Buen fin de semana! Acá traigo otro capítulo en el cual conocemos un poco más a Tom y vemos el crecimiento de su amistad con Harry. Quiero dejar como aviso que a partir de ahora los capítulos estarán centrados en la estabilidad emocional de Tom y, básicamente, comprender el porqué de su comportamiento y pensamientos. Estoy entusiasmada por compartirlo con ustedes, espero les guste C:

Por cierto, gracias por sus reviews y a Sara Magu quién siempre deja uno ️

Ahora sí, vamos con el capítulo.

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Capítulo IX

Los celos de Tom Riddle

Las cosas se volvieron extrañas luego de ver a Merope en el Callejón, los Potter no sacaron el tema los primeros días, pero Tom lo esperaba como al chico repartidor de periódicos de los domingos. Sucedió mientras hacía una poción en el laboratorio de la señora Lily, Tom metió la pata a propósito para dejar el tema y su lección terminó con su muñeca bañada de esencia de Murlap y una mirada lastimera de la señora Lily.

El señor James lo intentó también, aunque fue aun más desastroso y Tom se deshizo rápido de él.

Las cosas entonces volvieron a una normalidad extraña, comenzaron a ir a casa de la señora Weasley en compañía del señor James, quién rápidamente huía de su maestra para encerrarse en el cobertizo del señor Arthur, un amante de coleccionar basura del mundo Muggle. Y quién además había ocupado al menos media hora interrogando a Tom con preguntas sobre el mundo Muggle que se le hicieron de lo más tontas y que sirvieron a Tom para catalogar al señor Weasley como un pobre diablo tonto y obsesionado con más tonterías.

Después de todo, ¿quién diablos hace preguntas sobre cosas como las escaleras eléctricas? Que Tom solo había visto en la televisión y cuando los Potter lo llevaron de compras al mundo Muggle poco después de ir al callejón Diagon. ¿O sobre las computadoras, controles universales y teléfonos? A quién podía importarle? Cuando tenías magia y podías hacer cosas mucho más interesantes.

Aunque bueno, Tom odiaba el mundo Muggle, le recordaba a Wools y como todos lo trataban de fenómeno e hijo de satanás por su magia. En el mundo mágico no era un extraño, pero siempre tendría la sombra de ser un mestizo de los Gaunt, un niño cuyo abuelo casi asesina por su estado de sangre. Y con una madre que lo abandonó, múltiples veces.

Además de eso, estaba la señora Weasley, nada especial, era buena cocinera y buena con los regaños, mandona y autoritaria. A Tom le recordaba a las matronas del orfanato, por lo que no le agradaba del todo, pero la señora Weasley nunca golpeó a ninguno de sus muchos hijos, les hacía el desayuno favorito a cada uno y siempre tenía sonrisas, incluso para él. Así que, en retrospectiva, no estaba tan mal ir a casa de los Weasley por las mañanas a estudiar lo básico.

Tom era el mejor en las lecciones y odiaba a Ronald Weasley, el menor de todos ellos y el último chico, si la señora Weasley no planeaba tener otro niño pelirrojo más. Aquel mocoso pecoso y pelirrojo que moría por ser amigo de Harry y que además, se quejaba del tal Neville. Tom no se perdió que a Harry no le gustaban sus comentarios.

Weasley era molesto, irritante, hablaba demasiado y era idiota. Tom solo lo soportaba por las lecciones de su mamá y su comida, además, se suponía que Tom era un buen chico.

Pero había algo más que hacía que Tom hirviera como una olla de agua caliente: la amistad de Harry y Ron. Ron, quién podía volar en una escoba y jugar al Quidditch. Ron, quién se prestaba entusiasmado para hacer cualquier payasada que Harry quisiera hacer y que Tom sólo hacía a duras penas. Tom odia como Harry ríe con Ron, odia cuando lo deja solo en la sala en compañía de los gemelos Weasley y la mocosa menor para irse a volar en escoba. Tom quiere hacerle mucho daño a Ron Weasley.

Harry es su amigo.

Pero Tom es orgulloso y rencoroso, decide que si Harry quiere otro amigo entonces él no será su plato de segunda mesa para cuando no esté el idiota de Ronald Weasley.

Comienza con no dejar entrar a Harry a su habitación por las noches, luego se encierra en su cuarto a leer su libro de pociones y rechaza una que otra vez las invitaciones para jugar de Harry. Hasta que deja de preguntar, lo que lo enfurece y entristece aun más. Qué rápido puede una persona cambiar a otra.

Odia a Harry, odia a Ron, odia a su madre. El odia todo.

Al diablo con ser un buen niño, Tom debe admitirlo, no es una buena persona, no quiere serlo, no puede ser como Harry o el señor Arthur, estúpidos y amables con todos, con una sonrisa pegada al rostro. Prefiere estar solo y no fingir algo que no es para ser aceptado. Mira nada más cómo le pagó el traicionero de Harry Potter todo lo que había intentado ser un niño normal y apenas había mostrado sólo un poco de su verdadera esencia.. Harry lo había dejado de lado por un Weasley y vaya que Tom había escuchado muchas cosas de los Weasley en la cabaña Gaunt.

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Harry no puede entender qué pasa con Tom, su madre sigue diciéndole que le dé tiempo. Desde su excursión al Callejón Diagon, Tom se había distanciado y Harry le había dado su espacio, aun cuando no quería, podía sentirlo, la tristeza de Tom como una nube negra y espesa que cubría todo su cuerpo y rondaba su habitación. Harry se había sentido muy mal, no solo anímicamente, su cabeza había dolido mucho últimamente y continuamente estaba mareado, cada que pasaba cerca de la habitación de Tom.

Pero Harry estaba triste por sus propias razones, Tom no quería jugar con él, ni leer su nuevo libro de criaturas mágicas de Asia, ni siquiera quiso acompañarlo a explorar. Tampoco lo dejaba dormir con él por las noches, cuando ya se había acostumbrado a dormir junto a él y pasar las noches viendo el techo y hablando tonterías mientras Tom escuchaba.

Harry estaba inmensamente triste, no sabía por qué Tom estaba así y tampoco sabía cómo arreglarlo.

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Ese día ambos llegaron de casa de los Weasley, Tom fue directo a la cocina a buscar a su madre, el único ser de la casa de los Potter que parecía seguir adorando. Para contarle, como Harry ya sabía, que le había ido bien en la clase con Molly Weasley.

Harry no lo siguió, no queriendo ver como Tom lo trataba con frialdad frente a su madre, porque Tom solo lo ignoraba cuando estaban solos o cuando estaban estudiando con Ron y sus hermanos.

Y aquella tarde se sentía infinitamente peor, luego de que Ron le dijera que Tom era un estirado, un snob que se creía mejor que ellos por tener la sangre de Slytherin en sus venas, que sería tan tonto y falso como los Malfoy o los Nott. Tom escuchó, por supuesto, porque estaba caminando justo detrás de ellos.

Harry le dió a Ron su peor mirada y le dijo que era un idiota, para luego perseguir a Tom, quien se había dado la vuelta e iba de regreso a la casa.

-Tom! ¡Espera! - Él se detuvo y al voltear le dió a Harry la mirada más letal y cargada de odio que hubiera visto. Lo sintió como oleadas, como los tentáculos de un pulpo golpeando su cuerpo. Él jadeó.

-Qué quieres?- Tom nunca le había hablado así.

-Lo siento, Ron es una idiota y estoy muy molesto por lo que dijo. Tú no eres nada de lo que dijo.

-No me interesa lo que el idiota de Ronald Weasley pueda decir. Lo único que tiene de especial es su bocota y su ignorancia, no me ofenderé por alguien así.

Harry lo miró impactado, Tom hablaba como un adulto, muchas veces.

-De igual forma, lo siento mucho.

-Por qué? Se nota que te gusta pasar el tiempo con Weasley, es obvio que ustedes dos son igual de tontos. Solo te disculpas porque te escuché mientras se burlaban.

-¡Yo no me burlaba de ti!

-No me importa, Harry. De todos modos, tu y yo ya no somos amigos.

Y Tom se había largado después de escupir lo último y Harry había sentido una ganas inmensas de llorar, tan fuertes que cuando Ron fue a ver qué sucedía, Harry lo empujó y corrió lejos de Tom y Ron.

Harry no entendía, en qué momento Tom había llegado a detestarlo tanto? Acaso era por su madre? Tom quería irse con ella y ya no quería estar en su casa? Pero entonces, ¿por qué lo trataba mal?

Harry subió los escalones y fue directo a la habitación de Tom, iba a hablar con él, como su tío Remus le había dicho muchas veces que se arreglaban las cosas y Harry quería tanto que se arreglaran.

Lo sintió antes de verlo, Tom exudaba ira por cada poro de su piel, pero su rostro y su cuerpo se veían relajados, dulces incluso, como si no hubiera pasado nada.

Tom lo vió con hostilidad al entrar, pero no dijo nada y cerró la puerta de la habitación sin quitarle la mirada de encima.

-Quiero hablar contigo. Siento mucho lo que dijo Ron sobre ti, pero nunca me he burlado de ti con él. Ron es.. El piensa que eres malo solo por quiénes son tu familia, sé que está mal y se lo he dicho. Pero él no lo cree, él..

-Piensa que soy extraño. - dijo Tom por él.

-Sí. Pero no lo eres.

Tom rodó los ojos y se cruzó de brazos.

-Ajá, eso es todo?

Harry sintió un puñetazo en el estómago.

-Yo.. No. Quiero saber.. ¿Por qué ya no somos amigos? No entiendo, Tom. Por qué estás molesto conmigo?

Tom bufó. - No finjas que no lo sabes.

-¡No lo sé! Por eso te pregunto.

-Pues ve y pregúntale a tu nuevo mejor amigo Weasley, quizá entre los dos puedan pensar lo suficiente como para averiguarlo. - Tom imprimió suficiente odio en el nombre de Ron como para que Harry descubriera el problema.

-Estás.. ¿Estás molesto porque soy amigo de Ron?

-No me interesa.

Tenía sentido, Tom había comenzado a apartarse desde la primera vez que jugó con Ron, desde la primera vez que habló de él en la mesa durante la cena. Ron siempre le decía a Harry lo aterrador que era.

-Tom.. ¿Estás celoso de Ron?

-No estoy celoso.

Pero Harry pudo sentir su rabia incrementar. - ¿Por qué estarías celoso de Ron?

-¡No estoy celoso! - Explotó y los libros en su mesita de noche salieron volando.

-¡Lo estás! Y no entiendo por qué.

-¡¿No entiendes?! De la noche a la mañana de lo único que hablas es de lo increíble que es Ron Weasley, lo divertido que es, lo bien que juega al Quidditch.. Y luego pasas toda la tarde hablando con él e ignorándome y solo recuerdas que existo cuando volvemos a casa!

Harry sintió sus piernas temblar.

-Tom..

-Me reemplazaste, dijiste que eras mi amigo, que siempre estarías conmigo y luego me hiciste a un lado cuando conociste al idiota de Weasley. Pero no me importa, ya no me interesa, no necesito amigos y menos uno como tú.

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Tom estaba furioso, más que furioso, había perdido el control de su magia con solo escuchar a Harry hablar. Cómo se atrevía a decir que no sabía por qué estaba enojado?! Y lucir tan culpable, como si realmente fuera tan inocente. Parecía que estaba a punto de echarse a llorar en cualquier momento y Tom lo quería fuera de su habitación, fuera de su vida.

-Tom, perdóname, nunca quise hacerte sentir mal y nunca te dejé de lado. Pero a ti no te gustaba lo que queríamos hacer y nunca te unías a los juegos por más que preguntamos. Pensé que era mejor darte tu espacio y no obligarte a hacer algo que no querías, me dijiste que no te gustaba y estabas tan triste luego de..

-Ya no quiero hablar contigo, vete.

-Qué?

-Me oíste.

Harry lo miró boquiabierto. -No! No me voy Tom Riddle, deja de ser un mocoso malcriado y celoso y cierra tu boca de anciano. Vine aquí a hablar contigo y no me iré hasta que dejes de comportarte como un imbécil.

Tom pudo haberlo golpeado, quería hacerlo. Pero la sorpresa de que Harry le hubiera hablado de esa forma lo dejó sin palabras.

-Ron y yo tratamos de incluirte muchas veces y nos rechazaste, yo te dí tu espacio y fuí a volar con Ron, porque es lo que a él le gusta hacer y decidí hacer contigo cosas que a ti te gustaran, como leer o explorar, y eso lo hacemos al llegar a casa, solos. Pero tú solo me ignorabas al llegar, así que yo no tengo la culpa de que seas un malcriado y por eso no quisieras pasar tiempo conmigo. Así que esto es tu culpa, no mía, por ser un tonto que no puede preguntar antes de pensar que no quiero ser tu amigo.

Tom se sintió helado, Harry estaba con el cabello alborotado de la estática en la habitación y los puños cerrados. Y él no sabía que decir, por primera vez, Harry Potter le había impresionado tanto que lo había dejado mudo.

¿Culpable él? No era Harry quién le había jurado ser su amigo? Estar siempre con él?

-No puedes solo suponer que no quiero ser tu amigo porque hago otros amigos. La gente tiene muchos amigos y no por eso deja de querer a los más viejos. Mamá es amiga del tío Sirius y Remus y también del tío Severus, aun cuando estos no se soportan.

-No quiero que tengas otros amigos.

-Bueno.. Pues eso no lo decides tú, Tom. Quiero otros amigos y puedo quererlos a todos, además.

Tom sintió ganas de llorar.

-Si haces más amigos van a convencerte de que yo soy raro y malvado, como Ron está haciendo y no querrás ser mi amigo.

No supo por qué lo dijo, no supo por qué de repente tenía tantas ganas de llorar, Tom Riddle-Gaunt no lloraba, era fuerte, pero había tenido una temporada terrible y nadie con quién hablar de sus emociones. Había perdido a su madre y ahora iba a perder a su único amigo, al único que quería tanto como para incendiar el mundo. La vida no era justa con él.

-Tom.. No creo que seas raro, ni malvado. Te lo dije.

-No lo piensas ahora, pero lo harás después. Todo el mundo lo hace, siempre me dejan de lado.

Tom no podía mirarlo a la cara. No quería que Harry lo viera llorar. Sin embargo, vió los pies de Harry acercarse hasta que el niño lo rodeó con sus brazos.

-Nunca pensaré que eres extraño, me gustas como eres y eres mi mejor amigo. No voy a cambiarte nunca por nadie y.. Te quiero mucho más de lo que podría llegar a querer a otro amigo. Tu eres mi favorito, mi único mejor amigo. - Harry se separó de él, aun cuando Tom quería sentir más tiempo el calor de su cuerpo. - Y te elegiría a ti, sin pensar, si tuviera que hacerlo. Pero no lo haré, porque está bien tener amigos, amigos con los que compartir cosas que con otros no puedes. Como mi libro de serpientes o de criaturas mágicas, a Ron solo le gusta el Quidditch y la comida. - Harry hizo una mueca.

Tom miró los ojos verdes de Harry, ¿debería creerle?

-¿Quién es Neville?

Harry se tensó y luego sus ojos se apagaron un poco.

-Eramos buenos amigos, su abuela nos enseñaba en su casa. Nev es bastante tímido, muy asustadizo, un día le hice una broma con mi tío Sirius cuando vino a cenar a casa con su familia. Neville se asustó tanto que se cayó y rompió su muñeca. Me disculpé cuando fuí a verlo a San Mungo, pero Neville no me perdonó, no cuando me burlé de un miedo serio que sentía por las supersticiones, como el Grimm, un perro negro fantasmal. Neville había tenido amigos en el pasado que también se habían burlado de él y yo.. - Harry suspiró - Luego de eso me prometí nunca volver a hacer eso, a hacerle una broma a alguien. Y sobretodo, no juzgarlos por como son.

Tom escuchó con atención.

-Bien, te perdono. Pero no seré amigo de Weasley y le dejarás muy en claro que tu favorito soy yo.

Harry puso los ojos en blanco.

-No le diré eso a Ron.

-Bien, así podré hacerlo yo. Me gustará ver la expresión en su rostro.

Harry se echó a reír mientras negaba con la cabeza.

-Te extrañé, no vuelvas a alejarte así o la próxima vez el que tendrá que irrumpir en mi habitación serás tú.

Tom miró a su amigo y de nuevo sintió su estómago revolotear.

-Perdón, Harry. Te extrañé.

Tom no se perdió la mirada de sorpresa en el rostro de Harry, valió la pena totalmente decirlo, más cuando se ganó un abrazo apretado de un Harry lloroso. Tom nunca lo admitiría, aunque estuviese mayor y canoso, que había llorado porque había extrañado a Harry, porque pensaba que Harry no quería su amistad.

De nuevo, Harry Potter estaba allí para derribar sus muros como si sus manos fueran martillos.