Después de varios días de navegar y cansados de comer solo pescados —excepto por Bepo— su capitán les ordenó dirigirse hacía la primera isla cercana en busca de provisiones.

Lastimosamente, resultó ser una base marina.

Law le pidió a Shachi que lo acompañara dejando así a toda la tripulación y al Polar Tag, escondidos entre un apilamiento de rocas de mar cerca de la base marina.

El objetivo principal era infiltrarse entre los marines y saquear la mayor cantidad de provisiones posibles sin ser detectados.

Law y Shachi cambiaron sus prendas por trajes de la Marina de unos tipos que atraparon cerca de la playa. Luego de dejarlos atados, inconscientes y esconderlos, dejaron sus pertenencias junto a la espada del cirujano, escondidas entre los arbustos cerca de la base por si lo necesitaban.

Una vez que lograron ingresar sin ser detenidos, se dirigieron a la sala de comunicación dónde encontrarían información, cartas náuticas y el mapa de la zona. No fue difícil encontrar el lugar, ya que escuchando y siguiendo a otros marines, lo ubicaron rápidamente.

Cuando se encontraban dentro de la sala, entraron dos personas al lugar. Ambos intentaron actuar con normalidad sin bajar la guardia, ante cualquier acontecimiento estarían listos para atacar, pero al ver quiénes eran los recién llegados quedaron asombrados.

—Es-esto debe ser una broma. —dijo la joven pelirroja mientras cerraba la puerta.

Ante sus palabras, su acompañante levantó su sombrero con curiosidad para revelar sus ojos junto a sus reconocidas cejas de espirales.

—¿Torao?, ¿Qué hacen ustedes aquí? —preguntó el rubio sorprendido.

El mundo era enorme, de todos los posibles sucesos que pudo imaginar el cirujano jamás pensó que podría encontrarse con sus futuros enemigos.

Shachi anonadado por el imprevisto encuentro, fue el primero en responder: —¡¿Los sombreros de paja?! ¿Qué hacen ustedes dos aquí?

Nami se puso rígida e internamente estaba entrando en un caos nervioso por encontrarse inesperadamente con Law. Pero la mención de «dos» por parte de Shachi la puso histérica.

—¡¿Dos?! Maldita sea, ¡¿Dónde se metió Luffy?!

Furiosa agarró de la camiseta al rubio cocinero para acercarlo a su rostro.

—Sanji, se suponía que tú debías vigilarlo mientras abría la sala anterior.

—Lo siento Nami cisne, pero fui cegado por tus habilidades y tú belleza. —dijo con grandes ojos brillantes con forma de extraños corazones por la cercanía a ella. No le importaba estar siendo bruscamente zamarreado desde su camiseta por parte de la navegante.

Ante esa respuesta, Nami lo soltó y lo golpeó en la cabeza haciendo que rápidamente tuviera una contusión.

—Ju-juro encontrar a nuestro capitán idiota, amada mía —murmuró él rubio desde el suelo.

Law observaba incrédulo la interacción que llevaban los recién llegados cómo si estuvieran en su barco y no en una habitación del enemigo.

Segundos después, inconscientemente enfocó su atención en ella y al paso de cada segundo, lentamente sintió su corazón y su marca en la cadera palpitar con un calor ardiente. Era completamente diferente a cuando se vieron por última vez, ahora podía sentir incluso la dopamina subiendo rápidamente alterando su respiración y poniéndolo eufórico como si algo en ella lo llamará desesperadamente para rozar su piel.

Law no estaba preparado mentalmente para verla de nuevo, internamente estaba avergonzado por su propio extraño nerviosismo. Todas las demás veces que se habían visto, no había estado nervioso. Entonces ¿por qué ahora sí? Sabiendo que estaban en una situación crítica, se dió un golpe mental para enfocarse e interrumpió al escandaloso dúo.

—¿Qué hacen aquí señorita Nami? —dijo mientras la observaba detenidamente.

Nami al ver esos ojos dorados observándola en busca de respuestas, un repentino escalofrío estático subió por su columna, continuado por un ardor delicado y caliente en su cintura. Agradecía llevar puestas unas gafas de color magenta, gracias a eso sabía que Law no podía ver detalladamente su mirada pero sabía que su cuerpo rígido podría llegar a delatarla.

Intentando ignorar sus extrañas sensaciones en su cuerpo y fingiendo estar tranquila, lo encaró y respondió seriamente: —Estamos aquí por provisiones.

Ante su respuesta, al darse cuenta de que ambas tripulaciones tenían un mismo objetivo, Law decidió que sería un buen plan el colaborar juntos para salir lo más rápido posible del lugar. Y de paso, detener las locuras del escandaloso capitán sombrero de paja, antes de que fueran encontrados.

Observó los uniformes que llevaban puestos.

Nami tenía una camisa blanca de mangas largas con un pañuelo azul oscuro en su cuello y un short azul junto a la capa de justicia colgando de sus hombros. El mismo por delante tenía una pequeña placa que decía «Alférez»; mientras que el cocinero rubio tenía el mismo disfraz que Shachi, el cual consistía en el uniforme estándar, era una camiseta blanca sin mangas con la insignia de la Marina; la figura de una gaviota simple con la palabra «Marina» debajo, en la espalda; un pañuelo azul oscuro en el cuello; unos pantalones negro azulados; y una gorra de béisbol también con la palabra «Marina» en el frente.

—Ambos tenemos el mismo objetivo, el mejor plan ahora es apresurarnos y dividirnos en dos equipos. Uno debe buscar al señor sombrero de paja y el otro debe recolectar la mayor cantidad de provisiones para ambos equipos.

Nami aunque quisiera negarlo, pensó que era una buena idea.

—Tú no nos das órdenes capitán de mierda. —interrumpió Sanji con el ceño fruncido y con una postura encorvada que gritaba odio en todos los sentidos.

Ante su reacción, Law no podía entender por qué Sanji parecía más raseo y enojado con él de lo normal.

—Sanji, a mí tampoco me gusta la idea de seguir sus órdenes, pero no queda otra. —suspiro desanimada— Estamos en zona enemiga y perdimos a Luffy. Realmente es un buen plan formar equipos. —dijo Nami.

A lo que Sanji cambió su postura amenazadora a una feliz y radiante.

—¡Lo que tú digas Nami-swan!

Shachi y Law sentían gotitas de sudor bajar por sus sienes al ver los extremos cambios de humor del cocinero.

—Iremos en dos grupos. Shachi y el señor piernas negras deberían ir a buscar provisiones para ambas tripulaciones, mientras que la señorita Nami y yo, buscaremos al señor sombrero de paja.

Ante sus palabras, Shachi respondió rápidamente: —¡Sí capitán! Llevaré uno de los mapas de la zona con nosotros.

A diferencia de Shachi, Nami y Sanji se pusieron rígidos ante su decisión. Aunque les disgustara, dividirse era un buen plan para que ambas tripulaciones obtuvieran la misma cantidad sin traicionarse.

Sanji estaba encolerizado por tener que dejar sola a Nami con él, más que nada por cierta marca que la navegante tenía y sabía que quería ocultar.

Nami, a diferencia de Sanji, se encontraba nerviosa. No solo por tener que pasar tiempo a solas con él, sino que temía ante la posibilidad de que él descubriera su marca.

Hace dos semanas obtuvo la maldita marca y había evitado pensar en ella. Por lo que no estaba mentalmente lista para enfrentarlo.

Meses atrás, después de la alianza y de pasar tiempo con él y su tripulación, los piratas de Heart, se sentía cómoda y en confianza a su alrededor. Pero ahora que tenía una marca con su nombre, no sabía que podría pasar si se encontraba mucho tiempo a solas con él. Ella no tenía demasiados conocimientos sobre las marcas. Ante ese pensamiento, se recordó que debía hablar con Robin para conocer más sobre ello.

—Nami, ¿qué opinas? —preguntó Sanji sacándola de su propio caos interno.

Al escuchar su nombre sin sus típicos y escandalosos gritos, sabía que Sanji estaba preocupado por ella.

Nami dio un pesado suspiro para luego cruzar sus brazos frente a su pecho con la cabeza levemente ladeada hacia abajo.

—Está bien. Lo haremos.

Luego puso ambas manos en su cadera con seguridad y se dirigió al cirujano sin titubear:

—Escúchame bien, seguiremos ese plan pero tú no eres nuestro capitán para darnos órdenes. Se supone que la alianza terminó en Wano pero sabemos que Luffy confía en tí y te considera un amigo.

—Tch, no soy su amigo. —murmuró el cirujano haciendo un leve puchero de enojo.

—Como sea, seguiremos tu plan hasta que lo encontremos.

Law la observó con un extraño brillo en sus ojos, fue inevitable para él no hacer una sutil mueca parecida a una sonrisa ante su forma de enfrentarlo cuando minutos atrás era obvio que estaba nerviosa. Realmente le hacía honor a su apodo de «gato».

Luego de mirarla por unos segundos más, asintió con la cabeza mostrando que estaba de acuerdo, mientras se acomodaba la gorra de la marina.

—Sanji, ve con Shachi y consigue todo lo necesario para que dure por lo menos una semana hasta que encontremos otra isla —ordenó Nami.

—Si mi Nami-cisne, estarás orgulloso de mi. —respondió dando lentas vueltas alrededor de Nami lleno de alegría. Prendió otro cigarrillo, le dió una calada, deshecho el humo, extendió una mano para tomar a Shachi desde su camisa y lo llevó a rastras hacía la salida.

—Haré todo por mi amada Nami-swan.

—¡O-oye suéltame! —se quejó Shachi.

Ante su escandalosa salida, Nami se golpeó la frente con furia.

—Maldito idiota, ¿acaso quiere que nos descubran? Tuve que haber traído a Robin…

El resoplido de una silenciosa risa burlesca la sacó de su estado de ira. Law la miraba con una mueca en sus labios esbozando una ligera sonrisa ladina.

—Señorita Nami, debes saber que todos tus amigos son todo menos silenciosos. —dijo mientras comenzaba a avanzar hacía la salida y la miraba de soslayo.

Nami apretó sus manos en puños hasta que sus nudillos se pusieron blancos por la fuerza. Estaba eufórica por su comentario, más que nada porque sabía que tenía razón y odiaba eso.

—Vamos, hay que buscar a tu idiota capitán. —dijo Law mientras abría la puerta para que pasará ella primero.

—Oh, ¿Ahora eres caballeroso? —dijo Nami irónicamente mientras pasaba por su lado atravesando la puerta.

—No, pero sabiendo que hay marines en todos lados debo mantener una cierta apariencia del desalmado pirata que soy.

Nami no pudo evitar reírse ante sus palabras.

*

Luego de mirar el mapa que indicaba todas las habitaciones del edificio, decidieron ir al comedor y a la cocina. Conociendo a Luffy, lo más seguro para ambos es que estuviese en un lugar con acceso a comida.

Law iba caminando delante de Nami, caminaba seguro con las manos en los bolsillos y con la mirada firme en el camino. En vez de llevar su famoso sombrero de piel llevaba una de las tantas gorras de la Marina.

Se veía sorprendentemente bien vestido para Nami. Law llevaba una camisa negra con solo el primer botón desprendido, un chaleco blanco donde llevaba una insignia de teniente y de sus hombros colgaba la capa con la palabra «justicia», junto a un pantalón y guantes negros. Cuando debían pasar frente a uno que otro Marine, fingían ser uno más de ellos caminando en silencio o saludando cuando les hablaban pero siempre con autoridad, ya que ambos cargaban las capas de «justicia» a diferencia de los cadetes de bajo rango.

—Según el mapa, el comedor está aquí a la vuelta. —dijo Law mientras la miraba de soslayo.

Nami dió un suspiro, estaba agobiada.

—Realmente espero que Luffy se encuentre ahí.

Law no respondió, se mantuvo en silencio. No sabía cómo comenzar una conversación, siempre fue fan del silencio sin hostigar a las personas para que hablen. Pero a diferencia de otras veces, sentía curiosidad por ella, debía admitir que su presencia lo inquietaba no de manera rara sino de manera confortable.

Él realmente, de alguna forma, quería acercarse a ella. Era extraño y anormal para un hombre como él, quiso echarle la culpa sobre ese tonto pensamiento a su maldita marca en la cadera. Pero Law no era estúpido ni ciego, aunque jamás haya mostrado realmente un interés en el sexo opuesto y nunca haya sentido la necesidad de analizar sus propias preferencias sexuales más allá de lo natural, sabía que Nami era una mujer hermosa y podía predecir que por los instintos de la marca, él estaría detrás de ella aunque hubiera una posibilidad de que no tuviera su nombre en su cuerpo.

Él volvió a observar desde el rabillo del ojo sus piernas, cuello, cara y manos dónde tenía la piel descubierta. No había marcas a la vista.

No pudo evitar preguntarse si ella ya había cumplido los veintiuno para obtener una marca de alma gemela. Trato de ignorarlo pero la curiosidad en él le estaba carcomiendo la cabeza.

Aprovechando que el pasillo estaba vacío, le hablo como un intento de distracción.

—¿En qué parte de la isla dejaron su barco señorita Nami?

—Al Noreste de la Isla, cerca de los riscos de mar. —explicó rápidamente.

—Mm, así que están cerca de nuestra nave. —murmuró Law mientras asentía levemente con la cabeza— Eso es bueno, si ocurre algo grave podré movernos a todos a la misma dirección.

El silencio los rodeó nuevamente, pero ahora no era incómodo, era extrañamente cómodo.

Nami caminaba detrás de él observando su figura fuerte y ancha, recordó todas esas veces que estuvo con él desde que con Luffy y los demás entraron al nuevo mundo. Después de tantas peleas y guerras por la libertad de sus nuevos amigos, se dio cuenta de que ahora tiene un cuerpo mucho más firme y musculoso a diferencia de la primera vez que lo vio en el archipiélago Sabaody.

Tal vez él no tenía unos músculos tan grandes y gruesos como los de Zoro pero sus músculos de tamaño medio, eran perfectos para él.

Nami no era ciega, ella admitió hace un tiempo que Law era lindo a la vista, incluso con sus ojeras marcadas, con sus gruñidos, sus silencios, sus delirantes, sádicas y sangrientas amenazas e incluso en esos momentos cuando peleaba como un niño con su capitán.

Nami no pudo evitar sentir sus mejillas arder ante los recuerdos, inconscientemente se había dado cuenta de que estuvo fijando su atención a todos sus movimientos e interacciones cuando estuvo con ellos después de Punk Hazard, en el Sunny y durante Zou y Wano.

Era la primera vez que se fijaba tanto en una persona del sexo opuesto. Nunca lo hizo antes porque no tenía tiempo para eso, solo lo hacía para robar y obtener algo de su interés. Esto era nuevo, extraño y demasiado repentino para ella. Poniendo sus manos en sus mejillas intentó mantener la calma y sigilosamente dió respiraciones profundas para calmar su corazón.

Luego levantó la mirada para verlo nuevamente, percatandose así de que no llevaba su enorme espada ni su famoso sombrero de piel ocultas con él.

—¿Dónde están tus cosas? —pregunto curiosa.

—¿Qué cosas? —respondió levantando una ceja.

—Tú espada y tú sombrero de piel. Creí que jamás te separabas de ellos.

Law se sorprendió ante su comentario, sabía que la mayoría lo reconocía por sus pertenencias y sus tatuajes, pero por un tiempo llegó a pensar que ella no le prestaba la suficiente atención como para darse cuenta de esos detalles.

Qué equivocado estaba.

Su corazón se emocionó dándole una extraña agitación en el pecho, haciendo que su cuerpo se sintiera inusualmente raro, no podía distinguirlo, pensó que podría ser un tipo de felicidad por su interés. Ante esa idea, comenzó a sentirse nervioso, así que con su mejor esfuerzo intentó ocultar sus tontos y extraños sentimientos.

—Mi recompensa es la misma que la de tu capitán, por más que me cambié de ropa, mi espada y mi sombrero son bastantes conocidos. —dijo mientras detenía su caminata— Así que los oculté cerca de la base por si acaso.

—Oh, ya veo —respondió mientras se detenía a su lado.

Ambos se encontraban frente a una enorme puerta doble de metal con dos ventanales circulares en cada puerta, permitiéndoles ver la luz del interior. Al fin habían llegado al comedor.

Cuando Nami estaba a punto de empujar la puerta para entrar, susurró: —Es una lastima, tu sombrero te queda mucho mejor que ese tonto gorro. —Lo miró de soslayo mientras sonreía coqueta e ingresaba al lugar dejando a Law atrás.

Law no pudo evitar abrir sus ojos ante sus palabras y la sonrisa brillante que le había dedicado a él. No podía creerlo, estaba asombrado. «¿Qué fue eso? ¿Un simple elogio o un intento extraño de coqueteo?» pensó mientras sentía su respiración acelerarse.

En sus veintiséis años, nunca había tenido ese tipo de relaciones, siempre estuvo concentrado en su venganza y en busca de su libertad. Por primera vez sintió sus orejas y sus mejillas sonrojarse por una mujer.

—Tch, maldición. —maldijo mientras levantaba una mano tapando su rostro— Esa mujer será mi ruina.

Cuando Nami entró al comedor, ingresó con una sonrisa nerviosa y sus mejillas levemente sonrojadas, no podía creer que repentinamente haya dicho tales palabras. «¿De dónde salió eso? Solo fue un elogió inocente, nada más, ¿verdad? Si, eso es. No debo preocuparme por eso.» pensó intentando calmar su corazón.

Ignorando sus emociones, dirigió la mirada a su alrededor, vió varias mesas largas dónde se encontraban varios marines comiendo o simplemente jugando cartas.

Al fondo del lugar, cerca de la mesa donde entregaban las bandejas de comida, vio que había un círculo menor de personas viendo algo o mejor dicho «alguien» que estaba haciendo un escándalo mientras comía. Nami al ver quién era y dejándose envolver por la ira, caminó dando pasos firmes hacía la mesa.

Cuando estaba llegando, los hombres que estaban rodeándo al sujeto escandaloso se alejaron para darle el paso, mientras fijaban sus miradas en ella con un sutil sonrojo en sus rostros. Los cadetes no pudieron evitar centrarse en las curvas de su cadera, la cual se movía suavemente de un lado a otro con cada paso que daba.

Cuando llegó a la mesa, se sentó frente al chico.

—¿Sabe bien? —pregunto.

— Ujum, e-shta delim-ciosho. —Respondió el joven pelinegro mientras tenía la boca llena de comida, por lo que no se entendía bien lo que decía. Luego levantó la mirada hacia la persona que le hablo.

Al ver su radiante pelo naranja y su sonrisa macabra, junto a sus ojos cerrados y su ceño fruncido visible sobre sus lentes, comenzó a sudar frío.

—¿Oigan, podrían dejarnos a solas un momento? —preguntó Nami, con un tono de voz suave, a los marines a su alrededor.

—¡Si, madame! —Rápidamente todos se dispersaron a un par de mesas lejos de ellos.

Nami fijó su mirada nuevamente en él mientras tenía una sonrisa oscura.

—Luffy. —dijo con un tono claro de enojo.

El chico de goma, trago duro su bocado de comida y nerviosamente respondió. —L-Lo siento Nami. Pu-puedo explicarlo, el olor a carne me estaba llamando y no pude negarme.

—Eres un completo idiota, estamos en una base marina, debemos irnos cuánto antes. —respondió furiosa.

—Oh jajaja, ¿Sanji ya consiguió las provisiones? —preguntó alegré mientras comía lo último del guiso que tenía en su plato.

Nami estaba por responder cuando fue interrumpida.

—Está en eso junto a Shachi. —respondió Law mientras se sentaba en la silla junto a ella.

—¡Oh, Torao, jajaja! ¿También estás aquí? ¡Está si es toda una sorpresa! —dijo mientras reía escandalosamente.

Apresuradamente Nami y Law chitaron a la vez, pidiendo que guardara silencio.

—¡Baja la voz idiota! —susurraron exaltados con los dientes apretados mientras lo miraban con furia ardiente.

—Jajaja, lo siento.

Nami dio un suspiro, estaba cansada, lo único que quería era regresar pronto al barco.

—Luffy, hay que volver al sunny.

—Eh, espera a que me sirva más comida. —Corrió apresuradamente hacía la vitrina dónde una señora le sirvió alegremente.

Nami a este punto estaba gruñendo furiosa.

—Lo voy a tirar al océano por quince minutos como castigo, maldito capitán idiota. Por cada minuto perdido aquí, le cobraré cincuenta mil berries.

Una suave y silenciosa risa la sacó de sus pensamientos de venganza hacía su capitán. El cirujano la miraba divertido mientras reía sutilmente con su mano derecha apoyada en su mejilla y la izquierda apoyada sobre la mesa.

—Vaya, ahora entiendo porqué te tienen miedo los tipos de tu tripulación.

Nami no pudo evitar sonrojarse ante su mirada y su sonrisa estúpida y sexualmente hermosa. ¿Cómo era posible que alguien sonriera así? No estaba segura, pero sentía que era la primera vez que lo escuchaba sonreír más de una vez, dejándola desconcertada.

Se cruzó de brazos y miró al lado contrario avergonzada. —Ca-cállate idiota. —murmuró haciendo un leve puchero.

Cuando Luffy volvió a la mesa y vio la interacción extraña entre los dos, no entendía qué estaba pasando, pero sonrió animadamente, parecía que se estaban divirtiendo entre ellos. Luego, recordó lo que había pasado hace dos semanas atrás y alegre e inocentemente le preguntó a su navegante, —Oye, Nami. ¿ya le contaste?

Law dirigió su mirada curiosa al pelinegro —¿Contarme qué?

—Sobre… —de repente Nami se tiró sobre él tapándole la boca— Cierra la maldita boca o le diré a Sanji que no te sirva más carne. —susurro entre los dientes para que solo él la escuchará, mientras le daba una sonrisa rara y forzada a Law.

—N-no le hagas caso, no es nada importante. —dijo nerviosa.

El cirujano tenía sus ojos puestos en ella, con el ceño fruncido intentó analizar y entender el alterado y extraño comportamiento de la pelirroja.

Nami se estaba ahogando del pánico, todo su cuerpo estaba en alerta, lo que menos quería era que la descubriera. Les había hecho jurar a todos sus amigos, esa misma noche de su cumpleaños, que nadie, absolutamente por ningún motivo, podían contarle a alguien o a Law sobre su marca. Prefería entregar todo su dinero a que el cirujano se enterará por alguien más que no fuera ella misma.

—¡Mmhjn hmm! —Luffy trataba de hablar entre las manos de su navegante.

Cuando se logró soltar, respiró agitadamente, —¡¿Estás loca?! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Intentas matarme?! —exclamó enojado.

—Cómo si eso pudiera matarte tonto —lo miro enojada mientras se cruzaba de brazos.

Cuando Law estaba apunto de hablarle al capitán de los Sombrero de Paja, sonó una fuerte alarma.

—¡Atención a todos, hay intrusos! ¡Repito, hay intrusos! —todos se alteraron ante el comunicado.

—Mmm, me preguntó quienes serán. —dijo Luffy mientras metía otro bocado de comida en su boca.

—¡Luffy! ¡¿Es en serio?! —susurro alterada Nami, ellos tenían una enorme posibilidad de haber sido descubiertos.

Otro comunicado sonó del Den Den Mushi con megáfono, —¡Los hemos identificado! ¡Uno de ellos es de los Sombreros de Paja! ¡Vinsmoke Sanji! ¡Y el otro sujeto parece ser de los piratas de Heart!

Todos rápidamente se levantaron de sus lugares mientras el megáfono daba instrucciones.

—Por órdenes del Comandante deben cerrar la base, registrar el lugar y buscar más intrusos ¡A sus posiciones!

—¡Oh, ya nos descubrieron! ¡Hay que irnos Nami! ¡Rápido! —Luffy rápidamente se levantó y corrió hacia la salida del comedor.

—¡E-espera Luffy! —Nami corrió detrás de él.

Law dió un suspiro agotador, ahora que la marina sabía de ellos, debían escapar rápido del lugar.

Primero utilizó su Kenbunshoku haki para detectar la ubicación de Shachi y Sanji, y cuando todos abandonaron el comedor, —¡Room! —grito, invocando su espacio de operaciones en toda la base.

Rápidamente ubicó a todos, —¡Shambles! —grito nuevamente. Trasladando así a todos hacía los arbustos de afuera donde se encontraban ocultas sus pertenencias.

Se encontraban uno frente al otro procesando lo que había pasado, cuando Luffy fue el primero en hablar.

—¡Increíble Traffy, nos sacaste a todos! —exclamó alegremente entusiasmado.

—Sanji, ¿qué pasó? —preguntó Nami, había perdido los lentes mientras perseguía a Luffy. Cómo ya no tenía sentido usar el disfraz se sacó la gorra y la capa, tirando ambas cosas al suelo.

—Lo siento Nami, habíamos terminado de sacar todas las provisiones necesarias cuando un tipo nos encontró. —Dijo mientras prendía otro cigarrillo.

—Lo silenciamos pero después apareció otro y nos reconoció. —dijo esta vez Shachi mientras apretaba la enorme bolsa de provisiones en su mano.

—Eso ya no importa. —dijo Law mientras se sacaba la capa y el gorro de la marina para luego recoger su espada y su sombrero— Hay que irnos ahora.

—¡Muy bien chicos, salgamos de aquí! —dijo Luffy mientras tiraba también su capa, para luego ponerse su sombrero de paja y comenzar a correr hacia el barco, siendo perseguido por Nami y Law.

Shachi y Sanji tiraron sus gorras, para luego agarrar sus enormes bolsas de comida con firmeza —Shachi aprovechó para recoger su sombrero y su arma— y corrieron hacia el noroeste de la isla.

Mientras todos corrían, los soldados les disparaban sin parar mientras los seguían. Cada tanto, uno del grupo se detenía para golpearlos y alejarlos lo más que podían.

Cuando llegaron a la playa, uno de los disparos rozó el tobillo de Nami, haciendo que se torciera al pisar por el dolor, provocando que se cayera.

Todos gritaron su nombre, Luffy enojado porque atacaron a su navegante corrió hacia los marines. Tapo su boca con su pulgar y mordió su articulación creando una pequeña abertura donde sopló muy fuerte en ella permitiendo inflar su brazo. Su puño y brazo derecho se volvieron extremadamente grandes, con el cual pudo alejar y golpear a varios marines de una sola vez.

Sanji y Shachi tenían las manos y la espalda ocupadas por las enormes bolsas con provisiones, por lo que Nami le pidió a Law que la cargara.

Pero Law, al ver a Nami herida enfureció, algo dentro de él ardía ridículamente con ira. Sorprendiendo a todos invocó un enorme «room» y comenzó a dividir el cuerpo de todos los marines que encontraba.

—¡Torao! —gritaban uno tras otro intentando llamar su atención.

—¡Maldita sea! ¡Law! —grito Nami.

—¡No hay tiempo! ¡Hay que irnos! —grito Luffy nuevamente.

Law quería seguir dividiendo cuerpos, pero sabía que debían irse cuánto antes. Aún con la furia ardiendo en su cuerpo, alzó a Nami en su espalda y comenzó a correr con ella al Sunny.

—¡Shachi! ¿Aún tienes el Den Den Mushi? —grito Law.

—¡Sí capitán!

—¡Llama al submarino y diles que nos encontraremos a unos kilómetros de distancia en el océano, que sigan mi Vivre Card!

—¡Corre más rápido Torao! —grito Nami mientras apretaba su cuello con sus brazos.

—¡Estoy corriendo! ¡Maldita sea, suelta mi cuello, vas a ahorcarme! —Gruño irritado.

Desde el Sunny, todos estaban relajados esperando, cuando de repente escucharon bastante ruido viniendo de la isla.

—Parece que los descubrieron —dijo Jimbei.

—Oh, se ve que se están divirtiendo —comentó Robin mientras sonreía.

—Creo que es lo contrario —replicó Chopper con varias gotitas de sudor bajando por su frente.

—¡No vienen solos! —gritó Usopp desde la cofa.

—Si idiota, toda la base marina viene tras ellos —reaccionó Zoro.

—¡No idiota, mira! —le lanzó sus binoculares— ¡Vienen con Torao y Shachi!

—¡¿Eeeh?! ¡¿Torao?! —gritó Chopper.

—¡Jojojo, que sorpresa! —exclamó Brook.

Zoro después de ver por el binocular no pudo evitar soltar una enorme carcajada.

—¡O-oye Zoro, no es momento para reír! —chilló Usopp nervioso.

—Nami está siendo cargada por Law, mientras el tipo tiene una cara de sufrimiento, ¡eso es bastante gracioso! —dijo mientras seguía riendo.

—¡Oigan chicos! —grito Luffy a la distancia, logrando llamar nuevamente la atención de todos— ¡prepárense para zarpar!

—¡Suuuuper genial! —grito Franky— ¡Voy a preparar el Coup de Burst!

—¡Voy al timón! —anuncio Jimbei.

—Preparemos las velas Chopper, Brook. —dijo Usopp mientras corría hacia el mástil.

—¡Si! —gritaron los nombrados para luego seguirlo.

—Levantaré las anclas. —dijo Zoro.

—Me quedaré vigilando por si necesitan ayuda para subir. —dijo Robin.

En la playa, Luffy después de gritarles a su tripulación, se dirigió a Law, —¡Torao, llévanos a todos al barco!

El cirujano rápidamente convocó un «room» más pequeño que los rodeaba a ellos y al barco, luego con un movimiento de su mano y un «shambles» los intercambió de lugar con unas piedras.

Robin al saber que estaban con Torao, pensó que podrían llegar a transportarse. Así que apresuradamente invocó varios brazos y recogió cinco piedras de la arena para ponerlas en medio del barco. Segundos después, vió el famoso escudo de Law y en un pestañeo, los cinco que estaban en la playa, cayeron en la cubierta del Sunny.

—¡Hemos llegado! —grito feliz Luffy.

—¡Escucha idiota! —Lo interrumpió Law mientras agarraba de la camisa al pelinegro.

—¿Cuántas veces debo repetirlo? Ya te lo he dicho, somos…—apretó con fuerza la camisa de Luffy— ¡somos aliados, significa que somos iguales! —gruño— ¡Iba a movernos a todos!

—Pero tú…—Ardió de irá ante el recuerdo de minutos atrás.

—Fue cómo... ¡Si siguiera tus órdenes otra vez! —gritó con furia como si estuviera a punto de arrancarle la cabeza de un mordisco.

—¿Otra vez con eso? ¡Suéltame idiota! —gritó Luffy poniendo su mano en su cara para alejarlo.

—¡Basta! —gritó Nami enfurecida mientras golpeaba a ambos capitanes en la cabeza.

Ambos se habían olvidado de ella, quién seguía abrazada a la espalda de Law.

—Este no es el momento para sus peleas —dijo mientras recibía una mirada molesta de ambos capitanes.

—¡Preparen el Coup de Burst! —grito Nami sujetándose de los hombros de Law mientras se movía en busca de Franky.

—¡Ya está todo listo, hay que esperar un momento a qué termine de cargar! ¿A dónde debemos ir Nami? —pregunto Jimbei.

Nami se concentró un momento en el clima, —¡El viento está a nuestro favor, guía el barco hacia el noroeste! —gritó nuevamente aturdiendo a Law en el proceso.

—¡De acuerdo! —le gritó para luego mirar a los demás— ¡Sujétense todos del barco!

Todos corrieron y se sostuvieron en diferentes partes del barco. Cuando todo estuvo listo, bajo los gritos de los Marines desde la isla, Jimbe activó el Coup de Burst haciendo que el barco saliera volando a la distancia.

Law junto a Nami se sostuvieron de la borda. Él la bajó de su espalda para colocarla a su lado y rodearla entre la borda y su cuerpo para que no cayera. Pero apenas el barco cayó en el mar, ambos cayeron al suelo. Nami se soltó de la borda, —¡Haré neblina! —sacó su Clima-Tact desde sus ropas— Rain Spark —murmuró para luego lanzar un huevo al cielo. Una vez que este se abrió comenzó a caer una fina lluvia y gracias a eso, afectando a la temperatura cálida y la humedad, fue capaz de provocar niebla alrededor.

Todos comenzaron a dar vítores de alegría, Luffy estaba realmente entusiasmado.

—¡Lo logramos! Ahora hay que hacer un banquete!

Sanji lo interrumpío irritado, —No idiota, hay que guardar esta comida y partir por raciones hasta que encontremos una isla.

Todos de a poco se unieron a su charla. Nami, quien estaba en el suelo decidió moverse pero una mano en su cintura la detuvo. Por la emoción del momento había olvidado con quién se encontraba. Poniendo su cuerpo rígido Nami giró lentamente para ver al hombre que la sostenía.

Pero Law fue rápido y se paró primero mientras la alzaba en sus brazos.

—Espera, ¡¿Qué crees que estás haciendo?! —Grito Nami,

—Debemos curar tu tobillo. —dijo Law.

—Puede hacerlo Chopper, ¡ahora bájame!

—Soy perfectamente capaz de curarte yo mismo.

Ante su fuerte discusión, todos observaron a la pareja retirarse hacía la enfermería.

—¿Eh? ¿Nami se lastimó? —preguntó preocupado Chopper.

—Le rozó un disparó en el tobillo, provocando que se lo torciera. Y ese imbécil la cargo. —explicó Sanji, mientras apretaba el cigarrillo entre sus dientes.

—Tal vez debería ir a verla. —respondió Chopper.

—Creo que mejor los dejamos solos un momento. —dijo Robin mientras acariciaba la cabeza del inocente Chopper.

Robin esperaba que con ese tiempo, su amiga navegante logrará comprender la conexión entre almas gemelas.


Este capítulo es un monstruo de más de cinco mil palabras jajaja, realmente espero que no sea aburrido. No tengo lector beta así que espero que haya sido de su agrado para quien haya leído esto. 3

Nota: Law en el manga y anime llama a todos con un sobrenombre u apellido más el término "ya", el cual traducido significa "Sr./Sra", pero el "ya" no denota cortesía, sino es más por la profesión, etc.

~Gracias por leer, actualizaré pronto~