Diciembre 1812

Tres días después del que Darcy denominó 'el día más feliz de su vida', Richard llegó a Rosings con muchas ilusiones y deseos de empezar una nueva etapa de su vida lejos de todo lo que tuviera que ver con guerras. Desde que era niño, amaba los caballos; era común verlo en el establo de la hacienda de su padre con los peones dándoles de comer o andando a caballo. Ahora que tenía ahorros y además el apoyo incondicional de Darcy, tenía pensado un excelente plan que quería poner en práctica lo antes posible.

Lo primero que a Richard le llamó la atención fue que las paredes estaban ahora pintadas de colores claros al igual que las cortinas. Además, había varios floreros con flores y ya no estaban más los cuadros con los retratos de los ancestros de Rosings. Las habitaciones que solían ser lúgubres con antiguos y ostentoso mobiliario, ahora eran luminosas y modernas. Además, había un hermoso gatito sentado en un sillón. Muy extrañado, Richard le preguntó a su primo, "¿Desde cuando tienes un gato? Pensé que te gustaban los perros."

Darcy sonrió, "Desde que Isabella me dijo que le que quería tener otro gato."

"¿Isabella? ¿Quién es Isabella? Por lo que recuerdo el nombre de la Sra. Harrison es Elizabeth."

"Es la hija de Elizabeth."

"Ummm, Elizabeth… ¿Debo felicitarte ya, o todavía no?"

Darcy sonrió, y asintió, "Creo que nunca en mi vida fui tan feliz."

Después de palmearle la espalda, con genuina satisfacción Richard le dijo con convicción, "Estoy muy feliz por ti, Darcy. Si alguien merece ser feliz, ese eres tú. ¿Cuándo voy a poder ver nuevamente a la futura Sra. Darcy y conocer a Isabella?"

"Lamentablemente hoy ya es muy tarde para ir a Sandstone. Pero mañana después de desayunar vamos para allá. Elizabeth ya sabe que hoy llegabas a Rosings en la tarde, y nos espera mañana al mediodía."

Años atrás, cuando Richard había conocido a la Sra. Harrison – en aquel entonces era la Srta. Bennet – se había sentido atraído hacia ella, pero no tenía los medios económicos para casarse con ella. Además, había notado que Darcy estaba interesado en ella, por eso la incipiente atracción que una vez sintió se desvaneció con el tiempo. Estaba intrigado por verla nuevamente y comprobar que las alabanzas de su primo eran ciertas.

A la mañana siguiente, los primos fueron a Sandstone a visitar a Elizabeth e Isabella. Sonrientes, Elizabeth e Isabella los estaban esperando en la sala principal. Después de conversar por unos minutos con Elizabeth, Richard coincidía con su primo que con el correr de los años Elizabeth aún más bonita que antes, tan inteligente como la recordaba, y seguía irradiando esa seguridad en sí misma que la caracterizaba en aquel entonces y hablaba con conocimiento de varios temas. Sin lugar a dudas, era la mujer perfecta para su primo en todos los sentidos. Por otro lado, Isabella era una niña cariñosa, curiosa y encantadora a la que era muy fácil querer. En el poco tiempo que vio a Darcy con la pequeña niña, era claro que su primo ya la quería como si fuera su propia hija. Era gratificante ver tan feliz a Darcy, nunca lo había visto sonreír y reír de esa manera.

Por su parte, Elizabeth estaba encantada de ver nuevamente al que ahora era Sir Richard, ya que tenía muy buenos recuerdos de él, y comprobó que con el correr de los años seguía siendo un caballero muy agradable. ¡Al menos tendría una buena relación con uno de los parientes de Darcy! Los caballeros se quedaron a almorzar, y para el deleite de Isabella, Richard le contó varias historias sobre una muy bonito pony que había tenido cuando era niño, mientras que Darcy conversó unos minutos a solas con Elizabeth. Si durante esa conversación privado, hubo algunos besos y abrazos, nadie se enteró. Como siempre, antes de regresar a Rosings, Elizabeth tocó en el piano una de las piezas favoritas de Darcy.

Richard por naturaleza nunca había sido un hombre romántico. Solo una vez creyó estar enamorado de la hija de un caballero adinerado. Lamentablemente, no pudo ser ya que la Srta. Marianne Crawdy, después de coquetear con él por varios meses rechazó su propuesta de matrimonio…

9 años atrás

Aquel fatídico día, Richard se levantó muy temprano. El día anterior, había comprado un anillo de compromiso ya que tenía planeado proponerle matrimonio a Marianne. Estaban cortejando desde hacía cuatro meses, y estaba seguro que ella era la indicada.

Llegó a casa de los Crawdy una hora antes del mediodía, y enseguida pidió una audiencia privada con Marianne. Había practicado una hermosa propuesta de matrimonio, y lo primero que hizo cuando estuvieron solos fue arrodillarse y tomar su mano. Posteriormente la miró a los ojos y le dijo todo lo que sentía por ella…

"Srta. Crawdy, Marianne, en estos últimos meses que he tenido el privilegio de cortejarla, me he enamorado profundamente de usted. Mi amor, ¿me harías el gran honor de casarte conmigo?

La Srta. Crawdy negó con la cabeza, suspiró, y finalmente respondió, "Por favor, levántese Coronel Fitzwilliam. Lo siento mucho pero no puedo aceptar su propuesta."

Richard la miró desconcertado, y respondió, "No entiendo. ¿Acaso no siento lo mismo que yo?"

"No, no siento lo mismo que usted." Suspiró, "Hace unos días atrás, mi padre tuvo una seria conversación con Lord Matlock, y se enteró que no está dispuesto a darte dinero. Usted solo tiene 5.000 libras y depende principalmente de su salario para vivir. Honestamente, estoy acostumbrada a una vida de lujos que usted no está en una posición económica para darme. Por eso es que no puedo casarme con usted."

"Pero, no entiendo. Jamás te engañé respecto a mi situación económica. Te dije…"

Marianne lo interrumpió, "Mi padre y yo pensamos que usted exageraba. Pensamos que Lord Matlock le daría el dinero por adelantado que usted va a heredar cuando él muera. Lamentablemente estábamos equivocados. Le deseo lo mejor, pero no va a ser conmigo."

Seis meses después la Srta. Crawdy se casó con un barón quince años mayor que ella.

El único que sabía de su desengaño amoroso era Darcy, a quién le había confesado su pena cuando ella se casó con otro. Al ver a Darcy junto con la Sra. Harrison, era claro que lo que un día sintió por la Srta. Crawdy no era ese tipo de amo y devoción que Darcy sentía por la Sra. Harrison, el tipo de cariño y afecto que dura toda la vida, sino que fue un enamoramiento juvenil. Ahora que iba a estar asentado y su vida ya no corría peligro, deseaba encontrar una mujer adecuada a sus gustos y formar una familia.

En los siguientes días, Darcy dio la orden de comenzar las obras para agrandar el establo de Rosings ya que necesitaban comprar al menos dos caballos más para comenzar con el criadero. Los caballos de Rosings eran adecuados para las tareas de la hacienda, pero Richard deseaba principalmente criar caballos de carrera. El caballo personal de Darcy y el de Richard eran los únicos adecuados para ese propósito, pero necesitaban comprar dos buenas yeguas.

Dado que Darcy quería pasar la mayor cantidad posible de tiempo con Elizabeth e Isabella, dejó que Richard fuera el encargado de dar las órdenes, supervisar las obras y comprar todo lo que hiciera falta. Además, Richard tenía un mayor conocimiento sobre caballos que Darcy.

En el correr de las siguientes semanas, comenzaron a llegar las cartas de ambas familias y conocidos tanto a Rosings como a Sandstone con las respectivas felicitaciones y 'resignación' sobre la futura boda. La que dio más que pensar y hablar fue la de Lord Matlock, que Darcy compartió con Elizabeth.

7 de Diciembre 1812

Londres

Sobrino,

Dado que conoces mi franqueza y preocupación por tu futuro y bienestar, debo decirte nuevamente que Lady Matlock y yo pensamos que estas cometiendo un gravísimo error casándote con la Sra. Harrison y de esa forma asociándote con una familia que está teñida por un gran escándalo. Pero como te conocemos como si fueras nuestro propio hijo, ambos sabemos que desafortunadamente no vas a cambiar de idea a pesar de lo que te digamos. Por eso, hemos decidido que lo único que podemos hacer es ayudarte para que la futura Sra. Darcy sea bien aceptada en la alta sociedad.

Además, quiero que sepas que el padre de Lady Victoria aún está molesto contigo, y en menor medida conmigo, pero como un caballero con título está interesado en cortejar y probablemente casarse con su hija, estoy convencido que pronto va a estar contento porque su hija no se casó contigo.

Lady Matlock y yo pensamos que tu idea de casarte en una ceremonia simple en la capilla de Rosings no es adecuada. Deberías esperar al menos tres o cuatro meses para que durante la temporada podamos organizar un gran baile para celebrar el compromiso y posteriormente un adecuado desayuno de bodas. Se deberían casar en una de las principales iglesias de Londres. De esa forma, Lady Matlock va a poder presentar debidamente a la Sra. Harrison en la alta sociedad y ayudarla a que ocupe el lugar que le corresponde como una de las damas lideres de Londres. Tu eres uno de los hombres más ricos de Inglaterra, y todo el mundo va a querer conocer a la futura Sra. Darcy.

Piensa cuidadosamente nuestras sugerencias. Esperamos tu respuesta.

Lord Matlock

"Me parece que la sugerencia de tu tío es razonable y estoy parcialmente de acuerdo con él. Por mi parte, no tengo problema en esperar unos meses más y de esa forma complacemos a tu familia. Debemos tener en cuenta que si algún día tenemos hijos es deseable que tengamos una buena relación con nuestras familias y la alta sociedad. No estoy de acuerdo con la hipocresía de los primeros círculos de Londres, pero así es el mundo y las 'reglas' en el que vivimos"

"Ummm, sé que lo que sugiere mi tío es razonable y que tanto él como Lady Matlock quieren ayudarnos, pero ya esperé muchos años para casarme contigo y no quiero esperar ni un minuto más. Si algo he aprendido de mi experiencia es que cuando tienes la felicidad al alcance de tu mano tienes que asegurarla lo antes posible." La besó suavemente en los labios y agregó, "No quiero esperar más Elizabeth, si fuera por mí, me casaba ahora mismo. Se que acordamos esperar que se cumpla un año de la muerte de tu esposo y casarnos la primera semana de enero. También sé que los Gardiner y los Thompson van a venir a Sandstone en Navidad…"

Elizabeth lo besó apasionadamente antes que pudiera terminar la misma protesta que hacia todos los días, después seriamente le dijo, "Muy bien, nos casaremos de acuerdo al plan original, pero ni un día antes de lo acordado. Después podemos ir uno o dos meses a Londres y participar de varios eventos sociales como quieren tus tíos. Si desean pueden organizar un baile en nuestro honor. Sabes que para mí es importante que esperemos a que pase al menos un año de la muerte de Thomas antes de casarnos." Hizo una pausa y tomándolo de la mano continúo, "Quiero que sepas que nunca imaginé que me volvería a casar. Thomas fue un hombre maravilloso, fue mi mejor amigo, un maravilloso esposo, y nuestro corto matrimonio fue muy feliz. Pensaba que iba a ser imposible encontrar un hombre tan perfecto como él…" Hizo una pausa y acariciándole la mejilla con la otra mano, con ternura continuó, "Afortunadamente, en eso estaba completamente equivocada. Te amo Fitzwilliam, y sé que soy muy afortunada que dos hombres maravillosos se hayan enamorado de mí."

Después de otro tierno beso, Elizabeth agregó, "Faltan solo 20 días para nuestra boda, y sabes que ambos tenemos tareas que hacer para poder tomarnos unos días libres solo para nosotros. Tu estas ayudando a tu primo a empezar el criadero de caballos y yo tengo que pensar que voy a hacer con Sandstone. No he decidido aún si voy a alquilarla, contratar un administrador o pagarle un suplemente al administrador de Rosings para que también se encargue de esta hacienda."

Darcy asintió con la cabeza, sabía que todo lo que decía Elizabeth era razonable, pero hacia menos de tres semanas que estaban comprometidos y la espera ya se le hacía eterna. Deseaba amarla por completo sin ningún tipo de restricción; soñaba todas las noches en hacer el amor con ella y despertarse todos los días de su vida a su lado.