ME LO DEBES

Este capítulo pertenece a la serie de televisión "The Rookie", todos los derechos pertenecen a sus creadores, tan solo he tomado prestados los personajes de Tim y Lucy para esta mini historia, poro los personajes no me pertenecen. Transcurre tras el capítulo 5x19.

Esta historia es para mauores de dieciocho años (+18), leedla bajo vuestra responsabilidad.

Eran las ocho de la noche cuando Tim y Lucy entraban por la puerta de casa. Como cada noche desde hacía semanas, Tim dormía en la casa de Lucy prácticamente todas las noches. Su rutina consistía en ir a su casa y ver como estaba Kojo, sacarlo a pasear y darle de comer, estar un rato con él, coger unas cuantas cosas e ir a casa de su novia.

Hoy había sido un día especialmente duro para él, pero no quería pensar en eso en estos momentos. Lucy debía estudiar y él se había ofrecido a ayudarla, así mataba dos pájaros de un tiro, ayudaba a su novia y no pesaba en el día tan horrible que había tenido.

Tim: Bueno- dijo quitándose la mochila y dejándola en el suelo al lado de la encimera y la chaqueta en el perchero- podemos hacer la cena o si quieres podemos llamar a algún sitio y pedir algo de comer.

Lucy: Si te soy sincera, prefiero que esta noche cocinemos, me apetece comer algo casero, además- sonrío mientras se quitaba también la chaqueta- no diré que no a verte en la cocina, estás muy sexy entre los fogones- contestó juguetona.

Tim sonrió y le dio un pequeño beso en la cabeza mientras se dirigía a la habitación que compartían para cambiarse de ropa y ponerse más cómodo. Sacó su pijama del cajón, el que compartía con Lucy y en el que tenía dos pantalones de pijama, algunos bóxer, calcetines y un par de camisetas de esas que están ya tan viejas, que sólo sirven para dormir o para hacer trapos de limpieza.

Lucy: Siempre me gusta verte hacer eso- dijo entrando en la habitación, observando como él se quitaba la camisa.

Tim: Sólo me estoy desnudando para poner más cómodo- sonrió mientras se daba la vuelta para que ella pudiera observar su torso desnudo.

Estaba fibrado, pero no en exceso, tenía un cuerpo duro y firme, gracias a las horas de gimnasio y a su trabajo de policía. Continuó quitándose la ropa hasta quedarse en esos bóxer negros de licra que a ella tanto parecían gustarle. Lucy sonrió aún más mientras observaba la evidente protuberancia que marcaba la ropa interior de Tim. Le tiró la camisa, juguetón mientras ella se desvestía para ponerse también cómoda y él se ponía el pantalón del pijama y su camiseta, era una camisa de manga corta de la policía, de entrenamiento, con el color desgastado. Se aceró a ella y le dio un beso en los labios antes de salir e ir a la cocina para empezar a preparar la cena.

Se acercó a la nevera y sacó dos filetes de ternera y zanahorias. Cogió varias patatas del cesto. Tim era buen cocinero. Isabell, su ex, no era muy buena en la cocina, pero a él, siempre le había llamado la atención el mundo de la cocina, además, le relajaba cocinar. Ahora estaban viendo la nueva temporada de Top Chef y había algunas recetas y platos que querían probar, pero esa noche tendría que ser algo más básico. Lucy salió de la habitación y fua a la cocina, pero Tim la detuvo y la sentó en una de las sillas que había en la encimera y le sirvió una copa de vino, la besó en los labios y empezó a cocinar mientras ella lo observaba.

Lucy sonreía con su copa de vino en la mano mientras observaba lo metódico que era su novio a la hora de cocina, movimientos suaves y limpios mientras cortaba. Estaba enamorada de él, no sabría decir en qué momento exacto pasó, sobre todo si recuerda los primeros meses junto al despiadado Tim, pero una vez lo fue conociendo, se dio cuenta de que todo en él era una fachada, una coraza que se había construido cuando Isabell se fue. Siempre había sido un superior duro e inflexible a la hora de enseñarla a valerse como policía, y lo había logrado porque estaba entre una de las cinco mejores que había formado.

Tiempo después, estaban sentados en la encimera degustando acompañado de un buen vino la carne que Tim había preparado con un puré de patatas y zanahorias baby salteadas con perejil. Cenaban tranquilo mientras hablaban del día que habían tenido. Una de las cosas de conocerse tan bien es que podían hablar de cualquier cosa, no importaba que fuesen cosas serias o más livianas, e incluso tonterías, aunque éstas últimas no eran las que más le gustaban al señor gruñón. Una sonrisa curvó los labios de Lucy mientras observaba a Tim terminarse su copa de vino.

Tim: Si sigues mirándome así, no vamos a estudiar esta noche, me miras como un lobo hambriento. Ve por tus cosas mientras yo recojo todo esto y lavo los platos.

Lucy: Vaya, eres un mandón- respondió levantándose de la mesa mientras él recogía todo.

Tim: A ti te gusta que sea un mandón- sonrió mientras le guiñaba un ojo, juguetón. Venga novata, trae tus cosas.

Lucy: Ya no soy una novata- contestó mientras se encaminaba a la habitación para coger sus libros y apuntes.

Tim: Tú siempre serás mi novata- sonrió mientras se ponía a lavar los platos.

La sonrisa se le hizo más ancha mientras recordaba cómo empezó todo entre ellos, todas las cosas que le había hecho durante el entrenamiento, y, aunque puede que con algunas llegara demasiado lejos, no se arrepentía de nada, porque ella nunca se había amilanado ante ninguna de sus pruebas y ahora era una de las mejores cinco novatas que había entrenado. Era una gran policía y eso lo tenía orgulloso.

Unas dos horas después, Tim y Lucy estaban sentado en el sofá mientras él le hacía preguntas sobre lo que ya se había estudiado. Tenía una memoria prodigiosa y era muy tenaz. Sólo había fallado una pregunta de todas las que le había hecho. Ver cómo se concentraba mientras intentaba dar con la respuesta, la sonrisa que se le quedaba en los labios cuando había acertado… Dios, estaba enamorado de ella.

Lucy: Creo que por esta noche ya he tenido bastante porque no soy capaz de retener más nada en la cabeza- dijo ahogando un bostezo.

Tim: Bueno, este tiempo ha sido productivo, pero creo que es hora de que nos vayamos a la cama, estás agotada- intentó ponerse de pie, pero Lucy lo detuvo, haciendo que se sentara en el sofá de nuevo.

Lucy: No estoy cansada- dijo apoyando su cabeza en el pecho de Tim, haciendo que él la rodeara con los brazos.

Tim miró como Lucy se acomodaba contra su cuerpo y no pudo evitar reaccionar ante su contacto. No sabía lo que le pasaba con ella, pero no podía controlarse cuando ella estaba cerca. Lucy miró hacia arriba y unió sus labios con los de Tim, en un beso lento mientras él le acariciaba la mejilla, rozándola con el pulgar. Ella empezó a profundizar el beso cuando sintió como él iba a tomar el control, pero ella lo cogió por las manos y las apartó de su cuerpo.

Lucy: No, me lo debes y esta noche mando yo- dijo sonriendo mientras Tim apoyaba los brazos en la parte trasera del sofá y ella empezaba a subirle la camisa.

Poco a poco, Lucy empezó a dejar a la vista el torso del hombre que la volvía loca. Tenía los pectorales firmes y duros, al igual que los abdominales, seis, marcados, pero sin ser exagerados, Tim se mantenía en forma, pero eran sus ojos, con ese color tan particular los que le estaban provocando escalofríos… Ningún hombre la había mirado antes como él… Le sacó la camisa por la cabeza y empezó a depositar suaves besos en la comisura de sus labios, su barbilla, su cuello.

Despacito fue descendiendo hasta llegar a los pectorales y sacó la punta de la lengua cuando llegó a sus tetillas. Le encantaba ver como el respiraba más fuerte cada vez, pero no se movió mientras ella le dedicaba sus atenciones. Lucy siguió con sus atenciones mientras iba descendiendo por el torso… Tim no tenía vello, se depilaba todo el cuerpo, excepto en la zona genital, donde tenía un poquito de vello recortado, cosa que a ella la excitaba mucho…

Sin decir nada, cuando llegó a la gomilla del pantalón del pijama, Lucy se levantó y lo cogió de la mano para ponerlo de pie, y lo guio hasta su habitación. Cuando llegaron a la cama, Lucy se puso frente a él y se quedó mirando a Bradford, de pie, sin camiseta y con una más que evidente erección dentro de los pantalones… Sonrió mientras que con un gesto de la mano le indicó que se los quitara… Tim sonrió mientras que de un solo movimiento se quedó desnudo delante de ella, sin poder esconder cuánto la deseaba…

Lucy lo tumbó en la cama y mientras él se acomodaba en el centro y cruzaba los brazo sobro su cabeza, ella se desnudó para él… Puede que esa camisa tan vieja no fuese tan sexi para hacer un striptease, pero Tim la observaba con adoración en los ojos mientras ella se despojaba de su ropa, prenda a prenda hasta que se quedó con tan solo unas braguitas de encaje que desentonaban con todo el conjunto…

Lucy: ¿Qué? - preguntó alzando la ceja- puede que el pijama fuera cutre pero mi ropa interior no tiene por qué serlo- sonrió mientras él reía ante su comentario.

Tim: No me he quejado para nada- contestó mientras la observaba, incapaz de contener la erección que se levantaba orgullosa hacia su ombligo.

Lucy se despojó de la ropa interior y se subió a la cama, de rodilla, colocándose a horcajadas sobre él, su intimidad rozando la de Tim. Un suspiro se escapó de sus labios cuando sintió el peso de Lucy sobre él. Ella se inclinó y lo besó en los labios, un beso lento, abrasador y sonrió contra sus labios al ver que él no la tocaba… Esta noche quería que él se olvidara de todo lo malo que había pasado hoy, y eso es lo que iba a hacer…

Descendió con sus labios hacia su abdomen de nuevo mientras Tim respiraba más y más fuerte al sentir como Lucy usaba su lengua para pasearse por su cuerpo, descendiendo más y más hasta llegar a su zona más sensible, sintiendo como ella tiraba de su vello genital mientras sonreía… No le dio tiempo a decir nada porque sintió como la boca de Lucy introducía la punta de su miembro y empezaba a juguetear con él, rodeándolo con la lengua mientras que se ayudaba de la mano para acariciar su tronco…

Lucy lo miraba mientras se iba introduciendo su miembro más y más… Le encantaba jugar con Tim, sentir como se iba poniendo más y más duro mientras ella besaba y lo lamía, despacio, ascendiendo y descendiendo poco a poco, sin prisa… Le encantaba provocarlo y sabía cómo hacerlo, del mismo modo que sabía que él se moría por tocarla en esos momentos… Se sacó su miembro de la boca y no le dio tiempo a hacer más nada porque Tim la cogió y la montó en su regazo mientras la besaba con dureza, estaba completamente extasiado por ella y el beso era un claro indicio de todo lo que se avecinaba esa noche… Al día siguiente ninguno de los dos trabaja así que esta noche iba a ser completa para ellos sin necesidad de preocuparse por el reloj.

Tim: Has sido muy mala conmigo- dijo mientras le daba la vuelta, quedando él encima, encajándose en sus muslos mientras la miraba a los ojos, ardiente-. Ahora me toca a mí- y no le dio tiempo a abrir la boca porque él volvió a apoderarse de sus labios.

La estaba besando como si la necesitara para respirar, su lengua exigente, sus labios también… Siguió besándola mientras ella acariciaba su espalada, deslizando sus manos hasta posarlas sobre los glúteos de Tim, duros al roce hasta que le hundió las uñas para indicarle que necesitaba más, mucho más…

Despacio, Tim fue descendiendo con sus labios por su cuerpo, dejando un rastro de besos mientras descendía hasta llegar a sus pechos… Sacó su lengua y se acercó a uno de los pezones, rodeándolo, mientras que con índice y el pulgar, le dedicaba atención al otro. Su lengua rodeaba y sus labios apresaban el pezón mientras ella gemía de placer, acariciando ahora el cogote de Tim, mientras él gemía de placer… Le encantaba besarla en los pechos, le encantaba la reacción que provocaba en ella… Mientras dividía sus atenciones entre sus dos pechos, su mano se fue deslizando por su vientre, llegando a la zona púbica, acariciando el vello de Lucy, descendiendo hasta su abertura, notándola mojada de deseo por él…

Con mucha delicadeza comenzó a acariciar su clítoris, despacio, en círculos mientras que sus labios y lengua le dedicaban toda su atención a sus pechos… Lucy respiraba cada vez más agitada, sentir los labios, la lengua y sobre todo lo que le estaba haciendo con sus dedos… Tim sabía muy bien lo que se hacía y no la estaba defraudando, su pulgar sustituyó su dedo y mientras acariciaba en círculos el nude de nervios, introdujo el índice en su interior, notando la humedad, sus paredes, el tacto que tanto le gustaba…

Abandonó sus pechos para subir de nuevo a sus labios mientras no dejaba de acariciar su intimidad, sus lenguas bailaban una danza mientras ella se retorcía de placer ante las atenciones de Tim, que sabía que ella estaba cerca, su cuerpo la delataba, el temblor que se empezaba a formar en su zona baja y la miró a los ojos cuando ella no pudo contenerse más y se abandonó al orgasmo con la vista clavada en Tim, que no dejaba de mirarla mientras seguía moviendo los dedos dentro de ella.

Tim la observaba perderse en el placer porque no había nada más bonito en el mundo que ver como Lucy llegaba al orgasmo, uno que él le había provocado. Cuando el temblor de ella cesó, Tim sacó sus dedos de su interior y sin apartar la vista de Lucy se los llevó a la boca, lamiendo los restos de ese orgasmo desvanecido ante la mirada de ella… Siempre le encantaba ver como Tim hacía eso… Tim estiró la mano y sacó un preservativo de la mesilla de noche.

Se puso de rodillas ante la mirada de ella, que no podía dejar de observar como se deslizaba el condón por ahora su miembro más que erecto, estaba a punto de explotar. Cuando lo tuvo bien puesto, Tim se inclinó hacia ella y la besó en los labios mientras Lucy entrelazaba sus manos en la cabeza de Tim, sintiendo como la punta de su erección tanteaba la entrada. Poco a poco sintió como iba entrando en ella, centímetro a centímetro hasta que estuvo enterrado por completo, apoyándose en los antebrazos a cada lado de la cabeza de ella, reposando la nariz sobre la de ella mientras intentaba controlarse.

Tim: Necesito un momento- dijo mientras ella acariciaba su cabeza, sonriendo- me llevas al límite y no quiero que esto se acabe ya- sonrió mientras la volvía a besar despacio, buscando saciar la sed que le provocaba estar con ella.

Poco a poco fue saliendo de Lucy mientras ella soltaba un pequeño gemido de placer, para volver a enterrarse de nuevo en su cuerpo. Las manos de Lucy fueron descendiendo por su espalda, acariciando los músculos tensos por los movimientos mientras que su otra mano descendía hasta su trasero, acompañando su movimiento de penetración.

El sudor cubría la espalda de Tim mientras entraba y salía de ella y sus labios seguían buscando los suyos, incansables, insaciables. Las acometidas fueron ganando intensidad, la fricción, el deseo, acrecentándose con cada acometida hasta que Lucy, con su cuerpo, les dio la vuelta para quedar encima de Tim. No había visión más bella en el mundo que Lucy sobre él mientras le hacía el amor. Su cara sonrosada por la pasión, sus pechos, llenos, acompañando el baile de sus caderas mientras él se movía bajo ella, enterrándose profundo, guiándola con una mano en sus caderas y acariciando sus pechos con la otra.

Lucy observaba a su amor bajo ella, con los ojos cerrados, su cuerpo sudado y en tensión, aguantando para poder llevarla al orgasmo, disfrutando con ella. Tim siempre se aseguraba de que ella cruzaba primero la meta, y lo estaba consiguiendo con sus movimientos. Las venas de su cuello estaban marcadas por la tensión y su cuerpo estaba cada vez más duro por el esfuerzo, sus pectorales, los abdominales, completamente en tensión. Ella apoyó las manos sobre sus pectorales y eso lo hizo abrir los ojos y quedarse clavado en los de ella, conocía esa mirada, sabía lo que significaba. Se sentó en la cama mientras se abrazaba al cuerpo de ella, envolviéndola como una segunda piel. Apoyó su frente en la de Lucy mientras ella aumentaba el ritmo, moviéndose en círculos mientras él acariciaba nuevamente el nudo de nervios de su intimidad cuando el orgasmo le sobrevino y empezó a temblar sobre Tim, lo que hizo que él dejase de aguantarse y se liberó con ella entre gemidos de pasión mientras sus frentes descansaban la una con la otra, cuerpos sudados, temblorosos en lo que pareció ser una eternidad hasta que los dos cayeron sobre la cama, Lucy sobre Tim, que seguía abrazándola sin soltarse.

Durante minutos se quedaron así, respirando de forma agitada sin moverse, solo disfrutando del silencio que se había instalado en la habitación. Poco después, Tim hizo un movimiento para que ella se moviera. Salió de ella y se quitó el condón antes de perder la dureza completa del miembro, le hizo el nudo y ella se lo quitó y lo tiró a la papelera que había en su lado de la cama. En cuanto lo hizo, Tim la envolvió en un nuevo abrazo y ella dejó su cabeza reposar sobre su pecho, escuchando como se normalizaban los latidos de su corazón. No había otro sitio en el que deseara estar en ese momento, ese era su lugar favorito, abrazada a él, sintiendo el calor de su cuerpo mientras él le acariciaba la espalda de forma distraída.

Tim: No sé qué me pasa, pero no puedo cansarme de ti, nunca tengo suficiente- le confesó mientras sentía como los labios de Lucy besaban su pectoral derecho mientras que con la mano acariciaba el izquierdo.

Lucy: A mí me pasa lo mismo- sonrió al sentir como la mano de Tim descendía por su espalda hasta posarse en su trasero, donde dejó la mano.

Lucy levantó la cabeza y le sonrió antes de inclinarse y darle un suave beso en los labios, beso que él profundizó antes de que ella pudiera apartarse. Una sucesión de piquitos siguieron después mientras sonreían sin poder parar.

Tim: No recuerdo haber estado tan feliz nunca- acarició la larga melena de Lucy mientras las palabras salían sin control de su boca- me haces muy feliz agente Chen.

Algo en la mirada de él cambió al decir esas palabras, y ella se dio cuenta porque se incorporó al notar la expresión de Tim en el rostro. Lo conocía bastante bien para saber que un pensamiento serio había cruzado por su cabeza.

Lucy: ¿Qué te pasa? - le preguntó mientras se apoyaba sobre un codo y él hacía lo mismo.

Tim: Es eso, que me he dado cuenta de lo feliz que me haces y que nunca en mi vida he sido tan feliz con nadie- contestó mientras veía como Lucy ponía los ojos en blanco. Es verdad, con nadie, no puedo decir que no fuera feliz con Isobell, porque lo fui, pero lo que siento estando contigo… No lo he sentido nunca con nadie.

Lucy sonrió al ver como ese hombre que estaba en su cama, Tim Bradford, el hombre duro, fuerte y sin sentimientos, con casi 1,90 de altura estaba avergonzado al confesarle eso. Hace unos años no habría creído posible escuchar algo así de los labios de Tim, él siempre parecía enfadado, despiadado incluso, pero ahora que lo conocía sabe que esa fachada era algo que utilizaba para protegerse, porque ese era el verdadero Tim, un hombre bueno, cariñoso, generoso, puede que algo gruñón, pero con un corazón sensible y tierno.

Lucy: Vaya agente Bradford- dijo recostándose de nuevo sobre su pecho- parece que después de todo tienes corazón- sonrió mientras le daba un beso en el pectoral, sobre el corazón y él de daba uno en la cabeza mientras la envolvía más en su cuerpo. Yo también soy más feliz de lo que he sido nunca y todo te lo debo a ti, me salvaste, me diste la oportunidad de seguir viviendo y ahora lo estoy haciendo contigo y nunca podré expresarte lo agradecida que estoy por eso.

Se miraron a los ojos y se besaron de nuevo, lento, pasional… los besos de Tim eran profundos y siempre la dejaban aturdida. Sin romper el beso ella se sentó a horcajadas de nuevo sobre Tim mientras que el beso se hacía más y más profundo. Lucy sintió como Tim cobraba vida de nuevo bajo ella y sonrió contra sus labios mientras él acariciaba sus glúteos.

Lucy: Me apetece un buen baño relajante contigo- se deslizó por su cuerpo con la punta de su lengua, provocando.

Tim: Es tarde para eso- contestó cerrando los ojos, sintiendo como ella se deslizaba sobre su cuerpo, lamiendo y rozando las zonas claves.

Lucy: Me da igual lo tarde que sea- contestó dándole una caricia en su más que preparado miembro- me lo debes.

Se levantó de la cama y sonrió mientras le guiñaba un ojo. Tim levantó la cabeza al perder el contacto del cuerpo de Lucy. Allí estaba ella, de pie, completamente desnuda y deseosa de él, de estar en su compañía. Observó como entraba en el baño y no pudo evitar sonreír también mientras se ponía en pie. Se observó en el espejo, completamente desnudo y erecto de nuevo para ella. Sin pensarlo entró en el baño para continuar la noche, si Lucy quería un baño, tendría un baño.

Veinte minutos después, los dos estaba sumergidos en un baño de burbujas, Tim detrás mientras el peso del cuerpo de Lucy reposaba sobre el pecho de él. En ese momento Tim estaba enjabonado su larga melena mientras le daba un masaje en el cuero cabelludo, sabía que a ella le encantaba cuando él le tocaba el pelo y a él le gustaba tocar cualquier parte del cuerpo de Lucy, así que en ese momento los dos estaban más que contentos. Ella estaba completamente relajada contra él mientras sentía como las grandes manos de Tim se perdían en su cabeza.

Tim: Voy a aclararte- beso su cuello y abrió el grifo del agua caliente, lo justo para poder quitare a Lucy todo el jabón de la cabeza.

Cuando estuvo completamente aclarada, volvió a dejarse caer sobre el pecho de Tim mientras que él enredaba las manos en su cintura, disfrutando del peso del cuerpo sobre él y no pudo contenerse y empezó de deslizar sus manos más abajo mientras que sus labios se perdían en su cuello. El día había sido complicado para él, pero estar con ella en ese momento lo relajaba, nada era tan malo cuando estaba con ella. Sus manos alcanzaron el nudo de nervios de su intimidad y comenzó a acariciarla despacio, en círculos mientas que deslizaba un dedo en su interior, su erección rozaba la parte baja de sus nalgas, pero no importaba porque esto era para ella, para su disfrute, y continuó tocándola mientas ella guiaba con su mano la de él, indicándole como quería ser tocada en ese momento. Nadie había tenido queja de él como amante y sabía como dar placer, pero no le importaba en absoluto cuando Lucy tomaba el control y le hacía saber lo que quería y cómo lo quería.

Ella arqueó la cabeza hacia atrás mientras las caricias se iban haciendo más y más intensas, ladeó la cabeza para encontrarse con los labios de Tim, que se bebió su beso mientas ella dejaba la mano para que él siguiera por su cuenta mientras ella enredaba la suya en su pelo, profundizando el beso mientras algún que otro jadeo se escapaba de su boca. Estaba cerca y él lo sabía y cuando rompió el beso y la miró a los ojos pudo sentir todo lo que sentía por ella… Sabía que la quería, pero no estaba preparado todavía para decir esas palabras, pero algún día lo estaría, sabía que Lucy era la mujer de su vida y lo quería todo con ella, no eran necesarias esas dos palabras en ese momento porque sus ojos se lo decían.

Tim: Córrete para mi- y no se contuvo.

Lucy se corrió entre espasmos mientras Tim la seguía acariciando sin parar, sintiendo como las paredes de su vagina apresaban sus dedos mientras su otra mano seguía acariciando el pequeño botón, ahora más que hinchado, liberándose entre gemidos incontrolables de pasión. Tim presó las piernas de ella y se las abrió, no permitiendo que las cerrara para que el orgasmo fuera más intenso, y lo fue, porque ella perdió las fuerzas de su cuerpo mientras caía rendida sobre él, totalmente relajada.

Tim: Nunca me cansaré de ver cómo te corres para mí- beso su cabeza mientras ella esbozaba una pequeña sonrisa cansada.

Una hora después los dos estaban desnudos en la cama, mirándose el uno al otro de lado, sin decir nada, tan solo escuchando en sonido de sus respiraciones. Lucy hizo que Tim se tumbara y ella se tumbó pegada a él, con la cabeza de nuevo en su pecho mientras que él los tapaba con la sábana. Apoyó su mejilla sobre la cabeza de ella e inhaló el aroma de su champú mientras sentía como ella acariciaba su pectoral haciendo círculos, no sabe cuánto tiempo estuvieron así hasta que se quedaron dormidos.

Tim tenía una pequeña sonrisa en su cara mientras soñaba, soñaba con un futuro junto a ella, en una casa, casados, y con hijos, Kojo corriendo por el jardín mientras un niño de pelo rubio y ojos claros y una niña morena de ojos oscuros corrían con una pelota mientras unos padres sonrientes los miraban desde el porche escuchando las risas y los ladridos de un hogar, su hogar.