Capítulo 7: Luces flotantes.

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Y de pronto llegará Alguien que baile contigo aunque no le guste bailar y lo haga porque es contigo y nada más _ Jorge Luis Borges.

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Anko sintió que una migraña se apoderaba de se su mente mientras escuchaba la historia que Naruto le narraba. Ambos se encontraban almorzando en el restaurante de Akairy luego de que el rubio regresara de una misión en las afueras de la aldea.

Los meses volvieron a transcurrir en la vida de la pareja, y con ello muchos cambios también se hicieron presente.

El primero de ellos era que ambos ahora eran concientes de lo que sentían por el otro. Sin embargo, a simple vista uno pensaría que nada cambió entre ellos; pues seguían comportándose igual que de costumbre, pero si eras lo suficientemente observador podías encontrar las leves señales que lo indicaban.

El roce ocasional de sus manos, la forma en la que se miraban silenciosamente por varios minutos; transmitiendo todo y la vez nada con sus sonrisas. La cercanía que mostraban entre ellos, el coqueteó esporádico y las indirectas que compartieron entre ambos.

Fue como un secreto a voces, un acuerdo silencioso de mantener su relación de esta manera. Era mejor dejar que todo fluyera, que todo se acoplara a través del curso natural de las cosas.

Eso no significaba que no se enviaron miradas indiscretas uno al otro.

El segundo cambió que se presentó en sus vidas (más en la vida de Naruto que en la de ella) fue que el rubio ahora era miembro oficial del recién formado equipo siete.

Así es, Naruto finalmente tuvo su parte en un equipo Genin después de que los estudiantes de la academia de este año se graduarán. Sorprendentemente, uno de sus compañeros de equipo era la chica de la cual Rock Lee estaba enamorado, Haruno Sakura.

Hasta la fecha, Naruto no sabía muy bien que pensar sobre la chica. Era extremadamente inteligente cuando se trataba de libros, también contaba con un control de chakra bastante notable, pero fuera de eso, la pelirosa no contada ninguna habilidad para ser una kunoichi. Parecía más preocupada en sus cosas de niña que en su profesión.

Eso era como ninja, como persona en cambio, podía admitir que no le caí mal, pero tampoco es como que si tuvieran una relación muy cercana con ella; eran compañeros de equipo, su camarada, la apoyaría y ayudaría en lo que pudiera. Aún así, no consideraba que fueran amigos, al menos no aún.

Su otro compañero de equipo era un caso muy diferente al anterior, Sasuke Uchiha, el último superviviente de un clan masacrado. Sintió interés por el chico desde la primera vez que lo vio en la academia; después de convivir junto a él durante un tiempo, llegó a la conclusión que su vínculo era un tanto extraño.

El Uchiha al principio fue totalmente insufrible, soberbio, nunca pensó en los demás, siempre se mostró con una actitud altiva como si estuviera por encima de todos, velaba por sus intereses propios y nada más. El típico tipo de persona que Naruto más detestaba.

Sin embargo, esto sucedió solamente al principio ya qué; después de que le metió al Uchiha la paliza de su vida, sumado a una pequeña charla sobre lo estúpido que era destruir su futuro por la búsqueda de venganza, Sasuke comenzó a mostrar ligeros cambios en su personalidad.

Seguía siendo tosco, con el tacto de una piedra, pero le gustaba pensar que había logrado incertar un poco de humildad en el cerebro del pelinegro.

Ya no hubo tanto orgullo, la altivez también se fue diluyendo con el tiempo, solo quedaba un deseo ferviente de competir contra él en casi todo; lo cual era bastante gracioso, ya que el nivel de poder del Uchiha no se comparaba al suyo ni por asomo. Fue como jugar con un hermano menor, así que se contuvo para no lastimarlo demasiado.

Notó que Sasuke respetaba la fuerza, esa era la razón principal por la que comenzó a abrirse; y después de cierta misión, en cierto país de las olas, podía admitir que ambos eran quizás, ¿Amigos? Aún era un tema complicado.

Pero dejando ese tema de lado. Quizás te estés preguntando, ¿Cómo demonios pasaron la prueba de Kakashi ellos dos? Fue algo bastante curioso en realidad. Naruto no tuvo la necesidad de realizar la prueba de nuevo, sería algo tonto dado que él ya conocía el propósito de la misma.

Eso dejó a Sakura y a Sasuke solos para que Kakashi se divirtiera, para resumir las cosas: todo fue un desastre al principio, el Uchiha fue totalmente por su cuenta, Sakura corrió detrás de él como un perrito faldero ocasionando que al final terminara atada a un tronco.

Y todo concluyó con un final feliz luego de que Sasuke diera una muestra de compañerismo al querer alimentar a la pelirosa. ¡Hurra por todos!

De esta manera es que nos remontamos al tiempo presente, en donde Naruto se encontraba explicándole a Anko los acontecimientos ocurridos durante su primera misión de rango C que curiosamente terminó convirtiéndose en un rango A.

"Por favor, ¿Me lo puedes explicar otra vez?" Anko se rascó ligeramente el cabello a la vez que dejaba escapar una risa nerviosa.

Honestamente quería creerle al rubio, pero la historia que le estaba contando era tan surrealista que se volvió difícil hacerlo. Estaba comenzando a pensar que todo era un invento de parte suya para intentar impresionarla o algo así.

Naruto dejó escapar un suspiro de derrota, no podía juzgar a la pelimorada por parecer tan incrédula, Incluso a él le resultó complicado creer que tantas cosas llegaron a salir mal en su misión. Se suponía que sería algo rutinario, un simple rango C y al final terminaron siendo perseguidos por ninjas de la niebla.

Decidió que lo explicaría de nuevo, pero intentaría simplificarlo lo mejor posible. "Te lo pondré así, partimos en una misión al país de las olas para proteger al constructor de un puente llamado Tazuna, pero en medio del camino fuimos atacados por un dúo de chūnins de la niebla en dónde Kakashi tuvo la brillante idea de hacerse pasar por muerto para poner a prueba nuestro trabajo en equipo, pero no hubo ningún tipo de problema ya que Sasuke y yo le peteamos el trasero a los dos intrusos. Luego de eso Tazuna nos reveló que estaba siendo perseguido por un magnate llamado Gatō y bla, bla, bla..."

Anko no pudo evitar reírse levemente al ver que el rubio utilizaba su mano para tratar de imitar el pico de un pato.

Hasta este punto, la historia aún se mantenía en una línea entre lo probable, no era nada raro que en medio de una misión las cosas terminarán complicándose; en realidad sucedía más comúnmente de lo que se creía, rangos C convirtiéndose en rangos B era el pan de cada día.

Pero ella lo sabía, este era el último tramo en la historia con el mínimo ápice de coherencia ya que de aquí en adelante todo se convertía en un suceso inimaginable tras otro.

"Tomamos la decisión de continuar la misión, fuimos atacados por un espadachín de la niebla llamado Zabusa, el estúpido de Kakashi terminó atrapado en una trampa así que Sasuke y yo tuvimos que patearle el trasero también al otro tipo para que liberara a Kakashi. Al final ganamos, pero Zabusa escapó gracias a un falso cazador ninja, conocimos a la familia de Tazuna, tuve que meterle algo de sentido común a su nieto. Durante el último día, los dos ninjas de la niebla regresaron al puente así que..."

"Déjame adivinar..." Naruto se sorprendió un poco cuando ella lo interrumpió en medio de su pedorata.

Anko dejó escapar un suspiro lleno de agotamiento mientras dejaba caer los hombros. "Sasuke y tú se encargaron de patearles el trasero"

Él rio nerviosamente al mismo tiempo que se rascaba la parte trasera de la nuca, se encogió ligeramente de hombros. ¿Qué podía decir? Hacía buen equipo con el Uchiha.

Las habilidades de ambos se encargaron de cubrir las falencias del otro, también parecía tener alguna especie de conexión con el pelinegro cuando se encontraban en combate.

"Si, luego de eso apareció Gatō, Zabusa lo mató, el pueblo se unió para pelear por su libertad, mi nombre terminó escrito en la cima de un puente y todos vivieron felices para siempre"

Ella escuchó el final del relato con una ceja temblorosa, aún se le hacía difícil creer que todo fuera cierto, pero conocía al rubio lo suficiente para saber que nunca le mentiría.

Eso no lo hacía más sencillo de asimilar. Después de todo, no era nada común que un Genin se enfrentara a uno de los espachines de la niebla en su primera misión fuera de la aldea; derribando a dos Chūnins de alto perfil como lo eran los hermanos demonio, salvando a un pueblo de la miseria y destruyendo un cártel criminal en el proceso.

Permitió que su estupor inicial se diluyera poco a poco; pensándolo más detenidamente, era de Naruto de quien estaba hablando, la palabra 'común' no era una que lo describiera para nada.

En verdad era bastante lógico que el rubio saliera y ocasionara un estallido impensable con su primera misión. Él tenía ese don para verse envuelto en situaciones insólitas.

Llevó un palito de dango a su boca a la vez que sonreía ligeramente. "No tienes remedio"

Naruto imitó las acciones de la pelimorada al tomar su propio palito de dango. "Si, ya ves, es parte de mis talentos..." Luego sonrió levemente; levantó el palillo de dango en el aire como si estuviera haciendo una especie de brindis. "¡Por mi prima misión exitosa fuera de la aldea!"

Vió como ella rodaba los ojos detrás de la cabeza, pero la sonrisa que tenía no desapareció nunca. "Si claro, ¡Por tú rango C que al final resultó ser un rango A!" La pelimorada chocó su palillo contra el suyo, causando que ambos rieran levemente.

Se sintió bien poder ver a Anko de nuevo después de haber estado durante un tiempo tan prolongado lejos de los muros, se dió cuenta de que el trabajo de un ninja era bastante agotador y que a veces tendría que realizar largos viajes con el fin de cumplir una misión. Fue fastidioso.

Al menos le gustaba la idea de saber que ella siempre lo estaría esperando en casa cuando regresara, fue una sensación agradable tener a alguien aguardando por ti. Que fuera su persona especial solo mejoraba las cosas, le brindó una motivación extra para esforzarse más.

"Deberías estar más orgulloso..." Anko fue incapaz de no sentirse levemente decepcionada mientras hablaba. "Yo no tuve mi primer rango A hasta que fui Chūnin, y en ese momento fui asignada a un escuadrón Jōnin"

Le sorprendía lo rápido que Naruto estaba avanzando en todas las áreas como ninja; no se iba a engañar, ella sabía desde el primer día que comenzó a entrenarlo que él la superaría rápidamente.

No solo era su Kekkei Genkai, el rubio tenía un talento nato en la mayoría de ramas de la profesión, también absorbió conocimiento como una esponja. Tenía sus limitaciones como todos, pero era extremadamente perspicaz para resolver durante la marcha.

Solo tenías que supervisarlo correctamente, él solucionaría el resto. Después de un año entero entrenando con ese maldito espanta pájaros, ella tenía que admitir con todo el dolor en su orgullo que ya no era capaz de seguirle el ritmo a un adolescente de catorce años.

Era consiente de que esto sucedería eventualmente, solo que no esperó que fuera tan pronto.

Naruto debió percatarse de su decepción, ya que vió como él se apresuraba a sacarle esas ideas de la cabeza. "No intentes compararte conmigo Anko, no es bueno para ti. Además cada ninja es diferente, yo jamás podría cumplir las labores que haces tú en TI. Tus habilidades en infiltración y recopilación de información siempre serán muy superiores a las mías"

Sintió que su desilusión desaparecía cuando él elogió sus cualidades. Tenía razón, las comparaciones eran groseras, sus habilidades seguían siendo iguales, sino más importantes que las del rubio.

Después de todo, la información era lo más importante en el mundo Shinobi, un mensaje decodificado a tiempo podría cambiar el rumbo total de una guerra.

"Tampoco sé como invocar serpientes de treinta metros" Naruto se sintió algo abatido.

A pesar de que se llevaba muy bien con ellas, Anko por alguna razón aún no le había querido otorgar el contrato de invocación de serpientes.

Era una lastima ya que le hubiera gustado tener a sus fieles amigos reptiles para ayudarlo en combate.

Observó ella reía ligeramente al percatarse de su decepción, un palillo de dango sostenido entre sus dientes. "Todo a su tiempo mi pequeño pupilo, todo a su tiempo"

Un ligero puchero se apoderó de su rostro al presenciar que ella solo se estaba burlando de él. Debió imaginarlo, era obvio que Anko aprovecharía la mínima oportunidad para jactarse en algo en lo que fuera superior, la hacía sentir que aún tenía una ventaja sobre él.

De igual forma no era justo, también quería invocar serpientes.

Estando indignado por dicha injusticia, las palabras salieron de su boca en contra de su voluntad. "Tacaña" Supo inmediatamente que cometió un error cuando un palillo de dango zurco el aire como si fuera un Kunai, causándole un corte en la mejilla.

Sudó frío cuando volteó solo para ver a una Anko con una expresión muy sádica estando solo a centímetros de su rostro. ¡Perfecto! Había cavado su propia tumba.

"¿Me repites eso por favor?" Ella habló con un tono dulce, aunque la vena que palpitaba en su frente decía absolutamente todo lo contrario.

"Y-yo, je, je, je, verás..." Rio nerviosamente mientras su cerebro trabaja horas extras para pensar en algún tipo de excusa, cualquier cosa que tuviera la capacidad de sacarlo de este aprieto... No llegó nada.

"No tengo nada que decir en mi defensa" Dejó que sus hombros calleran, bien podía conformarse con afrontar su destino.

Lejos de parecer enojada, Anko sonrió burlonamente al ver que el rubio renunciaba a sus deseos de luchar.

No pudo evitarlo, era demasiado divertido meterse bajo los nervios del chico. Sabía perfectamente que él poseía la capacidad para esquivar ese palito de dango; pero no lo hizo, también era conciente de que podía librarse de ella fácilmente si lo quería; pero tampoco lo hizo.

Eso fue porque era ella quien estaba realizando la broma en primer lugar, no poseía el corazón para cortarle su alegría. Incluso si él era el foco de sus burlas.

Fue un gesto lindo, bien podía premiarlo por eso.

Acortó la distancia entre ellos para lamer la sangre que se filtraba por la herida del rubio, viendo como se ponía totalmente rígido como una piedra ante el contacto húmedo de su lengua.

Sintió un cosquilleo caluroso en su vientre cuando la sangre se deslizó a través de sus papilas gustativas. Podían juzgarla por tener fetiches extraños, pero tampoco era como si le importara la opinión de los demás.

Naruto por otro lado, se quedó completamente en blanco cuando la chica comenzó a lamer su mejilla.

Eso era algo que ella había estado haciendo bastante a menudo últimamente, no supo muy bien cómo describir lo que sentía al respecto. La sensación de su lengua frotándose contra su mejilla fue suave, húmedo y extremadamente estimulante.

Fue algo extraño, reconfortante, pero extraño. No pudo evitar sentirse, ¿Abusado?

Anko se retiró mientras limpiaba los últimos rastros de sangre de sus labios, sonrió al contemplar que Naruto aún seguía procesando lo que acaba de suceder, su cerebro roto temporalmente. Quizás se sobrepaso un poco esta vez.

"Si los dos ya terminaron con su extraña forma de coquetearse..."

Ambos fueron tomados por sorpresa cuando Akairy apareció delante de ellos con un plato de dangos en la mano. La anciana tenía una sonrisa de complicidad que partía su rostro de extremo a extremo.

Los dos se separaron a una velocidad inalcanzable para el ojo humano al mismo tiempo que se sonrojaban como una tormenta, ahora se sentían demasiado avergonzados como para poder mirarse a los ojos. Simplemente esa anciana tenía que aparecer y pinchar su burbuja.

"(Vieja chismosa)" Pensaron simultáneamente.

Akairy rio al ver la reacción de sus dos tortolos favoritos. En definitiva, molestar a la pareja se estaba convirtiendo en su deporte preferido.

"Éste será el último plato que les serviré..." La anciana colocó el plato de dangos sobre el mostrador. "Hoy habrá un festival de luces, eso significa que se moverán muchos clientes por la noche y quiero guardar algo para ellos también"

Naruto sintió que una de sus cejas se tambaleaba cuando la mujer insinuó que ellos terminarían comiéndose todo el dango del restaurante si lo permitía. Una mirada rápida a Anko le dijo que los pensamientos de la pelimorada iban por la misma línea ya que una vena palpitaba en su frente.

Sin embargó, ninguno comento nada al respecto. Tampoco era como si pudieran llevarle la contraria a la mujer, ella tenía razón después de todo.

"Eso es todo, les doy su espacio mis pequeños pollitos" El rostro de la mujer se transformó en una mueca infantil adquiriendo la forma de una caricatura; se marchó pero no sin antes despedirse con un agitamiento de su mano y sin brindar ningúna oportunidad para que el dúo pudiera decir algo al respecto.

Tanto Naruto como Anko observaron la retirada de la mujer con miradas algo incredulas, incluso llegaron a pensar que la anciana debió de utilizar alguna especie de Gentjutsu para alterar su cara de esa manera.

El rubio permitió que un suspiro escapara de sus labios, decidió que lo mejor sería borrar esa imagen de su mente. No tenía sentido tratar de buscarle lógica a las acciones de Akairy, esa anciana estaba chiflada.

Tomó un palillo de dango entre sus manos sintiéndose algo desanimado al saber que éstas serían las últimas raciones. "Bueno, supongo que esto es todo"

Se extrañó cuando pasaron los segundos y Anko no brindó ningún tipo de respuesta a su comentario. Volteó para mirarla, dándose cuenta de qué ella lucía algo insegura; era fácil de saberlo a simple vista ya que se revolvía con incomodad en su asiento.

"¿Pasa algo?" Se sentío preocupado, rezó para que no hubiera ocurrido nada grave.

Su llamado provocó que Anko regresara a la realidad, ella sonrió con algo de nerviosismo para indicarle que todo estaba bien.

En realidad, el motivo de su incomodidad no era nada del otro mundo, por no decir que era un motivo súper trivial. La situación que estaba afrontando en este momento, era el típico problema en el que se vería envuelta una estúpida adolescente enamorada. Eso solo hizo que se sintiera más avergonzada.

¡¿Cómo demonios fue que terminó de esta manera?! La maravillosa Mitarashi Anko actuando como una niña tímida. ¡Fue frustrante!

Por más que se criticó así misma por ello, no pudo evitar sentirse nerviosa. "(¡Al demonio! ¡Solo dilo y ya!)"

"S-sobre ese festival..."

Naruto abrió levemente los ojos cuándo escuchó esas palabras, conectó los puntos llegando a una conclusión bastante rápido.

Timidez, festival, sonrojo.

Ahora tenía una idea bastante clara de que era lo que ella quería pedirle.

"¿T-te gustaría ir conmigo?" Anko se reprochó internamente por lo malditamente insegura que sonó al decir eso.

¡Ella nunca fue una mujer titubeante! Intentó gritarse así misma, pero se le hizo imposible no estar nerviosa por la respuesta que recibiría.

¿Y si él se negaba? ¿Qué tal si no quería salir con ella? Ni siquiera estaba segura si él sentiría lo mismo. ¿Estaría atraído por ella de esa manera? ¡Lo iba a estrangular hasta la muerte si se atrevía a rechazarla!

Naruto por otra parte, estaba teniendo su propia conversación interna. "(Ella me está invitando... A una cita...)"

¡Una cita!

Sintió como si su pecho estuviera a punto de saltar de alegría. Era conciente de que sonaba como algo extremadamente minúsculo y tonto; ellos iban juntos a todas partes después de todo, pero esto era totalmente diferente. ¡Ella se lo estaba pidiendo como una cita! ¿Eso significaba que ella también sentía atracción por él?

Eso no importaba ahora, tenía que responder rápido o ella podía terminar matandolo por tardar tanto, sabía que la chica era extremadamente impaciente.

Antes de que pudiera hacer eso, un pensamiento tardío surgió en su mente, ¿No se suponía que era él quién tenía que proponer este tipo de cosas? ¿Eso significaba un golpe en su masculidad? ¡Al diablo! ¡¿A quién carajos le importa?!

"¡Si!" Vió como la pelimorada se sobresaltaba ante su arrebató tan repentino, haciendo que se reprendiera así mismo por haber sonado tan entusiasmado ante la idea.

"Quiero decir... Si, me encantaría eso..." Esta vez intentó hablar en una frecuencia más moderada.

Al precenciar su respuesta afirmativa, Anko se encontró sonriendo de forma inconciente. ¡Él había dicho que si!

No era como si pudiera decir que no, ella lo habría matado de ser el caso.

¡Pero él dijo que si! Eso era lo único que importaba en este momento.

"Eso... ¡Suena genial!" Contestó con toda la alegría que pudo reunir

Su mente ya estaba dando vueltas como un remolino mientras se imaginaba todas las cosas que podrían llegar a hacer juntos en el festival. Si no se equivocaba habrían muchas atracciones, además de puestos de comida.

¡Ella lo obligaría a compartir un algodón de azúcar! ¡También a comprarle manzanas acarameladas! Eso sonaba bien, el rubio tenía dinero de su misión en las olas, nada de que preocuparse.

Sin embargó, ella fue sacada de su ensoñamiento cuando se percató que el estuciasmado anterior de Naruto parecía haber disminuido.

El rubio tenía la cabeza gacha mientras observaba un palito de dango con una mirada pensativa que hizo que ella comenzará a preocuparse de que él se estuviera arrepintiendo de haber aceptado.

O al menos fue así hasta que escuchó las siguientes palabras. "¿Tú crees que no tengamos problemas? Ya sabes... Con los aldeanos"

Entonces de eso se trataba, tenía miedo de que sucediera lo mismo que en el distrito comercial hace años atrás. No solo era eso, también era muy posible que ambos recibieran muchísimas miradas de despreció apenas los aldeanos se enteraran de que estaban allí.

La mayor parte de ese odio caería sobre Naruto, también la detestaban a ella pero durante los últimos años ese desprecio se vió disminuido ya que los aldeanos comenzaron a centrar toda su atención en el rubio.

Al parecer no les agradó en lo más mínimo que Naruto cercenara hasta la muerte a un centenar de personas; eso no hizo nada más que aumentar el terror, pavor y aversión que sentían.

Podía comprender que él tuviera miedo, después de todo se convirtió en el enemigo número uno del pueblo. Aún así, ella no estaba dispuesta a permitir que un montón de idiotas arruinaran su noche.

"¡Ay vamos!" Naruto sintió que Anko cruzaba un brazo alrededor de su cuello, provocando que su mejilla chocara contra la de ella. "En aquel entonces eras solo un niño, ahora tienes la fuerza suficiente para diesmar a un Jōnin, dudo mucho que los vejestorios quieran intentar algo divertido a menos que tengan deseos de morir..."

Sabía perfectamente que ella tenía razón, sus miedos no tenían ningún tipo de fundamento. Aún así, se sentía mal de que Anko tuviera que soportar toda esa atmósfera negativa solo por su culpa.

No quería que su noche especial terminara en una calamidad por culpa de los ciudadanos, ella no se merecía algo así. Desearía poder salir juntó a la pelimorada sin tener que preocuparse por el acoso constante, pero supuso que eso era algo imposible.

"Además..." La pelimorada fortaleció aún más el agarre que tenía sobre él. "No deberías tener miedo, después de todo, estaré allí para protegerte. Mi deber es cuidarte, no lo olvides"

La vió sonreír con esa calidez que solo ella podía reunir; eso estaba bien, su sonrisa siempre lo hacía sentir mejor.

Se encontró devolviendole la sonrisa casi de manera automática, Anko siempre tuvo ese efecto en él, era imposible que se deprimiera por mucho tiempo cuando ella estaba cerca.

Pensó en sus palabras, tenía razón, no existía ningún motivo concreto para preocuparse. La pelimorada no tenía ningún tipo de miedo, incluso, estaba más que capacitada para cubrirle la espalda, era una Kunoichi en toda regla.

Era una mujer fuerte que había pasado exactamente por lo mismo que él; no era ningúna damicela en peligro que necesitara ser rescatada, sabía muy bien como defenderse.

También sabía cómo defenderlo, a veces solía olvidar que ella seguía siendo la mayor.

"Está bien, admitiré que tienes razón" Terminó cediendo para gran alegría de la pelimorada.

"¡Claro que tengo razón! Soy una Tokubetsu Jōnin después de todo, ¿Oíste bien? Tokubetsu, hay muy pocos de esos en la aldea..."

Perfecto, ella comenzó a alardear otra vez. Comenzó a reír al mismo tiempo que utilizaba una mano para apartar el rostro de la chica. "Si, ya sé que eres increíble, ahora deja de presumirme tú rango"

Anko no pudo evitar sonreír de forma burlona al oír eso. "¡¿Ehh?! ¿No estarás celoso verdad? Si es así la verdad no puedo juzgarte, ser un Genin debe ser bastante frustrante, en cambio nosotros los Jōnins tenemos muchos privilegios"

Observó como el rubio dejaba escapar un bufido mientras negaba con la cabeza. Le alegraba saber que consiguió animarlo, no sería nada bueno que él se negara a su propuesta solo porque una turba de cretinos podían llegar a mirarlos mal.

Su Naruto recuperó la luz que tanto lo caracterizaba, eso significaba que todo estaba encaminado nuevamente.

¡Era estupendo! ahora ella podía seguir planificando que hacer durante su cita.

"(¡Voy a obligarlo a ganar todos los premios de las ferias para mí!)"

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Tanto Naruto como Anko se pararon frente a la entrada del festival con expresiones estupefactas. Lo que estaban contemplando actualmente, era sin lugar a dudas una vista impresionante.

El tiempo transcurrió, la noche llegó, y con ello la pareja había fijado su rumbo hacia al festival de luces que tendría lugar en el pueblo.

No hubo cambios muy significativos en la vestimenta de Anko, lo que más se podía resaltar en ella era que su gabardina de color beige no se encontraba por ninguna parte, siendo reemplazada por una blusa sin mangas de color azul oscuro que le llegaba hasta el ombligo y que iba por encima de su camiseta de red metálica.

Sus protectores para piernas también fueron sustituidos por unos calentadores de red para rodillas, además de que sus codos fueron cubiertos por unos calentadores del mismo material.

No existía discusión al respecto, la pelimorada estaba obsesionada con las prendas de malla.

Naruto por otra parte, sufrió cambios mucho más radicales en su atuendo ya que Anko se negó rotundamente a permitir que él fuera a su cita vestido con un traje de batalla; gracias a Dios ella estuvo allí durante todos estos años, sino quién sabe cómo serían sus gustos sobre la moda.

Portaba una playera de color blanco simple que era cubierta por una chaqueta de tela de color azul oscuro la cual portaba con la cremallera abierta, sus pantalones consistían en unos buzo color negro que hicieron juego con sus sandalias shinobi de color también negro.

"Guau..." Fueron las primeras palabras que pudo reunir la pelimorada mientras observaba el espectáculo que tenían delante con asombró.

"Si, creo que eso lo describe bastante bien" Naruto se rascó la parte posterior de la cabeza luciendo una expresión bastante similar.

Las calles fueron inundadas por una marea de personas que deambulaban por todas partes, desde civiles hasta shinobis, las muchedumbres se acumularon por montones. Pero eso no fue lo que más impresionó a la pareja, lo que verdaderamente los dejo con la boca abierta fue el enorme espectáculo de luces que iluminó todas la carreteras.

Adornos colgaban desde los tejados, los árboles estaban cubiertos de bombillas que proyectaban diferentes colores exóticos, también se podía destinguir túneles creados a partir de decoraciones y iluminaciones.

Las pancartas cubrían las paredes, murales con diseños extravagantes tomaron el control de cada esquina, haciendo gala de los artistas que no desperdiciaron ni un solo segundo para mostrar sus obras de arte al mundo. Pinturas colgaron por allí y también por acá.

El lugar tenía de todo: puestos de comida, juegos, atracciones, arreglos florales, rincones para tomarse fotografías. Anko no podía dejar de mirar las decoraciones hechas a partir de pura iluminación; caballitos de mar, globos aerostáticos, carruseles. ¡Todos ellos fueron creados a partir de puras bombillas diminutas! Era hermoso.

La música tampoco podía faltar en un buen festival, el sonido de una enorme variedad de instrumentos se hizo presente inundando el lugar de alegría; flautas, violines, la famosa biwa, tambores y la cuenta solo seguía. Los músicos hicieron resonar sus composiciones desde el fondo del corazón, brindando fascinantes melodías que rejuvenecieron el alma de las personas.

Ella tenía los ojos muy abiertos como si fuera un bebé descubriendo el mundo por primera vez. Todo era tan colorido, tan hermoso, era como un cuento de libros; la atmósfera desprendía una calidez y un grado de felicidad tan fuerte que se le hizo imposible no sentirse abrumada.

Nunca antes estuvo envuelta en un ambiente como éste, mucho menos cuando se trataba de la aldea; fue como si los aldeanos hubieran escogido este día en específico para ignorarlos por completo. No hubo miradas ni susurros, un día de tregua, ¿Esto en verdad estaba pasando?

"Bueno, ¿Qué estás esperando?" Vió que Naruto fue el primero en salir del estupor, él le sonrió de una forma tan brillante que hizo que ella también sonriera involuntariamente.

Fue tomada por sorpresa cuando en una muestra de atrevimiento, el rubio la tomó de la mano y comenzó a arrastrarla hacia adentro de los alrededores.

No pudo evitar reírse de forma tonta mientras intentaba mantenerse al ritmo del rubio. Supuso que él debería estar igual, sino más sorprendida que ella en cuanto a toda la situación, pero era más que evidente que Naruto no iba a desperdiciar ni un solo segundo de esta valiosa oportunidad.

Oh bueno, ella también podía sacar provecho de ello. Ésta era su noche.

Naruto condujo a la mujer a través de la multitud en busca de algo que captara su interés, no supo que fue lo que lo empujó a cometer un acto de tanta valentía como lo era tomar la mano de la pelimorada.

Al principio se sintió realmente sorprendió con el nuevo desenvolvimiento de las cosas, luego una gran felicidad inundó su ser, eso a su vez provocó que actuara por puro impulso y tomara la mano de su acompañante.

Se sintió bien, la sensación de sus dedos entrelazandose con los suyos lo llenó de una emoción incesante.

Sus ojos atraparon a través de su periferia un posible lugar de interés, así que llevó a Anko hacia esa dirección.

Ella observó con una ligera sonrisa como los ojos del rubio se iluminaban de curiosidad mientras la guiaba hacia un puesto de máscaras. Una vez que llegaron, ella dejó que su mirada navegara por los distintos diseños y estilos que colgaban en la pared.

La variedad fue bastante extensa, habían algunas con diseños de animales reales, otros ficticios. También pudo vizualizar algunas máscaras con formas de demonio y de shinigami.

Se percató de que su contraparte rubia se vio instintivamente atraído por una máscara con diseño de zorro; rio un poco por la ironía, definitivamente esa le quedaría muy bien a él.

Ella por otro lado, no pudo evitar sentirse curiosa al contemplar una máscara con cortornos de serpiente. "Te quedaría bien" Naruto seguramente se dio cuenta de eso ya que se apresuró a comentar.

Sonrió en respuesta. "¿Tú crees?" Ella tomó el objeto entre sus manos, probando su peso. Admitiría que el material de fabricación parecía de muy buena calidad.

"Sí, ¿Te parece si llevamos las dos?" Naruto también atrapó la máscara de zorro que admiraba anteriormente.

"No hay problema para mí" En realidad le gustaba la idea, tenía que admitir incluso que le resultaba poético, ¿Una pareja de un zorro y una serpiente? Era una combinación bastante extraña.

Eso estaba bien con ella, nunca fueron normales, esa era la gracia que se escondía detrás de su relación, lo que la hacía aún más especial.

El dúo pagó por ambas máscaras, luego se las colocaron a un costado del rostro para que éstas no interrumpieran la línea de visión entre ellos

Naruto estaba a punto de decir algo, pero no fue capaz de hacerlo ya que la mirada en el rostro de Anko tomó un tono juguetón, uno que le decía que pagaría por la maniobra sorpresiva que realizó con ella hace unos momentos atrás.

Ni cortó ni perezoso, el rubio permitió que ahora fuera la mujer quien guiara el camino cuando ella comenzó a arrastrarlo alrededor de los locales tal y como el había hecho anteriormente.

Tuvo que sonreír cariñosamente al ver que durante todo el trayecto, Anko no dejaba de mirar en todas las direcciones con sus ojos brillando de emoción. Era a como ver a una niña en medio de un parque de juegos.

Sintió que su corazón se calentaba por lo hermosa que ella se veía con su rostro siendo iluminado. Era tan bribante, brillaba con una luz tan preciosa que no pudo evitar que su alma se maravillara de ella.

De verdad le gustaba como no tenía idea.

"¡Mira!" La voz de la pelimorada lo sacó de su ensoñamiento.

Se sacudió ligeramente el estupor para percatarse que ambos se detuvieron en frente de un puesto repleto de dulces. Debió haberlo imaginado antes, a ella le encantaban las cosas rellenas de azúcar, era obvio que su primera parada sería una tienda de caramelos.

Se encogió de hombros. "¿Qué vamos a llevar?"

La vió enviarle una mirada llena de complicidad. "Es obvio, algodón de azúcar"

Conocía muy bien esa mirada, ella estaba tramando algo, pero decidió seguirle el juego, no creía que hubiera nada de malo en eso.

"Ohhh, Creó que nunca he probado uno antes" Observó con genuino asombro como el dueño del local fabricaba un globo de algodón alrededor de un palillo de madera, todo gracias a una especie de máquina que no tenía idea de cómo funciona.

Era como una nube.

"Ya verás, seguro te gustará" Anko lo ánimo mientras se apresuraba a pedir su orden.

Transcurrieron unos minutos de espera en dónde el dúo observó maravillado todo el proceso de fabricación del algodón de azúcar hasta que finalmente estuvo listo.

La pelimorada se movió para tomar el objeto en sus manos pero no antes de agradecer al vendedor. Una vez que lo hizo, le dio una indicación al rubio para que continuaran su travesía. "¡Vamos!"

Contempló todo esto con una ceja arqueada en confusión. A la pelimorada se le estaba olvidando algo muy importante y él no comprendía si acaso lo estaba haciendo a propósito o si en verdad era puro despiste.

Una voz en su cabeza lo hizo inclinarse más por la primera opción.

"Anko, solo ordenaste uno... ¿Qué hay del mío?" Hizo su señalamiento mientras caminaban uno al lado del otro.

La mujer le respondió con una mirada llena de picardía que lo puso nervioso instantáneamente. "Eso es porque vamos a compartir uno, ¿No existe ningún problema verdad?"

No estaba haciendo una pregunta, lo estaba retando a contradecirla. Él no era tan estúpido para hacer algo como eso, aunque tampoco es como si quisiera hacerlo.

La idea tenía un aire muy novelero, era evidente que no se negaría a compartir un momento bastante romántico con la chica que le gustaba, sería un tonto si lo hiciera.

Vió como ella levantaba el algodón de azúcar frente a él para que pudiera probarlo, así que eso hizo.

Se movió para dar un mordisco, sin embargo, fue tomado totalmente por sopresa cuando se percató que Anko hacia exactamente lo mismo que él y acercaba su boca al algodón de azúcar.

Ambos mordieron el algodón al mismo tiempo, provocando se sonrojara como una tormenta al notar que el objeto era lo único que separa sus labios de los de ella, ¡Estaban solo a centímetros!

Sintió que el corazón se le iba a salir del pecho cuando comenzó a imaginar qué pasaría si el algodón de azúcar no estuviera restringiendo el contacto entre los dos.

Anko sonrió discretamente desde el otro lado del algodón de azúcar, un sonrojo también creció en sus mejillas aunque su intensidad fue más leve. Internamente, estaba riendo como una niña al ver que su travesura dio resultado.

Aunque mentiría si decía que no se sentía avergonzada también, el hecho de estar tan cerca de él de esta manera la puso nerviosa hasta la médula. Pero ver que el rubio estaba diez veces más afectada que ella la ayudó a mantener la compostura.

En contra de su voluntad, se encontró sintiéndose extasiada al presenciar el efecto que ella tenía sobre él. Saber que podía meterse debajo de sus nervios fue estimulante.

Se reprendió internamente para borrar esos pensamientos, no era momento para divagar, aún tenían muchas cosas por hacer.

"Vamos, no hay tiempo que perder" Su sonrojó se intensificó cuando entrelazó sus dedos con los del rubio con la intención de guiarlo nuevamente.

Naruto salió de su estupor cuando sintió que ambos volvían a caminar. "¿A dónde me llevas ahora?"

Su respuesta fue una sonrisa zorruna. "Somos shinobis, nuestra nivel de puntería no tiene comparación. Pienso aprovecharme de eso para ganar los premios de todos los juegos"

Él parpadeó un par de veces para asimilar la idea, una vez que lo hizo, su rostro se tiñó de la malicia. "Eso suena como una gran idea"

Así fue como el dúo no perdió ni un solo segundo de tiempo, se movilizaron a través de local tras local dejando a cada uno de ellos en la bancarrota máxima cuando todos sus premios fueron saqueados.

No hubo ni un solo juego que la pareja no destruyera, sus habilidades como shinobi brindándoles una ventaja totalmente injusta.

Los dueños tuvieron que contemplar con horror como sus negocios eran batidos en cuestión de minutos sin poder hacer algo al respecto más que agachar la cabeza y ceder las recompensas.

El tiempo fue transcurriendo, los establecimientos se fueron acabando hasta el punto de que Anko ahora cargaba una montaña de peluches de casi tres metros de largo en sus manos.

Pero como todo lo bueno tiene un final, el dúo actualmente se encontraba asaltando el que sería el último local.

El juego era totalmente simple, tiro al blanco con Kunai.

Naruto empuñó el arma en su mano mientras permitía que sus ojos calcularan todos los factores para poder acertar el blanco más pequeño. El premio mayor.

Interiormente se preguntó qué tenían los dueños del local en la cabeza para crear un juego como éste justamente en una aldea rodeada de ninjas, era bastante estúpido.

Anko estaba a unos metros detrás de él luciendo mucho más interesada por guardar todos sus peluches y premios en un pergamino de sellado.

Después de que esa tarea estuvo realizada, la pelimorada se acercó al rubio por la espalda, asomó la cabeza a través de sus hombros para poder ver las dianas. "¡Concentración, tú puedes!" Ella comenzó con una diatriba jocosa con la intención de darle algo de apoyo moral.

"Es último premio Naruto no puedes fallar"

"Un poco más a la izquierda y lo tienes"

"¡¿Vas a arrojarlo ya o qué estás esperando?!"

Sintió que una de sus cejas se movía temblorosamente, lejos de motivarlo las palabras de la pelimorada estaban alterando su concentración.

Dejó escapar un suspiro para relajarse, Anko siempre fue una persona con una energía exuberante. Además, este tipo de juegos lo única que causaba era multiplicar al doble esa imperactividad.

Ya debería estar acostumbrado a ello a estas alturas, pero es que esta vez la mujer estaba muchísimo más altera que de costumbre, ¿La razón? Bastante simple.

El premio mayor era un peluche con diseño de serpiente.

No tenía permitido fallar, no solo porque quería verla felíz, sino porque ella lo mataría si no llegaba a acertar. Menos presión sobre sus hombros, todo bien.

"¡Ya casi! ¡Justo all...!" Las palabras de Anko murieron en su garganta cuando el rubio arrojó el kunai con una presión mortal.

El arma surcó por el aire hasta conectarse con su objetivo el cual fue destruido en cuatro pedazos distintos. Al ver esto, las estrellas se formaron instantáneamente en sus ojos, ¡Él lo logró! Eso significaba que...

"F-felicidades..." El dueño del local se movió para entregarle el peluche de serpiente al mismo tiempo que lloraba desconsoladamente por la muerte de su querido local.

Ignorando por completo el sufrimiento del tipo, ella sujetó el peluche con manos temblorosas; era suave, esponjoso, sus ojos se sintieron desorbitados por su hermoso diseño.

Naruto había ganado esto para ella.

No, no solo hizo eso. Él en realidad se esforzó al máximo para ganar todos los premios y regalárselos; no solo porque se lo hubiera exigido, pudo ver que él hizo todo por su buena voluntad. Su corazón se conmovió por eso, de verdad era un chico extremadamente lindo.

Había escogido bien.

Desvío su atención del peluche para contemplar que el rubio la miraba cálidamente; su cuerpo se movió de forma automática, saltó sobre él envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

"¡Es perfecto!" Naruto devolvió el abrazo mientras reía ligeramente.

Sin lugar a dudas uno de sus pasatiempos favoritos siempre sería hacerla feliz, amaba cuando ella estaba contenta ya que sonreía muy a menudo. Le encantaba esa sonrisa, cada día se robaba un pedazo más de su corazón.

Ambos se separaron solo para darse cuenta de un dato muy importante que estaban dejando pasar por alto.

Sus manos se encontraban entrelazadas otra vez.

Al parecer los dos se acostumbraron tanto al contacto que terminaron uniéndose nuevamente de forma casi espontánea. Se sonrojaron una vez que entendieron las implicaciones, pero ninguno dijo nada al respecto, ninguno protestó.

No estaban dispuestos a renunciar al contacto del otro, se sentían bien con eso así que, ¿Por qué parar? No existía ningún motivo.

Anko fue la primera en romper el hielo. "Entonces..." Acomodó un mechón de su cabello. "¿Qué sigue?" Se quedó sin ideas de qué podían hacer a continuación, por esa razón es que decidió ir por la ruta fácil y dejar que el rubio diera su opinión.

Naruto lo pensó por unos momentos. "¿Qué tal si caminamos un rato y vemos que se nos ocurre de camino?"

A ella en realidad le gustó esa idea, una caminata sencilla bajo las luces del festival sonaba bien.

"Me parece perfecto" Naruto se alegró al ver que la pelimorada respondía positivamente.

Ambos abandonaron el local para dar inicio a una caminata por las calles del pueblo. Al principio la atmósfera que los rodeaba fue una bastante jovial.

Hablaron de diferentes temas al azar, hicieron breves comentarios sobre las cosas que veían en los alrededores, bromearon entre ellos, cotillaron sobre las personas que pasaron al lado, incluso llegaron tan lejos como para intercambiar algo de coqueteó entre los dos.

A medida que avanzaba el paseo, el ambiente se fue transformando hasta convertirse en un entorno mucho más tranquilo; caminaron en un silencio pacífico, disfrutando de la presencia del otro. El calor de sus manos unidas envío chispas de electricidad a través de los cuerpos de cada uno, ocasionalmente también podías escuchar algún que otro suspiro de felicidad.

Se enviaron miradas de enamoramiento admirando la belleza del otro de forma discreta. Sin embargo, más de una vez se vieron envueltos en una nube vergonzosa ya que sus miradas chocaron al mismo tiempo, causando que los dos se sonrojaran como una tormenta y que apartaran la mirada inmediatamente.

No obstante, éste momento entre ambos se vió inesperadamente interrumpido cuando escucharon el sonido destinguido de las flautas y los violines estallar en una melodía hermosa que provenía desde una plaza bastante espaciosa.

Observaron como las personas comenzaron a montonarse alrededor de plaza por borbotones; la curiosidad terminó por vencerlos, así que de forma instintiva, ellos también caminaron en esa dirección.

La vista que los recibió fue una bastante interesante.

Las parejas se reunieron en el centro del lugar para bailar en una muestra de elegancia, jovialidad y regocijo. Siguieron el ritmo de la música, la cual retumbaba con tonos alegres, fiesteros y muy intensos.

Anko no se encontraba segura de qué pensar ante todo el show que se desenvolvía delante de ella; no porque no le gustara, sino porque no entendía nada de lo que estaba pasando. Nunca antes había bailado así que era una completa desconocedora del tema.

Pudo vizualizar que el estilo de danza que las parejas usaban fue una repleta de giros, movimientos bruscos, en dónde el ritmo era impuesto por la alegría y la libertad del corazón.

Mentiría si dijera que no le parecía divertido, pero simplemente se veía demasiado complicado para ella. Además, no sabía cómo bailar.

Sin que ella fuera conciente de ello, las facciones de Naruto adquieron un tono astuto cuando una idea se encendió en el fondo de su mente.

Sabía qué siendo la persona bulliciosa que era, Anko interiormente se estaba quemando por saltar en el centro de la plaza y intentar imitar las acciones de las demás parejas. Ella era ese tipo de persona, un espíritu libre; este tipo de actividades le calleron como anillo al dedo.

Pero fue la pena el único obstáculo que le impidió lanzarse al desafío sin pensarlo dos veces. Supuso que ella solo necesitaba un empujoncito.

Él podía hacer eso.

La pelimorada seguramente se percató de sus intenciones ya que ella comenzó a mirarlo con una mirada llena de pánico.

"Oh no, no, no, conozco esa mirada así que... ¡No! ¡No! ¡No! ¡Ni se te ocurra Uzumak...!"

Anko no fue capaz de terminar su diatriba negativa ya que el rubio tiró de su mano en un movimiento demasiado rápido para que ella pudiera reaccionar, conduciendola hacia el centro de la plaza.

"¡E-espera, Naruto! ¡No sé bailar!"

Su grito murió ahogado entre la multitud cuándo ambos llegaron junto a las demás parejas. Sintió como Naruto sostenía una de sus manos y colocaba la otra sobre su cintura, así que ella respondió colocando una mano en su hombro y uniendo su cuerpo más cerca al de él.

Ambos dieron inicio a un bailé que fue bastante torpe al principio; trataron de imitar los movimientos de las demás personas para poder orientarse un poco, aunque resultó ser algo más difícil de lo que esperaban.

Aún así, conforme pasaba el tiempo los dos se fueron acostumbrando al ritmo cada vez más; el secreto radicó en simplemente dejarse fluir, no forzar las cosas, que el baile fuera lo más natural posible haciendo que sus cuerpos se mecieran como espíritus libres.

"¿Qué demonios estamos haciendo?"

A pesar de toda la vergüenza que estaba sintiendo, Anko no pudo evitar estallar en risas mientras dejaba que su cuerpo fluyera junto al rubio al compás de la música.

"No tengo idea" Naruto lucía una reacción bastante similar a la de ella.

Los dos continuaron riendo como un par de tontos hasta que la pelimora se percató de un dato muy importante que no tenía idea de cómo demonios lo dejó pasar. Le atribuyó la culpa a su actitud tan despistada.

"¿En qué maldito momento volviste a crecer?" Abrió mucho los ojos al contemplar que, efectivamente, ambos ahora eran de la misma altura.

"¿Eh?" Naruto lucía confundido, utilizó una mano para comparar la estatura de ambos, logrando entender inmediatamente que era lo que ella quería decir. "No estoy seguro... Pero me alegra ver que te estoy superando en otra cosa" Él sonrió al final.

Anko rodó ligeramente los ojos, justo lo que le faltaba, el rubio ahora estaba a la vuelta de la esquina de volverse más alto que ella. Sin embargo, lejos de parecer molesta por ese hecho, las comisuras de su labios se torcieron hacia arriba. "Idiota..." Ella le dio un ligera palmada en el pecho, ganándose las risas de su compañero.

El ritmo de la música aceleró aún más, causando que el movimiento de todas las personas en la pista de baile improvisa se volviera más errático. El dúo no quiso quedarse atrás, así que aumentaron el paso dándole más intensidad a sus giros.

Bailaron a través de toda la plaza utilizando cualquier movimiento que se les ocurriera. No eran muy concientes de lo que hacían, ni siquiera tenían idea de cómo se verían; muy posiblemente solo parecían un par de tontos dando piruetas, pero la sonrisa en sus caras hablaba de que decidieron ignorar ese hecho por completo.

Ambos lucían demasiado contentos de poder compartir sus payasadas con el otro.

Cuando la música estaba por llegar a su punto álgido, Anko fue tomada por sorpresa ya que Naruto tomó una de sus manos y la hizo girar alrededor de ella, ocasionando en que diera algunas volteretas que la hicieron perder el equilibrio. Por esta razón es que; cuándo la canción llegó a su fin, ella tuvo que sostenerse de los brazos del rubio para no tropezar.

Ocasionando que sus rostros quedaran solo a centímetros.

Ambos se miraron a los ojos totalmente hipnotizados en la mirada del otro, Azul chocando contra marrón. Respiraban agitadamente por todo el ajetreo anterior, estaban tan cerca que podían sentir el aliento del otro rebotar en sus facciones.

Fue como si el tiempo se hubiera detenido, el espacio que los rodeaba dejó de existir, solo tenían ojos para la persona que tenían delante.

... Magnífica como ninguna.

...

... Perfecto como ningún otro.

...

Su momento fue interrumpido cuando el sonido de aplausos y vítores los trajó de regresó a la realidad.

Mirando a su alrededor, se dieron cuenta de que el espectáculo había terminado.

Los espectadores que se acumularon en los alrededores rugieron con aprobación después de admirar la función maravillosa que brindaron todas las parejas. Eso los incluía también a ellos.

Rieron con timidez, no estaban acostumbrados a este tipo de muestras de adoración, mucho menos por parte de los civiles, pero se dejaron llevar por el momento; imitaron la acción de las demás personas saludando a la multitud con ligeras sonrisas.

Algunos instantes más tarde. El dúo abandonó la plaza para continuar con su travesía por las veredas del festival, ahora se encontraban caminando mientras se reían como un par de locos al aún no poder creerse lo que acaba de pasar.

"¡Dios! No puedo creer que me hayas obligado a bailar" Anko se sonrojó levemente al imaginarse lo tonta que debió haberse visto, ni en sus más profundos sueños pensó que terminaría haciendo algo como eso, pero al parecer el rubio siempre encontraba la forma de superar sus espectativas.

"Oye, tu tampoco opusiste mucha resistencia" Naruto fue incapaz de contener la risa al ver que la pelimorada aún seguía sin asimilar lo ocurrido.

Debía admitir que no se arrepentía en lo más mínimo de la decisión que tomó; aunque no tenía la más mínima idea de cómo bailar, bajo su propia persección él creía que lo hicieron bastante bien. Además de que ese breve momento que compartieron al final fue bastante único.

"¡Ese no es el punto!" Ella empujó levemente al chico en una muestra de falsa indignación. En realidad le gustó mucho que él hubiera ejecutado un movimiento tan atrevido, fue un gesto encantador. Pero no era como si ella fuera a admitirlo en voz alta.

Él se encogio levemente de hombros. "Tampoco nos fue tan mal, quiero decir, nos aplaudieron" Vió como ella negaba con la cabeza demostrando que su declaración no la convenció en lo más mínimo.

"Eso solo lo hace más vergonzoso, además, ¿Cómo sabes que no les aplaudían al resto de personas?"

Intentó pensar en algo que pudiera refutar eso, sin embargo no se le ocurrió nada. Tenía cierto grado de razón. "Allí me tienes"

Su respuesta hizo que ella lo empujara ligeramente con el hombro. La pelimorada no se molestó en ocultar su satisfacción por haber ganado su minúsculo intercambio.

Naruto estaba por protestar hasta que vió algo por la periferia que captó su atención. Se dio cuenta de que ambos habían estado tan exhortos en su conversación que no se percataron que estaban caminando hacia un lago repleto de luces. Pero eso no era lo más sorprendente.

Lo que verdaderamente los dejó boquiabiertos fue el roble gigantesco que se alzaba a un costado del lago. El árbol estaba recubierto de una gran variedad de adornos, decoraciones y luces que brindaba una vista extraordinaria.

"Impresionante..." Anko no encontró como estar en desacuerdo con las palabras del rubio, sin dudas esa era una buena forma de describir la vista.

Caminaron en la dirección del imponente roble hasta estar frente a él. De cerca daba la impresión de ser incluso más robusto que antes.

Tan perdidos estaban en sus pensamientos que casi no registran la voz que provenía de sus espaldas. "¿Una foto?"

Voltearon para ver a un hombre de mediana edad con una máquina de fotografías que contenía una cámara de cajón. Ahora que se fijaban de mejor manera, pudieron dislumbrar que existía una pequeña tienda a un costado del roble, muy posiblemente el local del señor.

Los dos se miraron buscando la aprobación del otro, llegando a un acuerdo silencioso de que una fotografía para el recuerdo sonaba como una muy buena idea.

Anko sonrió mientras contestaba. "Claro, si no es mucha molestia"

Observó como el hombre sonreía en respuesta al mismo tiempo que comenzaba a preparar el dispositivo. "No hay ningún problema señorita, me enorgullece poder colaborar en la cita de dos jóvenes novios tan agradables"

Los dos se sonrojaron como una remolacha cuando el hombre insinuó que eran una pareja, la sola idea hizo que un escalofrío recorriera sus cuerpos. ¿Novios? ¿Una relación? El calor brotó en el interior de ellos como una llamarada atronadora.

Eso sonaba muy bien.

Lastimosamente eso no era así... Al menos no aún.

"D-disculpe él y yo..."

"N-nosotros no somos..."

Ambos se miraron a los ojos cuando, de forma bastante torpe, se dieron cuenta de que hablaron simultáneamente. La escena fue tan tonta que no pudieron evitar reír por sus ocurrencias tan absurdas.

"¿Eh? ¿Dijieron algo?" El señor colocó la manta de la cámara encima de su cabeza mostrándose listo para tomar la foto.

Compartíeron una última mirada, decidiendo en cuestión de segundos que no había ningún razón para negar la acusación anterior. Si el hombre creía que ambos estaban juntos, entonces no tenían ningún problema con eso.

Movieron sus cuerpos en una posición entrelazada, sujetándose por la cintura y uniendo sus mejillas mientras se posicionaban en frente del gran roble.

"Muy bien ahí va, tres... Dos... Uno" Sonrieron cuando el brillo de la cámara deslumbró sus rostros.

El hombre revolvió el rollo de la cámara, también realizó algunos ajustes más en el dispositivo que ellos no entendieron.

Una vez que la fotografía estuvo en las manos del hombre; éste se acercó a la pareja para poder entregarles el objeto, ganándose una sonrisa brillante de parte de los dos cuando admiraron el resultado final.

"Muchas gracias, significa mucho..." Naruto observó qué el hombre agitaba una mano para descartar sus agradecimientos.

El señor se percató de que otra pareja se acercaba al gran árbol, así que se apresuró a desperdirse mientras se movía para continuar con su trabajó.

Visualizaron la retira del sujeto con expresiones complacidas, demostró ser alguien muy amable a pesar de quiénes eran. Eso lo hizo ganar puntos en la lista de ambos.

"Quedó estupenda" Anko se maravilló mientras observaba la foto.

Le alegraba saber que su lado bueno fue captado con extrema precisión, Naruto también se veía fenomenal. En términos generales sería un recuerdo bastante único, ya estaba haciendo planes en su mente para conseguir un marco para la foto. Podían colocarla en la habitación a un costado de la cama.

El rubio se asomó por encima de su hombro para poder apreciar también la fotografía. "Podemos conseguir un cuadro y colocarla a un costado de la cama"

Rio ante la ocurrencia, al parecer el chico tuvo exactamente la misma idea que ella. Bastante curioso.

Naruto no comprendió que tenía de chistoso su declaración, estaba hablando en serio con ésto. Le gustaba la idea de tener un cuadro de Anko y él en su cuarto, así podría verlo cada vez que despertara, tenía toda la lógica del mundo.

"Claro, podemos hacer eso" Sin embargo, se tranquilizó un poco cuando ella respondió de manera positiva.

Un silencio pacífico se acentuó en el lugar por varios segundos cuando una pregunta cruzó por la mente de ambos. "¿Y ahora qué?" Naruto fue quien hizo la pregunta.

No quedaban muchas cosas que pudieran hacer, prácticamente ya hicieron de todo. Así que, ¿Qué faltaba por delante? ¿Regresar a casa?

El rubio vió que Anko lo pensaba durante algunos minutos hasta que sus ojos se abrieron denotando sorpresa. Se preguntó que tenía en mente que la había sorprendido tanto.

"¡Soy una tonta! ¡Casi lo olvidó" Anko se palmeó la cara con desaprobación. ¿Cómo era posible que olvidó el evento principal? ¡Demonios!

Se obligó a si misma a calmarse, aún tenían tiempo. Si se daban prisa quizás podrían llegar antes de que todo comenzara.

"¿Qué pasa Anko?" Naruto lucía totalmente confundido, no entendía en lo más mínimo a qué se estaba refiriendo; pero tampoco podía culparlo, se encargaría de explicarle de camino.

Atrapó una de las manos del rubio y comenzó a arrastrarlo con bastante prisa. "Te lo resumiré bastante rápido..." Vió como él arqueaba una ceja pero no protestó.

"Ya casi es media noche, hora del evento final"

XXXXX

Naruto tenía que admitir que contemplar el pueblo desde la cima de la montaña Hokage te brindaba una vista sin precedentes. Si ya de por si le gusta admirar el cielo desde la terraza de su departamento, esto le estaba volando la cabeza; era diez veces mejor.

Se paró sobre la cabeza del cuarto Hokage con Anko parada justo en frente de él. Pero lo que sin lugar a dudas llamaba más la atención entre ellos dos, era el objeto que ambos sostenían con las manos.

Un globo de cantoya.

Anko se encargó de contarle la tradición que existía en el pueblo después de cada festival de luz, la cual consistia en iluminar el cielo con un espectáculo de globos flotantes.

La historia en realidad fue bastante interesante ya que antes estos globos fueron utilizados como un mecanismo para comunicarse durante la primera guerra shinobi. Pero al final de la guerra esa práctica fue abandonada y se convirtió en una especie de celebración promovida por el Shodai.

El triunfó de la luz sobre la oscuridad, eso significaba.

"¿Listo?" La voz de Anko lo sacó de sus cavilaciones, ella lo miraba con una ligera sonrisa que le indicaba que el espectáculo estaba por comenzar. Sintió que su pecho latía de anticipación.

Entonces, fue cuando todo inició.

Observó con los ojos muy abiertos que todo el pueblo se encendía como una antorcha llameante cuando todos los globos comenzaron a ser arrojados al cielo, iluminando la noche con una luz amarillenta que cautivó los rincones más profundos de su alma.

Nunca antes había visto algo tan maravilloso, era como si el cielo estuviera ardiendo en llamas. La oscuridad fue consumida por el dios del sol; no existía nada oculto, nada desconocido, la luz ganó la batalla contra las sombras.

Escuchó una risa, volteó para darse cuenta que provenía de Anko, ella lucía igual de fascinada con todo el show de luces. El sonido de su bribante risa hizo que su pecho se calentara.

No encontró la manera de apartar su mirada de ella; se veía tan hermosa que lo dejó sin palabras, incluso se atrevía a decir que ella era mucho más preciosa que todas las luces que flotaban en el cielo.

Ella era su luz. Su brillo era mayor al de todas las estrellas que navegaban por el firmamento.

Se encontró sonriendo inconcientemente. Ella era perfecta, única, magnífica, fascinante, extraordinaria, era Anko Mitarashi.

La amaba.

Anko dejó que su atención se desviará del cielo para observar a su compañero rubio; la mirada que la recibió, hizo que un estallido de electricidad recorriera todo su cuerpo.

Percibió que todos sus sentidos se entumecían cuando Naruto la observó de cerca con una expresión repleta de amor, cariño, admiración y fascinación. Fue embriagante ser el extremo receptor de tanto afecto.

La hizo sentirse especial, única. Bajo los ojos del rubio ella era el mundo enteró; hizo que quisiera gritar de alegría. Eso era todo lo que necesitaba, eso era todo lo que deseaba.

Solo lo quería a él y a nadie más.

Se encontró devolviendole la mirada con la misma intensidad.

Como una ocurrencia tardía se percató de que ellos aún no arrojaban su globo, así que le dio un pequeño asentamiento al rubio que el entendió en un instante.

Ella encendió el objeto con un pequeño jutsu de fuego, para después levantarlo en el aire con la ayuda de Naruto. El globo comenzó a flotar hasta comenzar a alejarse de los dos. "Pide un deseo" Le indicó al rubio con un tono burlón.

Él volvió a mirarla de la misma forma de antes, pero eso no fue lo que la dejo sin habla. Lo que verdaderamente hizo que el aliento se le quedara atascado en la garganta fueron las siguientes palabras que escuchó.

"Ya lo hice..."

Sintió que su pecho se agitaba con violencia, las mariposas crecieron en su estómago. ¿A caso se estaba refiriendo a ella? Claro que lo hacía ¿A quién más si no?

No se necesitaron palabras, un sentimiento que no podía ser transmitido a través de sus labios, una sensación para la cual no había vocabulario.

Una simple mirada, un destelló, un suspiro. La verdad y el amor entrelazandose en un mismo fluir; brotando como los ríos de un manantial.

Sus corazones charlaron en su propio idioma.

Una lágrima se deslizó de su ojo cuando finalmente entendió el mensaje. Él se sentía lo mismo.

Los dos estaban enamorados uno del otro, fue algo mutuo.

Sus sentimientos fueron correspondidos.

Fue algo vergonzoso saber que estaba llorando de alegría, pero le daba igual, él conocía absolutamente todo sobre ella.

Detectó que unos brazos se envolvían alrededor suyo, no dudo en devolver el gesto, él siempre fue tan considerado; le fascinaba eso, en realidad le fascinaban muchas cosas en él.

Era encantador, guapo, maravilloso, mágico, enloquecedor, era Naruto Uzumaki.

Lo amaba.

La pareja permaneció de esa forma, abrazados mientras contemplaban las luces flotantes en el cielo; confesando su amor de manera silenciosa.

Aprender que hay personas que te ofrecen las estrellas y otros que te llevan a ellas. Esa es la diferencia entre quien quiere y quien ama _ Mario Benedetti.