame! —Abriste los ojos llena de confusión, yo aproveché el gesto para buscar tus labios otra vez. Nuestros rostros estaban a centímetros de distancia—. ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Te has vuelto loco?! —gritaste, forcejeando—. Renuncié a mi sueño por ti. Estoy saliendo contigo. ¿Qué otra prueba necesitas?

»—Han pasado tres meses desde que empezamos a salir y no nos hemos besado ni una sola vez —reclamé.

»—¿Y debo hacerlo ahora porque tienes un ataque de celos?

»Esas palabras me hicieron reaccionar. Me detuve y nos quedamos en silencio. Tú mirabas hacia el suelo, temerosa de mis impredecibles acciones.

»—No, tienes razón. Lo siento —murmuré, soltándote al fin. Te cruzaste de brazos, mientras yo pensaba qué decir. Ese minuto se sintió una eternidad—. Creo que necesitamos tomarnos un tiempo.

»En ese momento levantaste la cabeza, pero no estabas triste. Más bien, lucías extrañada.

»—¿Qué significa eso?

»—Significa lo que significa —te dije, mirándote con intensidad—. Quiero que pienses en mí.

»Fue un deseo egoísta y algo estúpido, pero muy real. Un gran error.

»Te alejaste con pesar, asimilando lo sucedido. Todo lo que no quise ver se hizo visible ese día, como una planta con las raíces podridas bajo la tierra.

»Después de esa conversación, nuestra relación se enfrió de manera irreversible. Tus desapariciones fueron más continuas y prolongadas, y yo sabía que estabas con Hao, pero ya no me lo decías. Era muy extraño encontrarse con ustedes, como si reservaran cada detalle de su relación con celoso secretismo. Por lo mismo, desconozco qué tipo de "amistad" tenían. Solo sé que jamás te vi tan feliz.

»Tus radiantes sonrisas me confirmaron lo que tanto temía: nunca me amaste, solo querías amarme, como una adolescente hambrienta de experiencias. Deseabas vivir el amor y estabas dispuesta a hacerlo con el único chico de tu edad que conocías, el único pretendiente que podías aspirar, incluso si en el fondo se trataba de tu primo.

»Seina me confirmó este supuesto relatándome la conversación que tuvo con mi abuelo para convencerlo de liberarme. Claro, ¿cómo iba a permitir que la prometida de Hao estuviera con otro si no tuviera la certeza de que solo era un juego de niños? Incluso el mismo Hao me dijo en aquel entonces que todavía no te arrebataría de mí. Todo calzó de pronto y me sentí un completo idiota.

»El tiempo pasó y no tuve oportunidad de recomponer nuestra relación, porque prácticamente no te veía.

»Un día las cosas simplemente empeoraron. Me encontraba entrenando en el bosque cuando escuché tu voz acompañada del chapoteo del agua:

»—¿Qué pasa? ¡No me digas que le tienes miedo al mar!

»Como por reflejo, me oculté tras un árbol para espiarte. Hao se encontraba descalzo a orillas de la playa, observándote con una gran sonrisa y su melena larga ondeando al compás del viento. Tú corriste hacia el mar con un vestido delgado de una sola pieza, lanzándote contra las olas. Entre señas y carcajadas, le pedías a Hao que hiciera lo mismo. Estabas eufórica.

»Lo viera como lo viera, estaban teniendo una cita. Pero no tuve tiempo para lamentarme de mi maldita suerte.

»—¿Qué significa esto? —habló una voz sobre mi hombro.

»Me sobresalté, colocándome en guardia al segundo, para luego relajarme al reconocer a tío Rindou.

»—¿Qué está haciendo Hao en la isla? ¿Y por qué Miyu está con él? —me preguntó con severidad, y solo entonces comprendí la situación tan cagada en la que me encontraba—. ¿Tú lo sabías?

»—Esas son muchas preguntas...

»—Deja de jugar, Kou. ¿Cuánto tiempo lleva ese tipo aquí? —No respondí, pero él pareció reflexionar por su cuenta—: No me digas que... es por eso que Miyu está...

»—¿Más alejada de mí? ¿Más feliz que nunca? —completé la frase con un gesto irónico y dolido, para luego asentir bruscamente con la cabeza.

»—Diferente. Iba a decir diferente —aclaró él, pero en sus ojos pude ver que sentía lástima por lo que yo estaba pasando—. Debiste haberme contado...

»—¿Para qué? ¿Para que vayas corriendo a avisarle al abuelo? ¿Para que él la entregue a Hao y no volvamos a verla nunca más?

»—Kou, sé que tu abuelo es una persona difícil, pero lleva preparándose toda su vida para este momento. Tenemos que decirle.

»—Vas a vender a tu propia hija.

»Tío Rindou se paralizó al escucharme decir eso y me quedó viendo con aflicción. Él sabía que yo tenía razón, siempre había sido el más sensato de los Mikage después de todo; pero no tenía las suficientes agallas para revelarse contra el abuelo.

»O al menos eso fue lo que creí en ese momento.

»—De acuerdo, tú ganas —dijo al fin, acompañándose de un suspiro—. Nos reuniremos mañana temprano para hablar con Miyu. Le contaremos toda la verdad. Será ella quien tome la decisión.

»Tardé unos segundos en comprender lo que me estaba diciendo. Parpadeé repetidas veces, incrédulo.

»—¿Es en serio? —le pregunté, seguro de que la verdad te destrozaría.

»Pero seguía siendo mejor que asumir sumisamente tu destino como la prometida de Hao.

»—Sí, aunque no lo creas, Miyu siempre será mi hija. Lo demás no importa —declaró mi tío con sinceridad.

»Me sorprendió notar que, por primera vez, él estaba dispuesto a priorizar tu voluntad antes que las órdenes del cabecilla de familia. Sabía que eso no sería suficiente para liberarnos de su yugo ni de Hao, pero sentí un gran alivio. Presioné su hombro en un gesto amistoso y le sonreí.

»—Gracias, tío.

»Él correspondió a mi sonrisa sin saber que esa ansiada conversación jamás llegaría.


»A la mañana siguiente fuiste tú quien me buscó primero:

»—¡Kou, tenemos problemas! —exclamaste, mientras corrías cuesta arriba hacia el sitio donde yo solía entrenar.

»Como ese día no había escuela, me extrañó verte despierta tan temprano.

»—¿Qué sucede?

»—Un grupo de shamanes foráneos está atacando el puerto —exclamaste, quedándote sin aliento—. Hao los está reteniendo con el espíritu del fuego, pero son demasiados.

»—¡¿Qué dices?!

»Sin pensarlo dos veces, nos precipitamos hacia el puerto llenos de preocupación.

»Esa simple acción condenó nuestro destino.

»Aún me pregunto por qué hicimos eso, si Hao perfectamente podía derrotar a esos shamanes de un solo golpe con su gran poder. Estaba claro que los sujetos venían por él, pero aun así cometimos la imprudencia de ir a apoyarlo en lugar de correr hacia la casa principal, donde se encontraba nuestra familia. Producto de eso, el abuelo y mis padres fueron asesinados por esos sanguinarios shamanes de atuendos tradicionales.

»Los Salvadores.

»En menos de dos horas la isla entera estaba en guerra, y los pocos que estuvimos cerca del espíritu de fuego fuimos los que más chances tuvimos de sobrevivir. Entre ellos, nosotros y tío Rindou, quien se encontraba asistiendo a los heridos cerca del puerto. Todos pensábamos que ese era el único punto de ataque; el sitio donde, aparentemente, los invasores se adentraron en la isla para arremeter contra los lugareños.

»Pero la verdad es que ese era un señuelo para atraer a los mejores luchadores de Towa y dejar desprotegido el verdadero objetivo: las grandes familias que dirigían la isla.

»Cuando la batalla terminó, gran parte de la isla estaba envuelta en fuego y los cadáveres de nuestros amigos regaban los suelos de sangre. Un mal presentimiento me empujó a correr con todas mis fuerzas hacia la que siempre había sido mi casa. Hiciste amago de querer acompañarme, pero tío Rindou te frenó en seco. Me pareció que hubo una discusión entre ustedes, pues los escuché gritarse entre sí, hasta que Hao intervino.

»De cualquier modo, los tres no tardarían en seguirme. El sitio que antes había sido mi hogar estaba convertido en un mar de escombros y destrucción.

»—¿Cómo... es posible? —murmuré, ahogando el llanto en mi interior antes de colapsar sobre mis rodillas.

»La cabeza decapitada de mi abuelo estaba empalada en lo alto de la entrada, como una espantosa bienvenida. El cuerpo de mi madre yacía en la escalera y su cuello presentaba claros signos de asfixia, mientras que el rostro de mi padre estaba magullado y lucía irreconocible.

»—¡¿Cómo pudo pasar esto?! —lloré a gritos, permitiéndome desahogar la impotencia que sentía atizando un puño contra el piso.

»Una voz conocida respondió a mis espaldas:

»—Fueron Los Salvadores.

»Hao.

»—¿Los Salvadores? —repetí, girándome lentamente hacia él.

»Tío Rindou y tú estaban a su lado, llorando desconsolados.

»—Es un grupo conformado por los miembros de la aldea apache —me respondió con la misma seriedad.

»—¿Qué? ¡No mientas! —me sobresalté, incorporándome con esfuerzo—. Yo participé en el torneo de shamanes y los apaches no se comportaban así.

»—Puede que los uniformes hayan cambiado, pero el estilo étnico de su indumentaria y sus mentes siguen siendo las mismas. No están siendo controlados. —Hao se llevó una mano hacia el mentón, para entonces esbozar una sonrisa perspicaz—. Pero sí recibieron una orden muy curiosa.

»—¿Una orden?

»—Al parecer Goldva les transmitió el deseo del Gran Espíritu, el cual supuestamente consiste en aniquilar a todos los participantes del torneo y a sus respectivas familias.

»—¿Goldva? ¿La líder de los apaches dijo eso? —quise confirmar, muy sorprendido.

»—¿El Gran Espíritu dio esa orden tan cruel? —interviniste.

»Hao te observó un momento y pude notar claramente cómo su semblante se suavizaba.

»—El Gran Espíritu consideró que la interrupción del torneo y la falta de un Shaman King fue el indicio del fin de la era de los shamanes, motivo por el cual todos deben ser eliminados —explicó—. Están rastreando a los participantes del torneo haciendo uso de los oráculos virtuales.

»Mi semblante ensombreció al escucharlo. Si lo que decía era cierto... entonces la llegada de Los Salvadores a Towa no era una simple casualidad.

»—Los Salvadores te estaban buscando, ¿no es así? —pregunté, conteniendo la ira en mis puños apretados—. Tú los atrajiste hasta este lugar.

»—Kou... —te acercaste a mí y susurraste mi nombre, queriendo detenerme de seguir hablando.

»Comprendías que estaba culpando a Hao por lo sucedido.

»—Mmm, es verdad que fui atacado por varios de ellos antes de venir aquí, pero tomé varias precauciones para no ser detectado —comentó él, despreocupado. Luego me miró fijamente—: De hecho, lo más probable es que rastrearan la isla por tu oráculo virtual. Sé que aún lo conservas.

»Sentí un frío en la espalda. El mundo empezó a dar vueltas a mi alrededor.

»—No... yo... no fue mi culpa... —balbuceé horrorizado, llevándome las manos hacia los costados de mi cabeza—. ¡No fue mi culpa!

»Empecé a jalar mi cabello, mientras me encogía sobre mis rodillas. No podía aceptar la responsabilidad de haber provocado indirectamente el asesinato de mi familia.

»—¡Kou, tranquilízate! —me pediste, envolviéndome en tus brazos.

»—Eso no importa ahora. Este lugar ya es historia —zanjó Hao, apartando la vista de nosotros para observar lo que quedaba de Towa—. Quiero que vengan conmigo.

»—¿Te marcharás? —le preguntaste.

»Yo estaba demasiado deshecho como para intervenir.

»—Por supuesto, el único que realmente puede detener a Los Salvadores y autoproclamarse como el Shaman King soy yo —respondió Hao con pedantería.

»—Pero... el torneo ya no...

»—No necesito el torneo —te interrumpió, esbozando una sonrisa llena de confianza—. Si el Gran Espíritu declara que la era de los shamanes ha llegado a su fin, pues yo me revelaré contra ese destino. Iré personalmente a apoderarme de cada uno de los grandes espíritus que conforman esa poderosa entidad, de esa manera cumpliré mi objetivo y cambiaré el curso de la historia.

»Mi cuerpo temblaba y mi cordura pendía de un hilo, pero, aun así, pude ver cómo tus ojos llenos de lágrimas se iluminaron al escucharlo. Brillabas como nunca lo habías hecho antes, como una estrella cautivada por el más oscuro de los astros.

»En ese momento confirmé la peor de mis sospechas: lo tuyo no era un capricho de adolescente. Estabas perdidamente enamorada de él.

»—¡Iré contigo! —exclamaste sin más, sorprendiendo a todos los presentes.

»—¿Miyu? —susurré tu nombre, intentando asimilar que la profecía se estaba haciendo realidad.

»Hao te llevaría lejos de Towa. Lejos de mí.

»Y tú estabas de acuerdo con eso.

»—Tienes razón —declaraste, llena de entusiasmo—. Si alguien puede convertirse en el Shaman King con todo en contra, ese debe ser un hombre tan loco y ambicioso como tú.

»—Lo tomaré como un cumplido —respondió Hao con aire travieso.

»No acababa de aceptar la naturaleza de las miradas que ambos compartían, cuando volteaste hacia mí con una gran sonrisa y me dijiste:

»—¿Qué dices, Kou?

»Tardé en comprender a qué te referías. "Es cierto, Hao dijo que quería que fuéramos con él. Los dos", reflexioné, mientras me incorporaba lentamente.

»—Yo... —mascullé, contrariado—. Yo quiero solo quiero vengarme de Los Salvadores.

»—Si esa es tu intención, entonces lo más lógico es que te unas a nosotros —dijo Hao, acercándose unos pasos hacia mí. Cuando lo tuve a mi lado, agregó en voz baja—: Será un honor tener al heredero de la familia Mikage como aliado.

»"¿Estás seguro? Dudo que no conozcas mi aversión hacia ti", le dije en pensamientos. Él ensanchó su sonrisa.

»—Mi único interés es que protejas a Miyu sobre todas las cosas —respondió, y me pareció que no pudiste oírlo—. Y has cumplido tu rol a la perfección. Tienes mi respeto.

»Después de esa breve charla, Hao se presentó con tío Rindou, quien se había mantenido al margen de toda la conversación. Él pretendía volverlo un shaman poderoso para convertirlo en el sanador del grupo, pero tío Rindou no quería dejar Towa, pues su presencia era fundamental para la supervivencia de los heridos y la reconstrucción de la isla.

»Al comprender que esa decisión implicaba separarte de tu padre, lloraste en sus brazos. Tío Rindou lucía muy afectado por todos los acontecimientos, pero permaneció firme. Creo que él estaba consciente de que la rueda del destino hacía tiempo había empezado a girar, y esta no era más que una de sus tantas consecuencias.

»Abandonamos la isla después de ese día, convirtiéndonos en los primeros aliados del nuevo grupo de Hao.


»Los primeros meses fueron bastante inestables. Viajamos sobre el espíritu de fuego y nos hospedamos en diferentes sitios, sin asentarnos en ninguno. Como Hao detestaba a los seres humanos, procurábamos avanzar en lugares desolados como montañas o desiertos.

»El objetivo era ocultarnos de Los Salvadores hasta conseguir un grupo lo suficientemente fuerte como para poder hacerles pelea. No es que Hao no pudiera solo contra ellos, pero su plan implicaba revelarse contra la voluntad del Gran Espíritu, por lo que necesitaba que alguien le abriera el camino para llegar hasta él y robarlo. Ahí es donde entrábamos nosotros.

»Hao no hablaba mucho de sus antiguos aliados, aquellos poderosos shamanes que lo acompañaron durante el torneo, pero estaba claro que ni tú ni yo cumplíamos del todo con sus expectativas. Tú eras absolutamente leal, pero débil; mientras que yo era fuerte, pero lo odiaba por haberme arrebatado tu amor.

»En ese contexto llegó Hina, una poderosa tarotista que acabaría enamorándose ciegamente de Hao. Era la aliada perfecta para él.

»Al igual que nosotros, Hina fue víctima de una tragedia provocada por Los Salvadores. Ellos acabaron con toda la familia Kazama, incluyendo sus padres y hermana menor, Kaho, la misma chica con la que mi abuelo quería desposarme.

»Ese día estábamos sobrevolando las montañas de Izumo cuando Hao se percató de lo que estaba sucediendo en el templo Kazama. Si no hubiese sido por él, Hina también habría muerto en manos de Los Salvadores.

»Después de su intervención, Hao llegó con Hina inconsciente en brazos, ambos bañados en sangre. Cuando ella despertó recordaba que había sido Hao quien la salvó, por lo que no es de extrañarse que se obsesionara con él.

»Eso no te gustó nada, y a pesar de que resultaba evidente para todos que tú eras la favorita de Hao, las escenas en las que Hina se abalanzaba sobre él y tú lo jalabas, intentando apartarlo, se hacían cada vez más recurrentes. La rivalidad entre ustedes era bastante divertida de ver, pero yo no sabía si tus celos tenían una justificación real. ¿Acaso la relación con Hao te hacía sentir insegura? ¿Qué nombre tenía para ustedes, que una chica como Hina te resultaba una amenaza? Cuando me preguntaba estas cosas era consciente de lo poco que sabía de ti.

»Y es que nuestra relación tampoco estaba del todo clara.

»Desde que Towa fue atacada recuperamos nuestra cercanía, pero era como si hubiésemos regresado al principio. Me volvías a tratar como tu primo, sobre todo cuando manifestabas tu preocupación hacia mí: sentía que lo hacías más porque era parte de tu familia, porque acababa de perder a mis padres y solo nos teníamos entre nosotros, no porque fuéramos novios (o exnovios, a esas alturas ni eso sabía).

»Sé que lo obvio era preguntar, hablar al respecto, pero éramos muy jóvenes y estábamos pasando por muchas cosas. Aun si nos habíamos tomado "un tiempo", a veces simplemente prefería asumir que la relación amorosa acabó porque no pudiste evitar enamorarte de Hao. Además, me alegraba mucho tenerte a mi lado otra vez; no quería arruinar eso haciendo preguntas incómodas. Después de tantas muertes, perderte hubiese sido devastador.

»—Tú y yo deberíamos salir.

»Un día, Hina interrumpió mi entrenamiento y me dijo esto con toda naturalidad. Los cuatro llevábamos varios meses viviendo en el templo Kazama, el cual estaba vacío y en proceso de reconstrucción después de la masacre de Los Salvadores.

»—¿Ah? —fue lo único que pude responder.

»—Yo soy la mejor candidata para el señor Hao —declaró con su habitual arrogancia—. No puedo permitir que esa pordiosera se quede con él.

»Coloqué los ojos en blanco.

»—¿Te das cuenta de que nada de lo que dices tiene sentido?

»—¡Claro que sí! Tú estás enamorado de esa niña, ¿no? —exclamó Hina, lo que me sorprendió bastante. No éramos cercanos ni hablábamos de este tipo de cosas, de hecho, era la primera vez que estaba a solas con ella. ¿Tan evidentes eran mis sentimientos por ti?—. Es fácil: si nos convertimos en novios, Miyu se fijará en ti y dejará en paz al señor Hao.

»—Espera, ¿quieres ponerla celosa? —deduje, incrédulo. Ella asintió efusivamente—. Me parece una idea rebuscada y algo estúpida.

»—¡Cómo se nota que eres un virgen sin experiencia!

»—Pues a mí me parece que tengo más experiencia que tú.

»—¿En serio? —Hina siguió burlándose—. Si es el caso, debes saber que los celos son la mejor estrategia para llamar la atención de la persona que te gusta. Cuando Miyu deje de asumir que estás disponible para ella, se sentirá incómoda e intentará recuperar tu interés. —Se cruzó de brazos para continuar—: No puedo hacer esto con el señor Hao, ya que él tiene el reishi y conocerá nuestras intenciones, por lo que no me queda otra alternativa más que alejar a esa maldita cucaracha de él.

»La observé fijamente, mientras sopesaba mis posibilidades. Hina era, sin lugar a dudas, la chica más guapa que conocía hasta la fecha, pero su personalidad era un problema. No había forma de que yo saliera con alguien así.

»—No eres mi tipo —confesé con frialdad—. Además, Miyu y yo nos conocemos desde niños. Se dará cuenta de que estoy mintiendo.

»—No te propuse fingir ser novios —aclaró Hina—. Dije que deberíamos salir. Y lo dije muy en serio.

»Ella avanzó un paso hacia mí, decidida. Yo estaba más confundido que antes.

»—No te sigo, Kazama.

»—Ambos sufrimos por un amor no correspondido y quisiéramos que el señor Hao y Miyu se separasen. Es decir, compartimos objetivos —explicó ella—. Eso nos hace similares y, por ende, compatibles. Si este plan desesperado no funciona, tal vez podríamos enamorarnos entre nosotros.

»—¡Já! Eso no sucederá —me reí, convencido.

»No me había dado cuenta de lo cerca que estábamos el uno del otro.

»—Lo sé, pero no perdemos nada intentándolo. ¿Qué dices?

»En el fondo sabía que era una pésima idea, que eso de los celos jamás funcionaría porque tú no tenías sentimientos hacia mí. Pero el aroma de Hina era embriagador, me hizo pensar que dejarme "consolar" por ella aliviaría el caos hormonal que me acompañaba día y noche.

»—Bueno... Supongo que es mejor que no hacer nada —acepté al fin.

»Después de eso, Hina y yo no solo nos convertimos en novios, sino también en cómplices y amigos.


»—¿Vienen hacia acá? —pregunté con la espalda apoyada en un árbol.

»Estábamos en el bosque aledaño al templo y el corazón me latía a mil por hora.

»—Sí, según las cartas aparecerán en cualquier momento —respondió Hina, acercándose peligrosamente a mí—. Bésame con toda la pasión que tengas.

»—¿E-estás segura?

»—¡Solo hazlo!

»Obediente, la sujeté de los hombros y junté mis labios con los suyos: el primer beso de toda mi vida fue para llamar tu atención y la de Hao. Hina estaba más nerviosa de lo que aparentaba, sentía su cuerpo temblar contra el mío. Siguiendo la instrucción, intenté introducir mi lengua en su boca, pero sus dientes estaban tan apretados que me lo impedían.

»Aun así, no puedo negar que ese forcejeo fue bastante estimulante.

»—¿Esos... no son...? —escuché tu voz.

»Al voltear, vi que estabas en completo shock ante la escena. Justo como Hina lo había planeado.

»—Será mejor que no interrumpamos —te dijo Hao, divertido.

»Hina ocultó sus pensamientos de Hao utilizando la carta "El sumo sacerdote", pero esto solo sería efectivo durante un minuto.

»—¡¿Cómo se atreven...?! —reaccionaste, y por un momento creí que estabas expresando abiertamente tus sentimientos por mí en forma de celos. Pero, como siempre, me equivoqué—: ¡Debieron haberme dicho antes que estaban juntos! ¡Es una gran noticia!

»Tu sonrisa era tan grande y genuina que no me costó nada imaginar por qué Hao se estaba partiendo de la risa a tus espaldas.

»Ese fue el primero de muchos, muchísimos intentos de ponerte celosa. Intentábamos encontrarte sola para que Hao no influyera en tu actitud, pero ustedes casi siempre estaban juntos.

»Al cabo de un tiempo, aceptamos que el plan había fracasado y solo quedaba lamernos nuestras heridas. El noviazgo con Hina se volvió un poco más serio después de eso: entrenábamos juntos, platicábamos horas y nos besábamos a escondidas. Admito que en más de una oportunidad intenté propasarme con ella, pero sostenía que debía permanecer virgen hasta el matrimonio. Desde entonces ya había decidido continuar el linaje de la familia Kazama, si no este moriría con ella.

»Poco después el grupo empezó a crecer. Gradualmente se unió el idol Rinne Hanabusa, a quien admirabas mucho; Bulat, el shaman que lastimó a tu amiga Tamao; los sádicos hermanos Yuuji y Sayaka; y el último, Mr. Mindless. Cada uno tenía una personalidad muy peculiar y ninguno estaba de acuerdo con tu inclusión en el equipo, debido a tu debilidad como shaman.

»Fue por ese motivo que te dieron un apodo: "la favorita".

»Y así transcurrieron dos años.

»Hablando en general, no nos llevábamos bien. Bulat era extremadamente misógino y menospreciaba a las muchachas del grupo, mientras que Yuuji y Sayaka tenían una especie de relación tóxica e incestuosa que no daba cabida a que confiaran en nadie más que en ellos mismos. Mr. Mindless casi nunca estaba en el templo, por lo que era difícil relacionarse con él; de hecho, no llegué a conocer su rostro porque siempre lo cubría.

»El único miembro realmente accesible era Hanabusa, pero Hao acabó ordenándole que tomara distancia de ti, debido a tu fanatismo por los idols y por él en particular. Supongo que estaba celoso, lo que me ofende bastante. (¿Por qué no se sintió amenazado por mí? ¿Qué tiene Hanabusa que yo no tenga?)

»En fin...

»En una de mis tantas conversaciones con Hina, ella me habló acerca de una extraña lectura que había realizado, la cual indicaba que tu relación con Hao era peligrosa. Esa noche estábamos cerca de la cascada, intentando interpretar el verdadero significado de la posición de las cartas, cuando apareciste repentinamente como un fantasma.

»Vestías tu yukata blanca y el cabello largo te caía sobre los hombros. Al juzgar por el vacío de tus ojos, algo no andaba bien.

»—¿Miyu? —te llamé, pero tu respuesta fue completamente impredecible.

»—¿Miyu? —repetiste con suavidad, tanta que no parecías tú—. ¿Quién es Miyu? Mi nombre es... Yumeko.


NOTAS DE AUTORA:

Aquí estoy otra vez, fallando como siempre ;_;

He intentado resumir lo más que puedo el Flash-Back de Kou para volver a la historia lineal, pero claramente no lo estoy logrando.

En fin... Espero que al menos estén disfrutando este arco :'D es un bombardeo de información.

Para compensar, los invito a visitar mi canal de Youtube (RanKoumoto) donde encontrarán una pequeña escena SPOILER de este fanfic que cuenta con la participación del actor de doblaje oficial de Ren Tao en la versión latina, Rolando De La Fuente. Si se pasan, no duden en dejar sus comentarios por favor, sobre todo si les gusta el RenHina.

Mayu Miname: Tranquila, el abuelo no duró mucho, por eso ni siquiera me desgasté escogiéndole un nombre XD lo mismo con los padres de Kou. Este capítulo prácticamente destruyó el KouxMiyu, así que estarás feliz. (?) Hao por su parte no le quita los ojos de encima a Miyu, después de todo, es su prometida.

IkusaHiito-kun: El abuelo Mikage es totalmente golpeable, ¡te entiendo mucho! Espero te haya gustado este capítulo, donde los celos de Kou hacia Hao se triplican. No exagero cuando digo que tus reviews alegran mi corazón ;_; de verdad no quería que esta historia acabara siendo tan larga, ¡pero me alegra demasiado que igualmente te guste!

Gracias a todos por seguir leyendo esta historia.