La fantasía de Tomoko
Akane y Tomoko habían ido juntas a la piscina. Después de un buen rato nadando y jugando juntas, finalmente llegó la hora de irse, por lo que ambas se dirigieron a las duchas de los vestuarios, para quitarse el cloro de la piscina. Tomoko se puso en uno de los cubículos de las duchas y pulsó el botón para que empezara a salir agua, y mientras esta caía, se quitó la parte de arriba del bañador. Entonces la puerta de su cubículo se abrió, sorprendiendo a Tomoko, y más aún al ver a Akane.
–¡¿A-Akane-chan?! – Tomoko se sorprendió aún más y se puso más nerviosa al ver que Akane entraba al mismo cubículo que ella. – ¡¿Q-Qu-Qué haces?!
–He pensado que podríamos ducharnos juntas, así ahorramos agua. – Dijo con toda normalidad mientras se quitaba la parte de arriba del bañador, dejando sus pechos a la vista, enmudeciendo a Tomoko, que estaba casi tan roja como un tomate. Pero ese enrojecimiento quedó en nada cuando después de quitarse la parte de arriba, Akane se quitó la parte de abajo, quedando completamente desnuda y permitiendo ver a Tomoko la vulva de Akane, con solo el vello púbico de esta tapándola, aunque el propio vello púbico ya es parte de la vulva. Tomoko tenía los ojos tan abiertos que parecía que podrían salirse de sus órbitas. Akane se dio cuenta de que Tomoko estaba en ese estado mirándole directamente a la vulva, extrañándola un poco.
–¿Tomoko? ¿Pasa algo?
Esta reaccionó completamente nerviosa.
–¡Ah, n-n-no! ¡N-No pa-pasa nada, A-Akane-chan! – Exclamó moviendo las manos rápidamente.
Sin embargo, Akane pareció darse cuenta. La chica mostró una sonrisa pícara y se acercó un poco a Tomoko.
–¿Podría ser… Que me estuvieses mirando la vulva?
Tomoko reaccionó nerviosa y algo asustada.
–¡N-N-No es ve-verdad!
–Mentirosa. – Dijo Akane sin dejar de sonreír de esa forma y acercándose aún más a Tomoko, quedando a muy pocos centímetros. – He visto dónde tenías puesta tu mirada. Eres una pervertida. – Dijo tomándole el mentón con el dedo índice y pulgar, obligándola a mirarle a los ojos.
Akane terminó de acortar la distancia entre ellas, besando a Tomoko, sorprendiendo totalmente a esta. Más aún cuando Akane empezó a mover su lengua dentro de la boca de la chica. Mientras, con su mano derecha empezó a masajear el pecho izquierdo de Tomoko, frotando con la punta de sus dedos el pezón, haciendo que Tomoko gimiera, enrojeciendo aún más a la chica, por la vergüenza.
–Ju ju ju… ¿Tanto te gusta?
–¡N-N-No es e-eso…! ¡E-Es que… ¡Ah!
Tomoko no pudo terminar la frase antes de soltar otro gemido debido a que Akane había levantado su pierna, frotando la vulva de Tomoko, solo con la parte de abajo del bañador de por medio, aunque la chica lo sentía igual. Viendo que Tomoko lo estaba disfrutando, Akane empezó a bajar un poco y volver a subir la pierna varias veces, haciendo que cada vez que la subía Tomoko gritara de placer. La chica ya no podía decir ni pensar en nada, simplemente se agarró fuertemente a Akane mientras esta seguía bajando y subiendo su pierna, estimulando su clítoris con cada movimiento, al mismo tiempo que los pezones de ambas se frotaban de arriba abajo mientras se movían. Incapaz de pensar en nada, las caderas de Tomoko empezaron a moverse por su cuenta rápidamente hacia atrás y adelante, frotando rápidamente su clítoris con la pierna de Akane. Esta aumentó su sonrisa.
–Usando mi pierna para masturbarte, ¿eh? Qué pervertida. Aquí tienes tu castigo.
Akane bajó su cabeza y chupó directamente pezón derecho de Tomoko, haciendo que esta gritara más fuerte.
Tomoko empezó a tener fuertes espasmos y convulsiones por todo su cuerpo mientras todo estaba negro, asustando a la chica, que no entendía qué estaba pasando. Tenía miedo, pensando que a lo mejor le estaba dando un ataque al corazón o un ataque epiléptico. Sin embargo, tras unos cuantos segundos, cuando los espasmos empezaron a perder intensidad, Tomoko puedo entender lo que estaba pasando: Había soñado con Akane y se había corrido mientras dormía, haciendo que los espasmos y contracciones producidas por el orgasmo la despertaran.
El alivio de entender qué era lo que había pasado fue sustituido rápidamente por enfado y tristeza, prácticamente a partes iguales. Mientras la chica estaba estirada de espaldas en la cama, sufriendo los últimos pequeños espasmos del orgasmo, Tomoko se maldijo a sí misma por despertarse. Quería haber seguido durmiendo para disfrutar tener sexo con Akane durante un buen rato más. Y después vino la tristeza de pensar que aquello no era real sino solo un sueño.
–Era demasiado bueno para ser verdad… – Pensó con tristeza la pelirrosa. – ¿Pero por qué? Akane-chan…
Tomoko, más inconscientemente que conscientemente, se llevó la mano derecha a su vulva por encima de su pijama, para sentir donde Akane la había tocado en su sueño, notándolo mojado. La chica se quitó la sábana de encima y se bajó un poco el pantalón del pijama, viendo, ahora que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, una pequeña línea de jugos que iba de su vulva al pantalón notando además que tanto la totalidad de su vulva como la entrepierna del pijama estaban mojadas.
Tomoko se excitó al ver que ella misma había expulsado todo ese jugo, y más aún cuando pasó sus dedos índice y medio por la raja de su vagina, quedando los dos dedos también empepados de jugos, quedando una línea entre ellos aunque Tomoko los separara.
Tomoko se quedó unos segundos pensando si masturbarse, aunque la verdad es que en el fondo ya lo había decidido.
–No será lo mismo que si fuera un sueño, pero bueno…
Efectivamente, en el sueño todo sería "sorpresa", ya que Tomoko no sabía lo que iba a pasar, ya que este era producido por su subconsciente, mientras que al masturbarse despierta, esta decidía qué era lo que se imaginaría, por lo que se eliminaba el factor sorpresa. Sin embargo, quería continuar aquel sueño que había dejado a medias, así que decidió imaginárselo como si siguiera soñando.
Tomoko deslizó su dedo medio de su mano derecha lentamente de abajo a arriba en la raja de su vagina varias veces, haciendo que la chica soltara algunos suspiros. Aunque acababa de correrse, estaba empezando a excitarse de nuevo. La chica lamió un poco los dedos índice y medio de su mano izquierda, para usarlos como si fueran la lengua de Akane, y los llevó a su pezón derecho, continuando con el sueño en el mismo punto.
Imaginación de Tomoko
–¡Ah! ¡A-Akane-chan!
Tras unos cuantos segundos lamiendo y chupando el pezón derecho de Tomoko, Akane se separó, quedando por dos segundos una línea de saliva entre el pezón de Tomoko y la lengua de Akane. Sin dejar de mover su pierna arriba y abajo para estimular el clítoris de Tomoko, Akane empezó a lamer el lado derecho del cuello de Tomoko, de abajo a arriba, mientras empezó a pasar su mano derecha por el vientre de la chica, frotándolo con la punta de sus dedos, bajando lentamente hasta llegar a su entrepierna, donde puso su mano dentro del bañador de Tomoko, para frotar directamente la vulva de esta. Akane pasó la punta de su dedo medio por el clítoris de Tomoko, frotándolo de abajo a arriba, mientras lamió la oreja derecha de la chica y le dio un suave mordisco, provocando aún más placer a Tomoko.
–Aaaaah… Akane-chaaaaaan…
–Ju ju ju… Qué cara más pervertida tienes ahora mismo. Eres tan adorable…
Akane volvió a besar a Tomoko, introduciendo su lengua dentro de la boca de Tomoko, y esta hizo lo mismo con Akane, pareciendo una competición por ver quién metía su lengua más profundamente en la boca de la otra. Sin embargo, Akane era quien llevaba la iniciativa, moviendo su lengua a conciencia, mientras que Tomoko solo la movía sin ningún control, dejándose llevar por el placer.
Después de un rato, Akane dejó de besar a Tomoko, y se agachó hasta arrodillarse en el suelo. Y sin perder ni un segundo, la chica bajó la parte de abajo del bañador de Tomoko, quedando ahora las dos completamente desnudas y con Tomoko muy nerviosa al comprender lo que iba a hacer Akane. Esta le dedicó una sonrisa a Tomoko y acto seguido empezó a chupar su vulva.
–¡Kyaaa! – Gritó Tomoko.
Lejos de parar o detenerse, Akane empezó a mover su lengua dentro de la vagina de Tomoko, haciendo que esta no dejara de gritar.
–¡Ah! ¡Aaaaaaaaaah! ¡Aaaaah! ¡A-Akane… Chan! ¡Kyaaaaaaaaaa! ¡Uguaaaaa! ¡Aaaaah…!
Akane no se detenía en ningún momento y seguía moviendo su lengua por la vagina de Tomoko, frotando con su lengua las paredes vaginales de esta y el clítoris por dentro, mientras Tomoko solo podía agarrarse fuertemente a la cabeza de Akane mientras no paraba de gemir y gritar.
–¡Aaaaah! ¡A-Akane… Chan! ¡Gyaaaaa! Ah… Me… Me voy a correr… ¡Akane-chan…! ¡No, me voy a correr!
Akane se detuvo.
–Entonces paro. Sería injusto que te corrieras tú sola. Yo también quiero sentirme bien.
Tomoko no dijo nada. La chica, que tenía apoyada su espalda contra la pared del cubículo por no poder mantenerse de pie por sí sola, simplemente respiraba agitadamente por la boca mientras tenía su cara completamente roja, y con algunas lágrimas saliendo de sus ojos debido al placer. Akane se levantó y se pegó a Tomoko, juntando sus clítoris, y empezó a moverse, primero lentamente, pero poco a poco fue aumentando la velocidad, moviéndose cada vez más rápido.
En la realidad
Solo frotando su clítoris y vulva con sus manos no era suficiente, así que Tomoko se giró, poniéndose boca abajo, y empezó a mover sus caderas rápidamente frotando su entrepierna con la cama, de forma similar a su fantasía con Akane, sintiendo más placer que antes, haciendo que no pudiera controlarse e inconscientemente empezara a soltar algunos gemidos de verdad, pues todos los anteriores los hacía solo en su imaginación.
Imaginación de Tomoko
–¡Ah, ah, ah! ¡A-Akane-chan…! ¡Ah… ¡Aaaaah!
–Ha… Tomoko…
Akane empezaba a sudar y se podía ver por su expresión que también estaba disfrutando de ello, después de un rato solo dándole placer a Tomoko. Esta se agarraba con fuerza a Akane, abrazándola fuertemente, mientras tanto sus clítoris como sus pezones se frotaban con cada movimiento de caderas de Tomoko.
–Akane-chan… No puedo aguantarlo más… ¡Me voy a correr!
–Sí… Yo también…
–¡Córrete conmigo, Akane-chan!
–Tomoko…
–¡Akane… Chan!
Después de 3 movimientos más, finalmente ambas chicas se corrieron al mismo tiempo.
En la realidad
El cuerpo de Tomoko empezó a convulsionarse con fuerza, levantando sus caderas de la cama varios centímetros con cada espasmo, mientras expulsaba fluidos con fuerza con cada uno de ellos. La chica tenía enterrada su cabeza en la almohada, pero aun así no podía evitar soltar fuertes gemidos, al mismo tiempo que cerraba sus ojos con fuerza. Tras casi medio minuto, el orgasmo empezó a perder intensidad, por lo que la chica se dejó caer completamente sobre la cama y sacó su cabeza de la almohada, respirando agitada y rápidamente por la boca, mientras los espasmos residuales le hacían levantar ligeramente las caderas de nuevo unas veces más. Tras casi medio minuto más, Tomoko consiguió recuperar su ritmo normal de respiración. Mientras se corría había notado perfectamente que había expulsado mucho fluido, así que se giró, quedando bocarriba, y se incorporó, para ver cuánto había expulsado, sorprendiéndose al ver que había expulsado aún más que antes, mojando gran parte de sus pantalones y dejando una gran mancha en la cama, avergonzando un poco a la chica.
–Menudo desastre… – La chica miró a la puerta algo nerviosa, viendo si por debajo se asomaba alguna luz, el cual no fue el caso. – Espero que nadie me haya oído…
Aunque eran altas horas de la noche y tanto su hermana como sus padres tendrían que estar durmiendo, Tomoko estaba algo nerviosa pensando que con sus gemidos hubiera podido despertarlos. Como no tenía manera de saberlo, decidió no pensar más en ello, volviendo a fijar su atención en las manchas de su pantalón y las sábanas. Aún algo avergonzada por ver que había expulsado tanto fluido, la chica se quitó el pantalón, cogió algunos trozos de papel y se secó la vulva y las manos. Sobre las sábanas, como aún hacía calor, pensó que se secarían durante la noche, así que simplemente decidió dormir en un lado de la cama en vez de en el centro, para no estar tocando las sábanas mojadas. Aun así, el día siguiente, nada más despertarse, pondría las sábanas y el pantalón a lavar.
En la cama, Tomoko seguía pensando en la cantidad de fluido que expulsó. Nunca había visto a otra chica corriéndose en la vida real (alguna vez había visto porno y hentai, pero pocas veces) por lo que no sabía si a su edad era normal expulsar tanto fluido o no. Se preguntaba si las demás chicas de su edad expulsaban fluido o no, y en caso de que sí, qué cantidad. A lo mejor era perfectamente normal. Aunque también cabía la posibilidad de que Tomoko se corriera mucho más que las demás. Y, aunque Tomoko lo veía menos probable, también existía la posibilidad de que lo normal fuera expulsar mucho más fluido que ella, y que ella expulsara muy poco. A Tomoko le asaltaban esas dudas, temiendo ser "anormal". Pensaba que, en caso de que Akane eyaculara muy poco o directamente no lo hiciera, tal vez la despreciaría por eyacular tanto jugo, creyéndolo algo sucio. Rápidamente sacudió su cabeza para quitarse esos pensamientos.
–¡No! ¡Akane-chan no es del tipo de persona que diría algo así! ¡Ella no me criticaría por algo como eso! – Tomoko suspiró. – Sea como sea, tendré que hacerlo en el baño a partir de ahora, o tener una toalla preparada.
Tomoko recordaba como cuando se masturbaba de más joven casi no expulsaba fluido, dejando solo una mancha tan pequeña en sus pantalones o bragas que se secaba en pocos minutos. Pero a medida que fue creciendo fue expulsando cada vez más cantidad, molestándola un poco porque ahora si no quería dejar ninguna "evidencia" de lo que había hecho tenía que tener más cuidado.
–Qué molesto… Supongo que a los chicos les debe pasar lo mismo…
Al no poder hacer nada, Tomoko simplemente decidió cerrar los ojos para dormir. Aquella fantasía la había dejado muy relajada. Realmente se había sentido muy bien.
