Capítulo 1: Una Misteriosa Excavación en Ponyville

Era una noche oscura como cualquier otra del año, las estrellas y la luna brillaban en lo alto del cielo a la vez que unas nítidas luces provenientes de una fastuosa ciudad de edificios blancos, ubicada en la cima de una montaña, comenzaban a encenderse en medio de la oscuridad; dichas luces provenían de Canterlot, la Capital del Reino de Equestria y Hogar de las Princesas Celestia y Luna, la cual aquella noche estaba viviendo nuevamente un ambiente festivo y de celebración debido al exitoso rescate que Starlight Glimmer y su Equipo habían realizado en el Reino de Chrysalia, Hogar de los Temidos Changelings y quienes habían secuestrado a las y los ponis más importantes del Continente Equino para suplantarlos y vivir como parásitos recibiendo eternamente el amor que dichas figuras simbólicas provocaban en el resto de sus congéneres.

Desafortunadamente para la cabecilla de esta conspiración, la Reina Chrysalis, el plan fue un rotundo fracaso que concluyó con la conversión de los Changelings, quienes pasaron de ser unas criaturas temidas y salvajes a transformarse en seres pacíficos y armoniosos que eran capaces de generar su propia fuente de amor sin necesidad de depender de otros seres vivos.

Como era de esperarse la noticia cimbró un gran revuelo entre los sectores sociales de la Capital, especialmente en la Aristocracia que veía con cierto desdén el hecho de tener que compartir parte de su cultura y forma de vida con dicha especie, aunque también por el otro lado había potros y yeguas que veían en esta apertura una oportunidad para emprender nuevos negocios y llenarse los bolsillos de más dinero del que ya tenían a su disposición.

Uno de estos ponis "emprendedores" que estaba ansioso por hacer negocios era el Príncipe Blueblood, un unicornio de cuero color blanco y melena rubia quien ostentaba el título de ser el Sobrino de la Princesa Celestia, el cual le fue suficiente para poder hacerse dueño de un enorme emporio comercial compuesto por boutiques costosas, casinos y hoteles – spa que eran la envidia de varios empresarios del Reino.

Él desde muy joven había aprovechado su título nobiliario para obtener casco de obra barato para sus negocios y por ende la noticia de que los Changelings se habían reformado para integrarse a la Sociedad Equina fue música para sus oídos, especialmente debido a que estaba en vísperas de contraer nupcias y quería tirar la casa por la ventana.

Desgraciadamente para el Sobrinísimo la realidad distaba bastante de sus delirios de grandeza, pues el unicornio había contraído enormes deudas debido a su estilo de vida desenfrenado que se resumía en fiestas bacanales plagadas de alcohol y sexo, las cuales se habían comido casi toda su fortuna y lo habían obligado a vender incluso varias de sus propiedades.

Sin embargo, y para su buena suerte, la solución a todos sus problemas se hallaba en los cascos de su "Padrino", un poni de enorme poder económico y político que desde hace ocho años le había protegido las espaldas cada vez que tenía problemas financieros serios, un potro con el cual nadie se atrevía a meterse debido al peso de sus influencias en la Corte Equestriana, un unicornio cuya fama había generado un sinfín de leyendas urbanas de las cuales destacaba la del supuesto asesinato de su esposa, hijos y amantes para protegerse a sí mismo y a su fortuna.

El nombre de este protector era Darkmoon, un unicornio de cuero gris y melena negra quien también ostentaba el pomposo apodo de "El Rey del Carbón" debido a que era dueño del 90% de las minas de carbón que había en todo el Reino de Equestria; este peculiar potro vivía en una costosa casa de estilo barroco ubicada en las afueras de la Ciudad de Canterlot y la cual estaba rodeada por un hermoso jardín lleno de flores rojas y blancas que era protegido celosamente por un grueso muro de piedra de cantera negra cuyo grosor era imposible de penetrar a no ser que se utilizasen explosivos o hechizos mágicos muy poderosos.

El Príncipe Blueblood lo había conocido durante una Exposición de Arte Antiguo en el Museo de Canterlot y desde aquel encuentro se convirtió en una especie de discípulo que seguía a su mentor a cualquier parte, al grado de que incluso se ofrecía a realizar cualquier cosa que este le pidiese siempre y cuando pudiera obtener más dinero para derrochar y en esta ocasión no sería la excepción, aunque para ello ya llevaba consigo dos objetos con los cuales podría ganarse fácilmente el favor de su maestro de los negocios sucios.

- ¿Otra vez visitando a ese criminal del bajo mundo, majestad? -preguntó sorprendido un poni de tierra que portaba un moño negro alrededor de su cuello y quien tiraba de un lujoso carruaje blanco dentro del cual viajaba el sobrino de la Princesa Celestia -Pensé que iríamos a la fiesta de su tía, incluso me arreglé para la ocasión.

-No hay tiempo para fiestas, Shine -respondió el Príncipe Blueblood con un tono de voz que denotaba decisión y seguridad de sí mismo -Es urgente hablar con el Señor Darkmoon, la boda se acerca y necesito que alguien cubra los gastos en lo que planeo como secuestrar a algunos de esos Changelings para el negocio que tengo con el Señor Set.

-Entiendo que su compromiso con la Señorita Dis Lee sea un asunto importante, pero no podríamos buscar a otro poni con una reputación un poco más… respetable.

-Darkmoon es el poni más respetado de toda la ciudad, todo lo malo que se dice de él son mentiras, calumnias y patrañas inventadas por ponis resentidos con olor a estiércol -dijo el Príncipe Blueblood frunciendo el ceño al tiempo que volteaba hacia la ventana izquierda del carruaje para poder vislumbrar a lo lejos la reja que daba la bienvenida al hogar de su protector -Mira, estamos a punto de llegar y espero que por lo menos mantengas la compostura como es debido.

-Lo haré, majestad -respondió Shine asintiendo con la cabeza para después continuar su trote hasta llegar a la reja de la casa, la cual se abrió por si sola permitiéndole tanto a él como al carruaje entrar al jardín y detenerse frente a las escaleras que comunicaban con la puerta principal del lujoso sitio -Hemos llegado, ¿Necesita ayuda con alguna otra cosa, majestad?

-No, pero… creo que esta vez nos recibirá una dulce florecita de primavera -respondió el Sobrino de la Princesa Celestia bajando del carruaje y viendo como la puerta principal se abría dejando salir a una hermosa unicornio de cuero color azul celeste y crines color café que vestía un atractivo traje de sirvienta -Buenas noches, ¿Qué hace tan sola una delicada flor como tú?

-Guarde sus coqueteos para las prostitutas y sus novias -dijo la unicornio abofeteando al aristócrata al tiempo que le dirigía una mirada un tanto intimidante -El Señor no está para visitas esta noche y lo único que espera es que al menos usted haya traído un presente que valga la pena.

-L-La mera verdad es que la situación actual me ha impedido traer algo costoso -respondió nervioso el Príncipe Blueblood para después iluminar su cuerno y atraer con su magia dos objetos que venían envueltos en finos pañuelos de seda -Sin embargo, traigo como ofrenda de paz unos objetos que creo podrían gustarle a tu amo.

-Muy bien, entonces… pase usted -dijo la unicornio haciéndose de lado para que el Sobrino de la Princesa Celestia pudiera subir las escaleras y entrar en la casa.

El Príncipe Blueblood ante este gesto solo se limitó a asentir con la cabeza, después subió las escaleras lentamente mientras sentía como su corazón se aceleraba debido al miedo que le provocaba poner sus cascos en esa casa tan grande y lujosa que, a comparación de la suya, era un palacio que la mismísima Princesa Celestia desearía poder poseer.

El unicornio continuó su lento caminar hasta llegar a la puerta, donde se detuvo debido a que justo frente a esta se encontraba su "Padrino", el cual, a diferencia de ocasiones anteriores, le observaba con cierto desprecio y asco, casi como si para este él no fuera nada más que un objeto personal o un esclavo al cual podría explotar y golpear hasta la muerte.

-Y-Yo… Y-Yo…

-Habla claro y con seguridad, Blueblood -ordenó el Rey del Carbón molestó debido a la actitud nerviosa de su aprendiz -Recuerda que no me gustan los indecisos y menos aquellos que ante mí se ven débiles.

-Ehm… Buenas noches, Señor Darkmoon.

- ¿A eso le llamas modales, Blueblood? -preguntó Darkmoon esbozando una sonrisa burlona y soltando algunas risas ante la patética actitud de su invitado -Creí haberte enseñado bien como ser un caballero ante la sociedad y si te soy sincero pareces más un pueblerino que un aristócrata.

-Lo lamentó, Señor -respondió el Príncipe Blueblood agachando la cabeza para después arrodillarse ante el empresario diciendo -Soy un ser patético y estoy consciente de ello, pero no me atrevería a venir ante usted si no fuera porque necesito nuevamente su ayuda.

-Siempre es lo mismo contigo, puros problemas financieros y nada de resultados -dijo Darkmoon soltando un suspiro y acercándose al unicornio para poder verlo más de cerca -Solo espero que esta vez hayas traído algo que valga la pena y más si está relacionado con… lo que hablamos hace unas semanas.

-Hice lo que me pidió, Señor -respondió el Sobrino de la Princesa Celestia alzando la mirada al tiempo que desenvolvía los objetos que le había llevado a su mentor y los cuales consistían en una extraña llave que tenía grabada una antigua insignia, así como una gema azul marino con forma de luna menguante -Mis obreros los encontraron justo en el lugar que usted indicó y… son mi ofrenda para usted.

-Muy bien, muy bien -dijo Darkmoon soltando algunas risas e iluminando su cuerno para tomar ambos objetos, de los cuales solo escogió la llave antigua mientras que la gema se la entregó de regreso a su discípulo -Me has sido muy útil durante todos estos años y puedo decir que eres el mejor alumno que he tenido en toda mi vida, Blueblood.

-Gracias por sus gentiles palabras, Señor Darkmoon.

-Al contrario, el que debe agradecerte por esto soy yo -dijo el Rey del Carbón sonriendo e iluminando su cuerno para hacer desaparecer la llave que le había entregado el Príncipe Blueblood -En fin, ¿Qué es lo que quieres de mí, Blueblood?

-Necesito dinero para mi boda, Señor.

- ¿Otra boda? ¿Acaso el matrimonio con la Señorita Flare no te fue suficiente?

-Todo lo que es bueno termina por acabarse y esa zorra ya no me sirve para nada, me la he cogido y eso es lo único que importa -respondió el Príncipe Blueblood con un tono de voz que denotaba cierto orgullo por sus acciones -Además, no hablamos de cualquier yegua esta vez, pues se trata de la modelo más codiciada de toda Equestria y con unos flancos muy envidiables.

-Eres un sucio ambicioso y codicioso, solo por eso me caes bien -dijo Darkmoon soltando algunas risas para luego dar un suspiro diciendo -Voy a ayudarte, te daré quinientos mil reales para que puedas gastarlos en tu… patética fiesta de compromiso, pero a cambio necesito que hagas algo más por mí.

-Haré lo que sea por usted, Padrino.

-Desaparece, no quiero que vuelvas a buscarme ni a pedirme nada nunca más -ordenó el Rey del Carbón mientras observaba con severidad al Sobrino de la Princesa Celestia -Nuestra relación como maestro y alumno ha llegado a su fin, conseguí lo que quería de ti y ya no me sirves para nada.

- ¡¿Qué?! P-Pero… usted prometió que me enseñaría a…

-Oh… ¿En serio creíste que yo te nombraría el sucesor de mis bienes?

-U-Usted me dijo que yo tenía potencial para ser el elegido, me he preparado para ello estos ocho años de mi vida -respondió el Príncipe Blueblood sintiéndose molesto y a la vez triste por las palabras de su mentor - ¿Que se supone que haga después de la boda? No tengo mucho dinero y las propiedades son escasas o no valen casi nada.

-Ese es tu problema, no el mío -dijo Darkmoon dándose la vuelta e ignorando al unicornio -Tú mismo cavaste tu tumba y sellaste tu destino, tuviste tiempo para hacer bien las cosas y al final solo te enfocaste en ser un pobre libertino.

-Al menos… ¿Puedo recibir un poco más de dinero de parte de usted?

-No, no voy a darte más porque el acuerdo ha sido sellado -respondió el Rey del Carbón al tiempo que se daba la vuelta para ver nuevamente cara a cara a su invitado -A menos claro que… ¿Quieras darme a tu noviecita nueva?

- ¡Jamás! ¡Ella es mía!

-Lo ves, por eso es que nunca vas a formar parte de las ligas mayores dentro de nuestra sociedad -dijo Darkmoon acariciando la melena del Sobrino de la Princesa Celestia para después caminar hacia su puerta diciendo -Será mejor que te vayas a descansar, tu boda aguarda y estoy seguro que… ya has de tener deudas por todo lo que has apartado.

-Voy a recuperar mi posición social y te destruiré -dijo el Príncipe Blueblood de forma amenazadora mientras veía como el unicornio cerraba lentamente su puerta.

-Ya veremos eso, Blueblood -dijo el Rey del Carbón cerrando la puerta y dejando a su invitado afuera en medio de la oscuridad de la noche.

El Sobrino de la Princesa Celestia se quedó durante algunos segundos contemplando la puerta, posteriormente iluminó su cuerno para tomar la gema que su ex mentor había rechazado y tras envolverla en los pañuelos de seda que había traído bajó las escaleras y se subió a su carruaje, el cual inmediatamente comenzó a avanzar hacia la reja para salir del lugar dejando atrás al hasta entonces "Padrino" del Príncipe, quien, desde una enorme ventana ubicada en el tercer piso de su casa, observaba la partida de su ex alumno.

Darkmoon se quedó observando el carruaje durante algunos minutos, luego iluminó su cuerno haciendo que las luces del sitio donde se encontraba se encendieran repentinamente revelando una habitación de enormes proporciones que estaba decorada con hermosos tapices que mostraban escenas míticas de antiguas leyendas y mitos, así como muebles hechos de madera fina que tenían grabados varias frases y oraciones extrañas escritas en una lengua muerta que ya nadie hablaba en el Continente Equino.

No obstante, lo que más destacaba de aquella habitación era la numerosa colección de reliquias y objetos antiguos, algunos por sus características eran visiblemente oriundos de otras regiones del globo terráqueo mientras que otros parecían provenir de la misma Equestria, solo que de una época mucho más antigua.

-Es una pena que nuestra relación con el Príncipe haya llegado a su fin de una manera tan desagradable, pero nunca es bueno mezclar la amistad con los negocios y más cuando se trata de una inversión a largo plazo -se dijo a sí mismo el Rey del Carbón mientras caminaba hacia una enorme pizarra donde se hallaba pegado un mapa del Reino de Equestria con varias localizaciones marcadas en tinta roja -Si algo me tiene muy molesto de todo esto es el hecho de que no pude obtener un corderito para la cena de mi Señor, pudo ser el regalo completo.

-Yo puedo ir por ella si lo desea, mi Señor -dijo la sirvienta que había recibido al Príncipe Blueblood y quien apareció repentinamente detrás del empresario sentada en la cama de la habitación de forma provocativa -No me será difícil atraparla para ti, es una modelo y no tiene tanta protección como las Princesas.

-Agradezco tu entusiasmo, Selene -respondió Darkmoon dándose la vuelta para ver a la sirvienta quien no dejaba de sobar sus flancos con la intención de seducirlo -Pero… me temo que su alma y su magia no son tan poderosas para nuestros fines.

- ¿Y acaso eso importa ahora? Has pasado años buscando esto y lo único que debe importarte ahora es liberarte de esta farsa -dijo la sirvienta iluminando su cuerno y atrayendo con su magia un antiguo cofre que se hallaba sobre uno de los muebles y el cual tenía grabado la misma insignia que la llave que le había entregado el Sobrino de la Princesa Celestia al empresario -No seas tan perfeccionista, tu Señor no te juzgara por elegir a una plebeya en lugar de una aristócrata o una miembro de la realeza.

-Nunca lo conociste tan bien como yo, él era muy… estricto en estos temas -respondió el Rey del Carbón iluminando su cuerno y haciendo aparecer con su magia la llave, la cual introdujo en la cerradura del cofre para girarla lentamente -Aunque… quizás tengas razón en cuanto a lo que dices, debemos librarnos de esta carga ahora para poder volver a ser lo que éramos antes.

-No olvides que me prometiste mi libertad y créeme que estoy dispuesta a hacer lo que sea con tal de obtenerla.

Tras escuchar aquellas últimas palabras por parte de su sirvienta, el unicornio simplemente asintió con la cabeza para después abrir el cofre completamente, sacando del interior de este un antiguo objeto esférico bañado en oro, el cual inmediatamente comenzó a emitir un brillo tan fuerte que iluminó cada rincón de la habitación para luego dar paso a un mapa antiguo del Reino de Equestria que señalaba con un punto rojo una región deshabitada que por sus características físicas y su ubicación podía deducirse que se trataba del mismo sitio donde actualmente se asentaba el pacífico pueblo de Ponyville.

- ¡Sí! ¡Lo sabía! ¡Tenía que ser ahí! -exclamó Darkmoon entusiasmado y arrodillándose ante el mapa para después voltear a ver a Selene diciendo - ¿Lo viste? Te dije que ese tonto nos sería de utilidad tarde o temprano.

-Debo reconocer que me has ganado en esta apuesta, pero… ¿Estas seguro que tu amigo nos ayudara? -le preguntó la sirvienta a su amo con un tono de voz que denotaba cierta duda e inseguridad por las afirmaciones de este.

- ¡Por supuesto que lo hará! ¡Él me lo prometió! -respondió Darkmoon poniéndose de pie para luego acercarse a la yegua y acariciar su crin diciendo -Quiero que les escribas algunas cartas a los chicos, diles de las buenas nuevas e informales que… mañana es el día de la liberación.


Habían transcurrido ya varias horas desde el descubrimiento del mapa por parte del empresario carbonero, el sol comenzó a elevarse lentamente detrás de las montañas iluminando poco a poco cada rincón del Reino de Equestria, especialmente al pequeño y tranquilo pueblo de Ponyville, una localidad ubicada en el Valle Central y que estaba rodeada por el frondoso Bosque Everfree, así como por el Río Canterlot, el cual provenía de las Altas Montañas donde se asentaba la ciudad del mismo nombre.

La rutina de los habitantes era la misma de siempre: Los pegasos se encargaban de despejar las nubes para garantizar el clima perfecto, los unicornios se dedicaban a abrir sus locales para iniciar la venta de sus productos mientras que los ponis terrestres se enfocaban en cultivar la tierra para poder obtener buenas cosechas para el final del mes.

Sin embargo, de todos los habitantes del pueblo, ninguno destacaba más en las mañanas que la dulce y tierna Fluttershy, una pegaso de cuero color amarillo y crines color rosa que vivía en una cabaña cercana al Bosque Everfree y quien además era reconocida por todos los lugareños no solo por su trabajo en favor de los animales, sino también por ser una de las Portadoras de los Elementos de la Armonía junto con la Princesa Twilight Sparkle y sus amigas Rainbow Dash, Applejack, Pinkie Pie y Rarity; quienes a su vez le ayudaron a la pequeña poni a superar sus traumas y temores logrando que esta pudiera enfrentar a enemigos mágicos peligrosos como Nightmare Moon, el Rey Sombra, la Reina Chrysalis, Lord Tirek y el mismo Discord, el Amo del Caos y quien incluso logró reformarse gracias a la pegaso.

- ¡Aquí tienen pequeños! ¡El desayuno está listo! -exclamaba Fluttershy emocionada y dando algunos pequeños aleteos mientras vaciaba un costal de alimento sobre los tazones de los animales que vivían junto con ella en su cabaña - ¡No sean tímidos! ¡Hay suficiente para todos!

Tras escuchar aquellas tiernas palabras, los animales comenzaron a salir de sus escondites para acercarse a los tazones y comenzar a devorar el alimento que la pegaso les regalaba, pero de todos ellos el que más sobresalía era un pequeño conejo blanco, el cual se acercó a la poni solo para tirar de su cola y llamar su atención.

- ¿Uh? ¿Qué sucede, Angel? -preguntó Fluttershy confundida y dándose la vuelta solo para ver como el conejo sobaba su pequeña barriga al tiempo que señalaba su boca - ¡Oh! Es cierto, aquí tienes -dijo la pegaso acercándole un tazón de zanahorias al conejito -Ah… No hay nada mejor que iniciar la mañana con un buen desayuno y con el sol brillan…

En ese momento, Fluttershy fue interrumpida por una fuerte y extraña vibración proveniente del subsuelo, la cual cimbró la cabaña entera causando que varios objetos se cayeran y que los animales huyeran asustados hacia todos lados buscando un sitio donde esconderse mientras pasaba aquel desastre que por sus características no parecía ser natural.

- ¡Ahhhh! ¡¿Qué está pasando?! -gritó Fluttershy asustada mientras intentaba mantenerse de pie para no caerse - ¿Acaso será alguna de las bromas de Discord? -se preguntó a sí misma la pegaso mientras veía como varios objetos delicados de su hogar como cuadros, lámparas y platos caían en el suelo rompiéndose en miles de pedazos.

De repente, y de manera sorpresiva, un simpático draconequs apareció frente a la pegaso, este tenía la mitad de su cuerpo envuelto en una toalla mientras que en sus manos sostenía un cepillo de baño cubierto de espuma y el cual al notar lo que sucedía dijo:

- ¡Oigan! ¿Quién es el gracioso que interrumpe mi baño?

- ¡¿Discord?! ¡¿Qué está pasando?!

-No lo sé, Fluttershy -respondió el draconequs cruzando los brazos y viendo con seriedad a la dueña de la cabaña -Yo estaba tranquilamente tomando mi baño semanal cuando sentí que temblaba, ¿No será acaso que la Princesa Twilight olvidó cerrar las puertas del Tártaro otra vez?

- ¡Eso no es gracioso, Discord! -dijo Fluttershy molesta al tiempo que notaba como la vibración iba desapareciendo poco a poco -Um… Parece que solo fue un pequeño temblor, o al menos eso espero.

-Ojalá, realmente necesitó tomar ese baño -dijo el draconequs oliendo una de sus axilas para luego esbozar una mueca de desagrado diciendo - ¡Uff! Realmente esa visita a las Cinco Espadas no fue una buena idea, debo decirles a esas chicas que no deben sobrepasarse.

-Y vaya que tienes razón, deberías tomar baños más seguido -dijo la pegaso percibiendo el olor y tapándose la nariz para después voltear a ver a su amigo diciendo -Espera un segundo, ¿Saliste anoche sin avisarme?

-Ehm… No -respondió Discord esbozando una tímida sonrisa y notando que la vibración se había detenido por completo -Mira, el terremoto se terminó y creo que no hay nada más que yo pueda hacer -dijo el draconequs quien inmediatamente desapareció dejando sola a la pequeña poni.

Fluttershy comenzó a caminar por la sala intentando levantar los objetos que se habían caído hasta que repentinamente escuchó unos golpes provenientes de la puerta principal, la poni se acercó y abrió solo para encontrarse con una pegaso de cuero color azul claro y crines color arcoíris.

- ¡Fluttershy! ¡Gracias a Celestia que estás bien! -exclamó la recién llegada abrazando a la yegua de crines rosas y con una expresión que denotaba cierto alivio y preocupación al mismo tiempo.

- ¿Rainbow? ¿Qué haces aquí?

-Ah… No hay tiempo para explicaciones, tienes que venir rápido a ver esto… ¡Twilight nos necesita! -respondió Rainbow Dash con un tono de voz que reflejaba cierto nerviosismo por la situación, lo cual era raro en ella debido a que normalmente mantenía una actitud desafiante y valerosa ante cualquier problema.

Sea como fuese el caso, Fluttershy asintió con la cabeza y salió de la cabaña rápidamente en compañía de la Portadora del Elemento de la Lealtad dejando atrás a los animales y a Discord, quien al ver por la ventana como ambas se alejaban simplemente regresó al baño de la cabaña, no sin antes voltear hacia la nada diciendo:

-Realmente me encanta este nuevo enfoque y espero que a ustedes también.


Al mismo tiempo en un terreno baldío, ubicado cerca de una de las entradas al Bosque Everfree, una numerosa multitud de ponis terrestres, pegasos y unicornios se había congregado para protestar ante la situación que se estaba viviendo, especialmente debido a que justo en ese mismo lugar se había originado la extraña vibración, la cual, además de arruinar la mañana de los habitantes de Ponyville, provocó una nube de polvo que aún no se había disipado del todo y que estaba siendo arrastrada a las calles principales generando un caos en todo el pueblo.

Como era de esperarse los responsables no habían dado la cara por sus acciones y solamente se limitaron a levantar una cerca hecha de alambre para contener a los inconformes y seguir con su labor, aunque no contaban con que una joven alicornio de cuero color morado y crines color azul zafiro con franjas rosa y purpura llamada Twilight Sparkle estuviera entre la multitud de inconformes, solo que en lugar de protestar intentaba establecer una mesa de dialogo para evitar algún enfrentamiento violento entre ambos grupos.

- ¡Muy bien ponis! ¡Por favor, cálmense! -gritaba la Princesa de la Amistad intentando controlar la situación que se estaba viviendo.

- ¿Calmarnos? ¡Mi cocina casi explota por culpa de ese sismo! -respondió molestó un unicornio de cuero color azul marino y melena color azul claro con tonos azul celeste que portaba en su cabeza un gorro tubular.

-Concuerdo con el joven Imagination, ese sismo arruinó también mi negocio -dijo una poni terrestre de cuero color crema y crines color rojo con franjas rosas quien inmediatamente le mostró a la alicornio varias macetas rotas - ¡Solo mire esto, Princesa! Me costó mucho conseguir estas macetas y ahora todas estan rotas.

-Entiendo su molestia y la comparto, pero si queremos una solución debemos demostrarle al o los responsables de este problema que no tenemos intenciones de pelear con ellos.

- ¿Y por qué no mejor le escribes una carta a la Princesa Celestia? -preguntó un pegaso de cuero color azul celeste y melena color aguamarina -Quizás ella pueda sacarlos de aquí con ayuda de la Guardia Real, ¡No queremos un Proyecto que ponga en peligro a nuestros hijos!

-Tiene razón, sea lo que sea que estén planeando hacer no es nada bueno para el pueblo -dijo una unicornio de cuero color gris y crines color blanco secundando al pegaso y provocando que los ánimos volvieran a calentarse entre la muchedumbre.

Twilight Sparkle se llevó su casco derecho a la frente y empezó a negar con la cabeza debido a que no podía creer que no fuera capaz de controlar una situación así y más si esta ocurría en un lugar que técnicamente formaba parte de sus dominios como Princesa de la Amistad, pero todo cambio cuando observó como a lo lejos sus amigas Fluttershy y Rainbow Dash se acercaban volando rápidamente para hablar con ella y estar a su lado en aquel momento tan difícil.

- ¡Twilight! ¡Por aquí! -gritaron al unísono ambas pegasos quienes rápidamente descendieron para hablar con la alicornio morada.

- ¡Chicas! ¡Que gusto verlas aquí! -exclamo emocionada la Princesa Twilight Sparkle abrazando a las pegasos y esbozando una tierna sonrisa, la cual desapareció rápidamente en cuanto notó la mirada de preocupación de ambas yeguas -Ah… Lo sé, también vienen a ver el espectáculo que se ha hecho por el sismo, ¿No es así?

- ¿Qué es lo que esta pasando, Twilight? -preguntó Fluttershy nerviosa y notando como detrás de la cerca se escuchaban varias máquinas trabajando - ¿Acaso los Hermanos Flim y Flam regresaron para hacernos la vida imposible otra vez?

-No lo creo, ellos estan viviendo cómodamente en Las Pegasus y no se atreverían a renunciar a un estilo de vida tan lujoso como ese para solamente molestarnos -respondió la Princesa de la Amistad sobándose su mentón para luego voltear a ver la cerca diciendo -Lo único que sabemos hasta ahora es que en la madrugada dinamitaron todo este lugar, lo cual es extraño si tomamos en cuenta que la tierra de Ponyville no es tan dura como la de la Poninsula de Yucatán.

- ¿Qué crees que estén buscando?, ¿Acaso serán enviados de alguien? -preguntó Rainbow Dash acercándose a la cerca y notando que la nube de polvo que inundaba el terreno estaba disipándose poco a poco.

-Es probable que así sea, pero… creo saber quien es el responsable -respondió la alicornio morada cambiando su semblante a uno más serio y percatándose del sonido de unos cascos acercándose.

En ese momento, y de manera sorpresiva, los reclamos por parte de los habitantes de Ponyville fueron silenciados rápidamente por el sonido de los cascos que se acercaban y fue entonces que todos los presentes notaron como del interior de la nube salían dos pegasos que portaban cascos amarillos y chalecos naranjas, los cuales a su vez eran liderados por un unicornio que vestía un elegante traje negro y quien, a diferencia de sus acompañantes, llevaba puesto un casco y unos lentes de trabajo que le protegían completamente la vista.

-Buenos días, yeguas y caballos -saludó el unicornio haciendo una reverencia y quitándose el casco en señal de respeto para después volvérselo a poner diciendo -Lamento los inconvenientes por nuestro proyecto, pero les prometo que no volverán a repetirse en el transcurso de las siguientes semanas.

Tras escuchar aquellas palabras, los ponis terrestres, pegasos y unicornios se miraron unos a otros confundidos y sintiéndose algo molestos debido a que no esperaban un mensaje así por parte del responsable del sismo, especialmente uno tan cínico por parte de un poni que algunos de ellos si reconocían gracias a los reportajes sociales que se publicaban en periódicos como el Canterlot Chronicle o el Ponyville Express.

-En fin, ¿A qué se debe la tan honrosa visita? -preguntó el unicornio vestido con traje al tiempo que esbozaba una sonrisa burlona - ¿Acaso vienen a conocer el proyecto? Si es así, debo informarles que no hay visitas guiadas por el momento.

-Gracias por la amable invitación, pero no venimos a conocer el proyecto -respondió Rainbow Dash con un tono sarcástico y acercándose a la cerca para luego decir enojada -Solo venimos a ver… ¡¿Quién rayos les autorizó hacer esto en nuestro pueblo?!

- ¡Rainbow! -gritó la Princesa Twilight Sparkle regañando a su amiga y apartándola para entrevistarse directamente con el unicornio, el cual empezó a sonreír de una manera picara en cuanto la alicornio se acercó a la cerca -Soy la Princesa Twilight Sparkle y en nombre de todos los ciudadanos de Ponyville vengo a preguntarle: ¿Qué significa todo esto?

-Oh… Una sincera disculpa por mi actitud, majestad -respondió el unicornio arrodillándose para después volver a ponerse de pie diciendo -Me siento bastante mal por no haber hablado con usted antes y más cuando se trata de la "famosa" Princesa de la Amistad, nuestra heroína y ex aprendiz personal de la Princesa del Sol -en ese momento, el potro sacó de uno de los bolsillos de su traje un cigarrillo, lo colocó en su boca y tras encenderlo frente a la vista de los presentes dijo -Mi nombre es Darkmoon, soy el empresario minero más rico de Equestria y… un soltero muy codiciado por las yeguas más bellas del reino como usted.

-Si, sé quién es usted y debo decirle que no es de mi tipo -dijo la Princesa de la Amistad sintiéndose molesta al ver que el unicornio en lugar de responder su pregunta le guiñaba el ojo -Personalmente no me sorprende que usted haya decidido venir aquí para hacer sus negocios sucios, especialmente por el hecho de que muchos activistas lo llaman el… Rey del Despojo.

- ¿El Rey del Despojo? ¡Esa si que es una ofensa terrible por parte de usted, majestad! -exclamó Darkmoon sorprendido y fingiendo sentirse enojado por las palabras de la alicornio -Yo he construido mi patrimonio personal de manera legal, todo lo que tengo es fruto del trabajo duro, del esfuerzo y de la dedicación absoluta.

-Ya déjese de vanidades y egos personales, ¿Qué es lo que quiere?

- ¿Qué es lo que quiero? Pues lo mismo que usted, quiero que Ponyville crezca y se convierta en una ciudad armoniosa y con un futuro prometedor -respondió Darkmoon para después voltear a ver a uno de sus obreros y asentir con la cabeza indicándole que debía acercarle un pergamino que este tenía en sus cascos -Lo que tengo aquí es una Cédula Real firmada por la mismísima Princesa Celestia, la cual me autoriza tomar posesión de este terreno abandonado para convertirlo en el Casino Royal Stars; un casino cinco estrellas de lujo que será la envidia de todos los casinos que hay en Las Pegasus y que pondrá a Ponyville en el escaparate no solo nacional, sino también mundial -dijo el unicornio entusiasmado mientras los habitantes del pueblo se volvían a ver nuevamente unos a otros consternados por la noticia, pues ellos no esperaban que la Princesa Celestia autorizara un proyecto de esa naturaleza en el pueblo -El permiso es legal y esta en orden, pero no se preocupen por las vibraciones, les aseguro que no volverán a ocurrir nuevamente e incluso, y como muestra de gratitud por su paciencia, he decidido abrir en este momento mil vacantes de trabajo para quienes deseen formar parte de este sueño.

Tras decir aquellas últimas palabras, Darkmoon procedió a regresarle el pergamino al trabajador que se lo había entregado, posteriormente hizo una última reverencia y finalmente se alejó de la cerca dejando atrás a los ponis inconformes, quienes optaron por retirarse y volver a sus actividades cotidianas, pero eso sí, ninguno de ellos aceptó la oferta de trabajo que el excéntrico potro de negocios les había ofrecido como regalo.

-Ehm… Twilight, creo que sería un buen momento para convocar una asamblea en el Ayuntamiento, ¿No lo crees? -dijo Rainbow Dash acercándose a la Princesa de la Amistad y sintiéndose un poco nerviosa por la situación que se estaba viviendo.

-Si, tienes razón -respondió la Princesa Twilight Sparkle asintiendo con la cabeza para luego trotar hacia el Ayuntamiento de Ponyville siendo seguida por las dos pegasos.

En cuanto las tres ponis se alejaron del lugar, los obreros continuaron trabajando en el lugar excavando y encontrando varios fragmentos de vasijas antiguas, así como joyas costosas de un valor histórico incalculable, las cuales eran analizadas por Darkmoon en una mesa que se ubicaba en el interior de una elegante tienda de campaña, la cual estaba acondicionada de una manera tan cómoda que parecía una pequeña residencia.

-Pobres tontos, el truco de la Cédula Real siempre funciona -se decía a sí mismo el empresario entre risas mientras revisaba a su vez un mapa de Ponyville -Según mis cálculos no tardaremos mucho en encontrar al Maestro, él volverá y reinará por siempre.

- ¡Señor Darkmoon! ¡Señor Darkmoon! -gritó emocionado un pegaso entrando en la tienda de campaña y llevando sobre su lomo una alforja llena de objetos antiguos -Sus sospechas eran acertadas y creo que finalmente hemos encontrado el primer indicio de que estamos en el lugar correcto.

- ¿En serio?, ¿Y qué indicio encontraron? -preguntó el unicornio viendo al poni obrero mientras esbozaba una sonrisa que reflejaba tranquilidad y un cálido humor.

-Esto, Señor -respondió el pegaso vaciando sobre la mesa el contenido de su alforja, el cual consistía en varios trozos de platos y vasijas que tenían pintados las imágenes de un unicornio desconocido.

-Excelente, esto es justo lo que quería ver -pensó Darkmoon emocionado al tiempo que tomaba con su magia uno de los trozos, luego volteó a ver a su trabajador diciendo -Que los trabajos continúen hasta la noche y recuerden: Nadie debe saber nada de esto.

-Si, Señor Darkmoon -respondió el pegaso haciendo un saludo militar para después salir de la tienda dejando solo al unicornio, quien continuó examinando las piezas y comparando las imágenes con el grabado que tenía la llave antigua que había obtenido la noche anterior.

Continuara…

Bueno chicos pues la promesa que hice en mi página fue cumplida, tarde pero ya está aquí la actualización y debo decir que fue un trabajo arduo y hasta cansado (especialmente porque trabajo seis días a la semana), pero me alegro de que al menos finalmente haya resultado tal y como quería.

No olviden dejar sus reviews, añadir la historia a favoritos y seguirme en mis redes para más noticias de fanfics, me despido y nos vemos en la próxima estación.