"La agonía que sentías..."


Desperté después de tanto tiempo, el lugar que ya así recostada estaba deteriorado, es como si hubiese pasado miles de años, mientras abría mis ojos me levanté con dificultad, me di cuenta de que nadie había venido a rescatarme, nadie, ningún intento de salvarme.

¿Por qué nadie había venido a rescátame...?

Esa pregunta gritaba en mi mente, ¿Por qué nadie vino?, ¿Por qué a nadie le importe..., ellos me abandonaron... ellos me traicionaron...

Nadie intento salvarme...

Mis lágrimas comenzaron a caer por mi rostro mientras me preguntaba por qué los demás no vieron mi sufrimiento.

Lo único que vieron era una mujer recostada en una cama.

Sentí una profunda ira hacia esas criaturas mágicas que habían jugado con mi destino.

Esas asquerosas criaturas.

Recordé ese nombre que resonaba en mi mente... Maléfica... Y su ridículo hechizo, fue la que me había condenado, esa malévola maldad lo que me había sumido en ese maldito sueño eterno, privándome de mi vida... de mi libertad.

¿Por qué deberían los demás escapar de mi sufrimiento?

Todos ustedes pagaran por su indiferencia hacia mí, por privarme de mi libertad, ustedes, esas malditas personas que, habían ignorado mi sufrimiento mientras vivían llenas de felicidad.

Todos ellos van a sufrir.

¿Por qué?, ¿Por qué...?, ¿Por qué debo ser la única en sufrir?

Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Observo a mi alrededor mientras todo se consumía en llamas, alimentadas por el humo del sufrimiento de aquellos que me habían abandonado.

Lo único que puedo hacer es sonreír.

Todo arde a mi alrededor y es consumido por el humo que emerge del sufrimiento de ellos... el fuego consumé todo iluminado el horizonte con su resplandor

El fuego iluminaba el horizonte con su resplandor, su belleza en la destrucción que causaba, era tan...

Bella...

Solo yo puedo escucharme.

En medio del caos, distinguí la silueta de un joven acercándose hacia mí. Su cuerpo parecía frágil y sus rasgos reflejaban tristeza, era casi imperdonable que un niño sintiera tal pesar en su interior.

¿Cómo es posible que un niño alberge tanta tristeza?

Sin embargo, no pude comprender completamente lo que él representaba en ese momento, pero su sola presencia despertó en mí una mezcla de emociones... no me pude dar cuenta...

¿...Quién eres?

Su silueta, su cuerpo, sus facciones, su pequeña figura, no representaba un peligro, o aun adversario... parece tan débil.

Su pequeño cuerpo se abalanzo contra mí, era adorable... su rostro refleja mi tristeza.

El se movía con una velocidad y destreza sorprendentes, la rapidez que generaba con movimientos simples, y la densidad que ejercía al aire, era aterradora.

El eclipsaba todo a mi alrededor.

Todo a su alrededor, carecía de cualquier indicio de existencia más allá el... parecía trascender lo humano, como si fuera una fuerza superior, como un dios... enojado.

El parecía promulgar el equilibrio en el universo, el frente a mí, trascendiera lo humano.

Segundos le bastaron para dispersar el fuego, a su alrededor, él se detiene y me observa, camina lentamente, y ve hacia su lado derecho, mira esa choza. El tiempo parece distorsionarse, mientras observa a ese lugar, es como si fueran horas las que pasaran en un solo instante.

El niño lentamente camina y en el momento en el que parpadeo dispersa el humo que envolvía a esa choza con movimiento de su espada, generado ráfagas de viento.

Murmura palabras que no alcanzo a distinguir, pera el aire las hace resonar con una extraña autoridad, el voltea hacia mí a verme y pronuncia esas palabras, esa pregunta, que jamás me dejaran descansar, jamás podre olvidar.

—¿Qué tiene de divertido...?


Su ser reflejaba sufrimiento, y abandono... su presencia despertó emociones que muy pocas veces había sentido antes, la ira. Ella misma se envolvía en su propio dolor y sed de sangre, sus ojos brillaban con ese color, podía sentir su odio.

Ella la princesa Aurora, la Bella durmiente, ella no vivió su historia, una historia llena de felicidad, y al parecer fue privada de tal vida. Estoy frente a ella, su rostro sereno, ajena a todo lo que sucede a su alrededor, todo lo que ella causo, solo me hace sentir impotente.

Sus ojos encuentran los míos, y su mirada me mostro su deseo de hacer que otros experimentaran su dolor, al ver esto, no puedo evitar sentirme... nada.

No tengo ningún vínculo, con ella, no hay lazos, ni tampoco tengo conocimiento de su cuento o película, soy solo alguien que fue arrastrado a su historia, una mera casualidad... no me importa su sufrimiento, ¿Qué espera este mundo, que haga...?, Que sea un héroe y la salve de su "hechizo".

¿Por qué siente tanto dolor?

Entre todo el fuego de color verde, su mirada reflejaba el mismo color de las llamas que devoraban el pueblo en el que crecí.

¿Qué fue lo que te sucedió?

Sus ojos me veían como algo que no debió de estar ahí, me miro con tristeza...

¿Por qué hace esto?

Sin darme cuenta pronuncio esas palabras que siempre temí.

"Lo siento... mamá, papá..."

Sin haberme dado cuenta, había vuelto a nacer, viviendo en un mundo ajeno a mi existencia, vivía una vida común, con mi madre y padre.

No pude llegar a tiempo...

No sabía quién era yo, pero tampoco me importo, yo solamente quería vivir una vida en paz.

Me equivoque... de nuevo...

Era un amanecer, como cualquier otro, madre nos preparaba en desayuno, y después de terminar y despedirnos, padre me llevaba a su trabajo, el cómo cualquier otro era un soldado del reino, el me encellaba lo que sabia sobre blandir una espada.

Muchos decían que yo tenía un talento, con la espada... yo jamás lo vi como un talento, a veces yo realmente me preguntaba, ¿Por qué ven algo tan violento como un talento?

Mi padre me solía contar una historia, en el que un día una hechicera, maldijo a una princesa a un sueño eterno, pero yo siempre lo vi como una simple metáfora, pero ahora, frente a mí, estaba esa princesa.

Sujeto con delicadeza la empuñadura de la espada, que me había regado mi padre, por mi decimoséptimo cumpleaños.

Su recuerdo me hace sentir una tristeza, abismal, por haber nacido, por no haber sido su hijo... perdóneme.


Después de tantos años despierto, solo para seguir sintiendo más dolor, ¿Quién este niño que despierta más dolor en mi interior?, Uno mucho más profundo, que no puedo lograr a entender.

¿Por qué?, ¿Qué fue lo que hice para sentir todo esto?

Su pregunta hace hervir mi sangre, "¿Qué tiene de divertido?", Es como si me estuviera juzgando, la intensidad de su mirada, su postura, su voz...

¿Por qué siento miedo?, ¿Quién es este niño?

Su pregunta, su miranda que no representa ninguna emoción, me atormenta, sus ojos veían los míos, sentía como mi corazón se desgarra.

¿Por qué siento tanto dolor en su presencia?

En cada choque de espadas, en cada parpadeo, cada golpe que intento acertarle es rápidamente esquivado, ni siquiera se esfuerza, no soy nadie para él, solo soy un simple monstruo que invadió su pueblo... tú... ¿Quién eres tú?

Me recuerdan tanto al príncipe que debía de salvarme... mi mente se resquebraba haciéndome recordarlo.

Y entonces un leve pensamiento me invade...

¿Tu pudiste haber sido mi hijo...?

Cada postura era elegante, me hacía recordar a lo que pude haber tenido, la habilidad con su espada me hacia imaginar como hubiera sido tener un hijo como él. Tal vez... solo tal vez en otra vida este niño hubiera sido... mi hijo...

Tal vez tu pudiste haberme salvado de mi sueño... eterno.

¿Por qué...?, ¿Por qué?, Si eres tan fuerte por que no fuiste a salvarme.

Por favor háblame... por favor solo quiero escuchar tu voz de nuevo.

Sus cortes simples y precisos me al cansan con tanta facilidad, haciendo alejar del pueblo, como si estuviéramos danzando, mi fatiga se apodera de mi cuerpo haciéndose evidente, y caigo ante su presencia.

Mi cuerpo tiembla, y no solo por el cansancio sino por el dolor que me carcomía por dentro, en lo más profundo de mi ser...

¿Qué es esto...?, ¿Por qué siento esto?

Una impensa culpa se apodero de mí al instante, por él, le había quitado su familia, le había arrebato a su madre y padre solo por mi... venganza.

Después de un momento el me enfrenta de nuevo, se acerca a mí, sin miedo ni odio, y con sus ojos llenos de tristeza... y su voz, su dulce voz, acaricio mis oídos mientras pronuncia sus palabras.

—Dime..., Aurora, ¿Cuál es el valor de una vida para ti?

Sus palabras me destrozaron, lo que me quedaba de corazón, su pregunta... el valor de una vida, el valor que yo le hubiera dado, eso era, no sabes lo tanto que lo de deseo, lo había anhelado tanto que no lograba pensar en otra cosa.

¿Aurora...?, Tú sabes mi nombre... cierto...

Si tú me conoces, ¿Por qué me haces preguntas?

Por favor solo déjame mirarte más, y más, déjame apreciarte bajo en brillo de la luna.

—¿Por qué lo olvidaste?

Perdóname por no contestarle a tu hermosa voz...

Tus ojos marrones, tu cabello castaño y tu piel blanca, todo me recuerdan a lo que pude haber tenido junto con él, si todo esto fuera diferente, tu podrías haber sido mi hijo en otra vida...

Perdóname...

Si tan solo él me hubiera salvado, y tal vez... tal vez, el, yo y tu... habríamos sido lo que siempre deseé, lo que nunca pude tener... una familia...

Lamento no haber podido darte el amor que merecías... I... Hi... Jo...