Descargo de responsabilidad: No me pertenece ni Elder Scrolls ni Una Canción de Hielo y Fuego. Todos los derechos a sus respectivos dueños.

Capítulo 25

Dorne 297 AC

Los pasos de tres personas se escuchaban por uno de los pasillos del castillo de Sunspear. Dicho pasillo llevaba directamente al solar personal del príncipe Doran Martell. Las personas que conformaban el grupo de tres eran: El príncipe Oberyn, el cual había sido enviado por su hermano para buscar a Jon, pues quería hablar con él, para saber si el joven bastardo podrá ser de ayuda para evitar que sus relaciones con el trono se enfríen más de lo que ya estaban, evitando así algún problema, por ahora. Además, el tambien fue enviado para ver cómo había sido la reunión de Jon con sus parientes maternos. El segundo era Aero, quien había recibido órdenes del príncipe Doran para acompañar a su hermano para apoyarlo en caso de que suceda algún incidente que haga que las espadas sean desenfundadas. Finalmente, el ultimo era el propio Jon, el cual estaba caminando con algo de cautela, pues no sabía porque lo habían traído.

Pese a que la mente del bastardo de Winterfell tenía muchas dudas, no las expresó, pues sabía que quien mejor podía responder a las preguntas que podría tener era el príncipe Doran, no el príncipe Oberyn. Asi que, pensando en que estrategia podría usar para aprender todo lo que pueda sobre los planes y el motivo oculto para este torneo.

"Bien, ya llegamos." Dijo Aero cuando el grupo llegó a una puerta doble de roble.

"Vale." Dijo Jon mientras miraba la puerta.

"Entremos, no dejemos a mi hermano esperar mucho." Dijo Oberyn mientras se acercaba a la puerta y la abría, permitiendo que todos entraran.

Mientras entraban, una sombra lo miraba por el final del pasillo, una sombra que pareció no ser vista por nadie, pero si fue presentida por Jon, quien pudo olerla y pudo identificar que se trataba de una mujer.


En el interior de la habitación se encontraba Doran, sentado en su silla de ruedas, pero manteniéndose tras su escritorio. El escritorio era de madera fina, pulida y adornada con intrincados tallados. Sobre el escritorio, había una variedad de pergaminos enrollados, libros de cuentas y algunas cartas selladas, todos estos documentos estaban cuidadosamente organizados y clasificados. Esto era porque Doran, cuando estaba en el castillo, pasaba horas inmerso en su trabajo, verificando sus finanzas, sus levas, y los territorios de sus vasallos.

Soltando un suspiro, el príncipe de Dorne miró al techo de su habitación, la cual estaba diseñado con elegancia y sobriedad, combinando elementos dornienses tradicionales con toques de lujo discreto. Las paredes estaban adornadas con mapas detallados de Dorne, tapices myrienses y de otras regiones, junto con pinturas que mostraban el dia a dia de los príncipes dornienses de antaño. Grandes ventanales permiten la entrada de luz natural, iluminando el espacio y ofreciendo vistas impresionantes del interior del castillo, así como de la ciudad que había a las afueras.

La mente del príncipe estaba centrada en el hecho de que el hijo de Ashara había eclipsado a todo posible pretendiente para Arianne, pero no solo eso, sino que la declaración pública de su identidad los había puesto en una situación delicada.

Afortunadamente, había pensado en un plan para tratar de mitigar esos daños y la solución no era tan difícil, solo tenía que convencer al joven para que enviase una carta para que esclarezca todo, pero si bien ese plan sonaba muy simple, él contaba con algo más. Y es que, el esperaba que Ulrik Dayne envié una carta a Eddard Stark, la cual serviría como contrapeso para el plan, pues si los Dayne enviaban la carta antes, podría hacer que lo que Jon envié desde Sunspear no parezca una coacción por parte de Doran, fue por esa razón que el permitió que el hijo de Ashara se encuentre con su familia sin problemas.

Cuando terminó aquellas cavilaciones, el escuchó como la puerta era abierta y por el umbral entraban su hermano, su leal capitán de la guardia y la persona que podría haberlos metido en un serio aprieto.

"Es bueno ver que mi hermano dio con usted, Ser." Dijo Doran como saludo, usando una voz fría, pero lo suficientemente amable como para no parecer grosero, pues pese a que el chico era un bastardo, tambien era un caballero, pero era algo que podría ser mentira, debía de saber todo lo que pudiera sobre el para hacer que escriba esa carta para evitarse problemas con el trono por el momento.

"Gracias, mi príncipe." Respondió Jon mientras hacia la reverencia correspondiente.

"Bien, entonces, siéntense." Dijo Doran, viendo como Jon y Oberyn se sentaban en sillas que estaban frente a su escritorio. Por su parte, Aero, caminó hacia su lado y se paró allí, haciendo guardia.

"Entonces, mi príncipe. ¿Por qué me ha convocado?" preguntó Jon con calma, pero antes de que Doran o alguien pudiese decir algo, el joven volvió a hablar. "Espero que no sea para acusarme de algún asesinato."

Las palabras que dijo el hijo de Ashara provocó reacciones de inmediato, Doran por su parte solo frunció el ceño ligeramente, mientras que Aero no hizo nada, solo mantuvo su mirada en Jon, pero si alguien de aquellos que lo conocían podían ver que no estaba para nada contento con aquellas palabras. Sin embargo, el más vocal y expresivo fue Oberyn.

"¿Me parece o estas acusando de algo a mi hermano en su propio castillo?" Preguntó Oberyn mientras levaba su mano hacia su cinturón, donde solía llevar una daga.

Cuando Doran vio la más que obvia amenaza de su hermano a Jon, esperó que el joven se viera algo amedrentado, pero cuando lo vio, se dio cuenta de que no era así.

'Es de suponerse, mantuvo la calma cuando varios guardias le apuntaban con lanzas. Pero me sorprende que no reaccione para nada cuando Oberyn lo está amanzanado.'

"Parece que no ha logrado entender, príncipe Oberyn." Respondió Jon el cual miró al príncipe. "En ningún momento he acusado al príncipe Doran de algo, solo he mencionado algo que sucedió durante la justa."

Las palabras que salieron de la boca de Jon fueron tan frías que todos, desde Doran hasta Oberyn sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.

'Este chico no es normal, para nada normal.' Pensó Doran mientras sentía que el sudor se acumulaba en su frente y en sus manos. 'La confianza que tiene en sí mismo es inaudita, pero no solo eso, la forma en como habla demuestra que no le tiene miedo a como reaccionaria Oberyn.'

Los ojos de Doran dejaron de ver a Jon y comenzaron a ver a su hermano, para su sorpresa, Oberyn estaba quieto como una estatua, pero estaba mirando al hijo de Ashara de manera rara, casi como si estuviera pensando en algo.

"Por ahora te creeré…" dijo Oberyn mientras alejaba su mano de su daga. "Pero recuerda que estas en el palacio de mi hermano, si te atreves a ofenderlo o a decir algo fuera de lugar, tu cabeza terminará en una pica y tu cuerpo será lanzado al desierto."

Y otra vez para sorpresa de Doran, el joven bastardo no mostró signo de sentirse preocupado o siquiera intimidado, algo que desconcertaba mucho al príncipe, pero sabiendo que debía de convencerlo para que hablara por ellos con el rey en caso de ser necesario.

"Vale, tratare de hacer o decir nada que haga que mi cabeza termine en una pica."

"Bien. Eso me basta por ahora, pero recuerda que te estaré vigilando." Dijo Oberyn, el cual volvió a sentarse cómo lo hacía normalmente.

Tras eso, Doran tosió falsamente y llamó la atención de jon, cuando este se percató de aquello, decidió comenzar con su interrogatorio.

"Bueno, supongo que te preguntaras porque te he convocado, haciendo que termines de manera abrupta tu visita familiar con tus parientes maternos, ¿verdad?"

"Un poco, pero creo que me estoy haciendo una idea."

"Ya veo, entonces eso me facilitara las cosas." Dijo Doran, para luego inclinarse en su escritorio y juntar ambas manos frente a su mentón. "Necesito que me cuentes todo sobre lo que has estado haciendo desde que desapareciste, en especial por qué has terminado llegando a Dorne en estos tiempos y, sobre todo, porque recién ahora te desvelas."

La petición que acababa de hacer no sonaba para nada descabellada para Doran, pues podía ser tomada como una simple petición de algo de información, pero el príncipe de Dorne sabía que debía de tomar con pinzas todo lo que este joven es diga, pues puede que haya partes que sean mentira.

"Oh, así que es eso…" dijo Jon mientras se llevaba una mano al mentón, para que luego de pensarlo unos segundos, decidiera hablar. "Bueno, parece que podremos hacer algo de comercio con esto."

La respuesta que Jon provocó que todos lo miraran, en especial Oberyn quien casi se levanta de su silla, pero para sorpresa de este, Doran levantó la mano y lo detuvo.

'Este chico es listo, lo suficiente como para darse cuenta de que puede hacer uso de esto para pedir algo a cambio.'

"Umm… veo que es una buena propuesta… así que, si, acepto."

La repuesta de Doran provocó que Oberyn lo mirara con estupefacción, pues era más que obvio que la víbora roja no esperaba que su hermano aceptara tan fácilmente.

"Hermano-"

"Tranquilo, Oberyn." Replicó rápidamente Doran, interrumpiendo a su hermano. "El chico es prudente, algo que no suelo ver en los jóvenes de su edad."

"Vale, por ahora lo haremos a tu modo." Dijo Oberyn para volver a estar sentado como antes.

"Bien, entonces, Ser. Podría comenzar a contarme su historia." Pidió Doran, el cual uso un tono de voz amable y servicial, tratando de parecer buena persona.

"Podría, pero creo que antes podemos hacer algo más… ¿Qué le parece si… si nos dejamos de rodeos y vamos de frente a los que nos involucra aquí hoy?"

La pregunta que recibió como respuesta Doran lo dejó helado y confundido, pues aquello fue algo no esperó, pero no dejó que eso le sorprendiese, sino que trató de ver la estrategia que estaba usando el hijo de Ashara. Un segundo después, al fin vio lo que estaba haciendo Jon. Asi que, poniendo una sonrisa, habló. "Bien, me parece interesante. ¿Te parece si empiezo yo?

"Por supuesto, no hay ningún problema."

"Muy bien, entonces, Ser. ¿Sabes que se te ha considerado como muerto desde hace años?"

"Si, lo se."

"¿Y sabes que tu padre envió un mensaje al rey, con el cual nuestro gran monarca envió cuervos a todas las casas nobles de Westeros, ofreciendo algunas más que considerables recompensas por información sobre tu paradero?" preguntó Doran, tratando de ver si Jon sabia de esto. Sin embargo, para sorpresa del príncipe, Jon puso un rostro de ligera sorpresa. Al ver aquello, Doran puso un rostro algo más amable. "Parece que no lo sabias, ¿verdad?"

"Asi es, no lo sabía." Respondió Jon de manera sincera.

"Ya veo…. Bueno, como te iba diciendo, el rey envió cartas a todas las casas, incluidas las casas de Dorne."

"Supongo que respondieron diciendo que no estaba aquí, ¿verdad?"

"Asi es."

"Ya veo, así que por eso me habéis convocado." Dijo Jon, provocando que Doran y Oberyn lo miraran.

"¿En serio?" preguntó Oberyn, llamando la atención de Jon.

Al oír la pregunta del príncipe de Dorne, Jon giró el rostro y lo miró antes de responderle. "Si, ustedes quieren que envíe una carta hacia King's Landing diciendo que no estuve en Dorne hasta ahora, ¿verdad?"

Al escuchar de la boca de Jon lo que ellos querían que el joven hiciera, los dos príncipes se miraron y tras eso, Doran volvió a mirar a Jon y le habló.

"Me sorprende que hayas podido deducir eso con las pocas palabras que te dije." Comentó Doran, mostrándose muy sorprendido.

"La verdad es que no fue muy complicado, comencé a pensar en ello cuando mencionaste que si sabía que me habían dado por muerto. Aquello me hizo darme cuenta de que no se han enterado de que me he puesto en contacto con mi familia."

La respuesta de Jon hizo que tanto Oberyn como Doran se sorprendieran, pues no habían anticipado eso, pero no solo eso, sino que aquellas palabras tambien hicieron que Doran se diera cuenta de dos cosas, la primera era que sus espías en la capital no le habían hecho llegar la información sobre el hijo de Ashara y dos, que Ulrik tampoco le había dicho nada de esto.

'Esto es muy raro. ¿Por qué mis espías no me enviaron información de algo como esto? ¿Por qué Ulrick tampoco lo sabía?' pensó Doran, el cual frunció ligeramente el ceño, pues comenzaba a darse cuenta de que estaba pasando algo, pues sus espías le eran completamente leales y tenían la orden de enviar cualquier fragmento de información que involucre a los Baratheon, Stark, Tully, Arryn, Targaryen y por supuesto, los Lannister, pero al parecer algo había pasado para que ellos no enviaran ese fragmento de información. 'Parece que alguien está evitando que la información llegue a mi persona, pero ¿Quién sería esta persona?... lo más probable es que se trate de Varys, pues no hay otra persona en King's Landing con la habilidad y los recursos para evitar que la información se mueva, pero ¿Por qué el eunuco haría esto? ¿A que juego está jugando?'

Los pensamientos de Doran le mantuvieron concentrado un tiempo, tras el cual, volvió en sí y miró a Jon.

"Ya veo… gracias por tu sinceridad. La verdad es que tememos que el rey se tome tu presencia en Dorne como una muestra de que te hemos tenido retenido aquí y que cuando le enviamos una respuesta con nuestra negativa, le mentimos."

"No hay problema." Respondió Jon con una sonrisa, la cual provocó que el príncipe sintiera que Jon era dino de confianza.


La puerta del solar privado del príncipe de Dorne se abrió, permitiendo que Jon salga de la habitación. El bastardo de Winterfell salió de su habitación tras haber terminado su charla con el príncipe Doran. Si tenía que decir algo sobre ella, la charla había sido algo informativa.

'El príncipe Doran es precavido, mucho me temo, pero si lo vemos desde un punto más alto, es bueno, ya que compensa la imprudencia de su hermano.' Pensó Jon, recordando como se había comportado el príncipe durante su charla. Cuando el terminó de asegurarle de que su padre sabía de qué estaba vivo y que no había estado en Dorne todo este tiempo, Jon comenzó a hablar de otros temas con los príncipes. Fue en esas conversaciones que aprendió que originalmente el príncipe Oberyn había pedido a Jon para que sea su escudero, pero él había desaparecido justo cuando la propuesta se había enviado. Eso lo dejó pensativo, pero al final era algo del pasado y algo que no había ocurrido, por lo que no había necesidad de pensar en ello. Tras ello prosiguieron con otras charlas, y el aprendió algunas cosas, pero no pudo sacarle la razón de la creación del torneo.

'Tal vez pueda aprender algo durante la celebración que habrá hoy en la noche.' Pensó Jon, el cual estaba que caminaba hacia la salida del castillo para ir a su barco. El joven iba siendo guiado por una sirvienta, la cual le había estado esperando a las afueras de la habitación donde había estado hablando con los dos príncipes.

Mientras seguia a la criada, el notó que ella comenzó a balancear sus caderas, como si quisiera llamar su atención. Al ver eso, Jon solo sonrió algo divertido. 'Había escuchado que los Dornienses eran promiscuos, pero no había recibido ninguna propuesta hasta ahora.'

Sonriendo divertido por el intento de la sirviente de seducirlo, Jon no se percató de que estaban adentrándose a una zona que no era la salida del palacio.

"Ya hemos llegado." Dijo la criada, deteniéndose de manera abrupta.

Al oírla, Jon se detuvo y se sorprendió de ver que estaban frente a una habitación muy grande. Sin embargo, antes de que pudiera decir algo, la sirvienta se le adelantó.

"Disculpe por haberlo traído sin decirle la verdad, Ser, pero la princesa Arianne ha solicitado su presencia."

Cuando Jon escuchó aquello, sintió que pasaba algo raro, pues la forma en como lo habían traído indicaba que iba a estar involucrado en una especie de conversación de intriga como la que acaba de tener con el príncipe Doran. Sin embargo, antes de que vuelva a intentar decir algo, la sirvienta entró en la sala, haciendo que Jon la siguiera.

Cuando Jon entro en la sala, se sorprendió, pues era una habitación espaciosa, pero a diferencia de la habitación donde había estado antes, esta nueva habitación no era para trabajar, sino que estaba destinada a la recreación. La habitación era espaciosa, y tenía poco mobiliario en comparación con el solar del príncipe Doran, pero tenía uno que otro estante con libros. Había unas pocas mesas pequeñas, algunas de las cuales tenían incensarios, los cuales expulsaban sutiles hilos de humo, los cuales llenaban el lugar con un suave olor de manzanas, canela y clavo de olor. El resto de la decoración de la habitación eran tres largos asientos, los cuales estaban hechos con madera de olor oscura, la cual tenía hermosos grabados y diseños tanto en alto como en bajo relieve. En aquellas sillas había lo que parecían ser cojines, los cuales estaban forrados por terciopelo de color naranja y sentados en uno de los tres muebles estaban dos mujeres.

Ambas mujeres vestían finas y suelta sedas que dejaban expuestas varias partes de sus cuerpos, permitiendo que Jon pudiese admirar a ambas mujeres. Si bien no conocía a una de las mujeres, si conocía a la otra, la cual resultó ser nada más y nada menos que la princesa Arianne.

La vista de la princesa usando sedas sueltas y sentada de manera sensual provocó que Jon se inquietara, pero antes de siquiera decir algo, escuchó como la puerta tras él se cerraba, seguido del sonido de una cadena siendo puesta.

Al oír aquello, jon no perdió tiempo y miró hacia atrás. Los ojos del bastardo de Winterfell se abrieron cuando vio a la criada, la cual por primera vez desde que la vio le mostraba su rostro y se quitaba la tela con la que cubría su cabeza. Para total sorpresa de Jon, él había visto el rostro de la chica antes.

'Es la chica que se sentaba con la princesa durante el torneo.' Pensó Jon con algo de sorpresa, pues no había podido olerla en absoluto. Aquello le había desconcertado, pero en el momento en que la vio bien, se dio cuenta de que tenía una capa de seda por encima, la cual desprendía un fuerte aroma a incienso.

"Ahhh… odio usar tantas ropas como estas." Dijo la criada mientras ponía una mirada muy inocente, la cual hizo que Jon levantara una ceja, pues podía ver que era falsa. Sin embargo, su otra ceja se levantó de manera abrupta cuando vio como la chica dejaba caer su capa, mostrando que debajo de ellas había una vestimenta similar a la de la princesa y la otra chica. "Lamentablemente, si no la usaba, todos me hubiesen reconocido."

Tras aquellas palabras, la joven caminó hacia donde estaban sentadas la princesa y la otra chica. Los ojos de Jon se posaron en la chica, la cual movía sus caderas de tal manera que casi hipnotizó a Jon, el cual comenzó a sentirse algo raro.

'Esto es extraño… sé que no soy un puritano, pero no soy un putero que se levanta a toda mujer que ver, pero hay algo extraño que esta que hace que mis instintos más básicos comiencen a sentirse algo desorientados.' Pensó Jon con cierta preocupación, pues si había algo que había entrenado durante mucho tiempo con Edzard fue su autocontrol. Así que, cerrando los ojos y tomando un par de bocanadas de aire, jon hizo uso de su autocontrol para disminuir sus impulsos primarios. Tras varias respiraciones, logró controlarse del todo y abriendo los ojos miró hacia las tres mujeres frente a él.

La mirada de Jon ahora no era de confusión, sino que era una mirada fría, pero salpicada con algo de curiosidad, pues sentía algo de curiosidad por saber por qué la princesa de Dorne le había llevado este lugar de manera tan sutil. Así que, queriendo saber que quería la princesa, Jon comenzó a caminar lentamente hasta el asiento que estaba frente a las tres mujeres. Cuando llegó, se sentó y las miró a los ojos a las tres, evitando que su vista se desvié hacia cualquier otra parte.

"Entonces, princesa…. ¿A qué debo el honor de su convocatoria?"

Los ojos de la princesa Arianne recorrían el cuerpo de Jon, el cual vestía una simple túnica sin mangas de color gris, junto con pantalones negros y botas del mismo color. La vestimenta del joven bastardo se apegaba a su cuerpo y la princesa tenía que admitir que, pese a que el niño no tendría más de catorce días del nombre, su cuerpo parecía indicar lo contrario, pues no había visto nunca a ningún niño con la complexión que tenía el que estaba frente a sus ojos. Sin embargo, por mucho que le gustase ver lo que tenía al frente, ella sabía que tenía otras cosas de las que encargarse, por lo que, desviando su mirada, miró a su prima Tyene, la cual había sido la encargada de traerlo ante ella.

"¿Querida prima, te aseguraste de que nadie te siga?" preguntó Arianne.

"Si, Ari, me asegure de que nadie me siguiera." Respondió Tyene con una sonrisa divertida en el rostro.

"Bien" dijo la princesa de Dorne para luego mirar a su otra prima. "Nym, puedes traernos un poco de vino, por favor. Esta charla será un poco larga."

"Claro Ari." Dijo Nymeria mientras se levantaba y mientras lo hacía, le dedicaba una mirada al hijo bastardo de Eddard Stark. Tras aquello, ella pasó por el frente del joven, guiñándole un ojo, para luego soltarle una risita divertida.

"Entonces, Ser… ¿Cómo se siente haber ganado el torneo y haber derrotado a todos sus oponentes?" preguntó Arianne, usando un tono de voz algo sensual para de esa manera tratar de engatusar a Jon.

"Bueno, me siento fenomenal…. Pero la verdad es que estoy algo preocupado por usted, princesa." Respondió Jon con una sonrisa en el rostro.

"¿En serio?" preguntó Arianne con una sonrisa en su rostro, mientras que en su mente se estaba elogiando, pues sentía que su seducción había funcionado. Y es que, el plan que ella había elaborado para tratar de ganarse a Jon era simple, usar sus encantos femeninos para seducir al joven caballero. Sin embargo, pese a la gran confianza que tenía en su propio cuerpo, ella no quería perder la oportunidad que se le presentaba de tener un aliado fuera de Dorne, por lo que decidió tambien llevar a sus dos de sus tres primas más agraciadas, pues Obara no era tan atractiva para que encantara al chico. Lamentablemente, pese a que le había pedido su ayuda, Sarella se había negado diciendo que no quería participar en esto, ya que no le encontraba nada de sentido. Eso había hecho que solo contase con la ayuda de Nymeria y Tyene para esto.

"Por supuesto, princesa. Me siento preocupado de que se sienta mal por no haber sido coronada como la reina del amor y la belleza." Respondió Jon, poniendo una sonrisa algo burlesca, la cual tenía la intención de irritar a Arianne.

'E-e-e-e-este bastardo… es… ¡es increíble!' pensó Arianne con emoción al ver la forma en como actuaba Jon. 'Cualquier otra persona no se hubiese atrevido a decirme algo así, pero el, parece que no les teme a las consecuencias de lo que sus palabras puedan traer… Tal indiferencia al peligro es… excitante…'

"Je, je, je…" fue la pequeña y suave risita que soltó Tyene, la cual miraba a su prima con diversión, pues ella se había quedado de piedra, y parecía que había comenzado a quedar encantada con el chico, esto gracias a la audaz declaración de este.

La risa de la joven bastarda de cabello rubio siguió hasta que su media hermana llegó con unas copas de plata y una botella de tinto dorniense. Dejando las copas en la mesa, Nymeria comenzó a llenarlas de vino. Cuando las copas estuvieron repletas del líquido de color rojo sangre, la hija de Oberyn comenzó a repartirlas entre los presentes.

Los ojos de Jon se mantenían fijos en su copa, la cual rebozaba de vino. Sus sentidos estaban siendo usados al máximo para ver si el vino estaba envenado, observando el color, pues no gracias al incienso del lugar no podía detectar el olor de algún veneno.

"No este envenado, si eso te preocupa." Dijo Tyene, llamando la atención de Jon, el cual la miró.

Los ojos de Jon dejaron de mirar el vino y miró a la joven rubia, la cual tenía una sonrisa inocente en su rostro. La sonrisa de la chica era inocente y pura, algo que hizo que jon frunciera el ceño levemente, pues ahora que la tenía más de cerca y tenía sus sentidos enfocados en ella, pudo oler el sutil olor de algunas plantas en su mano... plantas que él sabía que se podían usar para hacer venenos.

"Sabes, estoy seguro de que podrías engañar a muchos con tu sonrisa, pero tus manos son armas letales, ¿verdad?"

Jon sintió que una sonrisa en su rostro se formaba cuando vio como la sonrisa de la chica se esfumaba mientras sus ojos se abrían ligeramente.

"No sé qué quieres decir, Ser. Soy una doncella muy piadosa." Dijo Tyene, volviendo a poner una sonrisa en su rostro, para de esa manera disimular la sorpresa que sentía al enterarse que Jon había visto por su fachada.

Al ver la forma en que la mujer parecía negar su propia peligrosidad, Jon solo movió los hombros de manera despreocupado, ya que no le interesaba la forma en como la chica se auto percibía. Tras eso, miró a la princesa, la cual lo miraba como si fuese un pedazo de carne. Soltando un suspiro, Jon decidió terminar con todo, pues quería irse a darse un baño para ir a conversar con sus familiares antes de partir de Dorne.

"Creo que deberíamos dejar la conversación de tu peligrosidad para otro momento, mi lady." Dijo Jon, mirando a Tyene y luego a la otra chica. "Antes de hablar, me gustaría saber quiénes son."

"Si lo pides bonito, tal vez te lo digamos." Dijo Tyene con una sonrisa.

"Y si lo haces interesante, puede que te ganes un premio al final." Dijo Nymeria con otra sonrisa.

Al ver las sonrisas de ambas mujeres, Jon pudo intuir de inmediato a que tipo de premio podrían referirse ambas mujeres. Si bien él ahora tenía sus impulsos primarios muy bien dominados, no dejaba de ser un joven de catorce años, por lo que la mención de poder acostarse con dos mujeres hermosas le generaba cierta emoción. Sin embargo, él sabía que por mucha emoción que sienta por estar con esas dos chicas, él debía de mantener a cabeza fría, por lo que, tras tomar una respiración, volvió a solicitar los nombres de ambas mujeres.

"Podría tener el honor de saber el nombre de tan bellas damas?" preguntó Jon, usando algo de galantería barata, pero sin dejar de mirarlas a los ojos.

Si bien la frase no era nada del otro mundo, fue el hecho que Jon mantuviese la mirada en los rostros de las dos chicas lo que hizo que estas le respondieran con sonrisas encantadoras.

"Me llamo Tyene Sand / Me llamo Nymeria Sand." Dijeron ambas mujeres para luego continuar de manera simultánea. "Y somos hijas del príncipe Oberyn Nymeros Martell."

Al momento en que Jon escuchó el nombre de ambas mujeres, Jon supo que ellas eran dos de las infames serpientes de Arena.

'Claro, por eso estaban junto a la princesa.' Pensó Jon mientras recordaba que su tío le había mencionado algo sobre las hijas bastardas del príncipe Oberyn. Las palabras de su pariente le habían mencionado que las hijas de Oberyn, en especial las mayores, eran peligrosas en varios sentidos de la palabra, ya que dos de ellas no solo eran buenas con las armas, sino que tambien eran capaces de usar sus encantos femeninos como arma, eso que tambien había una que era más que hábil con los venenos.

Al percatarse de que estaba en una habitación con tres mujeres peligrosas que no tendrían reparos en usar sus cuerpos para hacer que acepte algo, Jon decidió ir de frente al meollo del asunto. Asi que, soltando un suspiro, las miró a las tres y habló.

"Es un gusto conocerlas." Dijo Jon con una sonrisa fingida, la cual tras unos pocos segundos fue suplantada por un rostro serio y pétreo. "Ahora que ya se quiénes somos todos los presentes, quisiera saber… ¿Por qué me han traído aquí?"

La pregunta de Jon hizo que las tres jóvenes le mirasen, cada una con un pensamiento. Las dos hijas bastardas de Oberyn pensaban que era increíble que Jon mantenga su mirada enfocada en sus caras y no en las pocas sedas que cubrían sus cuerpos. Arianne, por su parte, estaba asombrada y algo emocionada, pues el rostro de Jon era muy serio, algo que le causaba mucha emoción, de hecho, verlo a si de serio hizo que la joven recordase algo que había imaginado hace años, cuando su tío Oberyn las había llevado a ella y a sus primas al castillo viejo donde le enseñó a Tyene a ordeñar el veneno de una serpiente. El recuerdo era sobre aquella escena imaginar era la de ella siendo tomada por un hombre alto con ojos negros en el mismo lugar donde es estaba sentada ese dia, pero ahora, esa escena volvía a su mente, pero con una diferencia… ahora, ella se imaginaba a un joven de ojos purpuras con cabello castaño. Las imágenes comenzaron a volverse cada vez más vividas, haciendo que ella comenzase a excitarse solo con la imagen. Sin embargo, para su buena suerte, su prima favorita vio lo que le estaba pasando y poniendo una mano en su hombro, la hizo volver en sí.

Cuando la princesa heredera volvió en sí, miró a sus primas y vio que estas tenían una sonrisa muy grande, al verlas recordó que antes de imaginarse a quien de seguro era el niño frente a ella llevándola a una torre abandonada para salirse con la suya con su cuerpo, había recibido un recordatorio de que él había pasado de ella por otra chica. Pese a que ella había estado distraída y no había escuchado la pregunta de Jon, su prima Nymeria se había acercado a su oído y le había dicho dicha pregunta.

"Es algo muy simple, la verdad. Pero antes de pasar a esa pregunta, quisiera saber algo. Esa chica a la que coronaste, ¿Qué es para ti? ¿Tu amante? ¿Tu esposa?"

La pregunta de Arianne hizo que la seriedad en el rostro de Jon se esfumara por un segundo, pues por primera vez en mucho tiempo, no sabía que responder.

El silencio que siguió a la pregunta hizo que la princesa sonriera, pues sentía como una victoria él hace que Jon no pudiese responderle.

Tras casi un minuto de silencio, Jon al fin contestó. "Si te refieres a Dany, ella solo es una amiga."

"Una amiga a la que coronaste por encima de la princesa de Dorne o tu tía. Eso demuestra que su amistad es muy profunda y cercana." Comentó Nymeria, cuyas palabras llevaban segundas intenciones, pues ella estaba insinuando que Jon y Dany eran amantes o tal vez amigos que compartían una cama de vez en cuando.

La forma en como la hija de la víbora roja hablaba de su relación con Daenerys provocó que Jon la mirase con ligera molestia. Sin embargo, pese a que quería refutar eso, él sabía que lo mejor era no mencionar nada de Daenerys, pues si la mencionada mucho podría a hacer que la princesa se interesase por ella y eso podría conllevar que la investigase, lo que podría hacer que los Martell aprendiesen su verdadera identidad… y si esa identidad era conocida, bueno, los asesinos del rey no demorarían en llegar, junto con algunos problemas para su familia, pues era más que obvio que esto atraería una gran cantidad de malentendidos.

Cuando las chicas se dieron cuenta de que Jon no hablaría de nada relacionado con la chica a la que había coronado, la princesa decidió que mejor sería hablar con el joven sobre la razón por la que lo había traído.

"Bueno, preguntaste por la razón por la que te trajeron aquí, ¿verdad?" preguntó Arianne, decidiendo comenzar su conversación con Jon.

"Si. Si no es mucha molestia ara usted, princesa" respondió Jon.

Al oír la respuesta de Jon, Arianne desvió su mirada y mirando su copa de vino, la tomó y se la llevó a sus labios. Bebiendo un buen trago, soltó un suspiro y luego miró a Jon.

"¿Qué sabes de las leyes de sucesión de Dorne, Ser Jon?" preguntó Arianne.

La pregunta de la princesa tomó algo por sorpresa a Jon, pero tras un segundo de escucharla, él le respondió. "La verdad es que no se mucho, princesa."

"Ya veo. Para resumir las cosas, en Dorne usamos la ley de herencia Rhoynar, la cual indica que el primogénito, sin importar el sexo de este, es el heredero indiscutible."

"Entiendo, por eso tu eres la heredera de tu padre."

"Así es. Si nos ceñimos a lo que dice la ley, sí, soy su heredera. Sin embargo, me temo que, pese a que soy la heredera, mi herencia podría ser desafiada cuando mi padre muera o abdique."

Las palabras que salían de la boca de Arianne hicieron que Jon entendiese lo que pasaba. Al parecer el clima político en Dorne estaba como algunas de sus mujeres y el desierto, caliente hasta mas no poder.

"Entiendo… ¿podría saber quién desafiara vuestra herencia?" preguntó Jon, deseando saber quién podría ser el otro pretendiente.

"Mi hermano menor, Quentyn." Respondió Arianne.

Los ojos de Jon se abrieron ligeramente al oír aquello, pues no se esperaba esa respuesta. Lo que él esperaba era que una casa noble seria la que desafiara el ascenso de la princesa. Sin embargo, pese a la gravedad de la acusación de la princesa, Jon no pudo evitar sonreír internamente.

'Según los siete y muchas personas, los bastardos somos los que solemos envidiar los títulos de nuestros hermanos legítimos, pero parece que algunos hijos legítimos tambien envidian y desean los títulos de las familias.' Pensó Jon, sonriendo irónicamente ante lo que de seguro era la mayor hipocresía que solía pregonar la fe de los Siete y creer muchas personas que no podían ver más allá de los estereotipos, manchando a los hijos ilegítimos como envidiosos y malvados, cuando los hijos legítimos tambien podían ser iguales a lo que ellos pregonaban. Tras sonreír, Jon decidió preguntarle a la princesa porque ella pensaba eso.

La respuesta de Arianne fue contar como, cuando tenía la edad de Jon, descubrió una carta la cual tenía como destinatario a su hermano menor, en dicha carta su padre, el príncipe Doran, le decía a su hermano que aprendiera todo lo que pudiese en Yronwood, pues algún dia gobernaría sobre Dorne. Aquello asombró un poco a Jon, pero cuando la princesa continuó su historia, contó como su padre había cambiado de parecer y ahora la trataba como la heredera, haciéndola participe de casi todos los eventos y gestiones importantes sobre la administración de Dorne.

"No entiendo, princesa. Si tu padre te está dando tu lugar como heredera, ¿Por qué piensas que tu hermano desafiará tu ascenso como gobernante de Dorne?" preguntó Jon con confusión, pues de lo que Arianne le había contado, parecía que el príncipe Doran había decidido respetar las leyes de su pueblo.

"No es mi hermano quien me preocupa tanto, sino las personas que lo rodean." Respondió Arianne, quien miró a Jon a los ojos.

"¿Qué quiere decir?"

"Mi primo no es el hombre más brillante, ni el más guapo, pero está rodeado de personas cuyas familias no es que sigan las costumbres dornienses al pie de la letra." Dijo Nymeria, llamando la atención de Jon.

"¿Cómo así?" preguntó Jon, confundido, pues le acababan de decir hace unos momentos que los dornienses usaban las leyes de sucesión Rhoynar.

"En algunos casos, los dornienses de la piedra suelen seguir las leyes de herencia andalas a las Rhoynar." Respondió Tyene, mientras cruzaba las piernas.

"¿Dornienses de la piedra?" preguntó Jon con curiosidad, pues no sabía que había tipos de dornienses, para el todos eran lo mismo.

"Je, je, je… Parece que de verdad no sabes mucho sobre Dorne." Dijo Arianne luego de soltar una pequeña risita divertida al ver como Jon ponía una cara de confusión ante las palabras de su prima.

"Me fui de Winterfell cuando tenía seis años, obvio que no sabría algunas cosas y el lugar donde estuve… bueno, no es que fuese el mejor lugar donde aprender todo sobre las culturas que conforman Westeros."

Aquellas palabras causaron sorpresa en las tres chicas, las cuales miraron a Jon con algo de sorpresa, pues sus palabras daban a intuir que había estado en un lugar muy asilado o desconectado del mundo.

"Vaya, parece que estuviste en un lugar muy remoto." Comentó Tyene, mientras pensaba que su hermana Sarella estaría más que interesada en saber dónde fue, pues no quedaban muchos lugares muy asilados en el mundo. Esto se debía a que por más alejado que este un pueblo en Westeros, este aun podía recibir información de lo que sucedía por todo el continente.

"No tienes ni idea." Contestó Jon con una sonrisa al oír el comentario de la hija de Oberyn.

"Vaya, ¿Nos dirías dónde fue?" preguntó Arianna, haciendo que su voz fuese algo más sensual de lo normal, tratando de engatusar a Jon para que les cuente todo.

"Depende…. ¿Me dirían por que el torneo tenía tanta gente no solo era de Dorne, sino tambien de algunas casas de las Marcas Dornienses?"

La pregunta de Jon hizo que Arianne se diera cuenta de que su padre no le había contado a Jon sobre el objetivo secundario del torneo, lo que indicaba que no veía en Jon un potencial consorte para ella. Así que, sabiendo esto, ella podría tentarlo para que entre a su servicio con una posible propuesta de que podría convertirse en su consorte.

"Se que estuviste hablando con mi padre. ¿No te dijo porque se invitaron a tantas casas?" preguntó Arianne, tratando de confirmar que Jon no sabía las segundas intenciones del torneo.

"La verdad es que no me lo dijo."

"Ya veo…. Supongo que si tú nos dices donde estuviste, te puedo decir por que vinieron tantos vasallos e invitados de fuera."

Al escuchar las palabras de Arianne, Jon lo pensó un poco, pero al final decidió decirle algo de la verdad, pues él sabía que ella haría lo mismo. Asi que, comenzó a narrar su historia de portada, la cual consistía en decir que había tenido un accidente, del cual había sido salvado por un hombre y que había perdido la memoria gracias al accidente. Si bien había comenzado a contar la historia con un semblante serio, no pudo evitar sonreír al ver como las tres mujeres lo miraban con asombró al escuchar que había perdido la memoria y que por eso no había regresado antes a Winterfell. Cuando terminó de contar su "historia", la princesa Arianne comenzó a contarle la "verdad" del torneo, contando que la cantidad de invitados se debía a que debido a que su padre se había mantenido algo alejado de sus vasallos en los últimos años, por eso había hecho el torneo, para ver donde estaban las lealtades de las casas de Dorne. Al momento en que la princesa terminó de contar todo aquello, Jon entendió en parte lo que sucedía, pues vio porque se había prohibido matar explícitamente a otro participante, ya que eso podría agriar las relaciones entre las casas de Dorne, provocando desunión y posible caos.

Tras aquel intercambio de palabras, la princesa por fin paso a hacerle la petición de lo que quiera que Jon haga por ella.

"Déjeme entender, ¿quieres que me convierta en tu escudo juramentado?" preguntó Jon, moviendo la copa de vino que había bebido hace unos momentos para tratar de comprender la petición de la princesa.

"Así es. Quiero que te conviertas en mi escudo juramentado." Respondió Arianne con una sonrisa, mientras se inclinaba un poco hacia Jon, mostrándole un poco de su generoso pecho. Sin embargo, eso no fue todo, pues mientras ella hacia eso, sus primas le guiñaron un ojo a Jon.

La respuesta visible de Jon ante esto fue simplemente poner los ojos en blanco, algo que extrañó a la princesa y sus primas. Aunque no solo confundió a las tres jóvenes, sino que la reacción de Jon hizo que Arianne recordara como el hermano menor del Rey Robert se había reído de sus intenso de seducirlo hace años cuando él viajó a Sunspear, lo que comenzó a hacerle temer que el prefería la compañía de otros hombres.

Si bien el intento de seducirlo parecía no funcionar por la falta de interés de Jon, la verdad era otra, pues por mucho control que tuviese el joven bastardo, él era un joven y era muy hormonal, lo que hacía que estar frente a tres mujeres hermosas con sedas sueltas le costará mantener la concentración en sus rostros y no en sus cuerpos.

"Entonces, ¿Qué dices? ¿Te convertirás en mi escudo jurado?" preguntó Arianne, mientras se levantaba de su silla y se acercaba caminando a donde estaba sentado Jon, y mientras caminaba, la princesa de Dorne mecía sus caderas y le daba una mirada seductora. Cuando llegó a la silla, se sentó al lado de Jon y dándole un abrazó, comenzó a hablarle, y con cada palabra se iba acercando a su oído.

"Si te conviertes en mi escudo jurado, tendrás un lugar en la corta de Sunspear, tres comidas básicas al día y… ~posiblemente una comida especial cada cierta noche…~"

Cuando ella dijo lo último, lo hizo con un tono de voz tan sensual que terminó provocando que el hijo de Ashara sintiese un escalofrío recorrer su cuerpo. Sin embargo, el entrenamiento de Edzard para que Jon mantenga la calma en toda clase de situación le permitió mantener la calma. Esto debido a que el entrenamiento incluyó cesiones de "tortura" usando magia de ilusión para ponerlo en situaciones como esta, aunque más picantes.

"M-me halaga mucho que piense que soy lo suficientemente hábil como para poder protegerla, princesa." Dijo Jon mientras suavemente se alejaba de la princesa de Dorne. "Sin embargo, me temo que no puedo a aceptar su oferta."

Las palabras de Jon provocaron que tanto Arianne como las dos serpientes de Arena presentes lo miraron con asombro y confusión, pues no podían creer que el rechazara una oferta como la que le acaban de dar… la oferta de ser el escudo jurado de una princesa, algo que casi ningún caballero errante podía soñar con recibir.

"¿Por qué rechazas una oferta tan buena como esta, Ser?" preguntó Tyene, la cual fue la primera en salir de shock.

"Tengo mis motivos, pero si tuviese que decir algo en concreto, es que estoy en una misión propia, la cual no me permitirá establecerme en algún lugar hasta que la termine."

La respuesta de Jon hizo que las tres mujeres entendieran en algo la razón por la que Jon rechazaba una oferta por la que de seguro muchos caballeros matarían, no solo en Dorne, sino tambien en todo Westeros. Sin embargo, pese a que entendían la respuesta de Jon, eso no quiere decir que les agradaba, pues esperaban contar con el apoyo del joven bastardo para sus planes.

"Ya veo, es una lástima." Dijo Arianne, quien se sintió decepcionada por el momento, pues sabía que el chico de seguro se quedaría en Dorne un tiempo, y ella usaría ese tiempo para convencerlo para que se una a ella.

"Si… pero tengo una duda… ¿Por qué me quieres reclutar como tu espada jurada?" preguntó Jon con "confusión", pues él estaba comenzando a entender porque ella lo quería como su espada jurada.

"Puede que no lo hayas notado, pero con tu actuación en el torneo reciente has llamado la atención de todo Dorne. No solo porque ganaras, sino tambien por las habilidades que mostraste. Tu nombre está en boca de todos, incluido en los labios de aquellos que preferirían que Quentyn suba al trono de Dorne antes que Arianne." Respondió Nymeria, usando por primera vez en la conversación un tono de voz más serio.

Al oír a la serpiente de arena, Jon terminó de armar el rompecabezas de lo que quería la princesa en su mente, por lo que expresó su descubrimiento.

"Ya veo, así que es por eso." Dijo Jon, ya entendiendo lo que pasaba. "Quieres que me una a ti para que todo Dorne vea que un guerrero más que capaz te apoya, ¿verdad?"

"Si." Dijo Arianne, confirmando las palabras de Jon. "Tu sola presencia a mi servicio me ayudaría a dar un mensaje a todos aquellos que no aceptan mi futuro gobierno, no solo por tus habilidades sino por el poder que podrías llegar tener si se toman las decisiones correctas para cambiar lo que eres."

Cuando Jon oyó esas palabras, sus ojos se entrecerraron, pues vio a que se refería la princesa.

"Eso no sería posible, soy un bastardo."

"Si, pero unas cuantas cartas podrían hacer que no lo seas más." Señaló Arianne con una sonrisa en su rostro. "Si lográramos hacer que tu padre aceptase legitimarte, él podría convencer fácilmente al rey Robert."

"Y que motivación tendría mi padre para legitimarme, por si no lo has notado, si él lo hace, me convertiría en el segundo en la línea de sucesión de Winterfell y el Norte, algo que la Casa Tully y Arryn no se tomarían muy bien debido a la conexión entre ambas casas con la Casa Stark debido a los herederos de estas casas."

"Puede ser, pero… ¿Qué pasaría si le llegara una propuesta que haga que seas eliminado de la línea de sucesión de Winterfell y el Norte?"

"¿Qué estás pensando?" preguntó Jon, quien sabía que solo había pocos motivos para que un hijo varón sea quitado de la línea de sucesión y el solo conocía dos. Uno de estos motivos era que el joven se una a la Nightswatch, mientras que la otra era que se una a la Guardia Real.

"Si te conviertes en el consorte de Dorne, tu y tus hijos quedarían fuera de la línea de herencia de Winterfell."

La respuesta de Arianne dejó a Jon en shock, pues era lo más loco que le habían propuesto hasta ahora.

"Disculpe, princesa, pero… ¿Me está diciendo que…"

"Si, Ser. Esta es mi otra oferta, únete a mí y hare todo lo que pueda para que te conviertas en mi consorte." Dijo Arianne con una sonrisa de victoria, pues sabía que esta propuesta era más que innegable, en especial para un bastardo. Sin embargo, ella no entendía la mente de Jon, por lo que cuando este le dio la respuesta, ella y sus primas, se quedaron de piedra.

"Es una oferta tentadora, pero me temo que la rechazare, princesa." Dijo Jon, el cual solo había necesitado unos segundos para entender la razón de todo el plan de Arianne con esto de la legitimización. Ella planeaba usar su legitimización para unirse a la casa Stark por matrimonio, lo que a su vez la convertiría en parientes indirectos de los Tully y los Arryn, ya que, de tener un hijo con ella, este sería sobrino del futuro Lord de Winterfell, lo que le permitirá entrar en la alianza que destituyó a los Targaryen.

La negativa de Jon fue tomada con sorpresa y molestia por parte de la princesa, la cual no sabía o, mejor dicho, no podía entender porque Jon no había caído como otros a su servicio, después de todo, ya le había ofrecido lo mismo que a todos… bueno casi todo, ya que aún no se había ofrecido a tener relaciones sexuales con el de manera directa, aunque… tambien le había ofrecido algo que no le había ofrecido a nadie más… ser su consorte.

'Esto no me ha pasado nunca. Muchos caen a mis pies con solo promesas de oro, títulos o gloria, pero él no lo hace, no solo eso, sino que es la primera persona que conozco que no mira mi cuerpo y se centra en mirarme a los ojos.' Pensó Arianne, quien por primera vez en su vida sentía que algo se le escapaba de entre los dedos, pero antes de que esa sensación se impregne en su ser, ella movió la cabeza. Nadie nunca la había rechazado de esta manera y el hijo de un Stark no sería el primero. Asi que, pensando rápidamente se preparó para usar algunas estrategias que de seguro serian y sonarían más que desagradables, pero para su fortuna, el sobrino de la mujer que algunas personas en Dorne consideraban como una de las causantes de la muerte de la Princesa Elia, se le adelanto y le dijo una contra oferta.

"No puedo aceptar ninguna de tus ofertas, pero podría ofrecerte otra alternativa."

"¿Cuál?" preguntaron tanto Arianne como sus primas.

Las serpientes de Arena habían estado en shock total al ver como las ofertas de su prima eran rechazadas de manera brutal, pero ahora, al escuchar las palabras de Jon, sintieron algo de esperanza de que el joven pudiese ayudar a mantener a su prima en el trono que era su derecho de nacimiento.

"No puedo prometerte mi lealtad, pero si puedo prometerte mi ayuda destrozar esa posible coalición que te amenaza." Dijo Jon con convicción.

Las palabras de Jon provocaron que las tres chicas lo miraran con confusión, pues no entendían como Jon podría solo detener un levantamiento el solo, pero antes de que digan una palabra, el volvió a hablar.

"Puede que se pregunten, ¿Cómo lo harás?, pero hay algo que deben de saber, las rebeliones solo duran mientras haya unidad en el bando rebelde, si esta unidad se rompe, todo se acabará y para acabar con todo rápidamente, corta la cabeza de todo ese mal."

Las palabras de Jon provocaron que un escalofrío recorriera el cuerpo de las chicas, quienes, si bien habían pensado en usar asesinos para sacar de la ecuación a los Lores que podrían apoyar un levantamiento a favor de Quentyn, planeaban usarlos como último recurso.

"E-es un crimen matar a alguien fuera de las guerras." Dijo Tyene, usando su voz de manera dulce para tratar de evitar que el posible aliado de su prima cause problemas en Dorne.

"¿Quién mencionó alago de matar a alguien?" preguntó Jon cuando escuchó las palabras de Tyene.

La pregunta de Jon causó que las mujeres lo miraran con confusión, pues sabían que él había insinuado el matar a los lores o tal vez al propio Quentyn.

"Mencionaste lo de matar hace unos segundos" Señaló Nymeria con confusión.

"No lo hice, solo usé una metáfora. Solo por si no lo sabían conozco maneras de hacer que ellos no se levanten para colocar a tu hermano en el trono." Dijo Jon mirando a las mujeres frente a él.

Cuando las tres chicas escucharon aquello sintieron tres cosas, primero, tranquilidad al saber que no habría que matar a algún lord, al menos por ahora, lo segundo, miedo, pues se dieron cuenta de que este chico era más peligroso de lo que habían anticipado, ya que la forma en que menciono que podía cortar la posible rebelión fue hecha con voz tan fría que ella sintieron que tal vez habían ido al muro. Finalmente, la tercera emoción que sintieron fue excitación, ya que por alguna razón que no entendían, la forma en cómo se mantenía firme ante sus avances durante la conversación, ante sus cambios de posturas, las cuales eran completamente intencionadas para hacer que el mirase sus cuerpos, y la forma de hablar que habían usado, haciendo parecer que era mayor, les causaba hormigueos en el cuerpo.

"E-entonces…. ¿Qué planeas hacer?" preguntó Arianne, soltando un ligero tartamudeo por la confusión que sentía.

"Lo sabrá para el final del dia, justo después de la fiesta de la noche." Respondió Jon mientras soltaba un suspiro y se levantaba, ya que sabía que había perdido algo de tiempo y quería irse al «StarWolf» para poder darse una ducha fría y preparar lo que necesitaría para la fiesta. "Entonces, si no me necesitan para nada más, me despido. Esperan con ansias lo que sucederá en la ceremonia."

Tras esas palabras, Jon se preparó para irse, pero antes de que diese unos pasos, fue detenido cuando su mano fue tomada por otra mano. Al sentir que era detenido, Jon giró la cabeza y vio que quien le había detenido era la princesa Arianne.

"Bueno, esperare con gusto esa sorpresa, Ser. Pero me temo que no puedo dejar que se vaya a preparar si antes no le doy un pago por adelantado por sus servicios. Tómelo tanto como pago y como motivación."

Tras aquellas palabras, Jon vio como la princesa soltaba su mano y las levaba hacia las sedas que conformaban los tirantes superiores de sus ropas para terminar desabrochando unos broches de bronce. Las fluidas y sueltas sedas que conformaban la vestimenta de Arianne cayeron como cascadas desde los hombros de la princesa hasta el suelo, mostrando que ella no llevaba nada por debajo. Los ojos de Jon se posaron por primera vez de manera fija en el cuerpo de la princesa, observando sus curvas y sus grandes pechos, cuyos pezones oscuros estaban duros como pequeñas piedras de obsidiana.

La apariencia del rostro de Jon hizo que Arianne sonriera divertida, pues era la primera vez que lo veía cediendo ante ella, y mientras se acercaba al joven caballero, hizo señas para que sus primas hicieran lo mismo que ella. Al ver a señal de su prima, las dos serpientes de Arena se levantaron e hicieron lo mismo que Arianne.

El sonido de telas cayendo hizo que Jon desviara su vista de Arianne por un segundo y mirase a las otras dos mujeres. Al momento en que las vio desnudas, su cuerpo se calentó mientras su sangre comenzó a correr con fuerza, para terminar por acumularse en cierta parte de su anatomía.

"~Vaya…~ ~parece que alguien esta emocionado~." Dijo Arianne con una sonrisa mientras se acercaba a Jon y envolvía sus brazos alrededor del cuello del hijo de Ashara. Acercando su cuerpo al de Jon, le susurró con voz sensual en el oído mientras sus primas llegaban y tambien pegaban sus cuerpos al del joven bastardo. "~Tranquilo… no te morderemos mucho…~."

Jon se encontraba en un completo estado de confusión, pues no sabía que hacer, pero tras oír aquello, decidió tomar la oferta y sintiendo que la princesa quería dominarlo, decidió mostrarle que él no estaba domesticado. Así que, para total sorpresa y asombro de las tres chicas, Jon movió sus manos y atrapó con cada una de ella una nalga de Tyene y de Nymeria, mientras acercaba su boca al oído de Arianne.

"Está equivocada, princesa." Dijo Jon mientras amasaba las nalgas de las dos serpientes de arena, provocando un gemido de cada una de ellas. Tras ello, soltó la nalga de Nymeria y llevó esa mano al pecho derecho de Arianne y amasándolo suavemente, estimuló el pezón de la princesa, la cual soltó un gemido. "Seré yo quien no las morderá mucho…"


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y aquí está el capítulo 25…. Y lo primero que decir es que este capítulo se me hizo difícil de escribir, ya que he estado super corto de tiempo, por eso es por lo que he demorado 3 semanas en escribirlo y dejarlo más o menos decente (Para mis estándares). XD

Ahora, vemos que el torneo ha terminado y que Jon se ha encontrado con Doran y con Arianne, los cuales le han pedido algo a Jon cada uno… usando métodos diferentes cada uno, pero al final espero haber plasmado bien lo que buscan… usar a Jon para sus planes… Ahora… este es el penúltimo capitulo de Jon en Dorne… por ahora… en el próximo capitulo terminara este arco e iniciaremos otro arco.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.