Era fácil recordar la primera vez que terminaron, Hideo en un principio le hizo saber que no tenía problemas en hablar de su relación con los demás, sin embargo Chikara sabía que la principal razón por la que no lo habían hecho público es porque él se lo pidió, pero al paso de las semanas, esos maravillosos días en los que la pasión era desbordante, comenzaba a pensar que quizá no era tan mala idea decirle por lo menos a sus amigos, que por lo menos solo ellos supieran que el chico por el que todas morían, era suyo, pero al mismo tiempo le preocupaba cómo lo tomarían.
Cuando se presentó la oportunidad de que Oujiyama hiciera la mención del hecho con un pequeño grupo de amigos a los cuales era bastante cercano, quienes le cuestionaron porque de repente pasaba tanto tiempo con el chico de segundo, que se sentían un poco abandonados porque siempre que hacían planes él ya estaba ocupado con el pelinegro, e hicieron bromas y comentarios con insinuaciones de que quizá estuvieran saliendo y no solo como amigos, Ennoshita estuvo presente casi al final de la conversación y solo pudo escuchar al rubio excusándose de que no era así, que solo pasaban tiempo juntos porque Chikara se lo había pedido, para ver cómo se comportaba un verdadero capitán y cómo pago el pelinegro le ayudaba con algunas materias que se le complicaban. Ennoshita se sintió decepcionado, pero quiso creer que lo estaba haciendo por él.
Unos días después Ennoshita le dijo que probablemente estaba más preparado para hacerlo público por lo menos con sus amigos, para que no tuvieran que estar escondiéndose todo el tiempo o poniendo excusas, pero la respuesta de Hideo fue la que le sorprendió, le dijo que en ese momento no podía hacerlo, porque quizá eso podría desacreditarlo con su equipo, y que no quería que eso afectara en sus juegos, que estaban teniendo una buena temporada en las competencias de tenis y que no quería distraerlos con nimiedades, lo cual le lastimo; pero una vez más, pensó que estaba exagerando la situación. Aun así sus inseguridades aumentaban con cada día que pasaba y lo hacía sentir que su relación realmente no importaba; cuando le hizo saber a Hideo sobre cómo se estaba sintiendo al respecto, el rubio le dijo que estaba haciendo grande algo que ni siquiera era un problema, le sacó en su cara que él había sido quien había insistido en mantenerlo en secreto y que solo se estaba esforzando por cumplir su petición y que en vez de agradecido solo recibía reclamos; Chikara comenzó a darle la razón y pensó que eso quedaría ahí, que después tendrían tiempo de hablar de ello y resolverlo.
Pero un día, Hideo le dijo que era mejor terminar sobre todo porque desde un principio estaba dudando de sus sentimientos, y que era algo que él no podía tolerar, fue un duro golpe para Chikara, pero también pensó que lo mejor era terminar, ya que ni él confiaba en sus propias emociones y se culpó por la ruptura, pensando que sería egoísta retener algo que no estaba funcionando.
Y mientras creía que podía seguir adelante, convenciéndose así mismo que no se había enamorado lo suficiente para que eso lo rompiera de verdad, pero por dentro sabía estaba devastado. Su crisis no duró mucho su crisis, un par de semanas después Hideo se acercó para disculparse, se excusó diciéndole que los partidos lo tenían demasiado presionado y que simplemente había explotado con él sin quererlo, que lo extrañaba más que nada, que había sido su error terminar y no tomarlo en serio. Se disculpó seriamente y lo colmó de besos y afecto a lo que Chikara no pudo resistirse a perdonarlo y regresar con él; aunque terminaron varias veces alrededor de los meses, todas finalizadas por Hideo, por las mismas razones. El pelinegro por fin comenzó a darse cuenta que eso no les hacía ningún a los dos.
Había sido un largo segundo curso, ya se sentía sin ánimos en los meses finales del año, con el adelanto de que probablemente el sería el futuro capitán del equipo, lidiar con la final en Tokio y llevar a cuestas una relación que no estaba yendo a ningún lado, y que el chico que te gustaba ponía cada vez menos interés en sacar las cosas adelante.
Además, al ser Hideo un chico de tercero y capitán del club de tenis, tenía una fuerte presión por los finales, los exámenes de ingreso, buscar que algún reclutador le llamará para conseguir una beca, el tiempo que pasaban juntos se había reducido, los mensajes y las llamadas eran casi escasas, muchas veces Chikara se sentía olvidado; hizo varios intentos para aliviar las cosas, pasar sus últimos momentos de escuela juntos, ya que el siguiente año Hideo estaría en la Universidad, pero una vez más el rubio minimizaba la situación y le decía a Ennoshita que debía entender que era mucho más importante su ingreso a la Universidad que pasar tiempo con él.
Con ello, Chikara comprendió que esa relación había dado todo lo que tenía que dar, que no había nada más que pudiera hacer, pese a que lo amaba, a que se había hecho adicto a estar junto a él, a que su piel lo extrañara por las noches, sabía que por su bien y por el de Hideo lo mejor era que terminaran finalmente, en ese momento en el que no estaban mal, aunque tampoco estaban del todo bien.
Ennoshita le dijo a Oujiyama que lo mejor para los dos era terminar, que él con su participación en las finales de Tokio y el rubio con su estrés por entrar en la Universidad, no quería que simplemente terminaran mal u odiándose, que incluso estaban dirigiéndose a un punto de no retorno y que lo mejor era tomarse un tiempo sano, y que quizá, podrían regresar más adelante, cuando ambos se establecieran adecuadamente en la Universidad, incluso podría buscar una escuela que les permitiera estar a menos distancia o algo parecido, que era mejor terminar bien y como amigos sin conflictos. Hideo al principio no lo tomo tan bien, le reclamó el no intentarlo lo suficiente y poner excusas para terminar así sin más, pero finalmente aceptó e intentaron alejarse uno del otro.
Durante vacaciones, Hideo lo busco para pasar un tiempo juntos, disfrutando de lo compatibles que eran en la cama, diciéndole lo mucho que lo amaba y cuánto lo extrañaba, pero sin insistir en regresar, por un momento el rubio pensó que era mejor la relación abierta que estaba teniendo en ese momento.
Pero el punto de inflexión llegó cuando algunos amigos de Hideo con los que había llegado a llevarse bien, le contaron lo coqueto que siempre era con las chicas del curso, y como había estado con varias de ellas a lo largo del año escolar; haciendo cuentas sabía que no había sucedido mientras estaban juntos, cada una de esas aventuras habían transcurrido en los periodos en los que habían terminado. Ennoshita se dio cuenta de lo ingenuo que había sido durante todo ese tiempo, porque simplemente había caído en las constantes promesas de amor; se sintió usado y menospreciado, por lo que cuando Hideo lo busco para hacerlo una vez más, él lo enfrentó y le reclamó lo que había hecho, el rubio le recalco que jamás había sido infiel, que lo había respetado mientras estaban juntos y que estaba exagerando una vez más las cosas. La pelea aumento, los gritos, la impotencia y todo lo demás, Chikara le dijo que no quería volver a verlo.
Y, sin embargo, pese a todo lo que había pasado, Hideo estaba ahí, frente a él, sintió cómo le temblaban las piernas, y como sus sentimientos se arremolinaban en su pecho; pese a que su corazón estaba siendo tomado por alguien más, no podía evitar que este se derritiera cuando el chico que amo estaba frente a él "luchando" porque lo que alguna vez habían tenido, para que no quedará atrás.
Agradecía que las prácticas hubieran terminado y que sus compañeros se hubieran ido ya, odiaría que alguien lo viera en esa penosa situación, en la que estaba poniendo todo su esfuerzo por que sus lágrimas no se mostraran e ir corriendo a sus brazos una vez más y decirle lo mucho que lo había necesitado.
- ¿qué haces aquí? - soltó con firmeza.
- quiero hablar contigo, y ya que no contestas el teléfono, aquí me tienes
Le miró con unos penetrantes ojos miel, le dedicó una sonrisa que reflejaba cierta tristeza, eso hizo que Ennoshita sintiera que su juicio iba a perderse pronto, hacía un poco de frío, pero sentía que sus mejillas estaban ardiendo.
- el hecho de que ignore tus llamadas no te dice algo - desvió la mirada.
- sé que sigues enojado por lo que te contaron
- tú me lo confirmaste
- no tengo porque mentirte, no hice nada malo
- solo terminar conmigo cada vez de que querías tener una aventura con alguien más
- las cosas no fueron así
- ¿no estuviste con otras personas?
- si lo estuve, pero no te termine para hacerlo, esas cosas pasaron sin que yo lo buscará, ellas vinieron a mi incluso cuando estábamos saliendo y solo las acepte cuando no lo estábamos
- woao, no pues, ¿gracias? – Ennoshita puso los ojos en blanco, y quiso irse lo antes posible.
- no vine aquí a pelear, ¿no podemos dejar todo esto atrás y empezar de nuevo, tú y yo somos tan compatibles, ya me he adaptado a la Universidad y sé que puedo venir cada fin de semana a verte, de verdad te extraño
- ¿por qué crees que iba a esperarte hasta que pusieras tu vida en orden? Quiero decir, si sé que te dije que podría llegar a pasar, pero eso fue antes de saber de todas tus aventuras, y no quiero estar preocupado todo el tiempo si estas con alguien más
- ya te dije que eso no va a volver a pasar, lo último que quiero es lastimarte, quiero que estemos bien y tengamos una relación estable, eres el único con el que he conectado, estar contigo no me parece vano, yo sé que también me extrañas, al menos lo que te hago sentir
Hideo se acercó a Ennoshita, arrinconándolo contra la pared, levantó su mano y la pusó sobre la mejilla del pelinegro, pasando suavemente sus dedos sobre los labios de este, lo que provocó un leve suspiro en Ennoshita, pero quitó la mano del contrario de inmediato, haciendo un gran esfuerzo para no caer por él.
- ya te he dicho, que ahora hay alguien más
- ¿y ya estas saliendo con ese tipo? – Ennoshita desvió la mirada, y se mordió el labio sabiendo que no era así – lo ves, puedes intentar mentirme, pero yo sé que no hay forma de que me olvides
- ¿qué? Estás loco, él y yo estamos bien así como estamos, no tengo ganas de quedarme perdidamente enamorado de otro chico hetero que este conmigo solo por curiosidad
- no tiene mucho que terminamos, ¿enamorado, dices?
- tal vez dejé de amarte poco a poco cada vez que terminábamos, tal vez, así como te iba dejando atrás él entraba en mi vida, lentamente
- mientes - lo escrudiñó sin creer lo que decía.
- no tengo razones para mentirte, lo nuestro ya termino, y nada bueno saldrá si regresamos porque no nos hacemos bien
- ¿quién es él?
- no tienes por qué saberlo, eso es solo asunto mío
- y de verdad crees que él podría llegar a hacerte sentir lo que yo, hacer que tus piernas tiemblen con solo tocarte, nadie te conoce mejor en la cama, donde sientes cosquillas, que partes de tu cuerpo se estremecen y te vuelven sensible – Hideo volvió a poner sus manos sobre el cuerpo del pelinegro, pasando sus manos sobre sus costados y pegándose más hacia su cuerpo, dando ligeros besos en su mejilla – yo sé que me deseas tanto como yo a ti – susurró en su oído.
Tenía razón, una parte de él todavía lo deseaba, podía recordar con claridad cada noche que estuvieron juntos y como lo hiso sentir, siempre había tenido tanto cuidado al tratarlo, en la cama siempre lo había hecho sentir amado.
- pese a que eso podría tener algo de verdad, ya no quiero – pusó un enorme esfuerzo para separarlo de su lado, no quería volver a ese abismo, porque fuera de la cama no había nada que los uniera – ya te he dicho que hay alguien más, realmente me gusta
- ya me has dado a entender que no va a corresponderte, ¿para qué aferrarte?
- porque me hace mucho bien, porque me basta con que sea mi amigo, porque se preocupa por mí, y seguramente un sinfín de razones que sigo descubriendo, pero prefiero eso a estar estancado contigo – Hideo le tomó del brazo, con fuerza, queriendo hacerle entender que lo mejor era estar juntos.
- no te das cuenta que me estas lastimando
- y de verdad que no quiero hacerlo, ahora mismo sé que, lo que me está haciendo dudar de no caer en tus brazos, es el tiempo que pasamos juntos
- podemos retomar las cosas, y si no podemos volver a empezar – dijo Hideo, apretando más su agarre.
- Hideo ahora tú me estas lastimando, de verdad lo siento, pero yo ya no quiero volver, no ahora y probablemente no después, terminemos esto bien, sin odiarnos como prometimos – dijo mientras se removía en un intento de soltarse del agarre.
- es que no entiendes que no puedo estar sin ti, me haces mucha falta, nadie llego a mi como tú lo hiciste, me cambiaste de tantas maneras que hay veces en las que ya no me reconozco
- tú también me cambiaste, – respondió con una voz temblorosa - pero también hiciste realidad los miedos que sentía cuando comenzamos a salir, y creo que no es justo que me sigas empujando por un camino sinuoso que me quite toda la estabilidad. Y, por otro lado, él arroja luz al sendero que tu ensombreciste y siento que puedo seguir adelante, pienso que estar enamorado vale la pena y que pese a que es seguro que él nunca me corresponda, quiero caminar a su lado y ... eso es algo que tú jamás me hiciste sentir – miró al rubio a los ojos de manera intensa, sabiendo que aún tenía sentimientos por él, pero que era mejor dejarlos atrás.
- cómo puedes decir eso, cómo puedes ser tan cruel – en la mirada de Hideo podía notarse la decepción, estaba herido – yo vine aquí, tragándome mi orgullo, prácticamente a rogarte, ¿sabes cuantas personas quisieran estar en tu posición?
- es bueno saber que hay personas esperando por ti, eso debería hacer esta separación menos dolorosa – en su voz podía notarse un deje de dolor, al escucharlo expresarse así.
- pero yo solo te quiero a ti – aún con su agarre, le movió bruscamente en un intento desesperado porque reaccionara y volvieran a estar juntos. Ennoshita hizo una mueca de dolor, pues le estaba enterrando los dedos, lo que le lastimaba bastante, después de todo era un jugador con un fuerte agarre.
Mientras Chikara intentaba pensar como terminar finalmente con ese momento, que todo terminara en paz y que no tuviera que lidiar con esa situación más adelante, mientras soportaba el dolor, una mano se asió fuertemente de él, pero al mismo tiempo era un agarre suave y protector; al tiempo que, con la fuerza de una mano empujó al rubio deshaciendo el agarre y alejándolo de ellos. Miró al chico que lo había ayudado, completamente confundido y sin aliento cuando se fijó quien le tomaba de la mano y estaba ahí como un caballero con armadura buscando protegerlo, no era nadie más que Ryunosuke.
Pero, ¿qué estaba haciendo ahí? Hace rato que la práctica había terminado, todos habían regresado a casa y él había sido el único que se quedó para terminar de limpiar el gimnasio, entonces por qué él estaba ahí, era tan vergonzoso, era la última persona que deseaba que lo viera en esa situación, que lo descubriera, se sentía como si le hubieran dado un puñetazo en la boca del estomago, porque estaba sin aire. Hideo también estaba sorprendido porque lo interrumpieron de la nada.
- ¿qué te pasa idiota? ¿quién eres? – le había costado mantenerse en pie, pues después del empujón había trastabillado un poco – y por qué te metes en asuntos que no son de tu incumbencia
- claro que me importa, sobre todo si te metes con el capitán de nuestro equipo
- espera, yo te conozco, eres el tarado que compitió conmigo en el festival deportivo
- y te gane imbécil
- tu equipo fue descalificado
- pero yo te gane a ti, eso es lo que importa. Aunque ahora es más importante que no vuelvas a poner una mano sobre Ennoshita, no sé quién te creas, pero él tiene personas que van a defenderlo a capa y espada de idiotas como tú
- Chikara, puedes decirle a este tarado que se vaya por donde vino, esta conversación solo nos incumbe a los noso... – había dirigido una mirada al pelinegro, cuando se dio cuenta de que tenía su rostro completamente rojo, y no miraba a ninguno de los dos, al tiempo que bajaba su vista y darse cuenta de que prácticamente se estaban tomando de la mano – no – soltó con una risa ahogada – tiene que ser una broma verdad ¿Chikara?
- déjalo ya en paz o quieres que te parta la cara – respondió Tanaka con un gesto amenazante en el rostro.
- no puedo creerlo, no puede ser posible. En serio me estas rechazando porque quien te gusta es este payaso – le dedicó a Tanaka una mira con desdén y burlona de su apariencia – no tiene ningún atractivo – comenzó a reírse sin creer que eso fuera posible, porque para él claramente era muchísimo mejor que el pelado.
- oye, ¿de qué estás hablando? – respondió Tanaka sin entender a lo que se refería.
- y sobre todo es un bruto, se nota que no tiene una pizca de inteligencia, tus gustos han ido en declive al parecer
- no... – Ennoshita no había podido hablar, todavía estaba en shock por la repentina aparición de Ryunosuke, podía sentir como sus mejillas ardían; y por otro lado no quería que el pelado siguiera involucrándose en esa situación, ya era bastante vergonzoso. Así que hizo un gran esfuerzo para reunir valor y poder encarar al rubio – no es a...
- sí, yo le gusto, soy su amigo después de todo y si tienes un problema ven que te voy a dar razones de sobra para que te molestes más– respondió Tanaka levantando un puño en dirección al rubio, con una mirada fiera. Seguía sin entender la situación, pero el otro mencionaba tanto la palabra gustar, que supuso que lo mejor era seguir por esa línea – y si ya no tienes nada que hacer aquí, será mejor que te largues de una vez
- mírate, ni siquiera entiendes de lo que estás hablando y, aun así, aquí estás estorbando – Hideo entendía que probablemente el contrario no comprendía muy bien la situación
- qué se supone que tengo que entender, eres solo un tipo molesto que está aquí acosando a un chico, solo porque a él ya no le gustas más, yo creo que él tiene todo el derecho de querer a quien se le dé la gana
- no comprendes que eres tú quien le gusta, ¿no te desagrada?
- a Ennoshita le gustamos todos los del equipo, ¿hay algún problema con eso?
- de verdad que eres un idiota, a Chikara no solo le gustas como un amigo, él está perdidamente enamorado de ...
- cállate de una vez – respondió el pelinegro, asustado de que pronunciara esas palabras frente a su compañero de equipo, porque a él solo le bastaba estar a su lado, sanar de a poco con su apoyo, pero si se enteraba de lo que realmente sentía, sería demasiado, probablemente su relación cambiaría por completo, no podría soportarlo – esto no tiene nada que ver con Tanaka, él solo está aquí defendiendo a un compañero de equipo, porque a diferencia de ti, él entiende lo que es la lealtad, no tienes que meterle ideas raras en la cabeza solo porque estás suponiendo cosas. Todo lo que estás haciendo ahora es ridículo, lo haces porque herí tu orgullo, lo siento ¿ok?, de verdad que te quise, y mucho, probablemente te siga queriendo por un largo rato, pero volver contigo sería sentenciarme a vivir en la incertidumbre y no quiero eso, lo siento, de verdad lo siento, pero esto termina hoy y aquí, no vuelvas a buscarme – dicho eso, aun sosteniendo la mano de Tanaka, pusó fuerza en él para jalarlo y llevarlo lejos de ahí antes de que siguiera descubriendo cosas que terminarían afectando el ritmo que tenían – vámonos Tanaka, es hora de regresar
- No te dejes engañar, de verdad es un maestro en hacer que los hombres caigan por él para luego romperlos – gritó Hideo, en un acto desesperado y deseando que lo que fuera a pasar entre ellos dos jamás funcionará.
Chikara jamás odio tanto el silencio, como en ese momento, habían salido ya de la escuela sin decirse ninguna palabra, caminaban en silencio sobre el solitario camino de tierra, ahora que lo pensaba había dejado sus cosas en el vestidor, ya volvería el día siguiente por eso. Una parte de él seguía sin creer lo que había pasado, que Hideo hubiera ido a buscarlo, sabía que por un momento había estado a punto de caer de nuevo por él, pero estaba más sorprendido de que Tanaka hubiera aparecido de la nada, pero también estaba un poco agradecido de que apareciera, porque no hubiera tenido la fortaleza de dejar en claro que todo había terminado.
- Ennoshita, ¿estás bien? – preguntó Tanaka algo preocupado, a lo que el pelinegro se detuvo de golpe y volteo a mirarlo con cierta tristeza reflejada.
- estoy bien, gracias por lo de allá atrás – se dio cuenta que aun sostenía la mano del contrario y la soltó de inmediato – lo siento, creo que será mejor que vuelvas a casa de una vez, yo estaré bien, necesito pensar – le vio a los ojos y sonrió con cierta tristeza – solo
- ah no, eso sí que no, yo no me voy de tu lado hasta que esté seguro de que estas bien
- ya te dije que lo estoy, esto de ahora no es nada, no es la primera vez que discutimos
- ¿Por qué ese chico se comportaba como un idiota?
- porque lo es, pero yo también tengo un poco de culpa, de verdad no tienes porqué preocuparte, ya está solucionado, sé que no volverá a molestarme por un buen rato, tiene... ambos tenemos mucho que digerir, fuiste de ayuda de verdad, muchas gracias, pero no tengo el ánimo de hablar
- entonces no diré nada, me quedaré más callado que un ratón, pero no pienso dejarte solo, ya sé cómo te pones cuando la estas pasando mal, y a menos que no me quieras de nuevo corriendo detrás de ti es mejor que me dejes quedarme a tu lado hasta que me asegure de que vas a estar completamente bien
- qué dices – le miró tiernamente y estalló en risas. De verdad que lo amaba, aunque muchas veces era un inmaduro, a veces un poco bobo, pero de verdad era un tipo en el que cualquiera podría confiar, exudaba seguridad a donde quiera que iba, suponía que era eso lo que más amaba de él, que era leal consigo mismo y sobre todo su preocupación desinteresada por los demás – gracias Tanaka – dejó caer su cabeza sobre el hombro del contrario, conteniendo el llanto, solo necesitaba un lugar seguro en el que permanecer en ese momento – sintió como unos fuertes brazos le rodeaban, lo sostenían y lo consolaban. No tuvo ningún pensamiento, sólo un profundo agradecimiento de poder contar con él en ese momento.
- vamos, te acompañare a casa
- bien
El contrario había permanecido en silencio como había prometido, aunque durante el trayecto al pelinegro le dio la sensación de que parecía algo pensativo. Después de un rato, estando fuera de su casa con la puerta abierta, Chikara no pudo evitar ponerse nervioso, jugando un poco con sus pies se levantó en puntillas un par de veces y luego se plantó en el suelo firmemente.
- bien, entonces te veo mañana, una vez más gracias por lo de hoy – la verdad es que deseaba escapar lo antes posible.
- ya que insistes, aceptaré un vaso de agua – respondió Tanaka, abriéndose paso dentro de la casa.
- ¿a dónde crees que vas? – puso sus manos sobre la cintura sin dar crédito a lo descarado que podía ser su compañero.
- adentro, ¿no es obvio? – al parecer el vice capitán sabía que si lo dejaba solo iba a desmoronarse y quería evitar eso.
- espera
- ahora que lo pienso yo nunca he venido aquí
- será porque siempre te escapas con Noya, cuando los invito a estudiar
- siempre puedes invitarnos para hacer otras cosas – decía mientras daba una repasada a su casa, y veía las fotos familiares.
- ah sí, ¿cómo qué?
- videojuegos, una pijamada, fiestas, lo que sea menos estudiar
- prefiero salir para hacer esas cosas – enarcó una ceja – en casa estudio
- ¿tú, salir? – le miró con cierta duda de que eso fuera posible.
- a decir verdad, salgo bastante
- ¿con quién?
- amigos
- ¿tienes otros amigos?
- de seguro crees que mi vida se reduce a la escuela y el vóley
- pues honestamente me resulta difícil verlo diferente – puso las manos dentro de sus bolsillos dudando de sus palabras, pues era cierto que lo veía más como un chico ermitaño y que su círculo social se reducía solo al equipo de vóley y sus compañeros de clase.
- supongo que antes era algo así, pero salí de mi zona de confort y me aventure a muchas cosas nuevas
- me doy cuenta
- ¿qué quieres decir?
- nada realmente, ¿cuál es tu cuarto?
- sígueme – soltó con un suspiro, sin saber a dónde llegaría esa conversación y tampoco quería averiguarlo, pero estaba expectante por ello.
- libros, mangas, dvd's, discos, no sé porque me imagine que así sería tu habitación
- parece que me conoces bastante bien
- pues, parece que no de todo
- ok, ya basta si tienes algo que decir, dilo ya, seré honesto contigo – Ennoshita se dejó caer en la cama, sabiendo que el contrario seguramente tenía muchas dudas de lo que había pasado con Hideo.
- Yo... no quería escuchar, solo me sentí mal con dejarte la limpieza y decidí regresar por ti para irnos juntos, pero de repente vi como ese tipo te llevo detrás del gimnasio
- espera, me estás diciendo que estuviste escuchando desde un principio – que horror, había sido solo vergonzoso si hubiera llegado al final de la discusión, pero sentía que en ese momento podía esconder su cabeza debajo de la tierra y no salir nunca más.
- no quise escuchar, te lo prometo, yo solo me quede a un lado, sin saber qué hacer, pensé que lo resolverías, pero sentía que no era buena idea dejarte solo, así que solo espere
- ya veo – respondió con su cara hundida entre sus manos, intentando ocultar que estaba muerto de la vergüenza.
- me sorprendió, eso es todo, yo no sé, no pensé que podrías reaccionar así
- ...
- ¿él era tu novio? – se acercó para sentarse a un lado de él en la cama.
- si
- ¿te gustaba? – no lo estaba mirando a la casa, había dirigido su vista a una estantería con varios libros, intentaba hacer que pareciera como si estuviera leyendo los títulos.
- mucho
- ¿cuánto tiempo estuvieron juntos?
- es difícil decirlo, lo escuchaste, terminábamos y volvíamos varias veces – se encogió de hombros, y se acomodó sobre la cama, con la intención de alejarse un poco del chico frente a él.
- le dijiste que había alguien más que te gustaba
- lo sé – él también desvió a mirada, tenía miedo por lo que fuera pasar, si pudiera elegir preferiría no abrir más su corazón, pero también tenía curiosidad.
- él dijo que era yo – pudo escuchar como Chikara pasaba un poco de saliva, se notaba que esa afirmación lo había descolocado.
- eso dijo – si Tanaka lo hubiera visto directamente a la cara, se habría dado cuenta de un sonrojo inmenso por parte del pelinegro.
- ¿es verdad?
- ¿qué pasaría si fuera así?
- no sé
- eso... no es así, solo lo dijo porque llegaste de repente y me sorprendiste, por eso reaccione así y Hideo se hizo ideas en su cabeza, eso es todo – mintió, no podía enfrentarlo, una parte de él no quería ser rechazado.
- dijiste que serías honesto – finalmente volteó a mirarlo, esperando descubrir la verdad en su rostro.
- ¿qué es lo que quieres escuchar?
- la verdad
- ¿y qué harás con ella? – le devolvió la mirada, sus ojos se veían cristalinos, pues esa situación lo dejaba un poco vulnerable.
- no sé
- si no sabes qué hacer con la verdad, para qué quieres escucharla
- tal vez lo averigüe si lo escucho – también se acomodó sobre la cama, para quedar de frente.
- ¿quieres romperme el corazón? Está bien, supongo que es mejor así – pensó por un momento que era lo mejor, terminar con esto ahora, ya que no podía esconderlo más, tal vez ser un poco valiente no sería tan malo.
- no quiero hacer eso, pero creo que necesito escucharlo
- me gustas
- ¿cómo amigo? – quiso asegurarse para evitar que hubiera confusiones más adelante, ya que quería que las cosas fueran claras entre los dos.
- como el tipo atractivo que eres – confesó, con el rostro aun rojo.
- pensé que era un tonto
- un tonto apuesto, supongo
- es raro
- ¿el qué?
- pensé que no me agradaría escuchar eso de otro hombre - confesó, quería ser sincero.
- ¿no te desagrada? – eso le daba un poco de esperanzas, lo que le hacía sentir más inseguro.
- me siento un poco emocionado
- estas siendo un tonto ahora mismo
- ¿qué te gusta de mí? ya dijiste que soy leal, pero espero que eso no sea lo único – Chikara soltó un suspiro, sin esperar que esa pregunta, no estaba seguro si debía responder aquello, pero lo hizo.
- eres gentil, te preocupas por otros, pese a que eres un cabeza hueca sé que puedo contar contigo en los momentos difíciles, creo que eso es lo que más me gusta de ti, que cuando he estado en mi peor momento has estado conmigo, no me dejas caer, eres como una luz en medio de la penumbra, si tuviera que describirlo, es así como me haces sentir
- ¿cuándo pasó? – preguntó con un ligero sonrojo en las mejillas. Nunca pensó que escuchar esas palabras le harían así de feliz.
- de eso no estoy seguro - se encogió de hombros - un día simplemente me di cuenta que no te quitaba la vista de encima, parecías confiable y un poco encantador, aunque no te costaba arruinar la magia
- ¡oye!
- y sin embargo estaba embelesado con cada aspecto tuyo
- veo que él te hizo mucho daño
- no es fácil aceptar algunas cosas, sobre todo que estuviera con otras personas, para mi las promesas de amor quedaron vacías, ¿sabes?
El silencio inundo la habitación por unos momentos, el corazón de Tanaka se estremeció al ver esa expresión, llena de dolor, recordando momentos en los que había visto a Ennoshita decaído, como si estuviera pasando un mal momento, pero nunca se atrevió a preguntar. Si hubiera sabido todo esto antes, habría podido hacer algo, protegerlo o por lo menos evitar que ese patán le hiciera daño.
Se removió en la cama, acercándose lentamente y envolviendo al pelinegro en un abrazo, dulce, lo apretó con fuerza y teniendo cuidado al mismo tiempo.
- lamento no hacer estado ahí para ti en ese momento
- no tenías forma de saberlo - se aferró a su ropa, amando ese abrazo que había necesitado hace tanto tiempo.
- prometo que pase lo que pase puedes contar conmigo siempre
- te lo agradezco - no sabía cómo tomar esas palabras, tal vez lo estaba rechazando o tal vez solo estaba siendo un buen amigo, y esperaba que fuera lo segundo.
El silencio inundo la habitación por unos momentos y de un momento a otro, Tanaka tomó de sorpresa a Ennoshita con un torpe beso, sintió la sensación de unos labios fruncidos sobre los suyos con un acercamiento brusco y sin tacto, notó cómo sus dientes le dolían un poco por el choque, el movimiento era rígido y de un lado hacia el otro. Su pulso se aceleró por la acción, ya que era algo que jamás imaginó que pudiera pasar entre ellos, vio a Ryunosuke que se mantenía con los ojos cerrados, pensó por un momento en lo adorable que se veía, y gruño un poco ante el beso infantil que seguía recibiendo.
Podía suponer que su amigo, tenía poca experiencia con esos temas, lo sentía tan solo con el tacto, esa cierta inocencia lo mantenía un poco emocionado, se separó del beso y le dedicó una dulce sonrisa cuando este abrió los ojos, confundido por la separación; así que Ennoshita posó sus manos detrás de la nuca del contrario y lo acercó hacía él con firmeza, cerró sus ojos y acercó sus labios con lentitud, colocándolos suavemente sobre los del vice capitán, primero besando y luego succionando un poco su labio inferior; mientras las manos de Tanaka estaban puestas firmemente sobre la cama, recargando un poco el peso en dirección a él que lo atraía más y más hacía sí; tomando el control por completo, comenzó a profundizar la acción abriéndose paso en su boca, con su lengua recorrió todo su interior, atrapó su lengua y comenzó una batalla que estaba dejando a Ryu sin aire con un beso febril.
Mientras Chikara disfrutaba del acercamiento, en como instruía a su amigo en el arte de los besos, recordó que era la primera vez que estaba con alguien sin experiencia, los chicos con los que había estado siempre eran los que tomaban las riendas. Ese pensamiento pasó a segundo plano, cuando entendió que, probablemente el contrario había estado reservando esos momentos para compartirlos con una persona que realmente le gustara, pues así de puro era su corazón, que incluso había rechazado a una hermosa chica por la persona de la que había estado enamorado desde el primer momento en que la vio, sintió una punzada en el pecho al recordar eso, en el momento en el que Tanaka ponía una mano en su pierna y comenzaba a deslizarse hacia adelante, a veces odiaba ser tan pesimista, pero no podía hacerle eso a su amigo. Por lo que, con mucho pesar, se separó del beso, con las manos ya sobre la cama, desvió la mirada con tristeza.
- no hagamos esto – con la respiración agitada intentó volver en sí.
- ¿por qué? – tenía la cara sonrojada, y su respiración también se veía dificultada, hacía tan solo un momento había experimentado una sensación enervante que se había apagado de la nada y lo había dejado con ganas de más.
- porque, yo sé que todavía te gusta Kiyoko – le sonrió afligido – no te culpo, ella es fantástica y yo no puedo competir con eso, no quiero hacerlo. Yo... yo quiero que me rechaces ahora
- ¡pero no quiero rechazar! es cierto que no he olvidado del todo a kiyoko, pero no minimices lo que siento por ti
- ¿lo que sientes por mi? - preguntó incrédulo.
- yo... estoy interesado en ti, siempre lo he estado, te admiro en muchas formas y el saber lo que sientes por mi... bueno, me hace pensar algunas cosas...
- detente ahí, la admiración que sientes no tiene que terminar en algo más conmigo, además no creo poder salir con nadie después de lo de Hideo, al menos no por ahora, quiero sanar, estar tranquilo y lo último que necesito es empezar una relación con un amigo que está perdidamente enamorado de una chica asombrosa a la que respeto y admiro muchísimo – lo miró fijamente, firme en su decisión
- y ¿por qué decides tú lo que yo siento?
- de qué hablas
- sé que probablemente me tome un tiempo sacar de mi cabeza a Kiyoko, pero eso no quiere decir que no esté interesado en ti - le tomó de los hombros, aun con un toque suave
Ennoshita no fue el único que estuvo desarrollando sentimientos por el otro, hacía ya algunos meses atrás, cuando comenzaron a preguntarse a quién deberían nombrar como capitán, todo el grupo de segundo estaba de acuerdo que debía ser Ennoshita; la pelea era entre él y Noya para el puesto de vice capitán; Kinoshita y Narita opinaban que Tanaka era el adecuado para estar al lado del capitán, ya que eran completamente opuestos y ambos podían complementarse, también insinuaron que era el único que podía sacarlo de sus momentos deprimentes con eficacia.
En ese tiempo, había estado prestándole más atención que nunca, notaba sus movimientos elegantes en todo lo que hacía, y aunque a veces era torpe en el juego, se veía bien en cada movimiento, por un momento pensó que si no fuera tan rígido, las chicas podrían estar detrás de él, ya que también era atractivo.
Le encantaba el hecho de que Tsukishima le mostrara más respeto a Ennoshita que al mismo entrenador, como ayudaba a Yamaguchi a tener más confianza en sí mismo, el cómo lograba alimentar, saciar y calmar la incansable energía del duo dinámico, todo eso, a sus ojos, lo hacía alguien increíble y capaz de cualquier cosa.
A veces se encontraba a sí mismo observando a su amigo, a veces lo veía abatido, a veces lo encontraba rebosando de alegría, eso le parecía tan enigmático, llamaba su atención, pero nunca se preguntó qué podría significar esa atención que le prestaba a su amigo. Hasta ese momento en que lo vió al borde del llanto con otra persona, el cómo ese sujeto le presionaba tanto.
Simplemente no podía más, tenía que hacer algo para alejarlo de ese cretino, pero se sorprendió cuando escuchó que él podría ser la persona que le gustaba en ese momento; eso, le infundió un poco de valor para poder protegerlo mejor, y aunque todavía estaba un poco confundido, algo en su corazón se estremecía, un pequeño deje de felicidad se establecía en su cuerpo.
- no me menosprecies - declaró.
- no lo hago, de verdad que no, te quiero, pero también estoy asustado de muchas cosas y tú principalmente cumples con la mayoría de mis temores
- yo ya hace tiempo que te he visto diferente, incluso antes de que Kiyoko se graduara, pero no había tenido razones para actuar diferente, porque ni siquiera sabía que podía tener una oportunidad - su rostro permanecía serio, pues eso era lo que quería, una pequeña oportunidad para poder actuar.
- no hay razones para empezar ahora - presionó.
- pues yo creo que las hay
- te equivocas, estamos bien así... ya me haces mucho bien con solo tu apoyo
- ¿y qué pasa conmigo?
- ¿qué quieres decir? - enarcó una ceja confundido, pues pensaba que solo estaba actuando así para consolarlo.
- yo quiero más, he estado queriendo más desde hace un tiempo y confieso que también he estado asustado, pero saber que tú también sientes algo por mi me dio un poco de valor para hacer esto – se acercó de nuevo, con un beso suave sobre los labios del pelinegro, aun con un poco de torpeza provocada por la inexperiencia. Una vez más Ennoshita volvió a parar el beso y se separó.
- una parte de mi está verdaderamente feliz - creyendo en sus palabras, pues sabía que Tanaka era honesto con lo que decía, pues era obvio que no tenía otras intenciones.
- ¿y la otra?
- todavía tiene muchas cosas que sanar, yo creo que tomará un tiempo antes de que eso pase y no creo que sea justo para ti
- entonces esperare
- no eres lo suficientemente paciente - pensando que eso podía pararlo.
- pondré todo mi esfuerzo – Ennoshita suspiró.
- eres demasiado para mí
- ¿eso es un sí? – el pelinegro negó con la cabeza.
- aún es demasiado pronto para mí, pero no te impediré intentarlo si eso es lo que tú quieres - aceptó resignado, estaba demasiado cansado para seguir peleando.
Pese a que era una negativa, la emoción de Tanaka inundó la habitación y se lanzó hacía Ennoshita con un fuerte abrazo, dejándolos a ambos tendidos sobre la cama, mirándose el uno al otro.
- eres un bruto – se quejó Ennoshita quien tenía al vice capitán casi encima.
- tal vez un poco – dijo con una enorme sonrisa en el rostro.
Ennoshita no había podido dormir bien desde hace un buen tiempo, ahora, en ese momento, estar entre los brazos de su amigo lo habría embriagado de tanta seguridad y tranquilidad que inmediatamente se quedó dormido.
Por un par de semanas Tanaka lo había estado llenando de atenciones, muchas palabras melosas y unos cuantos toques que a él le parecían un poco eróticos; tal vez estaba sobre pensando. Después de todo era un chico sin experiencia, no era posible que tuviera ese tipo de intenciones.
Durante las prácticas parecía estar con una renovada energía que sus amigos no podían entender de dónde venía.
Ahora, después de las prácticas Tanaka se quedaba al final para ayudarlo a limpiar y poner las cosas en orden, así como formular estrategias para los juegos que se aproximaban. Al parecer Tanaka estaba poniendo todo de sí para ser un buen vice capitán y que eso facilitará el trabajo de Ennoshita, cosa que el pelinegro notaba y agradecía de todo corazón, además de que le gustaba pasar tiempo con él. Una que otra vez el vice capitán le robaba un beso en la mejilla con cierta inocencia, pero también con un poco de impaciencia. Ennoshita podía sentir que su rostro ganaba color y ardía por la sorpresa de la acción.
También lo acompañaba a casa y pasaba ahí un par de otras, tomaban un poco de té, se ponían a estudiar, aunque Takana aun estaba un poco renuente a hacerlo, y después había cada vez más contacto entre los dos. Ennoshita se sentía emocionado al darle clases particulares de como besar, y su compañero no había tardado en aprender cómo hacerlo, paso de torpes movimientos a acciones que lo dejaba sin aliento y con piernas temblorosas.
Era fin de semana, y estaba sumamente nervioso, pues Tanaka iría a su casa en un día en que no había prácticas, el día anterior lo había ayudado con su tarea y habían estudiado un poco, por lo que no había excusas. Y pese a lo que le había dicho, la verdad es que él estaba deseoso de tomar más de su amigo,, y estaba seguro de que este también, pues cada vez que se tocaban había más fricción.
Pero sabía que era mucho pedir a un chico sin experiencia, estaba seguro de que no sabía qué hacer, y que no tendría ningún tacto, y eso también le emocionaba, miró el reloj de su alarma, llegaría en veinte minutos y aun dudaba un poco, después de todo ese día podría no pasar nada y ser solo un encuentro más jugando videojuegos, pero si pasaba algo prefería estar preparado, respiró hondo, y con botella en mano se dirigió al baño para tomar un ducha.
Estando bajo la regadera se limpió el cuerpo consciencia, tomó la botella que se había llevado al baño y vació el contenido en su mano, Tanaka era un novato y seguramente no sabría cómo prepararlo, pero si era optimista y si algo pasaba quería poder recibirlo sin problema; por lo que empezó a prepararse, primero con un dedo y luego dos, sabía que eso no era suficiente, conocía el tamaño de su amigo, antes de que empezará a gustarle, por lo que un tercer dedo se introdujo y comenzaba a moverse con cierto ritmo, gimió un poco, un sonido que el agua ahogaba.
Pasó un par de minutos así, hasta que escucho el timbre de fondo, lo cual le sacó de su ensoñación, cerró las llaves y esta vez escuchó el timbre con más claridad. ¿Cuánto tiempo llevaba en el baño? Seguramente ya estaba abajo, esperando en la puerta.
Se secó a medias y se puso la ropa con prisa, mientras se dirigía a la puerta sentía como estaba incomodo. Abrió la ropa y miró al chico que parecía más atractivo que cualquier otro día, el frío de la calle cruzó la puerta y lo hizo estremecer pues aún tenía el pelo mojado.
- perdón, ¿llevas mucho tiempo aquí?
- no realmente, ¿porque estás sonrojado?
- ¿qué? - se tocó el rostro sorprendido por eso - ah, yo... solo estaba en el baño, debe ser el vapor, supongo
- ya veo, es normal que quieras estar guapo para mí - bromeó.
- no digas tonterías - se excusó, y se hizo a un lado para dejarlo pasar.
- bueno, afuera está realmente frío así que un baño caliente no suena nada mal
- tú seguramente terminarías cogiendo un resfriado
- me lo dice el chico que todavía tiene el cabello mojado - se dirigieron al cuarto del pelinegro, a lo que Tanaka tomó la toalla que estaba sobre la cama de manera desordenada por las prisas.
- recién salí del baño y fuí inmediatamente a abrir apenas te escuche - se sentó en la cama a lado de Tanaka, quien empezó a secarle el cabello.
- se nota, no solo el cabello, tu playera esta también mojada
- me cambiare de nuevo, descuida
- si, sería bueno, no vaya a ser que seas tú quien coja el resfriado
- solo los tontos se enferman - se levantó de la cama y fue hacía su cómoda para tomar ropa - ponte cómodo, voy a cambiarme ropa
-¿por qué?
- porque estoy mojado
- me refiero a por qué tienes que irte, no hay nada que no haya visto ya
- no digas tonterías
- lo digo en serio - se levantó y lo tomó de la mano para empujarlo hacia la cama.
Con cierto forcejeo intentó quitarle la playera mojada, por lo cual terminó encima de él, evitando que pudiera ponerse de pie.
- no seas tímido
- no lo soy, pero tu si que eres un bruto - vió como Tanaka bajaba la cabeza hacia su pecho, y comenzaba a besarlo encima de la playera y sus grandes manos comenzaron a buscar a tientas su piel.
Ennoshita se removió, todavía estaba un poco asustado, pero de alguna forma habían forcejado lo suficiente como para que sus brazos acabarán por encima de su cabeza y atrapado con la playera impidiendo sus movimientos - quítate de encima - dijo débilmente sin oponerse a la fuerza del contrario.
- no - respondió Tanaka con una voz profunda, lo que estremeció al pelinegro, que pronto fue consciente de que su trasero aun se sentía incómodo, y con su amigo sobre él no pudo evitar sentirse excitado, y pese a que una ligera barrera de ropa los separaba su miembro respondía al contacto y comenzó a levantarse, para lo cual Tanaka sintió la reacción.
- por favor quítate - estaba avergonzado, traía unos shorts de licra y ese bulto se notaba demasiado, y con un poco de desesperación quería ocultar su rostro.
Tanaka bajo hacía sus labios y lo calló con un beso, aun sostenía los brazos del pelinegro para evitar que se moviera mientras acomodaba sus piernas de forma que dejó las de Ennoshita sobre las suyas. Chikara correspondía el beso, pues aunque estaba avergonzado, esperaba que eso fuera a pasar hoy, pero no que fuera a suceder tan pronto.
- suéltame - dijo casi con un suspiro - prometo que no voy a escapar
Tanaka lo soltó mientras sus manos bajaban lentamente, acariciando su rostro, el cuello, su pecho y finalmente se quedaron alrededor de su cintura. Los brazos de Chikara se agarraron con fuerza de su cuello y sus manos se deslizaron sobre ese cabello corto, que se sentía bien al tacto. En un arrebato de excitación jaló la playera del vice capitán para dejarlo en igualdad de condiciones, sobre todo porque le gustaba su cuerpo; también podía sentir unas manos ásperas sobre su cuerpo, que lo sostenían con firmeza.
Entonces, sintió como Tanaka se restregaba con movimiento lentos contra su trasero y su miembro erecto y como, el del contrario comenzaba a ganar vigor y se alzaba con un tamaño mayor al que recordaba. Gemía suavemente, mientras sentía las sensaciones vigorizantes en su parte baja y en sus labios; los movimientos se mantenían constantes, pero el roce se sentía bien después de tanto tiempo y sentía que una ligera humedad comenzaba a atravesar su ropa.
- espera... - dijo Ennoshita con una respiración ahogada - espera...
- dijiste que no ibas a huir - le regañó, aun buscando sus besos. Los movimientos lo hacían quererlo dentro de sí, sentía como su trasero se abría con facilidad a él.
- no es eso, es que me muero por hacer algo - le dijo con unos ojos suplicantes a lo que Tanaka no pudo resistirse. Tenía que separarse o perdería la cabeza.
Ya que Tanaka no dijo nada, Ennoshita aprovechó para sentarse sobre la cama y arrinconó al vice capitán contra la pared. Comenzó besando su cuello, mientras sus manos iban directo a su pantalón, desabrochaban el cinturón y bajaban el cierre; comenzó a masturbarlo y sintió como este se estremecía bajo sus manos, que subían y bajaban por ese largo y grueso miembro, sus labios fueron bajando lentamente sobre su pecho.
- ¿qué haces? - preguntó Tanaka un poco sorprendido porque sabía lo que iba a pasar, se le aceleró el corazón.
- silencio - dijo en un hilo de voz mientras bajaba cada vez más hasta que sus labios se posaron sobre el falo del contrario, succionaba el largo, de arriba a abajo, su lengua jugaba y se enredaba como si fuera una serpiente contra el glande y lo metía en su boca hasta donde su garganta se lo permitía pues era demasiado grueso para poder llegar a la base, una y otra vez bajaba y subía. Por lo menos quería quedarse con sus primeras veces, y quería que se sintiera bien, el hecho de que el contrario soltará leves gemidos de satisfacción y sus dedos se enredaran en su cabello empujando su cabeza para llegar más profundo sobre ese miembro, lo hacía sentir orgulloso. El miembro palpitaba cada vez más rápido dentro de su boca, por lo que continuó solo lamiendo el largo y dando pequeños besos en el grande,jugando con su lengua en el pequeño orificio, cuando sintió un líquido viscoso caer sobre su rostro casi con gravedad, había estallado como si hubiera deseado salir por mucho tiempo. Desde lo bajo miró a Tanaka con un rostro manchado y pasaba su mano haciendo un inútil esfuerzo por limpiarse.
- ¡perdón! - gritó Tanaka, con una voz asustada y avergonzada, mientras que con una playera que había quedado sobre la cama limpiaba el rostro de su amigo.
- descuida - respondió lo más calmado que pudo - me alegra saber que lo disfrutaste
- ¡me gusto mucho!
- bueno, supongo que eso es todo por hoy - dijo tocando su miembro el cual ya estaba flácido.
- ¡no! todavía podemos seguir - empujó a Ennoshita para dejarlo tendido sobre la cama, mientras se tomaba su miembro y lo estimulaba para volver a levantarlo, lo cual no le tomó ningún esfuerzo.
- ¿de verdad quieres seguir? - comentó Ennoshita, que le sorprendía que el contrario pudiera recuperar el vigor tan rápido.
- quiero
- si sabes con lo que te vas a encontrar, ¿verdad? - quiso asegurarse.
- si - dudo por un momento, quizá no se hubiera puesto a pensar mucho en ello, pero al final sabía que en ese momento lo deseaba más que nada -estoy así por ti ¿no? - mostraba entre sus manos un miembro renovado por la excitación.
- bien, entonces ponte esto - se movió para alcanzar su mesa de noche y sacar un condón del cajón, el cual se lo entregó a Tanaka.
- ¡ahh! no creo que necesite esto - Chikara le dio un suave pellizco en su mano, con el ceño fruncido.
- una cosa es que te corras en mi cara y otra que lo hagas dentro, es incomodo - dijo desviando la mirada, Chikara creía que seguramente su rostro tenía un rojo vivo.
- bien - dijo mientras abría el sobre y lo ponía en su miembro con cuidado. Aunque requirió de la ayuda de Ennoshita para ponerlo correctamente.
Había llegado el momento, Tanaka tomó su short junto con su boxer y los arrojó a un lado de la cama; Chikara se sintió observado, y vió como los ojos del contrario subían y bajaban como si estuviera analizándolo, se cohibió un poco y se removió para cubrirse un poco, a lo que Tanaka en respuesta le acarició la cintura y no pudo hacer nada más que estremecerse.
- eres muy bello - le susurro al oído. Chikara no supo qué responder, era el cumplido que menos esperaba escuchar. Y su cuerpo no paraba de reaccionar a cada toque del contrario, no dejaba de removerse sobre la cama.
Ennoshita le miró tiernamente y busco sus labios para besarlo, su cuerpo se relajó y dejó que lo acariciara y se restregará contra él, sentir la piel con piel con ese chico era una nueva experiencia. La sensación era diferente, porque esas manos lo hacían sentir completamente seguro, una manos rígidas, duras y ásperas lo trataban con tanto cariño, habían bajado a su miembro y sentía como lo tomaban con fuerza lo cual lo hizo gemir; cerró los ojos para contener las sensaciones que se sentían tan vividas.
Sintió como el contrario lo ponía boca abajo, y él no pudo hacer nada más que levantar su cadera y bajar su espalda para que lo tomara, sintió como ese grande miembro se abría paso dentro de él. Lo sabía, el chico no tenía experiencia, y si no se hubiera preparado con antelación, esa intromisión habría sido demasiado dolorosa; ahora mismo, se estaba sintiendo increíblemente invadido, tal vez tres dedos no habían sido suficientes, pues sentía que lo podía partir a la mitad conforme iba entrando. De alguna manera sentía que se ahogaba con cada centímetro que entraba dentro de él, Tanaka lo tenía bien agarrado de sus caderas mientras empujaba para entrar por completo.
Con el primer movimiento su espalda se arqueó - Ah! - Tanaka empezó a empujarlo con brusquedad, sin cuidado, casi con furia. Ennoshita no lo esperaba, ese arrebato lo había hecho emitir fuertes gemidos mientras se aferraba a las sábanas; no dolía, o no podía reconocer ese dolor, sino que de alguna manera se sentía aún más excitado por la manera en la que estaba siendo penetrado, era la primera vez que tenía ese tipo de sexo rudo, potente y agresivo, sentía que podría acostumbrarse a ello y seguir disfrutandolo como la primera vez, se sentía hervir por dentro.
Tanaka también lo estaba disfrutando, en el momento en que se estaba abriendo paso sintió que el interior se sentía lubricado y se deslizaba casi con facilidad, pero también comenzaba a apretarlo por lo que hecho su cabeza hacía atrás, sentía que no podía detenerse, sentía que debía darlo todo, para hacer olvidar al pelinegro a cualquiera que no fuera él. Quería monopolizarlo, quería que lo sintiera solo a él y que cada parte de su cuerpo jamás lo olvidara, quería que su mente no pensara en nadie más.
- más - salía una ahogada voz del pelinegro, deseoso de esas sensaciones - más - quería que fuera más duro, más fuerte y más hondo, que lo llenara todo. Tanaka escuchó su petición, por lo que lo tomó de las muñecas y con ese movimiento se impulsó para poder profundizar, lo hacía con más fuerza. Para Chikara, el chico parecía como una fuerza de la naturaleza, indomable que arrasaba todo a su paso, sentía como le dolía su garganta, su voz no salía de la misma forma porque lo estaba disfrutando demasiado, jamás pensó que sería del tipo que le gustaran los juegos rudos.
Chikara respiraba entrecortadamente, su interior palpitaba, y aunque el condón retenía el líquido seminal, podía sentir como la excitación había llenado su interior. Y sentía como iba saliendo de su interior esa inmensa masa. Se dejó caer en la cama, sintiéndose vacío y añorando por más; tendría que cambiar las sábanas luego, pues se había corrido un par de veces sin que le tocarán, solo con ser penetrado lo habían llevado al éxtasis.
- woao - solo pudo decir el pelinegro, aún intentaba buscar aire. Se había girado para buscar el rostro del contrario y llenarlo de besos - eres... woao
- parece que te deje sin palabras - dijo Tanaka con orgullo, porque sabía que el contrario era un buen orador.
- supongo, fue fantástico - lo abrazó y sus piernas también buscaron envolverlo.
- yo también me sentí muy bien, simplemente no podía detenerme porque sabía que eras tú - lo abrazó con fuerza, con cierta melancolía, porque le habría encantado que eso pasará cuando fueran novios, pero él tampoco podía contenerse más - gracias por ser mi primera vez - dijo en un susurró.
- Tanaka - se apretó en su pecho, pensando en que quizá era un poco egoísta querer todas sus primeras veces - no olvides lo mucho que te quiero
Se fusionaron en un beso dulce, agresivo, egoísta, un beso lleno de emociones.
