Cuando llegaron al punto de aparición su corazón ya corría de manera tan acelerada por la emoción que pensó que se le saldría del pecho. Severus tomó su mano mientras recibía de uno de los encargados el objeto que los llevaría al estadio.

El viaje hizo que su estómago diera una vuelta preocupante en si mismo y temió terminar devolviendo en contenido de su desayuno en los zapatos de su padrino. Apretó un poco más fuerte su mano y dio una bocanada grande de aire intentando estabilizarse a si mismo. Su prima y sus tíos demoraron exactamente medio segundo para aparecerse. Dora sonreía probablemente queriendo hacer mofa de su desgracia pero la ignoró convenientemente mientras observaba a su alrededor.

El ruido de las masas era ensordecedor aun cuando el estadio ni siquiera estaba a la vista. Había miles de puestos por todos lados que ofrecían una cantidad absurda de artículos de Quidditch. Mientras sus ojos se perdían por el lugar se vio forzado a caminar por la mano firme de su padrino en la suya. Estaba un poco nervioso de ver a tantas personas, quizás se perdería y su familia nunca lo encontraría y él estaría aun más solo que antes.

Estaba empezando a caer en pánico hasta que escucho la voz de alguien no muy lejos de ahí.
_ ¡Eh, Quejicus ! - llamo un hombre con traje de Auror.

Su padrino paró sus pasos y gruño, aun así se dirigieron hacia ellos.

_Potter - gruño en respuesta

_Lo siento mucho Sev, ya sabes como es James. Piensa que es gracioso pero no lo es - dijo una mujer pelirroja a su lado. Su sonrisa era amplia y sus ojos lucían amables. Entonces se ella dirigió su mirada hacia él - Oh, tu debes ser el Joven Malfoy ¿verdad?

Contuvo la respiración un segundo antes de recordar sus modales que tanto había insistido su tía en enseñarle.

_Sí Señora. Mi nombres es Draco Malfoy, es un placer - dijo mientras inclinaba levemente la cabeza sintiendo su cara arder. Ella era muy bonita y además pareció verse complacida por sus palabras.

_Oh, pero que niño más educado - mencionó mientras se agachaba a su altura - desearía que mi Harry fuera igual - se rió apenas - por cierto, mi nombre es Lily Potter, el gusto es todo mío - inclino la cabeza levemente a su lado y se levanto suavemente - Andromeda, Ted, Nymphadora siempre es un placer verlos.

Sus tíos saludaron de regreso mientras que su prima buscaba algo a su alrededor.

_¿Y Lupin? - pregunto su padrino _Fue con Harry al baño, ya deben estar volviendo - aclaró el Señor Potter.

Y casi como si fuera por arte de magia se acercaron a ellos uno de los Aurores que solía custodiarlo en sus salidas junto con un niño que venia montado en sus hombros.

_Severus, Andromeda, Ted - saludo con una sonrisa en los labios - Nymphadora - dijo dirigiéndose a ella y su prima se sonrojo hasta las orejas. Aquello llamó su atención pero no dijo nada - Pequeño Malfoy.

_Señor Lupin - contesto cortésmente. La mirada del niño pelinegro se clavo en él haciendolo sentir incomodo. Este se removió sobre los hombros del hombre pidiendo que lo bajen y luego se acerco hacia él.

_Soy Harry - dijo con una sonrisa enorme en su cara. Se sintió cálido y un poco vulnerable por lo que no pudo evitar que la sangre se agolpara en su cara.

_Me llamo Draco - contestó en un hilo de voz

_Es un nombre extraño - mencionó con duda No supo como responder a aquello. Quizás debería contarle de la tradición de la familia Black en donde ponían nombres de estrellas a sus hijos. O quizás solo debería permanecer callado. Miró hacia su familia intentando saber que debía hacer pero los adultos hablaban entre ellos mientras aquel niño seguía examinándolo de pies a cabeza. Apretó un poco más fuerte el agarre sobre la mano de su padrino sintiéndose incomodo.

_Es la primera vez que vengo a un mundial - le dijo finalmente

_Yo también - contesto Aquello pareció devolver el mundo a su lugar para el pelinegro quien sonrió enormemente y respondió:

_Genial, entonces deberíamos estar juntos ¿no te parece? - y tomó su mano libre mientras empezaba a caminar y obligando a todos a avanzar.

Su madre se rió mientras tomaba la otra mano del niño y hablaba con su padrino. Después de unos minutos finalmente pudo relajarse lo suficiente como para disfrutar de lo que estaba pasando.
Su padrino le compro un gorro, una bandera y algunos dulces. Se sentía la emoción en el aire, incluso él mismo empezaba a contagiarse de aquel sentimiento. Busco a su prima que charlaba con el Auror Lupin un poco más atrás y casi podía jurar que se veía algo cohibida, palabra que nunca hubiese asociado con ella.

_Deberíamos buscar nuestros lugares - menciono el Señor Potter por lo que se dirigieron al sitio.
No demoraron mucho en encontrarlo y esperaron pacientemente a que diera inicio.

Los americanos y los irlandeses iban a hacer el partido inaugural, el Ministro de Magia dio la bienvenida y entre fuegos artificiales y espectáculos de medio tiempo todo se sintió como si fuera un sueño.

Aquel niño pelinegro estaba sumamente emocionado y comentaba cada cosa que ocurría con su padre o el Señor Lupin. Era tanta su energía que se preguntaba si alguna vez se le acabaría. Parecía estar sumergido en la algarabía de todos. Por alguna razón él solía buscar su mirada, le comentaba algo o le hacia preguntas a las que claramente no buscaba respuesta porque solo le bastaba con una afirmación o negación de su cabeza para seguir prestando atención a lo que pasaba a su alrededor.

En uno de los entretiempos decidieron que seria buena idea ir a comer por lo que se dirigieron a uno de los puestos. Casi inmediatamente su tío identifico al Señor Weasley que estaba ahí con algunos de sus hijos.

_Arthur - saludo Ted - que bueno que los encontramos. ¿En que sección están?

_Cerca del palco del Ministro - comentó.

_¿Y Molly? - pregunto la Señora Potter _Se quedo con Ginny, Ron y los gemelos. Gin y Ron todavía son muy pequeños además no podríamos estar pendiente de ellos en esta situación tanto como nos gustaría ya que se necesita un ejercito con todos los pares de ojos disponibles para alejar a los gemelos de los problemas. Lo juro, esos niños tienen como objetivo de vida causarle un disgusto a su madre - rió entre dientes el hombre.

_Pobre santa - dijo a modo de broma el Señor Lupin y todos rieron su gracia.

Mientras los adultos hablaban entre ellos su prima empezó a hablar con los chicos de cosas del colegio.

_Por cierto, no los presente- dijo Dora mirándolo esta vez a él - Draco, ellos son los hermanos Weasley. El mayor es Bill, él es Percy y Charlie. Chicos él es mi primo Draco Malfoy.

Por un segundo tuvo miedo a sus reacciones, por experiencia sabia que las personas odiaban a sus padres y que asociaban su apellido a todas las calamidades del mundo. Contuvo la respiración esperando el inminente desastre. Sin embargo Charles Weasley, aquel que tenía la edad de su prima, lo observó brevemente antes de arrodillarse para estar a su altura y le sonrió de una forma tan sincera que sus ojos se achicaron en los lados y su sonrisa blanca se extendió por toda su cara.

Su corazón se saltó un latido y los nervios hicieron presa fácil de él.

_ Es un placer Draco Su voz parecía estar llena de afecto sincero y eso lo tomo desprevenido.

Pocas personas, sino es que ninguna, cuando lo conocían parecían complacidas en conocerlo aun después de saber quien era.

Sabía que debía estar rojo porque sentía su cara arder como si estuviera en llamas, sentía su garganta apretada y probablemente aun si intentara hablar la voz no le saldría así que solo atinó a asentir con pena.

A pesar de eso el chico pareció tomarlo bien por lo que le acarició levemente la cabeza antes de levantarse.

Harry por su parte tiró de el bruscamente y miró al adolescente con molestia.

_Mamá esta esperándonos - dijo sin dejar de fruncir el ceño Busco a la Señora Potter que estaba unos pasos más allá haciendo fila para comprar y acepto seguir al otro niño cuando Severus dijo que estaba bien.

Se dirigieron a la mujer y mientras ellos hablaban no pudo quitar sus ojos de los amigos de su prima. Su corazón todavia estaba acelerado y su estomago parecía querer dar vueltas en su interior. Aquel chico lo observo nuevamente y al igual que antes al verlo le regalo una sonrisa sincera que esa vez él pudo devolver.

_No lo mires Draco - reclamo el pelinegro Aquello llamo su atención y volteó a ver al niño.

_¿Por qué? - preguntó casi en un susurro.

_No me gusta - dijo con simpleza antes de ofrecerle un plato de comida - mejor comamos.

Se dirigieron todos a una zona con bancas y todo el grupo ocupo varias de ellas.

La comida era buena, el ambiente seguía festivo y pronto estuvieron de nuevo en sus lugares solo que esta vez los Weasley decidieron acompañarlos. Harry olvido pronto su malestar apenas los jugadores volvieron al campo y se dedico a pasar el tiempo con el Señor Lupin y su padre como antes.

Esta vez, ver aquella interacción solo le hizo pensar en si su padre y él serian igual de él estar vivo o si su educación le impediría comportarse de forma tan despreocupada. La Señora Potter por otro lado de vez en cuando reprendía a su hijo con cariño y eso le formó un nudo en el pecho. Por alguna razón se sentía inmensamente solo aun cuando estaba rodeado de un mar de gente.

Bajo la vista y las clavo en sus manos que estaban sobre su regazo intentando contener las lagrimas. No era un comportamiento aceptable formar un espectáculo en publico le dijo una vez su padrino así que intentó ahogar el sentimiento. Realizó los ejercicios de respiración que su tía le había enseñado para momentos como ese y se mordió los labios con fuerza bastante seguro que estaba a punto de hacerlos sangrar.

Con creciente desesperación se dio cuenta de que pronto no podría contenerse más y se sintió mortificado por ello. ¿Por qué tenían que pasarle cosas como esa? Era un niño grande ya. Su padrino siempre lo felicitaba remarcándole lo orgulloso que estaba de como estaba creciendo. Sus tíos también confiaban en él y solían decir que probablemente a sus 6 años era mucho más responsable que su prima de 14 entonces ¿por qué estaba perdiendo el control así? Cerro las manos en puños hasta que sus nudillos estuvieron blancos y intentó tragar el nudo que se había formado en su garganta.

Fue en ese preciso momento de absoluto desasosiego que ocurrió aquel acto que marcaría toda su vida.

Fué tan simple y a la vez tan lleno de bondad que se quedó grabado en su corazón y su mente por todos los años que siguieron y que iluminó sus momentos más oscuros. Alguien se sentó a su lado y lo tomo por sorpresa cuando de pronto se vió siendo alzado para ser subido sobre las piernas de esa persona mientras era abrazado. Su cabeza quedo oculta en el espacio del cuello de aquella persona.

_Nos quedaremos así tanto como necesites- dijo y reconoció la voz calma de Charlie Weasley inmediatamente.

Asintió sintiendo las lagrimas correr.

A los lejos parecía que Lily Potter estaba regañando a su hijo. Escucho ahogada la voz de los otros adultos mientras algo pasaba pero no le podía importar menos. En aquel momento, en aquel lugar lo unico que podía registrar su cerebro era el olor a bosque y tierra mojada que parecía emanar de aquel hombre.

Se sintió cálido y reconfortante y por primera vez quiso aferrarse a aquello sin importar las reglas del decoro y las buenas costumbres.

Hasta donde podía recordar, ese fue el momento en que se enamoró perdidamente de Charlie Weasley.