HOLA, TODOS LOS PERSONJES, TODAS LAS MENCIONES Y REFERENCIAS DEL MUNDO DE HARRY NO ME PERTENECEN. LA HISTORIA ES COMPLETAMENTE MIA. GRCIAS POR LEER. :)


Prologo

Francamente, Hermione estaba un poco indecisa sobre todo esto del Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. No porque no le gustarán las criaturas. (Sí le gustaban Le encantaban. Las criaturas mágicas eran lo suyo.) Era muy consciente de que comprometerse con años de semanas de trabajo de ochenta horas no apreciadas y mal pagadas podría no ser bueno para su salud mental. Que las noches que pasaba trabajando en vela para descubrir un trozo de conocimiento trivial no eran la clave de la felicidad. Que dedicar su mente y su cuerpo a las actividades académicas, con descansos poco frecuentes podría no ser una elección sabia. Era consciente de ello y, sin embargo, nada de eso le preocupaba. O tal vez sí, un poco, pero podía arreglárselas. Era otra cosa lo que la retenía para no entregarse al círculo del infierno más conocido y chupador de almas (es decir, un trabajo en el ministerio de magia). Hasta que le ofrecieron realizar una entrevista de trabajo para el departamento y se encontró con El.

Había llegado hace dos horas, quince minutos antes del horario acordado y todavía no la habían recibido. Estaba profundamente irritada, sentada contra uno de los muchos cubículos que el ministerio proporcionaba a sus empleados, lo que les generaba una falsa sensación de intimidad. Suspiro, más bien bufo, bastante fuerte. Una forma de mostrar su disconformidad; claro que no hubiera sido tan audaz si fuera consciente de que alguien la estaba escuchando.

Y ese fue el momento en el que el tipo decidió hablar y preguntar:

"Por curiosidad, ¿hay alguna razón específica por la que estés quejándote en la espalda de mi laboratorio?" Hermione se relajó. Abrió los ojos lo más que pudo, pero no consiguió ver a nadie a su alrededor, creyó estar delirando hasta que la voz volvió a hablar "¿Y bien?" entonces pudo distinguir que venia del otro lado del cubículo, a su espalda como él había indicado en su primera pregunta. Entonces reacciono ¡Laboratorio! Miro a su alrededor y solo pudo ver más cubículos, y ningún tipo de actividad que indicara que alguien estaba trabajando allí.

Lo cierto es que ella había llegado al cuarto piso por indicación de una recepcionista a la entrada del ministerio, que simplemente le había dicho que una vez aquí esperara hasta que alguien la contacte. "Yo... lo siento, ¿este es el departamento de regulación y control de criaturas mágicas?"

Una pausa. Silencio. Y luego: "No". Su voz era profunda. Muy profundo.

"¿Estás seguro?". Pregunto.

"si".

"¿De verdad?"

"Bastante, ya que este es mi laboratorio".

Bueno este lugar tenia todo menos pinta de laboratorio, Hermione se puso de pie y se enfrento a la pared del cubículo, buscando una entrada o una forma de ver a su ocupante. Lo cierto es que no lo consiguió, sintiéndose muy idiota al hablar con una pared, se paro sobre la silla donde antes se encontraba y asomo su cabeza sobre la parte de arriba del cubículo. Se sorprendió el lugar era muchísimo más grande de lo que parecía por fuera; contaba con varios estantes repletas de libros y algunos de recipientes etiquetados; mesas de trabajo, con calderos que se mezclaban solos; Y ahí estaba el a menos de un par de metros, parado frente a una mesa llena de un montón de frascos con pociones, un hombre rubio con lentes, vestido con una bata blanca de laboratorio. Hermione volvió a hablar, "Hola, soy Hermione Granger"

"No deberías estar aquí Hermione Granger" dijo el y con un movimiento de su mano hizo que todo el vapor desapareciera.

"¿Entonces este no es el cuarto piso?" El no levantó la vista de lo que hacía en ningún momento, parecía poco dispuesto a contestar, Hermione no sabía si era porque estaba manipulando pociones altamente peligrosas. O tal vez porque pensó que Hermione era un bicho raro y estaba contemplando la posibilidad de mandar a las aurores contra ella. Eso pondría un final brutalmente rápido a sus sueños de trabajar aquí.

"Este el segundo piso, estas el departamento se seguridad mágica, más concretamente el Departamento de Sustancias Intoxicantes, como ya te dije antes mi laboratorio."

A menos que este tipo fuera el mismísimo ministro de magia, cosa que no creía, realmente tenía que dejar de llamar a esto su laboratorio.

"¿Cómo es que estoy en el segundo piso, cuando paso por muchos antes de llegar aquí?" El pareció ignorarla nuevamente, ella agitó una mano en el aire queriendo llamar su atención. Nada. Habría puesto los ojos en blanco, si no hubieran estado todavía un poco irritados. Le pregunto "¿El ardor suele durar mucho tiempo?".

El por fin la miro y Hermione se maravillo por lo grises que eran sus ojos, plateados en realidad, demasiado profundos. "Solo unos minutos, ¿estás bien?"

"Si eso creo, ¿Cómo logro llegar al cuarto piso?"

"Con el ascensor, solo no dejes que te manipule, concéntrate en el piso al que quieres llegar, le gusta hacer travesuras. ¿Estás haciendo una entrevista para un trabajo en le ministerio?", preguntó.

"Sí. Para el departamento de regulación y control de criaturas mágicas". Dios, le ardían los ojos. "¿Y tú?" preguntó, apretando las palmas de las manos en ellos.

"¿yo?"

"si tu ¿Cuánto tiempo llevas aquí?"

"aquí en este laboratorio dos semanas, y en el ministerio dos años"

"Oh. ¿Te gusta entonces?"

"Yo..."

Ella captó su vacilación y al instante se sintió culpable. "Espera, no tienes que decírmelo. Primera regla del ministerio: no preguntes por las actividades de otros departamentos".

El espejo en silencio por un tiempo. Y luego otro y finalmente dijo "bueno".

"Lo siento." Deseó no estar trepada en una silla asomando la cabeza por un cubilo, lo que la hacía parecer una demente. Las interacciones sociales ya eran lo suficientemente difíciles para empezar; lo último que necesitaba era encima ser catalogada de chismosa su primer día aquí, bueno eso si la contrataban, cosa que no creía por que ya estaba llegando dos horas tarde a su entrevista. "realmente lo siento no quise parecerme a tus padres en Navidad".

Él se río suavemente. "Nunca podrías".

"Oh." Ella sonrío. "¿Padres molestos?"

"Y aún peores navidades".

"Eso es lo que les pasa a los ingleses cuando dejan el nido". Extendió la mano hacia abajo sobre el cubículo en su dirección. "Soy Hermione, aunque creo que ya lo dije"

Él se acercó, se quitó los guantes que llevaba y la mano que se cerró alrededor de la suya estaba seca, y caliente, y demasiado firme. Todo en él era firme. Su altura, los dedos, la voz. No era del todo desagradable. "Draco Malfoy ¿No eres inglesa?", preguntó.

"estadounidense. Escucha, si por casualidad hablas con alguien del comité de admisiones, ¿te importaría no mencionar mi percance con los ascensores? Puede que me haga parecer un aspirante menos que estelar".

"¿Eso crees?", dijo él con tono inexpresivo. Ella lo habría fulminado con la mirada si hubiera podido. Aunque tal vez estaba haciendo un trabajo decente de todos modos, porque él se río, apenas sólo un resoplido, pero Hermione podía decirlo. Y a ella le gustó. Él la soltó y ella se dio cuenta de que había estado agarrando su mano.

"¿Enserio piensas trabajar aquí?", preguntó él.

Ella se encogió de hombros. "Puede que no reciba una oferta, estoy llegando muy tarde". Pero ella y el Magizoologista con el que se había entrevistado en Nueva York, el señor Scamanter, se habían llevado muy bien. Hermione había tartamudeado y murmurado mucho menos de lo habitual.
Además, sus calificaciones cuando se recibió eran perfectas y él había quedado muy impresionado con todo lo que había logrado al crear P.E.D.D.O (Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros) Tanto que le ofreció esta entrevista para trabajar en el ministerio de Londres. No tener una vida resultaba útil, a veces.

"¿Piensas quedarte si te hacen una oferta, entonces?"

Sería estúpido no hacerlo. Después de todo, se trataba del departamento más completo y avanzado con todo lo relacionado a las criaturas mágicas del mundo. O al menos, eso era lo que Hermione se decía a sí misma para ocultar la petrificante verdad.
Que era que, francamente, ella estaba un poco indecisa sobre todo este asunto desde un principio. No sabia si había tomado la mejor elección al abandonar su hogar, sus padres y sus amigos en Nueva York, para perseguir sueños que no sabía si podría llegar a cumplir. Lo nuevo la asustaba, y lo que era viejo y conocido ya no le alcanzaba.

"Yo... quizás. Debo decir que la línea entre una excelente elección de carrera y un absoluto desastre es demasiado fina en este momento para mi".

"Parece que te estás inclinando por el absoluto desastre". "No. Bueno... Yo sólo..."

"¿Sólo?"

Ella se mordió el labio. "¿Y si no soy lo suficientemente buena?", soltó, y ¿Por qué estaba desnudando su alma y sus miedos aun completo desconocido? Aquí trepada en una silla, nada podía parecer mas ridículo. ¿Y qué sentido tenía, de todos modos? Que podría decirle un extraño que no le hubieran dicho antes, a todos los que les confesaba sus preocupaciones, simplemente decían que lo intentara, que no tenía nada que perder y mucho por ganar. Este tipo diría lo mismo porque a él poco le importaba, y seguramente ya estaba cansado de esta conversación con una extraña.

"¿Por qué quieres hacerlo?"

¿Eh? "¿Hacer... qué?"

"Trabajar Aqui. ¿Cuál es tu razón?"

Hermione lo considero "Siempre he tenido una sana curiosidad y un profundo respeto por todas las criaturas mágicas, desde que descubrí que era una bruja cuando tenía once y trabajar aquí con todos estos profesionales. Me dará importantes habilidades..."

Él resopló.

Ella frunció el ceño. "¿Qué?"

"No la frase que practicaste para tu entrevista"

"Es verdad", insistió ella, un poco débil. "Quiero avanzar con mi investigación y ayudar a..." el no la dejo terminar.

"¿Es porque no sabes qué más hacer?"

"No."

"¿Porque no has conseguido un puesto en la MACUSA?"

"No, ni siquiera solicité un puesto en la MACUSA".

"Ah." Se movió de nuevo atrás de su mesa de trabajo. Tenia un andar despreocupado y elegante, parecía que flotaba en lugar de caminar algo muy sofisticado en un hombre extrañamente atractivo. Nada comparado con su propio andar atolondrado.

"Necesito más libertad de la que la MACUSA puede ofrecer".

"No tendrás mucha libertad aquí, tendrás que financiar tus investigaciones a través de donaciones porque en el ministerio nunca hay presupuesto para nada y pasaran años hasta que tengas la oportunidad de realmente trabajar con criaturas mágicas y descubrirás que la mayoría de los empleados aquí son ridículamente competitivos; lo que provocara que apenas puedas tener tiempo para descansar si quieres ser tomada en cuenta. Ganarías más dinero en un trabajo de nueve a cinco que realmente te permita entretenerte con el concepto de los fines de semana".

Hermione frunció el ceño. "¿Estás intentando espantarme? ¿Es una especie de campaña contra los estadounidenses que trepan cubículos?"

"No". Ella pudo escuchar su sonrisa. "Confiaré en que sólo fue un pequeño accidente y no sueles trepar cubículos para presentarte".

"Lo hago solo cuando me hablan a treves de las paredes de los mismos..."

"En una larga línea de accidentes, claramente". Suspiró. "te diré una cosa: no tengo ni idea de si eres lo suficientemente buena para estar aquí, pero eso no es lo que deberías preguntarte, si no si la razón que tienes es lo suficientemente buena. Entonces, ¿es lo suficientemente buena Granger?"

Ella lo pensó, y pensó, y pensó aún más. Y entonces habló con cuidado.

"lo es". Ya está. Esta era la respuesta. "Es importante para mí", dijo. "el trabajo que quiero hacer, realmente quiero ayudar a las criaturas mágicas".

Hermione tenía veinte años hace dos años había terminado sus estudios en Ilvermorny donde había conocido a alguien que la hizo cambiar. No quería fines de semana, ni un sueldo decente. Quería retroceder en el tiempo. Quería poder ayudarlo. Pero como eso era imposible, se conformaba con poder hacer una diferencia ahora.

El asintió, pero no dijo nada mientras comenzaba a trabajar de nuevo. Estaba claro que quería que se fuera.

"Buena suerte en tu entrevista, Hermione".

"Gracias" ya estaba bajándose de la silla cuando decidió gritarle "Quizá nos veamos seguido Draco", sonrojándose un poco." claro si me contratan".

"Tal vez", le oyó decir. Después de eso salió corriendo a su entrevista. Gracias a Merlín una semana más tarde, Hermione Granger tuvo su primer día el departamento de regulación y control de criaturas mágicas.


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