Bala XXXVI (.1)


Advertencia, contenido horny en este capítulo. No es necesario leerlo, no ocurre nada especialmente relevante.


De acuerdo, originalmente esto iba incluido en el capitulo anterior, pero fue recortado porque me pareció que el capítulo quedaría demasiado largo, además de que me costaba un poco la idea de escribir el inicio del acto. En cambio, escribirlo cuando ellos ya van mas o menos por la mitad se me hizo más fácil.

¿Otro motivo? No lo sé, supongo que solo ganas de jugar un poco e intentar algo nuevo (insertar aquí risas pervertidas).

Obviamente no soy un experto en esto y considero que la escena me quedó medio «Meh» para un Lemon.

De todas formas, no se acostumbren. No pienso hacer todas y cada una de las escenas que puedan surgir de estos bastardos cachondos, solo cuando tenga ganas y vea que no me quede tan forzada.

Por cierto, para separar esos momentos específicos del resto de la historia, simplemente puse ese «(.1)».

Bueno, eso es todo lo que tenia que decir. Disfruta(?) de la lectura y hasta la próxima.


Rock estaba acostado en el borde de la cama, con sus piernas tocando el suelo, mientras Balalaika lo montaba con las manos apoyadas en sus hombros y marcando el ritmo con sus propias caderas. Un ritmo lento y duro que casi lo mata. Por otro lado, él le apretaba sus pechos, grandes, redondos y firmes, usando sus pulgares para acariciarle los pezones rosados y erectos.

Ella había tenido el control absoluto y lo había tratado con brusquedad desde el inicio, y a Rock le encantaba.

Pero Balalaika también era cruel, lo había llevado casi hasta el clímax para entonces separarse de él y tomar un par de tragos de la botella de alcohol.

Ella había hecho esto un par de veces desde que comenzaron, consiguiendo tener dos satisfactorios orgasmos mientras que Rock solo tuvo uno...que ni siquiera contaba, ya que fue antes de que comenzase la verdadera acción. Él solo pudo aguantar 30 vergonzosos segundos antes de correrse cuando ella usó sus pies, todavía con esas medias negras puestas, para hacerle una paja durante el juego previo.

Así que Balalaika no solo lo torturaba de esa manera por su propia naturaleza sádica, sino que también era un castigo para él.

Pero ahora, tras un rato de una nueva ronda de una placentera cabalgata, ella parecía estar demasiado metida en ello como para castigarlo nuevamente, con su cabeza hacia arriba y la boca bien abierta, gimiendo con fuerza.

Rock se enderezó en el borde de la cama, soltando sus pechos y llevando las manos hacia su trasero. A ella no le importó y se acomodó rápidamente sin interrumpir el movimiento de caderas, llevando sus manos hacia su espalda y enterrando su cabeza en su cuello, mordiéndolo.

"Más fuerte.". -Dijo Rock con voz ronca, dándole una sonora nalgada y haciéndola gemir. "Muerde… más fuerte."

Balalaika soltó una leve risa y obedeció. La leve ráfaga de dolor causada por los dientes hundiéndose en su piel elevó su placer a niveles inimaginables, llevándolo al borde del orgasmo. Él comenzó a mover sus caderas cada vez mas rápido, sin dejar de darle nalgadas, ya que eso parecía gustarle por la manera en que su interior se apretaba alrededor de su miembro

,

Balalaika levantó la cabeza para mirarlo. "Me ven- "

Rock la hizo callar de un beso, metiendo la lengua en su boca. Balalaika soltó un gemido ahogado y todo el cuerpo le tembló, teniendo su tercer orgasmo húmedo y cálido. Cuando terminó de correrse, Balalaika rompió el beso y cayó sobre el pecho de Rock, quedando inmóvil y respirando con dificultad.

"No te corriste…". -Dijo ella, luego de un momento. "No me importaba si lo hacías dentro."

"Ahora, eso es peligroso.". -Contestó Rock, aprovechando la pausa para tomar aire. Ellos estaban follando sin protección, a ninguno de los dos le había importado cuando comenzaron, y ya era tarde para preocuparse por eso, pero venirse dentro era un asunto diferente. Mas complicado, y peligroso por obvias razones.

Además, aunque era cierto que él estaba cerca, prefirió hacer el maldito esfuerzo y aguantarse, dejándola disfrutar de su propio orgasmo. Le encantaba verla retorcerse y chillar de placer.

"Tomé pastillas para evitar esos riesgos."

"Estas preparada para todo, ¿eh?"

"No seas idiota.". -Balalaika comenzó a mordisquear su cuello, provocándole escalofríos placenteros. "¿Crees que te invité a mi habitación solo por lo del disco? Incluso si no hubiera ocurrido eso, de todas formas te hubiera dicho para follar."

Rock se sintió un poco torpe por no saber que decir o cómo reaccionar, preguntándose si era solo una broma o ella lo decía en serio. Y si fuera esto último… ¿Por qué exactamente?

No se veía, ni se consideraba, así mismo como un hombre atractivo o fuerte físicamente como para llamar la atención de alguien como ella. Tampoco sabía cómo usar una maldita arma.

Ahora que lo recordaba, Balalaika había mencionado que eso no era algo estrictamente necesario cuando buscaba a alguien que valiera la pena reclutar para sus filas en el Hotel Moscú, o para relajarse por lo visto. Pero aun así, Rock tampoco se consideraba especialmente listo. Solo era un tipo normal… con una extraña dosis de buena y mala suerte.

Mientras él reflexionaba en silencio y ella recuperaba energías, ambos se mantuvieron en silencio. No uno incomodo que necesitase llenarse con palabras, simplemente estaban disfrutando la compañía del otro. Al menos Rock lo hacía, ella era una mujer hermosa que estaba pegada a él… con sus grandes tetas presionando contra su pecho.

Su coleta estaba desatada, así que su largo cabello rubio caía por su espalda y hombros como si fuese una sábana. El sudor hacia brillar su piel pálida, resaltando el sonrojo de su rostro, ya sea por el esfuerzo físico o porque estaba un poco ebria por el whisky. Probablemente ambos.

Las cicatrices que recorrían su cuerpo no eran desagradables, todo lo contrario, la hacían ver más exótica.

Distraídamente, Rock apartó un poco de esa melena rubia y comenzó a dibujarle círculos en su espalda, sacándole un suave gemido, casi como un ronroneo. La espalda de Balalaika era delgada pero sorprendentemente firme, sin llegar perder su contorno femenino por los músculos.

Vamos…su espalda era tan sexi que él estaba empezando a despertar un nuevo fetiche además de su gusto por las piernas.

Y ella había tenido toda la razón. Esa sesión de sexo le había quitado la tensión de los hombros y le había relajado completamente.

Balalaika se enderezó repentinamente y se separó de él, poniéndose de pie. Rock pensó que ella iría a servirse otro trago, o que estaba molesta por sus caricias y que había tenido suficiente del momento … lo cual sería terriblemente decepcionante.

Pero entonces, Balalaika se arrodilló frente a él, colocando ambas manos sobre sus rodillas, abriéndolas un poco.

Luego, ella agarró su pene con una mano, con firmeza.

"¿Qué...?". -Antes de poder terminar la pregunta, la rubia se metió el miembro entero en su boca. Sin lamidas ni juego previo, fue brusca y directa. Rock jadeó y cayó hacia atrás. Su boca también era húmeda y caliente, pero de alguna manera diferente. "Oh, por… Dios."

Sus ojos azules estaban fijos en él, observándolo disfrutar del placer que le daba. Cuando él se hundió en el colchón, derrumbándose, Balalaika comenzó a chupar con más intensidad. Los gemidos ahogados de Balalaika, así como sus leves arcadas al tragarse el pene hasta la garganta, llenaban la habitación.

Rock se quedó total y absolutamente pasmado mientras ella le hacía una maravillosa mamada.

Un momento después, él recordó que era imprescindible respirar para seguir vivo y tomó aire, intentando que su corazón pudiera volver a latir con normalidad. La suficiente como para que no le diera un ataque cardíaco, al menos.

Rock se obligó a mantener los ojos abiertos, algo bastante difícil dado el grado de placer al que le estaba sometiendo, y se sentó despacio para mirarla. Balalaika le estaba devorando la verga con avariciosa lujuria. Y todo eso sin dejar de mover las manos alrededor del tronco y los huevos.

Pero mucho que quisiera seguir, Rock era consciente de que no iba a ser capaz de aguatar esa dulce tortura.

De hecho, ya estaba sintiendo como se acercaba su orgasmo. Balalaika lo había tenido al límite desde el inicio, deteniéndose en el momento justo y «enfriándolo» por un momento. Pero que ahora que ella lo estuviera dando todo de golpe para que tuviera su orgasmo tan ansiado, bueno, era un cambio brusco por decirlo poco.

Aun así, eso lo hacía terriblemente excitante. Es más, cuanto más agresiva se ponía ella, más se endurecía su pene y no solo era en cuanto a la mamada… ¿realmente era un maldito masoquista?

Sintiendo que ya no podía aguantar más, él trató de levantar la cabeza de Balalaika de su entrepierna, pero ella no se dejó, pasando a mirarlo con una ceja alzada como diciendo «¿Por qué molestas? ¿No ves que estoy ocupada?»

"Mierdaaa, me vengo.". -Gimió Rock, con sus dientes apretados. Eso pareció entusiasmarla, ya que cerró sus ojos y comenzó a chupar con más fuerza y rapidez. "Oh, diablos… Balalaika, detente, me voy a…"

Pero ella no se detuvo y el clímax finalmente llegó. Rock nuevamente cayó de espaldas contra el colchón, agarrando su cabellera rubia y levantando las caderas, adentrándose todavía más en la boca de ella. El semen salió disparando como un pistola; bang, bang, bang, bang.

Mareado, Rock cerró sus ojos, escuchando los ruidos de su pesada respiración junto con el sonido de Balalaika tragando, sintiendo una sensación de alivio recorrer todo su cuerpo.

Y luego gritó de dolor cuando sintió un pinchazo en el interior del muslo. Al abrir los ojos, Balalaika ya estaba encima de él de nuevo, pero esta vez de espaldas dándole una espectacular vista de su redondeado y firme trasero.

"¿Quién dijo que podías dormir? Todavía no he terminado contigo.". -Ella se dio a sí misma una fuerte nalgada. Luego, usó las manos para separar su nalgas, acercando un poco más su trasero al rostro de Rock. "Venga, ahora es tu turno, ponte a trabajar."