Al día siguiente, Darcy se reunió con su administrador y visitaron las casas de varios de los inquilinos. Estuvo tentado de ir a Sandstone, pero sabía que esa mañana Elizabeth estaba muy ocupada con los Gardiner y Edward y en la tarde se iba a reunir con varios de sus inquilinos. Quería ayudarla en la administración de Sandstone, pero no quería presionarla y que sintiera que estaba entrometiéndose demasiado en su vida. Tenía que ser paciente.

Además, tenía algunas cartas que escribir, incluyendo una carta para Richard sobre unos caballos que estaban a la venta en una hacienda cercana y otra carta para la Sra. Reynolds para agradecerle y contarle que el vestido le había quedado muy bien a la niña.

En forma crítica recorrió las habitaciones principales de Rosings. Eran ostentosas, el mobiliario era anticuado y las cortinas y los viejos tapices eran muy oscuros. Había varios retratos de personas de la familia De Bourgh que algunos de ellos habían muerto hacia varios siglos. Hasta ese entonces, la decoración y el mobiliario nunca le había importado demasiado a Darcy, pero ahora quería que su casa fuera confortable y bonita; quería que fuera un lugar donde Elizabeth e Isabella quisieran vivir para siempre. Por ello, se reunió con el ama de llaves de Rosings por varias horas y discutieron posibles cambios en la decoración de los principales salones.

A la mañana siguiente, después de desayunar salió a caballo hacia Sandstone con un ramo de flores de su invernadero.

Al llegar a Sandstone se llevó la grata sorpresa de ver a Elizabeth a caballo inspeccionando un drenaje cercano a la cerca perimetral de la hacienda. La miró con amplia admiración, se veía tan hermosa con el cabello ligeramente despeinado y los ojos brillantes por el ejercicio. Cada vez que la veía, le parecía que era aún más hermosa que el día anterior.

Al verlo, Elizabeth se sonrojó, ambos bajaron del caballo y los ataron a la cerca; Darcy le besó la mano y le dio las flores. Después de unos segundos, los dos hablaron al mismo tiempo, y Darcy le hizo una seña para que ella continuara. "Pensé que hoy tenías una reunión con tu administrador."

"Me reuní con él ayer y pudimos terminar todas las tareas que tenía pendiente. Recuerdo que una vez me dijiste que debido a un accidente que tuviste cuando eras niña, le tenías miedo a los caballos."

"Es cierto. No me gusta andar a caballo, pero reconozco que es necesario para poder inspeccionar la hacienda. Thomas me ayudó a superar mis miedos y me enseñó a montar hace unos años. Nuestra estancia era del tamaño de Netherfield Park, y solía cabalgar con él todos los días."

Darcy asintió, le hubiese gustado tanto ser él quien le enseñara a montar. Le hubiese gustado ser él el padre biológico de Isabella, le hubiera gustado tanto ser su primero en todo… pero sabía que no tenía que llorar por la leche derramada y debía solo pensar en el futuro. No podía cambiar el pasado, por eso optó por cambiar el tema, "¿Ya se han marchado los Gardiner y Edward? ¿Cómo está Isabella?"

"Si, se fueron ayer. Isabella está muy triste, pero los Gardiner prometieron regresar en Navidad, o sino nosotras iremos a Londres."

Darcy asintió, "Me imagino que los debe extrañar mucho. Edward es un niño muy dulce y está fascinado con Isabella. Es una pena que viva en Londres."

"Recuerdo que una vez cierto caballero me dijo que 50 millas era una distancia corta."

Darcy rio, "Ese caballero era un ignorante y no se daba cuenta que 10 millas puede ser una distancia muy grande cuando uno ama a una persona." La miró intensamente y cambió el tema, "¿Estás inspeccionando la hacienda?"

"Si estoy revisando un drenaje que creo que esta obstruido ya que dos inquilinos recientemente se han quejado. Capaz que podrías ayudarme a ver cuál es el problema. Recuerdo que tienes mucha experiencia administrando haciendas y detectando este tipo de problemas"

Darcy sonrió, "Sabes que con mucho gusto te voy a ayudar en lo que tu desees y precises. Sabes que siempre puedes contar conmigo…" Minutos más tarde ambos detectaron el problema por el cual estaba obstruido. Con ayuda de un par de inquilinos una hora más tarde lo lograron arreglar. Elizabeth notó que Darcy además de ser bien conocido en el área, también era respetado por los sus inquilinos. También notó que a diferencia de la mayoría de terratenientes – incluido su padre – Darcy estaba dispuesto a hacer el trabajo duro junto con los inquilinos.

Después de terminar el arreglo, fueron a la casa a refrescarse y a ver a Isabella. Lizzy le pidió a la cocinera que agregará un plato más en la mesa ya que el Sr. Darcy iba a quedarse a almorzar. Isabella estaba muy contenta de ver nuevamente al Sr. Darcy y efusivamente lo saludó. Darcy prometió que después de almorzar iba a leerle uno de los cuentos de hadas que le había regalado para su cumpleaños.

Durante el almuerzo, la Sra. Watson entretuvo a Isabella, mientras Darcy y Elizabeth hablaban animadamente de varios temas, incluido los cambios que estaba haciendo en Pemberley y Rosings, la reciente promoción de Richard y los desafíos que estaba enfrentando Elizabeth como propietaria de Sandstone. Darcy se ofreció a ayudarla a revisar los libros de la última cosecha, y posteriormente recorrer nuevamente con ella sus tierras. Elizabeth muy agradecida aceptó la ayuda, lo cierto es que, si bien en el pasado Thomas la había involucrado en la administración de 'Los Abetos', su esposo era el que hacia la mayoría de las tareas. A veces se sentía abrumada y tenía miedo de cometer errores. A pesar que sabía que los Gardiner habían ahorrado más de £20.000 y no necesitaba que ella les repagara urgente, y que ella e Isabella eran sus herederas, no le gustaba tomar ventaja de su generosidad y quería pagarles cuanto antes.

Después de almorzar efectivamente le leyó una de las historias a Isabella y se reunió con Elizabeth en su oficina. Unas horas más tarde, después de revisar los libros de contabilidad y no encontrar ninguna incongruencia era muy tarde para recorrer la hacienda. Con pesar, Darcy se preparó para regresar a Rosings, pero antes la invitó a que fuera con Isabella y la Sra. Watson al día siguiente a almorzar a Rosings. Las tierras y cultivos de Rosings eran similares a los de Sandstone y esperaba que su administrador pudiera ayudar a Elizabeth en la administración de su hacienda.