Yamaguchi no sabía qué hacer con respecto a la declaración de Yoshida, era un hecho que le había dicho que iba a darle una oportunidad para dejarse conquistar, pero lo que realmente le preocupaba era como iba a decirle eso a su mejor amigo. No podía simplemente llegar y decirle algo como un "Hey Tsukki, ¿te acuerdas de Yoshida al que no soportas? Pues se me declaro y pienso darle un chance". Si claro, estaba loco si llegará a creer que eso era una buena idea, además apenas si conocía al castaño.

Es decir, si le trataba bonito y eso lo ponía nervioso; pero también era cierto, que en ningún momento había sido consciente de esos sentimientos, pese a todos esos intentos descarados del ojigris de coquetear con él, honestamente creía que solo estaba bromeando desde un principio; además, le hacía sentir un poco culpable después de lo que le había dicho del porque estaba en Karasuno.

Ya había pasado una semana desde el día en que Tsukishima se había enojado por no decirle que estaría acompañando al menor a la estación, y sobre todo no podía hablar con él, porque Yoshida siempre llegaba a la hora de descanso a interrumpir y el rubio simplemente se esfumaba apenas lo veía, era increíble lo rápido que podía ser a veces. Yamaguchi estaba convencido de que tenía que arreglar las cosas.

- Arrg! – dejo caer de forma pesada su cabeza contra el pupitre una vez que Yoshida salió de su salón para ir a su clase.

Era increíble que desde que comenzó el año no dejara de tener problemas y malos entendidos con el más alto, "Comunicación, solo hacía falta comunicación", eso resolvería la mitad de sus problemas, solo necesitaba un momento a solas para hablar con su amigo.

Estaba determinado a resolverlo de una vez por todas, no quería que las cosas siguieran así; por lo que se levantó y caminó hacia la entrada donde intercepto a Kei que recién estaba regresando, sin mediar palabra, tomó su mano y se lo llevó con dirección a la azotea de la escuela, no encontraría mejor momento para hablar que escaparse de clases, así nadie los interrumpiría.

- Yamaguchi, te estoy diciendo que me sueltes, acaba de sonar el timbre

- no

- ¿no? – el rubio abrió sus ojos sorprendidos por la agresividad del peliverde – es que acaso te estas volviendo loco, que es tan importante

- resolver esto – decía el pecoso, mientras caminaba y llevaba a rastrar a su amigo escaleras arriba.

- ¿resolver qué? – pasaron la puerta y la luz directa del sol los cegó un poco.

- el hecho de que no hayamos hablado como se debe desde hace una semana, en los entrenamientos solo me respondes con monosílabos y me ignoras, no me gusta que estés enojado conmigo

Tsukishima chasqueo la lengua con desagrado y no dijo nada, porque sabía que si hablaba solo podía llegar a empeorar las cosas.

-Tsukki, no me gusta estar así contigo, he estado con sufriendo de ansiedad todos los días

-...

- Prometimos que ambos íbamos a poner de nuestra parte para limpiar el vidrio, ¿recuerdas? Yo entiendo que te hayas enojado conmigo porque no toleras a Yoshida, pero no es justo que me trates así solo por eso – Yamaguchi agacho su cabeza, ya que de verdad estaba esperando una respuesta del más alto

- lo siento – dijo el rubio un poco más tranquilo, pues, la reacción de su amigo le habría oprimido el pecho.

Yamaguchi abrió los ojos, levanto la cabeza y lo miró fijamente, realmente sorprendido por lo que acaba de escuchar – Tsukki - se formó una tenue sonrisa en su rostro.

Estaba emocionado, pero no quería arruinarlo, realmente quería hablar con él, antes de que se siguieran generando más problemas - ¿podemos saltarnos la clase y hablar de algo que he querido contarte? La verdad es que sigo sin saber cómo decirte esto, pero ya no quiero malos entendidos – le miró con esos ojos de cachorro a los que el rubio no puede negarle nada, así que solo tomó asiento en el piso, al lado de la puerta – bien – dijo Yamaguchi y se sentó frente a él.

- ¿y bien? – dijo el rubio después de un largo silencia y miradas fijas.

El peliverde aspiro hondo y se secó el sudor de las manos con el pantalón – bueno, veras... Recuerdas que primero te fuiste con tu mamá y Aki a un viaje, y que después estuviste acompañando a Yachi a su autobús...

- Por sugerencia tuya – interrumpió.

- Si, y no estuvo bien que te presionará con el tema, me disculpo sinceramente, creo que no te lo dije antes pero de verdad que lo siento... Bien, la verdad es que cuando te fuiste de viaje llegaron los chicos de primero, y la verdad es que Yoshida se apegó a mi nada más entrar al gimnasio, y me emocione un poquito porque creí que me admiraba, eso me dijo él, así que lo pensé que era verdad – el contrario hacia un enorme esfuerzo por no salir de ahí apenas escucho nombrar al castaño, pero nadie pudo borrar su cara de disgusto – así que quise ser un buen compañero que es mayor y que cuida de los más jóvenes y pues lo termine acompañando hasta la estación todos los días, durante los recesos comíamos juntos, y hablamos mucho, mucho...

- El punto – volvió a interrumpir.

- Es que no hay un punto como tal, y se necesita del contexto para que lo entiendas – el pecoso comenzó a jugar con sus dedos y torció la boca – aunque cuando regresaste no hablábamos más que por texto, entonces... te pedí que acompañaras a Yachi a su casa, por lo que me quede con Yoshida a darle clases a Hinata y después lo acompañaba a la estación...

- Se me está agotando la paciencia... – la verdad es que Tsukishima estaba haciendo un gran esfuerzo por permanecer ahí "Comunicación" pensó fastidiado.

- Ya estoy terminado... creo – eso último lo susurró para sí – entonces, uno de esos días después de la tutoría – que tan conveniente era contarle a Tsukki del beso que le habían robado; bueno, por ahora podía evitar ese tema – Yoshida, bueno, me confesó porque había venido a Karasuno – eso último lo dijo con un tono de voz más apagado.

Esta vez era al rubio al que le estaba dando un mal presentimiento, sintió como la piel se le erizaba y le recorría un escalofrío en la espalda. Se estaba imaginando cosas, estaba exagerando, tal vez la plática ni siquiera iba en esa dirección.

- Él, bueno... me confesó que había escogido esta escuela porque yo estaba aquí, y quería jugar muchos partidos conmigo, y que había venido de Aomori solo por eso – el ojiverde se mordió el labio sin saber cómo decirlo.

Tsukishima parecía una piedra, rogando que no fuera a decir lo que creía que iba a decir, simplemente no quería escucharlo, pero estaba demasiado en shock como para interrumpirlo.

- Entonces, sonará ridículo, pero Yoshida dijo que yo le... le ggus...ta...bba – el tartamudeo no pudo evitar salir – yo le dije que dejará de bromear con eso y me dijo que estaba siendo completamente serio, por lo que me pidió una oportunidad y no sé porque, pero le dije que lo intentaría y ahora es por eso que lo estoy acompañando después de clases – finalmente confesó, preocupado de la respuesta del más alto, y con el rostro completamente rojo.

-...

Que podía decir el rubio a eso, había estado deseando que justo esas palabras No salieran de su boca, y no comprendía porque la presión en su pecho se hacía más intensa, le entumió los músculos, los sentidos, y le nublo la mente por un momento, intentando comprender porque se sentía así.

- ¿te gusta? – la pregunta sorprendió al más bajo, era lo último que esperaba escuchar de su amigo, de nuevo volteó a verlo, y se encontró con un semblante entristecido del amberino - ¿Yoshida te gusta? – volvió a repetir, con un deje de dolor en la voz.

- No sé – fue lo primero que escapo de sus labios – es diferente que con Yachi, es decir, ella me parece muy linda y todo, pero al final comprendí que la quiero como a una amiga, Yoshida sin en cambio...

Si se ponía a pensarlo detalladamente, aparte de que nunca lo había tomado en serio con sus acercamientos, la verdad es que no se lo había cuestionado desde que se conocieron si podía llegar a gustarle; si pensaba en su atractivo, ciertamente era un chico guapo, simpático, inteligente y si no se la pasará peleando con Tsukki sería perfecto, pero ¿gustarle? No le dio asco el beso que le dio, no le desagrada que siempre le esté diciendo que es lindo, pero por alguna razón siempre lo incomoda.

Es cierto que nadie le había tratado tan dulcemente y se había preocupado por expresarle sus emociones directamente -... quiero averiguarlo, por eso le dije que lo iba a intentar – confesó finalmente - Tsukki, ¿te desagrada la idea de que pueda gustarme un chico? ¿piensas que sería raro? Sé que nunca hemos hablado de eso, pero no estoy en contra de salir con un hombre – la verdad es que le costaba definir lo que sentía por el castaño, porque nunca se había preocupado en asimilarlo – Eso es lo que pasa por mi cabeza, por eso quería contártelo, para que no siguiera habiendo malos entendidos al respecto, y yo sé que lo puedo llegar a persuadirlo para que cambie su comportamiento contigo, porque espero que ambos puedan llevarse bien.

Tsukishima seguía sin creer lo que estaba escuchando, por lo que ambos se quedaron viendo fijamente por varios minutos, a lo que un nervioso y ansioso peliverde no pudo evitar jugar con sus manos continuamente esperando una respuesta de su amigo, el pánico se apoderaba de él. Y el rubio pensaba en un sinfín de escenarios en su cabeza, donde el contrario ya no iba a estar a su lado, ¿Por qué le dolía tanto? Le asustaba perderlo, ni siquiera le preocupaba que quien fuera a arrebatarle a su mejor amigo fuera un chico, eso ya ni siquiera importaba.

Pero qué podía decir, no sabía ni lo que estaba sintiendo en ese momento, por un lado, estaba enojado de que, de todas las personas, fuera Yoshida, por otro lado, sentía una profunda tristeza por la posibilidad de perder a su mejor amigo.

Se dio cuenta de cómo el contrario se estaba deshaciendo en un mar de nervios, y entonces recordó lo que su hermano le había dicho hace unas semanas "eres su mejor amigo, las palabras de aliento que tú le proporciones serán las más valiosas", y comprendió porque era tan importante para Yamaguchi contárselo, era porque al final quería que aceptará esa parte de él. El peliverde sin duda alguna era un hombre que caminaba por delante de él, ya que en ese momento había reunido todo el coraje del mundo para confesarle la verdad, pero eso no hacía que dejará de doler.

El viento sopló y la brisa jugo con el cabello de ambos, las lágrimas comenzaban a escaparse de los ojos de Yamaguchi, que ya llevaba un largo rato esperando una respuesta. Tsukishima respiró hondo y entendió que no podía evitar que el tiempo avanzará y que cada quien algún día tendría su propia vida. Pero dolía, seguía doliendo.

El más alto, posó su mano sobre las nerviosas manos de su mejor amigo, y sintió como se crispaba por el miedo, así que solo le sonrío con una expresión que solo el peliverde podía conocer – no creo que sea raro – dijo finalmente, y puso todo su esfuerzo para brindarle al contrario un poco de tranquilidad – tampoco creo que este mal, yo sé que... yo sé que la persona a la que tú quieras será muy afortunada solo por ese hecho, no encontrará a nadie más leal, amable y bondadoso para quererle - ¿en serio esas palabras acababan de salir de su boca? Incluso él estaba sorprendido – sí, admito que, preferiría que fuera cualquier otra persona menos él – es decir, cuando pensaba que le gustaba seriamente Yachi, no le molestaba tanto como ahora, suponía que era algo inevitable, pero cuando las opciones se abrían, algo parecía ser diferente.

- Tsukki... – respondió el peliverde con un leve tono de voz.

- Yamaguchi, yo sé que no lo digo, y es porque yo sé que tú ya lo sabes mejor que nadie, para mi tú también eres importante y no hay nadie que pueda reemplazarte – las lágrimas del contrario comenzaron a desbordarse cuando escucho esas palabras, lo sabía, pero le había hecho tanta falta escucharlas – así que, supongo que puedo hacer un esfuerzo por tolerarlo cuando regresemos a casa...

El ojiverde no pudo resistirlo más, estaba muy agradecido y feliz por lo que acababa de escuchar, que no pudo evitar lanzarse sobre su amigo para atraparlo en un fuerte abrazo, que los tiro a ambos al suelo completamente.

- te quiero mucho Tsukki – dijo el peliverde que seguía abrazado a su amigo.

Tsukishima se estremeció en lo más profundo de su corazón, ¿si decía algo más, podría evitar que Tadashi se fuera de su lado?

- Yamaguchi, pesas, quítate de encima - se apresuró a decir, pues estaba inquieto por el tacto.

- no quiero

- Yamaguchi no puedo respirar

- no me voy a mover

Tsukishima suspiró, solo hacía falta tan poco para que el contrario fuera así de feliz, y él solo quería que se quitará porque de alguna manera le ponía nervioso el hecho de que siguiera encima de él, abrazándolo de tal manera. Pero, inconscientemente sus brazos fueron lentamente correspondiendo el abrazo, cerró los ojos y lo estrecho fuertemente; abrió los ojos y miró hacia el cielo pensando en que su corazón comenzaba a acelerarse demasiado, no quería que el pecoso lo notará, así que con gran esfuerzo logró zafarse del agarre.

- realmente me estas dejando sin aire

- lo siento Tsukki – dijo el pecoso con una gran sonrisa, mientras se recostaba a un lado de él para mirar el cielo también.

- tal vez deberíamos volver a clase

- creo que todavía podemos quedarnos aquí un poco más

- ¿no quieres regresar?

- ¿quieres que todos me vean con los ojos hinchados y rojos?

- ...

- gracias Tsukki, de verdad no sabes cuánto significa para mí – giró un poco, lo suficiente para poder ver de perfil el rostro de su amigo y una sonrisa se dibujó en su rostro.

Tsukishima le imitó y terminó frente a él, bastante cerca, que casi rosaban sus narices. Miró a los expresivos y llorosos ojos de su amigo y sintió como le faltaba el aire por estar tan cerca, pero inconscientemente comenzó a acercar su rostro un poco más.

A Yamaguchi ver esos ojos amberinos le provoco un hormigueo en el estómago, sin duda las pestañas del rubio eran largas y tenía un rostro muy fino, y de repente comenzó a sentir que se acercaban más, eso lo alteró tanto, que simplemente de un brinco se sentó.

- está muy duro el suelo ¿no?

El rubio también estaba sorprendido y algo decepcionado al parecer, pero aun así que agradeció esa interrupción.

- ahora imagínate que te caigan sesenta kilos encima – dijo mientras se acomodaba para sentarse, se ajustó sus lentes y soltó un suspiro.

- es que te hacen falta más músculos Tsukki

- no sabría qué hacer con tanta masa corporal, estoy bien así

- cierto, así luces bien

- ¿ya podemos volver?

- supongo que si

Así ambos regresaron al aula, con un mejor ánimo y con menos tensión, sin embargo, a Tsukishima le seguía oprimiendo el corazón saber que las cosas cambiarían y que él no podía evitarlo.

Durante el entrenamiento todo fue más armonizado entre ellos, se podía sentir un ambiente diferente al de hace unos días, incluso Ukai quiso aprovechar que estaban trabajando coordinadamente que los puso a practicar el servicio-bloqueo para que lo pulieran para el siguiente partido. Las cosas iban saliendo bien, las jugadas eran excelentes por lo que Yamaguchi y Tsukishima celebraban los puntos conseguidos.

Yoshida parecía un tanto molesto, porque era él quien quería intentar esas jugadas con el pecoso, quería volverse el escucho.

En uno de los ejercicios Kageyama se lastimó los dedos, por lo que el peliverde fue de inmediato por el kit de emergencias para atenderlo, se sentó a su lado para comenzar a examinarle la mano mientras Tsukishima se burlaba y Yamaguchi se reía en respuesta, pero el entrenador mando a llamar a Kei para hablar de unas jugadas y como debería mejorar ciertos aspectos, por lo que dejó solo a su amigo con el rey.

Yamaguchi, le preguntaba atentamente como se sentían ciertos movimientos, y comenzó a aplicar un ungüento con masajes suaves en los dedos del contrario para anestesiar el dolor; el pecoso se preocupaba siempre por el bienestar de todo el equipo, así que siempre estaba preocupándose por ayudarlos con las lesiones leves; comenzó a vendar, hasta que sintió que alguien le quitaba la cinta de las manos y se sentaba a un lado para ser quien vendará al ojiazul. Yoshida tenía el ceño un poco fruncido y era un tanto agresivo, pero no dijo nada hasta terminar.

- esta hecho – le dijo soltando a Kageyama bruscamente y ayudo a Yamaguchi a levantarse y caminar junto a él a otro lado del gimnasio.

- ¿puedo saber que fue eso? – cuestionó el pecoso, que hasta el momento no había dicho nada, pero si le había molestado la actitud con la que habían sucedido las cosas.

- nada

- no puedes decir que no fue nada, fuiste grosero con Kageyama, ¿sabes lo importante que son sus manos para él? – Yamaguchi lo sabía, y era por eso que siempre que lo apoyaba, lo hacía con el mayor cuidado posible.

- es solo que... no sé – se encogió de hombros y puso una mirada triste – me sentí un poco abandonado, y luego me dio un poco de celos que estuvieras tocando a otro – tomo la mano de Yamaguchi y la colocó suavemente sobre su mejilla – te quiero tanto que no me controlo

El pecoso no sabía que decir, le había sorprendido como alguien tan confiado como Yoshida también podría ser así de voluble y que cosas como esas le afectaran en lo más mínimo. Por un momento eso le pareció adorable, y le sonrió dulcemente.

- ok, entiendo – soltó un suspiro y le hizo mirarlo – pero no está bien lo que hiciste, no tienes que ser así de prepotente, ¿entiendes?

- pero

- nada de peros – interrumpió – se supone que tienes que confiar en mí, ¿no? Que yo apoye a mis compañeros de equipo y mis amigos, no significa nada más que eso

- entiendo – comentó resignado, porque no quería que lo siguieran regañando.

- bien, entonces volvamos a la práctica, juguemos como el equipo que somos, prometemos no ser groseros de nuevo y asunto arreglado – Yamaguchi alborotó el cabello del más alto y sonrió animado - además, después del entregamiento quiero hablar contigo

Del otro lado Tsukishima seguía atentamente los movimientos de su amigo, y Chikara a su lado analizando la situación.

- ¿Estas bien con esto? – cuestionó el pelinegro

El rubio enarcó una ceja por un momento, pero comprendió rápidamente la situación.

- ¿Usted lo sabía desde un principio?

- Es difícil que se me escapen cosas como esas, quiero suponer que fue Yamaguchi quien te lo dijo

- así es

- entiendo, ¿y?

- no me agrada Yoshida, pero le prometí que iba a tolerarlo

- honestamente estoy sorprendido de que lo estés tomando tan maduramente

- ¿puedo hacer otra cosa? Al final no tiene sentido que acabemos discutiendo por ese tipo

- piensas en Yamaguchi, me queda claro, pero ¿realmente estas bien tú con eso?

- ¿a dónde quiere llegar Ennoshita? – posó la vista sobre el más bajo, al no comprender el punto.

Ennoshita entrecerró la vista, y se dio cuenta de muchas cosas, cosas que estaban de más y que solo terminarían lastimando a alguien.

- A ningún lugar, sólo estoy cuidando de ustedes – se resignó a decir – pero sabes, si en algún momento quieres hablar, con gusto estoy aquí para escuchar – sonrió y le dio una palmada en la espalda para dejarlo solo. Mandó a todos a llamar al centro para continuar con la práctica.

Al terminar el entrenamiento, Tsukishima decidió esperar a Yamaguchi para caminar juntos a casa, claro acompañados de Yoshida, lo que al castaño no le pareció porque ya se había acostumbrado a ir solo con el pecoso.

Todo estaba en silencio, mientras iban caminando por el trayecto de tierra, solo eran los tres.

- esta noche tenemos una compañía inesperada, ¿no Yamaguchi? – Yoshida cortó el silencio al no resistirlo más.

- no – respondió Yamaguchi con tranquilidad y sin detenerse - estamos todos los que debemos estar

- bueno, apenas ayer éramos tú y yo solamente

- y hoy esta Tsukki

- Yamaguchi, no dijiste que querías hablar conmigo después de la práctica, ¿crees que podamos hacerlo con señor amargado al lado?

Tsukishima seguía haciéndose de oídos sordos, dejando que el peliverde se encargará de llevar la conversación.

- no te expreses así de Tsukki - respondió de inmediato en un tono de regaño - y no te preocupes, todo está bien Yoshida

- no lo está

- lo esta

A Ikki le sorprendía ver a un Tadashi tan terco. Mientras que a Tsukishima le sorprendía que lo estuviera llamando por su apellido completo y no por ese tonto apodo que le había puesto, sentía que se había perdido de algo.

- Yamaguchi, hazlo de una vez – inquirió el rubio.

- bien – Yamaguchi torció los ojos y detuvo su andar de golpe. Yoshida se estremeció por el pánico de tan repentina acción y que le hiciera más caso al amberino que a él, trago saliva y Yamaguchi le miro con una sonrisa un tanto siniestra por la luz nocturna – Yoshida yo

Los dos chicos se detuvieron y voltearon a ver al pecoso.

- Yo le he dicho a Tsukki, que vamos a intentarlo y él muy amablemente dijo que iba a intentar llevarse bien contigo – quizá exagero un poco eso último – así que, yo de verdad espero que tú intentes hacer lo mismo con él, porque a mí me encantaría que ustedes dos aprendieran a llevarse bien

- ¿era necesario que se lo contaras? - expresó un Yoshida sorprendido por la confianza que se tenían los dos.

- por supuesto, no puedo y no quiero mentirle – miró a Tsukishima con una sonrisa, y regreso su vista a Yoshida.

- ¿sólo por eso?

Yamaguchi se sorprendió, ¿es que acaso había más razones? Quizá estaba siendo un poco egoísta y no se daba cuenta de ello.

- bueno – aclaró su garganta y le miró a los ojos, pensando en que decirle – creo que... tampoco sería justo para ti que te esté escondiendo y menos de Tsukki, quien es mi mejor amigo

El castaño no estaba convencido con la reciente respuesta, pero su semblante había mejorado un poco.

- es mejor si todos hacemos el esfuerzo de llevarnos bien, además tienes que aprender el camino a la estación por tu cuenta, porque habrá días en los que acompañe a Tsukki y otros en los que vaya con Shimada a entrenar

- ¿Quién es Shimada? – dijo Yoshida con un tono malhumorado.

- Exacto, Shimada es muy importante para mí y no lo he visto en unas cuantas semanas

- ja! - Tsukki sonrió con superioridad por instinto, y luego, de inmediato recobro la compostura.

- Yamaguchi...

- es quien me enseño el saque flotante, es de la asociación de vecinos y amigo del entrenador Ukai, se supone que cada semana voy a su tienda para que me ayude a mejorar mis saques y no he podido ir

Tsukishima, solo estaba ahí escuchando la conversación, en primer lugar, porque quería hablar lo menos posible.

- volviendo al tema, de verdad espero que hagas un esfuerzo por llevarte bien con Tsukki, no pido que sean los mejores amigos, pero si quiero que aprendan a tratarse con más respecto, Yoshida, él es más grande que tú, debes comportarte adecuadamente con tus mayores

- solo lo es por un año

- no importa si es un año, aunque sea por un día, no puedo estar tranquilo si ustedes dos se la viven peleando

Ciertamente Yoshida no había conocido ese lado persuasivo y firme de Tadashi, le sorprendía que fuera tan puntual con las cosas; pero bueno, si veía el lado bueno de esto, ahora podía ser más abierto en cuanto a sus demostraciones de afecto frente al rubio. Sonrió con malicia ante ese repentino pensamiento.

- entiendo, yo también haré mi esfuerzo por llevarme bien con tu amigo, si eso es importante para ti lo es para mí

Yamaguchi sonrió de oreja a oreja satisfecho y emocionado por haber resuelto el problema. En eso la mano de Yoshida lo halo hacía él, con una clara intención de molestar al rubio, sujeto a Yamaguchi de la cintura y se acercó a sus labios para besarlo.

Tadashi lo paro en secó, poniendo su mano como escudo sobre su boca para no ser besado – ¡no! – casi gritó con un rostro enrojecido – espera, ¿podemos llevar las cosas con calma? Todavía ni siquiera estamos saliendo – dicho eso se zafó del agarre del castaño y reinició la marcha con un deje de vergüenza.

Tsukishima solo se quedó ahí parado, sorprendido por lo que acababa de presenciar, no se imaginaba que de inmediato se toparía con esa clase de imágenes, y ahí estaba de nuevo, ese pequeño dolor en el pecho.

Pese a que sintió un gran alivio de que Yamaguchi parará ese beso en seco, se preguntaba si de ahora en adelante tenía que soportar esa clase de escenas, si era así, dudaba poder seguir con esto por mucho tiempo.

Decidió seguir los pasos de su amigo, viendo su espalda, con una mirada entristecida, escuchando como Yoshida se quejaba del hecho de que no le correspondiera el beso. Le dolía la cabeza, sólo quería llegar a su cama, dormir y despertar de un mal sueño.

Yamaguchi por su lado, pensaba verdaderamente que todo había salido bien, por lo menos ahora no tendría que decidir con quien estar en qué momento, ahora que había dejado los puntos claros.

Por otro lado, todavía no sabía qué hacer con Yoshida, todavía no podía discernir que es lo que sentía por él, es decir, le parecía que era demasiado pronto para poder tomar una decisión, pero esperaba que el castaño lo entendiera.

En cuanto a sus pensamientos hacía Tsukishima, de verdad creía que ese día había sido un punto de inflexión para los dos, no recuerda otro momento en el que fueran tan honestos uno con el otro, una conexión autentica. Sus mejillas se llenaron de color al recordar lo cerca que había estado del rubio, se acordó de sus ojos avellanas que resplandecían con la luz del sol, sus cabellos dorados y ondulados, sus finas facciones y unos labios color durazno, sin duda eso le había estremecido el corazón como nadie. Si la situación fuera diferente, si en vez de Yoshida fuera Tsukki, seguramente no tendría esas mismas dudas; después de todo era la persona en la que más confiaba, por algo era mejores amigos. Sonrió con la idea sin percatarse de sus pensamientos.