Capítulo 8
POV Hayate
Y así fue como Fate comenzó a colaborar en las sesiones para poder salir del hospital lo más rápido posible. El tener a Ginga allí con ella durante muchas horas, aunque ésta estuviera trabajando, la motivaba mucho más. Era como una inyección de vida. Había encontrado un objetivo y no se detendría hasta conseguirlo, así como se esforzó tanto en los estudios para tratar de conseguir la beca completa. La directora Gracia se encargaba de pasarle los reportes a la directora de la escuela Lindy Harlaown, pues se estaba haciendo cargo de conseguir tiempo extraordinario para que Fate pudiera hacer el examen de acceso a la universidad. Yo, mientras tanto, seguía viviendo con la familia Takamachi. Al principio me sentía incómoda, pero lo cierto es que es una familia muy cálida y sincera. Realmente me acogieron con los brazos abiertos y nunca los había visto u oído algún gesto o comentario que me hiciera creer lo contrario. Momoko era una persona con un alma muy gentil y cálida. Me gustaba ayudarla a cocinar cuando mis turnos me lo permitían. A pesar de que quise colaborar económicamente con los gastos del hogar, nunca aceptaron mi dinero. Es más, me abrieron una cuenta en el banco para que yo lo ingresara ahí. Mis primeros ahorros. Sonreí.
- Hayate-chan, ¿me estás escuchando? –me sobresalté.
- ¿Lo siento? –le saqué la lengua a esa cobriza chica que se convirtió en amiga y salvadora y comencé a correr.
- ¡Hayate-chan! ¡No huyas! –exclamó furiosa, pero sabía que en el fondo estaba riendo.
- ¡Lo siento, Nanoha-chan! –volteé el rostro– ¡Te veo luego!
- ¡Ten cuidado y no hagas travesuras con Rein! –gritó y yo tropecé justo en ese momento, provocando su risa.
- ¡Nanoha-chan! –inflé las mejillas– ¡Me las pagarás! –y así nos despedimos hasta que terminara mi turno.
POV Nanoha
Después de haber acompañado a Hayate hasta muy cerca de su trabajo, fui a la universidad para terminar de matricularme. Sabía que mi padre, en el fondo, estaba decepcionado por no haber elegido la carrera de medicina, pero dados los últimos acontecimientos, mi decisión de cambiar la especialidad era irrevocable. Tenía mis metas en mente y las cumpliría. No permitiría que esto se volviera a repetir. Nunca más.
Flashback
- Papá, mamá, ¿podría hablar con ustedes?
- Claro hijita, ¿qué sucede? –sonreí al escuchar a mi padre llamarme así todavía.
- Sé que queríais que fuera a la facultad de medicina para ser doctora y así en el futuro hacerme cargo de tu hospital, papá. Y yo estaba de acuerdo con eso. Sin embargo… –me callé por unos momentos.
- ¿Sin embargo? –me animó mi madre a continuar. La miré y me sonrió, asintiendo.
- He cambiado de parecer. –los miré a ambos y mi padre parecía más sorprendido que mi madre.
- ¿No quieres estudiar medicina? –me preguntó mamá y negué– ¿Y qué quieres estudiar? –volvió a cuestionar, dulcemente.
- Magisterio.
- Magisterio… –repitió mi padre y yo asentí– Magisterio… –volvió a decir y yo lo miré– ¿Por qué?
- Quiero ser la mejor profesora de escuela, aquella que les enseñe a todos los alumnos que hacer bullying está mal, que cualquier caso de maltrato físico o verbal, está mal. Quiero evitar que más casos como el de Fate-chan vuelvan a ocurrir. –hablé firme.
- … –ninguno dijo nada y yo comencé a ponerme nerviosa, pero no me echaría atrás.
- Estoy orgullosa de la decisión que tomaste, Nanoha-chan. –habló por fin mi madre y yo me sorprendí.
- Yo también, hija. –fue el turno de mi padre– Me alegra mucho saber que seas consciente de lo que las acciones pueden provocar.
- ¿No están enojados? –pregunté abrumada.
- ¿Por qué lo estaríamos? –preguntó mi madre ladeando la cabeza.
- ¡Gracias! –exclamé entre lágrimas mientras los abrazaba a ambos.
Fin Flashback
POV Fate
Hoy era viernes y había tenido sesión semanal con la directora Gracia en la mañana. Ya hacía casi un mes que decidí poner de mi parte y colaborar en las sesiones tanto de Vice como de ella. Me alegraba de haberlo hecho porque ahora me sentía más liviana y más fuerte mentalmente.
Flashback
- Muy bien, Fate. ¿Qué harías si te encontraras de nuevo siendo víctima de bullying?
- Iría al profesor y, en su caso, me defendería.
- ¿Cómo te defenderías?
- Dándole una paliza. –confesé riendo.
- ¡Fate! –exclamó alarmada.
- Perdón, perdón. –seguí riendo– Sólo bromeaba.
- No bromees con esas cosas o te tendré aquí más tiempo del estrictamente necesario. –abrí los ojos como platos y mi risa se esfumó.
- ¡No! Me portaré bien, lo prometo. Lo siento mucho, Carim-san.
- Eso está mucho mejor. –suspiró aliviada– ¿Y bien?
- Pues la mejor arma es la indiferencia. No prestar atención a lo que dice porque nadie es más que yo ni que otros. Todos somos únicos y tenemos unas capacidades desarrolladas que otros individuos pueden no tenerlas. Le haría entender que no es mejor que yo y que sus comentarios no me ofenden. –la miré fijamente– Ahora sé que valgo mucho y que no soy nada de lo que me dijeron en el pasado. –sonrió ante mi respuesta.
Fin Flashback
Me encontraba sentada fuera de su oficina porque me había mandado a llamar para comentar algunas cosas conmigo. Ya habían pasado bastantes minutos de la hora acordada para nuestra supuesta reunión, pero al parecer, tenía otra asamblea muy importante con una poderosa mujer. La puerta se abrió de repente y me sobresalté, provocando su risa disimulada.
- Fate, pasa por favor. Hay alguien que quisiera hablar contigo. –fruncí el ceño en confusión, pero la seguí.
- Hola, Fate-chan. –quedé estática al ver de quien se trataba– Me alegro verte de nuevo. –me dio su cálida sonrisa como siempre había hecho antes– Tenía ganas de verte y hablar contigo, pero hasta que Carim-san no me dio permiso, me he dedicado a hablar con ella para preguntar por tu avance. –yo seguía sin decir nada.
- ¿Por qué no te sientas, Fate? Tenemos mucho de lo que hablar. –asentí y obedecí– Bien, Fate, el motivo de que Lindy-san esté aquí es porque, como sabes, semanalmente viene a por un informe para poder ganar tiempo para que puedas hacer el examen de acceso a la universidad. –asentí– Tras el último informe emitido, no hay razón para que no puedas hacerlo. –me sorprendí.
- El examen será la próxima semana, Fate-chan. ¿Estás lista para ello?
- … –me quedé callada por unos momentos, pues estaba procesando la información recibida– Sí, estoy lista. –dije finalmente y ambas sonrieron.
- Excelente. Y, ahora, hay otra cosa más de la que debemos hablar, Fate. –asentí y aguardé por sus siguientes palabras– Después de que tu tío Jail esté en busca y captura junto a sus hijas por maltrato y abandono, obviamente perdió tu custodia. –suspiré aliviada– Sin embargo… –me estremecí– Aún sigues siendo menor. –la miré con terror– Sigues necesitando un tutor, Fate-chan, por lo que pasarías a estar a cargo del estado. –negué repetidamente.
- Mi familia es Hayate. Ella es mayor que yo. –hablé apresuradamente, totalmente aterrada de que nos separaran.
- Pero Hayate-san no puede mantenerte, Fate. –dijo con pesadez– Y Ginga-san tampoco. –añadió antes de que yo dijera algo.
- Ellas son mi única familia. No quiero estar lejos de ellas.
- Y no lo estarás si yo puedo evitarlo. –habló la peliacua directora.
- ¿Qué quiere decir? –pregunté con un atisbo de esperanza.
- Me gustaría ser tu tutora legal, Fate-chan. Me gustaría que tanto tú y tu pequeña familia vengáis a mi hogar a vivir para siempre conmigo. –abrí los ojos desmesuradamente– Quiero decir, no para siempre, pues en el futuro haréis vuestras propias vidas, tendréis vuestros trabajos y os casareis. –sonrió– Me gustaría ser la persona que os cuide siempre. –acarició mis rubios cabellos.
- … –la miré embelesada.
- ¿Qué te parece la idea, Fate? –preguntó la rubia de mirada azul rey.
- Yo…
Saizoh: Sí, quizás algo exagerado lo que hizo Cinque, pero amaba a su prima y la defendería de quien fuera y frente a quien fuese. Sí, tienes razón. El no incluir a Nanoha le dio realismo, pues creo que algo como lo que hizo, no se puede olvidar tan rápido, aunque estamos hablando de un alma noble como la de Fate... En cuanto a Nanoha, tendrá que trabajar muy duro si quiere conquistar a nuestra rubia favorita y ganarse su corazón y confianza por completo. Pero con lo obstinada que es, seguro lo consigue. ¡No pierdas la fe! En el próximo capítulo ya habrá alguna noticia sobre el estado de Cinque, así que aguarda un poco más.
Notas de autor: Siento realmente la demora en subir este brevísimo capítulo. He estado y sigo estando enferma, pero quería dejaros al menos este pequeño capítulo. Os pido un poquito de paciencia hasta que me recupere del todo y volveré con capítulos más largos y más seguidos. Gracias. ¡Cuídense y un saludo!
