Lluvia compartida
Capítulo 4: Gotas de sangre, gotas de agua.
0o0o0o0o0o0o0o0o0o00o0
Estaba nublado, pero se esperará que esa noche no lloviera hasta la medianoche cómo había previsto el pronostico del clima, hace pocos minutos los dos investigadores habían dejado el café Anteiku. Rize caminaba junto a su medio hermano Furuta Nimura, ambos iban por una misión de encubiertos donde ella básicamente hacia de carnada y Furuta la seguía a distancia para monitorear sus movimientos ya que era siempre recomendable que para todas las misiones siempre fueran en parejas.
Aunque ella tenía la fama de hacer algunas misiones en solitario.
—¿Siempre te gusta ofrecerte en este tipo de misiones, Rize-chan? —Le preguntó Furuta.
—Digamos que me gusta sorprenderme que tipo de monstruo se esconde bajo la apariencia humana—Respondió Rize deteniéndose frente a una estación de tren, había muchas personas que pasaban por donde ellos estaban—.Ya llegamos
Ella entró al baño de damas para quitarse su gabardina, doblarla con cuidado y guardarla en una bolsa de plástico que ya tenía junto con su libro y su bolso pequeño. Salió del baño, se dirigió a los casilleros de la estación del tren donde insertó su llave y guardo sus cosas, dejando la llave colgada en una cadena en su cuello que oculto debajo de la ropa. Fue a una maquina expendedora y compró una pequeña caja de dulces.
Camino a donde estaban todas las demás personas esperando el tren incluyendo a su medio hermano, se puso a lado de él sin decirle nada, él solo la miraba de reojo sonriendo.
Rize llevaba puesto un uniforme escolar de falda corta color azul marino, una blusa azul marino estilo marinero de manga larga que se le ceñía al cuerpo (como si fuera una talla más pequeña de ella) combinándolo con una corbata en forma de moño color rojo. Lo único que faltaba para el atuendo de la pelimorada era un bolso de escuela, pero lo mejor era ir ligera para las misiones encubiertas, llevaba su arma y celular escondidos en los bolsillos de la falda.
Furuta fingió tener una llamada telefónica. Haciendo que Rize lo mirara de reojo.
—¡Ah eres tú!, ya vamos un poco atrasados a la diversión por recoger un libro, pero si te sientes incomoda no dudes en sentarte junto a mi cuando llegué el momento…—Furuta observo de reojo como Rize tecleaba en su celular—.Hasta luego.
Furuta le llegó un mensaje de Rize el cual decía: "Estaré bien".
El tren se detuvo y ambos subieron al tren, pero cada uno se sentó en diferentes lugares sin perderse de vista él uno del otro.
Rize se quedo viendo su celular observando sus mensajes en donde habían tenido un sospechoso ghoul que estaba a 30 minutos en tren de donde estaban, pero se tenía la sospecha que él o ella usaba el tren a esa hora para sus ataques, gustaba de las personas menores de 20 años que iban solos. Observaba a todos los pasajeros, quienes iban solos, acompañados, pensativos o distraídos.
Se cortó el dedo pulgar cerca de la uña con su arma cuando metió la mano en su bolsillo de la falda discretamente, sintió dolor, pero cuando la sangre oscura y cálida comenzó a manchar la falda de su uniforme, esperaba que alguien le prestará atención. Una mujer de unos treinta años vestida con ropa deportiva que le quedaba un poco grande y llevaba una mochila a los hombros se le quedo viendo a su pulgar. Rize se limpió la herida lamiéndola, pero dejando un pequeño rastro de sangre fresco, ahí fue cuando la mujer se le acercó y se sentó a su lado sonriendo.
—Hola, disculpa ¿te lastimaste? —Le preguntó la mujer con tono amable.
—Hola—Rize se sonrojo de las mejillas—.Me quite un pequeño pellejo del dedo y me salió un poco de sangre.
—Pobrecita, te daré un pañuelo.
—Gracias.
La mujer saco una pequeña caja de pañuelos desechables de la mochila y le ofreció uno a Rize, ella limpió la herida y se hizo un vendaje improvisado con parte del papel mirando a la mujer, cuando movía levemente la mano a un lado los ojos de la mujer la seguían sin parpadear.
—Mucho mejor—Exclamó Rize aliviada—.Por cierto, estoy buscando una oficina de correos, pero siento que tomé el tren equivocado y mi celular no me está funcionando, ¿sabes como llegar?
—Bajas en dos paradas y luego tomas la primera calle hacia la derecha, caminas cinco cuadras y ahí hay una.
—¿En serio? ¡Ah! falta un rato, espero no perderme, ojalá no cierren la oficina.
—¿Vienes sola?
—Si, ¿tú también?
—Si, voy para allá si quieres puedo acompañarte—La mujer le sonrió amistosamente.
—¡¿De verdad?! Muchas gracias—Rize hizo una reverencia sentada—.Ojalá hubiera botes de basura para tirar este pañuelo.
—Dámelo, lo tiraremos cuando salgamos—La mujer tomó el pañuelo y lo guardó en el bolsillo de su sudadera
Ambas se quedaron hablando un poco más, Rize abrió la caja de dulces que había comprado comenzando a comerlos, le ofreció uno a la mujer, pero este rechazo el ofrecimiento. Rize iba inventando de que escuela era y porque necesitaba mandar cierto paquete, por supuesto la mujer le preguntaba que iba a mandar, Rize solo respondía que era algo que tenía en el bolsillo demasiado valioso para llevar en un bolso tan tarde por miedo a sufrir un robo.
También Rize le preguntaba cosas a la mujer, si iba a ser ejercicio o si había regresado del gimnasio, pero la mujer evadía algunas de sus preguntas. La conversación terminó antes de llegar a su destino. Este método era un arma de doble filo, no siempre era un ghoul era el caía en el juego, pero ya les había funcionado un par de veces. Después de todo iban a donde habían ocurrido un par de ataques y solo se sospechaba que el ghoul que buscaban usaba calzado deportivo.
"En uno de los informes, nuestro ghoul dejo un zapato izquierdo en una escena del crimen, ¿será de ella?". Pensó Rize al ver los zapatos de la mujer, que eran un par de zapatos para correr nuevos.
Cuando llegaron a su parada bajaron del tren, Furuta iba detrás de ellas sin que la mujer de ropa deportiva lo viera. La mujer miró a todos los pasajeros que iban alejándose de la estación, se quedo quieta un momento y metió las manos en sus bolsillos de los pantalones mirando a Rize.
—Acabo de recordar que hay una forma más rápida de llegar a la oficina de correos—Le dijo la mujer.
—¿A sí? —Respondió Rize—.¿Por donde es?
—Sígueme, pero ¿nadie te espera en casa?
—No realmente—Ella se encogió de hombros despreocupada—.Me preocupa no llegar a tiempo.
—Muy bien, sígueme.
Rize caminó a lado de la mujer, la conversación había muerto. De hecho por donde iban era mucho más lejos que la oficina de correos, en ningún momento la mujer de ropa deportiva tiró el pañuelo que le había dado.
"Bueno, habrá que esperar si es o no la ghoul que estamos buscando" Pensó Rize al adentrarse por calles que tenían cada vez menos gente y menos luz, se metió las manos en los bolsillos de la falda esperando el momento adecuado.
0o0o0ooo0o0o0oo0o0o0o0o0
Domingo. El reloj indicaba las 9:06 de la mañana. El clima estaba nublado y en la madrugada había llovido por un rato por lo que el ambiente se sentía algo fresco.
Kaneki estaba en su habitación mirando el techo hace poco había abierto los ojos, la luz del día se filtraba por un hueco de la cortinas de su recamara. Era su día libre, pero el clima le hacía querer quedarse en la cama y mejor descansar ese día. Reviso su celular que estaba en la mesita de noche a lado de la cama, lo primero que hacía era revisar las noticias, lo que más revisaba era reportes de ghouls asesinados y personas desaparecidas. El investigador que había "desaparecido" junto con Touka todavía lo estaban buscando, una ghoul fue asesinada por el CCG anoche luego de intentar asesinar a una estudiante de instituto que pedía indicaciones sobre la oficina de correo de la zona (La noticia decía que la colegiada estaba con vida, pero no había más datos de ella); Y como última seguían buscando a los dos investigadores del CCG desaparecidos de hace una semana y media.
"Quizás vinculen las tres desapariciones de los investigadores con otro ghoul…" Pensó Kaneki.
Se levanto de la cama y estiro los brazos. Luego de cambiarse y lavarse la cara camino a buscar algo de desayunar, pero no en la cocina, si no en el sótano de la casa. En la sala tenía acomodados un sillón grande con una televisión en frente y una mesa en medio de ambos, todo estaba sobre una alfombra y debajo de esta había una puerta que era lo suficiente grande para que pudiera pasar un adulto sin problemas que daba el sótano, movió los muebles, abrió la puerta mirando por el agujero oscuro del sótano y comenzó a bajar con cuidado los escalones uno a uno. Una vez que sus pies tocaron el suelo del sótano presiono el interruptor de la luz. Era una luz amarillenta que hacía que el lugar se viera más sofocado.
Aquel cuarto procuraba mantenerlo lo más limpio posible, solo había una pequeña alcantarilla cerca de la única ventana de ese cuarto (la cual estaba oculta por los arbustos del jardín), en el suelo había una mesa de trabajo lo bastante grande para que pudiera acostar un cuerpo adulto a unos pasos de la puerta, estaba manchada con múltiples manchas marrones y marcada con cortes de cuchillos, a lado de la mesa tenía un refrigerador mediano blanco pegado a la pared del fondo donde guardaba frascos con la comida, por ultimo tenía varias cajas que guardaban frascos y herramientas alejadas del refrigerador (como palas, tijeras de jardín, cadenas y algunas sustancias como cloro y jabón liquido para ocultar cualquier rastro o aroma).
Kaneki paso camino hacia el refrigerador y abrió la puerta tomando dos frascos que tenían varios trozos rojizos los puso sobre la mesa notando que todavía estaban frescos por la fecha que tenían escrita. Cuando iba a subir notó que a lado de las cajas de herramientas estaban unas prendas hechas bolas, él dejo los frascos nuevamente sobre la mesa y camino hacia la ropa para ver que era. Alzo la primera prenda que era una enorme camisa formal blanca de hombre arrugada, manchada de sangre y que tenía unas grandes manchas de sudor en la parte de las axilas, por supuesto todas las manchas estaban secas, pero todavía despedían un olor entre dulce y podrido, también estaba un pantalón formal de vestir y un saco que hacia juego con el pantalón en las misma condiciones que la camisa.
—Que raro…—Dijo Kaneki para si mismo—.Estoy seguro que tire todo esto desde hace tres semanas.
Reviso si no había nada más, al no encontrar nada más tomo la ropa y los dos frascos apagando el interruptor de la luz y subiendo los escalones de vuelta a la sala.
.
Luego de desayunar, Kaneki lavo su plato, cubiertos, frascos y la taza de café no tardando más de 10 minutos. Notando como los restos de sangre se iban en un remolino rojo con espuma blanca. Una vez limpia la cocina noto las tres prendas sobre en el respaldo de la silla de la cocina, metió de forma individual cada prenda en bolsas negras de basura pequeñas, en cuanto saliera tirarías las bolsas en distintos puntos del distrito, no podía conservar nada de aquel investigador en su casa más que los restos de carne que guardaba en el refrigerador.
Luego de ver la televisión un rato y leer dos capítulos de "La metamorfosis" de Kafka, salió pasadas las doce del mediodía con la mochila en los hombros con las tres bolsas de basura pequeñas, caminando pasó a lado de uno de sus vecinos que paseaba a su perro, saludo a su vecino sonriendo sin dejar de caminar, pero la mascota de su vecino se detuvo para ladrarle haciendo que el dueño sujetara con firmeza la correa mientras intentaba controlar los ladridos del animal. Kaneki miró hacia atrás y camino un poco más rápido como si temiera que el perro destrozará la mochila a mordidas y revelara su secreto.
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
Rize abrió los ojos, estaba en su cama cubierta con sus sabanas hasta la barbilla, pasaban de las diez de la mañana. La luz grisácea se filtraba por las delgadas cortinas del cuarto. Antes de levantarse estiró un poco las piernas y los brazos si destaparse completamente tenía ganas de quedarse dormida otro rato a fin de cuentas era su día libre, pero la espalda comenzaba a molestarle por tantas horas en una sola posición.
"¿Cómo llegue a casa?" Pensó mientras bostezaba, intentando recordar luego de que terminara su jornada laboral de anoche. Cerró de nuevo los ojos.
Comenzó a repasar en su mente los acontecimientos de anoche, luego de trabajar encubierta, esperó junto con Nimura al equipo de limpieza de CCG, hicieron el reporte en la oficina, no recordaba si firmo su hora de salida en la oficina, ¿Tomó un taxi? ¿Nimura la acompaño a casa o se fue sola? ¿A que horas llegó? Mientras todos esos pensamientos pasaban por su cabeza una gota de agua le cayó en la frente.
Abrió los ojos extrañada enderezando la espalda sentándose en la cama, había una pequeña mancha de humedad en el techo de su cuarto. Miró la mancha suspirando con fastidio. Salió de la cama, la tendió con rapidez, la movió para que la gotas no cayeran sobre las sabanas, abrió más las cortinas y puso una taza vacía calculando donde caería la gota, cuando acertó en la ubicación se desvistió rápidamente casi enojada, se metió al baño, su cuerpo tenía un olor raro como si la pijama que usó anoche hubiera estado húmeda y guardada por mucho tiempo.
"Olor a encierro…" Fue lo que pensó Rize al momento de tallar las partes de su cuerpo con jabón y masajear su pelo con champú.
.
Al bajar las escaleras para desayunar, la cocina compartida tenía dos comensales, uno era la dueña de la casa y otro un huésped que ella no conocía, era un hombre de cuarenta y tantos vestido de manera formal, de apariencia musculosa con la cabeza rapada. Ambos conversando en la mesa con tazas de café calientes, por lo que se veía la conversación era interesante, dando un aspecto intimo entre ellos dos.
—Buenos día Rize-chan—Saludó la dueña al verla dejando la conversación.
—Buenos días—La pelimorada saludo a ambos—.¿Tenemos nuevo huésped?
—¿Eh?, no, él es un oficial de la policía estamos hablando de las desapariciones de los investigadores del CCG de estas semanas.
—Mucho gusto—Saludo el policía haciendo una reverencia sentado.
—Mucho gusto—Rize hizo una reverencia con cortesía como le enseñaron en el CCG—.Tomaré el desayuno en alguno de los cafés de aquí.
—¡Oh no, Rize-chan! Puedes desayunar aquí—Contestó apenada la dueña.
—Está bien, volveré en la noche—Ella sonrió y fue de nuevo a su cuarto.
Tomó su bolso con su cartera, su celular, sus llaves, un espejo pequeño, lápiz labial, un paraguas individual, su arma de bolsillo y la llave de su casillero de la estación del tren recordando que dejo sus cosas anoche incluyendo su libro de Kafka. Antes de irse remplazo la taza por una cubeta para las goteras y le dijo a la dueña que había una gotera en su techo, la mujer sorprendida le dijo que pedirían que revisaran el problema para tapar las goteras.
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
Kaneki abordó un tren. Su mochila estaba más ligera, se había desecho de las ultimas prendas del investigador en diferentes botes de basura del distrito, este tipo de tarea era algo tedioso, pero hace un año habían arrestado a cuatro mujeres humanas por asesinar a un hombre y las habían descubierto porque una de ellas tiro varias de las partes del cuerpo en una sola zona, en especifico en todos los botes de basura de un parque, una de las encargadas de la limpieza se percato de los restos humanos luego de que sacará varias bolsas de plástico transparente con los restos de la carne machacados y mal cortados.
Se sentó en un lugar libre que encontró, sacó su libro de la metamorfosis, su lectura no fue interrumpida a lo largo del viaje en el que más y más gente entraba al tren. Mientras terminaba un capitulo no presintió que alguien lo estaba observando, esta persona se paró frente a su asiento para hablar con él. Kaneki no aparto los ojos hasta que escucho un voz familiar.
—¿La metamorfosis de Kafka? —Esa era la voz de Rize.
Él subió la mirada rápidamente para encontrarse con los ojos de la pelimorada que lo veían con curiosidad, estaba sujetando el barandal del tren para no caerse. Ella traía puesta una chaqueta, una blusa negra que mostraba un poco el escote del pecho, jeans ajustados y zapatos deportivos, llevaba el cabello suelto, sobre su hombro derecho había un bolso, pudo notar que cargaba el mismo libro que él con la mano libre.
—Investigadora…—Él solo puedo llamarla de esa manera por lo sorprendido que estaba al verla.
—Por favor llámame Rize, no estoy trabajando en estos momentos—Ella le sonrió algo avergonzada con las mejillas ligeramente ruborizadas.
El tren iba lleno, por lo que él se paró para poder hablar con ella agarrándose del barandal para no caer.
—Rize-san, ¿Cómo has estado? —Él continuo con la conversación.
—Bien, algo cansada por el trabajo, ¿y tú?
—Bien, pero a veces el trabajo es algo aburrido.
—Si, te entiendo—Ella sonrió.
Él sonrió de vuelta, la idea de que hablarán como si fueran un par de vecinos o compañeros de escuela le era divertido, como si por un momento fingieran que todo estaba bien, que nadie había asesinado a nadie, ni que tenían que hacer cosas inmorales para llevar el pan a la mesa.
—¿Tienes que volver al café Anteiku? —Preguntó Rize.
—No, es mi día libre…planeaba ir a una librería por nuevos títulos.
—¿La que está en la siguiente estación?
—No es un poco más lejos, donde venden títulos que son menos comerciales está algo oculta.
—Nunca he ido—Ella dijo sorprendida.
Él se sonrojo, su cerebro le decía que tenía que perderla, aunque fuera el día libre de ambos no sabía si estaba armada, mientras menos supiera de él mejor, sin embargo…
—¿Tienes algo que hacer? Quizás quieras ir a ver si encuentras algo nuevo.
Ella lo vio cierta sorpresa haciendo que él ya empezara a arrepentirse por tal propuesta, pero Rize simplemente sonrió suavemente.
—Si claro—Rize respondió.
"Soy un idiota..." Maldijo Kaneki en su mente, pero por otra parte pensó que le hubiera sido más incomodo si ella le hubiera dicho "No, voy tarde a encontrarme con mi novio" con esa misma suave sonrisa.
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
Ambos estaban en la librería oculta, él le explico a Rize que estaba oculta la librería porque tuvieron que meterse por un callejón que daba al lugar que tenía aspecto de casa abandona, la fachada estaba descuidada, las ventanas estaban cubiertas con persianas grisáceas, había muchas macetas con las plantas demasiado crecidas alrededor del lugar, el letrero de la librería se veía en la puerta, pero este ya estaba descolorido y sucio, como si fuera un lugar abandonado.
Rize estaba detrás de él cuando entraron, pero la escuchó suspirar cuando vieron que había muchas repisas de libros. El encargado era un hombre viejo que estaba sentado en la entrada detrás de una caja registradora los escucho entrar y solo les dio la bienvenida apartando por un momento los ojos del libro que tenía en manos. Eran los únicos clientes.
El olor de aquel lugar era un tanto húmedo como si en algún lugar oculto tuvieran goteras, pero a ambos parecían no darle importancia. Kaneki observaba como Rize miraba los libros y escogía meticulosamente uno por uno, tenía dos libros y parecía no sabía por cual elegir.
—¿Hmm? ¿Nunca has leído a ese autor? —Preguntó Kaneki.
—No, he escuchado que es muy bueno.
—Retrata muy bien la crueldad y locura humana en que empiezan con situaciones poco comunes como una entrevista para una película que no va a ser filmaba o un tour ilegal por las zonas rojas de Tokio, todo termina siendo una situación de pesadilla para el climax, el que escojas estará bien.
—Este se ve interesante—Ella alzó en que tenía en la mano izquierda. La portada mostraba a la ilustración de una colegiada de pie dándole la espalda, siendo atravesada por un alfiler como si fuera una muñeca vudú—.Veo que también has escogido un par de títulos.
—Si—Él le mostró que tenía uno de terror que mostraba un fondo negro con una bañera sucia, era un edición vieja de aquel libro, el jefe Yoshimura había visto la serie policiaca vieja de ese libro y menciono que era interesante, así que él tuvo curiosidad.
Pasearon un poco más por la librería y cuando salieron cada uno tenían una bolsa con libros. Una ligera llovizna comenzó a caer, minúsculas gotas de agua hicieron que corrieran a refugiarse a un restaurante. Kaneki sin darse cuenta habían entrado al restaurante donde aquel investigador del CCG le invito la comida…
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
El restaurante estaba lleno de familias, grupos de adolescentes que iban en grupo o en parejas, al ser domingo era el día libre de muchas personas. Alcanzaron a sentarse a lado de una ventana uno frente al otro, la lluvia comenzó con más fuerza. Kaneki escondió las manos en los bolsillos de su sudadera, esperaba que nadie lo reconociera. Una camarera no tardo en darles el menú para luego retirarse.
—No esperaba que lloviera tan pronto—Dijo Rize revisando que sus compras no estuvieran mojadas.
—Yo tampoco—Él se quito la sudadera y la dejo junto a él, ya que en el restaurante con tantas personas la temperatura era más cálida que afuera con la lluvia.
Rize hizo lo mismo quedando en una blusa de tirantes negra, él se fijo en sus hombros bonitos y esculpidos, las líneas de la clavículas y el coqueto escote del pecho. Él aparto la mirada cuando se dio cuenta que la estaba mirando demás. Ella comenzó a ojear el menú, él la imito, pero no valía la pena leer todo lo que ofrecían exceptuando el café todo estaba podrido para él.
"Será muy raro si solo pido café, considerando la hora, para muchos es la hora de la comida". Pensó Kaneki.
—Yo pediré sopa de miso y unos dangos, ¿tú que pedirás? —Le preguntó Rize.
—Unos sándwiches y quizás después pida un café.
Luego de unos minutos la camarera volvió a aparecer y ambos pidieron su comida, mientras esperaban siguieron con la conversación. Ella le preguntaba sobre su trabajo que si no le era tedioso atender a tantas personas y estar de pie todo el día, él le explicaba que había días muy tranquilos en los que podía apartar la mirada de los clientes y que disfrutaba mucho el café. Aunque claro evitaba darle datos de sus horarios o algo que pudiera hacer que él fuera sospechoso.
Llego un punto de la conversación en donde él le preguntó porque se hizo investigadora del CCG, esperando claro que ella le dijera que odiaba a los ghouls, que le habían quitado a alguien valioso y quería vengarse acabando con cada uno de ellos, pero en cambio ella se mostró pensativa como si estuviera buscando la respuesta correcta, la pelimorada bajo la mirada un tanto triste por momento.
—Hace mucho tiempo, una persona muy cercana a mi desapareció, mi…familia me dijo que si me volvía investigadora podía encontrar a esa persona—Ella bajo las manos hechas puño sobre la mesa.
Kaneki sin saber que contestarle solo puso su mano sobre las suyas de manera suave, precavida como cuando un animal bebe de un estanque solo. Ella no lo apartó solo le sonrió de manera suave.
—Está bien, quizás un día descubra porque lo hizo—Ella intento sonar optimista, pero sonaría como una mentirosa.
—Suenas más como una detective…
—¿Tú crees? —Ella rió ligeramente—.Quizás me equivoque de carrera.
Kaneki sonrió por un momento le era algo extraño poder relajar los hombros y tener una conversación donde pudieran estar cómodos uno con el otro, pensaba que quizás los investigadores del CCG tenían más recursos para investigar casos que la misma policía, solo se preguntaba a quien buscaba la pelimorada.
La comida llegó más rápido de lo esperado. Él miro de mala gana su comida, si podía fingir que le gustaban los sándwiches del trabajo no debía costarle tanto trabajo ¿verdad?, la imagen del investigador que desapareció se hizo presente en su mente.
—Buen provecho—Dijo Rize animada empezando a comer.
Kaneki vio su comida y se llevó un gran bocado a la boca, como era de esperar el sabor era horrible, el pan sabía a moho, la carne y el queso a trapo viejo, ni hablar de la lechuga o los tomates cherry que complementan el platillo, los condimentos sabían a vomito. Al dar el primer bocado masticar rápido y pasárselo con agua sintió que no iba a poder con el resto del platillo, en cambió Rize comía con gusto la comida, con movimientos refinados comía despacio, en base a su expresión se notaba que lo disfrutaba ya que las mejillas se le pusieron coloradas, en cambió él empezó a ponerse pálido como el papel.
Dio su tercera mordida, pero al momento de tragar y pasar el agua por la garganta tosió secamente, su acompañante se le acerco más preguntándole si estaba bien inclinándose más para verlo, pero en esa posición Kaneki logró verle más el escote de la blusa notando el brasier negro que llevaba debajo. Se sonrojó al ver su piel y con voz seca dijo que estaba bien tomando más agua.
Para no vomitar frente a su acompañante luego de pasar a su segundo sándwich pidió a la camarera que le trajera un café, porque al punto que iba a necesitar un litro de café para quitarse el mal sabor de la boca.
—Kaneki ¿seguro que estás bien?, te ves un poco pálido—Lo dijo Rize preocupada, su tazón de comida estaba vacío y ya había terminado los dangos.
—De repente me sentí algo mareado…—Dijo apenado sonriendo a duras penas con ya solo una mitad del sándwich en el plato—.Pero estaré no te preocupes.
El café llegó haciendo que Kaneki agradeciera que le sirvieran una taza humeante del liquido negro y caliente que hacía que suspirara de alivio. Se llevó la taza a los labios bebiendo con gusto. Rize también pidió que le sirviera café y que le trajeran un pedazo de tarta de fresa.
—Si tú lo dices…—Ella miró a los demás comensales como si repente buscará algo.
—¿Qué sucede?
Rize lo miró de vuelta—…Quizás suene fuera de lugar, pero hace tiempo tuve un compañero que le gustaba ir a este lugar, le gustaba observar a las personas, haber cuantos ghouls estaban fingiendo ser humanos…desapareció hace un mes, pero creo que ya estará muerto.
Kaneki se quedó congelado unos segundos, dejo la taza sobre la mesa, el corazón comenzó a latirle con fuerza en la caja torácica, mientras las manos se le dormían. Rize había dicho eso con tono inocente, pero al verlo a los ojos de nuevo (quizás extrañada por el silencio) revelaban otra cosa.
Los ojos afilados de aquella investigadora lo miraban directamente cómo si supieran de quien estaban hablando, él quien debía calmarse miraba el puente de la nariz de Rize (un truco que había leído que era para evitar ver a alguien a los ojos sin que este se diera cuenta). Suspiró como si admitiera su derrota.
—¿En serio, te puedes dar cuenta de algo así? ¿Quién es humano y quién es ghoul?...Siento lo de tu compañero, ¿eran cercanos?—Él volvió a llevar la taza de café a sus labios.
—No éramos cercanos—Rize negó con la cabeza—.Algunas veces pasan las desapariciones…pero con los últimos casos se tiene la teoría de quien está desapareciendo a los investigadores no es ghoul.
Kaneki interesado y más calmado se acercó un poco más a Rize como si quisiera escucharla mejor.
—¿Qué quieres decir?
—Que tal y si fuera para encubrir otra cosa, ¿Has escuchado la historia de ese fantasma?
—No me digas que te mandaron ese video—.Él dijo sorprendido.
Ella saco su celular y buscó el video entre sus archivos del celular. Se paso a sentar a lado de él para mostrarle. Él volvió a mirar toda la escena del fantasma, pero cuando pareciera que estaba a punto de terminar Rize señalo con el dedo una esquina del la pantalla.
—Mira ahí, este video dura más…—Dijo Rize sin apartar la mirada del celular.
El video no cortó de repente, si no que el camarógrafo giro la cámara hacia otro punto del edificio a una ventana oscura se escuchó un pequeño susurro "Espera…son dos". Kaneki se le quedo viendo a la pantalla del celular, no debía darle importancia a algún video que probablemente era un montaje, pero un escalofrío le recorrió la espalda. Ella luego se apartó de él guardando su celular en el bolsillo del pantalón, fue por su bolso a su asiento junto con su chaqueta y le dijo que la disculpara un momento ya que iba al baño.
Él aprovechando la ocasión pido que le retiraran su plato junto con el de Rize. La camarera trajo el pedazo de tarta de Rize con dos cucharas pequeñas (pensando que los dos iban a compartir el postre).
.
Rize volvió del baño con la chaqueta puesta y el cabello amarrado de lado, sorprendida por que le habían traído su pedazo de tarta, al ver que él solo se estaba limitando a beber café (que ya llevaba dos tazas), ella le ofreció algo de su pastel, él evidentemente se negó agradeciendo el gesto. Luego de que siguieran conversando sobre el autor Kafka y pidieran la cuenta separada cuando Rize terminó su postre y café ambos salieron del restaurante, la lluvia había bajado su intensidad, pero unas pequeñas gotas caían como un ligero rocío.
0o0o0o0o0o00o0o0o0
La tarde culmino ese día y la noche comenzó su entrada de manera silenciosa.
—Fue una buena tarde, pero debo volver a casa—Dijo Rize.
—Me alegra habernos encontrado…supongo que te veré en el café después si vuelves a pasar a comer, ¿vas a tomar el tren?
—Si, ¿vamos juntos?
—Si.
Ella abrió su bolso sacando un paraguas pero era tan pequeño que no podían compartirlo. Él solo se puso la capucha de su sudadera, pero se sorprendió cuando ella al ver que no podían compartir el paraguas lo guardó y ajustó el cuello de su chaqueta para guardar más calor. Él la miró extrañado cuando volvieron a caminar cruzando la calle.
—Si no podemos compartir un paraguas, entonces compartamos la lluvia—Ella le sonrió comenzando a caminar junto a él.
Kaneki sintió lo mismo en su pecho cuando la vio por primera vez, una sonrisa de ángel con el trabajo de un demonio, algo que hacia su pecho estremecerse no de miedo si no de emoción de estar cerca de alguien, una especie de debilidad por una persona en particular, tristemente no debía olvidar que era él en primer lugar y a que se dedicaba ella en como la había visto manchada de sangre.
"¿Y si empieza a sospechar…?, ¿Qué haré? Tendré que desaparecerla".
Caminaron juntos por la estación del tren haciendo preguntas casuales sobre que tipo de sangre eran (que casualmente los dos eran tipo AB) y que adaptación de libro les había gustado más a una película.
Caminaron por calles oscuras y más alejadas por indicaciones de Rize, ya que según ella era un atajo. Llego un punto en que eran los dos únicos caminando por esas calles que parecían dormidas, ella guardaba las manos en los bolsillos de la chaqueta, la conversación terminó por un momento, ambos en silencio. Él se fijaba en las ventanas no había luces prendidas, era un buen lugar para desaparecer a alguien. Kaneki miraba de reojo a Rize que estaba con la vista hacia el frente lucía concentrada, pero cuando sintió su mirada volteó a verlo para luego sonreírle levemente.
—No sabía este atajo al tren—Comentó Kaneki rompiendo el silencio.
—Yo lo descubrí la noche anterior, solo tenemos que pasar una calle más.
Kaneki quedo sorprendido cuando llegaron a una cuadra que solo era de paso peatonal que estaba cerrada por la cinta amarilla del CCG que tenía escrito "PROHIBIDO EL PASO", era una escena del crimen, solo que no había un cadáver o agentes vigilando, no había nadie en ese lugar. Rize pasó por debajo de la cinta comenzando a caminar. Él se quedo de pie viendo como ella seguía caminado, ese lugar olía a sangre de ghoul, debió a haber sido una ejecución muy sucia porque ni siquiera la lluvia había borrado el olor a sangre, un escalofrío recorrió la espina dorsal de Kaneki. Rize se detuvo cuando notó que él ya no la seguía.
—Está bien Kaneki—Ella le dijo animada—.Vienes con una investigadora del CCG no nos van a decir nada.
Él paso por debajo de la cinta amarilla para alcanzarla, aquella calle tenía amontonadas cajas de cartón, botes de basura, los pocos negocios que habían estaban cerrados con letreros de abrir hasta nuevo aviso.
Cuando llegaron a la estación del tren cada quien iba a tomar rumbos distintos. El tren llegó haciendo que ambos subieran juntos. Alcanzaron a sentarse uno al lado del otro, no iba tan atiborrado de gente como en la mañana.
—Bajaré en la siguiente estación, supongo que luego te veré si visitó el café de nuevo o si tienes nueva información para el caso—Le dijo tomando su bolso para colgárselo en el hombro, guardar sus compras y sacar su paraguas.
—Si…—Kaneki miró sus propias manos, para luego mirarla a los ojos—.Rize-san, ¿te gustaría volvernos a ver como hoy?
Ella alzó levemente las cejas y las mejillas se colorearon de un rosa muy ligero, tardo un poco en responder, Kaneki pensó que quizás ya era demasiado pedirle que salieran.
—Tenemos la misma edad y compartimos el gusto por algunas cosas, me encantaría, te daré mi número personal—Finalmente ella respondió sonriendo.
Él no pudo creer la respuesta de la pelimorada. Ambos intercambiaron sus números, él le preguntó que día estaba libre ella le dijo que iba a checar en su agenda de trabajo para poder coincidir un día.
"Solo hago esto para que no me descubran…hago esto para investigarla más " Se dijo a sí mismo intentando repetírselo cien veces hasta convérsese. Ella se levantó de su asiento y se despidió de él pidiéndolo que tuviera cuidado al regresar a casa.
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
Rize volvió a su cuarto, no se topo con ninguno de los otros huéspedes de la casa solo una nota en su puerta que mañana pasaría alguien ya revisar las goteras del techo. Ella abrió la puerta y encendió el interruptor de la luz, suspiró esperando el olor a humedad no se filtrara a su cuarto, cuando hizo su ritual de quitarse los zapatos antes de entrar al cuarto, colgar su chaqueta y su bolso en el perchero su arma calló al suelo con un ruido seco de uno de los bolsillo de la chaqueta la recogió agradeciendo que tuviera el seguro porque si no esa arma se expandía como un florete, se alegrará que hoy no tuvo que utilizarla.
Hoy no fue la investigadora Rize, hoy solo fue Rize…aunque fuera por algunos momentos.
Se fijó en la cubeta que dejó hoy en su cuarto, no estaba llena, a penas era un terció de la cubeta, pero esperaba que no lloviera o hubieran más goteras si no su cuarto se iba a inundar poco a poco hasta hacerlo inhabitable.
"Como cuando se inundo el baño de damas en el clan, aquella ocasión que nadie le gusta recordar". Pensó al encender la televisión buscando noticias del CCG, mientras le empezaba escribir a Kaneki Ken.
0o0o0o0o0o0ooo0o0o00o0
Kaneki caminaba tranquilamente de nuevo a su hogar con las manos metidas en los bolsillos de la sudadera, tenía la cabeza cubierta por la capucha de la sudadera. La ligera lluvia caía sobre su cabeza, pero poco le importaba.
Luego de volver a casa después de un día con giros inesperados. Recibió un mensaje de Rize preguntándole si estaba libre el sábado por la tarde, él sonrió al ver el mensaje contestándole que podían verse ese día. Su estomago volvió a rugir haciendo que guardara su celular en el bolsillo de su pantalón. Movió los muebles de la sala con cuidado y bajo al sótano.
Presiono el interruptor de la luz para encontrar el refrigerador, mientras tarareaba en tono bajo abriendo la puerta del refrigerador escogió otros dos frascos con carne, luego de revisar las fechas cerró la puerta para volver arriba, pero con el rabillo del ojo notó algo extraño. Donde había encontrado en la mañana la ropa de aquel investigador había unas cuantas gotas de sangre en el suelo, ladeo la cabeza y puso los frascos en la mesa para ver las manchas, se agacho y las toco con los dedos llevándoselos a la nariz, sin duda era sangre humana que se sentía al contacto tibia.
Se quedo de cuclillas por un momento, él siempre procuraba que ese cuarto fuera el más limpio de la casa. Fijo su mirada en el techo (que era el piso de la casa) y ahí no había nada, la sangre no se había filtrado (¿por qué se filtraría sangre en primer lugar?, no tenía sentido), se puso de pie y comenzó a buscar posibles huellas de allanamiento, pero la ventana del sótano estaba cerrada por adentro. Reviso todas las ventanas y puertas no había señales de alguien hubiera entrado forzando alguna entrada. La casa estaba limpia, no había señales de que alguien hubiera estado ahí, no faltaba nada.
Tomo una cubeta con agua, un trapeador y algunos productos de limpieza para limpiar el pequeño rastro de sangre, al limpiar la mancha y ver como el trapeador se pintaba de una parte de rojo sintió un escalofrió en la espalda mientras limpiaba, cuando termino reviso una última vez el sótano buscando más sangre, pero la única que había era la estaba en el refrigerador.
"Quizás, derrame sin querer la sangre cuando subía los frascos del desayuno y la ropa…si eso debe de ser" Pensó Kaneki intentando calmarse, ¿pero tendría que estar seca, no es así? ¿En que momento acercó los frascos donde estaba la ropa? el apetito se le fue y guardo los frascos de nuevo en el refrigerador.
Luego de subir de vuelta a la sala y mover los muebles de manera cuidadosa, fue a la cocina, abrió la puerta del mini refrigerador, tomó una lata de café frio y bebió casi de un trago el contenido.
El silencio de su hogar era algo que se había acostumbrado desde muy pequeño, pero esa noche en particular intentaba agudizar el oído intentando encontrar algo que no sabía que estaba buscando. Al tirar la lata en el bote de la basura inorgánica notó que en el fondo del cubo había un trozo de tela de color negro, con el corazón comenzándole a latir furiosamente acerco la mano al fondo del cubo y tomó aquel objeto, era una corbata de vestir de color gris manchado con algunas gotas de sangre, definitivamente no era suya.
Él al ver aquella prenda de vestir intento recordar si era de aquel investigador, no recordaba si aquel hombre usó una corbata el día que murió.
.
.
.
Notas finales: Hola, ¿cómo están? Yo fatal :D (se ríe). Ha pasado un tiempo y este capítulo ha sido el más rápido que he escrito, casi no me detuve con la trama y me alegra muchísimo que así fuera, es bonito cuando puedes escribir sin tener un bloqueo mental.
Preguntas random para mis lectores quienes consumen fanfiction, wattpad, etc. : ¿Qué historias prefieren? ¿Historias largas o cortas? ¿Qué genero más les gusta leer? ¿Les gustan los mundos alternativos o prefieren las historias que se aferren más al material original del manga/anime? ¿Qué les impulsa a leer una historia en primer lugar o en todo caso abandonarla?.
En fin, muchas gracias por sus comentarios, votos, etc. Les mando a todos un enorme abrazo y les deseo un excelente día, tarde, noche, hasta el siguiente capítulo, sayonara.
