Disclaimer applied.


Demashitaa: Kasai.


Advertencia: Esta es la continuación de una de mis historias Demashitaa: No Hai. Creo que no es necesario leer la historia anterior, para entender esta, pero sería mejor que así fuera.

Aclaraciones para los que no han leído No Hai:

Identidades secretas de los chicos: Brick: Makoto Him Butch: Koiji Him, Boomer: Hotaru Him

Taiga fue el villano principal de mi fic anterior y Ken Kimura, el actual villano, es su hijo (Ambos fueron creados por mí, por lo tanto, no son canónicos, pero son parte de la base de mi universo)


La Batalla Final


Los despertaron 1 hora después de haber sido noqueados por Morfeo. Kaoru ya estaba despierta al igual que Butch. Aunque habían tenido días mejores, lucían renovados y descansados a comparación del estado tan humillante en el que habían permanecido los últimos días. Brick por su parte, aunque sentía que el suero comenzaba a surtir efecto, se sentía como un zombie. Las extremidades le pesaban horrores. Miró a Miyako, Boomer y Momoko y supo que no era el único que se sentía de esa manera.

―Lamentamos despertarlos, pero es una emergencia. ―Comenzó el profesor.

Brick se reincorporó.

― ¿Qué pasa?

―Tuve una visión. ―Mina les explicó cómo desde que habían partido de su isla no había parado de tener flashazos del presente y probablemente el futuro, razón por la cual había abandonado su hogar para buscarlos en Tokio. Gracias a sus visiones habían podido estar preparados para cuando los verdes llegaron con todo lo necesario para la partida. ―Y bueno, la última visión que tuve… su enemigo está cerca, lo vi viajando en una nave a través del Océano Índico.

Brick se dejó caer en el tapete de yoga que fungía como camilla improvisada de malos modos.

―Ya esperábamos eso. ―Dijo Momoko. ―Lo dejamos en Miami. A sólo 1 hora de vuelo del Triángulo, donde está su bunker. Hace 5 horas de eso.

―Con la nave que le emboscamos llegamos en 4 horas acá, pero atravesamos el Pacífico. Si Ken viajó en dirección contraria debió haberle tomado solo un par de horas volar hasta acá, al igual que hicimos con Maggie. No dudo que sus demás naves puedan alcanzar la misma velocidad, son más rápidas que un avión de guerra.

Y no sólo eso, sino que si calculaba bien, eso indicaba que el chico había tenido mucho más tiempo que ellos para descansar.

El profesor miró a los seis jóvenes, cuatro de ellos con el suero a medio camino, dopados de néctar para agilizar el proceso de regeneración y recuperación, y tumbados en tapetes de yoga con unas pintas que le preocupaban más que cuando se dio cuenta que su hijo había escapado al Triángulo con Kuriko.

Los verdes lucían mucho mejor que los otros cuatro, pero eso no significaba que precisamente estaban en perfectas condiciones para una batalla.

Si Kimura estaba en el mismo estado que ellos no entendía como podía recuperarse tan rápido de aquello, ¿Tenía algún antídoto de regeneración que ellos no? ¿O simplemente estaba enloquecido por la venganza? ¿Qué acaso su propia vida no le importaba?

Hasta el momento no habían podido ponerse al tanto de las experiencias vividas mientras estaban separados, y aunque las visiones de Mina habían logrado alertarles algunas cosas, les habían mostrado imágenes de situaciones de formas muy generales, así que desconocía completamente que esperar del enemigo.

―Pero… ¿Cómo sabemos cuanto tiempo nos queda?

Por toda respuesta una explosión resonó a la lejanía, Todos se reincorporaron rápidamente. Butch levantó una de las persianas que habían bajado y chasqueó la lengua al darse cuenta que una enorme estela de humo ascendía al cielo desde el enorme laboratorio Utonio que por la lejanía parecía una pieza de leggo.

No había duda de que esos eran Ken y Himeko.

Brick se arrancó el suero e hizo amago de coger un frasco de néctar, pero la mano del profesor lo detuvo.

―Beber más néctar podría matarlos. ―Y no bromeaba. El pequeño líquido era como un elixir de vida, pero todo tenía un límite. Era por eso que era exclusivo para emergencias. Beber más de la cuenta podría matarlos y en ese punto les había suministrado tanto que temía darles un mililitro más y lamentarlo.

― ¡No tenemos más opciones!

―Brick, no están listos, necesitan más tiempo para-

― ¿Está de coña, verdad profesor?

Los demás imitaron las anteriores acciones del rojo, estando de acuerdo.

―Ken va a destruir la ciudad y después vendrá por usted. No necesariamente en ese orden ―Secundó Miyako.

―Nosotros nos hacemos cargo.

Buttercup se entrometió y cogió su martillo.

―Nos cubrieron en Las Bahamas, los cubriremos aquí. ―Butch asintió.

―En este momento no podrán dar mucha pelea. Buttercup y yo tuvimos más tiempo para recuperarnos.

Brick rio con sarcasmo.

―Ni hablar.

―Serán de más ayuda si logran recuperarse.

―Es una locura.

― ¡Será una manera de no dejar desprotegido al profesor!

― ¡He dicho que no!


Ken lanzó un grito al cielo. Habían registrado todo el maldito laboratorio y el científico no estaba por ningún lado. El almacén de sustancias estaba casi vacío. Todo tipo de Rayos Z había desaparecido.

Al parecer esos idiotas no eran tan estúpidos como pensaba.

Himeko lo miró de reojo con preocupación. Sabía que no sólo necesitaba al científico para partir a Washington, sino también para ayudarlo a recuperarse más rápidamente. Ella había intentado convencerlo de postergar la toma de América hasta el día siguiente por lo menos, pero el chico temía darles suficiente tiempo para recuperarse a los héroes. Ya de por sí conocían donde encontrarlos y con el científico de su lado…

Y aunque ella también temía que los seis cobraran suficiente fuerza, la realidad era que Ken no estaba en condiciones de una lucha y ella tampoco. Aunque…

Después de que HIM le prestó su poder luce diferente. ―Pensó, incómoda.

Cuando llegaron al bunker medio moribundos, el primer lugar al que Ken había ido era a ver a HIM… o lo que quedaba de él. El demonio le había revitalizado y devuelto la energía tan rápido que le dio miedo. Su mirada parecía todavía más enloquecida que antes.

Si tan solo pudiera sacarlo de esa oscuridad.

Hubiera seguido sumergida en sus pensamientos, pero el cuerpo de su compañero chocando contra el suyo bruscamente la sacó rápidamente de sus pensamientos. Hubiera recibido el impacto contra el amplio campo sobre su espalda si no hubiera sido porque el castaño cambio lugares en el aire, terminando él por recibir el impacto.

Rodaron bruscamente entre tierra y polvo intentando frenar rápidamente antes de recibir otro ataque. Se reincorporaron casi al segundo siguiente y desde tierra lograron divisar sobre ellos dos trajes verdes entre todo el polvo que se había levantado.

―Bien dicen que mala hierba nunca muere.

La voz de Buttercup les recibió y una vez que la humareda se asentó, reconoció indudablemente a los dos verdes.

― Me imagino que hablan por ustedes. ―Ken levitó hacia ellos y Himeko no tuvo opción más que seguirlo. El castaño rio al no encontrar al resto del equipo. ― ¿Se acobardó el resto de los suyos?

Ellos sonrieron sarcasmo.

―Más bien siempre vamos dos pasos delante de ti, imbécil. ―Espetó Butch.

― ¿Así como en el triángulo? ―Respondió, recordando lo fácil que había sido emboscarlos.

― Así como te quitamos tu estúpida nave. ―Respondió Kaoru.

La sonrisa del villano se borró al instante. Sabía que probablemente Utonio estaba con el resto del equipo, así que si quería acercarse a él de alguna manera tendría que pasar sobre los verdes para llamar la atención de los otros, sólo así podría enviar a Himeko a por el hombre.

También sabía que Butch y Buttercup estaban mucho más en forma que él y Himeko debido a que la batalla de Miami no había cobrado factura sobre ellos. Aún a pesar de que HIM le había brindado algo de su poder.

― ¿Dónde está el científico? Entréguenlo y nos iremos de aquí sin dañar su ciudad.

Ambos, chico y chica, rieron con fuerza.

―Tu realmente piensas que somos idiotas, eh ―Buttercup levantó su martillo. ―No hemos venido a hacer tratos contigo.

En un abrir y cerrar de ojos, la pelinegra golpeó la tierra frente a ellos y fueron atrapados en un tornado.

Buttercup miró jadeante al peligro y al instante el se posicionó junto a aquella feroz fuerza donde la pelinegra había atrapado a sus enemigos. La heroína los liberó y tan pronto los hubo localizado y sin darles tiempo de recuperarse de aquel golpe, el pelinegro tomó su bate y con un golpe los envío a donde habían acordado llevar la pelea antes de partir al laboratorio a su encuentro: El bosque de Tokio, lejos de la ciudad y lejos del internado donde habían montado su "base".

Le dio un rápido vistazo a su acompañante que comenzaba a alzar el vuelo. Aunque tenía un aspecto mejor que horas atrás, sabía que ella estaba cansada y ese tornado había sido gigante. A pesar de ello volaron rápidamente hacia sus dos enemigos que aunque ya habían logrado estabilizar el vuelo nuevamente parecían aturdidos.

Ken lanzó un ataque que Butch logró esquivar. Him atestó un golpe que fue suficiente para enviarlo directo a una zona llena de árboles replantados de la última batalla contra Taiga. Al mismo tiempo, Buttercup hizo lo mismo con Himeko quien fue a parar al lago. En sincronía volaron en dirección a sus enemigos, pero esta vez no pudieron evadir el ataque de Ken, que al estar cubierto de follaje había logrado escabullirse.

¡Explosión Maximus!

Cayeron en lugares distintos del bosque, inevitablemente derribando uno que otro árbol en el proceso. Casi al instante, Ken volvió a atacar.

¡Explosión oscura! ―Y tal como un par años atrás aquel ataque oscureció todo a su paso.

Butch lanzó a la tierra un escupitajo de sangre tras reincorporarse. A su alrededor todo era negro, apenas y podía ver sus pies mismos. Había perdido su bate al caer tras el ataque de Ken e inevitablemente se había separado de Buttercup.

Una risa de psicópata resonó a la distancia… ¿O había sido detrás de él?

― ¿Qué harán ahora? Podrían entregarme a Utonio y darían una solución rápida a sus problemas.

Butch agudizó su oído y se dio cuenta que Ken estaba sobre aquella tormenta oscura. Instantáneamente recuerdos de sus primeros años de vida le vinieron a la mente, y pensó en sus hermanos, el profesor, el pequeño Ken e incluso en Mojo. Pero sobre todo pensó en Buttercup, su eterna contraparte. Un sentimiento extraño, como agridulce, se le instaló en el estómago al recordar todo aquello de repente.

Casi al instante sintió la espalda de alguien chocar contra él. No necesitaba confirmación, pero sólo como excusa, le cogió la mano. Era ella. Matsubara pareció interpretar aquello como si intentara decirle algo.

― ¿Qué pasa?

Por toda respuesta Butch la giró, y aún con ese sentimiento amargo dentro de sí la besó sin preguntar. Él no era miedoso, pero de pronto ese sentimiento que le parecía extraño le invadió. Sentía como si inevitablemente, nunca volvería a ver a la morena. Se separó de ella.

―Quería hacerlo por última vez. ― Seguro ella quería matarlo.

De pronto, un láser de energía dorada impactó contra ambos, sacándolos de aquella negrura. Sin darles tiempo de hacer algo más, un láser púrpura les impactó por segunda vez y en esta ocasión fue suficiente para separarlos nuevamente.

Logró frenar el vuelo a tiempo para enfrentarse a Ken. El castaño lanzó un escupitajo con sangre, seguramente producto del último golpe que le había atestado. Sus ropas tenían múltiples cortes debido al tornado y permanecía jadeante frente a él.

A pesar de eso, ese malestar volvió a instalarle en la boca del estómago, como diciendo. No lo hagas. Lo cual fue raro, porque el nunca temía a un enemigo.

Butch sabía que él estaba un poco en desventaja.

Su especialidad era el combate a corta distancia. Para hacerle daño a Ken, tendría que acercarse a él demasiado, y él podría simplemente achicharrarlo en el acto con uno de sus estúpidos láseres dorados. Tendría que ser demasiado rápido para esquivar y preciso para golpear, no podía fallar.

Miró de reojo a Buttercup que ya estaba empecinada en una ardua batalla contra Himeko, quien al parecer la estaba pasando mal al hacerle frente a la morena. Apretó los puños.

Prefería mil veces enfrentarse él mismo contra Ken, que dejar su chica con el imbécil, no tenía opción. Así que cargó contra él.


Habían pasado 45 minutos desde que la batalla había empezado. El profesor había puesto en su tablet Despierta Tokio, el canal de YouTube las noticias locales. Un reportero se encontraba a una distancia prudente de la batalla cubriendo el evento, a pesar de eso, cada tanto la cámara registraba bruscos temblores y vientos fuertes que zangoloteaban la toma.

Tal como la última vez, nuestro equipo de héroes ha llegado a la batalla separado. Según los últimos reportes llegados a la alcaldía: El resto de los RowdyRuff Boys y las PowerPuff Girls estarían en camino después de librar una batalla en el continente americano.

Blossom se sentía tan culpable de estar ahí en la seguridad del internado de la tía de Kaoru, mientras sus amigos estaban en una batalla, que tras escuchar aquel último reportaje apagó el estúpido aparatejo. A pesar de eso, sabía que 1 hora atrás hubiera sido más un estorbo en el campo de batalla. Esa fue la única razón por la que aceptó quedarse hasta que el suero hiciera efecto en ella.

Y por toda buena noticia, el líquido estaba a nada de terminarse y ella no podía esperar el momento para largarse de ahí. Les había dado tiempo de intercambiar experiencias y teorías, posibles formas de ataque, pero nada lograba hacerla sentirse útil. Sabía que Brick (Y el resto del equipo también) lo estaba pasado igual de mal, así que una vez que le devolvió al profesor la tablet se acercó a su contraparte que se había aislado a metros de ellos.

Se miraron un par de segundos.

―Mi suero está por terminarse.

―Yo me siento mucho mejor. ―Asintió ella. Brick sonrió.

―Espero que lo suficiente para deshacernos de un par de moscas.

Blossom sonrió y él se levantó en el acto.

― ¡Boomer, Blubbles! ¡Acérquense, que nos largamos de aquí!

Y esta vez el profesor no los detendría.


Butch tosió intentando coger aire, pero era como si se lo hubieran robado todo.

Llevaban ya demasiado tiempo en batalla. El había logrado deshacerse de gran parte de la armadura de Ken, pero justo como había previsto, Ken apuntó y muchas veces logro dar en el blanco, es decir, él. Había perdido la cuenta de cuantas veces.

En algún momento Buttercup y él habían intercambiado oponentes y al final habían vuelto a sus lugares de inicio.

¡Hey imbécil! ¿Estás bien?

Escuchó a Buttercup gritarle y el sólo se vio capaz de alzarle un pulgar en respuesta. Joder, que no quería admitirlo, pero estaba molido. Levaban días a aquel ritmo psicótico. Él no entendía el cómo Ken había recuperado toda esa energía en tan pocas horas.

Fue entonces cuando pasó. Un láser más logró darle en el pecho a la altura del esternón. El poco aire que había recuperado, se había ido. Se vio a él mismo intentando tomar bocanadas de aire mientras humo salía de su ropa y cabello.

Comenzó a ver borroso. Apenas y fue consciente de cuando el villano lo cogió de la chaqueta y lo alzó en vuelo.

Buttercup había visto todo de reojo mientras intentaba hacerle frente a Himeko, quien por su distracción logró darle un golpe que la envío lejos de ella, sin embargo, tan pronto como estabilizó el vuelo, se dio cuenta que Kimura llevaba su estúpido Yelmo de emperador japonés cerrado como listo para bucear y se sumergía en el lago con Butch apenas dándole batalla.

Su corazón dio un vuelco, Pero ¿Qué cojones estaba pasando?

Intentó volar en dirección a donde Ken se había sumergido con el verde, pero Himeko la interceptó.

― ¡Arg, quítate!

Himeko no le puso tarea fácil. Golpe que daba, golpe que contrarrestaba y evadía. ― ¿Pero que mierda haces, Shirogane?

Y esta ya no era Buttercup hablando. Kaoru, su compañera de clase, necesitaba saber que pasaba por la mente de esa estúpida. Ellos llevaban aquella vida porque no tenían opción, el destino era retorcido y habían sido escogidos para eso. Era una vida dolorosa y sin embargo ahí estaba esa estúpida metiéndose voluntariamente en todo aquel circo en el que parecía no tener vela en el entierro apoyando a ese psicópata de mierda.

― ¿A que juegas con todo esto? ¿Primero nos ayudas y ahora estás contra nosotros? ¿De qué mierda se trata?

― ¡Yo… tu no entiendes! ―Espetó. ― ¡Ken no es realmente así! ¡HIM lo tiene controlado!

Buttercup no podía creer lo que escuchaba. ¿Es que había perdido la cabeza?

― ¡Ustedes prometieron no hacerle daño! ¡Están tirando a matar!

― ¿Y que se supone que hagamos? ¿Dejar que tu estúpido novio nos mate?

Buttercup miró hacia el lago con ansiedad. Butch no regresaba. ¿Cuánto había pasado? ¿30 segundos? ¿cuarenta?

― ¡Mira a tu alrededor! ¡Todo esto lo ha provocado ese imbécil!

― ¡Él no es realmente así!

Buttercup, sin poder seguir manteniendo aquella conversación, la empujo de su lado. Himeko por su parte, se quedó en su lugar, contrariada, debatiéndose entre lo que sentía y entre lo que veía.

Para cuando Buttercup estuvo a punto de sumergirse en la profundidad del lago, Ken salió del agua con Butch tosiendo gravemente. El villano había atado su capa al cuello del moreno y lo llevaba como juguete por el aire.

Se detuvo frente a ella y la parte frontal de su yelmo se abrió dejando ver su rostro.

― Estoy harto de sus juegos ¿Dónde está el científico? O despídete de tu amiguito.

El rostro de butch comenzaba a tornarse violáceo. Entre la espada y la pared.

―N-No… ―Alcanzó a balbucearle el moreno. Ella apretó el agarre sobre su martillo e intentó atacar al castaño quién esquivo el golpe. Le ayudó el hecho de que ella temía accidentalmente golpear a su contraparte.

―Si así lo quieres.

El hijo de Taiga emprendió vuelo cada vez más alto. Ella estuvo a punto de seguirle el paso, pero un rayo violeta la interceptó y la envió metros bajo tierra. Su corazón comenzó a latir con miedo. Buch estaba al borde de… no. Sobre su cadáver.

Aún mareada, se apresuró a salir de aquel terregal. Sin embargo, Himeko volvió a plantarle frente. Ella observó a la lejanía como Ken ascendía sin parar cada vez más con un Butch ahora transformado en Koiji, seguramente ya inconsciente a falta de pasar tanto tiempo sin oxígeno.

Tal vez fue el pánico que sintió, pero le dio un martillazo tal a Shirogane que por fin logró deshacerse de ella lo suficiente para emprender vuelo hacia el pelinegro.

― ¡Joder, joder! ―Sin embargo, gritó de desesperación al ver como Ken ahora volaba en picado hacia el amplio campo con claras intenciones de que Koiji recibiera un impacto mortal a kilómetros por hora desde una distancia sumamente peligrosa. El pelinegro no oponía resistencia alguna. Estaba completamente inconsciente.

Detrás de ella, Himeko lanzó un rayo que no logró darle, pero si la desestabilizó. Con desespero miró hacia atrás pensando en si de verdad no lograría llegar a tiempo, en si de verdad no podría salvarle, pero entonces, gracias al cielo, los dioses o quien fuera, en ese momento llegaron sus amigas, aún magulladas, pero con un mejor semblante de como las recordaba. Blossom ya le plantaba lucha a Himeko, que ya cansada por la batalla anterior, había optado por huir a la ciudad.

― ¡Yo me encargo! ―Alcanzó a escuchar a Blossom.

Pero ella ya no estaba con ella. Volaba a toda velocidad con Bubbles detrás intentando detener a Ken que a cada segundo que pasaba cogía más velocidad.

Entonces pasó.

Un relámpago azul desestabilizó a Ken en pleno vuelo, haciendo que soltara al moreno, enviándolo a metros de él.

Boomer había llegado.

A pesar del alivio de por fin tener refuerzos, el cuerpo de Butch seguía cayendo sin reparo como trapo viejo al suelo. Sintió sus extremidades arder cuando incrementó la velocidad aún más pero no le importó. Tenía que llegar. Cuando sus manos rozaron el cuerpo del ojiverde un último ataque de Ken la interceptó.

Después escuchó el sonido del cuerpo del Him mediano impactarse contra el campo mientras ella daba vueltas frenéticamente a metros del suelo.

¡Explosión Oscura!

Boomer sabía que Ken había usado aquella explosión para huir lejos de ellos, es decir a la ciudad. Sin embargo, se sentía confiado. Cuando llegó a la batalla se dio cuenta de que su enemigo estaba agotado. Tenían poco menos de 1 hora luchando contra su hermano y Buttercup y ellos recién llegaban al campo de batalla en mejores condiciones que él y Himeko.

Era cuestión de minutos derrotarlo.

Cuando las penumbras comenzaron a disiparse, emprendió vuelo hacia la ciudad rápidamente. Llegó al centro de Tokio donde Brick ya había hecho aparición y entablaba una airada conversación con el castaño mientras Blossom hacía lo mismo con Himeko.

Normalmente él era el de las palabras, pero estaba jodida y putamente harto de ese imbécil.

Hasta ese momento no había podido hacerle pagar por lo que había pasado en el Triángulo con él y su… ¿Aún novia? Y se moría de ganas de estrangularlo con sus propias manos. Así que poco le importaba qué estuvieran discutiendo Brick y el imbécil. Mientras estaba distraído discutiendo con su hermano, lo atacó.

¡Descarga electroshock!

El cuerpo de Ken se sacudió como una muñeca vieja y se estrelló contra un edificio. Casi al instante Boomer le dio un golpe. Y otro, y otro, y otro. Perdió la cuenta de cuantos fueron. Lo lanzó con un último golpe en dirección a su pelirrojo hermano quien ya habiendo empezado la batalla le recibió con un rayo láser que lo estrelló en el asfalto.

Boomer cayó como un rayo sobre él y acto seguido lo cogió y lo lanzó al aire a su hermano nuevamente, quién de un golpe lo lanzó nuevamente hacia un edificio diferente.

Vale, había dicho que era cuestión de minutos derrotarlo. Pero en ese momento le apetecía acabar con él lenta y dolorosamente.

Hubiera continuado alegremente su labor, pero su comunicador sonó en ese instante. Rojo y azul, ya en el aire, se miraron extrañados. Aprovechando que Ken intentaba reincorporarse, el Him menor contestó el aparatejo.

El rostro preocupado de Bubbles le recibió con los gritos de ¿Buttercup?... de fondo.

―Te necesito en el lago ya. ―Dijo rápidamente la rubia. ―Es Butch.


Cuando escuchó a Bubbles decir que Butch no respiraba tanto Brick como el habían salido del campo de batalla con el corazón latiendo a mil por hora. Habían dejado a Blossom enfrentándose a Ken. Tras el enfrentamiento verbal con la líder de las PowerPuff, Himeko se había mantenido completamente al margen de la batalla.

Para pronto, él siendo más rápido que el líder le sacó ventaja sin dudarlo. Tiempo era lo que más les hacía falta en el momento. En el camino se cruzaron con la PowerPuff azul que le serviría de relevo a ellos y ayuda a Blossom contra Ken mientras ellos iban a por su hermano.

Cuando por fin divisó a Butch, le asustó verlo empapado de sangre. Aunque no sabía que le causaba más terror, eso, o como Buttercup se encontraba a horcajadas sobre él zangoloteándole y golpeándole mientras lloraba mientras su hermano parecía un simple costal de papas entre los brazos de la morena.

No sabía si alguna vez había visto llorar a la pelinegra.

Tan sólo aterrizar, el nudo de su estómago se apretó más. Quitó a la chica de encima de su hermano.

― ¿Qué ha pasado? ―Buttercup hipaba, sollozaba y hablaba entre palabras que no tenían ni pies ni cabeza. Boomer acercó el oído al pecho de Butch y la piel se le erizó al notar que su corazón no latía. No sentía su respiración salir ni de la nariz ni la boca.

Tomando el lugar que antes tenía Buttercup se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a frotar sus manos produciendo electricidad. Bubbles le había llamado para que lo llevara con el profesor, siendo él el más rápido, podía hacerlo en un abrir y cerrar de ojos, pero es que su hermano no podía esperar ni siquiera eso. Si su corazón pasaba más de 5 minutos sin ninguna estimulación cardiaca moriría irremediablemente. A estas alturas, de esos cinco quedaban…

¿Habrán pasado ya 10? ―Pensó; pero no se iba a rendir, tenía que intentarlo.

Buttercup, al ver sus intenciones, se puso en marcha con las manos temblorosas. Sin mucho cuidado, arrancó lo que quedaba de la playera del verde y Boomer dio la primera descarga al instante. Brick llegó en ese momento a trompicones y jadeante.

―Vamos... ―Murmuró el rubio entre descarga y descarga. El cuerpo de Butch no reaccionaba. Se movía como un muñeco de trapo cada vez que una descarga eléctrica era recibida en su pecho, pero nada más. ―Vamos, tío... tanto que jodes con que eres el más fuerte.

Buttercup, desesperanzada, comenzó a llorar de nuevo. Los ojos de Boomer se llenaron de lágrimas. ― ¡Vamos idiota, despierta! ―Sus descargas se volvieron más duras, tanto que de su hermano moreno comenzó a salir humo.

―Boomer... Boomer detente... ¡Boomer! ―Sintió las manos de su hermano mayor frenarle, pero él no podía detenerse. Estaba en un estado de abstracción tal que Brick tuvo que aplicar bastante fuerza, tomarlo de la camisa y levantarlo. Accidentalmente una descarga eléctrica terminó impactándose en el cuerpo de Brick, haciendo que este terminara en el suelo, a lado del moreno y que Boomer volviera a su lugar inicial, pero esta vez mirando el cuerpo inerte de Butch.

El llanto de Buttercup le traspasó el pecho y terminó por soltar una que otra lágrima y dejarse caer sobre el pecho del mediano. El olor a cabello chamuscado llenó sus fosas nasales. Sintió a Brick incorporarse a su lado apoyándose de su propio hombro que al estar acostado sobre Butch le servía de apoyo.

El pelirrojo, hincado, miró la escena que tenía enfrente. Sus dos hermanos menores frente a él, uno derramando lagrimas sobre el cuerpo del otro que irremediablemente...

Dos lágrimas rebeldes rodaron por sus mejillas mientras su respiración se asemejaba a la de un toro en corrida. Apretó el hombro de Boomer, no supo si de coraje, odio, miedo, cansancio o apoyo al menor. Posiblemente todas las anteriores.

―Ese puto malnacido de mierda... me las va a pagar... ―Murmuró mientras que su voz se quebraba, en ese punto le valía una reverenda mierda si sus sentimientos salían a flote estando en público. Su hermano menor yacía sin vida frente a él. ―Nadie se mete con mis hermanos y sale vivo para contarlo.

Y salió volando casi tan rápido como el relámpago azul de Tokio, que en ese momento lagrimeaba silenciosamente sobre el cuerpo de su fallecido hermano.

Un minuto después, Boomer se levantó de su sitio y se hincó a la altura de Buttercup. La morena lo miró desvalida, como un fantasma.

―Por favor, no te alejes de él. ―Murmuró, mirando hacia él frente. ―Brick y yo volveremos para... ―La voz del azul murió en su garganta. Frunció el ceño con los ojos empañados de lágrimas. ―Volveremos por ustedes. Cuida de su cuerpo.

Y esta vez, cuando el chico emprendió vuelo el suelo se partió con un rayo.

Y Buttercup se quedó ahí, sola.

Sola con el cuerpo de su contraparte sin vida.

Blossom se revolvió entre las manos del castaño mientras levitaban a metros sobre el asfalto.

Morir por ahogamiento no le parecía la manera más heroica de abandonar la vida, pero por más que intentará quitarse las manos de ese psicópata del cuello no podía. Tenía más fuerza bruta que ella. Rápidamente su visión se empezó a nublar por la falta de oxígeno, y entonces pasó.

Con un grito de guerra, Brick llegó al campo de batalla como un trueno, tomando de la armadura a Ken y estampándolo contra él suelo, provocando una explosión y formando un cráter gigante en las calles de Tokio. Un edificio se vino abajo.

El recién llegado alcanzó a pescar el cuerpo de Blossom que comenzó a recuperar oxigeno rápidamente. Cuando la muchacha levantó la mirada se encogió del susto entre los brazos del líder. Un rastro de lágrimas casi secas se podía apreciar en sus mejillas, y su mirada... esa mirada. Juraba que la última vez que había visto esa mirada había sido en HIM. Los ojos del mismísimo demonio.

― ¿Te ha hecho mucho daño? ―Him observaba desde el aire a su oponente sin perderle la pista. A pesar del aura asesina que le rodeaba y la mirada tan atemorizante que tenía, le habló suavemente. Ella tragó saliva y negó, muda. Descendió lentamente y la depositó en el suelo con delicadeza, Ken, tambaleante y entre quejidos se incorporaba.

― ¿Daño? Si apenas comenzaba la diversión. ―A pesar de su tono chusco, Ken se tambaleaba. En ese momento, una estela azul impacto el cuerpo del castaño nuevamente. Otros tantos edificios cercanos cayeron hechos escombros y la estática que trajo consigo el relámpago azul de Tokio, hizo que sus cabellos se encresparan.

Blossom saltó en su lugar asustada por la repentina entrada.

En el aire, Bubbles y Himeko que lo habían visto venir de lejos, se apartaron del camino al ver la mirada del rojo. Segundos después llegó Boomer con la mirada igual de desquiciada que la de Brick. Una mirada que ella jamás había visto en su contraparte. Ni siquiera cuando fue un villano temido. El aire se volvió frío y comenzó a moverse más rápido, despeinándoles los cabellos agresivamente. Al instante nubes grises comenzaron a arremolinarse sobre ellos. Los truenos y relámpagos pronto se hicieron presentes. El enojo de Boomer estaba provocando una tormenta.

Sintió miedo de repente.

― ¡Ken! ―Himeko voló hasta el cráter humeante con preocupación. La llegada de los hermanos había detenido la batalla unos segundos. Se apresuró a llegar al lugar de los hechos donde Brick permanecía hincado a la altura de Blossom que estaba en el suelo, y Boomer permanecía de pie a lado de su hermano. El humo le dificultaba la visión, pero pudo ver a Ken reincorporarse con la ayuda de Himeko.

Una risa gutural salió de la garganta del villano.

―Por su mirada me imagino que mi primer objetivo fue eliminado. ―Brick se levantó lentamente. El corazón de Bubbles dio un vuelco y la imagen de Butch se le vino a la cabeza.

Blossom les miró confundida. ¿De que hablaban?

― ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están Butch y Buttercup? ―El rubio, de espaldas a ella, sólo giró la cabeza lo justo para mirarla. Su seño estaba fruncido pero su mirada se había suavizado al chocar con sus ojos. Los orbes cobalto estaban enrojecidos y algo hinchados. Había un rastro de lágrimas mezcladas con polvo en sus mejillas.

No hubo palabras, pero ella no necesito mayor confirmación.

― Y estuve a punto de eliminar a otra, pero tenían que hacerse los héroes.

Brick no necesitó más. Ese idiota se había llevado a su hermano y casi logra llevarse a la chica que amaba. Con Boomer detrás comenzaron a atacar como desquiciados, cuales dos locos que habían perdido lo poco que les quedaba de cordura por el dolor.

Cada vez que Boomer golpeaba o atacaba un rayo descendía del cielo pulverizando todo a su paso, lo cual era cada pocos segundos.

Las dos féminas del grupo miraban estupefactas entre lágrimas la batalla que se llevaba a cabo frente a ellas. Los Him hacían gala de su apellido atacando a diestra y siniestra sin ninguna compasión. Blossom juraba que había visto lágrimas en el proceso.

― Lo van a matar. ―Murmuró la rubia mirando como el cuerpo de Ken parecía una bola de pingpong en el aire. Himeko se había mantenido al margen de la batalla al saber que no podía hacer nada para detenerla. ―Blossom, lo van a hacer polvo.

Pero la líder estaba ida sin saber que hacer. Su mente se había quedado con Butch y Buttercup, a kilómetros de la batalla. Una parte de sí, deseaba fuertemente que Brick y Boomer despedazaran al villano. Que le hicieran pasar por aunque sea, un poquito de lo él les había hecho.

Por su parte Himeko deseaba poder hacer algo, pero la conversación con la líder de las PowerPuff le ametrallaba la mente. ¿No te das cuenta que sólo te ha utilizado? Sin embargo, Himeko sabía que detrás de toda esa oscuridad, había un chico lastimado. Un chico igual a ella. Ken tenía un carácter difícil, pero a su manera… la había aceptado. Incluso se atrevía a decir que a veces se preocupaba por ella.

Él la necesitaba. Y si no hacía algo rápido aquellos dos RowdyRuff lo matarían. La batalla estaba dictada, los héroes habían ganado.

¿Pero cómo podía ella si quiera pensar en intervenir para detener esa carnicería?

No estaba segura de cuánto tiempo había pasado pero antes de que pudiera pensar en algo, Bubbles voló en dirección a su contraparte y lo abrazó por detrás, claramente un mero acto de desesperación. El rubio paró al instante con la respiración agitada.

Era el primer contacto real que tenían desde lo ocurrido en el Triángulo.

―Tranquilízate por favor. ―Pidió entre débiles sollozos. ―Por favor... me lo prometiste, prometiste que jamás dejarías que la oscuridad te alcanzara de nuevo.

El pecho de Boomer subía y bajaba casi agresivamente mientras intentaba acompasar su respiración con la de la rubia.

―Ese malnacido-

―Sé... sé que Butch se ha ido... ―Le interrumpió. ―Pero él siempre vivirá en nuestros corazones, en nuestros recuerdos. Mientras haya quién lo recuerde el vivirá con nosotros... Y sé... que también estás así por nuestros problemas... pero Boomer, eso... eso se puede arreglar... por favor detente... ―Suplicó intentando tragarse el llanto mientras se aferraba fuertemente al azul.

Pronto la jadeante respiración de Boomer se vio aún más desestabilizada por los sollozos que comenzó a soltar. Bubbles sintió unas cuantas lágrimas caer en el dorso de sus manos que permanecían fuertemente unidas en el pecho de su contraparte.

Lentamente, Boomer giro sobre su propio eje, quedando de frene a frente con Bubbles. Se miraron un par de segundos y el rubio terminó por rodear el cuerpo de la azul con fuerza al tiempo que escondía su cara en el cuello de Gotokuji. Se aferró fuerte, mientras las lágrimas corrían sin reparo sobre sus mejillas mojando el cuello de la chica.

Y lloró por todo. Por él, por ella, por su hermano. La lluvia de la tormenta se volvió más densa, más fuerte.

El cielo lloraba con el menor de los Him.

Ahora que Brick no tenía con quien jugar al voleibol con el cuerpo de Ken, había terminado por estamparlo contra el asfalto y descargar todo su odio con golpes a fuerza bruta. Los brazos le dolían, pero no podía parar. Estaba operando en piloto automático. Su enemigo ya ni siquiera ofrecía batalla, simplemente se zangoloteaba en dirección a donde sus golpes le dirigían.

Lo poco que quedaba de su armadura había desaparecido.

Entonces algo se estrelló contra su cuerpo, lo cogió y lo elevó al aire. Él, aún absorto en su anterior cometido se revolvió y con un golpe envió a su nuevo contrincante directo a estrellarse contra un edificio cercano, lo remató con un rayo de energía. Segundos después observó a Blossom ya transformada en una inconsciente Momoko caer en picado al suelo por consecuencia del anterior impacto.

Despertó en el acto.

― Mierda ―Voló tan rápido como pudo en dirección a la pelirroja que caía a una velocidad peligrosa. ― ¡Mierda, mierda, mierda!

Tan pronto como Him mayor se olvidó de Ken, Himeko voló rápidamente a él con el corazón desbocado. Ken yacía entre los escombros de lo que una vez fue una gran avenida sin moverse. Su rostro era casi irreconocible después de la golpiza que había recibido.

Su respiración apenas era perceptible.

―No…

Fueron varios segundos en los que el pánico se apoderó de Brick, pero al final, logró alcanzar el cuerpo de la PowerPuff rosa. A pesar de ello, debido a la velocidad que volaba, no logró estabilizar el vuelo y termino por caer de lleno sobre un estacionamiento lleno de coches. Intentó cubrir el cuerpo inerte de Akatsutsumi lo más que pudo y cuando por fin logró detenerse se apresuró a incorporarse y verificar el estado de la pelirroja.

Incosciente.

La culpabilidad lo invadió, él no se había dado cuenta que era ella cuando la había atacado.

―Blossom. ―Llamó. ― Hey Blossom. ―Le tomó el rostro, dándose cuenta de que sus manos estaban llenas de sangre que la fuerte lluvia comenzaba a limpiar. Se dio cuenta que un hilo de sangre corría desde dentro de su oreja y nariz. Con los sentimientos a flor de piel por todo lo vivido, y comenzando a hacerse películas drásticas en la cabeza, los ojos se le aguaron.

¿Y si la había matado? La había golpeado tan fuerte como sí hubiera golpeado a Kimura. La había golpeado tan fuerte que la había noqueado y obligado a transformarse. De pronto la batalla se le había olvidado.

―Bloss… ―Meneó su hombro suavemente casi con miedo. ―Bloss despierta.

Entonces ella abrió los ojos. Aturdida se incorporó rápidamente quedando sentada frente a él, jadeante.

― ¿Q-Qué? ―Hizo amago de entender que pasaba, pero por toda respuesta, Him dejó caer la cabeza y se puso a llorar como un crío. La chica lo observó contrariada y sorprendida. Era la primera vez que lo veía llorar a lágrima suelta.

Estaba cansado, estaba destruido. Se había quedado sin hermano, su ciudad estaba destruida y había sentido como casi le arrebataban también a su contraparte.

Por su parte Momoko intentaba volver a la realidad. Lo último que recordaba era haber intentado separar a Brick de Ken antes de que terminara por hacerlo papilla, pero solo recordaba haberlo alzado en vuelo junto ella. Después todo estaba borroso.

¿Qué había pasado?

―Brick, ¿Dónde…? ¿Qué paso, dónde estamos?

El pelirrojo hizo silencio un momento. Al segundo siguiente levantó la cabeza con los ojos enrojecidos y la miro con alerta.

¡La batalla! ¡Joder, la batalla! ¡Se había olvidado por completo!

Sin darle explicaciones la cogió en brazos y voló de regreso al centro de la ciudad, no tan lejos de ahí. Cuando llegó se dio cuenta que todo seguía como estaba antes de irse. Boomer abrazado al cuerpo de Bubbles en el aire y Ken inerte, sobre los escombros de una de las avenidas principales.

El cuerpo militar de Tokio había llegado a escena, tal vez al notar que la destrucción masiva había parado.

Rodeaban el cuerpo del villano con armas y un par de carros de combate.

Lo único diferente era que Shirogane no estaba por ningún lado.

―Vamos. ―Pidió la rosa.

― ¿Puedes transformarte? ―Ella miró sus ropas. ―Te quedaste inconsciente en pleno vuelo. Te golpee accidentalmente. ―Explicó.

Momoko se transformó para cubrir su identidad, y junto a Blossom, Brick se acercó al ejército. Aterrizaron junto al general que se encontraba en cuclillas examinando a Ken. Al verlos llegar, se levantó para recibirlos.

―Soldados. ―Saludó con un gesto de cabeza. ―Buen trabajo. Enemigo caído.

Y ahí, en medio de una caótica tormenta, y gran parte de la ciudad destruida, Blossom se dejó caer al suelo en un suspiro.

Todo había acabado.


A ver... por favor no me maten D;

Les explico ya mismo. Hace 12 años que comencé a escribir No Hai, tenía 14-15 años y una forma muy infantil e inocente de ver las cosas. Creo que muy poco realista. Conforme he ido creciendo creo que también ha cambiado mi forma de ver la vida aun así sea ficción. Creo que los finales completamente felices donde todos terminan con lo que exactamente quieren y desean son demasiado alejados de la realidad. Por eso decidí mejor optar por un final como en realidad es la vida la mayoría de las veces, agridulce, con aprendizajes duros y sacrificios para mantener la paz, pero que eventualmente pulen tu caracter y te preparan para la vida.

La verdad fue bastante difícil saber de cual de mis 6 chicos me iba a despedir, tuve que hacer papelitos y escoger al azar.

Además, todavía falta el epílogo, donde podrán ver más conclusiones no tan horribles, eso sí se los prometo. Lo estaré publicando también en la semana. Como les prometí, no pasa de Septiembre para que terminemos esta historia. Al final decidí dividir el último capítulo en dos porque había quedado excesivamente largo.

Por otro lado, Himeko y Ken para mi representan la situación que muchas personas a veces viven, de recrearse en una relación tóxica y destructiva, de esas que por más que uno les diga que se separen la coodependencia no los deja ;( Sé, y espero que todos nosotros ya sepamos diferenciar entre una realción tóxica y una sana (no perfecta, sana) en constante crecimiento, pero quería agregar de alguna manera esa realidad que muchas veces se vive.

Si se me escapó alguna falta de ortografía disculpenme, estaba demasiado alterada cuando escribí este capítulo y aún cuando le dí un último repaso.