- ¿Segura que eso fue todo lo que te dijo? - insistía Yuca, mientras caminaban
- Ya les dije que si - respondió la morena, sin mucho entusiasmo
- ¿Y que esperas para avanzar? - intervino Eri - ¡Hojo es un excelente partido!
- Chicas - suspiró - Sé que les dije que me parecía un chico apuesto y atractivo, luego del cumpleaños de Eri, pero... no tengo ninguna intención con él
- Pero Kagome - se quejó - No eres la única que piensa eso de él - detuvo su caminar, poniendo sus manos sobre sus hombros
- Eri tiene razón, si te sigues haciendo la interesante, él se irá con alguien más
- Oigan chicas, ya no la molesten - intervino - Kagome, si no te interesa Hojo, está bien, puede seguir siendo tu amigo
- Gracias Ayumi - sonrió
- Oid, ustedes siempre tan aburridas - suspiró - En fin... ¿él te preguntó...?
- Yuca - la miró seriamente
- ¿He? - pasó sus ojos por sus amigas - ¿Preguntarme sobre que?
- Lo sentimos Kagome - dijo Eri - No queríamos ser entrometidas... pero le pedimos a Hojo que te preguntara sobre... - señaló su rostro
- ¿Esto? No es nada chicas - sonrió - Sólo me caí, eso es todo
- Kagome - miró a Eri - Si tienes algo que decirnos o... tienes algún problema, sabes que puedes contar con nosotras
- Lo sé amigas - sonrió - Pero... de verdad no es lo que piensan
Continuaron su camino, charlando sobre los exámenes que se aproximaban y las universidades que habían elegido para el año siguiente, hasta que, cada una, tomó su propio camino
- ¡Ya llegué! - gritó, ingresando a la casa, luego de una larga y solitaria caminata
- ¡Hola Kagome! - se asomó, sonriendo
- ¿Inuyasha? - le devolvió la sonrisa - ¿Por qué estás tan feliz?
- ¿Has probado la comida ninja? - se sentó a la mesa, mientras ella ingresaba a la sala
- ¿Hablas de las sopas instantáneas?
- ¡Son una delicia! - comía desaforadamente. La joven sonrió
- Inuyasha me acompañó a hacer las compras - dijo su madre, ingresando al lugar con la bandeja y las tazas de té - Las sopas instantáneas llamaron su atención, asique decidí, que no era mala idea si le compraba algunas
- Eso es muy generoso de tu parte, mamá - dijo, sentándose a la mesa - ¿Lo pasaste bien, Inuyasha?
- Ese lugar es increíble - la miró, notablemente feliz - Hay demasiadas cosas para elegir
- Si, lo sé - mantenía la sonrisa - A mi también me encanta ir de compras
- ¿Podríamos ir por más comida ninja?
- Claro - rio - Siempre y cuando te acabes la que compraron hoy
El híbrido siguió degustando la comida, mientras Kagome y su madre charlaban sobre el día de la joven en la escuela
El Raigekijin chocó con el látigo venenoso del youkai, obligando a Hiten a retroceder
- Eres más fuerte de lo que aparentas - se burló - Manten
Su hermano asintió, al mismo tiempo en que formaba enormes bolas de energías y las lanzaba al demonio, el cual las destruyó con su arma
- Quédate detrás, ¿si? - le murmuró al zorrito, bajándolo al suelo
Tomó su flecha y, aprovechando los recurrentes ataques que Sesshomaru desviaba, lanzó su arma al hermano menor, logrando atravesar su pecho
- ¡Manten! - gritó el moreno, corriendo en su dirección - ¡Manten! - se arrodilló a su lado - ¿Te encuentras bien?
- Hermano... - comenzó a brotar sangre de su boca - No me siento bien
- ¡No digas eso hermano! - lo tomó en sus brazos - Sólo... sólo es una flecha, eres más fuerte que esto - sus ojos comenzaron a humedecerse
- El poder de esta flecha... - tosió - Es...de...masiado para... mi
- No te vayas Manten - lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas - Todavía hay muchas cosas que debemos hacer juntos
- Her...hermano... fue... un placer... compartir la vida... contigo
- ¡Espera Manten!
La respiración del menor se detuvo, provocando que el llanto de su hermano aumentara considerablemente, bajo la atenta mirada del demonio y la sacerdotisa
- ¿Se murió? - preguntó el zorrito, aferrado al hakama de Kikyou
- No tenía opción - respondió seriamente - De lo contrario... nos hubiera matado en algún momento
- No te preocupes hermano - beso su frente - Me encargaré de ellos... en tu honor
Dejó el inerte cuerpo del youkai en el suelo, se puso de pie y volteó en dirección de sus enemigos
- Ustedes... malditos - sin previo aviso, agitó su Raigekijin, lanzando un poderoso ataque - ¡Me las pagarán!
Sesshomaru desenvainó su espada, tratando de contrarrestar el ataque, sin embargo, éste parecía sobrepasarlo
- ¿Qué ocurre? - abrió sus ojos, mientras tomaba al zorrito y corría unos metros, antes de generar un campo de energía
El youkai salió disparado unos metros, cayendo entre la maleza en la que, el día anterior, había estado oculta Kagome
- ¡Sesshomaru! - miró por sobre su hombro
- Parece que, al fin y al cabo, no era tan fuerte como parecía - sonrió, acercándose
- Aléjate - frunció el entrecejo, apuntándolo con una flecha
- ¿Realmente crees que vas a poder destruirme solo con eso? - la apuntó con su arma
- Huye
- ¿Qué? - murmuró el niño, quién permanecía aferrado a su hakama
- Huye... o va a matarte
- Sacrificarte por esa insignificante criatura - rio - Si que eres generosa
- Es probable que sólo tengas una oportunidad - le murmuró - Cuando disparé la flecha... te irás y... ni se te ocurra regresar
- Pero...
- Sólo... hazlo
El niño comenzó a correr en dirección de los arbustos
- No creas que escaparás - se burló el youkai, elevándose
La mujer lanzó la flecha, atravesando una de sus ruedas de fuego, provocando el desequilibrio del ser, el cual no dudo en lanzarle nuevamente un poderoso ataque. Ella se cubrió con su campo de energía, sin embargo, sus fuerzas estaban notablemente debilitadas. Cayó de rodillas, respirando con dificultad
- Creo que terminaré con esto de una buena vez - sonrió
Colocó su arma en posición y, al momento de ejecutar el golpe final, una nueva flecha se clavó en el Raigekijin, anulando su poder
- Eres una molestia - lanzó a un lado la alabarda y comenzó a caminar en su dirección
- Aléjate - lo apuntó
- Ja... no lograrás nada con una insignificante flecha
Aprovechando que la mujer estaba más debilitada de lo que mostraba, tomó la flecha, arrebatándola de su mano, al mismo tiempo en que la lanzaba a un costado y la tomaba del cuello, elevándola, con una sádica sonrisa
- Mataste a mi hermano - frunció el entrecejo, golpeando el rostro de la mujer, mientras apretaba aún más su agarre - No mereces vivir
No puedo... respirar... mis ojos...
Las pupilas de la mujer comenzaron a dilatarse rápidamente, producto de la falta de aire en su cuerpo
- ¿Qué? - Abrió sus ojos ante aquel contacto - No puede... ser
Su cabeza se desprendió de su cuerpo, mientras la mano que sostenía el cuello de la mujer se aligeró, soltándola a medida que el cuerpo inerte caía al suelo
- Gra...cias - lanzó un sonoro suspiro, tratando de recuperar el aliento mientras caía de rodillas
- ¿Te encuentras bien?
- Si - sonrió levemente, mientras elevaba la mirada - Estas herido
La cara del youkai estaba llena de pequeñas cortaduras provocadas por la explosión, mientras que, las mangas de su kimono se encontraban rasgadas en ciertos sectores
Él extendió la mano y ella la tomó, poniéndose de pie. Desvió la mirada a los arbustos, en dónde divisó al pequeño zorrito
- ¿Estás bien? - comenzó a acercarse
- Si - respondió tímidamente - Estas... muy herida
- No es nada - sonrió, cerrando sus ojos - ¿Tú, estás herido? - él negó con la cabeza - De acuerdo, ¿quieres venir conmigo a la aldea? Te prepararé algo para comer
El niño sonrió. La mujer giró para despedirse del demonio, sin embargo, éste ya no estaba
Los últimos rayos del sol comenzaban a esconderse, mientras la cueva se iba oscureciendo lentamente
No recuerdo la última vez que vi el atardecer
Pensó, cerrando su ojo y emitiendo un suspiro
- Acepto - pronunció con su característica voz - Acepto su trato, seres repugnantes - comenzó a reír - ¡Les ofrezco mi carne!
En ese momento, los youkais se hicieron presentes, observándolo detenidamente
- ¿Nos has llamado? Inservible humano
- Acepto su trato... quiero salir de aquí... quiero hacer mía a la sacerdotisa Kikyou - comenzó a elevar su voz - Devoren mi carne... devoren mis entrañas... consuman mi alma... ¡Denme un cuerpo nuevo!
Sin mediar palabra, los demonios se abalanzaron sobre él, comenzando a comérselo lentamente
- Siii, así - reía - Devoren mi carne... devoren este putrefacto cuerpo que no siente dolor alguno - su risa iba en aumento - Devoren todo lo que deseen
Una enorme energía maligna comenzó a envolver al bandido, el cual notó el gran resplandor que los estaba envolviendo
- Puedo sentirlo... puedo sentir su poder demoníaco corriendo por mi interior... ¡Puedo...!
La penumbra del lugar dio paso a la luz absoluta y enceguecedora
- Kukuku - una nueva risa retumbo por todo el lugar - Al fin soy libre - aquella figura se irguió, estirándose y abriendo unos notables y estremecedores ojos rojos - Onigumo - comenzó a reír - Bandido idiota... ¿realmente creíste que el gran Naraku te daría tu libertad?
Kikyou
Pensó, frunciendo el entrecejo
- Maldita mujer - dijo entre dientes - Me aseguraré de acabar contigo... kukuku
- Inuyasha... por favor, déjame pasar - dijo la adolescente, al otro lado de la puerta de su habitación
¿Qué demonios le sucede? Se levantó tan de repente y corrió hasta aquí, tan rápido, que ni siquiera llegué a decirle algo
- Inuyasha - suspiró - ¿Al menos podrías decirme que te ocurre? - intentaba no perder la paciencia
- No molestes Kagome... ya te dije que duermas en la habitación de tu hermano esta noche
- ¡Oid! ¡Eres un descarado! - gritó - ¡Te recuerdo que estas en MI habitación, asique te exijo que me dejes pasar!
No obtuvo respuesta, por lo que comenzó a tratar de girar la manilla, sin éxito
- ¡¿Cómo es que pudiste encerrarte aquí si ni siquiera sabes usar una de estas puertas?!
- ¡Oid Kagome! ¡Déjame tranquilo!
- Eso ni lo pienses - murmuró, caminando en dirección de la habitación de su madre - ¡Aja! - tomó las copias de las llaves de las puertas de toda la casa, las cuales su madre había mandado a hacer por seguridad, y guardaba en su bolso - Inuyasha... eres un idiota - sonrió, regresando al lugar
Con su cara victoriosa, se arrodilló, coloco la llave lo más sutilmente que pudo, intentando no hacer ruido
- ¡¿Qué estás haciendo?! - gritó el híbrido del otro lado
Sin titubear, abrió repentinamente la puerta y se quedó paralizada
- ¿I...Inuyasha?
- ¡Te dije que no entrarás! - gritó, visiblemente molesto, parado sobre la ventana
- ¿De... de verdad eres tu? Te ves...
- ¡Ya lo sé! - miró al frente - No es necesario que lo digas...
Si me lanzo por la ventana en esta forma, no puedo asegurarme salir ileso
Pensaba, observando el suelo
- ¡Hugh! - abrió sus ojos y sus mejillas se sonrojaron al notar la mano de la mujer sobre su hombro - ¿Qué... qué te ocurre Kagome?
- Tranquilo... no tienes porque estar nervioso - trataba de sonar calmada - Puedo escucharte... si lo deseas
- Es... es una larga historia
- Tenemos toda la noche para hablar
Dirigió sus ojos, ahora castaños, encontrándose con los de ella, quién poseía una tierna sonrisa en su rostro
O...Otra vez esa sonrisa... ¡Demonios! Esto es demasiado para mi
Pensaba, tratando de mantener el control de sus emociones, en su forma humana
Oficialmente, Naraku ha nacido jajaja y, en este mundo, Inuyasha se convierte en humano, en las noches de luna nueva, sin importar la época en la que se encuentre
Spoiler: Atentos al siguiente capítulo... se viene... lo interesante ;)
¡Muchas gracias por sus hermosos comentarios! Espero que esta historia, siga siendo de su agrado
