Salimos a que nos diera el aire con mis amigos, esta vez también en compañía de Neville y Luna.
-Existe alguna explicación de porqué corriste llamando a Malfoy el otro día Harry
-Están viviendo un romance sórdido.
Ron comenzó a toser y yo voltee a todos lados esperando ser los únicos que escucharon lo que dijo Luna.
Decidí guardarme un poco de la situación con Draco de mis amigos por respeto un poco a él y al ridículo que estaba haciendo. Luego de años de llevarnos mal lo primero que ocurre cuando paso tiempo con él es caer enamorado, parece una broma cruel.
Ellos decidieron seguirme en mi estupidez en vistas de que no parecía dar el brazo a torcer, pero no creo que creyeran que tendría éxito y mucho menos lo que termino ocurriendo. Oigan chicos resulta que ya no quiero ser amigo de Draco ahora quiero salir con él, que les parece si comenzamos a pasar tiempo juntos ahora y somos todos amigos.
Si estoy seguro que eso funcionaria.
-Malfoy se olvidó algo y se lo estaba alcanzando nada más, por eso de que somos compañeros en pociones
-Pero el parecía que te ignoraba apropósito –Golpeaste justo donde dolía Neville
-Tal vez tiene miedo de sus sentimientos latentes por ti, está bien Harry solo está un poco avergonzado ya lo superara- Dios te oiga Luna
-Pagaría un millón de galeones por ver a Draco Malfoy enamorado de ti.
-Desearías tener un millón de galeones, no creo que tengas siquiera uno solo.
Todos fruncieron en cejo automáticamente, exceptuándome y a Luna, quien parecía haberse distraído con una abeja.
Si mis fantasías se cumplen no sé cómo demonios hare que estos se lleven bien.
Antes de que cualquiera comenzara una pelea verbal decidí intervenir y jugar de intermediario.
-Hola, ¿Qué ocurre? ¿Necesitabas algo?-Un beso mío tal vez.
-Olvidaste esto
Me extendió un libro.
-Ah sí, gracias –Tuve una idea, no buena solo una idea – ¿Quieres sentarte con nosotros?
Sentí como Ron me pego tratando de entender en que mierda estaba pensando, pero una suave voz se oyó.
-Sí, siéntate aquí junto a Harry – Luna tal vez no lo sabes pero en este momento eres mi persona favorita.
-Les daré el placer de mi presencia supongo.-Fingiendo fastidio y queriéndolo hacer pasar como un favor se sentó junto a mí
-No tienes nadie más con quien sentarte ¿verdad?
-Sabes quería extender un mensaje de paz y compartir estos chocolates caros que me envía mi madre, pero ahora no se.
En su mano llevaba efectivamente esos chocolates que siempre veo le llegan. Ron los tomo sin miramientos.
-Tendremos en cuenta sus disculpas, gracias.
Nos enfrascamos de nuevo en conversaciones aleatorias, sobre quidditch, las clases y la gran cantidad de tareas que teníamos. Ron comentaba con la boca llena de chocolate, del cual solo pudimos probar uno solo, Hermione dos porque privilegios de ser la novia.
-Me está cayendo mejor, podemos quedarnos con él si paga una cuota semanal con chocolates.
-Te dije que Malfoy era bueno.
-Llámalo por su nombre es tu futuro esposo- Me susurro Ron, cuando Draco volteo le pegue a mi amigo
-Cállate.
Sé que tenía que hacer esto, si quería avanzar y poder tener mi relacion con Draco necesitaba cerrar esto siendo honesto y lleno de frente.
Sentada en el parque con Luna estaba Ginny leyendo.
-Ginny ¿Podemos hablar?
-Claro Harry
Afortunadamente entendió el a solas implícito, tal vez fue que noto algo en mi tono de voz o en mi rostro. Tomo sus cosas y me acompaño a un lugar más apartado.
-Estaba esperando que decidieras tener esta conversación conmigo, me has hecho esperar Harry
-Lo se perdón, no sabía cómo decirlo.
-Sé que no me debes nada, pero esperaba que por todo el tiempo que hemos compartido juntos pudieras hablar conmigo con respecto a nosotros. ¿Hay un nosotros aun Harry?
-Lo siento mucho Ginny, mi intensión nunca ha sido herirte, yo te quiero mucho y disfrute mucho del tiempo que estuvimos juntos pero creo que es momento de dejarlo ir.
Estaba herida, pero no lloro, en cambio me sonrió.
-Gracias por ser honesto conmigo. ¿Me permites ser un poco entrometida?
-Por supuesto
-¿Está pasando algo entre tú y Malfoy?
¿Que se supone que responda a eso?
-Quiero ser su amigo si a eso te refieres
-Sabes perfectamente que nunca ocurrirá solo una amistad contigo y Malfoy
-No te entiendo
-Me refiero a que hay demasiada tensión entre ustedes para que lleven una amistad normal, jamás será así, además no soy ciega Harry he visto la forma en que lo miras. Era la forma en la que siempre quise que me vieras, creí haberlo logrado pero ahora que te miro con él sé que nunca podría ganarle.
-Me gustaría poder decir algo que te haga sentir mejor.
-Lo sé y por eso te quiero tanto, harías lo que fuera por la felicidad de otras personas, por eso aunque sé que no lo necesitas te doy permiso para que estés con Malfoy. No sientas culpa por tus sentimientos Harry cualquier persona es afortunada de tenerte, sé que él sabrá apreciar eso.
-Gracias Ginny
-Y si no lo entiende puedo ir a pegarle una paliza solo avísame
-Gracias supongo.
Nos dimos un abrazo y nos despedimos, seguiríamos siendo amigos eso era seguro, porque definitivamente ella era asombrosa.
Una vez terminado el tema de mi ex novia era hora de seguir adelante y ya tenía la idea en mente, si quería avanzar debía ir de frente, ser valiente y comenzar por el principio, una cita. Quería ir despacio, lo más despacio que podía para no asustarlo, pero no pude detenerme cuando vi a Draco hablando con Pansy por los pasillos.
Una furia subió por mi garganta al verla inclinarse un poco y sonreírle, de qué demonios se ríe,
Fingí la sonrisa más dulce que pude, probablemente me veía como un asesino en serie pero no importaba. Toque su espalda con un dedo para llamar su atención.
-Draco, necesito hablar contigo
-¿Disculpa? Estoy hablando con él ahora vete a otro lado, hablara contigo después.
-Que eres su asistente, le pregunte a él no a ti.
Ups se me salió, les juro que eso fue la respuesta más linda que se me ocurrió
-Que mierda te pasa cuatro oj-
-Basta, vete Pansy tengo que hablar con Potter
-Pe-ero, ash bien lo que sea.
Se fue furiosa, mal por ella
-¿Qué quieres?
-Quería hablar contigo
-¿Sobre qué?
-Creo que mmm... – Mierda estaba muy nervioso.
Movió la mano haciendo un gesto para que continuara.
-¡Una cita!
-¿Una cita?
-Si una cita, es lo que debimos hacer desde el principio.
-¿Quieres decir en primer año?
-Eso nos hubiese ahorrado mucho tiempo, pero no, me refiero a desde que comenzó esta persecución este año.
-Te refieres a mí huyendo de ti.
-No fuiste tan indiferente después.
-No importa, así que ¿quieres una cita conmigo?
-Sí, exacto.
-¿En vistas a que exactamente?
-A una futura relacion por supuesto
Me siento en una entrevista de trabajo, ¿Por qué todo es tan formal?
-Yo saliendo contigo, un interesante giro de los acontecimientos ¿No crees?
-No tanto si tomamos en cuenta nuestros últimos encuentros.
-Bien, te daré el placer de tener una cita conmigo.
-¿En serio?
-Sí, el sábado saldremos a Hogsmeade a eso de las tres de la tarde. Si no llegas a tiempo te asesinare.
Cuando se fue mi cuerpo comenzó a temblar por completo y me sonroje, por dios tenía una cita con Draco.
La navidad se acercaba eso significaba nieve, el clima ideal para una cita.
Me desperté a eso de las seis de la mañana, me bañe me lave los dientes y espere pacientemente que alguien se levantara. Aun no le decía a Ron de la cita, en realidad le dije que saldría con Draco a comprar algunas cosas, si la cita salía bien les diría todo, pero ya estaba lo suficientemente nervioso como para tener que salir del closet también.
Francamente ahora que lo pienso, no puedo considerarme gay, me gustaron mujeres antes sin embargo con él era diferente. Supongo que nunca supe lo que era estar verdaderamente enamorado hasta ahora, creí que sí, pero mis experiencias anteriores no me prepararon para esta necesidad abrumadora de estar a su lado. Podría decir que fueron solo flechazos, te parece atractiva una persona a lo mejor sales por un tiempo y eventualmente te quedas en la relacion por rutina o consigues encontrar defectos en las personas para no ver que lógicamente estas tratando de ocultar algo a ti mismo.
Tiene sentido supongo que muy en el fondo estuve enamorado de Draco desde el principio. Me gustaría decírselo a mi yo del pasado que decidió pegarle una paliza con George en quinto año.
Ron se levantó a las ocho, lo que implica que estuve solo con mi cerebro por dos horas, dos infernales horas donde me dedique a repasar todo lo que podía salir mal hoy, y todavía me falta para la cita.
Luego de lo que sentí otra eternidad, se vistió y fuimos junto con Hermione al comedor, donde comí una tostada sola porque mi estómago decidió cerrarse.
-¿Estas bien Harry? Te ves un poco pálido ¿Necesitas ir a la enfermería?
-¡No! –Algunas personas voltearon a verme algo espantadas por mi grito repentino – Estoy bien, no tengo mucha hambre eso es todo, me pondré mejor.
-Está bien te creo, pero si te pones peor ve con Madame Pomfrey.
El resto del día pasaba demasiado lento y al mismo tiempo muy rápido, ya no estaba seguro de querer que sea la hora o de que terminara mi sufrimiento, tal vez no estaba tan listo para salir con Draco como yo pensaba.
El pasar del tiempo es inevitable y la hora de la cita llego finalmente.
Draco me esperaba apoyado en la pared junto a la fila de personas para salir, yo llegue unos minutos antes lo que significa que él ya estaba desde más temprano. Se notaba que su postura debería dar la ilusión de relajación pero para mí parecía estar algo tenso.
Me acerque
-Hola.
-Que milagro Potter llegaste a tiempo.
Sin decir una palabra nos formamos en la fila, un silencio tenso se formó pero no podíamos hablar libremente aquí.
Cuando pudimos finalmente dispersarnos de la multitud la conversación fluyo mejor, ya teníamos historia de hablar en otras ocasiones pero temí que por ser una cita me pusiera tan nervioso que no fuera capaz de articular palabra.
-Entonces debo darle mis chocolates a Wesley ahora.
-Sí, si quieres llevarte bien con él.
-No está en mi lista de prioridades pero anotare el dato por si necesito un favor.
-Yo creo que deberías tener en consideración su oferta, te vendría bien renovar tu círculo de amigos
-¿Eso te incluye a ti?
-Obviamente, no haría todo esto para que solo seas amigo de mis amigos.
-¿Tienes intenciones ocultas Potter? –Su tono bajo a uno más grave y sensual, me estaba coqueteando.
-Totalmente, unas muy malas
Guiño un ojo y continuamos nuestro camino, la cita iba perfecta.
Luego de pasar un tiempo en las tres escobas y beber cerveza de mantequilla, nos dirigimos afuera. Caminamos por un trayecto sin rumbo fijo aparente, hasta que me detuve porque sentí que algo me golpeaba en la espalda, no lo suficiente fuerte para que me doliera pero si para notarlo. Cuando voltee esta vez me dio en la cara, era nieve.
Una carcajada profunda se desprendió de Draco mientras yo me quitaba los restos de su ataque de la cara y de los lentes.
Oh esto no iba a quedar así.
Tome una cantidad de nieve en mi mano y la hice una bola, calcule la trayectoria hasta su rostro y la tire. Di en el blanco.
Su risa se detuvo y comenzó la mía. La guerra había comenzado.
Nos arrojamos nieve por un rato largo, a veces fallábamos y otras acertábamos maravillosamente. En un momento estábamos tan cerca que nos estrellamos la nieve directamente en la cara del otro. Después de eso nos caímos y vino un forcejeo en el piso donde yo estaba debajo y Draco arriba aun enfrascado en ganar.
Con una gran bola de nieve en la mano la sostuvo sobre mi cara.
-¿Te rendirás ante mis magnificas habilidades?
-Nunca
La bola se estrelló contra mi cara, y antes de que pudiera limpiarme siquiera sentí como sus manos lo hacían por mí. Nos miramos en un cómodo silencio, sabiendo lo que iba a pasar, esta vez dejaría que él diera el paso.
No tuve que esperar mucho. Fue un beso tierno, algo suave comparado para lo que ya habíamos hecho pero perfecto para la ocasión, un beso dulce.
Para mi desgracia el momento tuvo que terminarse porque me estaba congelando acostado en la nieve, nadie nos había visto por lo que sé pero también existía ese peligro, por ahora.
Habían pasado cuatro horas desde que comenzó la cita y no quería que acabara, pero empezaba a oscurecer y ya teníamos que volver al castillo porque las horas de salidas se terminaron.
Yo tenía que reunirme con Hermione y Ron en el comedor para la cena, pero decidí acompañar a Draco hasta la sala común para poder estar un rato más juntos.
-Bueno supongo que esto da por terminada la cita.
-Un momento ¿Sabes si hay alguien en tu habitación?
-No creo, deben estar todos cenando.
Me asome y efectivamente estaba vacía.
-No hay nadie.
No entendía que estaba pasando o porque el repentino interés en saberlo, pero antes de razonar fui llevado a rastras hasta mi cama y empujado sobre ella. La cortina fue cerrada y caí en que estaba ocurriendo.
-Oh
No tuve tiempo de pensar, pero a quien le importa eso, tenía a Draco sobre mí besándome con pasión. Por un segundo se apartó y se quitó la túnica y demás ropa de invierno que estorbaban, yo hice lo mismo. Antes de continuar extendió su varita y conjuro un hechizo.
-Muffliato
Chico listo.
-Si entra alguien no sabrá lo que ocurre.
Comenzó a desvestirme, me saco la corbata y el chaleco, desabrocho mi camisa y el pantalón, donde ya se notaba el efecto que me estaba causando.
-Sácate tú también la ropa
-Que cosita más impaciente.
No sé si era porque se trataba de él específicamente pero juraría que nadie puede verse tan bien sacándose la ropa, era como un sueño erótico. Podría venirme en mis pantalones si seguía así.
Cuando llego a la camisa me sentí en la necesidad de participar y comencé a desabrochársela yo, al igual que su pantalón.
La había sentido en mi mano y en mi trasero, pero es diferente a que este tan cerca, era grande, algo intimidante. Lo frote con mi mano sobre la tela de su ropa interior y con mi otra mano presione el mío.
-Quieto un segundo, yo mando aquí.
Me empujo una vez más sobre el colchón pero esta vez se presionó sobre mí, frotando nuestros miembros cubiertos aun con tela.
Iba a volverme loco.
Bajo mis pantalones por completo junto con mis calzoncillos, dejándome solo con mi camisa abierta, en cambio él solo se bajó la ropa lo suficiente para que su miembro saliera libre. Con su mano los froto a ambos juntos. Y yo ya no pude retener mis gemidos, que afortunadamente estaban siendo silenciados por el hechizo, porque estoy seguro de que me escucharían hasta el comedor.
Quería ver, no solo lo que estaba haciéndome sino lo que provocaba en él, quería ser testigo de que no le era indiferente.
Su frente sudada, su respiración acelerada y mi nombre dicho por sus labios en un susurro casi suplicante. Tome su mano y participe del movimiento, causando un agarre un poco más fuerte que termino con el orgasmo de ambos.
Cayo sobre mi jadeante, aun con la ropa desarreglada y manchados de semen me relaje y después de unos minutos de tratar de calmar nuestra respiración me quede dormido.
