¡Saludos, queridos lectores!

Así es, hoy le ha tocado a esta historia una actualización, la cuál espero que les guste n.n

En mi historia Inexperiencia, les comentaba que había tenido algunos obstáculos para actualizar, pero habrá un capítulo más de una historia diferente a esta, así que espérenla pronto, mientras tanto, disfruten del capítulo de Dimensión espejo n.n

Sin más, los dejo leer n.n


La noche fue tal y como la otra Karin le había advertido, pues el niño despertó al menos otras tres veces gritando que "la otra gente con ojos de botón" querían llevárselo, y según el tipo de pesadilla, a veces parecía asustado de él y otras veces insistía en que durmiera con ellos. Esto último lo hacía sentir incómodo, porque una parte de él quería hacerlo y tomar de excusa al niño para poder conseguirlo, pero aún si era su deseo, él se mantenía lo suficientemente cuerdo para actuar dentro del razonamiento.

—Perdón por despertarte varias veces en la noche —el niño se acercó con gesto regañado y Sasuke notó enseguida que la niña lo miraba de lejos.

—Las pesadillas son como los genjutsus: pueden mostrarnos nuestros peores miedos o nuestros más grandes deseos, pero no son reales —Sasuke le decía al niño— No es fácil enfrentar los miedos ni resistirse a las tentaciones, pero tener fuertes convicciones, te ayuda a enfrentar esos retos.

—Pero parecen reales —protestó el niño haciendo pucheros, aunque parecía que la gesticulación era más para su hermana que para él.

—Vas a aprender a diferenciarlos, sólo debes prestar atención.

—¿De verdad no eres mi papá? Dices cosas como las que él dice, aunque tu suenas más serio.

—Es natural que si él viene de otra dimensión, su carácter no sea exactamente que el de papá —señaló la niña acercándose a ellos— Quién sabe, quizá haya una dimensión donde papá no quiera soltar a mamá y mamá no soporte tenerlo cerca —comentó la chica encogiéndose de hombros y lo volteó a ver— Imagino que deben existir todo tipo de versiones de papá, incluso las que parecen imposibles.

—¿Hay una dimensión donde papá no nos quiera? —preguntó el niño asustado.

—Lo desconozco, pero Karin, la de mi mundo, cree que es un número limitado de universos con versiones mías que parten desde que obtuve el Rinnegan —intervino Sasuke, no sólo para responder a la chica, sino también para dar cierto consuelo al niño— Para odiar a cualquier persona posterior a ese hecho, tendría que haberme hecho algo muy malo, pero después de lo que le debo a ella, no podría reclamarle.

—¿Lo dices por lo que pasó en la guerra? —la otra Karin, que bajaba las escaleras, lo había alcanzado a oír.

—¿Qué pasó en la guerra? —el niño no tardó en preguntar apresuradamente, y Sasuke sólo había bajado discretamente la mirada.

—Les contaré en otra ocasión. Ahora mismo, no deberían estar molestando a nuestro invitado tan temprano —ella optó por cambiar el tema— Ni siquiera hemos desayunado y ya están haciéndole preguntas de cosas que ya les dije que no deben preguntar.

—Sólo me estaba disculpando porque Neesan dijo que había sido muy maleducado por despertar a tío Saauke por las pesadillas.

—¿Tío? —preguntó Karin divertida.

—Raiden piensa que sería extraño llamarlo señor —comentó Kaori.

—Supongo que es muy adecuado con la idea de los gemelos —comentó la pelirroja, pero enseguida se oyó su estómago reclamar— Los bebés tienen hambre. Voy a preparar el desayuno, mientras tanto, no lo estén molestando —se volvió al varón— Recuerda, nada de hablarles de tu mundo a los niños, aunque insistan.

—Te ayudo —comentó Sasuke yendo detrás de ella, pues notó que el niño parecía esperar a que su madre se fuera por algún propósito.

—¿Es verdad eso que dijiste? ¿Que hay versiones tuyas en esas otras dimensiones que se desligan desde el día en que obtuviste el Rinnegan? —preguntó moviéndose en la cocina para preparar el desayuno, pero consciente de que sus hijos estaban lo suficientemente lejos para no oírlos.

—Es una de las teorías que formaste…

Sasuke calló porque sabía que su oración estaba mal hecha y optó por ir y venir en la cocina tomando cosas para ayudar con el desayuno, aún cuando ni siquiera sabía qué era lo que la pelirroja iba a preparar.

—Desde que supe que intercambiaste de lugar con mi esposo, creí que se trataba de una dimensión paralela parecida a un espejo.

—Esa también fue su primera teoría, pero puedo decirte que…

—¡No! ¡No! ¡No! Ya te dije que no debes decirme nada de tu dimensión —le dió algunos golpes suaves en el pecho con el cucharón de madera que tenía en la mano— Trata de no decir nada, ni dar pistas ni dar insinuaciones, ni nada.

—De acuerdo —respondió el varón confundido, pues el día anterior ella se había visto tranquila con el tema, pero ahora parecía alarmada.

—¿Sabes algo? Tu deberías preparar el desayuno —dijo la pelirroja entregándole el cucharón y enseguida se fue de la cocina.

Sasuke estaba muy confundido, pero después consideró que quizá se había enfadado por tocar el tema y ahora lo estaba castigando.

—Son las hormonas del embarazo —la voz de la niña lo sacó de su confusión y dirigió la mirada hacia ella— Debe estar llorando por papá.

—Ella…

—Es mejor que no vaya. Papá dice que mamá se avergüenza de llorar de un momento a otro por culpa de las hormonas, y que le causamos más estrés yendo a verla cuando ella quiere ocultarlo —explicaba la chica que, si bien su explicación era en un tono tranquilo, su mirada mostraba preocupación— Sólo papá sabe cómo consolarla, pero no sé exactamente lo que hace. ¿Usted sabrá cómo hacerlo? Quizá haya hecho algo por su esposa cuando estaba embarazada que pueda servir con mamá.

Aquella chica era bastante perspicaz, Sasuke lo sabía por su mirada y por las preguntas que previamente le había hecho, así que estaba seguro que ella ya sospechaba algo sobre cómo era su mundo.

—Acaba de subir a esconderse. No es buena idea que haga nada ahora —volvió a tomar utensilios de la cocina para acomodarlos— Además, soy el menos indicado para consolarla. Podría confundirme con tu padre.

La niña torció la boca de una forma muy parecida a su madre cuando algún plan no iniciaba bien, pero aún podía notarse preocupación en su mirada.

—¿De verdad no hará nada? —sonaba impaciente.

—Haré el desayuno —echó un vistazo alrededor— ¿Dónde está tu hermano?

—Fue al sanitario.

Era de esperarse que el niño no estuviese lejos ni se ausentara por mucho tiempo, pues ambos infantes parecían bastante interesados en sacarle información de su dimensión aún si su madre les había prohibido saber, aunque claro, era evidente que los motivos de querer saber eran diferentes entre un hermano y el otro.

Cuando Sasuke terminó de preparar el desayuno, sentó a los niños a comer, y preguntándole cosas al niño, había logrado evadir sus dudas, pues a este parecía emocionarle contarle cosas sobre su vida y se extendía en ello.

Sin embargo, oír todas esas anécdotas que el niño le contaba sobre su familia y tener algo tan común como un desayuno, seguía afectándolo, y más deseaba quedarse allí.

—Sigan comiendo, voy por su madre —anunció el azabache cuando terminó de servirles a los niños.

Mientras caminaba por el pasillo, comenzó a preguntarse qué podría hacer o decir si la veía llorando. Le era difícil saber qué hacer con ese tipo de situaciones y estaba seguro que el que él se viera como su esposo, no iba a ser de mucha ayuda.

—Vete. Bajaré después —se oyó la voz de ella justo antes de que él llamara a la puerta.

—El desayuno está listo. ¿No tenías hambre? —preguntó Sasuke sintiéndose tonto al fingir que no sabía que ella estaba mal.

—Son los gemelos, no yo —se defendió y él pensaba que aquello era absurdo.

Aún si sabía por el conocimiento colectivo y por confirmación de los niños que las hormonas podían afectar las emociones de las mujeres embarazadas, no era lo mismo saberlo que saber cómo tratar con una mujer en ese estado.

Claro, él era padre de Sarada en su dimensión, pero no estuvo ni siquiera el día en que Sakura supo que estaba embarazada. Él sólo se enteró porque Naruto le envió un mensaje y no la conoció sino hasta hacía muy poco.

¿Sakura habría pasado por cambios de ese estilo? ¿Él habría sabido tratarla de haber estado cerca?

La respuesta obvia podría ser "sí", pues al menos en esa dimensión parecía que había podido lidiar con dos embarazos y dispuesto a vivir ese tercero, pero es que entre más lo pensaba, no creía que habría podido ser lo suficientemente comprensivo con Sakura como podría serlo con Karin, pues el afecto que sentía por una y por otra, marcaba la diferencia de lo que estaba dispuesto a hacer.

—Se enfriará —fue lo único que se le ocurrió decir.

—Lo calentaré cuando baje —respondió menos efusiva.

—¿Quieres que te suba el desayuno? —Sasuke preguntó después de unos instantes de silencio, pues le preocupaba que se saltara la comida.

—Sí —ella respondió y Sasuke podría apostar que ella había hecho un puchero.

Sin decir más, el azabache bajó a la cocina, sirvió los panqueques que había preparado en un plato, y aun cuando tenía dudas de si a ella aún le gustaba la mermelada de fresa, decidió colocarla en los panes.

—Ponle más —sugirió Kaori.

—¡Sí, a mamá le encanta la mermelada de fresa y a mis hermanitos igual! —Raiden exclamó con algunas moronas en la comisura de los labios— Por eso papá siempre le pone mermelada extra a los panqueques de mamá.

—Sólo un poco más, o sería malo para su salud —corrigió Kaori.

Uchiha dudó un poco, pero puso un poco más de mermelada, sirvió un vaso de leche y subió las cosas.

¿Por qué había dudado?

La verdad es que aunque fueran pequeños detalles, Sasuke llegaba a tener algunas sensaciones extrañas con cosas como esas, pues originalmente ya había pensado en poner más mermelada como una consideración a la pelirroja, pero dudó, no sólo porque no sabía si aún le gustaba ese sabor, sino que cuando se daba cuenta que iba a tener una acción considerada con ella, era porque de alguna forma se estaba dejando llevar por ese mundo.

—Traigo tu desayuno —el hombre anunció tras llamar a la puerta, y él pudo oír los pasos de la mujer que se acercaba a la entrada.

En poco tiempo, la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a la pelirroja que tímidamente asomaba la cara. Sin embargo, era notorio en su rostro que había estado llorando.

—Gracias —sacó un brazo para recibir el desayuno, pero era evidente que con una sola mano no podría recibir el plato y el vaso.

—¿Necesitas que haga algo? —preguntó el azabache para fingir que no notaba que ella había estado llorando.

—Pensé que preguntarías sobre cómo llegar a Oto para ir a decirles el plan a los demás.

—Estás ocupada, esperaré a que puedas explicármelo —respondió Sasuke queriéndole quitar importancia al asunto.

—¿Puedo pedirte un favor? —preguntó la pelirroja después de unos instantes de silencio, y el azabache asintió— Sólo dame un momento.

Karin se metió a la habitación cerrando la puerta, y unos instantes después, ella volvió a abrir la puerta sin el plato y el vaso y lo abrazó repentinamente.

La acción fue tan repentina que Sasuke, al principio quedó estupefacto, pero al reconocer la fragancia de la pelirroja, aún cuando sí podía percibir cierta diferencia de la que recordaba, se dejó llevar y la abrazó.

Hace mucho que él había deseado tenerla entre sus brazos y finalmente su deseo se cumplía en esa dimensión donde tomó una decisión diferente que lo condujo a caminar a lado de ella para formar una familia que seguía en crecimiento.

¿Y si jamás volvía a su mundo? ¿Podría estar a lado de ella como había deseado?

—Lo siento mucho. Sólo necesitaba un consuelo de todo esto, pero no rebasaré los límites —ella se soltó de repente— Ayer pude mantener mi temple, pero las hormonas son terribles. Aunque sé que mi esposo estará bien, no he dejado de pensar en cómo estará y lo mucho que lo extraño —comentó ella y casi de inmediato se le descompuso la cara— ¿Y si no vuelve? ¿Y si tú vida es mejor que la que tenemos y no quiere volver? ¿Y sí…?

—Él no cambiaría su vida por la mía —Sasuke interrumpió a la mujer acariciando su mejilla suavemente para limpiarle las lágrimas que salían de sus ojos involuntariamente.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —ella seguía llorando.

—Porque aquí está todo lo que necesita para ser feliz —soltó su mejilla. Ni siquiera se atrevió a hacer más nada porque temía aferrarse más a ese mundo.

Sí, poco a poco sentía cómo una parte de él quería quedarse, pero verla llorar de esa forma, le hizo saber que ese no era su lugar, especialmente cuando ella mencionó que extrañaba a su esposo.

Aún si él y su otro yo jamás volvían a su respectiva dimensión, ella no era la Karin que amaba, porque ella había crecido a lado de otro hombre, aún si se trataba de su otro yo de otra dimensión, pero es que ese otro Sasuke no podía ser igual que él. No cuando su otro yo había sido más valiente. Por consiguiente, él no era el Sasuke que esa Karin amaba.

—Más le vale, porque si no es así, yo misma cruzaré las puertas dimensionales y lo mataré —decía la pelirroja tratando de dejar de llorar, pero no podía por más que se esforzara.

Sasuke estaba tratando de buscar algunas palabras para consolarla, pero no estaba seguro de qué decir sin evidenciar sus arrepentimientos del pasado ni tocar temas que pudieran hacerla llorar más, pero no pudo llegar a una idea cuando ella corrió dentro de la habitación y se encerró.

El resto del día, Karin se la pasó encerrada en la habitación y aunque Sasuke sólo la volvió a ver a la hora de la comida y en la cena, podía asegurar que la mayor parte del día se la pasó llorando.

Sabía que no podía hacer mucho por ella, especialmente porque el que fuera el yo de su esposo debía afectarla más, así que se dedicó a estar al pendiente de los niños.

Admitía que le causaba un poco de recelo hacerlo, y no porque le desagradaran, sino porque no se le ocurría muchas opciones para evadir las preguntas de su dimensión si los niños insistían. Sin embargo, los niños fueron muy obedientes cuando se rehusó a responderles la primera vez, y al contrario de lo que se imaginó, fueron muy obedientes y diligentes con el entrenamiento.

Por la noche, Karin apenas dirigió unas palabras de buenas noches que gritó desde el piso de arriba y aunque el niño tuvo pesadillas de nuevo, se despertó con menos frecuencia que la noche anterior.

—¡El desayuno está listo! —una voz escandalosa lo despertó y esta vino acompañada de un peso encima de él— ¡Ya levántate tío!

—No deberías arrojarte encima de la gente, menos si está durmiendo —Kaori le llamó la atención a su hermano.

—Pero mamá dijo que debíamos llamarlo a desayunar y no se despertaba.

—Ya estoy despierto —señaló el azabache y se sentó en el sillón una vez que el niño se bajó.

—El desayuno está listo, Uchiha-san.

—¿Karin ya está bien?

—Por lo menos hasta que las hormonas vuelvan a afectarle —respondió la niña calmadamente.

—Vamos a desayunar antes de que mamá se enoje —Raiden tomó a Sasuke de la mano y lo haló hasta el comedor— Aquí está mi tío, mamá. Yo lo desperté.

—Se arrojó encima de ti mientras te llamaba. ¿Verdad? —Karin le preguntó a Sasuke.

Sí, el día anterior por poco ellos se ponían a cocinar juntos, hasta que las hormonas la hicieron llorar desconsoladamente, pero ahora ella había cocinado sola, la veía con un mandil, el cabello en una coleta y una cuchara en la mano.

Ella, a la que siempre había visto como Kunoichi, una científica, e incluso le conoció un lado sexy y atrevido, pero era la primera vez que la veía tan… ¿normal? ¿maternal?

—Es tarde —contestó el azabache queriendo distraer su mente.

—Es de esperar, ayer estuviste todo el día con los niños. Aunque no lo creas, pueden ser muy agotadores —respondió la pelirroja— Habría sido mejor dejarte descansar, pero si quieres ir a Oto y regresar a tiempo, tienes que irte al mediodía.

—¿Estarás bien sola? —preguntó Sasuke preocupado después de que el día anterior ella había permanecido encerrada.

—¡No está sola! ¡Neesan y yo estamos con mamá! —exclamó Raiden ofendido.

—Ya me he quedado sola con los niños, no te preocupes y estoy en una etapa temprana del embarazo, así que aún puedo moverme, sólo me canso rápido —él frunció el ceño y ella entendió el gesto de inmediato— Lo de ayer tu lo provocaste, así que mientras estés lejos, podré mantenerme al tanto de mis hijos aún si mis hormonas vuelven a alborotarse.

—No…

—Ni siquiera objetes. Siéntate a la mesa y desayuna, que tienes que partir antes del mediodía y aún tengo que darte indicaciones —regañó la pelirroja sin permitirle decir más y de hecho, el niño corrió a sentarse y aunque la niña lo hizo calmadamente, también acató la orden como si se las hubiesen dicho a ellos también.

El desayuno no fue tan diferente del que tuvo el día anterior con los niños, sólo que Karin a veces intervenía o contaba historias sobre algún suceso que les había pasado como familia cuando los niños se lo pedían.

Cuando el momento terminó, ella envió a los niños a lavar los trastes del desayuno para que ella y Sasuke pudieran ir a su oficina, en dónde la pelirroja sacó un mapa de Oto y sus alrededores.

Sólo era el primer vistazo al mapa de Oto y Sasuke ya podía notar lo cambiado que estaba en su geografía y estaba seguro que iba a notar cosas mucho más evidentes una vez que él fuera a ese lugar.

—Se expandieron bastante.

—Y esto sólo es el mapa del primer nivel de los subterráneos. El exterior ha cambiado mucho más y los dos niveles de más abajo son todavía más extensos de lo que recuerdas —respondió Karin con una sonrisa— Eso sí, aunque Konoha y otras aldeas saben que el primer nivel subterráneo está habilitado, no tienen ni idea de los otros niveles ni la extensión.

—¿Cómo consiguieron extenderse tanto? —preguntó Sasuke verdaderamente sorprendido, pues aún si habían pasado algunos años, para conseguir habilitar todas las instalaciones y extenderse, requería de muchos recursos, y si les prohibieron ejercer como shinobis a los aldeanos, no se imaginaba de dónde habían conseguido el financiamiento.

Claro, la primera idea obvia sería el robo, pero si el resto de las aldeas percibían ese tipo de crímenes se habrían ido en contra de la aldea.

—Para expandirnos en el exterior, tuvimos que talar muchos árboles para conseguir espacio y la madera fue vendida a las aldeas, especialmente a Konoha, que requerían de material para la construcción y reconstrucción de sus edificios después de la guerra —explicaba Karin— Además, algunos de los nuevos aldeanos trabajaron en las obras de reconstrucción, también solicitamos algunos ingresos para entregar los pergaminos con los experimentos de Orochimaru-sama y, aunque me duela admitirlo, la estúpida idea de Suigetsu de escribir un libro sobre lo ocurrido en la guerra, tuvo sus frutos.

—¿Aceptaron darles dinero por los pergaminos de Orochimaru? —preguntó Sasuke sorprendido, pues pensando en cuestiones políticas o diplomáticas, le sería sencillo a Konoha amenazar con destruir la aldea si no daban los pergaminos voluntariamente.

—Los pergaminos resultaban una manzana de la discordia con las otras aldeas aún si decían ser aliados, así que nos aprovechamos de eso para negociar —respondió Karin— O Konoha nos daba una compensación financiera por los pergaminos, o podían atacarnos y usaríamos esos pergaminos como intercambio con otras aldeas para refugiarnos.

Según la explicación de Karin, Konoha debió quedar muy mal financieramente, no sólo por tener que darle tanto dinero a Oto, sino porque encima ya tenían el resto de gastos de la reconstrucción de la aldea, y los funerales a aquellos que murieron en la guerra.

—No podría esperar menos de ti como negociadora.

—Soy muy buena en todo lo que hago, por supuesto —respondió Karin sonrojada por el cumplido, para luego arreglarse la voz y señalar con el dedo un punto en el mapa— Ahora, vamos a revisar el mapa. ¿Reconoces está área?

—Sí.

—Bien. Hay un túnel a quince kilómetros hacía el sur de la aldea que conecta con este punto —explicaba al azabache— Ese pasadizo sólo lo conocemos Taka, así que debes ser precavido al entrar para no revelarlo.

—Podría aparecer en ese punto desde la Estrella con ayuda del Rinnegan.

—¿De verdad puedes hacer eso con el Rinneagan? Sé que Sasuke dijo que podría transportase de un lugar a otro con los portales, pero también me dijo que era difícil hacerlo en puntos alejados.

—He entrenado con el Rinnegan, así que puedo moverme con mayor libertad en distancias más largas. Sólo necesito haber estado en el destino al menos una vez para conseguirlo —explicaba Sasuke. No era necesario hacerlo, pero decidió decirlo para que ella tuviese esa información y se la comunicara a su otro yo— Aún tengo un límite de distancia para viajar con los portales, pero con ello puedo acortar el tiempo que me llevará en ir a Oto y regresar con ustedes.

—Eso es muy útil —comentó Karin, quién parecía un poco seria— ¿Cuál es tu rango de distancia?

—Veinte kilómetros.

—Es una distancia impresionante, pero aún así te llevará varios viajes, especialmente si hay tramos que no conoces —comentó Karin pensativa mientras sacaba algunos mapas más— También me preocupa el gasto de chakra que eso podría significar. Tendremos que evaluar si es mejor que vayas a pie o usando los portales.

—No conozco está aldea y sus alrededores, así que él primer tramo tendré que hacerlo a pie, por lo menos hasta llegar a un punto que conozca —respondió Sasuke, que entendía que la mujer estaba preocupada de que él se excediera en el uso del chakra al punto de no poder recuperarse para la fecha en que él intentaría volver a su mundo— Una vez que conozca todo ese tramo, el regreso me será más sencillo. Por mi chakra, no te preocupes, no me excederé para estar óptimo.

La pelirroja miró detenidamente al varón, analizando su gesto, pues sospechaba de sus acciones. Sin embargo, no tenía muchas opciones y sólo pudo soltar un suspiro pesado.

—Bien. Lo primero que tienes que hacer, es disfrazarte. En la aldea no hay mucho problema que andes así, pero afuera, si alguien que te conoce te ve, nos meterás en un gran problema —puso un mapa de la aldea y los alrededores en la mesa— Vas a tener que tomar la misma ruta que mi esposo y salir por la puerta oeste. Tomarás esa dirección para despistar y después de cinco kilómetros rodearás por el norte para ir al este.

—¿No es más rápido por el sur? —preguntó Sasuke al notar en el mapa que la dirección que ella le señalaba, era montañosa.

—Sí, pero si alguien ve que entras a las cadenas montañosas, difícilmente sospechará que lo harás para desviarte por la dificultad que representa —respondió Karin— Esto oculta la ruta de ida y vuelta, pues es clave para la seguridad de los niños, así que por favor, aún si parece absurdo, sigue mis instrucciones.

—De acuerdo.

—Antes de tomar camino al este, tendrás que cambiar tu disfraz. En este punto, hay un árbol hueco que encontrarás con ayuda del Sharingan, y hallarás la ropa de mi esposo —le señaló el área— Cuando tomes el camino hacia el este, deberás evitar las aldeas más grandes —cambió el mapa para poner uno de la región vecina y señalar el camino, así como las aldeas— Puedes hacer parada sólo en alguna de estas dos aldeas para abastecerte, o pasar la noche, pero cuando pases la aldea de Agave, tardarás un día entero en poder entrar a otra aldea.

—¿Qué hay en las aldeas a las que me sugieres no entrar?

—Algunas son muy rigurosas con las inspecciones de los extranjeros y aunque no descubran tu identidad, sí podrían evitarte el paso. Sería una pérdida de tiempo que siquiera lo intentes —respondió la pelirroja— Pero las más problemáticas son aldeas como la de la Flor. Ahí toman registros detallados y si te identifican como alguien que fue o es un criminal, querrán detenerte y entregarte a tu aldea de origen.

—No había oído que se tomaran ese tipo de precauciones antes.

—Comenzaron a hacerse desde la huída de Orochimaru-sama, así que…

—Conozco está zona —Sasuke señaló un punto en el mapa, casi al final del documento— Quizá pueda usar el Rinnegan desde allí.

—¿Estás seguro? —preguntó la mujer cambiando el mapa a la región vecina para que Sasuke reconociera alguna otra área.

—Sí. Desde ahí puedo caminar cinco kilómetros y usar los portales para llegar a la aldea del Sueño. Desde ese punto, conozco el camino a Oto.

—De acuerdo. En ese caso, vamos a las instrucciones internas de Oto. Ya que conoces los puntos importantes de la aldea, sólo deberás aparecer con los portales, pero tienes que evitar a cualquier aldeano e ir directo con Juugo o Suigetsu —Sasuke asintió y Karin señaló un punto en el mapa de Oto— Este sitio funge como la oficina del Otokage a ojos de las demás aldeas e incluso los aldeanos comunes, pero creo que recuerdas que hay un pasadizo a una enorme bodega. ¿Verdad? ¿Puedes acceder ahí con el Rinnegan?

—Sí, sí he estado allí.

—Perfecto. Actualmente esa bodega es la oficina oculta del Otokage. Cuando estés allí, vas a ver una cadena colgando cerca del escrito. Tira de ella y Juugo o Suigetsu irán a tu encuentro —señaló Karin— Aunque, si vas a aparecer con los portales, quizá te encuentres a Suigetsu fingiendo ser el Rey del mundo o algo así. Si eso pasa, pídele los registros del presupuesto para asegurarnos que no hizo otro gasto inútil.

—¿Por qué no dejaron a Juugo a cargo?

—Porque no es muy sociable y no tiene madera de liderazgo. Además, Suigetsu no dejaba de joder con tener el puesto y Sasuke decidió darle la oportunidad —contestó Karin dando un suspiro cansado— Por cierto, preferiría que ese idiota no se enterara que tú no eres el Sasuke de nuestra dimensión, pero necesitarás de su ayuda para moverte en la aldea.

—No me quedaré mucho tiempo. Sólo les daré las nuevas instrucciones y volveré.

—Necesito que nos hagas otro favor ya que irás allí —comentó Karin, quedando el varón a la expectativa— Haz acto de presencia con los Anbu, por favor.

—¿Con los Anbu?

—La mayoría de los aldeanos en Oto ven a Suigetsu como el Kage, pero los Anbu y Jounin de rango especial saben que en realidad lo es mi esposo y que no se hace público porque sabemos que Konoha y las demás aldeas podrían causar problemas. De hecho, sospechan lo que está ocurriendo, pero dado que no han encontrado pruebas, no pueden hacer nada —contestó la mujer— Para evitar que haya dudas del liderazgo o algún cambio de objetivo, mi esposo hace acto de presencia con los que saben el secreto. Eso también sirve como amenaza a aquellos que podrían querer hacer una guerra civil o traicionarnos.

Uchiha estaba bastante sorprendido de que su otro yo decidiera tomar el control como Otokage, pues él, más que querer ser un Kage como Naruto o muchos otros en Konoha cuando era niño, había anhelado seguir los pasos de su padre como jefe de la policía, y salvo aquella revolución que había querido hacer años atrás, no había pensado en ese puesto. Empero, podía entender que su otro yo estuviese dispuesto a tomar el mando, si con ello podía forjar un sitio donde su familia pudiera vivir feliz y a salvo.

—¿También usa el Rinnegan para verificar eso? —preguntó el hombre.

—Así es. Es como una renovación de pruebas. Los pone a prueba en un genjutsu y con ello comprueba si siguen siendo firmes en su lealtad a la aldea. Sigue una metodología, y sería muy extenso explicartela, así que sólo necesitamos que hagas la finta.

—¿Cómo se aseguran de que ellos no han descubierto una forma de evadir o engañar el genjutsu?

Ella lo miró en silencio unos instantes, su mirada era como si estuviese armando un rompecabezas en su cabeza. Esa mirada ya la había visto un montón de veces y le gustaba.

—¿Sólo has usado el Rinnegan para abrir portales? —ella preguntó después de unos instantes de silencio.

—Mayoritariamente sí.

—No es de extrañar. Siempre desarrollaremos más las habilidades que más usamos, y por lo general, son las que más necesitamos —comentó la pelirroja y él, con la mirada, le preguntó a qué se refería— Mientras tu has ganado habilidades con el Rinnegan con el viaje entre dimensiones y los portales, mi esposo lo ha ganado con los genjutsus.

—Pensé que habías dicho que no suele usarlo.

—Lo usa cuando entrena y cuando hace las evaluaciones. Sin embargo, ha sido suficiente para mejorar los genjutsus que el Rinnegan le permite hacer —ella sonrió ante la sorpresa del varón— A mi también me sorprendió cuando hablaste de los portales, pero supongo que el Rinnegan tiene mucho más ramas de poder qué explorar.

—¿Qué se puede hacer con el Rinnegan en cuanto a genjutsus? —preguntó Sasuke muy interesado.

—Hay varios detalles, y tardaré un montón de tiempo en explicarte según lo que mi esposo me ha dicho, pero tengo un informe —ella se levantó de su asiento y sacó de un archivero un folder que levantó— Te daré una copia del informe cuando vuelvas de Oto y hayas dejado todo en orden en representación de mi esposo. ¿Trato?

Sasuke aceptó la propuesta esbozando una sonrisa de medio lado, y la mujer terminó de darle las instrucciones necesarias, incluido un pequeño resumen de lo que su esposo hacía respecto a las pruebas. Es decir, las verdaderas pruebas estaban ocultas, pero él debía fingir que estaba haciendo las que estaban acostumbrados.

En menos de media hora, Sasuke era despedido por Karin y los niños, y tomó camino a ese Oto que no conocía, pero que, aunque no se había atrevido a decirlo, tenía mucha curiosidad de conocer.

Tal como se lo había asegurado a la otra Karin, llegó a Oto mucho antes de lo que ella tenía contemplado, y a pesar de saber que todo ese mundo era diferente del que él conocía, no se imaginó que sus antiguos compañeros de Taka se verían tan cambiados en esa dimensión.

—¿No se supone que llegarías hasta mañana? —habló Suigetsu casi en reclamo, pero de inmediato pareció nervioso— Harás el recorrido de la aldea hasta mañana. ¿Verdad?
Hozuki vestía la capa del Otokage, pero con una manga rota, llevaba el cabello bastante largo y se veía un poco más musculoso, algo que fue desconcertante, teniendo en cuenta que prefería verse flacucho para no delatar su habilidad de musculatura.

—Necesito regresar pronto. ¿Dónde está Juugo?

—Debe estar patrullando por ahí —respondió el albino quitándole importancia. Se acercó a Sasuke y le sonrió— ¿En serio quieres irte pronto? ¿Por qué no te quedas un poco más a divertirte? La vida de casado y con hijos debe ser muy aburrida —lo rodeó con su brazo por el cuello en forma de complicidad— Te prometo que no le diré nada a Karin.

—Trae a Juugo. Hay un nuevo plan para atrapar a Orochimaru —respondió Sasuke sin darle mayor importancia a la propuesta, pues aún en su propia dimensión, sonaba a algo que el albino diría.

Lo único extraño, más allá de su apariencia, era que había llamado a Karin por su nombre y no con algún apodo con afán de insultarla aún si no se encontraba presente.

—¿Ni siquiera vas a considerar dormir un poco sin tener que lidiar con pesadillas ajenas? —preguntó Suigetsu en un último intento de convencer a Sasuke de distraerse de sus deberes en la aldea, pero este sólo lo volteó a ver con dureza, provocándole escalofríos y se soltó de él— De acuerdo, entonces voy a confesar antes de que lo veas tú mismo.

El albino trataba de sonar serio, pero se notaba que estaba nervioso.

—¿Tocaste el presupuesto de nuevo? —preguntó el azabache con mucha seriedad.

—S… sí, lo hice —respondió nervioso, pero el azabache sabía que había algo más. Sin embargo, no tuvo que decir más para que el albino confesara— Y abrí un casino.

—Está por inaugurarse la Academia ninja de la aldea. ¿Cómo es que se te ocurrió abrir un casino? —regañó Sasuke, cuyo enojo era sincero, pues lo primero que pasó por su mente, era que le parecía inapropiado un lugar como ese en la aldea donde vivirían sus… Alto.

—Sí, ya sé que suena mal, pero en mi defensa, ya casi hemos recuperado el dinero que se usó para hacer el casino. Es muy sencillo dejar vacíos a los imbéciles que van a apostar —el albino se justificaba— Todos en la aldea dicen que quieren mejorar sus vidas, redimirse, y bla bla bla, pero los vicios no se dejan fácilmente y a este ritmo vamos a ser ricos.

—Ve por Juugo ahora mismo —ordenó Sasuke con seriedad, y no por el asunto del casino, sino que necesitaba un momento a solas.

—En serio, no deberías enojarte. Nadie se ha quejado… bueno sí, pero…

—Ve por Juugo —el azabache levantó la voz, y al sentir la pesada mirada del Uchiha, Suigetsu salió corriendo del lugar, aunque lanzó un par de maldiciones poco antes de cerrar la puerta.

"Sus hijos" él había pensado, pero esos niños no eran sus hijos, y esa Karin no era la Karin que él conocía. Sin embargo, y a pesar de que se suponía que por eso había decidido ir a Oto para no dejarse guiar por ese lugar, estaba comenzando a asumir la identidad de su otro yo, aún si hacía muy poco había hecho una autorreflexión del por qué ese mundo no lo aceptaría de la misma forma que su contraparte.


¿Sasuke mandará quitar el casino? ¿Buscará la forma de quedarse en esa dimensión? ¿Su plan para hacer salir a Orochimaru y quizá a Sakura funcionará? ¿Sasuke podrá ver el resultado de su plan o será algo con lo que su otro yo tendrá que lidiar? ¿Les han surgido algunas otras dudas o preguntas?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

He tardado en actualizar esta historia a causa de la cantidad de fanfics que debo, la falta de inspiración, algunos asuntos personales y que el capítulo es bastante largo, sin embargo, sigo trabajando en esta y las demás historias, al punto de que espero que la próxima semana pueda actualizar, con su final, mi historia Un día como gato n.n

Espero que el capítulo les haya gustado y esperen la otra historia que también actualizaré hoy n.n

Sin más por el momento, me despido.

¡Hasta la próxima actualización!