_Entro en una rutina - expresó la Señora Potter con preocupación - es tan joven, ¿cómo es posible?
El rubio observó al resto de los adultos en la sala, todos parecían preocupados.
_El medimago dice que lo tratemos como una fiebre normal, que al ser un niño su cuerpo no va a seguir el desarrollo acelerado de su lobo. Va a estar incomodo un par de días pero nada más grave- el auror puso una mano sobre el hombro de su esposa en señal de apoyo pero también lucia estresado.
_No creo que debamos preocuparnos por el momento - aporto su padrino - claramente no podemos darle una poción que ayude con los síntomas así que deberíamos intentar bajar su temperatura de la manera muggle.
Severus tenia los hombros cuadrados y eso solo podía significar que estaba tenso. Claramente aquel niño era importante para él, aunque no sabia por que. Una puntada en el pecho le hizo desviar los ojos hacia la ventana. Afuera había un sol radiante, claramente el verano estaba en todo su esplendor.
Intentó respirar suavemente para pasar el nudo en su pecho pero no pudo evitar cuestionarse porque aquel niño podía tenerlo todo. Una casa bonita, una mamá y papá, incluso aquel Auror que siempre amablemente cuidaba de él. Ahora también su padrino parecía girar a su alrededor. ¿No podía dejarle eso a él? ¿Por que tenía que tener tanto y él nada?
Una mano en su hombro lo sacó de sus pensamientos.
_Lamento molestarte Draco - dijo la mujer - pero ¿serías tan amable de cuidar a Harry por unos momentos? Tu padrino y el resto necesitamos hablar sobre algunas cosas.
Su primer instinto fue negarse. Claramente no quería saber nada de aquel niño pero aquellos ojos verdes lucían tan preocupados que no tuvo corazón para decirle que no. Asintió antes de siquiera darse cuenta.
Lily Potter lo llevó por el corredor hasta una puerta y le indicó:
_Si necesitas cualquier cosa solo llámanos - y después se dio la vuelta Realmente no quería estar ahí pero se obligo a si mismo a tomar el pomo y girarlo lentamente. Apenas había empujado un poco la puerta cuando un quejido sonó fuerte y claro poniéndole los pelos de punta. Entró rebelándose contra cada fibra de su ser que le decía que corriera hacia el lado contrario. Que tomara a Severus y se fueran a casa.
La habitación apenas estaba iluminada por una lampara de noche sin embargo podía distinguirse claramente el desorden del lugar, había juguetes y ropa y cosas sobre otras cosas por todo el lugar. En el centro se encontraba una gran cama y sobre ella el niño que tanto disturbio estaba causando.
El moreno ni siquiera se inmuto ante el ruido de la puerta, aparentemente perdido en el dolor de su enfermedad.
Se acercó con cuidado, no queriendo ser notado, aun así cuando solo estaba a un par de pasos unos ojos grandes, verdes y brillantes se fijaron en él y como si hubiesen sido dagas lo dejaron clavado en el piso, con el aire atorado en los pulmones y con miedo a siquiera pensar mucho.
_Viniste - mencionó el moreno con voz rasposa
_Tu mamá me pidió que te cuidara - respondió sin saber que hacer El chico trató de enderezarse en la cama y él tuvo que retroceder un paso.
_Ven - nunca nadie le había pedido nada así, la suplica en su voz era casi dolorosa. Así que contra sus propios instintos se obligo a poner un pie delante del otro para avanzar.
El otro niño pareció conforme por lo que volvió a su posición original. Él se sentó en la orilla de la cama sin saber que debía hacer a continuación.
Evaluó cada posible conversación que podría iniciar y se mordió los labios con frustración al darse cuenta una vez más en su inutilidad para hablar. Siempre se sentía cohibido, inseguro, equivocado. Sabía que a veces las palabras eran solo palabras y que no tenían porque significar más pero tenia esa necesidad patológica de decir las cosas correctas, de que nadie mal entendiera sus palabras, de que nadie lo odiara aun más de lo que ya lo hacian por simplemente ser él. Un Malfoy. Por eso era que siempre le rondaba el miedo a equivocarse y ni un sonido abandonaba sus labios haciendole sentir peor. Inútil e incompetente. Insuficiente.
_Draco - llamó el niño y sus ojos viajaron al rostro ajeno inmediatamente.
Este lo veía con una sonrisa relajada en su rostro aunque su cuerpo tenia una postura que parecía indicar que estaba exhausto.
_Mamá dice que tienes el nombre de una estrella - dijo suavemente.
Bajó los ojos hacia sus manos intentando controlar sus nervios.
_Es el nombre de una constelación. Un conjunto de estrellas -aclaró - mi madre era una Black y ellos tienen esta tradición de poner nombres de estrellas a sus hijos.
_¿Eres pariente de Sirus? - preguntó contento- él es mi padrino.
Asintió porque no sabía que decir. No conocía al hombre y nunca lo había visto en su vida. Su única familia cercana eran los Tonks
_Genial - dijo con cansancio cerrando los ojos Lo observó unos momentos, debía estar sintiéndose mal, entonces se le ocurrió una idea. Se levantó dirigiéndose hacia la puerta.
_No te vayas - los ojos del moreno parecían desenfócanos y aterrorizados al mismo tiempo.
_Voy a volver - mencionó y salió por la puerta.
Caminó por el pasillo con intención de pedirle a Lily Potter un bol con agua pero a medida que se acercaba al salón las voces de los adultos parecían alteradas.
_Bellatrix está loca, es un peligro, no creo exactamente que este inculcando ideas pacifistas en su prole - la voz del Señor Potter sonaba molesta.
_La última vez que se escucho algo de los Lastrange fue en Francia. Deberíamos mandar un grupo de rastreo ahí - sugirió el Señor Lupin
_ ¿Sabemos que aliados tienen? Quizás podríamos empezar por ellos.
_Lily tiene razón - la voz de su padrino lo hizo sobresaltar. Eso fue todo lo que necesito para llamar su atención - escuchar a escondidas es una falta de educación Draco - amonesto.
_Lo siento - murmuro sintiéndose avergonzado.
_¿Esta todo bien cariño? - dijo la pelirroja con una mirada alarmada - ¿Harry está bien?
Asintió pensando que aquello había sido una mala idea.
_¿Necesitas algo Draco? - llamó Lupin
_Pensé que quizás como Harry tiene fiebre por el momento seria una buena idea un bol con agua para intentar bajársela.
La mujer la miró un segundo para luego sonreír brillantemente.
_Eres muy listo querido. Pienso que es una idea fantástica. Ven, vamos a la cocina así tomamos lo que necesites.
Se hizo a un lado para dejar pasar a la mujer y volvió la vista hacia Severus que lo miraba seriamente. Se sintió muy mal, él no quiso espiar pero tampoco quería interrumpir. ¿Debería explicarle que no escucho nada o quizás decirle que lo que si escucho no tenia sentido?
Su padrino parecía en ese momento tan frío y distante que no sabía que hacer o decir para arreglarlo así que solo bajo la vista y se giró siguiendo a la señora Potter.
_Bien, veamos - dijo mientras se movía por la estancia - un bol , un bol...ah, ya sé, este debería bastar - sacó un contenedor mediano de cerámica verde pintado claramente por un niño - llenemos con un poco de agua pero no demasiado fría - realizo un hechizo y pronto el agua ocupó tres cuartos del mismo - seguro esto es suficiente.
Recibió el contenedor sin pensarlo mucho.
_Gracias - dijo empezando a hacer su camino de vuelta
_No es nada. Si necesitas algo más pídelo - asintió sin verla a los ojos - Y Draco - llamó - gracias por cuidar de mi hijo.
_Sí - respondió en apenas un susurro y continuó su camino.
Una vez dentro de la habitación el moreno parecía aliviado de verlo nuevamente.
_Volviste - mencionó maravillado.
_Dije que lo haría Avanzó hasta dejar el contenedor en la mesa de noche y recién entonces se dio cuenta de que no tenia ningún trapo para usar. Busco por la habitación algo que cumpliera con su cometido pero no había nada. ¿Como era posible que en una habitación llena de cosas no hubiera una que realmente fuera útil?
Se llevó la mano al bolsillo de su pantalón con duda. Él tenia algo. Un pañuelo de tela de su madre. Paseó los dedos por la superficie sintiendo el relieve del bordado y consideró sus opciones.
No quería volver al salón y hacer enojar aun más a su padrino, por otro lado en aquel lugar no precia haber otras opciones y la respiración de Potter se escuchaba cada vez más agitada debido a la fiebre. Apretó con fuerzas sus puños antes de aflojar el agarre y sacarlo lentamente. Casi con reverencia.
_Potter - llamó y el niño volcó toda su atención en él - tienes que cuidarlo -mencionó ante la mirada desconcertada del otro y finalmente mojó la tela en el agua para después escurrir el exceso. Con una suave presión en el hombro lo obligó a volver a acostarse y coloco el pañuelo en su frente - esto era de mi madre y no me quedan muchas cosas de ella, así que por favor tienes que ser cuidadoso con el.
Clavo sus ojos grises en los otros tratando de incluir fuerza en sus palabras pero se sentía tan vulnerable prestado uno de sus tesoros que estuvo seguro que no cumplió su cometido.
Una mano sujeto la suya que estaba colocando la pieza en su frente y una sonrisa inmensa inundó las facciones del moreno.
_No te preocupes Dragón, voy a ser muy cuidadoso - dijo cerrando los ojos y por fin relajándose.
No supo porque pero aquel momento se sintió inmenso aunque prácticamente desde ojos ajenos se vería insignificante.
Intentando quitarle hierro al asunto tomó asiento a los pies de la cama y paseo su vista por el lugar sin saber que más hacer. En uno de los rincones había una pila pequeña de libros que solo estaban ahí sosteniendo cosas y no pudo evitar dar un jadeo ahogado sintiéndose horrorizado por aquello.
_¿Estas bien? - preguntó el moreno.
Asintió agarrotadamente mirando hacia el frente, evitando conscientemente volver la vista hacia ellos. Se mordió los labios con nerviosismo deseando poder rescatar a los pobre pero su mente le decía que no era su lugar y aquellas no eran sus cosas.
_Draco - llamó el niño sujetando su mano - dime lo que está mal y lo voy a arreglar - prometió
Trago saliva intentando pasar el nudo en la garganta. Él realmente amaba los libros, eran su único escape y a veces su única compañía por horas y le permitían imaginar historias y le hacian reír, y te explicaban cosas del mundo...y definitivamente se merecían un mejor trato. Pero aquellos libros no eran suyos y el moreno podía tratarlos como quisiera. Bajo la vista sin poder poner en palabras todo ese conflicto, sintiéndose dividido y desarmado.
Unos brazos lo rodearon tomándolo por asalto y el calor del cuerpo del niño lo envolvió. Era claro que el moreno estaba ardiendo.
_Tienes que decirme lo que sientes Dragón - los brazos se cerraron un poco más - por favor - suplico.
Escondió su cara en el hueco de la barbilla y el hombro del niño y suspiro sintiéndose frustrado consigo mismo. No debería comportase así. ¿Qué dirían sus padres si los vieran?¿Y su Tía Andromeda? ¿Y Severus?
_No puedo -susurro Harry se separó un poco para mirarlo a los ojos con una duda claramente pintada en ellos.
_¿Qué es lo que no puedes? - preguntó con cautela Se revolvió incomodo entre sus brazos y apretó las manos con fuerza. Frustrado, asustado, sin saber que decir o como hacer que aquella situación pasara.
Un par de manos pequeñas tomaron su rostro con firmezas y de repente todo era solo unos enormes ojos verdes. No cualquier tipo de verde, era como un verde profundo y un tanto peligroso. Como el verde de un bosque quizás.
_¿Qué es lo que no puedes? - preguntó en voz tan baja que si no hubiesen estado así de cerca probablemente no lo hubiese escuchado.
Inhaló y exhaló un par de veces tratando de calmarse. Aquel niño era amable. Nunca lo había tratado mal y ademas estaba enfermo. No quería preocuparlo con sus tonterías pero aparentemente él necesitaba una respuesta.
_Hablar - susurró en un hilo de voz - no puedo hablar.
Aquello pareció desconcertar al moreno que parpadeo un par de veces.
_Nunca puedo decir lo que pienso o quiero - volvió a ocultar su rostro en aquel rincón - las palabras simplemente no salen - dijo desconsoladamente.
_De acuerdo - dijo de forma pensativa Harry para luego seguir abrazándolo y darle caricias reconfortante en su espalda - ¿y qué es lo que querías decir? -preguntó Negó con la cabeza.
Decirlo sería descortés y aquel niño estaba siendo muy amable.
_Vamos, dilo - ofreció el moreno.
Se negó otra vez esta vez decidido a poner distancia entre ellos. Esa no era forma de comportarse.
Se sorprendió cuando el otro impidió que se moviera de la posición en la que estaban.
_Dime - pidió - no voy a juzgarte -prometió Se rindió con facilidad y relajo su cuerpo una vez más.
_Vas a enojarte- susurro _Claro que no - brotó en una risa.
Tiró de su cabeza hacia atras lo suficiente para mirarlo a los ojos con el ceño fruncido.
_¿Cómo puedes saberlo si ni siquiera te he dicho nada?
El otro volvió a sonreír mientras sus manos sostenían una vez más su rostro.
_Solo lo sé - mencionó despreocupadamente - sin importar lo que hagas o digas no voy a alejarme de ti por nada del mundo.
Volvió a abrazarlo y esta vez apoyo su frente caliente sobre la suya.
_Estoy feliz Draco y quiero que lo seas también. Dime que es lo que esta mal.
Suspiro sintiéndose derrotado. Había tanta determinación en aquellos ojos que simplemente se rindió.
_Los libros - susurro como si aquello fuera un gran secreto - sé que son tuyos y puedes hacer con ellos lo que quieras, es solo -dudó un momento antes de continuar - que me siento tan mal por ellos.
_¿Los libros? - pregunto extrañado separándose de su cuerpo y buscando por la habitación aquello que causaba su malestar.
_Sí - susurro - ¿acaso no te gustan?
_Sí - dijo con el ceño fruncido - eso creo. No lo sé, mamá y papá siempre me los traen.
Asintió alejándose de él. Aquello hacia todo peor.
_Si yo tuviera un regalo así de mis padres los cuidaría como si fueran un tesoro - dijo con la voz afectada por la pena y la añoranza.
Se separó de Harry para luego levantarse y recoger el pañuelo que descansaba a un lado del cuerpo del moreno desde que este se había incorporado. Lo mojo una vez más en agua solo para tener algo que hacer.
El movimiento en la cama llamo su atención y vio como Harry se dirigía hacia aquel rincón para tomarlos y colocarlos con cuidado en su escritorio que también estaba abarrotado de cosas. Los vio uno por uno y luego tomo aquél de la tapa azul para luego volver a la cama.
_¿Soy un poco tonto no? - preguntó en mitad de una risa ahogada - nunca lo había pensado
Se recostó y dejó que el rubio le colocara el pañuelo nuevamente.
_Vas a tener que decirme estas cosas Draco porque sino nunca voy a darme cuenta - menciono con grandes ojos clavados en su rostro - y si te cuesta hablar entonces hazlo cuando estemos solos, cuando nadie nos vea ni nos escuche, te prometo que nunca voy a enojarme y haré lo posible para solucionar aquellas cosas que te ponen mal.
Él solo pudo asentir un poco impresionado por sus declaraciones y tomó lugar nuevamente en la cama solo que esta vez un poco más cerca.
_Este es mi libro favorito - mencionó mostrándoselo - es sobre un dragón que custodia un tesoro. Me gustan los libros de aventuras, ¿a ti te gustan?
_Sí - dijo bajito tomando el libro que le era pasado.
_Genial, ¿puedes leérmelo Draco? - pidió con una sonrisa.
Asintió mientras pasaba la mano con delicadeza por la portada para luego abrirlo. No supo cuanto tiempo estuvo leyendo o cuando Harry se había quedado dormido pero unos pocos minutos después de terminar la puerta se abrió y la Señora Potter entró en el cuarto.
_¿Todo bien cariño? - preguntó mirándolo mientras se acercaba para controlar a su hijo.
_Sí
_¿Harry te dio problemas?
_No
_Me alegro - ella le dio un beso en la mejilla a su hijo y después se volvió hacia él - dejemosle dormir, Sev te esta esperando en el salón para irse.
Cerro el libro y lo coloco sobre el escritorio junto con los demás. Se dio la vuelta pensando en si debía buscar su pañuelo o no pero decidió que por el momento el moreno lo necesitaba más. Seguramente podría pedírselo otro día.
