Fiesta de Graduación junto al Mar

Capítulo 2

Habitación de Rena

Rushia POV

Al despedirnos de nuestras amigas, Rena me pregunta si podríamos seguir nuestra platica en su habitación lo cual, acepto algo encantada y nerviosa a la vez.

– Adelante, siéntete como en tu propio cuarto ¿Gustas algo de beber?

– Seguro. Muchas gracias, senpai.

– Perfecto, espérame en lo que voy por ellas.

Rena va a la cocineta al otro lado de la habitación mientras yo la espero sentada a orilla de la cama.

Al tratarse de una suite especial, su habitación es mucho más amplia y lujosa que la de nosotras. Con una hermosa vista a la playa y una enorme y cómoda cama King size.

Al ver esta hermosa habitación, no puedo hacer mas que admirarla aún más.

– Seguro que Kurara estaría loca de la emoción si estuviera aquí.

Digo sonriendo y pensando en mi hermanita allá en casa.

Sin embargo, aquel pensamiento se desvanece cuando Rena regresa conmigo cargando con ella dos copas llenas de un vino caro recién abierto.

Pero lo que más me impresiona, es que regresa vistiendo un hermoso camisón color lila, muy corto y de tela bastante delgada por la cual, me permite ver gran parte de su esplendoroso cuerpo y apenas cubre sus partes íntimas.

Es un camisón bastante sensual y erótico que hace que me quede con la boca abierta.

– Aquí están nuestras bebidas. Espero que no te importe que me haya cambiado por algo más cómodo. Aquel vestido ya me estaba cansando.

– Pa-para nada, senpai. Después de todo, esta es su habitación. Puede vestir lo que usted quiera.

– Me alegra oírlo, querida. En ese caso, con tu permiso.

Rena se sienta a mi lado a orilla de la cama y me entrega una de las copas para brindar.

– Kanpai.

Ambas bebemos con Rena mirándome a los ojos y yo mirando hacia abajo algo avergonzada.

– ¿Qué tal esta el vino?

– Esta muy bueno, senpai.

– Me alegra escuchar eso, aunque eso no es lo más bueno en esta habitación.

Y esta en todo lo cierto. Estando tan cerca de mí, no puedo desviar mi vista de su maravilloso cuerpo, puedo verle casi todo debajo de ese camisón. Estoy tan celosa de ella, especialmente de esas enormes tetas que tiene.

"Deben ser por lo menos talla 95. A pesar de que ya soy una estudiante universitaria, las mías apenas llegan a los 80 ¡Incluso mi hermana menor las tiene de 82!" – me decepciono al pensar en eso.

Rena nota que la estoy observando demasiado y comenta con una sonrisa.

– ¿Disfrutas de la vista, Rushia?

– ¡¿Eh?! ¡A-Así es, senpai! Es una habitación muy hermosa la que tiene – le digo sonrojada, desviando mi atención de sus enormes tetas.

– ¡Gracias! Pagué mucho por ella aunque cuando me la dieron, sentí que le faltaba algo.

– ¿En serio? ¿Qué cosa?

– La compañía de una hermosa chica, por supuesto.

– Rena-senpai – sonrojada.

– Por cierto, no pude evitar notar que me estás mirando mucho las tetas.

– ¡Kyaaaaa! Eso… puedo explicarlo.

– Descuida, no hay nada que explicar. Después de todo, no todos los días puedes ver unas tetas tan maravillosas y grandes como las mías ¿Te gustaría tocarlas?

– Rena-senpai ¿Puedo?

– ¡Seguro! Adelante, tómalas todo lo que quieras.

– Entiendo. En ese caso… con su permiso.

Dejo mi copa de vino de lado y procedo a tomar una de sus tetas bajo su camisón en mi mano.

– Increíble.

Son tan cálidas y esponjosas. Me recuerdan un poco a las de Kurara aunque estas son por mucho más grandes.

"Me pregunto si cuando crezca, las llegará a tener tan grandes como ella".

Rena parece estar disfrutando mientras se las masajeo y me dice con una sonrisa.

– Mientras las acaricias ¿Te parece si retomamos nuestra conversación de hace rato?

– Seguro ¿En qué estábamos?

– Me estabas hablando sobre tu hermanita. Cuéntame más sobre ella. ¿Asiste ella también a Saint Michael's?

– Así es. Actualmente se encuentra en su segundo año de secundaria.

– Me alegra oírlo. Y cuéntame ¿Cómo es su relación entre hermanas? ¿Se llevan muy bien?

– Bastante. Es mi mejor amiga y le cuento todo lo que me pasa en la escuela.

– Eso es muy bueno, la relación entre hermanas es algo muy importante en toda relación familiar. Y dime ¿Desde que edad comenzaste a hacerlo con ella?

– ¿Rena-senpai? ¡Kyaaaaa!

La pregunta me toma por sorpresa, provocando que suelte su teta y por accidente, riegue su vino sobre mi vestido.

– ¡Ay, que pena!

– ¡Descuide! Fue mi culpa.

– Esa no es excusa, hay que limpiarte de inmediato.

– Rena-senpai… de acuerdo.

Dicho eso, Rena me levanta los brazos para quitarme el vestido mojado, dejándome únicamente en ropa interior para cubrirme.

– Que linda.

Sonríe al verme y toma una toalla del baño para lavarme. Se agacha frente a mí para limpiarme el abdomen, los muslos y piernas, lo cual hace que me sonroje. Especialmente por la pregunta que me había hecho antes de que regara el vino.

– Rena-senpai, sobre lo que dijo hace un momento… ¿Cómo supo…?

– Lo supe desde el momento en que empezaste a hablar de ella. Sólo una chica que lo ha hecho con esa persona especial, hablaría de esa manera. Eres una Siscon ¿no es así?

– ¡¿Eeeeehhh?! ¡Rena-senpai!

Rena se pone a acariciar mis partes íntimas con su toalla, limpiando encima de mis pantis mojadas.

– Esta parte también esta mojada, tengo que asegurarme de dejarte seca para que no te enfermes – sonrisa malvada – Aún no respondes mi pregunta ¿Te excita hacer esas cosas con tu hermanita? ¿Eres una Siscon?

– S-Sí, lo soy ¡Aaaaahhhh!

Rena se olvida de la toalla y ahora mete de lleno su mano dentro de mis pantis, acariciando y masajeando los labios exteriores de mi flor con sus dedos.

– Ya veo, me alegra que seas más honesta. Sin embargo, ustedes dos no son pareja ¿Cierto? Dirías que su relación sexual ¿Se limita únicamente a lo físico?

– Bueno…

– Esta bien si es así, después de todo, no todas las relaciones sexuales tienen que estar vinculadas a una relación formal de pareja. Si se quieren y se desean, también esta bien hacerlo de vez en cuando ¿no lo crees así?

– Rena-senpai…

Rena se acerca y me susurra al oído.

– ¿Quieres que te enseñe todo un mundo de cosas para que pongas en práctica con tu hermanita, Onee-chan?

– Onee-chan… ¡Onee-chan!

Al escucharla susurrarme eso al oído, pierdo todo control sobre mi misma y me lanzo sobre ella besándola y paso a mi modo depredadora sexual.

La acuesto, me siento sobre ella, la tomo de ambas muñecas y comienzo a besarla enterrando tanto como puedo de mi lengua y mis labios en su boca.

– ¡Oh, Rushia! Parecías ser una chica tan dulce y tierna ¿Quién diría que en el fondo eres una auténtica depravada sexual?

– Sólo soy así cuando estoy caliente, Onee-chan.

– Ya lo estoy notando, puedo sentirlo aquí abajo, Rushia-chan.

– Onee-chan… ¡Aaaaaaaahhhh!

Rena lleva su mano allá abajo y comienza a tocarme con sus dedos, metiéndomelos y sacándolos de mí una y otra vez, dándome el mayor placer posible con ellos.

– Onee-chan, eres muy injusta. Yo también te quiero hacer sentir bien, allá abajo.

– Entonces hagámonos sentir muy bien, juntas, Onee-chan.

Dicho eso, ambas nos quitamos el resto de nuestra ropa (Rena su camisón y yo mi bracier y panties) quedando ambas completamente desnudas y nos acomodamos sobre la cama en la posición del 69 para lamernos mutuamente nuestras vaginas con Rena encima de mí.

Noto la gran vagina abierta de Rena enfrente de mí, ya rebosante de sus jugos cayendo gota por gota sobre mi rostro.

Rena hace lo mismo observando mi vagina frente a ella y la abre con sus dedos.

– ¡Aaaaaaaahhhh, Onee-chan!

– Así que esta es la vagina de mi querida Rushia-chan. Esta tan rosada y caliente. Tan linda, no puedo esperar más para darle una buena lamida y saborearla. Buen provecho.

– Rena-senpai… ¡Rena-senpai! ¡Aaaaaaaaaahhhhh!

Rena cumple con lo prometido y entierra su rostro en mi vagina, insertando tanto como puede de su lengua y haciendo diferentes movimientos con ella dentro de mí.

– ¡Ah, sí, Onee-chan! ¡Se siente muy bien si mueves tu lengua así! ¡Onee-chan! ¡Aaaaaaaaahhhh!

– Cielos, en verdad eres una Siscon hecha y derecha pero no importa, a mí también me excita que me llames así. Así que por favor, disfruta de la vagina de tu Onee-chan, Rushia-chan.

Lo dice moviendo sus caderas y acerca aún más su vagina contra mi cara.

– Rena-senpai… Entiendo, buen provecho.

– ¡Aaaaaaaahhhh! ¡Rushia-chan!

La tomo por las nalgas para acercarla aún más a mi rostro y disfrutar de aquel dulce néctar que emana de su vagina por mi garganta.

Continuamos con nuestros movimientos de lenguas, entrando y saliendo de la vagina de la otra y moviéndola de distintas maneras para saborear los jugos de la otra, al mismo tiempo que disfruto mucho de la sensación de tener las enormes tetas de Rena pegadas contra mi cuerpo rebotando y moviéndose contra mi estómago con cada lengüetazo que da.

Rena lo deduce por los gemidos que hago y me dice.

– Rushia-chan ¿Disfrutas de la sensación de mi lengua y mis tetas sobre tu cuerpo?

– Así es, son tan grandes y esponjosas, quiero sentir todo de ellas.

– Muchas gracias, en ese caso son todas tuyas para que las disfrutes. Y las tuyas tampoco están nada mal. ¿Qué son? ¿Talla 79?

– ¡¿EH?! ¿Cómo lo sabes?

– Digamos que tengo un don para adivinar estas cosas. ¿Tu hermana también tiene unas tetas como las tuyas?

– No, a pesar de que soy cinco años mayor que ella, las de ella son un tanto más grandes que las mías, talla 82.

– Ya veo, no te sientas mal por ello. Al contrario, siente alegre de tener una hermanita tan bien desarrollada como la tuya. Cuando sea una adulta, lo agradecerás. Pero por esta noche, yo disfrutaré de ellas.

– ¡Aaaaaaaahhh, Rena-Senpai!

Rena se eleva un poco para moverse y restregar su voluptuoso cuerpo contra el mío, haciendo que nuestras tetas y pezones rozen con cada movimiento que da.

– ¡Onee-chan, ya no creo resistir más! Me vengo ¡Me voy a venir!

– Adelante, Rushia-chan. Estoy lista para recibir tus deliciosos jugos.

– Onee-chan… Onee-chan… ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhh!

Ambas dejamos salir nuestros jugos sobre el rostro de la otra, habiendo llegado al orgasmo al mismo tiempo.

Al terminar me dejo caer en la cama, descansado y recuperando la respiración perdida por el orgasmo.

– Cielos, eso se sintió fabuloso. En verdad eres muy buena en esto, Rena-senpai.

– Solo soy buena gracias a la maravillosa chica que tengo a mi lado.

Se levanta de la cama.

– Pero es que en serio, usted sabe tantas cosas. Quiero que me siga enseñando para llegar a hacer muchas cosas con Kurara cuando regrese a casa ¿Me enseñarías, Onee-chan?

– ¡Por supuesto! En ese caso no tenemos tiempo que perder. Aún hay mucho que aprender.

– ¿Qué esta…? ¡¿Eeeeeeeeeeehhhhh?!

Cuando regresa a la cama, Rena me toma de las caderas mientras sigo acostada boca arriba para acercarme a ella, y veo que ahora lleva amarrada a ella un enorme dildo sobre un strap-on a su cintura.

Acomoda el dildo para que la punta quede sobre la entrada de mi vagina y lo humedece con mis jugos todavía del orgasmo.

– ¡Rena-senpai! ¿Qué esta haciendo?

– Descuida querida Rushia, sólo dolerá al principio en lo que tu vagina se acostumbra. Esto es parte de tus lecciones para darle el mayor placer posible a tu hermana. Disfruta mucho de ello, Onee-chan.

– Rena-senpai… ¡Rena-Senpai! ¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhh!

Rena inserta el dildo dentro de mí de una metida y comienza a embestirme con él una y otra vez moviendo sus caderas y llegando hasta la entrada de mi útero con cada embestida que me da.

– ¡Increíble, nunca antes me había sentido así! Esta llegando tan profundo dentro de mí, a un lugar al que mis dedos ni los de mi hermana jamás han llegado.

Siento que me va a romper por dentro con cada embestida con el dildo que me da, y el orgasmo no tarda en llegar.

– ¡Senpai, no voy a aguantar más! Esta cerca, aquí viene ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhhh!

En segundos llego a mi segundo orgasmo pero aún cuando me he venido, Rena no me da tregua alguna.

– ¡Espera, senpai! ¡Aún no estoy lista para otra ronda! ¡Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh!

Sin esperar a que me recupere del todo, Rena se acuesta a un lado de mí para acomodarme y eleva mi pierna a lo alto para volver a embestirme con aquel dildo ahora llegando incluso más profundo de mí (Si es que eso es posible).

– Rena-senpai, esperé, esta siendo muy dura. Me va a romper por dentro.

– Descuida, estoy segura de que una chica grande como tú puede aguantar esto y mucho más. Aún hay mucho que aprender – dice sin dejar de embestirme – ¿Quieres que te siga enseñando?

– Seguro, Onee-chan, sígame enseñando mucho.

– Cielos, pero que chica tan incestuosa. Te daré una lección asombrosa que jamás vas a olvidar.

– Rena-senpai – Chuu.

Volteamos para darnos un dulce beso en los labios mientras me sigue penetrando allá abajo y son tantas sus embestidas que en cuestión de unos segundos más vuelvo a llegar al orgasmo.

– ¡Rena-Senpai! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!

Al final llego al orgasmo más grande que he tenido en mi vida y cuando terminó, ahora sí ya no puedo seguir más.

Con cuidado, Rena saca el dildo de mí y al sacarlo, una fina línea de mis jugos todavía lo une a mi entrada.

– ¡Ya esta listo! Mi postre favorito, una paleta llena de los jugos de mi amada.

Lleva el dildo a su boca y simula darle un blowjob para limpiarlo, saboreando todos los jugos que quedan en él.

Al terminar, se desabrocha el strap-on y lo deja de lado junto con el dildo para acostarse junto a mí.

– ¿Disfrutaste del sexo conmigo, Rushia?

– Sí, fue increíble, senpai.

– Me alegra mucho escucharlo, también pasé una increíble noche a tu lado. Y por favor, llámame Rena. Eso me haría muy feliz ¿Sí?

– De acuerdo, Rena.

Nos abrazamos a modo de cucharita, con Rena detrás de mí siendo la cuchara mayor, pegando sus enormes tetas contra mi espalda desnuda.

– ¿Te gustaría que mañana sigamos con estas lecciones para cuando regreses con tu hermanita?

– Seguro, Onee-chan.

Rena sonríe y nos volvemos a besar en los labios antes de cerrar los ojos y descansar.

Ya mañana continuaría la diversión entre nosotras.


Habitación de Shizuku y Eris

Shizuku POV

Después de la cena con nuestras amigas, Eris y yo regresamos a nuestra habitación de hotel donde continúa hablándome de lo que deben estar haciendo Rushia y Rena en estos momentos.

– Seguro que Rushia debe estar disfrutando de los buenos lengüetazos de Rena-senpai. Ella es toda una experta en eso ¿No te parece, Shizuku?

– Ya te he dicho que no pienso hablar de ello.

– ¿Por qué no? Apruebas que Takako y Runa estén cogiendo en este momento ¿No? ¿Por qué no las apruebas a ellas también?

– No diría exactamente que lo apruebo, pero en todo caso, Takako y Runa además de ser nuestras amigas, se aman entre ellas, mientras que Rena solo está buscando un amorío de una noche con nuestra amiga.

– ¿Y que tiene eso de malo? Si tuvieras solo una noche conmigo ¿No te encantaría también cogerme hasta partirme el útero?

– Por favor, no hables con ese lenguaje.

Le digo dándole la espalda para quitarme el vestido que llevo puesto, pero cuando lo hago, siento que Eris me abraza por la espalda ya también sin su vestido y vistiendo únicamente su ropa interior.

– Lo lamento, Shizuku. A veces olvido que eres muy conservadora para estos temas.

– Eris – volteo con ella para verla a los ojos – no soy tan conservadora como piensas. Soy tu novia después de todo ¿no es cierto?

– Así es.

Me contesta Eris con su habitual sonrisa tan brillante como el sol.

Es tan injusto, con esa sonrisa que tiene, me es imposible molestarme con ella.

Levanto un poco mis pies para quedar en puntillas y darle un dulce beso en los labios, el cual me corresponde, abrazándome por la espalda y atrayéndome más hacia con ella.

– Shizuku ¿Esta bien si lo hacemos?

– Seguro, pero esta vez, yo tomaré la iniciativa.

– ¡Kyaaaaa! ¡Shizuku!

Dicho eso la acuesto a la orilla de la cama con las piernas colgando para bajarle las panties y dejar su hermosa y rosada vagina expuesta frente a mí.

– Esta tan linda.

– Shizuku… me avergüenza un poco cuando solo te le quedas viendo – confiesa algo roja con una sonrisa.

– ¡Ah! Disculpa, es solo que en verdad… me gusta mucho.

Después de todo, esta es la adorada vagina de mi querida Eris. Aquella de donde algún día llegarán nuestros hijos a este mundo.

– Me aseguraré de hacerte sentir muy bien con mi lengua. Itadakimasu.

Agradezco la comida y uso mis dedos para abrir su vagina e insertar mi lengua en lo más profundo de ella.

– ¡Aaaaaaaaahhh! ¡Shizuku!

Disfruto insertando mi lengua en ella y saboreando los deliciosos jugos vaginales que salen de ella.

Amo todo de Eris, su sonrisa, su cabello, sus ojos, su sabor, la forma de sus caderas y sus perfectas tetas redondas más grandes que las mías.

– Shizuku… ahí, justo ahí. Ahí es donde se siente más rico para mí. Sigue así… Aaaaaaahhhh.

Eris también disfruta mucho del sexo que le estoy dando y desabrocha su bracier para poder tocarse y apretar sus tetas mientras la masturbo.

De igual manera en mi excitación de estar haciéndole esto a mi amada, también decido masturbarme llevando mi mano libre allá abajo y comienzo a darle algo de amor y cariño a mi entrepierna.

– Eris… Eris…

– Shizuku… Aaaaaaahhhhh.

Disfruto del delicioso néctar que sale de su vagina al tiempo que mis jugos salen y se riegan sobre mis pantis y el suelo. Y en pocos segundos, ambas sentimos que el final está cerca.

– Shizuku, ya no voy a aguantar más ¡Me voy a venir!

– También yo, Eris. Estoy cerca, ya casi llego. Eris… Eris… ¡Aaaaaaaaahhh!

Ambas llegamos al orgasmo al mismo tiempo y dejamos salir nuestros jugos de nuestras vaginas, yo sobre mis pantis y el suelo de la habitación, mientras que Eris lo hace sobre la cama, mi rostro y el resto de mi cuerpo.

Al terminar de venirme, saco mis dedos de mi vagina y me preparo para limpiarlos con un pañuelo.

– ¡Shizuku!

Pero cuando estoy por hacerlo, Eris me llama y con la mirada me pide que vaya con ella para que se los de.

Así lo hago y voy a acostarme con ella, poniendo mis dedos sobre sus labios para que los lama y los chupe como si de una paleta helada se tratara.

Cuando los deja limpios, los saco de su boca y le digo.

– Eres una pervertida.

– Y tú también lo eres por dejarme hacerlo.

Nos volvemos a besar en los labios y al ver Eris que mi cuerpo esta lleno de sus jugos, sonríe y dice.

– ¿No te vas a lamer también mis jugos para limpiarte?

– En realidad, creo que prefiero tomar un baño. Me sentiré mejor después de ello para después pasar a la cama.

– Me parece muy bien. Entonces ¿vamos?

Eris se levanta de la cama y me ofrece la mano para levantarme.

La veo contra la luz con su perfecto y esplendoroso cuerpo de chica nórdica frente a mí y tomo su mano con una sonrisa.

– Seguro, Eris.

Me ayuda a levantarme y entramos juntas a la habitación de baño.

Nuestra noche de amor de pareja está lejos de terminar.