Capítulo 13

Cevdet besó los labios de Azize y luego, con suavidad, su frente. Se perdieron uno en los ojos del otro y finalmente, entrelazaron sus dedos y caminaron por la playa hasta la subida que los conducía a la casa…

Iban en silencio, disfrutando de la renovada cercanía que compartían y cuando Gül los observó por la ventana, sonrió sin poder evitarlo… esa mujer le hacía mucho bien al coronel…

Cevdet la soltó con suavidad cuando entraban, no quería añadir un problema más a Azize y que se sintiera incómoda al ser vista con él por Gül…

Ella sonrió e inclinó suavemente su cabeza, buscando sus labios, brevemente, como si se despidiera…

Gül aprovechó ese momento para entrar con la fuente de comida y originó una leve risita de Azize…

-Lo siento…- dijo la mujer sin poder ocultar su alegría- ví que venían, quería dejarles todo preparado para el almuerzo.

-No te preocupes, Gül…- dijo Azize y Cevdet las observó azorado.

-Es claro que me he perdido algo aquí…- dijo Cevdet y ambas rieron.

-¿Cómo está tu nieto, querida Gül?- preguntó Azize y la mujer sonrió.

-Está mucho mejor, gracias… fue un gran susto, pero ya estoy tranquila…

-Me alegra… - dijo Cevdet y ambos se sentaron- ¿quieres compartir el almuerzo con nosotros?- le ofreció.

-No… muchas gracias… almorcé más temprano hoy… quiero ponerme al día con los quehaceres de la casa…

-Bien… espero que no te hayamos dejado las cosas demasiado difíciles…

-Para nada, coronel… los dejo… disfruten la comida…

-Lo haremos…- dijo Azize con una sonrisa.

Cevdet se quedó mirando a Azize, cuando Gül subió las escaleras hacia las habitaciones…

-¿Qué me perdí?

-Bueno… Gül te conoce mucho… cuando me levanté esta mañana, me dijo que te habías ido… y tuvimos una conversación sincera… ella se preocupa por ti, y por tu felicidad…

-¿Mi felicidad, dices?

-Así es… Gül no es tonta, querido… y se dio cuenta de que algo pasaba entre nosotros… hoy estaba apenada porque también supo que no estábamos bien…

-¿Puedes repetir eso, por favor? - dijo él mirándola con intención.

-¿Qué? - preguntó ella algo confundida.

-Lo de… "querido" …

-Son expresiones, Cevdet…- dijo ella tratando de no reírse.

-Me gusta escucharlas de ti…

-A mí también me gusta escucharlas de ti…- dijo y alzó las cejas.

-Entiendo…- dijo él y sonrió.

Azize sacudió la cabeza, sabía que tenía un buen punto. Cevdet aún no se animaba a decirle que la amaba, aunque demostrara que sí lo hacía, o que iba camino a eso… y ella no lo iba a presionar más…


Comieron charlando sobre los planes para el documental y cómo había hecho para convencer al señor Ozkan…

-Bueno… había planeado ir a hablar con el señor Ozkan esta tarde, pero te adelantaste… así que… ¿qué tal si hacemos algo distinto?

-¿Algo como qué? - preguntó ella.

-No lo se… me refería a compartir tiempo juntos…

-Pues, no importa a donde vayamos… me encanta la idea de estar juntos…- dijo y él sonrió.

-Creo que ya se qué podríamos hacer…- dijo y luego de terminar de comer, la hizo preparar un pequeño bolso.

-¿Adónde vamos?

-Ya verás… confía en mí…

-Está claro que lo hago…- dijo ella y él sonrió de costado.

Fueron en auto a una zona más apartada y caminaron un rato hasta que llegaron a un muelle. Azize sonrió al ver un pequeño yate amarrado allí. Parecía un lugar privado, pero ella estaba segura de que no habían sido los únicos en tener la idea de ir a navegar, pero ese yate era el que quedaba…

-¿Te animas?

-Por supuesto…- dijo ella y él tomó su mano para ayudarla a subir.

Cevdet encendió el motor y ella se sentó con los ojos entrecerrados frente al sol.

-Eres una caja de sorpresas... – le dijo ella cuando él dirigió el yate hacia el mar y luego de sonreírle, se dedicó a conducir el barco.

-Pues quería sorprenderte…- dijo él y ella sonrió.

-Lo hiciste…- dijo ella y luego de un rato de silencio, él apagó el motor y se sentó a su lado.

-¿Te gusta? - le preguntó él y ella miró hacia el costado y se perdió en sus ojos.

-Es increíble… tú eres increíble…- le dijo y él besó sus labios con suavidad.

Ella se recostó en él y Cevdet la abrazó con ternura...

-Creo que ya te dije lo feliz que me hace que estés aquí…- dijo él y ella lanzó una risita feliz.

-Lo dijiste, sí… pero me encanta oírlo… a mi también me hace feliz estar aquí…

-Lo se… se nota… y… me gustaría hablar contigo… saber algunas cosas…

-¿Qué cosas? - preguntó ella con interés.

-Bueno… yo se que quizás suena apresurado, pero dentro de unas pocas semanas, quedarás liberada, porque tu trabajo para este documental estará terminado…

-Así es…- dijo ella y se quedó mirándolo.

-Quería… quería preguntarte cuáles son tus planes… quiero decir…

-Entiendo lo que quieres decir…- dijo ella y se puso seria- la verdad es que mi casa está en Estambul… pero no tengo un trabajo para regresar…

-¿Por qué lo dices?

-Bueno, mi jefe aprovechó la oportunidad para deshacerse de mi… fue un negocio increíble…

-No lo creo… lo que sí se es que allí estabas desperdiciada…

-Pero ese trabajo me dio de comer durante un buen tiempo…- dijo ella con pesar.

-No creo que te hayan regalado nada…

-Por supuesto que no…

-¿Por qué no te quedas?

-¿Aquí? - preguntó ella y sonrió levemente.

-Hace un buen tiempo, estoy planeando un viaje… quiero conocer París… y el otro día pensaba… si quizás quisieras… acompañarme…- dijo y ella abrió los ojos.

-¿Me estás invitando a ir contigo a París? - preguntó y él alzó las cejas.

-No tendría nada de malo…

-No… por supuesto…- dijo ella todavía shockeada.

-¿Entonces?

-¿Tengo que contestar ahora?

-Bueno… no hay mucho más que podamos hacer que hablar…

-Es cierto…- dijo y se mordió el labio.

Cevdet se quedó mirándola y ella sintió que él intentaba memorizar sus gestos. Azize le dedicó una sonrisa y asintió…

-¿Qué dices?

-Me encantaría ir… pero la verdad es que no tengo demasiado dinero ahorrado…

-Creo que no te aclaré que serás mi invitada…

-¿Invitada?

-Mi vida… ¿acaso tengo que repetirte que eres lo más hermoso que me ha pasado en estos últimos años?

-¿Repetirlo? Es la primera vez que lo escucho…- se quejó ella.

-Bueno… creí que estaba claro…

-Escúchame bien, Cevdet…- dijo y lo tomó de la cara para que él no evitara mirarla- dijiste que estabas… ¿cómo era? ¿oxidado? Bueno… te explicaré como es esto… tienes que hablar conmigo… decir las cosas, porque cuando las cosas no se dicen, la otra persona probablemente se confunde…

-¿Qué quieres que te diga?

-¿Qué sientes por mi?

-Me enamoré de ti… desde que te vi en casa… pero ya me gustabas desde que te veía por televisión… es así… y cuando te conocí, me di cuenta de que no se trataba solamente de deseo, pasión… quizás ideas similares… estás aquí…- dijo él tocando la zona de su corazón y ella sonrió con ternura- ¿está claro?

-Así es…- dijo ella satisfecha.

-¿Entonces? ¿Aceptas mi invitación a París?

¿Cómo podría negarme? - dijo ella y lo abrazó.


Se quedaron un rato abrazados, hablando casi en secreto, aunque estaban absolutamente solos, salvo por algunos otros veleros que se veían en el horizonte…

-Y… ya que estamos hablando de todo…- dijo ella y él volvió a alzar las cejas, preguntándose qué más podría querer saber.

-¿Qué más quieres saber?

-¿Por qué te pusiste tan celoso?

-¿Te refieres a Yusuf?

-Así es...

-Bueno… no son solo celos… la competencia siempre existió y cuando vi que él tenía interés en ti me desesperé… siento que no puedo darme el lujo de perderte…

-¿Acaso no confías en lo que puedes despertar en mí?

-Créeme… no se trata de tus sentimientos… o sí, pero en ningún momento tuve desconfianza por ti, sino por mí…

-Hiciste mal, cariño… no me gusta que sufras sin sentido… tú me contaste que te habías enamorado de mí cuando me conociste… pues… a mí me pasó lo mismo… y Yusuf me importa muy poco… quizás me resulta simpático para intercambiar unas palabras, tener una conversación… pero lo que siento estando cerca de ti…- dijo y él la acercó a su cuerpo…

-Mi vida…- le dijo él sobre sus labios.

-Mmm…- dijo ella en tono bajo.

-¿Qué tal si volvemos a casa y… bueno, cenamos en la cama y dormimos abrazados…?

-Cenar en la cama… dormir abrazados…- repitió ella y se sentó sobre sus rodillas- ¿cuánto tiempo crees que te tomará conducirnos hasta la costa?

-Podría ir nadando si tú quieres…

Ambos comenzaron a reírse y luego de un momento bastante intenso, volvieron a casa…

Por supuesto prepararon algo liviano para comer y se encerraron en la habitación a cumplir con lo pactado… comer en la cama y dedicarse a disfrutar uno del otro, para luego dormir abrazados, bien apretados, piel contra piel…


Bueno, hasta aquí llegamos. Veremos como sigue este romance. Nos vemos en el próximo capítulo! Gracias por seguir leyendo!