。・。・我が魂は均衡を求める。・。・

Eran las dos de la tarde en la base de Gibraltar de Overwatch. Tracer se encontraba revisando unos documentos en el despacho principal, junto a ella Ángela terminaba de arreglar unos informes sobre lo ocurrido en Rusia la semana pasada. Llevaba días viajando de un lado para otro hasta que Jack los convocó a todos en la base al sur de la Península Ibérica.

La piloto tarareaba una simpática canción mientras saltaba de un lado a otro colocando cosas, era feliz en su desorden. Pero todo ruido cesó cuando las pantallas se encendieron y comenzó la retransmisión de las noticias.

-Nos encontramos en Japón, donde anoche se produjo un asesinado en masa -dijo la presentadora de noticias, contactando con la reportera que había viajado hasta aquel país.

Ángela sintió como el corazón se le paraba un instante, el mismo en el que Jack entró por la puerta del laboratorio con semblante serio.

-En efecto, nos encontramos delante del templo de Hanamura, en la prefectura de Tokio, donde anoche se produjo el asesinato en masa de la familia Shimada… -siguió hablando la reportera de las noticias.

Tracer se había quedado en silencio, miró a Ángela de reojo, lo que ocurrió después no lo esperaba conociendo el carácter tranquilo de su amiga.

-¡Eres un jodido desgraciado! -gritó la doctora, encarando a su comandante.

Jack levantó las manos intentando apaciguarla pero era casi imposible.

-¿¡Esta era la misión tan importante a la que mandaste a Genji!? -insistió, señalando la pantalla con furia.

-Ángela, sabes que no puedo hablarte de las misiones de Blackwatch… -murmuró, su tono era firme.

-Pero puedes mandar a mi paciente a hacer los trabajos sucios que tú no quieres, ¿no? -respondió ella, con una mueca de tristeza y enfado en su rostro.

-Eran órdenes de arriba, no podía negarme -el hombre se sinceró, dando un largo suspiro.

-Pues podrías haber mandado a otro, ¿O es que dentro de tu jodida moral te parecía buena idea mandar a aquel chico a matar a su propia familia? -Ángela pronunciaba cada palabra a punto de comenzar a llorar, pero se mantuvo fuerte- ¿Acaso la guerra te ha arrebatado la poca humanidad que nos queda?

-Sabías a lo que se tendría que enfrentar cuando solicitaste que entrase en Overwatch, ahora no me culpes de esto -Jack le había respondido con cierto tono irritado, ambos eran adultos que podían hablar las cosas perfectamente antes de discutir.

-No justifiques lo injustificable -dijo Ángela antes de agarrar con fuerza las carpetas que sostenía y desaparecer con paso rápido del laboratorio.

Jack Morrison se quedó en silencio, mirando la puerta por la que se había marchado la doctora. Ella era su amiga y lo último que deseaba era hacerle daño, pero a veces no había elección, la vida era justa e injusta a partes iguales, Ángela lo sabía de sobra desde que trabajaba como doctora.

Él lo sabía desde que se hizo soldado, la guerra te cambiaba demasiado. Ver a sus amigos y compañeros morir ante tus ojos sin poder hacer nada tal vez te acababa convirtiendo en un monstruo sin sentimientos.

。・。・我が魂は均衡を求める。・。・

La doctora Ziegler ya había preparado sus cosas para marcharse de aquel lugar, pensaba buscar a Genji por su cuenta, aunque Jack se negase a dar información sobre su paradero, si era preciso acudiría a Moira.

Odiaba deber un favor a aquella mujer, pero aún así tomó con dedos temblorosos el teléfono y mandó un mensaje preguntando por él. Sintió un escalofrío cuando vio el icono de que el destinatario estaba escribiendo de vuelta.

Al otro lado de la pantalla Moira observaba las palabras que Mercy le había escrito.

Dónde está él, por favor.

-Por favor… -murmuró ella, pasándose la lengua por el labio inferior, acabando con una amplia sonrisa en su rostro- Oh, querida Mercy, vas directa a tu perdición.

Moira no sentía especial admiración por la doctora Ziegler, pero reconocía que su trabajo era impecable, sin embargo nunca estaría a su altura porque se auto ponía esas dichosas barreras que llamaba moral.

Mercy era la jefa de medicina e investigación de Overwatch, ella era la de Blackwatch. Su trabajo nunca saldría a la luz por ser una organización que trabajaba en las sombras, pero sabía que si Mercy desaparecía en algún trágico accidente, Jack no tendría más opción que nombrarla para Overwatch, y aquello era justamente su objetivo. Además, la pobre doctora iba a realizar un viaje en busca de su amado, esto ya se conocía o rumoreaba en toda la organización, nadie sospecharía de aquello.

Moira volvió a bloquear el teléfono y guardarlo en la bata de laboratorio que vestía, luego se giró hacia su escritorio y prosiguió con las pruebas que estaba realizando con el ADN del Shimada. Su mirada se oscureció a la vez que su ambición crecía, pronto conseguiría mejorar la fórmula para crear a un super humano sin la necesidad de implantarle partes metálicas. El silencio de la sala se vió interrumpido por la carcajada de la doctora.

。・。・我が魂は均衡を求める。・。・

-Ángela, yo… -se disculpó Tracer ante su amiga- Dudo que sea buena idea interferir en los planes de Blackwatch…

La doctora Ziegler apretó la mano alrededor del asa de su equipaje, le había pedido a Lena que pilotase la nave hasta Italia, allí es donde había indicado Moira que se encontraba Genji ahora.

-Sé que te pido demasiado, pero quiero salvar a mi amigo -suplicó la mujer rubia, con rostro angustiado, debía darse prisa antes de que Jack intensase detenerla.

Lena quedó en silencio unos segundos, pero al ver la expresión de tristeza que traía su amiga, se decidió a ayudarla.

-Bueno, siempre quise probar una verdadera pizza italiana… -respondió ella, una diminuta sonrisa se asomó entre sus labios- Pero me invitas tú, cielo.

。・。・我が魂は均衡を求める。・。・

Horas después ambas mujeres ya estaban sobrevolando el espacio aéreo de Italia. La nave que Tracer había tomado prestada era pequeña pero suficiente para su misión de incógnito, no querían llamar mucho la atención.

Los últimos minutos habían transcurrido en silencio, Ángela contemplaba en silencio las nubes que atravesaba el morro del avión. Puede que sus acciones estuvieran fuera de lugar, puede que hubiera pecado de imprudente, pero de algo estaba segura y era que necesitaba encontrarse con Genji una vez más.

Necesitaba volver a chocar con aquellos ojos verdosos que siempre brillaban cuando estaban juntos. Necesitaba preguntarle si estaba bien, comprobar cómo se sentía tras lo de su familia. Pero anhelaba algo más, que ocultaba en el fondo de su ser, necesitaba sentir de nuevo el latido de su corazón apoyada en su pecho, o tal vez también volver a rozar sus labios una vez más. Entrelazar sus dedos de nuevo no sería una mala sensación, pensar en ello la ponía nerviosa y ansiosa.

Puede que fuera una niñata egoísta por solo preocuparse por sus propios sentimientos con todo lo que estaba pasando en el mundo y así alrededor, pero es que siempre dedicó su vida a los demás, era hora de pedir el favor de vuelta.

Tendría que reconocer de una vez que él había sido el protagonista de su felicidad los últimos dos años, y ella querría aferrarse a aquel recuerdo por siempre. Ahora la crisis ómnica le parecía tan lejana, había olvidado Rusia, incluso no recordaba las noticias de esta mañana sobre Japón. Todo carecía de sentido y de importancia cuando sus pensamientos se sumergían en el recuerdo agradable que le provocaba pensar en el Shimada de nuevo. Por ello estaba más que segura de arriesgar su vida por él, no había un atisbo de terror en su mirada.

-Ángela, ya hemos llegado -anunció Tracer a su lado, hablando por el micrófono de los cascos que llevaban puestos ambas para evitar el ruido del avión.

Otro vuelco en el corazón de la rubia, que tan solo pudo asentir mientras su amiga aterrizaba en el helipuerto del hotel donde pensaba hospedarse en su próxima aventura.

。・。・我が魂は均衡を求める。・。・