Las flores en el Cielo y una Cita
Por: Escarlata
Precure pertenece a Toei, el plot es mío
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"Señorita Mashiro, espero no ser inoportuna, pero me estaba preguntando si… Ah… Si te gustaría ir conmigo al festival y… Sí, ya sé que vamos a ir pero… Seguro que también te gustaría pasar tiempo con tu abuela… Tal vez… Tú y yo…" Sora ya no supo qué decir y cayó de rodillas, derrotada. "¡No puedo hacerlo!"
Sora estuvo practicando con un muñeco de entrenamiento mal disfrazado de Mashiro y hasta el momento no había podido hacer una petición decente. ¡Sora quería ir con ella al Festival! ¡Pero quería ir sólo con ella y con nadie más! ¡Quería pedirle una cita formal a su compañera y no podía finalizar la frase! El sólo imaginarse el dulce gesto de Mashiro era letal para su cordura.
Era increíble que la joven guerrera ya hubiera recibido un beso de Mashiro pero aún no fuera capaz de pedirle más.
El Festival comenzaría al atardecer, ¡era un evento muy importante! ¡El avatar de la Luz iría a darle su bendición a la Princesa Elle! ¡Y junto con ella aparecerían las guerreras legendarias Pretty Cure que protegían el Jardín de la Luz! ¡Quería verlas! Y qué mejor que verlas junto con Mashiro.
"¡Una vez más!" Sora se puso de pie y se palmeó las mejillas. Se volvió a imaginar a Mashiro en el muñeco mal disfrazado. "¡Señorita Mashiro, me gustaría que fueras conmigo al festival y…! ¡Lo siento, no fue mi intención gritar!"
Y de nuevo, la guerrera no lo logró.
Si seguía así, irían al Festival en familia. No que le disgustara salir con su familia, mucho menos con la abuela de Mashiro, pero en serio quería pasar tiempo a solas con su querida amiga y quizá ser ella quien se animara a besar a Mashiro. ¡Podía hacerlo! La guerrera estaba lista para intentarlo de nuevo, pero de pronto escuchó una voz femenina que le hablaba.
"Estás muy tensa".
La voz pertenecía a una chica que parecía apenas un par de años mayor que ella y que tenía un largo cabello oscuro. La chica era bastante linda de hecho, pero sin duda, para Sora no había nadie más linda que su Mashiro.
"Ah…" Sora intentó decir algo, pero la chica no la dejó.
"No dejes de mirarla a los ojos, mantén tu espalda y tu mirada firmes, piensa en lo que quieres hacer cuando estés con ella en el Festival", dijo la chica mientras le mostraba con ejemplos sus palabras. Tomó una posición muy galante frente al muñeco y se inclinó. "Señorita Mashiro, si está bien por ti, me gustaría mucho que fuéramos juntas al festival".
Una frase directa, una petición confiada y elegante que también permitía a la otra persona negarse de ser el caso. Sora puso un gesto de asombro y aplaudió.
"¡Eso fue fantástico!" Exclamó Sora.
"Por lo que puedo ver, esa persona es muy importante para ti", comentó la chica. "¡Oh, cierto! Lamento mis malos modales. Yukishiro Honoka a tu servicio", se presentó la elegante joven con un gesto educado.
"Harewataru Sora, mucho gusto en conocerla, señorita Yukishiro", fue la animada pero igualmente educada presentación de Sora. "¿De verdad cree que pueda lograrlo, señorita?"
"Estoy segura que sí. Que te tomes tu tiempo con estos preparativos y tengas miedo de no hacerlo bien, es una señal de lo mucho que ella te importa", respondió Honoka con una sonrisa amable. "Ten valor y ve de frente".
"¿Y si me dice que no?" Preguntó una temerosa Sora.
"Eso ya no depende de ti, así que no deberías preocuparte por lo que está fuera de tu control", Honoka le dio una palmada en el brazo a la joven guerrera. "Has lo tuyo, el resto queda en tu querida Mashiro y tú aceptarás con valentía y dignidad cualquier respuesta".
Sora sonrió de manera nerviosa y se llevó una mano a la nuca. "Tiene razón, señorita Yukishiro, no debería dar por hecho lo que ella me va a responder o no".
"¿Sabes? Unas flores siempre ayudan, un regalo pequeño. Si estás cortejando a tu doncella, los detalles son importantes, y más importante es nunca perderlos".
"¡Lo haré! ¡Muchas gracias!"
"Oh, tienes bastante energía. Me agradas", Honoka hizo una educada inclinación una vez más. "Podrás hacerlo, ten valor y ve de frente".
"¡Lo haré, muchas gracias!" Sora se sentía envalentonada y lista para atacar.
"Con tu permiso, debo irme. Quizá nos veamos en el Festival", se despidió Honoka y se retiró.
Sora suspiró luego de que Honoka desapareció de vista. Apretó los puños y asintió para sí misma, era hora de atacar.
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Mashiro hacía algunas compras y veía con creciente emoción los preparativos del festival. Toda la ciudad se estaba engalanando no solamente por la presentación oficial de la pequeña Princesa Elle, ¡también por la visita del Avatar de la Reina de la Luz! ¡Todos sabían que la bendición de Luz auguraba prosperidad y abundancia!
Todos decían que el orden del evento era: presentar a la pequeña princesa, que los visitantes del Jardín de la Luz desfilaran por la calle principal hasta el castillo, que los reyes les recibieran en privado y que la bendición se hiciera ante toda la ciudad. Luego de eso habría música, comida y fuegos artificiales cerca de la medianoche.
Mashiro estaba ansiosa a que llegara el atardecer para disfrutar del evento con Sora.
"Sora…"
La joven aún se preguntaba por qué Sora no había aceptado acompañarla a ir de compras. Normalmente Sora decía que sí antes de que Mashiro siquiera terminara de formular la pregunta y era ella quien cargaba las compras, pero dijo que tenía algo por hacer y que se verían en la mansión Nijigaoka antes del atardecer.
"Debe estar ocupada", murmuró Mashiro. Lo mejor era dejar que Sora se encargara de sus propios asuntos, tampoco que debieran estar pegadas la una a la otra todo el día. Muy pronto serían las pruebas para la Guardia Azul y sabía que Sora estaba un poco nerviosa y quería impresionar a la Capitana Shalala. Confiaba en Sora. "Esperaré por ella", se dijo a sí misma y siguió con sus compras, pero no contaba con la falta de Sora y terminó con más de lo que sus brazos podían cargar. "¡Ah!"
Mashiro soltó sin querer una de sus canastas y toda la fruta que traía rodó por el suelo. Estaba ya a las afueras del pueblo y no se veía a nadie más cerca. Mientras la pobre trataba de hacer malabares con sus compras, apareció una salvadora.
"Yo me encargo, espera", sonó la amable pero enérgica voz de una joven.
"Muchas gracias", respondió Mashiro mientras veía a la chica, parecía ser apenas mayor que ella. Tenía el cabello corto y castaño, ojos del mismo color, una sonrisa agradable. Sonrió. "Normalmente me ayudan con las compras, pero salí sola y olvidé que no puedo con tanto. Por cierto, me llamo Mashiro".
"Mucho gusto, Mashiro, soy Nagisa", se presentó la chica y se acomodó la canasta en un brazo, luego le ayudó a cargar un par de bolsas más y puso una graciosa cara de sorpresa. "¿A cuántas personas piensas alimentar con todo esto?" Preguntó con tono jocoso mientras seguía a la chica.
"En realidad esto es para una sola persona", respondió Mashiro con una sonrisa nerviosa. "¡Oh, pero es para toda la semana! Mi Sora necesita mucha energía para entrenar. ¿Sabes? Va a unirse a la Guardia Azul y pronto serán las pruebas, se está preparando para entrar ahora que tiene la edad para enrolarse y…"
Y Mashiro se dio cuenta que estaba hablando demasiado, se puso roja y miró a un lado.
"Quiero que mi Sora esté bien alimentada y con mucha energía".
Nagisa rió pero no para burlarse, de hecho le pareció muy linda la escena y muy dulce la chica, y también muy familiar su actitud.
"Mi Honoka también me alimenta muy bien para que yo tenga fuerza y energía", dijo Nagisa sin dejar de sonreír. "Ella prepara la comida que más me gusta e incluso como lo que no me gusta".
El gesto de Mashiro se iluminó al escuchar eso. "Sora come de todo por suerte. Luego del festival entrenará mucho para estar lista para las pruebas".
"Eso es fantástico", Nagisa asintió. "Deja que te dé éste consejo: asegúrate que tu Sora descanse por completo el día antes de su prueba. Debe comer bien y dormir mucho", puso un gesto travieso. "Los besos también ayudan".
"¿Besos?" Mashiro se puso roja hasta las orejas.
"Oh, pensé que…" Fue el turno de Nagisa de poner un gesto apenado. "Creo que hablé de más, lo siento".
"¡No, para nada! La verdad es que… Ah… Ya la he besado una vez… Es muy tímida y yo… Yo… Me gusta recostarla en mi regazo y leerle historias. También sano sus heridas…" La pobre chica miró a un lado, lindamente avergonzada.
Nagisa volvió a sonreír. "Entonces encárgate de que tu Sora esté relajada todo el día y que duerma todo lo que le sea posible. Entrenar es importante, pero el cuerpo también necesita descansar para estar en perfectas condiciones".
"¡Yo me encargo, muchas gracias por el consejo!" Respondió una emocionada Mashiro. "Por cierto, ya llegamos a mi casa. Gracias por la ayuda".
"Por nada, Mashiro", Nagisa dejó las compras junto a la entrada principal. "Y mucha suerte con tu Sora, cuídala mucho".
"¡Lo haré!"
Nagisa y Mashiro se despidieron y hasta ese momento ésta última percató que Nagisa no era de la ciudad. Normalmente todas la trataban con respeto por ser la nieta de la Académica Yoyo. De todos modos Mashiro sonrió, era agradable ser tratada como cualquier otra doncella de Skyland.
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Sora ya se había puesto sus mejores ropas, incluso le pidió a su madre que le pusiera un poco de labial y ésta se sorprendió por la petición, pero lo hizo con gusto. Ya tenía preparada una de las flores más bonitas que crecían en todo Skyland. ¡Le iba a pedir una cita a Mashiro sin falta! Justo como le dijo esa agradable señorita Honoka, tenía presente lo que quería hacer.
Quería una gran cita con Mashiro en el festival y ver la presentación de la princesa, también al Avatar de la Reina de la Luz y a las famosas Pretty Cures; pero lo que más deseaba Sora era estar bajo los fuegos artificiales, tomada de la mano de Mashiro y ser ella quien la besara como deseaba hacerlo desde hace mucho.
La joven guerrera llegó a la mansión y se acomodó el cuello de la blusa, se sentía acalorada.
"Aquí voy".
Mashiro fue corriendo a abrir la puerta al escuchar que tocaban, terminaba de peinarse y también se había puesto un vestido nuevo que sus padres le compraron. Estaba más arreglada que de costumbre e incluso se puso un perfume de suave aroma.
"¡Ah, Sora!" Mashiro estaba encantada, su Sora lucía hermosa.
"Señorita Mashiro…" Sora sintió que las piernas le temblaban. ¡Mashiro estaba más linda que nunca! "Ah, te traje algo", le ofreció la flor.
"¡Muchas gracias, es hermosa!" Respondió la chica y comenzó a acomodar la hermosa flor en su cabello.
"No te muevas, por favor. Yo me encargo", pidió Sora con voz suave y ella misma se encargó de acomodar la flor. Su amiga se veía más linda, como si eso fuera posible. Sonrió.
Ten valor y ve de frente…
Mashiro iba a darle las gracias pero Sora tomó sus manos sin aviso, de manera firme y cálida. Las manos de su Sora, sus hermosas manos maltratadas por el entrenamiento de combate, cálidas y protectoras. Sonrió.
"Señorita Mashiro, si está bien por ti, me encantaría que fueras al Festival conmigo… Sólo conmigo. Tengamos una cita, por favor", pidió la guerrera, aferrándose al Consejo de la amable desconocida. Envolvió las manos de Mashiro entre las suyas. "Quiero disfrutar el festival solamente contigo y ver los fuegos artificiales desde el mejor sitio".
El corazón de Mashiro se aceleró mientras sus mejillas se ponían rojas. Ni siquiera pensó la respuesta.
"Me encantaría".
La sonrisa de Sora se hizo inmensa y no resistió abrazar a Mashiro, un breve y dulce abrazo. "¿Nos vamos?"
"Dame un momento", respondió Mashiro y corrió a avisarle a su abuela que saldría sólo con Sora, Yoyo sólo les pidió que se divirtieran mucho. No tardó en volver con su querida amiga. "¿Nos vamos?"
"¡Vamos!" Respondió Sora con emoción y le ofreció el brazo. Su alegría se disparó cuando Mashiro se sujetó de ella.
La joven pareja estaba lista para disfrutar el festival.
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A opinión de todos en la ciudad, la princesa Elle era el bebé más lindo que habían visto. Y otra gran sorpresa, fue descubrir que el Avatar de la Reina de la Luz era una linda jovencita de cabello dorado cual rayos de sol. La jovencita desfiló por la calle principal escoltada por un séquito de hadas de luz y dos chicas jóvenes que todos ovacionaron: las legendarias Pretty Cure del Jardín de la Luz, Cure Black y Cure White.
Mashiro y Sora reconocieron a las chicas a pesar de que había unos ligeros cambios en su apariencia física, ¡eran las mismas personas que conocieron por la tarde! Cuando Black y White desfilaron cerca de Sora y Mashiro, éstas las saludaron con entusiasmo. En respuesta, Black y White las saludaron también, sin detenerse ni despegarse de su protegida, tenían un evento muy importante qué atender.
La ceremonia de bendición fue hermosa, todo Skyland fue bañado de Luz y una de las hadas acompañantes del Avatar de la Reina de la Luz predijo que Skyland se vería en problemas en un futuro cercano, pero sus propios defensores serían invocados por la princesa Elle y salvarían a todos.
Uno siempre debía poner atención a las predicciones que venían de los seres de Luz.
Luego de la Bendición de Luz, se dio inicio oficial al festival y la música comenzó a sonar en cada esquina. Todos los ciudadanos celebraban la ocasión, disfrutaban los manjares ofrecidos y compraban los regalos hechos para la tan especial ocasión.
Sora y Mashiro comieron y fueron directo a bailar, para pena de Sora.
"La verdad es que… Nunca he bailado…" Confesó Sora.
"Entonces es un gran momento para aprender", fue la dulce respuesta de Mashiro mientras tomaba las manos de su compañera y la llevaba a la plaza donde todos bailaban.
Sin soltarse, sin dejar de sonreír, Sora y Mashiro bailaron por primera vez, dejando que sus corazones y sus cuerpos les dijeran cómo moverse, cómo disfrutar de tan especial ocasión al ritmo de la festiva música. Luego de varias canciones, comenzó un baile grupal donde todos cambiaban de pareja según marcaba la melodía.
Ciertamente fue una agradable sorpresa que Cure Black y Cure White se unieran al baile.
"Lo lograste, me alegra", dijo Cure White, Yukishiro Honoka, en cuanto le tocó bailar con Sora.
"¡Señorita Yukishiro!" Exclamó Sora con alegría y luego negó. "Lo siento, Cure White… Ah… Esto… Esto fue una gran sorpresa".
"Mi compañera y yo queríamos conocer el sitio antes del desfile", respondió Honoka, dejándose guiar por Sora en el baile. Miró de reojo a la pareja de la guerrera que justamente bailaba con Nagisa. Sonrió. "¿La estás pasando bien?"
"Sí, ella aceptó y hay muchas cosas que aún tenemos qué hacer", respondió Sora con emoción. "El regalo le encantó. Muchas gracias por el consejo, señorita Yukishiro".
"Hacen una linda pareja", comentó Honoka con una sonrisa linda.
"Ah… Yo…" La pobre guerrera se puso roja hasta las orejas y bajó ligeramente el rostro entre risas nerviosas que pronto callaron. "Ella… Ella es mi persona más importante".
"Estarás harás bien mientras ese pensamiento sea sincero en tu corazón, Harewataru Sora".
"Muchas gracias, señorita Yukishiro".
Mientras tanto, Nagisa bailaba con Mashiro. La Cure de negro no era muy buena en las danzas que no le eran familiares pero tampoco pisaba a nadie. Mashiro lucía divertida.
"Tu apariencia casi no cambia en ésta forma", comentó Mashiro.
"No, sólo me crece un poco el cabello, luzco casi igual a mi forma civil", respondió Nagisa con una sonrisa. "¿La chica que está contigo es tu Sora, verdad?" Cuando Mashiro asintió, Black sonrió. "Me alegra que pudieran venir juntas, ¿la están pasando bien?"
"¡Sí! Todo en el festival ha sido divertido. Y aún tenemos muchas cosas por hacer".
"Entonces disfrútenlo. Honoka y yo lo disfrutaremos también, la comida aquí es fantástica", dijo Nagisa con alegría. "Tu flor es muy linda".
"Sora me la regaló".
Ambas parejas platicaron al menos hasta que tuvieron que cambiar de pareja y eventualmente se reunieron con sus acompañantes originales. Sora y Mashiro quedaron frente a frente y tomadas de las manos, se sonrieron mientras terminaba la canción y todos aplaudían.
"Sora, ¿vamos a comer algo? Tengo hambre después de bailar y caminar por todos lados".
Tenían la noche encima desde hacía un par de horas y pronto serían los fuegos artificiales.
"Vamos, comienzo a sentir algo de hambre", Sora se aclaró la garganta. "Hay un buen sitio desde donde me gustaría ver los fuegos artificiales".
"Entonces vamos por algo de comer y tengamos un picnic en el sitio que dices, podemos esperar mientras comemos", propuso Mashiro y una animada Sora aceptó.
La joven pareja buscó comida y bebidas que se pudieran llevar al sitio elegido: una pequeña colina al Este de la ciudad. Un poco lejos de donde estaba la fiesta pero lo suficientemente privado y romántico para que la joven pareja sintiera que sus corazones se ponían inquietos conforme pasaba el tiempo.
"Me encargaré de que comas bien toda ésta semana", dijo Mashiro apenas terminaron su cena y se quedaron tumbadas en el césped una al lado de la otra, sus manos tomadas.
"Muchas gracias, señorita Mashiro, me esforzaré mucho para ser parte de la Guardia Azul, ¡te sentirás orgullosa de mi! ¡Seré un héroe!" Declaró Sora mientras levantaba su puño libre al aire y una brillante sonrisa adornaba su rostro.
"Y yo estaré ahí para verte, mi Sora", sonó la suave voz de Mashiro.
Sora sintió que su rostro ardía y se giró lo suficiente para poder encarar a su cita de esa noche, ¡estaban tan cerca!
"Señorita Mashiro… Yo…"
Antes de que sus rostros pudieran quedar más cerca, el brillo y la explosión de los coloridos fuegos artificiales las hizo volver su atención al cielo y sonreír, incluso se sentaron.
"¡Son hermosas!" Exclamaron ambas chicas al mismo tiempo.
Los colores que adornaban el cielo en la noche de ese gran día, eran el cierre perfecto. Un día histórico en Skyland. Las explosiones eran lo único que se escuchaba, incluso la música había hecho una pausa mientras los colores hechos de fuego se sucedían unos tras otros, armando hermosas figuras en el cielo que asemejaban flores y aves.
Un espectáculo hermoso sin duda, pero para Sora, no había nada más hermoso que la chica a su lado. En algún momento, toda su atención se fue a cómo el delicado rostro de su Mashiro se iluminaba con los colores que desfilaban en el cielo.
Mashiro no tardó en sentir la atenta mirada de Sora y se giró lo suficiente para verla…
Sólo para ser recibida por los frescos labios de Sora en un dulce y amoroso beso. Un beso breve iluminado por colores de fuego.
"Sora…"
"Mashiro…"
Se miraron profundamente la una a la otra hasta que Mashiro fue la que reaccionó primero con singular alegría.
"¡Me llamaste por mi nombre!"
Sora enrojeció hasta las orejas e intentó esconder su rostro, pero no lo logró, Mashiro la abrazó con alegría mientras frotaba su mejilla contra la de Sora.
"¡Lo siento, no debí ser grosera!"
A sabiendas que Sora estaba avergonzada, Mashiro se conformó con mantenerla en sus brazos incluso después de que terminó el espectáculo de fuegos artificiales y la música comenzó a sonar una vez más. Sora eventualmente se rindió y se abrazó de Mashiro, feliz por haber logrado lo que quería, lo que su corazón deseaba.
Muchas gracias, señorita Yukishiro, tendré siempre presente lo que realmente quiero hacer…
Cuidaré mucho de mi Sora, gracias por los consejos, Nagisa…
Pensaron ambas chicas.
FIN
