- entonces, comenzamos a salir – le confesó Yamaguchi a un desconcertado Kei a la hora del almuerzo, mientras veía con atención la comida que se había preparado por la mañana - ... oficialmente somos novios – por alguna razón no podía mirarlo a los ojos.
- ¿no crees que es muy pronto? – el rubio se había tardado en responder un par de minutos, le había costado digerir la idea, ya que le había tomado de sorpresa. Se notaba una faz amargada por la noticia.
- pues, ya ha pasado un tiempo, no tenía razones para seguir dándole largas – comentó sin más, mientras se llevaba un par de bocados y los pasaba sin mucho ánimo.
- pues yo pienso en un montón de razones – respondió con una cara de pocos amigos.
- está hecho, ya veremos qué pasa – intento convencerse también.
- ¿te gusta? – insistía, ya que todo eso le parecía muy irreal.
- lo sigo averiguando – levantó los hombros intentando restarle importancia
- ...
Tsukishima podía percibir que su amigo no estaba completamente convencido de su nueva relación, parecía como si se estuviera forzando a que las cosas sucedieran, medito por un momento en preguntarle sobre ello, pero desistió casi de inmediato, porque probablemente el peliverde no podía responderle, ya que seguramente ni él mismo conocería la respuesta; ya que había veces, pocas pero las había, en las que Yamaguchi actuaba por impulso, sin pensar en las consecuencias y en lo que desencadenarían sus actos.
De todos modos, estaba preocupado, de que en algún momento saliera lastimado; pero, quizá solo estaba sobre pensando, pues, todo eso le estaba afectando. Recibir la noticia no fue fácil, aunque intento mantener la compostura lo más que pudo, su rostro le delataba.
Había intentado ser un buen amigo y escuchar en calma como Yamaguchi le contaba que había decidido salir con Yoshida oficialmente, pero lo cierto es que sentía una fuerte presión en el pecho que le dejo con la boca seca y las manos en puños muy apretadas, podía sentir como las uñas se le clavaban en la piel.
Yamaguchi había hablado seriamente con Yoshida, pues lo había ido a buscar para que almorzaran juntos, pero le había recalcado que las horas de comida las pasaría con Tsukki, y que nada lo haría cambiar de parecer, lo había dicho con un rostro verdaderamente serio y sin opción a replica; al menos aun tenían ese momento para los dos, pensó Tsukishima.
El resto del almuerzo habían decidido hablar de otros temas, de nuevas canciones que habían salido, de que habría que ir a ver una película pronto, tal vez tener otra pijamada para estudiar, necesitaban un tiempo de calidad; rieron un poco cuando el tema de conversación fue Hinata, y que en vacaciones no había crecido ni una pulgada. Pero aun con eso Tsukishima seguía sintiéndose ¿roto?, le pesaba mucho el paso en la dirección contraria que había dado su amigo, pero era mejor no pensar en ello, para qué seguir atormentándose si ni siquiera entendía por qué se sentía de esa manera.
La semana había sido larga, mucho entrenamiento, muchas tareas, demasiado ruido, ver demasiadas veces a esos dos en momentos melosos, sobre todo por parte del castaño que no perdía oportunidad de robarle un beso al peliverde frente a sus ojos. Estaba seguro de que lo hacía a propósito, buscando la forma de molestarlo, o quizá sólo quería que dejará de hacer mal tercio al terminar la escuela; muchas veces pensó, en regresar sin compañía, pero la sola idea de dejarlos solos le estremecía. Al menos tendría la oportunidad de tomarse un buen descanso, ya que era fin de semana, quería desconectar su cerebro y dejar su mente en blanco.
Cuando llego a su casa, agotado y sin ánimo de hablar con nadie, subió de inmediato a su habitación sin decir palabra alguna; físicamente no se encontraba bien, sentía que pronto le saldría una ulcera si tenía que seguir soportando el ver como su amigo era devorado de un momento a otro mientras iba de camino a sus respectivos hogares; podía sentirse como el tiempo juntos se hacía menor, pese a que todos los recesos el peliverde lo pasaba con él, por insistencia del pecoso con el castaño de pasar la hora del almuerzo con su amigo y el resto del tiempo ya lo pasaría con Yoshida.
¿Porqué eso le afectaba tanto? Se había preparado mentalmente para ese momento, sabía perfectamente que llegaría el día en que Yamaguchi estaría pasando más tiempo con otras personas que con él, ¿acaso era el miedo de quedarse solo? Pues era su amigo, el único que tenía la capacidad de quedarse a su lado, si tenía en cuenta la pésima personalidad que se cargaba, pero nunca se había molestado en cambiar, en ser diferente, porque muy en el fondo sabía que solo necesitaba a Yamaguchi y a nadie más.
Tocaron la puerta, y él no respondió, quería que lo dejaran solo con sus pensamientos autodestructivos; pero pese a todo, su hermano abrió la puerta y se acomodó en la silla que tenía junto a su escritorio.
Tsukishima lo vio entrar y hacer todo su recorrido hasta que su hermano tomó asiento, lo miró con cara de pocos amigos y rezó porque no lo torturara más.
- ¿qué pasa Kei?
- nada
- de nuevo con eso, es evidente que te pasa algo
- estoy cansado eso es todo – tampoco era mentira, había tenido una larga semana de entrenamientos, ya que pronto iniciarían las competencias.
- podría ser, pero sé que si estuvieras cansado actuarias diferente, más irritado y menos enojado
- no estoy enojado, quiero dormir... vete
- hasta que escuche la verdad, me iré – le miró con el ceño fruncido, retando su paciencia – se que te traes algo
- ¿volviste a hablar con Yamaguchi? – preguntó irritado.
- no necesito hacerlo siempre, se nota a kilómetros que algo te está molestando
- que no es nada, déjame en paz de una vez – se revolvió en la cama, y giró mirando hacia la pared para ignorarlo.
- vamos Kei, habla conmigo – soltó un suspiro – no dejo de ser tu hermano
- ...
- ¿estas enojado porque Tadashi está saliendo con alguien? – soltó tanteando el terreno.
- entonces si hablaste con él – contestó con un tono molesto.
- no, el me lo contó ayer por teléfono, supongo que no quería que me tomará desprevenido si lo llegaba a ver con alguien – lo miró con atención, intentando descifrar sus reacciones – incluso a mí me sorprendió escucharlo de su propia boca, supongo que para ti fue igual o peor; aunque solo estoy suponiendo que, si llevas molesto toda la semana por algo, esa puede ser una buena razón – se rascó la nuca y agregó: - es normal que estés celoso
¿Celoso? ¿celoso de qué? Esas palabras le habían alterado en lo más profundo de sí, y es que esa emoción era la que mejor podía describir todo lo que había estado sintiendo todo este tiempo, pero quería seguir negándolo, no le gustaba lo que encontraría al aceptar esa respuesta. Intento controlar el tono de su voz lo más que pudo, intento sonar con su característico tono sarcástico.
- ¿por qué debería de estarlo?
- ¿por qué Yamaguchi pasa menos tiempo contigo? Ahora que lo pienso la vez pasada también te molestaste de que Tadashi le prestará atención a alguien más, y tomando en cuenta que la pequeña Hitoka no te gusta, entonces seguramente estas celoso de que alguien pueda robarte a tu mejor amigo – intentó hacer la mejor deducción que pudo del tema, aunque no estaba mal encarrilado, la realidad era un tanto distinta.
- el que no pasemos tanto tiempo juntos no significa que nos alejemos... ¿no? – comentó con un sutil rastro de ¿pánico? O tal vez ¿miedo? En la voz.
Su hermano pudo percibir, cierto temor en las palabras de su hermano, no esperaba dar en el clavo en el primer intento. Tomó uno de los dinosaurios de plástico que estaba en la repisa de la habitación y comenzó a jugarlo en sus manos.
- no, no significa que vayan a alejarse porque está saliendo con otra persona, pero, ¿Qué es lo que te molesta? ¿qué sea un chico?
- no, porque habría de molestarme algo como eso, ¿en qué año vives? – realmente quería que su hermano se fuera, si seguía con ello, estaba seguro que llegaría a un punto de no retorno, en donde ya no podría seguir escondiéndose o dar excusas.
- es bueno saber que lo apoyas en ese sentido – realmente lo decía orgulloso.
- la verdad es que no me queda de otra
- ¿qué quieres decir?
- nada
- bien, dejando de lado eso de lo que no quieres hablar... entonces, supongamos que estas molesto porque tu mejor amigo ahora está de novio y pasa menos tiempo contigo – quería que ambos estuvieran en sintonía para que pudieran hablar con sinceridad.
- supongo – finalmente aceptó, tal vez podría ser eso.
- ¿supones? ¿Qué otra cosa podría molestarte?
- no lo sé, quién dice que estoy molesto, ya dije que no lo estoy
- bueno tu humor es peor que cuando estabas enojado conmigo, y eso ya es decir mucho
Hubo un largo silencio, Akiteru dejó el juguete sobre la repisa de nuevo y se cruzó de brazos, esperando a que hermano siguiera hablando, podía ser idea suya, pero estaba más animado a hablar que otras veces.
- ... es solo que no pensé que sucedería tan pronto...
- ¿el qué?
- que Yamaguchi saliera con alguien más tan pronto, pensé que tendríamos más tiempo
- ¿qué quieres decir?
- yo sé que era inevitable que terminaría saliendo con otra persona, que sería el primero en enamorarse y pasar más tiempo con ella, es obvio, porque sé que aunque a veces él se menosprecia la gente termina queriéndolo porque es mucho mejor persona que yo... pero no imagine que sería tan pronto, y menos con ese sujeto, con una chica no habría problemas, pero porqué tendría que ser él – eso salió de su boca sin siquiera pensarlo.
- pensé que no te molestaba que fuera hombre
- eso no me molesta
A pesar de que su hermano era muy observador, no se había dado cuenta de los verdaderos sentimientos de ambos chicos; después de todo, él siempre los había visto como mejores amigos, incluso a veces se sentía un poco celoso de Tadashi, porque parecía más su hermano que él.
Por su lado Kei estaba seguro de que no le molestaba que, quien ahora estuviera saliendo con Yamaguchi fuera un chico, y al mismo tiempo si le molestaba que fuera un hombre. En ese momento pensó, que de haber sabido que existía esa ínfima oportunidad la habría tomado hace mucho, no se habría resignado tan fácilmente.
Kei se sumió en un profundo silencio, ignorando por completo la existencia de su hermano en la habitación; ¿qué era lo que estaba pensando? ¿Esos eran sus verdaderos sentimientos? Había estado tan asustado todo este tiempo de ser rechazado, solo por ser hombre; suponía que también lo había subestimado, al pensar que probablemente desecharía lo que sentía sin más, pero seguramente Yamaguchi se habría tomado su tiempo para corresponderle, habría sido cuidadoso. Lo sabía, así era él, era justo lo que estaba haciendo con Yoshida, lo cual era peor, pues no quería ser correspondido solo por compasión.
Todo este tiempo, de hacer sabido que tendría una oportunidad, de que Yamaguchi no tenía problemas en salir con hombres, todo ese tiempo se la pasó pensando en que su amigo terminaría encontrando una chica con la que estaría el resto de su vida y con ella formaría una familia, pero él podría haber tenido una oportunidad, su vista comenzó a nublarse, pensar en ello le rompía el corazón. No, tal vez estaba siendo cruel con su amigo, no importaba si había posibilidades de salir con hombres, si no le gustaba y si solo lo veía como un amigo, lo habría rechazado.
- estoy bien Akiteru, pero quiero estar solo – alcanzó a decir antes de que se le quebrará la voz.
- Bueno – no objeto nada, porque de verdad sintió que debía dejarlo solo, lo dicho había sido suficiente - pero sabes que aquí estoy si necesitas hablar – salió de la habitación con más dudas que respuesta, pero creyendo que su hermano podría resolver lo que sea que le estaba afectando.
Tsukishima se mordía el labio con gran pesar, pensar en que todo ese tiempo había estado queriendo a su amigo como algo más le partía el alma, por desaprovechar y desperdiciar el tiempo que pasaban juntos, estaba seguro que si se hubiera esforzado un poco más, ahora podría ser él quien estuviera en una relación con el pecoso.
Sacó su celular y revisó su galería, regularmente Yamaguchi tomaba su teléfono y comenzaba a sacar fotos de ambos, incluso había puesto una como fondo de pantalla en el móvil y Tsukishima no la había cambiado porque como excusa, no valía la pena perder el tiempo con ello, si dentro de unas semanas volvería a hacer lo mismo, pero lo cierto era que amaba ver ese rostro con una gran sonrisa, cada vez que la pantalla se iluminaba al prenderlo.
Pero ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿cómo es que no se había dado cuenta de que se había enamorado de su mejor amigo? ¿Es por eso que le dolía tanto verlo con alguien más? Lo que le molestaba era que Yoshida tuviera el valor de confesarse tan abiertamente, que no le importará nada más que llegar al corazón de Yamaguchi, y por otro lado, él había sido un cobarde que había dado por sentado todo, había dado por sentado que su amigo estaría a su lado siempre, había dado por hecho que Yamaguchi encontraría una novia y sería feliz con ella, y había dado por seguro que solo serían amigos por el resto de sus vidas y eso era todo lo que podía obtener. Es más, si lo analizaba con detenimiento, no combinaban para nada, alguien tan amargado como él y Yamaguchi siempre con una resplandeciente sonrisa, siembre habría sido así, desde niños, habían estado todo ese tiempo juntos, no podría decir cuando fue que se enamoró, definitivamente mucho tenía que ver con su gran corazón, y que pudiera comprenderlo mejor que ninguna otra persona.
Algo era cierto, estaba enamorado. Se había enamorado de Yamaguchi.
Terminando el entrenamiento a fuera del minisúper, Yamaguchi se recargo en la malla metálica un tanto cansado y otro tanto pensativo, pudo sentir como el metal a su espalda se expandía hacía atrás con su peso, Shimada con el balón en mano le miró y se acercó a él para imitarle y sentarse a un lado, el peso ejercido sobre la malla fue más fuerte, pero aun así resistía para cargarlos a ambos.
- ¿vas a decirme que pasa por tu cabeza?
- ¿tanto se me nota? – soltó una risa suave el peliverde, mirándole con unos ojos sinceros.
- eres un libro abierto Yamaguchi, hasta parece imposible que puedas guardar algún secreto
- auch – se quejó con un tono enfadado, pero lo hacía más en burla que en serio - ... la verdad, es que estoy saliendo con alguien, pero se siente extraño – confiaba en Shimada, así como en Akiteru y sobre todo en Tsukki, es por ello que, no ocultaría una parte tan importante de él.
- ¿alguien? – Shimada enarcó una ceja, esperando que solo intentará mantener el misterio.
- es que no lo conoces, es... un chico nuevo, de primero – dijo un tanto avergonzado por salir con alguien menor que él, pero era solo un año de diferencia – se llama Yoshida, es una persona realmente atractiva, es alto, es listo y muy ¿cariñoso?
- ¿me estas tomando el pelo?
- no podría ser capaz
- vaya, eso sí me toma por sorpresa, no me esperaba algo como eso
- ah sí, ¿Por qué? – preguntó realmente curioso el menor.
- no lo sé, siempre pensé que terminarías con alguien más – levantó sus hombros, intentando restar importancia al tema.
- ¿con quién? – entornó los ojos, con curiosidad.
- no importa, dime... ¿Qué pasa con ese chico de primero que te tiene tan perdido? ¿Yoshida, dices?
- si Yoshida, y no es nada realmente, quizá solo soy yo siendo un poco quisquilloso – tomó un poco de agua, y respiró hondo.
- si no estas tranquilo es por algo, vamos sabes que puedes confiar en mi
- lo sé – le sonrió, sabía que a él podía confiarle esto.
La luz del poste parpadeo un poco, dejándolos unos segundos a oscuras, Shimada jugaba con el balón entre sus manos, mientras ambos lograban escuchar el sonido de las cigarras.
- me siento intranquilo y con dudas sobre esto, es decir, sé que dije que sí, y de alguna manera quería que empezáramos a salir porque él me insistió bastante y no quería seguir dándole largas, pero no sé. Tsukki me preguntó si Yoshida me gustaba y respondí de inmediato que no lo sabía, que quería averiguarlo; pero me pregunto si eso está bien, o si es justo para él que empecemos con algo cuando ni siquiera estoy seguro de mis sentimientos, puede que acabe lastimándolo y no quisiera eso, me agrada realmente – se quedó en silencio mirando hacía sus manos, sin poder mirar el rostro del contrario – no quiero estar haciendo lo incorrecto
- realmente eres muy maduro
- que va, yo no veo nada de maduro estar tan confundido
- lo digo en serio, estás pensando en los sentimientos de los demás, es algo que pocos pueden hacer, no quieres lastimarlo
- supongo
- ¿y cuál es el problema?
- que le dije que sí, cuando ni siquiera estoy seguro de si me gusta; está claro que no siento rechazo hacía él, pero si me siento incomodo cuando intenta tomarme de la mano o besarme, nunca sé cómo reaccionar
- ¿has salido con alguien antes?
- no, es mi primera vez
- entonces es normal, supongo que solo tienes que ir acostumbrándote, son emociones nuevas para ti, a menos... – guardo silencio, y pensó seriamente como decir lo siguiente.
- ¿a menos? – insistió el chico
- puede que no te guste para nada y por eso te sientas incómodo, pero si dices que no sientes rechazo hacía él, yo opinaría que solo necesitas acostumbrarte, estas experimentando cosas por primera vez... pero no tienes que agobiarte por eso, tienes tiempo para ir aclarando tus sentimientos, si terminas con él tampoco sería tan malo, son jóvenes y no se va a acabar el mundo, a veces pueden volverlo a intentar si las cosas no salen bien la primera vez, lo importante es que después no te arrepientas de no haber hecho algo al respecto
- sigue siendo algo complicado para mi
- lo entiendo, pero sabes, de cualquier manera, podrías lastimarlo, si lo rechazas ahora, estará con el corazón herido, si lo dejas después estará con el corazón roto
- eso no me ayuda mucho – echó su cabeza hacía atrás, pensando en las palabras del mayor.
- no todo es blanco y negro, a veces es gris. Quiero decir, por lo menos ahora le estas dando la oportunidad de llegar a ti, a tu corazón, y si después de un tiempo termina no será culpa tuya, lo digo en serio, no puedes obligarte a sentir algo por alguien, y ya estas haciendo mucho, demasiado, con darle esta oportunidad aun sin estar seguro
- sigo pensando que no es justo para él
- podría intentar ser claro con él, decirle que estas descubriendo que sientes por él, porque es válido que no lo sepas ahora, no le debes nada solo porque él lo siente por ti
Ambos se quedaron en silencio, Yamaguchi podía entender lo que le estaban diciendo, sobre que él no debía cargar con ello si las cosas no funcionaban, pero al mismo tiempo no dejaba de sentirse culpable, sobre todo si le estaba dando falsas esperanzas.
- ¿tú te arrepientes de algo? – preguntó el peliverde.
- sí, de muchas cosas
- ¿de verdad? - le miró con un rostro bastante sorprendido, pues no esperaba que el mayor cargará con ese peso.
- la gente suele decir que no cambiarían nada, pero creo que si tuviera la oportunidad yo si lo haría
- ¿te arrepientes de salir con Yuusuke?
- no... no ahora
- ¿qué quieres decir?
- amo a Yuusuke, no hay dudas de eso; sin embargo, probablemente antes hubiera tomado otras decisiones que me hubieran llevado a no estar con él en este momento
- ¿Por qué?
- digamos que Yuusuke no fue mi primer amor, hubo alguien, por mucho tiempo de quien estuve enamorado
- ¿de verdad? ¿lo conozco? – preguntó un tanto emocionado.
- tal vez... Pero eso es parte del pasado ahora, por mucho que quiera regresar el tiempo, este no volverá y no hay manera de que lo pueda cambiar
- ¿qué paso? - insistió
- es un tanto difícil para mí hablar de ello ¿sabes?, creo que nunca fue nuestro tiempo, siempre hubo algo que se interpuso, el miedo, la duda, el qué dirán, no quería que me odiara ni me rechazara... luego cuando el tiempo paso, descubrí que él sentía lo mismo, pero yo ya estaba con alguien más...
Decir que cometió locuras, que dejó que sus deseos lo movieran, recordó haberse desecho en lagrimas cuando tuvo que dejarlo, a ese hombre lo había amado tanto, con todo su ser, con toda su existencia, pero en ese momento de sus vidas, seguir con ello acabaría lastimando a alguien igual de importante, y era por eso que ambos decidieron dejarlo, pese a que su amor era grande. Pero no podía decirle eso al menor, porque eran recuerdos que jamás deberían salir de sus pensamientos.
- qué triste – soltó con un pesar sincero en su voz.
- supongo que lo es
- me parece que es una buena razón para estar arrepentido
- solo promete que no le dirás a nadie sobre esto, eres al único al que se lo he contado
- no lo sé – le miró con unos ojos dudosos – he escuchado que tengo la cara de alguien que no sabe guardar secretos
- oh por favor gran Tadashi, le suplico que guarde los sentimientos de este triste tendero
- podría considerarlo, si el triste tendero promete guardar los míos
- mis labios están sellados - ambos rieron y se acomodaron un poco en el suelo, ya que sentían su cuerpo algo adormilado.
- ojalá hubieran podido estar juntos
- hubiera sido lindo, pero por eso mi consejo es que no te arrepientas de haber tomado unas cuantas decisiones, aunque tampoco debes forzarte a ello si no quieres
- lo tendré en cuenta, muchas gracias Shimada por confiarme esto
- eres mi pupilo, es mi deber que tomes lo mejor de mí y no repitas mis errores
- ahora... – hizo una ligera pausa, la verdad es que no iba a dejar que el mayor se le escapará sin que resolviera todas sus dudas - ¿con quién esperabas que terminaría saliendo?
- la curiosidad mato al gato Yamaguchi
- pero dicen que murió sabiendo – soltó una pequeña risa – además, si lo pensaste tan seriamente debes tener alguien en mente con quien quieras verme
- vamos, no quiero confundirte más de la cuenta, ya estas lidiando con esto, es más que suficiente para un adolescente que esta en conflicto con sus emociones, pensando en como enamorarse un chico guapo e inteligente, que pesar
- por favor, la curiosidad me está matando – rogó con unos ojos de cachorro, a lo que Shimada soltó un suspiro, al no poderle negar nada.
- bien, bien, te lo diré, pero promete que no te harás un lio en cabeza con esto
- prometido
- Yuusuke, Keinshi, algunos miembros de la asociación de vecinos y yo, principalmente yo – miró hacia otro lado, ligeramente avergonzado – pensamos que tú y Tsukishima serían la pareja oficial del equipo más pronto que tarde
A Yamaguchi se le subieron los colores al rostro, sobre todo al pensar que el entrenador Ukai compartía la misma idea, pero de inmediato soltó una pequeña risilla, era algo tierna, pensó para sus adentros un confundido Makoto.
- ¿me perdí de algo? – dijo el pelinegro aún sin comprender muy bien su reacción.
- de nada, me lo imagine por un momento, pero no sé si algo como eso podría suceder alguna vez
- ¿acaso no te gusta Tsukishima? – comentó en shock por la reacción, para ellos eso era algo que pasaría en cuestión de tiempo sí o sí.
- claro que me gusta, Tsukki es perfecto en todos los sentidos, aún su humor ácido que irrita a los demás a mi me encanta, también me hace sentir orgulloso ser su amigo, pero no lo veo, no sé, para mí sería extraño
- ¿qué quieres decir?
- no sé cómo explicarlo, Tsukki y yo hemos estado juntos, casi la mitad de nuestras vidas, es mi héroe sin lugar a dudas, pero no lo veo a él enamorado de mí. ¿Sabes cuántas chicas me piden favores, para que las ayude a conquistarlo? Demasiadas como para llevar la cuenta, a todas las ha rechazado, y – soltó un resoplido - algunas eran bastante hermosas, chicas inteligentes y divertidas, no podría competir con eso. Tampoco quiero hacerlo, Tsukki es especial para mí de mil maneras, al igual que tu Shimada, aunque para mi eres como una figura paterna o un hermano mayor – dijo con un tenue sonrojo y una sonrisa. Luego agrego: - no lo veo, a los dos juntos
- woao – comentó realmente sorprendido – pues es extraño, creo que la mayoría de nosotros creería que harían una buena pareja
- eso me hace feliz, de verdad. Si esta situación fuera con Tsukki, creo que no tendría las mismas dudas y todo sería más sencillo, creo que para mi sería muy fácil amarlo
Shimada no dijo más, dejo el balón a un lado, pues todavía había estado jugando con él entre las manos, miró al cielo estrellado y pensó en las palabras del menor, realmente lo considero alguien maduro para su edad, y estaba un poco celoso de ello, si él hubiera tenido esa determinación a su edad, probablemente algunas cosas hubieran sido diferentes en su presente.
Yamaguchi recargó su cabeza en el hombro del mayor, pensando en sus palabras e imaginando por un momento lo que le había dicho, se imaginaba a los dos felices, Tsukki y él, si algo como eso pudiera ser, probablemente las cosas serían diferentes.
Luego pensó en lo reconfortante que era estar con el contrario, se preguntó por un momento si algún día podría llegar a tener una plática así de profunda con su padre. Desde que su madre había muerto, su papá pasaba muy poco tiempo en casa, de hecho, cuando le anunciaron que lo transferirían a la central en Tokio, su padre fue el primero en decir que era mejor que él se quedará en Miyagi, para que no tuviera que vivir los cambios de una escuela nueva y hacer nuevos amigos, lo aceptó porque al final no quería separarse de Tsukki. Poco tiempo después un viaje que había hecho a Tokio para sorprenderlo por su cumpleaños, lo encontró con una mujer, no dijo nada al respecto, porque consideraba que su padre debía seguir su propia vida ahora que su mamá ya no estaba, y decidió que fuera el mayor quien le diera la noticia, quien le contará de su nueva relación y de su vida en Tokio; pero eso, extrañamente hasta el momento no había sucedido. Le mandaba mensajes de vez en cuando y volvía a la ciudad una o dos veces al mes, pero no se quedaba mucho tiempo y solo hablaban de cómo iba a la escuela, lo extrañaba, pero no lo culpaba, él sabía porque su padre estaba tan distante.
- ¡Tadashi!
Una voz a la distancia lo sacó de su ensoñación, mientras se erguía para mirar quien le hablaba con tanto enfado, sintió como una mano le jalaba para levantarlo y tirar hacia el castaño. Yoshida estaba de frente, con un rostro un poco encolerizado, no entendía porque tenía ese humor de la nada. No pudo ni siquiera reaccionar cuando le levantó y lo llevó casi a rastras a otra dirección lejos del minisúper, solo pudo voltear a ver al pelinegro que se estaba incorporando con un rostro igual de confundido que el suyo, así que sólo levantó su mano para despedirse y tranquilizar al mayor.
Ya a una cierta distancia, después de haber sido tirado del brazo por un largo trecho, el castaño se paró de golpe y volteo a mirarlo con el ceño fruncido.
- ¿es que acaso amas verme celoso?
Yamaguchi abrió los ojos como platos, sin entender la pregunta, de hecho, no sabía ni de donde había salido Yoshida, no recordaba haberle dicho donde se encontraba la tienda donde trabajaba Shimada, ni siquiera que estaría ahí.
- ¿perdón?
- Si, siempre que me doy cuenta estás pendiente de alguien más, Tsukishima, Kageyama, Oikawa, ese tipo de allá – refiriéndose a Shimada.
- Yoshida, no sé de qué hablas, ¿Oikawa? ¿es en serio? Si hable con él, es porque insististe en ir a ver su partido, a mí ni siquiera me agrada, ya sabes que Tsukki es mi mejor amigo, a Kageyama solo le doy los primeros auxilios cuando se lastima al igual que al resto del equipo, y Shimada es para mí más como un padre o un hermano que otra cosa. De verdad que no comprendo porque te pones así, cuando no he hecho nada malo – respondió con los brazos cruzados, después de haber hecho un ligero esfuerzo para soltarse - ¿y que haces aquí? ¿acaso me seguiste? – tenía el ceño fruncido, y movía la pierna esperando una respuesta.
- no, no te seguí, me perdí – lo cual era cierto, había dado una vuelta mal en algún lugar y después de mucho caminar había terminado del otro lado de la tienda - ya te he dicho que tengo un pésimo sentido de orientación, llevo un rato andando buscando el camino, me metí a la tienda para pedir informes de como llegar a la estación cuando te vi muy acurrucado al lado de ese tipo, obviamente voy a molestarme si veo algo así - pusó los brazos en jarras, intentando calmar su ánimo, estaba demasiado alterado, pero estaba haciendo un esfuerzo por no gritar, pero aun así el tono de su voz era más alto de lo normal.
Yamaguchi entrecerró los ojos, discerniendo si creerle o no, hasta ahora nunca lo había visto perderse, y ya llevaba un buen tiempo en Miyagi, como para reconocer el camino de la escuela a la estación; pero decidió hacerlo y darle el beneficio de la duda. aunque era fin de semana, que razones habría para que estuviera ahí, tan tarde.
- no estábamos haciendo nada, solo hablábamos después de practicar, estaba cansado y me recargue sobre él, Shimada es como un padre o un hermano para mí ya te lo dije
- bien te creo - ya se había calmado un poco más.
- aunque no me creyeras, tampoco te debo explicaciones, aunque cualquier persona esté interesada en mí, tú deberías confiar en que te voy a dar tu lugar - comentó molesto.
Notó como Yoshida, apretaba el mentón aun enfadado, pero sin querer responder para no hacer eso más grande, él por su lado logró calmarse un poco y soltó un suspiro, no servía de nada seguir peleando, le miró a los ojos, a lo que el contrario esquivó la mirada, por lo que le tomó de las mejillas e hizo que lo viera directamente a los ojos.
- hablo en serio, estamos saliendo y deberías confiar un poco más en mi
- lo hago, pero no confió en los demás
- ¿Qué voy a hacer contigo? – Yoshida le había devuelto la mirada, ahora lo veía con tanta intensidad que se sintió un poco cohibido.
- te quiero – soltó el castaño mientras le rodeaba con los brazos, apretándolo en un dulce abrazo.
Yamaguchi no respondió de inmediato, se sorprendió por lo repentino que había sido eso, sintió como se le aceleraba el pulso, aún estaba incomodo por los avances del contrario, pero recordó a Shimada diciéndole que a lo mejor debía acostumbrarse, tal vez era eso, quizá con el tiempo pudiera corresponderle a Yoshida como era debido.
- yo... también – solo pudo decir eso y le devolvió el abrazo, con la posibilidad de que eso pudiera tranquilizarlo un poco. La culpa le comía.
Solo tenía que hacer una cosa, decirle a Yoshida que en ese momento no podía corresponderle pero que lo intentaría, pero en ese momento, cuando le miró a los ojos, pensó que no podía lastimarlo de esa manera, Yoshida había dejado tantas cosas atrás por él, simplemente sentía que no era correcto dejarlo sin la respuesta que el chico quería.
