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Hola =)

En septiembre cumplo mi Quinto Aniversario en Saint Seiya.

Quiero agradecer a todas las personitas que han leído mis fics.

Les aseguro que he leído todos los comentarios, aunque no me haya sido posible responderlos, pero he leído todas las lindas palabras que me han dejado.

¡Gracias!

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Disclaimer:

Los personajes de SAINT SEIYA no me pertenecen.

Yo soy fan de los Caballeros desde los 9 años,

y es por este amor de fan que escribo y no para ganar dinero;

también escribo para hacerte pasar un rato agradable,

a ti estimado lector,

que pasas a leer mi divagación.

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¿Y DÓNDE ESTÁ EL POLLO?

v 3.0

1 La tristeza de Shun

Es un día gris.

El sol está oculto tras las gruesas nubes que amenazan con una ligera lluvia, y aunque es verano, incluso se siente un poco de frío.

En días así, se antoja no abandonar la cama; sin embargo, hay tres chicos que quieren salir a dar una vuelta al centro comercial. Cuando tienen tiempo libre, su único deseo es poder hacer cosas que hacen los chicos comunes.

Seiya, Shiryu e Hyoga están preparados para el frío con sus bufandas, chamarras y gorros. Shun es quien no quiere abandonar su confortable camita. Pero no es sólo que Shun no quiera enfrentar el frío clima. Desde que los chicos regresaron a la mansión Kido, Shun ha tenido un ánimo decaído y ha estado más callado de lo usual.

Hyoga decide ir otra vez con Shun para convencerlo a que los acompañe; quizás salir a dar la vuelta pueda animarlo.

Seiya y Shiryu esperan en la entrada principal de la mansión.

Diez minutos después, Hyoga baja las escaleras sin la compañía de Shun.

Al estar al lado de los otros dos, Hyoga mueve su cabeza de un lado a otro.

- Ya está preocupándome. – admite Shiryu.

- Podemos traerle un regalo. – sugiere Seiya.

- Shun está bastante triste. – dice Hyoga – Siento que cualquier cosa que le compremos, no lo hará feliz. -

- ¿Ni siquiera un bonito regalo? – pregunta Seiya.

- Ni siquiera un bonito regalo. –

- Cada que volvemos a la mansión, – dice Shiryu – por lo regular, Shun permanece con una actitud serena. –

- Él no es como Seiya - dice Hyoga con un tono burlón – que se la pasa quejándose de dolor por todos los huesos que le han roto. -

- Me quejo – dice Seiya a la defensiva – porque sí me duele. -

- Pero hablando en serio… - dice Shiryu - Creo que Shun está pasando por una depresión. Finalmente su frágil espíritu ha sido quebrado tras las innumerables peleas. -

- El espíritu de Shun no es frágil. – dice Seiya con incredulidad – Shun posee unos de los cosmos más poderosos. –

- Shiryu se refiere – dice Hyoga – a que Shun ya no puede tolerar el ir en contra de su naturaleza. –

- ¿Su naturaleza? - evidentemente Seiya no logra comprender.

- Escucha Seiya… – Shiryu le pide que preste atención – La armadura de Andrómeda ha sido reclamada por sólo unos cuantos jóvenes a lo largo de las innumerables guerras libradas a través de los siglos, porque esa armadura es una de las más difíciles de reclamar. –

- Yo diría – dice Hyoga – que es la segunda más difícil de obtener. La primera es la armadura de Fénix. –

- Por lo que – dice Shiryu – han sido escasos los Caballeros de Andrómeda que han participado en las guerras Santas. -

- Sin mencionar – dice Hyoga – que nuestro Ikki es el primer Caballero de Fénix. -

- ¿Y por qué? – vuelve a cuestionar Seiya.

- Porque – dice Shiryu - no cualquiera puede hacerse de esas armaduras, a diferencia de la armadura de Pegaso. -

- ¿Qué quieres decir? –

- Yo tuve – dice Hyoga orgulloso - que destruir con mis manos desnudas un colosal bloque de hielo de miles de años. –

- Y yo – dice Shiryu también con orgullo – tuve que invertir el flujo natural de una incesante cascada. -

- Y tú, Seiya, – dice Hyoga otra vez en un tono burlón – sólo tuviste que vencer a un grandulón. Eso puede hacerlo cualquiera. –

- Eso es lo que tuve que hacer. – Seiya se encoge de hombros.

- Ha habido – dice Shiryu - un Caballero de Pegaso prácticamente en cada una de las guerras Santas. –

- Entonces, – dice Seiya con una feliz sonrisa – Pegaso les va ganando a todos los Caballeros al ser el más participativo. -

- A lo que voy – Shiryu se está desesperando, un poco – es que el prospecto a Caballero no necesariamente debe tener una fuerza física descomunal; tampoco es necesario que posea un cosmo potencialmente devastador. La armadura es la que elige a su portador, puntualizando un sublime y quisquilloso criterio para ello, por lo tanto… - Shiryu se queda con la mente en blanco – Se me fue la idea. – se aleja de sus dos amigos para despejar su mente.

- Shiryu, regresa. – le pide Hyoga y Shiryu voltea – Lamento que Seiya te haya hecho perder el hilo de tus ideas. Shun ya me ha dicho qué le pasa. -

- ¿Y por qué no nos has dicho? – le cuestiona Seiya intrigado.

- ¿Nos lo dirás ahora? – Shiryu regresa para enterarse.

- Todos – responde Hyoga - hemos tenido que superar dolor, miedos y tristezas y lo hemos logrado. Shun sólo necesita tiempo para superar su tristeza, y yo esperaba que se recuperara pronto; pero esta vez le ha sido un poco más difícil. –

- ¿Y entonces? – Shiryu se cruza de brazos porque Hyoga está hablando con rodeos.

- Extraña a su hermano. -

- Oh. – dicen Shiryu y Seiya entre sorprendidos y avergonzados por no haberse dado cuenta.

- No lo culpo. – dice Shiryu bajando sus brazos – Desde que fuimos enviados a los diferentes lugares de entrenamiento, en realidad, jamás han vuelto a estar juntos. -

- No hay nada – Seiya baja la cabeza sintiéndose inútil – que pueda reemplazar a un hermano. -

- Por eso – dice Hyoga – no me animaba a contarles. Nos sentiremos peor que Shun por no poder ayudarlo. -

- Ya no quiero ir al centro comercial. – dice Seiya.

- Cancelaré mi vuelo a China. – dice Shiryu.

- Y yo mi viaje a Siberia. – dice Hyoga – Pospondremos nuestros viajes para acompañar a Shun, pero sólo podemos hacerlo por unos días. Sunrei te necesita, Shiryu. Miho y los niños te necesitan, Seiya. Shun sabe que hay quienes nos necesitan, y él jamás nos ha pedido que nos quedemos. Shun es consciente de ello; ojalá Ikki lo fuera con respecto a Shun. -

- Y ni hay cómo hacerle – dice Seiya ahora algo enojado, hasta se cruza de brazos – para que Ikki venga y viera que Shun sufre por su culpa. –

- Ikki sólo se aparece – dice Hyoga también un tanto enfadado – cuando Shun está en peligro de muerte. – no se da cuenta de la cara de sorpresa de Seiya y Shiryu.

Shiryu y Seiya se miran y después miran a Hyoga.

A Hyoga le toma unos segundos darse cuenta de lo que acaba de decir.

- Olviden eso que dije. -

- No puedes dar marcha atrás a la palabra dicha. – dice Shiryu.

- Sí puedo. –

- No puedes. –

- Sí puedo. –

- No puedes. –

- Es un secreto, y sí puedo negar lo que dije. –

- Si así de bien guardas los secretos… -

- Sí sé guardar secretos. -

- Oigan. – Seiya se interpone entre Hyoga y Shiryu – Es por Shun. –

Hyoga mira a Seiya y después a Shiryu. Es obvio que estén preocupados por su amigo.

- De acuerdo. – Hyoga da su brazo a torcer - ¿Qué quieren saber?-

- Lo que dijiste – dice Seiya ahora impaciente – de que Ikki aparece cuando Shun puede morir. –

- Pues eso: gracias a su conexión de hermanos, si Shun está en peligro, Ikki se teletransporta, sin importar en que parte del mundo se encuentre Shun, y lo salva. –

Shiryu toma su mentón como gesto de meditación; se queda reflexionando en las palabras de Hyoga.

Seiya imita el gesto de su amigo.

- Así que - Seiya se dice a sí mismo después de meditar por unos segundos – Ikki regresaría si Shun está en peligro… -

Sus palabras distraen a Shiryu de sus pensamientos y se le queda mirando.

- No me gusta esa mirada. – admite con una leve expresión de miedo en su rostro.

- Me da escalofríos – dice Hyoga con temor – cuando a Seiya se le ocurre una idea. -

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Esta historia se me había ocurrido desde hace mucho tiempo, pero apenas se dio la oportunidad de poder escribirla.

Mi teoría sobre que hay armaduras más complicadas de obtener que otras, es una teoría mía, más que nada para reírme de Seiya n.n

Según yo (o tú me corregirás, estimado lector), Hyoga, Seiya y Shiryu no saben que cada que Shun pelea y está por perder el combate, y la vida, Ikki aparece de la nada y lo salva. Lo que sí saben ellos, es que Ikki desaparece al ganar la guerra, dejando a Shun solo con su soledad. A Seiya se le ha ocurrido una idea para remediar esto.

Muchas gracias por leer y por tus comentarios.

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