Capítulo 3: El examen.

El regaño que Izuku recibió al llegar a casa fue…duro, por decir poco.

Izuku Midoriya, un joven de 14 años con un quirk que lo hacía un cambia formas extremadamente poderoso y versátil, estaba arrodillado en la sala de estar de su casa mientras recibía una fuerte reprimenda de parte de su madre, Inko Midoriya.

La señora Midoriya llevaba gritándole a su hijo por cerca de una hora. En un principio Izuku pensó en decirle a su madre que su celular se quedó sin batería y se le fue el tiempo con sus amigos, pero las palabras de Midnight le hicieron recapacitar, sin embargo, llegar y decirle a su madre que le mintió y en realidad fue a una agencia de héroes donde peleó con un profesional y perdió el control no fue la mejor idea. El chico hizo la nota mental de que debía trabajar con su tacto al dar noticias chocantes.

En cierto momento Inko parecía haberse quedado sin aire. La mujer tomó un profundo respiro, calmando sus nervios lo mejor que pudo, y le hizo una lenta pregunta al chico.

—Entonces… ¿Cómo está eso de que mañana vendrá una heroína profesional a la casa?

—Pues…es exactamente como suena.

—Izuku.

—Ok, mira, te dije que hoy fui a una agencia de héroes en lugar de a la biblioteca.

—Sí.

—Bien, ahí tuve un combate de practica con-

—Peleaste con un profesional.

—Era un combate de entrenamiento, nada serio.

—Y aun así perdiste el control. No puedo creer lo irresponsable que fuiste. ¿Lo de ayer fue el ataque de un villano o también fue uno de tus "entrenamientos"?

—¡Mamá, tranquila! Te estoy diciendo toda la verdad aquí.

—Ajá — la mirada de Inko golpeaba a su hijo con enojo e incredulidad en partes iguales. Izuku podía sentir el castigo acercándose.

—¿Puedo continuar?

Inko asintió sin dejar de verlo con disgusto.

—Ok. Tras el entrenamiento, la señorita Midnight insistió en que quería venir aquí.

—¿Midnight? ¿No es esa la heroína que te ayudó cuando despertó tu quirk?

—Exacto, ¿recuerdas que cuando salí del hospital ella me dio una tarjeta para llamarla?, así es como me puse en contacto con ella.

—¿Qué te llevó a querer contactarla?

Izuku dudó en cómo responder, y tardó un momento en decidir qué palabras usar.

—Cuando ese villano me atacó ayer y conocí a All Might, le pregunté si alguien con un quirk como el mío podía ser un héroe, y él…dijo que sí.

Inko vio el rostro de su hijo y no pudo evitar suspirar. Ella sabía que el sueño de su hijo era convertirse en héroe, pero no habían tocado ese tema en tanto tiempo que pensó que lo había dejado de lado.

Inko llevó la mano al rostro de Izuku y lo hizo verla a los ojos.

—Hijo…quiero que me respondas con toda sinceridad lo que voy a preguntarte.

Izuku asintió, sin apartar la mirada.

—¿Estás seguro de que puedes controlar a la bestia?

Por supuesto que aparecería esa duda. Su madre conocía su situación mejor que nadie; fue ella quien, años atrás, le dio nombre a la criatura por primera vez. Inko había tenido que confrontar a la bestia más veces que nadie aparte de Izuku, y lo hizo sin tener una habilidad con la que defenderse, y aunque fue contra una bestia más joven y débil que la actual eso no le quitaba merito a su hazaña.

Izuku observó los ojos de su madre, notando una profunda preocupación. El chico tomó las manos de su madre y las apretó con fuerza.

—Sí.

Fue una respuesta corta, pero el rostro del chico no mostraba duda. Esto sorprendió a su madre, pero también ayudó a calmar su corazón.

Inko acercó a su hijo y le dio un fuerte abrazo. Izuku devolvió el abrazo. Ambos se quedaron así por un largo momento. No hicieron falta más palabras, ambos se entendieron mutuamente.

—Bien— dijo Inko, rompiendo el abrazo —, entonces ¿por qué quiere venir mañana Midnight?

—Oh, bueno, quiere hablar contigo.

—¿Sobre qué?

—Quiere consultar contigo sobre un régimen de entrenamiento. Quiere que vaya a su agencia después de la escuela.

—Mmm… como ya tomaste una decisión no me opondré, ¡pero ni se te ocurra descuidar la escuela, ¿me escuchas?!

—Claro mamá, no te preocupes.

Inko le dio otro abrazo a su hijo y después fue a hacer la cena.

—¡Pero aun así estás castigado! — gritó Inko desde la cocina.

—¡Mamaaaa!


La reunión de Inko con Midnight salió bien, aunque Izuku estuvo nervioso todo el tiempo. Por fortuna ambas mujeres se entendieron perfectamente y se hicieron amigas rápido. El convencer a la madre del chico no fue necesario gracias a la plática que ella e Izuku tuvieron el día anterior, y el organizar la agenda de este último fue una mera formalidad, pues Inko aceptó el horario que Midnight ya había planeado. Eso sí, Inko dejó muy en claro que en caso de que las calificaciones del chico comenzaran a bajar, el entrenamiento sería suspendido hasta que mejoraran.

Los siguientes meses en la vida del chico fueron bastante ajetreados. La escuela y el entrenamiento ocupaban prácticamente todo el tiempo de su día, pero Inko notó como Izuku se notaba menos preocupado y más seguro y confiado de sí mismo.

El entrenamiento consistía en sesiones de ejercicio intensivo, ejercicios con su quirk, y uno que otro combate de práctica cuando alguno de los Midnight Boys estaba disponible. El chico ya estaba en forma, pero estos ejercicios tenían como objetivo agotar el cuerpo del muchacho para luego usar su quirk de forma extenuante, para ver como reaccionaba la bestia. En esta temporada Izuku no perdió el control en ningún momento, pero pudo sentir a la bestia acercarse a la superficie varias veces, y dos veces (durante combates de practica) logró asomarse, aunque lo único que hizo fue darles un pequeño susto a los presentes antes de que Izuku lo regresara a su jaula.

Tras uno de estos incidentes, Izuku habló sobre esto con Touma, quien era su compañero de práctica ese día.

—Creo que ya sé por qué la bestia logra salir a veces.

—¿Sí? ¿Por qué?

—Creo que mi quirk lo llama.

Touma levantó una ceja, esperando el resto de la explicación.

—La bestia es una parte de mí, pero no es una consecuencia de mi quirk, es mi quirk, al menos una parte de él. No sale cuando uso mi quirk, usar mi quirk lo hace salir.

—No abre la puerta porque uses tu quirk, el usar tu quirk abre la puerta.

—Exactamente.

—Pero ¿Eso no haría que cada que saliera, fuera tan violento como aquella vez?

—No, aquella vez fue especialmente violenta. No había tenido un ataque así desde que era niño, pero tampoco había usado mi quirk de esa manera antes.

—Pues ahora lo usas bastante sin problemas mayores.

—Eso es porque conseguí encerrarlo; encadenarlo luego de aquel incidente. Ahora estoy en control de mi cuerpo.

Touma vio al chico y le dio una sincera sonrisa.

—Me alegro mucho. Si sigues así estoy seguro de que el examen de Yuuei no será un problema para ti.

—Gracias.

Izuku había llegado a conocer mejor a todos los Midnight boys. Yuto (contra el que se enfrentó la primera vez) era un chico apasionado y estricto, pero muy confiable. Touma era el más callado del grupo, sabía escuchar y dar consejos. Shun tenía una personalidad infantil, le gustaba hacer bromas y constantemente lo molestaba con conseguirle una novia (Izuku no tenía la más mínima idea de cómo hablar con chicas de su edad). Haruto era el líder del grupo, era serio, pero siempre buscaba ayudar, y sus consejos sobre cómo mejorar sus movimientos eran los mejores

Midoriya había logrado forjar una amistad con los Midnight boys a través del entrenamiento, y estaba agradecido de por fin tener amigos con los que hablar sobre sus problemas (no solo los de su quirk).

Y así pasó el tiempo, entrenando y estudiando, hasta que diez meses después del ataque de aquel villano, Izuku tocó la puerta de la oficina de Midnight. Un suave "entrá" le respondió del otro lado de la puerta. Al entrar, el chico encontró a Midnight revisando papeles con rostro disgustado.

—¿Qué pasa Izuku?

—Bueno, mañana es el examen de ingreso a Yuuei y-

—Y que me digas, tengo un montón de papeleo acumulado; tengo que entregarlo mañana en la mañana, aparte de que tengo que estar ahí para vigilar el examen y-

Midnight dejó de hablar abruptamente, con los ojos bien abiertos, y volteó a ver al chico, dándose cuenta de lo que el examen de ingreso significaba.

—…Hoy es tu último día.

—Sí.

Ambos se observaron durante un momento hasta que Midnight habló.

—Izuku, hace diez meses me llamaste pidiendo ayuda para poder controlar tu quirk, y aunque no sé si yo fui la mejor opción, me alegra que hayas acudido a mí. En este tiempo he podido ver una gran mejoría, especialmente considerando lo que ocurrió el primer día.

El chico soltó una risa nerviosa, lo que provocó una sonrisa en la heroína.

—Sé que lo harás bien mañana, y espero verte en la Yuuei cuando inicien las clases.

Nemuri terminó y se limitó a ver el rostro del chico. Ella supo que estaba buscando las palabras adecuadas para responder, y después de un momento las encontró.

—Solo… — el chico balbuceó, aguantando las lágrimas —solo quería decirle, señorita…

Repentinamente Izuku se puso derecho y dio una pronunciada reverencia, formando un ángulo de 90 grados con su cuerpo.

—¡Muchas gracias por apoyarme todo este tiempo! ¡No lo habría logrado sin usted!

Un silencio se formó entre los dos. No era un silencio incómodo, el ambiente era relajado y en ningún momento ninguno sintió la necesidad de romperlo. Luego de casi un minuto, Izuku se levantó, agradeció nuevamente a la heroína, y se retiró.

Luego de que el chico se fuera, Nemuri dejó salir una risa y giró en su silla, hacia su ventanal, para ver al chico salir del edificio. Mientras se alejaba, la heroína no pudo evitar decir unas palabras.

—Sé que serás un gran héroe, Izuku.


A la mañana siguiente Izuku estaba parado frente a la entrada de la Yuuei, observando el enorme edificio mientras una mezcla de nervios, miedo y angustia se revolvía en la boca de su estómago, causándole náuseas.

—Ok…aquí estoy…cálmate…todo saldrá bien…solo…haz lo que te pidan y da tu mejor esfuerzo.

Izuku guardó silencio un momento, como si esperara algo.

—¿En serió? ¿No vas a salir con tus comentarios sarcásticos ahora?

La bestia había estado muy callada esos 10 meses, pero Izuku sabía que un largo periodo de calma solo significaba problemas.

—Emm… ¿Disculpa?

Una suave voz femenina sacó a Izuku de su trance. Al voltear el chico encontró unos grandes ojos de color marrón. Junto a él se encontraba una chica algo más bajita que él, con cabello castaño y grandes mejillas rozadas.

—¿Te encuentras bien?

—¿Eh? — la chica tomó a Izuku completamente desprevenido.

—Perdón si me estoy metiendo, pero me pareció que estabas mal, ¿quieres medicina para el mareo? Tengo un poco en mi mochila.

—¿Eh? ¿Qué? Yo…c-creo que me vendría bien un poco, sí.

Dicho esto, la chica buscó en su mochila y sacó unas pastillas. Le dio una al chico que procedió a tragarla rápidamente.

—G-gracias, estoy muy nervioso.

—Jeje, yo también.

—Entonces ¿Vas a tomar el examen a la Yuuei?

—Claro, por eso estoy aquí— respondió la chica con una amplia sonrisa.

—J-je, cierto, cierto— el chico se abofeteó mentalmente por la obvia pregunta que hizo.

—Bueno, ¡Buena suerte! — dijo la chica mientras se alejaba.

—¡I-Igualmente! — respondió Izuku, agitando su brazo sobre su cabeza.

Izuku se mantuvo quieto un momento, y luego gritó dentro de su mente.

¡Acabo de hablar con una chica!


Las instrucciones del examen eran simples. Destruye robots. Cada robot cuenta ciertos puntos. Junta tantos puntos como puedas para pasar. Sencillo.

Los aspirantes ya se habían reunido a las afueras del campo del examen. Izuku hacía lo posible por calmar sus nervios. Tuvo la mala suerte de terminar sentado junto a Bakugo durante la explicación, y aunque ambos se ignoraron, solo estar cerca de él lo ponía de malas.

Observando a su alrededor, Izuku vió a aquella chica de cabello castaño que lo había ayudado al entrar. El chico quiso acercarse para saludarla y desearle suerte cuando alguien lo detuvo.

—Oye ¿Qué pretendes?

—¿Eh? — quien detuvo a Izuku era un chico de la misma estatura de Izuku, con lentes y de cabello azul oscuro.

—¿Planeas distraer a tus compañeros de prueba?

—¿De qué hablas? — Izuku no estaba entendiendo nada.

—Te vi acercándote a esa chica, además también te vi durante la explicación. Tenías una cara de pocos amigos, ¿eres una especie de buscapleitos?

—Amigo, lo que dices no tiene ningún sentido, yo solo quería-

—¡COMIENCEN!

La voz de Present Mic inundó el ambiente repentinamente. Nadie sabía a qué se refería.

—¿Qué pasa? — preguntó el héroe —¡No hay tiempo ni aviso en una pelea real! ¡El examen ya comenzó!

Rápidamente todos los aspirantes se lanzaron hacia las puertas, lo que tomó por sorpresa a Izuku, quien reaccionó tarde.

—¡Demonios!

Los robots no eran ilimitados, y ahora tenía a toda una multitud frente a él que los derrotaría antes de que él pudiera siquiera verlos.

—¡Oh no, esos sí que no!

Izuku alteró sus piernas, haciéndolas más fuertes y largas, y comenzó a correr dando largas zancadas. Cuando estuvo cerca de la multitud, dio un gran salto, pasando por encima de los demás aspirantes de su sección.

Al caer, Izuku mejoró sus sentidos. Su objetivo era encontrar a los robots, por lo que tenía que buscar sonidos metálicos y olor a aceite. No pasó mucho para que detectara un grupo de robots.

Izuku corrió, girando en una esquina, encontrando tres robots de un punto cada uno.

Rápidamente, Izuku alteró sus brazos, haciéndolos más largos y fuertes. Recubrió sus manos y antebrazos con caparazones quitinosos, y de sus dedos le crecieron garras.

Izuku comenzó a destrozar robots rápidamente. Primero fueron esos tres de un punto. Del otro lado de la calle vio otros dos, uno de un punto y el otro de dos, a los que despachó sin problema. Siguió avanzando y se topó con un grupo peligroso, dos robots de tres puntos y dos de dos puntos. Los tomó desprevenidos y destrozó a uno de tres puntos antes de que los demás lo vieran. Izuku saltó y cayó sobre uno de los de dos puntos, que logró bloquear su ataque inicial, pero no pudo evitar que la cola que Izuku había hecho crecer (que poseía una punta de hueso similar a un arpón) le atravesara el pecho. Los otros dos arremetieron contra el chico, pero él evitó sus ataques y despachó al de dos puntos en el mismo movimiento. El último robot disparó varios pequeños misiles hacia el chico, obligando a Izuku a retroceder, sin embargo, el robot no notó la rápida cola de Izuku que rompió uno de los soportes de su cañón, haciéndolo tambalear y perder toda su precisión. Sin su arma principal, el robot fue presa fácil para Izuku.

—16 puntos— balbuceó el chico para si mismo, llevando la cuenta de sus puntos.

Izuku siguió acabando con robots sin ningún problema, obteniendo 35 puntos cuando notó que ya no había ningún robot cerca de él. El chico se concentró y notó un gran alboroto en la calle principal. Al acercarse pudo ver a varios aspirantes peleando con multitud de robots.

Antes de que Izuku pudiera seguir con su caza de robots, un gran estruendo llamó la atención de todos. Al voltear, Izuku se topó con una enorme mole de metal que salía de detrás de un edificio, destrozando todo a su paso.

—¡Ese es el villano de cero puntos! — se escuchó gritar a uno de los aspirantes.

Rápidamente, todos comenzaron a huir, alejándose del robot gigante.

Izuku comenzó a concentrarse. Aun mientras huía tenía que derrotar a un par de robots más para aumentar sus puntos. Fue en ese momento que un leve quejido llegó a los oídos de Izuku. Al voltear, pudo ver a la chica de pelo castaño; estaba en el suelo y era evidente que no podía levantarse.

Rápidamente, Izuku se lanzó hacia la chica. Al llegar, aumentó el tamaño de sus brazos y de un solo movimiento apartó los escombros que cubrían las piernas de la chica.

—¡¿Puedes levantarte?! — preguntó Izuku, entre gritos, para que lo escuchara sobre el ruido del robot gigante.

La chica intentó levantarse, pero puso un rostro de dolor antes de caer de nuevo al suelo

—¡N-no, me torcí el tobillo!

Izuku rápidamente tomó a la chica y la cargó en sus brazos, listo para salir de ahí.

—¡No te preocupes, yo-! — antes de que pudiera terminar esa frase, ambos jóvenes escucharon un fuerte rechinido metálico.

Al voltear, se encontraron cara a cara con la enorme mano derecha del robot, a punto de alcanzarlos.

El tiempo se detuvo para el chico. No podía salir a tiempo, y la chica que tenía en brazos no podía ponerse de pie. Necesitaba hacer algo rápido para ponerla a salvo.

Antes de que la chica pudiera reaccionar, la cola de Izuku ya la había rodeado por la cintura, y en un solo movimiento la depositó en el suelo, a varios metros detrás del chico. Al mismo tiempo, Izuku creció en tamaño aún más, al punto que su ropa comenzó a desgarrarse. Sus brazos y piernas ahora eran más gruesos que el torso de la chica, y medía casi 3 metros, además de que le había comenzado a salir bello de todo el cuerpo. Ahora la única zona de su cuerpo que poseía algún tipo de armadura eran sus manos, que aun mostraban una especie de caparazón. Izuku ahora parecía un gorila enorme.

Cuando la mano del robot los alcanzó, se topó con la fuerza descomunal de Izuku que la paró en seco. El ruido del golpe llamó la atención de los demás asistentes, que solo pudieron ver a este enorme animal sosteniendo la mano del robot con ambas manos por encima de su cabeza.

Izuku arrojó la mano gigante hacia su lado derecho, y de un salto alcanzó el codo del robot.

La chica, quien aún no entendía qué le había pasado al chico, vio como aquel gorila corría sobre el brazo del robot y alcanzaba su cara, para luego golpearla con tal fuerza que le arrancó un trozo de cabeza.

Izuku metió las manos en la falla que hizo con su golpe, y con una gran fuerza abrió el metal hasta que se formó una grieta lo bastante grande para que él entrara. Las manos del robot intentaron alcanzar al chico antes de que ingresara, pero fueron muy lentas.

Todos los asistentes se quedaron viendo al robot, que no sabía cómo reaccionar a un invasor en su propio cuerpo. Escuchaban sonidos de golpes, leves rugidos y metal rompiéndose, mientras veían como el robot que los había hecho huir a todos, lentamente comenzaba a perder la habilidad de moverse, y mostraba fallas y pequeñas explosiones por todos lados. Luego de casi un minuto, un fuerte golpe provocó que el robot soltara una fuerte alarma, e inmediatamente dejó de funcionar. Los ojos del robot se apagaron, dejó de sonar el mecanismo interno, y sus brazos se colgaron de su cuerpo sin fuerza.

El robot se mantuvo en su posición durante un largo momento, al igual que la multitud. Todos mantenían silencio, mientras el único sonido provenía del interior del robot. Sonaba como algo abriéndose paso, rompiendo y rasgando metal. Un fuerte golpe sobresaltó a todos, una abolladura había aparecido en el medio del pecho del robot, sin embargo, se formó de adentro hacia afuera. Un segundo golpe y un enorme puño atravesó la coraza externa del robot. Era una garra grande cubierta de una coraza similar a la de un cangrejo. Una segunda garra salió y juntas abrieron una gran grieta por la que salió Izuku. Su apariencia había cambiado un poco; ahora gran parte de su cuerpo estaba cubierto del mismo tipo de coraza que sus manos, y era significativamente más pequeño (1.8 metros).

Izuku observó su alrededor, y de un salto calló al suelo, elevando una gran nube de polvo que se había formado debido al robot. Cuando la nube se dispersó, Izuku se encontró a unos 3 metros de la chica de cabello castaño, quien lo veía con una cara entre sorprendida y confundida. El chico rápidamente comenzó a acercarse.

—¡Oye, ¿te encuentras bi-?!

Una sensación familiar lo invadió. Pudo sentir el leve roce de la bestia hacerse presente, recordándole del costo de usar su quirk. Su cuerpo se paralizó y, aunque involuntario, su expresión se volvió una de angustia. Lentamente, Izuku comenzó a regresar a la normalidad, la bestia no había salido, pero estuvo cerca.

—E-emmm…disculpa.

Izuku salió del trance para ver que la chica de cabello castaño lo veía. El chico había olvidado donde estaba con tal de suprimir su quirk, y esperaba que la chica no hubiera notado nada raro.

—¡Oh! No te preocupes. Preguntaba si estabas bien.

Izuku, ya habiendo regresado a la normalidad, se acercó a la chica y le tendió una mano.

—¡A-esto-yo-tú!

La chica estaba tartamudeando, y por alguna razón desviaba la mirada, intentando no ver a Izuku.

—¿Te sientes bien? ¡Cierto, tu tobillo! Aún no lo puedes apoyar, verdad.

Cuando Izuku intentó acercarse más para ayudar a la chica a levantarse, ella puso sus manos frente a él, deteniéndolo. Izuku no entendía. Ahora que estaba más cerca pudo ver que la chica tenía la cara roja como un tomate, además de que estaba apuntando a su abdomen.

—¡T-t-t-tu ropa! — gritó la chica.

Izuku vio confundido a la chica un momento, luego volteó a ver su ropa, encontrándose con que toda su vestimenta había sido reducida a harapos. Izuku nunca había tomado en cuenta la ropa al momento de usar su quirk, y aunque había tenido uno que otro incidente mientras entrenaba nunca pasó de una rasgadura o una perforación, pero nunca había cambiado su tamaño tan drásticamente como ahora.

El chico se dio cuenta de lo que pasaba. Su transformación y su subsecuente paseo por las entrañas de un robot habían reducido su ropa a un montón de trozos de tela que podrían caerse con un viento algo fuerte. ¡Se había acercado medio desnudo a una chica! Sin mencionar que, debido a la situación de su ropa, "el pequeño Izuku" era visible para todo el que estuviera medianamente cerca. ¡Ella no estaba apuntando a su abdomen!

El rostro de Izuku se enrojeció aún más que el de la chica, y rápidamente intentó cubrirse sus partes.

—¡Lolamento! ¡Nuncamehabíaconvertidoennadatangrandeyfuetanrápidoquenolopenséenseriolosientopormostrartealgocomo-!

Las palabras del chico salían rápidamente de su boca, mientras un frondoso pelaje de color verde crecía de todo su cuerpo, cubriendo su desnudez. La chica seguía en el suelo, cubriendo su rostro con sus dos manos.

—¡Por favor perdóname! ¡No sabes lo apenado que estoy por esto! ¡Lamento mucho que-!

Antes de que pudiera continuar, el ambiente fue inundado por la voz de Present Mic.

—¡La prueba ha terminado!

Tras el aviso, el chico olvidó su vergüenza por un momento y suspiró.

—Vaya…espero haber hecho los suficientes puntos.

—Esto…discúlpame.

Fue la chica quien dijo eso último. Izuku la vio confundido.

—Si no me hubieras salvado, probablemente habrías podido hacer más puntos.

—Olvida eso.

La respuesta desconcertó a la chica, quien giró para ver a Izuku.

—Digo, los puntos son importantes, sí, pero lo que más importa aquí es que estés a salvo.

Ambos se observaron durante un momento, hasta que Izuku se dio cuenta que había dicho algo muy vergonzoso.

—¡Bueno, yo solo- ejem! ¡Solo digo que la seguridad de las personas es más importante que un examen!

—¡Exacto!

Ambos jóvenes voltearon a ver de dónde venía esa voz, encontrando a una pequeña anciana unos pasos de ellos; vestía una bata de enfermería y unos lentes.

—Eso es lo que siempre digo, pero siempre hay algún imprudente que ignora su bienestar por querer salir mejor en el examen.

La mujer se acercó a la chica y sus labios se estiraron exageradamente hasta alcanzarla y darle un beso. Tras el beso, el cuerpo de la chica comenzó a emitir una leve luz verde.

—¿Eh? Mi tobillo ya no me duele.

—Eso debería bastar, pero no te sobre esfuerces. Mi quirk solo acelera la recuperación natural del cuerpo, así que te sentirás algo cansada.

Con eso dicho, la anciana se alejó, repartiendo dulces y besos a los heridos.

Ambos chicos se quedaron dónde estaban un largo momento, pensando en lo que acababa de pasar.

—Esto…en serio perdón por haberte mostrado…eso — dijo Izuku, volviendo a sonrojarse.

—¿Podemos no hablar de…eso? —dijo la chica, también volviendo a sonrojarse.

—¡Claro!

Los dos se quedaron en silencio nuevamente, un silencio incómodo. Los nervios de Izuku empeoraban a cada momento, hasta que no lo pudo soportar más.

—Creo…que mejor me voy, adiós.

Sin esperar una respuesta, Izuku puso marcha a la salida, pero apenas dio unos cuantos pasos y escuchó a la chica soltar una carcajada.

—¿Eh? — Izuku volteó para ver a la joven con una amplia sonrisa.

—Con…con todo ese pelaje pareces un oso de peluche gigante — dijo la chica, antes de soltarse a reír.

El chico se inspeccionó. Efectivamente, todo ese pelo que había hecho crecer apresuradamente lo hacían parecer una botarga, e imaginó que era más cómico al tener manos, pies y cabeza de tamaño normal.

Aún más apenado, Izuku apresuró el paso a la salida. Tenía que gritar mucho contra su almohada al llegar a casa.


El viaje de regreso fue un suplicio para el chico. Como técnicamente estaba caminando desnudo por la calle, Izuku no podía estar tranquilo, pensando que alguien lo iba a descubrir. Apenas llegó a su casa, lo primero que hizo fue ir a su habitación a ponerse ropa. Por suerte su madre estaba trabajando, por lo que no tuvo que dar explicaciones, y esperaba nunca tener que recordar ese suceso.

Los siguientes días Izuku fue un mar de nervios. Saltaba ante toda carta o correspondencia que llegaba a su casa, pensando que era la respuesta de la Yuuei. Izuku estaba nervioso; saliendo del examen escuchó la conversación de algunos aspirantes, y aunque los puntos que juntó no fueron pocos sí escuchó algunos con más puntos.

Fue hasta una semana después que la respuesta llegó.

Al abrir el sobre se sorprendió al ver que era una proyección holográfica en vez de una carta. Su madre estaba tan emocionada que hasta hizo palomitas para que la vieran juntos.

Al encender la proyección los recibió la imagen de una especie de animal; parecía la mezcla entre un oso pequeño y un ratón.

—¡Saludos, joven aspirante!

—¿Eh? ¿Será la mascota de la escuela? — preguntó Inko al aire, sin levantar mucho la voz.

—¡Me presento, soy Nezu, el director de la Yuuei, y estoy aquí para informarte de tus resultados! En el examen escrito te fue bien. Pasaste con un buen margen. ¡Felicidades! En cuanto a tu examen práctico, conseguiste 35 puntos derrotando villanos, lo que por sí solo no es suficiente para entrar al curso de héroes.

Ante estas palabras, Izuku bajó la mirada y apretó los puños. Si tan solo no se hubiera centrado en peleas complicadas y se hubiera ido por los robots más fáciles. Si tan solo hubiera sido más rápido al eliminarlos. Si tan solo…

—¡Pero! — ese grito sacó a Izuku de sus pensamientos, devolviendo su atención al holograma — ¡Aquí en Yuuei valoramos los actos heroicos sobre todas las cosas! ¡Nuestros jueces observan a todos los aspirantes y les otorgan puntos de rescate, y tú has obtenido 60 puntos!

Los ojos de Izuku comenzaron a mojarse en lágrimas.

—¡No solo aprobaste! ¡Obtuviste la puntuación más alta entre todos los aspirantes! ¡95 puntos! ¡Felicidades y bienvenido a Yuuei!

Con eso dicho, la proyección se apagó automáticamente.

Izuku e Inko voltearon a verse con cara de asombro, ambos con lágrimas en los ojos, y de un momento a otro estallaron en gritos de alegría. Ambos se abrasaron y saltaron, festejando que el chico se haya quedado en la escuela. Esa noche Inko cocinó el platillo favorito de su hijo.


La noche del examen, casa de Uraraka Ochako.

La chica estaba en su cama, con la luz apagada y viendo al techo, pero sin poder conciliar el sueño. No podía sacar de su cabeza el incidente que tuvo durante el examen. Cómo aquel chico fue a salvarla, lo extraño que era su quirk, el cómo terminó rompiendo toda su ropa, y su…

El rostro de Ochako se tornó rojo de golpe, y no pudo evitar comenzar a dar vueltas sobre su cama.

—¡Tonta! ¡Deja de pensar en eso! — se gritó a sí misma mientras se tapaba la cara de la vergüenza.

La chica terminó por calmarse luego de un rato, solo para volver a su posición inicial, a su vez que una frase escapó de sus labios casi involuntariamente.

—No sabía que podían ser tan grandes.

Luego de darse cuenta de lo que había dicho, la chica regresó a ser un desastre de nervios y vergüenza.


Comentario:

Para todo el que tenga la duda, sí, este Izuku es del mismo tamaño que Iida.