Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a mamá Rumiko


¡Hola mis amores! aquí les dejo un mini fic. Ojala les guste y, sin más que agregar, ¡empecemos!


Un verano muy caluroso

- ¡¿Por que tengo que usar esto Kagome?!

Le pregunta a la miko, mientras mira el traje de baño que Kagome le trajo de su época

- Para que te sea más cómodo poder bañarte, Inuyasha - le responde, muy contenta

Se encontraban los dos solos, ya que Sango, Miroku y Shippo, se habían marchado, a una aldea, por unos rumores de un fragmento de la perla

Estaban en una playa. Era un día muy caluroso, de esos en los que se puede cocinar un huevo sobre una roca. Fue por eso, que la miko del futuro, aprovechó para darse un baño y, de pasadita, invitar a su querido hanyo

- ¡Pero yo no quiero usar esto, Kago...!

No pudo terminar la frase, por que vio salir, de atrás de un gran árbol, a Kagome, vestida con unas prendas que, si bien le parecieron muy, pero muy ligeras, a la vez, eran condenadamente sensuales

Ella le regala una sonrisa, algo sonrojada, mientras que, el hanyo que tenía al frente, no decía ni pío. Kagome se arregla la garganta para hablar

- Es un bikini lo que me puse, Inuyasha, es muy común en mi época usarla

Inuyasha traga en seco, antes de hablar o, más bien, balbucear

- Pe... pe... pero ¿no tendrás frío?

Y, con sus orejas, escucha una risa de parte de Kagome

- Inuyasha, hay más de 30 grados de calor, al contrario, me estoy asando - responde, mientras se acerca a él y le toma la mano - Ven, el agua tiene que estar exquisita - sonríe, mientras se acercan a la orilla

Inuyasha lo único que hace, es observarla, inspeccionando ese traje, llamado bikini, ¿en que momento Kagome creció tanto?

Ya llevaban juntos 1 año , pero, al verla con ese bikini, pudo notar que, se veía más grande, más linda, más sexy, más exquisita, más apetecible y más comestible. Tuvo que tragar saliva, por que ya se le estaba saliendo de la boca

Espera... no es saliva, es agua salada

Sale de sus pensamientos, por que Kagome le estaba tirando agua, desde muy cerca

- Oye, no me tires agua, tonta - le reprocha

- Inuyasha, ya relájate, hace mucho calor, sólo disfruta un rato ¿quieres? - le responde, tirándole más agua

- ¿Ah si? - decide desafiarla, tirándole una gran cantidad de agua, en la cara

- ¡Oye! ¡ya verás! - le responde, aceptando el reto

Los minutos pasaban y sólo se escuchaban las risas de dos personas, que estaban empapadas, jugando como dos niños en vacaciones

- Ya ríndete Kagome, no puedes ganarme - dice, con una sonrisa burlona

- ¿Ah sí? - responde, con la misma sonrisa, pero, con el pequeño detalle, de que comienza a acariciar su propio cuello, dando la señal de que él tiene algo en su cuello, que le dará el triunfo

La sonrisa del hanyo se borra, al comprender que, esta pelea, estaba perdida

- No serías capas de hacerlo, ¿verdad? - pregunta, con duda en su voz y, lo único que ve, es una sonrisa, que crece más aún, en el rostro de la miko

- Gane... y... ¡ABAJO!

En un segundo Inuyasha se pierde en el mar. Ella comienza a reír y cantar su victoria

- Gane, gane, gane... le lo le le, yo ga...

No logra terminar, porque, es levantada de su sitio, por unos fuertes brazos, que la lanzan al aire

- ¡HAAAAA! - se escucha su grito

No cae en el agua, directamente, porque es sujetada, nuevamente, por aquellos brazos, que conoce muy bien

- ¡Oye! ¡Eso fue una trampa! - le reprocha, con un enojo fingido

- ¡Keh! Si la que hizo trampa, fuiste tu - le responde Inuyasha, con una sonrisa

- Pero, igual te gané, tonto - le recuerda

- Yo que tu, me retracto, señorita, ya que, el que tiene las de ganar aquí, soy yo - dice, mientras aprieta el cuerpo de Kagome, entre sus brazos, para que ella lo recuerde

- Pu... pues... yo... - empieza a balbucear, al sentir el cuerpo de Inuyasha, muy cerca del suyo

Él, por su parte, se queda contemplando su rostro. Luce tan hermosa con el cabello empapado, y las gotas cayendo por su rostro. Baja su mirada, hasta llegar justo, al centro de sus pechos

- Inuyasha, ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? - pregunta, sonrojada

- Eres, muy hermosa, Kagome - responde, estampando sus labrios sobre los de la miko

Ella no podía creerlo, Inuyasha... su Inuyasha, la estaba besando... si, a ella

Cerró sus ojos, dejándose llevar por el beso. Él, por su parte, no podía cree que, lo que había esperado por tanto tiempo, el volver a probar aquellos deliciosos labios, ya que, la primera vez, había sido en el castillo de Kaguya y, ya de eso, habían pasado muchos meses, estuviera sucediendo

Escucha como un gemido abandona los labios de Kagome, trayéndolo de nuevo a la realidad. Siente como ella abre su boca, dándole permiso para que llegue más lejos y, no lo piensa dos veces. Introduce su lengua en ella, al mismo tiempo en que oprime un rugido, de su pecho, el cual, fue causado, por la sensación de saborear, lo más delicioso que había probado

Kagome se sentía en las nubes. Pasó sus brazos por detrás del cuello de Inuyasha, para acercarlo más y así, profundizar, aún más, su beso. Siente como él quita su brazo izquierdo, para así quedar frente a frente, sin separar sus labios. La abraza, pegándola completamente a él

Ella siente como el hanyo deja de besarla, para volver a sentir sus labios, bajando por su barbilla, hasta llegar a su cuello, dónde se queda, saboreando esa porción de su piel. Él siente como Kagome se apega aún más y unos suspiros, mezclados con unos deliciosos gemidos, salen de sus labios, mientras continua devorando su cuello

- Mmm... eres tan deliciosa, Ka...go...me - suelta, con su mente nublada por su sabor

- Inuuyasha... - responde ella, quién, no se encuentra en mejor estado, que él

- Eres, tan suave y deliciosa... - deja de besar su cuello, para comenzar a lamer todo lo que pille a su paso

- Inuyasha... yo... yo... - balbuceaba, sin poder reproducir ninguna palabra completa

- Kagome, ¿quieres que pare? - deja de besar su cuello, para mirarla a los ojos

Ella solo puede ver esos ojos... esos ojos que tienen que un brillo, que jamás había visto en él, pero, que a la vez, le daba una descarga, en todo su cuerpo

- ¿Quieres que pare? - vuelve a preguntar, al no tener respuesta por parte de ella, con miedo de escuchar una negativa, por parte de su miko

Kagome sólo se le queda mirando, cuando se percata de la pregunta

¿Quiero que pare, o que siga?

Piensa, un momento, sin embargo, la respuesta no demora en llegar, al ver los ojos de Inuyasha, notando el deseo, el mismo deseo que ella siente por él. No lo pensó más, se lanzó a devorar, nuevamente, los labios masculinos, que tenía frente a ella. Inuyasha sonríe, en medio del beso, al darse cuenta, de que ella siente el mismo deseo

Sin esperar más, el hanyo pone, sus dos manos, en el trasero de la chica, levantándola, provocando, que Kagome, enredara sus piernas en su cintura, sacándola del agua y llevándola hacía la orilla. Se detuvo debajo de una palmera, la más cercana que pilló, colocando a la miko ente ella y su cuerpo

Poco a poco, Inuyasha comenzó a acariciar su cuerpo, desde las piernas, hasta su trasero, pasando por su cintura y sus pechos, masajeándolos, mientras, gemidos abandonaban los labios de ella. Utilizando sus garras, corta el tirante de la bikini, dejando sus pechos a su merced. Kagome se sonroja, pero no hace ningún gesto para taparse, habían llegado hasta ese punto y ni loca pensaba retroceder

Inuyasha se queda observando esos montes, que piden a gritos ser atendidos y, él no va a dejar pasar ni un segundo más, para eso. Lleva uno de los pezones a su boca y, siente como su miembro comienza a doler, de una manera que lo está volviendo loco. Devora el pecho derecho, chupando, lamiendo, mordiendo, mientras que, con su mano, masajea el izquierdo. Puede sentir como Kagome se retuerce de placer entre sus brazos

- Inuyasha... y...yo... necesito... - dice, con sus pensamientos completamente nublados

- Yo... yo igual, Kagome... necesito, hacerte mia... o me voy a volver loco - responde el hanyo, excitado, al limite

Con un solo movimiento, Inuyasha coloca a Kagome sobre un mantel, que ella misma había dejado para tomar sol. Se coloca sobre ella, volviendo a besarla. Ella siente como la mano de Inuyasha comienza a bajar por su cuerpo, hasta colarse en su bikini, provocando que soltara un gemido. Sus piernas se abren, para darle paso a esa mano, que la esta volviendo loca, él sonríe ante aquella acción, sin dejar de besarla

Empieza a tocar la zona deseada, notando que, efectivamente, ya estaba lista para recibirlo. Con un movimiento rápido, termina de sacar la última prenda, del bikini, dejando a una Kagome completamente desnuda, debajo de él. Él, con la misma velocidad, se quita su propio traje de baño, quedando en las mismas condiciones que ella

Kagome traga saliva, no pensaba que Inuyasha fuera tan... grande. Él se percató de lo que ella estaba observando y, en lugar de sonrojarse, le regala una sensual sonrisa

- Soy un hanyo, Kagome... es normal que sea más grande, que un humano

La chica se sonroja, al ser descubierta

- Yo... no, digo... yo... - comienza a balbucear

- Shh, tranquila - intenta calmarla - Seré cuidadoso, lo prometo

Ella lo mira a los ojos, sonriendo, porque sabe que su Inuyasha, jamás le haría daño. Observa como vuelve a ponerse sobre ella, mientras separa sus piernas, dejándola a su merced. El hanyo vuelve a besarla, mientras coloca su miembro, en la entrada de la chica. Ella cierra sus ojos ante lo exquisito que se siente todo lo que él le está haciendo

Inuyasha siente como la entrada de Kagome se moja aún más, llegando a su nariz, el aroma de su excitación, invitándolo a introducirse en ella. Comenzó a hacerlo, mientras, sentía como, lentamente, el cuerpo de la joven, se tensaba por el dolor

- ¿Quieres que pare? - le pregunta, asustado, no quería lastimarla

- No... por favor... es normal que me duela un poco, pero... por favor, sigue - responde, mirándolo a los ojos, con un brillo muy especial

Él acepta lo que su miko pide y sigue entrando en ella. Al llegar a aquella barrera, con una sola estocada, logra traspasarla, introduciéndose completamente en ella, llevándose su pureza. Un grito abandono los labios de la chica

- ¿Estas bien? - pregunta Inuyasha, ya más controlado

- Si... sólo, dame un segundo

- Si

Se quedaron así por unos segundos, hasta que escuchó a su Kagome, decirle que ya no le dolía. Comenzó a moverse lentamente, para que se acostumbrara a él y no fue hasta que, escuchó los gemidos de ella, que incrementó la rapidez de sus movimientos. Ella continuaba gimiendo, pidiéndole más

- ¡Inuyasha! ¡Más rápido! Por favor... - pronunció, enredando sus piernas en su cintura

Él responde con un rugido, de puro placer. Estaba al límite y, gracias a su olfato, sabía que ella también, por lo que, empezó a embestirla cada vez más rápido y más salvajemente

- ¡Inuyasha! ¡yo... me...!

- Lo se... lo sé, pequeña... córrete conmigo - respondió, a punto de llegar

- ¡INUYASHAAAA! - el grito de Kagome resonó en todo el lugar, al llegar al clímax

Segundos después, Inuyasha soltó un sonoro rugido, derramando toda su esencia, en el interior d ella

Cayó rendido, al lado de Kagome, atrayéndola, con su brazo, para que descansara su cabeza en su pecho

- Inuyasha... - dice, muy cansada

- ¿Si? - responde, en las mismas condiciones

- Te amo - se abraza más a él

Inuyasha sonríe, mientras besa la coronilla de la chica

- Yo también te amo, mi pequeña

Kagome cierra sus ojos, recordando todo lo que pasó segundos atrás, cuando escucha la voz del hanyo, en un tono pícaro, diciendo su nombre

- ¿Mm? - responde, contenta, con sus ojos aún cerrados

- Te gané

Fin


¡Hola, mis amores! Para los que llegaron hasta aquí, gracias por tomarse un tiempo en leer

Quiero darle las gracias, a mi querida amiga, Cindy Tissera, más conocida como la autora Cbt1996, ella tiene muy bellos fic Inukag, ¡corran a seguir su cuenta! ;)

También quiero darle las gracias, a la gran artista HULLO YOKAI, por darme el permiso de usar su bella ilustración, de Inukag, para la portada de este one shot. Sigan su página, tiene muy hermosas ilustraciones de nuestro Inukag ;)

Bueno, eso es todo, una vez más ¡gracias por leer! Nos vemos, besos :)