Declaimer: FMAB pertenece a su respectiva autora, únicamente hago la historia para disfrute de las y los fans.

One-shot corto.


Cuestión de Tiempo.

-Y dime, ahora que tu padre no está, ¿has pensado en casarte?

La primera vez que se lo preguntó, fue frente a la tumba de su padre, Berthold Hawkeye, pero claro, él era un jovenzuelo idiota que para esa época no tenía las habilidades de coqueteo que desarolló en su adultez, por lo que ese primer ofrecimiento pasó sin pena ni gloria.

-No es algo para lo que tenga cabeza en este momento. - respondió con simpleza la joven.

Roy le dio la razón y aunque su respuesta lo tranquilizó de momento, no sacó de su vida esa espinita de celos, más porque conocía de primera mano, por su período de entrenamiento, como su maestro rechazó varias propuestas de matrimonio dirigidas hacia su hija desde que Riza cumplió los catorce años. Cuando observaba por la ventana a los hombres - por que sí, la mayoría en ese pueblucho eran hombres mayores - que pretendían a Riza solía sentir mucho coraje. "Enfermos, depravados." Era lo que solía pensar.

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Cuando volvió a verla en el campo de batalla, sintió su corazón romperse. Mientras Riza construía las tumbas de las y los ishvalanos inocentes que habían asesinado, Roy pensó con tristeza que, quizá, muy en lo recóndito de su ser, le hubiese gustado más volver a verla siendo una señora casada así fuera con otro hombre, que cargando con los inolvidables traumas de la Guerra Civil de Ishval.

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Cuando lo asignaron Coronel en el Este y ella estuvo a su cargo, la pregunta empezó a ser una constante.

-Y dígame Teniente… ¿piensa casarse algún día?

Los subordinados de Roy simplemente respiraron con resignación. Nunca iban a comprender esa manía del Coronel de estar molestando a la única integrante femenina del equipo con eso.

-No es de su incumbencia, Coronel… Por otro lado, estos documentos sí lo son. - respondió ella mientras colocaba una enorme pila de papeles frente suyo y se retiraba de la oficina. Incluso ella necesitaba un respiro de esa tonta pregunta.

Los demás miembros solo ahogaron sus risas de burla.

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- ¿Tu sueño es ser Fuhrer? - preguntó irónicamente Grumman mientras jugaban una partida de ajedrez un viernes por la tarde.

-Si… ¿no cree que es ambicioso? - preguntó afable Roy al notar su derrota inminente.

-No… - respondió comiendo la pieza de ajedrez de la Reina blanca con las que Roy jugaba. - Sin embargo… "lo que me haría realmente feliz sería si usted tomara a mi nieta como su primera dama." Contaría con todo mi apoyo.

Roy sonrió.

-Usted no va a creerme, pero me ha rechazado ya en varias ocasiones. - confesó. A pesar de no demostrarlo, el Alquimista de Fuego sentía su pecho quemarse a raíz de la solicitud hecha por su superior.

-Entonces deberás ponerle más empeño o te ganaran no solo a la Reina, si no también el juego. - aconsejó el anciano con seriedad.

Ya era de su conocimiento que Roy Mustang asociaba a su equipo con piezas de ajedrez y en el pecho del General se alojó una pizca de esperanza de que su nieta saliera del ejército cuando el Coronel la asoció con La Reina.

Mustang descubrió su parentesco por casualidad. Cuando era aprendiz, encontró escondida dentro de un libro viejo una fotografía de la madre de Riza, acompañada por su esposo y a un lado, un hombre mayor a quien, posteriormente con su entrada al ejército y su asignación al Este, identificó como Grumman. Antes de hablar con la rubia, acudió primero a su superior.

-Su padre y yo no nos llevábamos muy bien y mi hija al estar tan enamorada aceptó irse a ese pueblo lejano y tener poco contacto. Ahora podrá entender a qué se debía parte de su disgusto por el ejército. Mustang… por el bien de su nuevo rango de Coronel, le agradecería si guarda el secreto incluso de mi propia nieta, no es conveniente que sepan que estamos relacionados. Aunque, puede estar seguro de algo: amo a mi nieta con toda mi alma y si algo llegara a pasarle algún día, no dude en que rodarán cabezas. - amenazó. Por primera vez, Roy Mustang sintió escalofríos del anciano Grumman.

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-Respóndame algo, Teniente… ahora que nos trasladaron a Central, ¿no piensa buscar un hombre para casarse? - preguntó nuevamente mientras la observaba recoger unos libros.

Su equipo ya había sido disuelto por órdenes de Bradley luego de descubrir su relación con los homúnculos. La observó detalladamente… Sintió ganas de ver nuevamente la espalda femenina descubierta para él como en aquella ocasión donde le confió los secretos para perfeccionar la alquimia de fuego de su maestro.

-¿Qué tipo de hombre debería buscar? - la pregunta de ella lo animó. ¿Acaso sus esperanzas estaban siendo al fin correspondidas?

-Bueno… un buen partido, algo similar a mí. Solo por dar un ejemplo. - soltó con vanidad.

-No me gustan los hombres mujeriegos. - respondió ella dejando la amplia oficina.

Roy sintió ganas de golpearse a sí mismo.

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-¡Qué idiota eres! - fue la hermosa respuesta que recibió de su madre adoptiva, Cris Mustang. - ¿Y así crees que Elizabeth va a tomarte en serio?

-Aunque… Elizabeth tiene un buen punto. Un hombre mujeriego es totalmente desagradable. - comentó una de las chicas que trabajaba en el bar a quien Roy le tenía mucho respeto y confianza por ser una de las mejores espías de Amestris.

-Oigan… ¿de qué lado están? - se quejó el Coronel sintiéndose acribillado. Fue a encontrar consuelo y recibió bofetadas.

-Del tuyo claro. - respondió de inmediato la chica. - Pero no puedes negar la verdad. Menos si coqueteas con otras frente a ella.

-De todas maneras… Dado todo lo que se avecina supongo que no es conveniente. - respondió tomando el último sorbo de Whisky. El día prometido estaba a la vuelta de la esquina.

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Estuvieron trabajando sin descanso mientras permanecían en el Hospital. El hecho de perder su vista complicó significativamente su propósito, pero ya habían curado a Havoc y era cuestión de tiempo para que lo curasen también. Aún así, no debía bajar la guardia; ya no estaba Bradley, Grumman sería nombrado Führer y él fue ascendido a General de Brigada… Ya solo era cuestión de tiempo.

-Dime algo Riza… - esta vez la llamó por su nombre, no por rango, lo que no pasó desapercibido por la rubia. - Ahora que vencimos a los homúnculos, ¿has pensando en casarte?

Riza sonrió. Ya se había tardado demasiado en insinuarle el matrimonio.

-Aún tengo muchos pecados que expiar… Pero me casaré después de que usted recupere la vista y se convierta en Führer. - respondió tranquila mientras acomodaba unos documentos.

-Falta un tiempo para eso… No deberías retrasarte tanto. - la respuesta lo alegró, pero a la vez lo hizo sentir culpable. Era como si él fuese el principal obstáculo para que ella fuera feliz.

-Mi labor terminará hasta ese momento, señor. Además… La ley de no confraternidad del ejército me impediría casarme con el Führer, así que debo hacer todo lo posible por retirarme de la milicia dejando las cosas en orden. Tendré nuevos retos… Nunca he sido una esposa, así que debo aprender a serlo y ser madre también es muy duro. Tengo mucho que aprender.

Roy sintió su corazón brincar de emoción. No importa, ellos no necesitaban decirse las cosas directamente para entenderse; se conocían tan bien que las palabras sobraban.

-Tienes razón. Yo nunca he sido un esposo tampoco, mucho menos un padre, también tengo mucho que aprender. Incluso después de ese día, te seguiré confiando mi espalda y yo cuidaré de la tuya por el resto de nuestras vidas.

-Acepto, señor…

La promesa estaba hecha. Solo era cuestión de tiempo para que se materializara.


¡Hello pueblo! Ladypapitasfritas reportándose con mi primer Royai :3

Esta es mi pareja favorita no canónica, pero que en mi mente siempre es y será canónica. Espero que disfruten leyendo el fic tanto como yo al escribirlo. ¡Nos leemos!