Agua, Tierra, Fuego y Aire.
Sólo el avatar ha sido capaz de controlar los cuatro elementos y mantener el equilibrio entre el mundo físico y el mundo espiritual, buscando la paz y la armonía entre ambos reinos.
Hace muchos años, el último avatar, el avatar Aang, último miembro y sobreviviente de la tribu del Aire terminó con la guerra de los 100 años y restauró el equilibrio del mundo trayendo una época de paz y prosperidad para todas las naciones. Al terminar su ciclo de vida, el Loto Blanco se empeñó en la tarea de buscar al siguiente avatar en la tribu del agua para protegerlo y entrenarlo ante los nuevos males que empezaban a surgir, sin embargo… no encontraron a la nueva reencarnación.
Buscaron por ambas tribus, norte y sur, revisando a cada niño y niña e incluso buscando en las naciones de Tierra y Fuego. Pero el niño avatar nunca apareció.
Hasta el día de hoy, el mundo entero aguarda a que el próximo avatar aparezca para traer consigo equilibrio frente a las nuevas amenazas que aguardan el momento de surgir y provocar caos a este mundo.
… Y ese día se acercaba peligrosamente.
Maiki era una mujer cuyos años ya le pesaban. Su cabello gris pronto empezaría a emblanquecer mas no se quejaba, tenía una buena vida, vivía cómodamente, tenía su propio negocio, y a pesar que le entristecía un poco pasarlo sola en su pequeña choza junto al rio estaba satisfecha.
Limpió su frente del sudor de las hierbas que recogió y que ahora tenía en su delantal. El sol pronto asomaría por las colinas y podía verlo por una línea rojiza que comenzaba a aparecer en el horizonte.
-Ya está amaneciendo y aún hay tanto que hacer, tal vez llegue tarde a la tienda.- se enderezó caminando por su jardín cuando vio a su vaca cerca de las flores y pastos altos.- Oh, ¿amaneciste con mucha hambre, amiga?- se rio al acercarse a su vaca cuando un sonido de succión llamó su atención. Al agacharse, vio a un bebé aferrándose con sus manitas a las ubres mientras bebía ávidamente.- ¿Un bebé? Pero cómo…- el pequeño bebé de piel morena, ojos azules y cabello rojo se soltó al fin satisfecho por su comida y se dejó caer en su trasero.
Maiki le recogió, era una bebé de pocos meses. Su cabello recogido en colitas y sus ropas estaban sucias así como las pequeñas botitas en sus pies. Supo que esas prendas eran de la tribu de agua. La pequeña se rio y estiró sus manos a la anciana que sonrió cuando esta tocó su arrugada cara.
-Pequeña, ¿de dónde saliste?- con cuidado se quitó su delantal con las hierbas y cargó a la bebé en su brazo libre. Miró a todas partes, pero no veía rastros de alguien.- ¿Viniste de los hierbajos? ¿Dónde estarán tus padres? No quisiera pensar que abandonaron a una preciosidad como tú.
La pequeña chupó un listón de su ropa y cuando una brisa pasó comenzó a arrugar su nariz en un estornudo que Maiki pensó sería un tierno.
-Aww, eres adora…- el colosal estornudo hizo volar todas las hierbas alrededor.
La mujer quedó con su cabello y ropas hacia atrás durante largos segundos haciendo reír a la niña y después pudo volver a parpadear.
-¡Oooooh cielos! ¡OH CIELOS! ¿Qué significa esto? ¿Cómo…? ¿Cómo hiciste eso?- preguntó asustada y la pequeña rio sin darle una respuesta sino que la respuesta vino con la brisa matutina.
-Esta pequeña… es el Avatar.
-¡AAAAH!- gritó asustada mirando alrededor y abrazando a la pequeña con fuerza.- ¿Quién anda allí? ¿Quién dijo eso?
La voz provino del eco de los árboles como una brisa del viento.
-Esa pequeña bebé es el nuevo Avatar.
-El nuevo Avatar.- habló con asombro.- No puede ser, ¿esta pequeña? E-Escuché que han buscado al avatar desde hace un tiempo. Podría llevarla a la ciudad para que puedan encargarse de ella…
-¡NO!- resonó con fuerza la voz haciendo llorar a la bebé y Maiki se apresuró a calmarla, cuando esta se calmó la voz volvió a escucharse.- Nadie debe saber que el avatar está entre nosotros por ahora. Su vida corre mortal peligro debido a aquellos que desean hacerse de su poder y las consecuencias podrían ser devastadoras. El destino la ha traído ante ti. Por favor, cuida de ella. Necesita de alguien que la proteja, porque necesitará enfrentar a futuro muchas adversidades que no cualquiera podrá hacer frente.
Miró a la pequeña niña entre sus brazos, la bebé que chupaba uno de sus lazos la miraba con sus grandes ojos azules y la acunó entre sus brazos mirándola con inmensa ternura.
-Cuidaré de esta pequeña para que nadie le descubra, ¿pero quién eres tú?
-Soy uno de los tantos que la cuidan y también te cuidarán a ti.- respondió enigmático.- Mírala como la niña de tus ojos, y protégela de todo peligro.
-Lo haré. La cuidaré para que no le pase nada malo.- una brisa les acarició haciendo reír a la pequeña. Maiki miró a la bebé que apoyó su cabeza en su hombro y la alzó justo donde el sol asomaba entre las montañas.- Mmm, necesitarás un buen nombre ahora para que cuando llegue el momento todos te conozcan. Veamos…- pronto la luz del sol bañó a la pequeña que hizo pequeños ruiditos ante el calor del astro.- Oh, ya lo veo. Xiao, es un buen nombre para ti, ¿no? Porque algo me dice que traerás brillantes amaneceres para todos.- la pequeña Xiao pataleó y rio, sin saber las duras pruebas que le esperaban a futuro y las grandes lecciones a aprender.
…
Capítulo 1.
Avatar escondido.
…
El sol comenzó a salir de las montañas y la choza junto al rio poco a poco fue iluminada por la luz dorada del amanecer. Xiao se encontraba dormida plácidamente en su cama hasta que alguien retiró las sábanas de su rostro y comenzó a lamer su cara despertándola entre risas.
-Jajaja. Ya basta, Mu.- acarició la cabeza de su ciervo flor. Cuyas astas medianas llenas de pequeñas flores rosas apenas y cabían por la ventana de su cuarto.- Cuando te crezcan más las astas ya no podrás hacer eso.
La joven se estiró y salió de su cama con su largo cabello rojo hecho un desastre catastrófico. Abrió la llave de agua de la tina de agua para que se llenara, al meter la mano la sacó ante lo helada que estaba, luego la volvió a meter con lentitud y cerró los ojos concentrándose hasta que vapor comenzó a salir del agua. Al salir del baño y envuelta en un una toalla no sabía qué ponerse hasta que optó por su conjunto más cómodo, un hanfu de pantalones holgados y manga corta color rosa, cinturón verde y zapatillas. Se peinó en dos largas trenzas que estaban hacia adelante que le llegaban casi a la cintura y le gustó lo que vio en el espejo.
-Nada mal. ¿A que puedo ser muy guapa cuando me lo propongo?
Sirvió el desayuno a su ciervo, a su vaca, cabra y patos mientras comía el suyo y al mismo tiempo empacaba todo lo necesario con algo de arroz pegado en su cara que Mu quitó de un lengüetazo. Tomó todo y se detuvo un momento antes de salir acercándose al altar familiar, juntando las manos y sonriendo.
-Hora de abrir el negocio, abuela. Vamos a tener muchos clientes hoy.- dijo ante la fotografía de su amada abuela y madre Maiki. Salió montando a Mu que llevaba una pequeña carretilla con todo lo necesario hasta la pequeña ciudad de Wuxin. Pasó por la gran entrada como siempre y saludó a los guardias que inspeccionaban a los visitantes y vehículos que entraban.
-¡Hey! ¡Xiao! Pasaremos en el descanso, ¿qué vas a preparar hoy?
-¡Hoy toca fideos!
-¡Entonces iremos sin falta!- anunció el otro guardia mientras la veían alejarse.- Esa chica sí que la tiene difícil.
-¿No murió su abuela el año pasado?
-Por eso lo digo, me preocupa. Es todavía una niña.
-Algunos dicen que habla sola.
-No digas tonterías. Son rumores estúpidos.
-¿Qué? Sólo digo lo que se dice.
-Y por eso eres idiota.
Xiao abrió el pequeño restaurante que tenía a su cargo, El Tazón de Jade. Las ventanas seguían cerradas con las persianas de madera que impedían ver el interior, y era lo mejor al ver el desastre que había dentro.
-Sabía que no fue buena idea planear esa fiesta de cumpleaños.- dijo al ver algo del pastel pegado sobre el techo, gorritos y serpentinas por doquier. El pastel cayó al suelo al fin vencido por la gravedad.- Je, se lucieron esta vez con el glaseado.- dijo con una sonrisa y palmó sus manos.- Muy bien Mu, manos a la obra.- dejó a su ciervo flor en la parte de atrás antes de empezar a limpiar.
Cerró la puerta detrás, se puso en posición, separó sus piernas y extendió sus manos al frente para con su palma golpear el aire. Polvo y basura salieron volando hasta la parte trasera dejando el suelo libre de basura. Llenó cubos de agua y dejó caer los trapos dentro de estos, sus manos se movieron con los trapos empapados con agua y jabón para limpiar cada esquina y el techo; las mesas y sillas se acomodaron ante sus movimientos ya que las patas tenían incrustadas piedras en las bases; y tras preparar el horno encendió la madera con un soplo de fuego y puso más leña y hojas para elevarlo. Tras terminar todo, abrió las ventanas dejando que el sol iluminara el lugar y se puso el delantal para comenzar a cocinar. Cuando la gente comenzó a ver el humo salir de la chimenea era señal de que el restaurante ya estaba abierto.
Esa era su vida desde que tenía memoria y le gustaba ese ritmo tranquilo. La masa entre sus dedos pronto se extendió golpeando la harina de la mesa convirtiéndola en finos fideos que puso en la olla de agua hirviendo. Freír, guisar, capear, sazonar, envolver y decorar. Todo hecho en sus manos y gracias a las lecciones de su abuela. Los clientes apreciaban su comida y presentación así que no le faltaban clientes ni un solo día.
-¿Y cómo has estado Xiao?- preguntó una mujer que iba con su marido.
-Muy bien señora Meng, el negocio va mejorando día con día y ayer vendí algo de leche al señor Lao.
-Ya… pero una jovencita como tú viviendo sola tan lejos no es seguro, ¿no has pensado vivir en la ciudad?
-Estoy bien en mi casa. Es tranquilo, y la ciudad es demasiado ruidosa para mí.- entonces intervino el señor Meng.
-Bueno, sabes que puedes contar con nosotros en caso de que algo pase. Es decir, tu abuela fue una persona muy querida y nos ayudó mucho cuando la pasábamos mal. Y nuestro hijo no es mal partido.-dijo con una sonrisa algo nerviosa siendo apoyado por su esposa que asintió enérgica y haciendo que Xiao sonriera algo incómoda.
-Gracias, pero apenas y tengo 15 años. No estoy interesada en chicos ahora que tengo que sacar adelante el negocio.- la señora Meng suspiró decepcionada y le dio un golpe a su marido con la palma.
-Te lo dije.
-Pero fue tu idea.
-¿Y QUÉ HAY DE MI HIJO?- gritó una de las clientas que iba con un chico de largo cabello que cubría gran parte de su rostro.- Tiene tu edad y seguro que se entenderían de maravilla.- el chico sorbió sus fideos de forma ruidosa y miró a Xiao de forma desapasionada antes de volver a su plato.
-Nah…- la mujer casi quería golpear a su hijo hasta que una voz rasposa se escuchó entre todos.
-¡Todos aquí son unos tontos! No se dan cuenta de la verdad oculta tras sus palabras. ¡Yo sé porque no quiere vivir aquí!- gritó un anciano apoyándose en su bastón.
-Buenos días señor Chang.- saludó la joven como si nada.- ¿Lo de siempre?
-Sí, por favor.- dijo sonriente antes de sentarse en la mesa.- ¡Y pierden su tiempo diciéndole que viva cerca del poblado!- gritó agitando su bastón.- La razón por la que siempre anda lejos es porque necesita estar sola, siempre escondida, siempre en secreto, es porque… ¡ELLA ES EL AVATAR!- declaró el anciano ante los ojos de los clientes y tras unos largos segundos todos volvieron a sus platos y sus charlas.
-Ya, ¿puedes servirme otro plato? Esta vez que sea con camarones.- pidió el señor Meng.
-Saliendo.
Xiao sentía pena por el señor Chang que se removió molesto en su silla, de entre sus desvaríos no sabía cómo era que supo su secreto, le daba algo de lástima y prefería dejarle los platos a la mitad de precio.
Estaba cocinando los fideos del señor Meng cuando al estar a punto de ponerle especias su mano se detuvo al estar a punto de lanzar las especias.
-Lo siento, se me olvidó que es alérgico.- musitó a lo bajo dejándolas de vuelta en el tazón como si se lo dijese a alguien, ganándose las miradas extrañadas de la pareja.
-¡Xiao!- entró corriendo un niño de cabellos negros, piel clara y de ojos castaños al que le faltaba el diente delantero.
-Li, hola.- detrás del niño entró una mujer de piel bronceada.
-Hola, Xiao. Li quiso venir a verte.
-Buenas tardes señora Fan. ¿Cómo está? Escuché que su marido fue a la nación del Fuego.
-Su trabajo es así. Y no deja de preocuparme.
-¡Xiao! ¡Xiao! Ya puedo hacer fuego control, mira.- dijo Li mostrando una flama que lanzó con su puño.- Cuando crezca voy a ser un gran guerrero como papá.
-¡Wow! Bien. Si necesito que enciendas mi horno te aviso pero nada de fuego en mi local.- le pidió agachándose y bajando su puño entre sus manos.
-Deberías usar una bombona de gas. Esas que ya se usan para cocinar.- dijo la señora Fan al sentarse en la barra junto a los señores Meng y Xiao negó de inmediato.
-Mi abuela decía que la madera ayudaba a mejorar la cocción de los alimentos, y es cierto. Además, ¿no recuerda lo que le pasó al local de barbacoa? Una fuga de gas y ¡BUM! Adiós local y hola cuentas de hospital. Por suerte no hubo víctimas que lamentar. Y si me permiten…
Sirvió té a algunos clientes que agradecían poder disfrutar de ello después de una placentera comida y todos eran muy amables con ella dejando buenas propinas o prometiendo pequeños presentes para ella. Le alegraba que la gente disfrutara del ambiente y de su comida, todo el mundo le tenía en gran estima gracias a su amabilidad y trato. Pero mientras terminaba de servir los fideos del señor Meng un grupo de chicos y chicas entraron.
-Ugh, ¿quién sugirió comer en este lugar?- musitó una chica que conocía muy bien y que estaba enfundada en un hermoso vestido lila de mangas blancas y adornos de joyas en su cabello.
-Hey, que me gusta la comida de aquí.- dijo uno de los chicos.- ¿Verdad que sí, Enlai?
Xiao se sonrojó desde su sitio, Enlai era el chico más guapo de la ciudad. De rizado cabello castaño oscuro, piel perfectamente bronceada, ojos verdes y de complexión atlética, era alabado por todas las chicas que babeaban por él y ella no era la excepción.
-Mi amor, sentémonos aquí.- dijo la chica de lila que se prendió de su brazo.
-Voy, Miwa.- respondió escondiendo su fastidio y Xiao apretó los dientes con disgusto. Miwa siempre era tan creída nada más porque sus padres eran ricos. Toda una niña mimada que se creía la más bella por su largo cabello negro y sus ojos rasgados.
-Oye, ¿qué no nos vas a servir?- preguntó una chica grosera y con resignación de tener malos clientes se acercó con su libreta.
-¿Qué desean ordenar?
-¿Hoy hay fideos? Yo quiero uno con tofu.
-Yo con camarones.
-Los míos solos.- mientras anotaba los pedidos, miraba a Enlai de reojo que se mostró pensativo viendo el menú sobre la barra. Era tan apuesto y estaba segura que esa camisa café de mangas verde oscuro con corte de lado y cuello alto con interior que le regalaba una hermosa visión de su clavícula y su manzana de Adán era nueva, y le quedaba maravillosamente. Se imaginó una escena donde él la tomaba de la mano y la veía como la chica más linda de todas dejando a sus groseros amigos y a Miwa a un lado.
-¡Ajum!- Miwa pareció darse cuenta de su ensoñación.
-Oh, eh… ¿cuál fue tu orden?- la sonrisa en su rostro no le pronosticaba nada bueno.
-Oh, bueno. Quiero unos fideos de trigo, pero sin grasa, templados y con huevo.
-Bien.
-Yo los míos con cerdo. Y un té verde para después.- pidió Enlai.
-Enseguida.
Comenzó con la preparación de cada plato, teniendo especial cuidado con los fideos de Miwa, haciéndolos y depositándolos en la olla caliente. Friendo y cocinando en el fuego hasta tener las bandejas listas para servir. Llevar dos o hasta cuatro bandejas en sus brazos era algo que ya estaba acostumbrada. Depositó los fideos con cuidado en la mesa, todos parecían complacidos, pero antes Miwa les había dicho algo en voz baja y estos rieron con ella a lo bajo.
-Oh, disculpa. Pero estos fideos no son lo que pedí.
-Lo son. Son fideos de trigo.
-¿Dije trigo? Disculpa, quise decir de harina. Soy alérgica al trigo.
-Vale…- recogió el plato y caminó de regreso para volver a ejecutar su tarea. Varios chicos comían rápido mientras preparaba todo nuevamente, riendo a lo bajo y susurrando para disgusto de Enlai que quería comer su plato en paz. Cuando regresó Miwa miró el plato y arrugó la nariz.
-Esta agua está caliente. Pedí que fuesen templados. ¿Quieres que me queme la lengua?
-Lo siento. Ya los enfrío.- volvió a recoger su tazón y momentos después volvía mientras los jóvenes seguían comiendo.- ¡Esto tiene grasa! No comeré eso.- su paciencia empezaba a tener un límite pero se retiró para servir el último tazón. Intentando no lanzarlo a su cara.
-Fideos de harina, templados y sin grasa, con huevo.
-Tu incompetencia me ha quitado el hambre.- declaró ella volviendo su cara con desprecio.- Qué pésimo servicio, no vamos a poner un pie en este lugar de nuevo.
-Está bien…- habló entre dientes.- Entonces la cuenta sería…
-El servicio fue terrible, ¿nos vas a cobrar?- preguntó uno de los chicos y una chica chilló.
-¡Qué osadía!
-Este lugar es un asco.
Los clientes alrededor miraron la escena con desagrado y Li frunció su boca con deseos de darles una paliza pero lo detuvo su madre. Enlai notó las miradas de los clientes sobre de ellos, cosa que le molestó, vio a Xiao guardar su libreta y respirar hondo antes de dirigirse a Miwa que sonreía arrogante.
-Muy bien, entonces la comida es cortesía de la casa.- tomó el plato de fideos templados y lo echó sobre la cabeza de Miwa que gritó como una loca.- Provecho.
-¡AAAH! ¡Mi peinado! ¡Mi vestido nuevo! ¡Eran para la fiesta de hoy!- chilló sin darse cuenta que hasta su maquillaje se había corrido. Enlai se sorprendió pero la chica todavía no había terminado. Xiao recogió los platos a gran velocidad y antes de que alguno de ellos hiciese algo golpeó la mesa con su puño que saltó por los aires. Todos se levantaron del susto.
-Fuera de aquí. Y no vuelvan, aquí no se acepta a gente como ustedes. ¡Parásitos!
-¡Estúpida huérfana!- gritó Miwa mirándola con desprecio.- Mi padre se va enterar de esto ¡y dile adiós a este cuchitril!- todos comenzaron a salir, aunque Enlai quiso dejar unos billetes las guardó y salió con el resto.
-He comido muy bien allí.- dijo uno de los chicos a Enlai.
-Ya, pues espero que los hayas disfrutado porque yo no obtuve mi té. ¿Qué fue eso?- reclamó molesto.
-Fue cosa de Miwa, y así nos ahorramos algo de dinero para la fiesta de hoy.
-Somos ricos y rogamos por un plato de fideos. Vaya cosa.
-No te enojes Enlai. Después de todo no creo que iba en serio eso de no volver. Y fue gracioso ver a Miwa cubierta de fideos.- Enlai sonrió de lado.- ¿Nos vemos en la fiesta? Quiero presumirte a mi nuevo amor.
-¿Tu nuevo amor?
-¡Sí! Es una motocicleta nueva. Es mi nuevo bebé.- Enlai rodó los ojos, no tenía deseos de escucharlo hablar de su nueva adquisición ahora.
-Vale, nos vemos en la fiesta. Y más les vale llevar algo bueno.
-Sabes que nunca te hemos decepcionado.
Se separaron al fin, cosa que agradeció ya que no podía seguir escuchando los lloriqueos histéricos de Miwa que era consolada por sus amigas. Caminó por la calle notando las miradas hacia él. Sabía que era apuesto, bien parecido, con el bronceado perfecto y rico, cualidades que gustaba sacar provecho en ese lugar. Sonrió arrogante ante los que deseaban ser como él y estaban lejos de serlo, pero se detuvo cerca de un hombre que no paraba de dar anuncios.
-¡La ciudad de Wuxin se complace en anunciar que las pruebas para ser un Guerrero del Avatar se ejecutarán mañana en nuestra arena! Es su última oportunidad de inscribirse los que buscan pelear por lo correcto en la ausencia del Avatar. ¡Viajar! ¡Conocer personas! ¡Ser los más fuertes! ¡Pelear en su nombre! ¡Por el Avatar!
Algunos parecían en verdad interesados. Enlai se acercó a ver la lista un momento antes de anotar su nombre. No sabía por qué lo hacía, pero la emoción de hacer algo más de su monótona vida era algo que deseaba y el salir de esa ciudad para conocer más era algo que anhelaba. Aquello sería divertido.
…
La tienda cerró al atardecer. Caminó el trayecto guiando a Mu por el pueblo, pasando los pocos automóviles que había en las señales de alto y con deseos de dejarse caer en su cama. Al llegar a las puertas unos elegantes y largos automóviles la obligaron a hacerse a un lado cuando entraron.
-Vaya, ¿quiénes van allí?- dijo tras ver por primera vez autos así
-Son gente del grupo del Loto Blanco.- susurró un guardia.
-¿L-Loto Blanco?- musitó con grandes ojos.
-Sí, harán las pruebas para los Guerreros del Avatar, ya sabes, con eso de la ausencia del avatar quieren que otros se pongan a hacer su trabajo.
-Oh…
-¿Ya te vas?
-Sí, debo ir a casa temprano.
-Vaya, pensé que irías a la fiesta.
-¿Qué fiesta?
-La fiesta que hace el hijo del señor Ping. Invita a todos los chicos y chicas de la ciudad para celebrar su cumpleaños, habrá de todo, fuegos artificiales, comida hecha por chefs, y hasta fuentes de chocolate. Toda una delicia.- el otro guardia le dio un codazo en el espacio de la armadura al notar el rostro de la chica.
-Yo… creo que debí perder mi invitación. Como sea, no tengo tiempo para ello. Que tengan buena noche.- se alejó con su carreta y el guardia le dio otro golpe a su compañero.
-Vaya que puedes ser bocón.
-¿Qué? ¿Yo que iba a saber que es la única a la que no han invitado? Es una lástima que sea huérfana.
-¡Ya cierra el pico! Tienes la sensibilidad de una roca.
Pudo escucharlos, suspiró con la mirada en el suelo, ya estaba acostumbrada pero no significaba que no doliera. Era duro ser la única el no tener un amigo de su edad. Mientras tanto, en uno de los autos, una mano arrugada de largas uñas carmesí y con un ostentoso anillo movió la cortina para ver el lugar.
-¿Este es el sitio?
-Será el último que visitemos antes de regresar a la Ciudad Capital.- respondió un anciano frente a ella y la mujer de gafas oscuras arrugó la boca.
-Bien, espero que así sea.- dijo volviendo a correr la cortina para que nadie la viera.- Veremos cuántos pueden estar calificados para ser parte de los Guerreros del Avatar.
-Tranquila, mañana la noticia se dará a conocer y eso motivará a muchos.
-Es verdad. Ya es hora que ella haga su debut.
…
Al salir del baño se secó su cabello con una toalla. Miró por la ventana donde desde lejos se podía ver las luces de la ciudad y suspiró con pesar apoyándose en el marco de la ventana al ver algunos fuegos artificiales comenzando a iluminar el cielo nocturno. Eso solo la deprimió más.
-Como me gustaría ir a una fiesta.- pudo sentir unas manos gentiles posarse sobre sus hombros.
-Ya habrá fiestas a las que podrás asistir.- dijo el espíritu de su abuela que le sonrió con ternura.
-¿Cuándo?- preguntó con desanimo.- Soy el avatar, tengo que estar escondida de todos y nadie está interesado en mí.- se apoyó en el muro deslizándose un poco.- Ni siquiera he tenido mi primer beso. ¡Soy de seguro la única adolescente que no ha tenido un beso! Como de las radio novelas o los libros.
-Mi niña.- le tomó el rostro con sus manos.- Eres una jovencita habilidosa, sabes que debes permanecer oculta mientras tanto. Y también eres muy hermosa, por dentro y por fuera, alguien verá tu hermoso ser y caerá rendido ante ti.- sus palabras la animaron un poco.- ¿Y por qué no haces una fiesta?
-¿Aquí? ¿Ahora?- preguntó con una sonrisa.
-Por supuesto. Haz tu fiesta. Que nada te detenga de divertirte. Tienes muchos amigos que estarán encantados de venir.- el rostro de Xiao se iluminó.
-¡Tienes razón! Voy a hacer mi propia fiesta. Te quiero abuela.- corrió a su habitación, sin notar la mirada llena de preocupación que le dedicó su abuela antes de desaparecer.
…
Muy lejos de allí, una joven que claramente pertenecía a la tribu de agua estaba en medio de una arena de roca mientras tres hombres la rodeaban con cuidado. La chica de piel morena tenía cabello largo con flequillo recogido en una coleta alta que le llegaba hasta la cintura, tenía una camisa de la tribu del agua sin mangas pero unos largos guantes de un azul oscuro que cubría sus brazos; con pantalones abombados del mismo color azul oscuro y zapatillas negras. La chica fijó sus ojos azules hacia sus objetivos y con una sonrisa petulante alzó sus manos para que le atacasen. Ellos así lo hicieron. Cada uno era un maestro de distinto elemento: agua, tierra y fuego. El maestro fuego atacó primero y ella le esquivó con maestría al mismo tiempo que un tentáculo de agua pasó muy cerca de ella pero se deslizó por debajo de este. El maestro tierra lanzó una piedra y fue momento de contraatacar. La chica tomó la roca con una sola mano mostrando sus músculos debajo de sus guantes y lo lanzó de regreso golpeando con su pie el suelo haciendo que el maestro se hundiera y perdiera el equilibrio recibiendo de lleno el golpe. Usó el agua alrededor en movimientos ágiles esquivó los ataques del maestro agua hasta que llegó a él y lo congeló en el acto, pateándole después rompiendo el hielo y dejándolo inconsciente. El maestro fuego lanzó una llamarada con sus dos manos, ella lo bloqueó con una sola mano y las llamas pasaron a un lado de ella, cuando el maestro terminó la chica estaba intacta y en lanzó un puñetazo en el aire, siendo este un ataque de aire control que golpeó al maestro en el estómago doblándolo por completo para después correr, dar un giro en el aire y con una patada de fuego lanzarlo fuera de la arena. El maestro tierra que todavía no estaba vencido se alzó y la atacó con una roca afilada, pero ella lo esquivó y volviendo a usar aire control lo golpeó con un tornado que lo lanzó hacia el techo y lo dejó clavado en este.
-¡Victoria!- gritó ella alzando sus puños.- ¿Viste eso papá?
Un hombre de largo cabello atado en una coleta y de lentes se acercó a la joven.
-Lo vi, Hisara, cada día eres mejor. Y adivina, mañana mismo tu nombre comenzará a ser dicho entre todos. Serás llamada de forma oficial la Avatar.
-¿En serio? ¡Al fin! Después de tanto tiempo. Hemos esperado por años por este momento.
-Y no es para menos.- la voz de un hombre se escuchó a sus espaldas, este tenía el cabello ya blanco por la edad y vestía con un traje del Loto Blanco.- Es entendible tu entusiasmo.
-Señor Borack.- Hisara sonrió ante su mayor benefactor.- Que agradable sorpresa.
-Lo mismo digo. Has mejorado mucho estos años y quería anunciar que el Loto Blanco y el consejo han decidido hacer la noticia pública y rendirte los honores necesarios en Ciudad Capital.
-Ciudad Capital, es la ciudad más grande de todas. Estaré encantada de ir.
-Bien, se te dirá cuándo es la reunión, no creo que tarde demasiado.
-Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros señor.- expresó el padre de Hisara.
-Por favor, señor Takihara. Para mí es un gran honor.- ambos estrecharon sus manos pero sus miradas parecían reflejar una conversación más completa. Cuando sus manos se separaron, Borack se alejó y Hisara todavía seguía emocionada.
-No me lo creo, no me lo creo, después de tanto al fin seré reconocida.
-Lo sé cariño, lo sé. Pero recuerda… tienes que mantener todavía en secreto, ya sabes qué.
-Oh…- su emoción se evaporó.- Pero yo pensé que ya no los necesitaría y…
-Mi amor, míralos como potencializadores. Si los retiras ahora, tu desempeño podría… ya sabes, decaer y no queremos que eso pase, no estás por completo lista.
-Entiendo. Pero, ¿podrías hacer algo con ellos para liberar más de mi poder? Siento que todavía no saco todo mi potencial.
-No te preocupes, así lo haré. Llévalos esta noche a mi taller.
-Claro papá, te quiero.- dijo dándole un abrazo antes de irse a su habitación, una habitación enorme adornada con los mejores lujos que cualquiera envidiaría. Despidió a las criadas que ya le esperaban y que ya habían preparado el baño y ropas más cómodas. Ya estando sola y deseosa de un baño, se quitó los guantes, revelando en estos una serie de cables que recorrían sus brazos y manos hasta llegar a un costado donde estaba la máquina principal. No tardó demasiado en retirar también las plantillas que tenía en los pies y tras al fin sentirse cómoda, recogió sus apoyos y los puso en una caja.
-Al fin el Avatar será reconocido. Y mi nombre pasará a la historia como el de los demás.- tras un largo y agradable baño, salió de su habitación con la caja envuelta para que su padre le diese los ajustes necesarios a sus apoyos, esperando con ansias el día de mañana.
…
La fiesta era todo un éxito. Todos los chicos de la ciudad reían, charlaban y jugaban entre ellos. Todo el mundo se la estaba pasando bien, o casi todos. Enlai parecía aburrido y uno de sus amigos se lo hizo saber.
-Hey, ¿qué te pasa? Tienes una cara de amargado.
-No es nada.
-Vamos, que esta fiesta es genial.
-Como otras a las que he asistido. Pienso en las pruebas de mañana para Guerreros del Avatar.- confesó y todos le pusieron atención.
-¿Te has inscrito?
-Qué pasada.
-Bueno, pensé que sería emocionante.- dijo con una sonrisa arrogante.- Ir por todo el mundo, pelear contra criminales…
-Y por supuesto conocer chicas guapas.- dijo uno.- Las chicas de aquí ya son muy vistas.- los chicos se rieron hasta que Miwa le dio un zape al chico.
-Cállate, que una chica no te haga caso por tu cara de caballo es otra cosa.- los amigos se rieron de él que no pudo responder. Miwa se sentó junto a Enlai y abrazó su brazo.- Oh, mi amor. No estoy disfrutando la fiesta.- se quejó lastimera.- Todavía estoy enojada por lo que esa pordiosera me hizo.
-¿Te refieres a la del restaurante? Olvídalo ya Miwa. Te meterás en problemas.
-Pero no puede quedarse esto así. Venga, Enlai. ¿Y si me ayudas a hacerla pagar?
-¿De qué forma?- preguntó interesado.
Momentos después el grupo estaba a unos metros del lugar gracias a un auto clásico, lo último que había salido del mercado. Se acercaron sigilosamente a la pequeña casa, mirando alrededor para ver qué podían hacer. Riéndose a lo bajo y confirmando que al parecer no había nadie.
-Bien, sean sigilosos.- dijo un chico aguantando la risa.
-Iré a ver detrás por si está.- dijo Enlai viendo a sus amigos comenzar con sus travesuras. Pasó por los arbustos y rodeó por el bosque hasta llegar a la parte trasera, donde para su sorpresa había lámparas de papel, una larga mesa con bocadillos y algunos incensarios de dónde provenía el olor a madera quemada y flores. Por un momento quiso asomarse pero había algo en el ambiente que le hizo permanecer oculto, sintiendo que no estaba solo en ese lugar. Ruidos se escuchaban en el pasto, ¿acaso animales estaban en la zona? Intentó ver algo pero no veía a nadie. Entonces la puerta trasera de la casa se abrió y salió de esta Xiao, vestida con un sencillo pero bonito vestido azul cielo y su cabello recogido con flores blancas. Se veía muy bien, incluso mejor que Miwa con su nuevo vestido y elegante peinado.
-Gracias a todos por venir esta noche.- habló a la nada.- Espero que esta pequeña reunión sea de su agrado.
Enlai permaneció confundido, ¿a quién le hablaba? Sin embargo, no pudo decir nada cuando vio uno de los bocadillos elevarse en el aire y desaparecer de la nada. Sus ojos se abrieron como platos. ¿Qué fue eso? ¿Sus ojos lo estaban engañando? De repente un viento vino desde las profundidades del bosque que lo hizo agacharse y Xiao sonrió caminando hacia el medio del jardín.
-¡Abuelo! Me alegra que vinieras.
Enlai no podía ver, pero en los ojos de Xiao espíritus charlaban y comían en su patio, desapareciendo la comida contentos por el ameno ambiente y las charlas absurdas, pero entre esos, el espíritu al que llamaba abuelo era una forma amorfa de luz a la cual nunca había visto por completo.
-No me perdería una reunión así por nada del mundo.- dijo con voz grave y agradable.
-Tengo té de flor de loto. Puedes sentarte con la abuela.
-Estaré más que encantado. Sabes que adoro un buen té.
En sus oídos los espíritus comenzaron a crear música, una música que resonó en el viento para Enlai que no entendía qué era lo que estaba pasando en ese lugar. La comía desaparecía de los platos y Xiao comenzó a bailar sola en medio del jardín. ¿Es que estaba loca? ¿Cómo rayos hacía entonces para que la comida desapareciera y se escuchase como si caminaran por el lugar? No podían ser sus amigos porque ellos estaban del otro lado de la casa.
Xiao se dio cuenta que los espíritus comenzaron a tocar una melodía más lenta. Algunos se pusieron en parejas, y como ella no tenía pareja, decidió hacerse de una. Concentrándose usando tierra control para que apareciera un chico hecho de tierra, algo de entre sus fantasías de adolescente con un rostro tallado similar a Enlai. Ella lo movió a su antojo como si fuese una marioneta, haciendo que este hiciera una reverencia y moviéndose a la par con ella.
El espíritu de su abuelo y el de su abuela estaban sentados en una esquina con el té caliente en sus manos, Maiki suspiró mientras la miraba.
-Ya es toda una señorita y me preocupa mucho.
-Haz hecho un gran trabajo al criarla.- respondió el espíritu.- Pero pronto llegará el momento en que deberá desplegar sus alas y volar lejos.- Maiki apretó los labios.
-Y yo deberé cruzar, ¿no es verdad?
-Tu tiempo aquí ya se ha terminado. El avatar tiene un largo camino que seguir y algún día Xiao deberá cumplir con su destino.- Maiki suspiró temblorosa, aguantando las ganas de llorar.
-Es joven, e inexperta. Siento que aún no está lista.
-Nadie nunca está listo para enfrentar a su destino. Esperemos que cuando llegue el momento crezca para su bien y el de todos. Su vida todavía corre peligro, el mal que está afuera todavía la busca pero ya no es una niña indefensa y deberá hacerle frente tarde o temprano.
Enlai apenas y podía creer lo que veía. Xiao era una maestra tierra, así como él. Pero, ¿cómo podía explicar lo que sucedía alrededor? Un gruñido lo trajo a la realidad y al volverse vio a al ciervo flor que le miraba con cara de pocos amigos.
-¡Aaah!- fue golpeado por el animal sacándolo de su escondite. Los espíritus callaron un momento, algunos susurrando a otros, la música se detuvo, y Xiao al ver de quién se trataba sintió sus mejillas enrojecer.
-¡¿Enlai?!- vio a su hombre de tierra y de inmediato lo deshizo.- Ah, esto es una sorpresa.- habló con nerviosismo en su voz.- Es decir, no esperaba a nadie. Bueno, de verdad que no.- hizo señas para que dejaran todos de comer y así lo hicieron.
-Lo siento. No era mi intención espiar, yo sólo… ah… venía a disculparme por lo de esta tarde y yo… esto….- Xiao rogaba con que no se hubiese dado cuenta de nada. Enlai también se sintió incómodo, ¿cómo iba a preguntarle lo que vio? Entonces señaló el montículo de tierra intentando cambiar de tema.- No sabía que eras maestra tierra.
-Oh, sí. No soy tan buena, así que casi no la uso.
-¿De veras? Porque pienso que eso fue bueno.
-¿En serio lo crees?
-Sí. Nunca había visto que alguien moviera así la tierra.- dijo con verdadero asombro haciéndola sonrojar más.- Como sea, lamento mucho lo ocurrido. Mis amigos pueden pasarse algunas veces pero no son tan malos. Espero que lo de estar vetados no sea en serio.
-Pues… creo que podría hacer una excepción contigo. Ya que viniste hasta aquí y… pensé que estarías en la fiesta.
-Lo estaba. ¿Y por qué tú no estás allá?
-Supongo que porque no tengo invitación.- Enlai sintió pena por ella. La miró de arriba abajo, era obvio su deseo de haber querido ir.
-Sabes, sería una lástima desperdiciar tus dotes de baile aquí, podríamos ir ahora. La fiesta aún no termina.- dijo viendo como la mirada de ella resplandecía de emoción pero sin notar que Mu miraba hacia una parte de la casa.- Tal vez podríamos…
¡CRASH!
El sonido de algo romperse rompió con el encanto.
-¿Qué fue eso?- Xiao corrió hasta el frente donde vio a los amigos de Enlai romper sus macetas y uno de ellos zafar con agua control la rueda junto al río.- ¡Paren!- gritó al ver que su fachada estaba llena de bolas de lodo. El amigo de Enlai lanzó una bola de lodo a su vestido, dando en el pecho y riéndose por ello.
-¡En el blanco!- lanzaron otras más, dándole en las piernas y en la cabeza, tirándola al suelo y riéndose de ello.
-¡Vámonos de aquí!- todos comenzaron su huida y más al ver a Mu correr detrás de ellos furioso.- ¡Enlai, ven!- el joven se quedó paralizado, Xiao lo miró traicionada al darse cuenta de la treta. Enlai esquivó su mirada tras no poder aguantarla más y corrió hacia ellos, desapareció entre los árboles, el chofer de Miwa dio marcha apenas cuando todos subieron y Mu llegaba a ellos sin poder hacerles nada.
Miwa rio como todos los demás.
-¡Estuvieron geniales! ¿Vieron su cara? ¿Y dónde creía que iba con ese vestido?
-Se veía ridícula.- apoyo una chica y los demás se rieron. Miwa se recargó en Enlai.
-Estuviste magnífico, cariño. Engañaste a esa perdedora el tiempo suficiente.- pero este se zafó de su agarre con rudeza y golpeó el techo del carro.
-Bajan.- el auto se detuvo a unos metros de la entrada de la ciudad y cerró la puerta con fuerza.- No quiero que vuelvan a dirigirme la palabra.
-¿Qué te pasa, amigo?- pero este no respondió. Le hizo una seña al chofer para que avanzara y así lo hizo. Se sentía tan avergonzado. Llevó sus manos a su rostro y las mesó con violencia en su cabello.
-Qué estúpidos son. ¡Y yo soy más estúpido al estar con ellos!- avanzó entrando en la ciudad, furioso con ellos y con sí mismo por seguirles el juego. Recordando la mirada de Xiao que lo perseguiría esa noche en sus sueños.
Xiao regresó a la parte de atrás con su vestido arruinado y su peinado desecho. Los espíritus se disgustaron por la escena, jurando venganza pero el abuelo se las arregló para tranquilizarlos a todos, haciendo que abandonaran el lugar apenados con el avatar. Su abuela puso sus manos en sus hombros pero Xiao se alejó de su abuela y con un movimiento de su mano el viento apagó las linternas de papel. Ya limpiaría mañana. Por hoy, quería olvidarse del mundo.
…
Unas figuras oscuras caminaron por el valle, apenas e iluminados por la luz de la luna. Miraron la pequeña ciudad de Wuxin y uno de ellos se quitó su capucha revelando su calva con una trenza en el medio y un tatuaje de cuervo en la nuca, cuyo ojo rojo brilló por la piedra preciosa que tenía incrustado en este.
-Aquí es…- habló con voz siseante y una sonrisa torcida se formó en sus labios.- ¿A esto le llaman ciudad? Todavía es un pueblecito de nada.- las figuras detrás de él se acercaron, docenas de personas que sonrieron de forma perversa ante la humilde ciudad y el hombre sacó de debajo de su cama un rifle plateado apoyándolo en su hombro.- Caballeros, hay que prepararse para el espectáculo de mañana. Les daremos el espectáculo de su vida.
Unos rieron entre dientes a sus espaldas, otros permanecieron callados, sosteniendo sus armas ante la anticipación.
…
El día siguiente no fue por demás agradable. Fue un poco difícil limpiar el frente y poner sus plantas en vasijas hasta que consiguiera nuevas macetas. La rueda le dio pocos problemas al usar agua control para ponerla en su lugar con cuidado y comprobando que estaba en perfecto estado, por suerte no se había roto.
-Fiuuu. Al menos no tendré que pagar para que lo arreglen.
-¿Piensas ir al pueblo hoy?- preguntó su abuela un poco nerviosa.
-Debo hacerlo.- respondió Xiao entrando a la casa y comenzando a preparar todo.
-Pero hoy son esas pruebas. Las pruebas de Guardianes del Avatar.
-Ni siquiera me voy a acercar al lugar. Tal vez no saque mucho hoy, pero pienso que con uno o dos clientes podría obtener dinero para comprar macetas nuevas.
-No quiero que estés allí hoy, ¿por qué mejor no descansas?
-No creo que me sienta con ánimos de quedarme, necesito ocuparme de algo abuela y ya sabes que la cocina me calma.- pasó a un lado de su abuela.
-Un poco de cuidado no hace mal. Procura no acercarte demasiado y evita cualquier problema, y si ves a esos chicos ignóralos.
-Tranquila abuela, nada va a pasar.- respondió tras terminar de recoger y llamar a Mu.- No te preocupes, hoy será súper aburrido. Ya verás. Nos vemos. Adiós a ti también abuelo.- el espíritu amorfo apareció junto a Maiki que llevó sus manos a su pecho.
-¿Tú también lo sientes?- preguntó ella al espíritu.
-La rueda del destino ha empezado a moverse, el cómo no lo sabemos.- habló con seriedad y Maiki asintió.
-Será difícil decirle adiós…- musitó con tristeza mientras la veía irse.
-Ve con ella. Sabes que no le gusta sentirse sola cuando está triste.- Maiki asintió acompañándola como una brisa. El espíritu las vio alejarse, sintiendo que algo estaba por suceder, pero no sabiendo qué o cómo.
…
Toda la gente se dirigía al estadio, no había tenido ni un solo cliente desde que abrió y eso la ponía un poco deprimida. Se sentó en una de las mesas e hizo un té para ella. No estaba en su mejor estado después de lo de ayer, y la decepción prevalecía.
-Tal vez si no fue buena idea abrir hoy. Creo que cerraré temprano.- dio unos sorbos a su té dispuesta a terminarlo y cerrar pero como si hubiese invocado la oportunidad cuando la señora Meng apareció.
-Xiao, ¿qué haces aquí cariño? Todo el mundo está en el estadio.
-Sí, es que pensé en abrir el local por si alguien tenía hambre.
-Bueno, tal vez debas prepararte para eso después de las pruebas, la gente estará loca y más con la noticia.
-¿Qué noticia?
-El Avatar, ¡ha aparecido!- Xiao escupió su té y miró a la señora Meng pálida.
-¿C-C-Cómo?
-¡Sí! ¡Mira esto!- le extendió el periódico y Xiao lo tomó a una velocidad sorprendente. En el diario se podía leer la noticia: Avatar encontrado. Y la foto de una chica que definitivamente no era ella.
-¡¿Ella es el Avatar?! ¿Cómo es posible si yo soooooy…?- casi sintió deseos de morderse la lengua pero completó la oración.- Soy… Soy una súper fan a la teoría que podría ser un chico.- la señora Meng se rio.
-Ya veo que ya te estás fijando más en los chicos. Mírala nada más, se ve tan fuerte. Dicen que las pruebas se volverán también un festejo en su honor. ¡Hasta le hicieron desfile y una enorme fiesta en Ciudad Capital! ¡La ciudad más grande de las naciones!
-Me imagino… Vaya, es… asombroso.- admitió sin poder salir del asombro.
-Ya ves. Bueno, espero venir luego de las pruebas. Cuídate.
-Usted también.- se despidió en un estado automático, y al estar sola se dirigió a la cocina todavía estupefacta.- Tienen a un avatar… alguien que puede manejar los cuatro elementos además de mí. ¿Es eso posible?- su abuela miró la noticia con sorpresa.
-No lo sé. Es decir, si hay otra persona que pueda manejar los elementos entonces…
El gritó de Xiao sonó por toda la calle. Y comenzó a lanzar arroz al aire.
-¡Soy libre! ¡Libre! No más esconderme, no más vigilar mis espaldas, ¡podré ir a donde quiera sin preocuparme! ¡Podré tener amigos! Y… ¡Podré tener novio!- rio como una loca comenzando a imaginarse una escena donde chicos le ofrecían ramos de hermosas flores y Enlai se acercaba a ella listo para besarla, ella preparó sus labios lista para ese beso cuando se volteó y vio a Li que entró al local y la miraba como si fuese un ser extraño.- Oh… Li, ¿qué te trae por aquí?- sonrojada dejó el arroz a un lado.
-¡Xiao! Necesito tu ayuda. Por favoooor.- juntó sus manos en un ruego, mirándola con sus grandes ojos.
-Vale, vale. ¿Qué puedo hacer por ti?
-Mamá tuvo una emergencia, el bebé de la señora Lao está naciendo.
-Oh, felicidades.
-¡Pero no es bueno! Ella no me va poder llevar a ver las pruebas para Guerreros del Avatar pero me dijo que podría ir si alguien iba conmigo.
-¿Quieres que le pregunte a la señora Meng que te lleve? Creo que todavía la podemos alcanzar si…
-¿Puedes llevarme tú?- la petición la dejó helada.
-Eh… no sé. Hay mucho qué hacer.- sonrió tensa pero Li comenzó a aguar sus ojos y su labio inferior a temblar.- E-Es que en serio… no sé si pueda.- comenzó a hipar y Xiao se levantó veloz alzando sus manos.- Vale, te llevaré, te llevaré pero no pongas esa cara. Espera… ¿en qué estoy pensando? ¡Claro que te llevo sin problema!
-¡Bien!- dijo alegre Li.- Gracias, Xiao.
-No me agradezcas, a veces eres un pequeño embaucador. Deja cierro y vamos.
-¡Sí! ¡Gracias!- suspiró y comenzó a recoger.
-¡Xiao!- le llamó la atención su abuela cuando guardaba las especias.- Dijiste que no irías.
-Abuela, ya no tengo por qué esconderme. Ellos ya tienen a su Avatar, puedo hacer lo que quiera siempre y cuando no use algún control.- susurró en voz baja para que Li no la escuchase.
-Pero podría ser peligroso.
-Deja de preocuparte, abuela. Ya todo terminó, puedo vivir la vida que quiero de ahora en adelante y sin el peso de ese título sobre mí. Es hora de disfrutar mi primer día sin preocuparme de ser el Avatar.- le molestaba lo sobreprotectora que era su abuela. Maiki se mostró intranquila y Xiao terminó por recoger todo y cerrar, subieron en Mu que trotó en dirección hacia el estadio
…
Enlai casi no había dormido desde anoche. La cara de Xiao le perseguía al cerrar los ojos y la culpa no salía de él. Estaba justo donde los demás participantes esperaban poner a prueba sus habilidades, cada uno maestro especializado en su elemento o guerreros cuyo manejo de armas era tan bueno como el de un maestro elemental. Pensó en la habilidad de la joven al mover a un muñeco de tierra y también en lo que ocurría en su jardín. Negó con la cabeza. No podía pensar en eso ahora o seguro le daría una migraña.
-¡Enlai~!- le llamó Miwa y corrió a abrazarle.- Vine aquí a desearte suerte, mi amor.- él la apartó con más delicadeza que ayer.- ¿Qué te pasa? Estás de un humor odioso desde ayer.
-¿Es que lo de ayer te pareció para estar orgullosa?
-¿Qué? ¿Estás molesto por lo de ayer? Fue una bromita de nada. Y no es como si no se lo mereciera.
-¿De verdad así lo crees? Eres increíble.- le dio la espalda y Miwa lo giró molesta al verse ignorada.
-¡Enlai! ¿Por qué tienes esa cara? No hicimos nada malo, y aceptaste ir sin que te amenazáramos. No sé por qué te da de repente proteger a la huérfana.
-Sabes una cosa, a pesar de presumir de tu status y tus vestidos, creo que te veías mejor con el tazón de fideos en la cabeza. Terminamos. ¡Ya me tienes harto!- Miwa dejó caer su quijada y tardó en recobrar sus palabras.
-No, tú no me puedes dejar. ¡Yo te dejo!
-Bien. Como sea.
-Que te quede claro que te dejo.
-Ya te escuché.
-¡TE DEJO!
-¡COMO SI ME IMPORTARA!
Miwa se dio la media vuelta con la cara enrojecida y Enlai sintió que se quitaba un peso de encima.
-¡Maestros, alístense!
Enlai cerró los ojos para concentrarse y recordarse por qué estaba allí. Pasaron a otra sección de la arena mientras que los guardias que protegían el lugar de repente eran atacados por los encapuchados desapareciéndolos de la escena.
…
El lugar entero estaba lleno, Xiao por primera vez parecía emocionada de estar entre tanta gente y compartía la emoción de Li, aunque por distintas razones. Se encontraban justo en medio de todo. El coliseo entero estaba hecho de roca maciza, así como los incómodos asientos. Un hombre pasó a un lado vendiendo pinchos y ella pidió unos, pensando en que podría vender pinchos o nueces calientes para sacar algo de dinero en el negocio cuando hubiera otro evento parecido.
-Xiao, ¿crees que el avatar venga?- la joven tragó lo que comía.
-No lo creo, el periódico decía que estaba en Ciudad Capital, es decir, la ciudad más grande después de Ba Sing Se.
-¡Sería genial que viniera aquí! Me gustaría mucho pelear a su lado. Volverme un maestro fuego experto como papá y ayudarle contra los malos.- ella rodó los ojos en un suspiro.
-Bueno, estoy segura que tu papá es genial, es decir, por eso es uno de los maestros más fuertes de aquí. Pero seguir a una persona sólo por ser el Avatar…
-¿Qué quieres decir?
-Nada, sólo que sea lo que quieras ser cuando crezcas, no cambies ¿sí? Tu corazón es lo que te define a final de cuentas.- se limitó a acariciar su cabello para confusión de este.
El alcalde de la ciudad pronto apareció en el podio. Se dirigió al micrófono y golpeó el aparato, todos se cubrieron las orejas ante el agudo sonido que salió. Este pidió una disculpa.
-Gente de Wuxin. El día de hoy es un día muy especial para todos. Ya que se realizarán las pruebas para quienes sean seleccionados para convertirse en Guerreros del Avatar, y es un gran honor presentar al grupo de El Loto Blanco que presenciarán las pruebas.
Todos vieron a los tres ancianos levantarse de sus asientos, todos con vestimentas azules con detalles blancos, los dos hombres eran de lo más común, serios y con postura recta, pero la mujer en el medio tenía un tocado en forma de abanico enorme, sus cabellos blancos debían seguro ser muy largos, y tenía unas gafas oscuras redondas en sus ojos, imposibilitando verlos. Xiao tragó incómoda al verlos. La anciana encorvada dio un paso al frente y sonrió hablando por el micrófono.
-Gente de Wuxin, para nosotros es un gran honor estar en presencia de prospectos que desean seguir el camino del Avatar. Quien trae a cada generación justicia, paz, y equilibrio entre las naciones, así pues es nuestro propósito seguir su legado. Y también, me complace dar la noticia que después de tanto tiempo, el Avatar ha aparecido. La Avatar Hisara.- detrás de ellos una gran pancarta con el rostro de la chica cayó y todos se levantaron aplaudiendo felices y eufóricos por la aparición de la Avatar, Xiao también aplaudió, aunque sentía un poco de incomodidad por el tema.- Habrá quienes aún no estén al nivel de ser Guardianes, pero no se rindan. Porque un día podrán formar parte de las líneas del ejército de los Guerreros del Avatar y ayudarle a conseguir el equilibrio de este mundo.
Todos aplaudieron, excepto Xiao que se sintió abochornada por el discurso, pronto las puertas de la arena se abrieron y maestros de todos tipos entraron en la arena que tenía un rio artificial rodeando el lugar, el suelo de piedra les daba ventaja a los maestros tierra, pero también obstáculos que podían usarse en ventaja de los otros. Era una batalla de ingenio más que de poder. Nada más faltarían maestros viento para completar el cuadro pero esos eran reemplazados por maestros de combate y de armas al ser tan escasos.
-Todos los presentes deberán pasar algunas pruebas.- habló el alcalde.- Se dividirán en grupos y de quienes logren sobresalir se enfrentarán en combates mixtos. Los representantes del Loto Blanco elegirán a los que crean adecuados para formar parte de este grupo selecto, así que no necesariamente deberán pasar a la final, nada más hay que dar lo mejor de sí mismos.
-¡Por el Avatar!- uno de los del Loto Blanco.
-/¡POR EL AVATAR!/- gritaron los guerreros en la arena y la gente se unió al grito.
Xiao apenas y musitó algo inentendible. Se moría de vergüenza al escuchar gritar su nombre, si supieran que este estaba entre ellos… sacudió su cabeza, no, desde ese día ya no era la Avatar sino otra persona.
-¡Ya van a comenzar!- gritó Li y los grupos pronto se dividieron. Eran grupos de seis las que quedaron en la arena, después de todo se inscribieron más de treinta personas. Nada más quedó un grupo en la arena y Xiao pudo reconocer a Enlai entre ellos, captando su atención.
-Al primero grupo se le pondrá de tarea obtener la corona de flores de loto.- señaló una corona de flores que colgaba de una estaca.- Se vale todo para que su adversario no la obtenga, bueno, excepto matar. Eso está terminantemente prohibido. El ganador o ganadores pasarán a la siguiente ronda, así pues…
BANG
Toda la gente se asustó y la corona de flores cayó al suelo rota, de repente la pancarta cayó a espaldas del escenario y justo por encima del podio una figura de capucha negra tenía un rifle que aun echaba humo. Se quitó la capucha mostrando al mundo su rostro.
-Lo sentimos, pero hay un cambio de planes con respecto a este evento.
Pronto los oficiales que rodeaban el lugar mostraron sus verdaderas intenciones. Algunos sacaron armas de rifles y otros usaron su elemento para atrapar a la gente. Xiao tomó a Li entre sus brazos pero no pudo salir cuando un muro de hielo bloqueó su paso así como los de muchos otros. Los concursantes se vieron encerrados en hielo, muros de roca o líneas de fuego que impidieron que se abrieran las puertas a la arena. Enlai se movió pero una bala pasó muy cerca de su rostro, haciendo una pequeña herida en la barbilla del lado izquierdo que seguro le dejaría cicatriz, y tras ser amenazado así como otros por armas sus pies se inmovilizaron por culpa de un maestro tierra y luego una maestra agua les esposó las manos desde atrás con látigos de hielo.
El extraño bajó al podio con gran agilidad y apuntó su arma al rostro del alcalde.
-No muevan ni un musculo o díganle adiós a su alcalde amenazó al Loto Blanco cuando vio a la anciana a punto de sacar unas cuchillas de debajo de sus mangas.
-¡Canalla! ¿Quién rayos eres?- preguntó uno de los hombres del Loto Blanco y estos fueron rodeados por hombres armados.
-Llámenme Zidan. Jefe de los Cuervos Nocturnos.- la gente al escuchar eso se asustó.
-¿Los Cuervos Nocturnos?
-Son esa peligrosa banda de asaltantes y terroristas.
-¡Vamos a morir!
-¿Qué es lo que quieren?- preguntó la mujer de lentes aguardando la calma.
-Un rescate.- dijo como si la situación le divirtiera.- El Loto Blanco tiene buenos contactos con las ciudades del reino tierra y fuego. Queremos un rescate por todos los presentes, o acabaremos con volar el sitio entero hasta los cielos.- chasqueó los dedos y un par de maestros tierra aparecieron de debajo de la tierra en frente del podio algo grande, redondo y metálico.
-¿Qué es eso?- preguntó el alcalde.
-Eso, mi estimado, es una bomba que acabaría con este lugar y la mitad de tu susodicha ciudad.
La gente gritó horrorizada por el gran explosivo y Xiao apretó a Li con más fuerza, tenía que encontrar la forma de salir de allí.
-Hay suficientes maestros en el lugar para que se hagan cargo.- le dijo su abuela.- No intervengas.- Xiao asintió y aguardó.
-Esta bomba se hizo con lo más nuevo en tecnología.- sacó de capa un control.- Y si presiono este botón, BUM. Todos los presentes volarán por los aires.- la simple mención del sonido hizo que el alcalde se encogiera en su sitio.
-Ustedes también volarían con nosotros.- dijo uno de los del Loto Blanco y fue golpeado en la cara por uno de los matones.
-Eso creen, pero es todo lo contrario. Nuestros maestros aquí presentes pueden resguardarnos de la explosión, ¿ustedes podrían hacer lo mismo con toda la gente? Así que mandaremos un mensaje, y si nadie llega con las bolsas de billetes que queremos en menos de tres horas este sitio se transformará en un pueblo fantasma.
-Malditos…- musitó Enlai intentando liberarse.
-Esto es una tontería.- habló la anciana de gafas.- No pueden estar hablando en serio, tres horas es muy poco tiempo.
-¿Lo cree? Temo decepcionarla pero sé muy bien cuánto tomaría traer el dinero, el cómo lo consigan ya es otra cosa.- hizo una señal alzando su mano, pronto tomaron del público a algunas personas que fueron llevados a la arena. Uno de estos intentó quitarle a Li, pero ella no se lo permitió hasta que el rufián la golpeó por detrás con la cuneta del rifle y cayó al suelo arrodillada.
-¡Xiao! ¡XIAO!- escuchó los gritos del pequeño y se levantó del suelo con una línea de sangre cayendo por detrás de su nuca. Miró con espanto al grupo de civiles ser rodeados por tres maestros.
-¡LI!
La mujer del Loto Blanco dio un paso al frente.
-¡No lo hagas! Danos al menos cinco horas para juntar la cantidad de dinero que desees pero no hagas daño a los civiles.
-Cinco horas, demasiado tiempo y suficiente para juntar tropas para que vengan a ayudarles.- rio gutural.- Los estudie muy bien a todos ustedes. ¿Se creen que soy tonto? No les daré oportunidad de hacer eso y mucho menos, si es que cabe la posibilidad, de llamar a su nueva y querida Avatar. Aunque me encantaría poder verla en persona…- dijo sonriendo de forma torcida mientras miraba su reflejo en su rifle.- Que esto sirva para que vean lo serios que somos en esto.- anunció Zidan y tras chasquear los dedos, los maestros encendieron sus manos para estar listos para incinerar al grupo.
-¡Eres un monstruo!- dijo otro del Loto Blanco.
-Gracias, gracias querido público. Hago lo puedo.- dijo con alegre teatralidad y miró con desagrado la pancarta en el suelo.- Es patético el tributo que le dan a una persona que ni siquiera está aquí. Es una lástima que la nueva Avatar no esté aquí para salvarlos, aunque igual no podría hacer mucho.
Li lejos de dejarse intimidar se hizo al frente del grupo y se puso en posición lanzando una llama al frente.
-Yo no les tengo miedo. Y no hables mal del Avatar que seguro te patearía el trasero.
-Ah, vaya. Un valiente niño de fuego. Tienes una gran boca… Enséñenle lo que puede hacer un verdadero maestro de fuego mis queridos cuervos.- sonrió sádico.
Enlai intentó con desesperación liberarse, estaba a unos metros. ¡Unos metros de esas personas y no podía hacer nada! La maestra agua que lo ató le dio una patada en la espalda y este gritó de rabia ante el inútil esfuerzo.
Los Cuervos lanzaron sus llamas sobre los civiles. La gente gritó. Y Xiao que había estado congelada en su sitio tomó una decisión.
La gente a su alrededor sintió una fuerte brisa que les golpeó y la chica ya no estaba entre ellos. Las llamas golpearon su objetivo o así pareció. Pero los maestros dejaron sus llamas al ver la bola de fuego que se concentraba alrededor. Li no sintió nada como los demás, así que primero abrió un ojo y luego otro al reconocer a Xiao a un lado de él, con las manos extendidas en el aire y concentrada en las llamas. Una gota de sudor cayó a un lado de su rostro y abrió la boca succionando el fuego que comenzó a entrar en ella hasta desaparecer y dejar ver que los civiles estuvieran a salvo. Con las mejillas llenas abrió la boca regresando el fuego contra ellos similar a un dragón y haciéndolos retroceder. Tosió con pequeñas lágrimas en sus ojos. Su lengua ardía como si hubiese comido un habanero pero todo el mundo estaba bien.
-¿Eso es todo? Fuuuu… ¿Lo que tienen?- aspiró por la boca para que el picor le pasara.
-¿Un maestro fuego?- preguntó alguien del público.
-No lo sabía…- uno de sus conocidos musitó a lo bajo y Xiao se puso en posición.
Enlai se quedó boquiabierto, no entendiendo cómo es que ella pudo hacer eso.
-Pero, si es una maestra tierra. Cómo… es qué…- se preguntó no entendiendo nada. Ella no podía tener ambos elementos a menos que… abrió los ojos perplejo.- No puede ser.
Zidan al ver lo ocurrido se sintió molesto por la interrupción. Chasqueando los dientes y rumiando maldiciones a los bajo.
-Has arruinado mi diversión, chiquilla. Y odio que eso pase. Acaben con esa mocosa, que sirva de ejemplo para todos los que se hagan los valientes.
Los maestros fuego se pusieron en posición. Pero ella miró alrededor, los hombres con armas sobre el público, los contendientes siento resguardados por maestros agua y tierra, y las puertas bloqueadas de la arena por fuego control. Miró los movimientos de sus adversarios casi en cámara lenta, a punto de lanzar su ataque, pero ella pisó con fuerza el suelo y este se levantó empujando a los maestros fuego atrapándolos entre las rocas y haciendo que lanzaran sus llamas hacia el aire golpeando a algunos pistoleros. Con grandes rocas destrozó las barreras en las entradas de la arena y tras tomar agua del río lo disparó contra los que tenían a los competidores lanzándolos contra la pared y congelándolos. Usó el resto del agua en una gran ola que apagó el fuego dando un escape a los civiles. Con un movimiento fluido de sus manos el agua vino a ella y saltó alto sobre todos, a una gran altura, extendiendo el agua en un círculo que golpeó al resto de los tiradores en las orillas de la arena que cayeron del lugar, justo donde los puestos estaban instalados. Cayó al suelo y con aire control mandó a volar al resto de maleantes congelando gotas de agua que sirvieron como petardos que les golpearon con fuerza. Y con lo último que le quedaba de agua lanzó una estaca de hielo que casi le da a Zidan que esquivó a tiempo y que se clavó en el podio detrás de él.
-¿Querías al Avatar pelón? ¡Adivina! ¡Yo soy el Avatar!
Los conocidos y extraños quedaron boquiabiertos. Incluyendo los miembros del Loto Blanco ante tal despliegue de poder nunca antes visto, al menos no por la Avatar Hisara. Y entre aquel silencio sepulcral sólo una voz se alzó.
-¡LO SABÍA!- gritó el señor Chang junto con el golpe que le dio la señora a su hijo que no quiso ser su novio.
Zidan apretó los dientes ante aquel imprevisto, por unos momentos su rifle tembló y hasta los ancianos del Loto Blanco estaban sorprendidos. Pero recuperó el control y rio ante la hilarante situación.
-¡Ja! ¡Esto sólo lo vuelve mucho mejor! Si tú eres el Avatar y no esa otra chica, bueno, no importa, así me ahorro el viaje. ¡Maten al avatar! ¡Y tráiganme su cabeza para adornar mi pared!
-Ugh, ¿quieres mi cabeza? Que mal gusto.- dijo Xiao en una mueca.
Los Cuervos Nocturnos fueron contra ella pero Xiao no perdió tiempo y los hizo retroceder con algo de viento.
-Li, libera a los maestros. Yo te cubro.
-¡GUAY!- gritó con grandes ojos ante semejante habilidad.
Xiao lanzó otra corriente de aire que lanzó a un par de Cuervos pero tenía a dos docenas contra ella y al parecer los maestros que había liberado seguían sin saber si intervenir o no. Pronto los disparos comenzaron y ella tuvo que pasar a la ofensiva.
Li fue donde estaban los maestros y comenzó con Enlai a derretir el grueso hielo de sus muñecas.
-Auch.
-Perdón.- al fin libre miró a la pelirroja pelear y a los maestros paralizados que parecían no saber, confundidos ante esta supuesta nueva Avatar.
Xiao alzó una barrera de roca de la cual se estrellaron varias rocas y bloqueó una llamarada. Apenas y podía moverse, la tierra control era su mayor ventaja en defensa pero una bala pasó muy cerca de ella rasgando la tela de su pantalón arder y calarle. Vio que un maestro agua y un maestro tierra iban a atacarla mas estos se hundieron en la tierra. Enlai los dejó con la cabeza afuera.
-¡Maestros! ¡No podemos quedarnos aquí! ¡El Avatar nos necesita! ¡Demostremos de lo que somos capaces como Guerreros del Avatar!
Esas palabras fueron suficientes para hacer reaccionar a los demás e ir en combate. Xiao sonrió agradecida y Enlai asintió.
-¡El grupo de allí!- gritó Xiao.- Saquen a los civiles ¡que no quede uno!
-¡Si, señora!- le dio un tic en el ojos al ser llamada señora.
-¡Soy apenas una adolescente!
El sonido de disparos los hizo reaccionar y vio a tiradores en un espacio del coliseo que se estaba vaciando.
-¡Cúbreme!- le dijo a Enlai corriendo y esquivando a los enemigos. Respondiendo él al ataque con Tierra Control y ella con Aire control. Llegaron a las esquinas esquivando las balas y Xiao golpeó la parte de la arena formando una línea siendo Enlai que la cubría lanzando rocas. Xiao giró sobre sí misma avanzando y golpeando la estructura con sus puños hasta detenerse y tras un último golpe jaló en un grito llevándose lo equivalente a una octava parte del estadio y tirándolo hacia la arena. Enlai quedó sorprendido, una visión increíble de lo que era el avatar. Una bala pasó muy cerca de Xiao. La bala de Zidan fue desviada por el alcalde que empujó al criminal en el último segundo y Zidan furioso disparó al alcalde que recibió la bala en el hombro.
-¡No!- gritó Xiao.
Los miembros del Loto Blanco intentaron intervenir pero seguían siendo apuntados por las armas de los Cuervos que seguían en el podio y Zidan comenzó a disparar a diestra y siniestra contra Xiao que saltaba o bloqueaba con Tierra control. Enlai lanzó una roca contra él que la esquivó y le apuntó, la bala hubiese dado en la cabeza de no haber sido porque Xiao levantó una muralla entre ellos y la bala apenas y se detuvo. Se pusieron de espaldas contra el muro.
-Vale, ¿cuál es el plan?- preguntó Enlai.
-¿Me preguntas un plan? ¡No tengo un plan!
-Eres el Avatar, el Avatar siempre tiene que tener un plan.
-¿De veras? Te cedería el puesto pero eso no es posible.
Zidan agregó más pólvora a su arma y la ajustó volviéndose esta más larga, apuntó al muro y sonrió. La bala atravesó la tierra como si fuese mantequilla entre ellos, dejándolos de un color azul y esquivando una serie de balas que recorrieron el muro detrás de ellos hasta llegar cerca de una de las entradas del estadio, Xiao usó agua control para formar un muro de hielo que también atravesaron dos balas que rozaron su espalda y cortaron su cinturón antes de saltar.
-¿Te gustan mis juguetes, avatar? ¡Voy a dejarte como coladera!- Xiao y Enlai sentían el corazón en un puño y otra bala se disparó pero quedó incrustada en la roca de los muros y Xiao se dio cuenta que esta vez no penetro.- ¡Sal de ahí! ¿Es que el avatar es un cobarde? ¡Hazlo o volaré este sitio!
Xiao revisó la roca, esta era distinta, la roca tenía minerales incrustados haciéndola más fuerte.
-… Debemos salir.
-¿Qué? ¿Estás loca? ¿Cómo vas a poder contra sus balas?
-Con un poco de protección extra. Y es eso o que nos vuelen en el aire.- Enlai tragó duro.
-Vale, ¿qué hay que hacer?
-Voy a necesitar de tu ayuda.
Zidan comenzó a impacientarse. Mandó con una seña a que un grupo de Cuervos los sacaran de su escondite con sus armas, estos se acercaron poco a poco apuntando cuando de la nada fueron golpeados por una gran roca que en realidad era una mole con el avatar dentro.
Xiao seguía encogida y miró a donde Zidan que parecía confuso. Enlai salió y la rodó mientras esquivaba los ataques, golpeando con Xiao a los demás Cuervos Nocturnos que fueron reducidos por los otros maestros cubriéndoles las espaldas.
-¡Ahora!- gritó Xiao con la voz amortiguada por la piedra y Enlai la lanzó hacia las gradas.
Ella rodó yendo en dirección al podio. Zidan entonces comenzó disparar a la chica, acertando pero sin poder detenerlo. Para Xiao los proyectiles incrustados eran como aceite caliente el cual ya estaba más que acostumbrada. Enlai pisó fuerte la tierra y los asientos de roca se levantaron en una rampa que hizo volar por los aires a Xiao que desplegó su cuerpo recibiendo en su pecho proyectiles que esta vez le ardieron dolorosamente y fue que liberó la roca de su cuerpo contra Zidan que se cubrió con su rifle. Xiao cayó frente a él, Zidan apuntó pero ella ya esperaba ello, recortando la distancia entre ellos en un segundo.
-¡AAAAAH!
Su puño aun recubierto con roca golpeó su cara, luego extendiendo su pierna al frente, sus manos ya libres se movieron como abanicos contra los tiradores que tenían al Loto Blanco y al alcalde acorralados y lanzándolos lejos. Zidan en el suelo estiró su mano para tomar su rifle pero Xiao lo tomó primero y lo rompió con su rodilla. Lo tiró a un lado y le miró desde su posición.
-Ya no vas a hacer daño a nadie.
Zidan escupió una muela y de su otra mano mostró un control.
-Eso crees…- presionó el botón y la bomba en la arena comenzó a emitir un sonido extraño. Un líquido en su interior comenzó a bullir y vapor salía de los orificios de metal.
-¡Va a estallar!
-¡Corran!
Enlai sintió que alguien golpeó su hombro y luego escuchó al pequeño Li quejarse cuando lo tiraron al suelo. Lo tomó bajo su brazo para intentar huir, incluso los Cuervos Nocturnos que seguían libres corrían por sus vidas ya que los maestros quienes antes garantizaban su seguridad ya no estaban del todo bien.
Xiao ayudó al alcalde a ponerse de pie y lo dejó al cuidado de los que estaban allí. Los ancianos del Loto Blanco estaban dispuestos a intervenir pero la mujer no los dejó, dejando que la joven se hiciera cargo. Xiao respiró profundo varias veces con los ojos cerrados, alzó su rostro y al abrir sus ojos estos brillaban en el legendario estado Avatar. Sus manos se movieron juntas y una la extendió hacia arriba doblando sus rodillas, el viento comenzó a soplar con fuerza, y al volver a juntar sus puños se hizo un torbellino en medio de la arena. Un pisotón fuerte hizo que el suelo se rompiera desde donde estaba hasta la bomba, desprendiéndose del cielo para elevarse con el torbellino. El agua alrededor se elevó quedando alrededor del dispositivo en una esfera y luego golpeó el suelo con su puño y alzó su mano para que las rocas también se unieran. Gritó esta vez invocando su fuego control como un dragón que se unió al torbellino formando una torre de fuego que fundió la roca.
Era un espectáculo digno de ver para los presentes que se congelaron. Y cuando hubo terminado elevó lo más posible la bomba que estaba a punto de estallar, el sudor recorrió su frente ante todo el peso, y en un último grito elevó más la bomba hasta que estalló en miles de pedazos y polvo sobre los presentes.
Jadeó exhausta terminando el estado y todos los que quedaron admiraron al nuevo avatar que se alzaba el podio frente a todos.
-¿Cómo es posible?
-Ella es el Avatar.
-Cuánto poder.
La mujer de las gafas sonrió.
-He allí el verdadero Avatar.
Xiao miró detrás de ella para ver al alcalde hincarse en reverencia a pesar de su herida así como el Loto Blanco, pronto, todos hicieron lo mismo. Xiao tardó en darse cuenta lo que estaba pasando y no reaccionó hasta que los miembros del Loto Blanco se acercaron a ella de forma ceremoniosa.
-Avatar. Te hemos estado esperando por mucho tiempo.- dijo la anciana con parsimonia y Xiao entonces tuvo un horrible presentimiento. La voz de su abuela se hizo presente cuando notó su parálisis.
-¡Xiao! ¡Corre Xiao! ¡Corre!
Sin dudarlo levantó una nube de polvo cegando a los presentes, y cuando esta se disipó ella ya no se encontraba, sino que corría por las escaleras del interior del estadio hasta llegar a una ventana y saltar. Los que habían salido la reconocieron, incluyendo sus clientes que la señalaron e intentaron hablar con ella pero se echó a la carrera usando su Aire Control. Enlai logró salir del estadio al intentar seguirla y tomó del hombro a la señora Meng que no salía de su asombro.
-¿Dónde está? ¿Por dónde se fue?
-Por allá…- señaló apenas y sintió a Li en sus brazos antes de verlo correr.- ¡Tu mejilla!- gritó al notar su herida. Enlai se acercó a un chico con motocicleta, que resultó ser uno de sus ex amigos y le arrebató la llave.
-¡Te la regreso luego!
-¡Hey! ¡No! ¡MI BEBÉÉÉÉÉ!
Se alejó sin importarle cuántas leyes de tráfico estaría violando. Llegó rápido a la calle del local, estaba cerca pero tuvo que esquivar al ciervo flor que salió corriendo con su dueña sobre este.
-¡Espera! ¡Xiao!- ella no escuchó. Siguió cabalgando a Mu saltando algunos autos y pasando a los guardias que confundidos ni siquiera le detuvieron.
Enlai le siguió desde la moto, esquivando varios vehículos que el animal saltaba sin problema, pero al dar vuelta a una esquina chocó con un puesto de coles que le dejó fuera de la carrera.
…
Xiao llegó a su casa y comenzó a tomar rápido lo que creía necesario hasta colocar el bolso doble de viaje sobre Mu. Ni siquiera se había dado cuenta que su ropa estaba arruinada por la pelea.
-Muy bien, esto no puede ser tan malo… ¡ES MUY MALO!- lloriqueó casi al borde del pánico.- Abuela, nos vamos. Es hora de unas vacaciones. Quizás en un lugar donde sepan apreciar la buena comida y el té tanto como nosotras. Me gusta la playa, será un buen comienzo con otro nombre y otra identidad.- pero al ver a su abuela quieta y con la mirada abajo se detuvo.- ¿Abuela? ¿Qué pasa? Vamos, tenemos que irnos.
-Mi tiempo ha llegado. Y también el tuyo de emprender tu camino.- dijo en un tono triste.
-¿Qué quieres decir? Tú vas a venir conmigo… ¿verdad?- ella negó.
-Ya no puedo permanecer más aquí. Ahora debo ir al mundo de los espíritus para descansar.
-¿Qué?- musitó sin poder creerlo.- P-Pero ¿quién va a estar conmigo? ¿Quién me va a regañar si se me olvida lavarme los dientes? ¿Y quién me va a decir que la sopa necesita más raíz de loto?
-Ya no me necesitas mi pequeña.- acarició su rostro.- Es hora de que busques tu propio destino, no sólo como el Avatar, sino también entender de dónde vienes y expandir tu mundo más allá.- señaló a un mueble de cajones, Xiao encontró en uno de estos una caja que al abrirla tenía un vestido de bebé de la tribu de agua.
-¿Esto era mío?
-Sí, te encontré con esto puesto. Eras adorable pero no había nadie alrededor y tampoco reportaron a una niña perdida. Creo que debes ir a la Nación del Agua para saber también de tu pasado antes de asumir quién eres.
-¡Pero si no quiero ser el Avatar!- exclamó.- Toda mi vida me… me han tenido oculta porque mi vida corría peligro, ¿y ahora debo convertirme en la salvadora del mundo? Soy una cocinera como tú, abuela. No quiero ser nada más, no… no creo que pueda.- sintió una mano sobre su hombro y al volverse el espíritu de tu abuelo estaba allí.
-Xiao, sé que tienes miedo, pero debes empezar a avanzar hacia tu destino.- habló con ternura.- Podrás ser el Avatar pero tienes que aprender del mundo como tus antecesores. Aprender qué es lo que quieres de verdad con una visión más amplia. Dominar los elementos con completa maestría. Un mundo de posibilidades te aguardan y te esperan todo tipo de experiencias, buenas y malas, para crecer y convertirte en algo más grande. Es momento de que emprendas tu camino porque eso abrirá tu mundo de formas que nadie nunca ha imaginado.- de repente su voz esta vez adoptó un tono cómico.- ¿Y crees que te zafarás de mí? No estarás sola. Cuando me necesites estaré allí para guiarte, al menos en espíritu.- ella exhaló una corta risa.
-Pero si eres un espíritu.
-Quería darte algo en tu cumpleaños.- dijo su abuela.- Pero creo que te irá perfecto para tu viaje.
Xiao limpió sus lágrimas y del mismo mueble tomó otra caja que tenía un nuevo conjunto de ropa. Salió de su hogar con Mu detrás y vistiendo una camisa cruzada de mangas cortas de color azul muy claro, unos pantalones de malla, zapatillas y guantes negros y un cinturón azul que ató de lado.
Se volvió para mirar por última vez su hogar.
-Despídete, Mu, no sabemos cuándo es que regresaremos. Espero que los señores Meng cuiden bien de los demás.- avanzaron por el camino hasta que dio la orden de ir más deprisa. Mientras más rápido mejor, alejándose del lugar que era su hogar para emprender temerosa un viaje que temía podría cambiarla por completo.
…
Enlai tomó sus cosas y salió de la entrada del pueblo. Con un curita en la barbilla y con una determinación de encontrar al Avatar, se encaminó a un viaje que estaba seguro, cambiaría su vida para siempre.
-Es hora, la aventura me llama. ¡Auch!- se quejó al tocarse el curita y avanzó hasta donde esperaba fuera su destino.
…
La noticia pronto se expandió a todas las naciones y rincones del mapa, distintas personas miraron los afiches de la nueva Avatar con una sonrisa, con detenimiento, con curiosidad y con odio. Siendo Hisana que indignada mirara el nuevo afiche con la imagen de la chica que derrotó a una banda de criminales sola hasta que la volvió cenizas en sus manos y ponerse a destrozar la costosa habitación del hotel en el que estaba con su padre que arrugó el afiche en su mano al tiempo que veía a varios representantes del Loto Blanco acercarse a él.
…
Y… por favor no me ejecuten los fans de Korra. Esta es una espina que he tenido por años, mucho antes de que saliera Korra, y necesitaba sacar las ideas que tenía en una vieja libreta que tenía guardada. Pido una disculpa de antemano, sólo pido que no me dejen reviews de hate. Así pues si a alguien le gustó actualizaré cada 7 o 10 días, y sin más qué decir… UN ABRAZÓ! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
