Diciembre 1812

Un carruaje de alquiler paro frente a una casa de tres pisos en la calle Gracechurch. Elizabeth bajó del carruaje asistida por un lacayo y fue recibida por una señora de mediana edad, y una hermosa y rubia joven con sendas sonrisas en sus rostros.

"Lizzy, cuanto te extrañe", Jane, con lágrimas en los ojos de la emoción abrazó fuertemente a Elizabeth. Las dos hermanas no se habían visto en los últimos cuatro meses, pero mantenían una fluida correspondencia.

"Jane, estoy tan feliz de verte. También te extrañé mucho todos estos meses. Tía, gracias por invitarme a pasar unos meses con ustedes, y también por enviar a John a buscarme."

"Estoy feliz que estés con nosotros, Lizzy; pero, ¿no les parece que es mejor que sigamos conversando adentro?" Con una sonrisa dijo la Sra. Gardiner. "John, se va a encargar de bajar tu baúl y llevarlo a tu habitación."

"Tienes razón tía…" Lizzy abrazó a su tía, y unos minutos más tarde las tres damas estaban sentadas en el comedor tomando té, mientras hablaban de todo un poco y en especial del futuro esposo de Jane…

"… Jamás pensé que después de lo que pasó con Lydia podría ser tan feliz, Lizzy. El Sr. Stevens es inteligente, amable, considerado, y además es muy trabajador. Reúne todas las condiciones que admiro y respeto en un caballero." Jane sonrió dulcemente, "Hoy de noche viene a cenar con nosotros, y por suerte ya lo vas a conocer."

"Me alegro mucho por ti, Jane. Sabes que hace muchos años que deseo conocerlo." Con una sonrisa juguetona agregó, "¿Sigue escribiéndote poesía?"

Jane se sonrojó y negó con la cabeza, "Lizzy, en aquel entonces el Sr. Stevens tenía solo 21 años y yo 16!"

La Sra. Gardiner sonrió y miró a Lizzy, "Lizzy, tengo muy buenas noticias para contarte,"

Elizabeth miró expectante a su tía, y la Sra. Gardiner agregó, "Un conocido de tu tío tiene una librería y además una editorial. Hace dos semanas, tu tío le mostró el borrador de tu novela. La leyó, y le gustó mucho. Quiere leer la novela nuevamente cuando la tengas terminada. Nos dijo que con algunos pequeños cambios estaría dispuesto a publicarla."

Elizabeth abrió muy grande los ojos por la sorpresa. Sabía que su tío estaba tratando de ayudarla a publicar a su novela, pero pensó que no iba a tener éxito. "Oh, Tía, esta es una de las mejores noticias que he escuchado en mucho tiempo."

"¿Has terminado de escribirla?"

"Si, justo la terminé de escribir hace unos días. De hecho, la tengo en mi baúl para que ustedes la lean y me den su honesta opinión. Hice algunos cambios e incluí todas las sugerencias que ustedes me hicieron."

"¡Excelente! ¿Quieres que la leamos nuevamente antes de enviársela al Sr. Shaw?" preguntó la Sra. Gardiner.

"Si, por favor; me gustaría mucho que lo hicieran." Miró a ambas con una sonrisa, "Ya saben que ustedes dos y el Tío Gardiner son las personas en quién más confío…"

Las tres damas continuaron hablando sobre la novela de Elizabeth hasta la hora de cenar.

Esa noche, Elizabeth efectivamente conoció al Sr. Stevens, y se llevó una grata sorpresa. El caballero estaba visiblemente enamorado de su hermana, era muy atento y considerado con Jane. No era particularmente guapo, pero era muy agradable. Tenía una compañía de importación y exportación de bienes similar a la de su tío, una casa en Londres a solo 5 bloques de la de los Gardiner que había heredado hacía unos años, y un ingreso de 800 a 1000 libras al año. La boda iba a ser en solo dos meses ya que según el Sr. Stevens ya había esperado casi siete años para casarse con Jane.

La conversación durante la cena fue muy interesante; hablaron del comercio y las dificultades que había en el continente y en América. Al final de la velada, le pidieron a Lizzy que tocara el piano, y ella accedió gustosa.

Esa misma noche, desde su habitación mientras miraba dormir plácidamente a Jane, Lizzy por un momento pensó en todo lo que había pasado en poco más de un año… Pensó en el Sr. Bingley, y en especial en el Sr. Darcy, y en todas las cosas que no pudo ser…

Pero ya habían pasado cuatro meses desde el escándalo de Lydia, y Elizabeth ya se había acostumbrado a ignorar los desprecios de los vecinos de Meryton y los alrededores, junto con las quejas constantes de su madre sobre lo injustos que eran los vecinos con ellos, los sermones de Mary sobre la virtud de las mujeres, la indiferencia de su padre eran las cruces que debía cargar. Elizabeth se recordaba a diario que no debía pensar en las cosas que no podía cambiar. Su refugio eran sus paseos matutinos, leer y escribir. Ya había logrado terminar su novela y tenía varias ideas para escribir una nueva.

No le guardaba rencor al Sr. Darcy. Los incipientes tiernos sentimientos que había comenzado a sentir por el caballero se estaban lentamente desvaneciendo. Sabía que con el correr del tiempo el Sr. Darcy iba a ser simplemente un nombre, un vago recuerdo.

Elizabeth estaba contenta que Jane se iba a casar con el Sr. Stevens, un hombre que había esperado siete años para tener una nueva oportunidad para ganar el afecto de Jane. Estaba convencida que Jane iba a ser mucho más feliz al lado de un hombre como el Sr. Stevens que con el Sr. Bingley y en particular por sus odiosas hermanas…

Durante la siguiente semana, Elizabeth tuvo ocasión de ver varias veces, y conocer mejor al Sr. Stevens. Cada día le agradaba más su futuro cuñado y viceversa. Jane estaba muy feliz; afortunadamente había logrado dejar atrás su desilusión con el Sr. Bingley y estaba enamorándose de su futuro esposo.

A pedido de Elizabeth, los Gardiner no le contaron a Jane sobre su corto compromiso con el Sr. Darcy ni que habían visto al Sr. Bingley en Pemberley. Era mejor dejar esa etapa de sus vidas para siempre en el pasado. Era muy probable que no se volvieran a ver por mucho tiempo, y quizás nunca más.

Una mañana, pocos días antes de Navidad, Elizabeth estaba en su habitación peinándose cuando la Sra. Gardiner entró sonriente. Elizabeth le sonrió y saludó a su tía, y la Sra. Gardiner muy entusiasmada le dijo, "Buen día Lizzy. Recién ayer pude terminar de leer tu novela. Los cambios que hiciste son muy buenos, y estoy convencida que si se publica va a ser un éxito…" le apretó suavemente la mano a su sobrina, "Si estás de acuerdo, hoy mismo le puedo pedir a tu tío que se la lleve al Sr. Shaw para que la lea."

Elizabeth titubeó por un instante y le preguntó, "¿Te parece que así está bien, tía? ¿No tienes ninguna sugerencia adicional?"

"No, la novela así está perfecta." La miró a los ojos, "Jane y tu tío opinan lo mismo que yo. Quiero que sepas que estamos muy orgullosa de ti, y deseamos de corazón que tu novela se publique y que tengas todo el éxito del mundo." Hizo una pausa, "pero sabes que como hija de un caballero lo mejor va a ser que tu identidad permanezca siempre oculta. Por precaución, no debes decirle nada a tu madre ni a Kitty."

Elizabeth dudó unos segundos, y finalmente respondió, "Tienes razón, tía. Lo último que quiero es generar más problemas y arruinar aún más la reputación de mis hermanas. Me gustaría usar el nombre Rose Gardens, ¿Qué te parece?"

La Sra. Gardiner sonrió y asintió, "Es un lindo nombre y muy adecuado para ti. Rose es tu segundo nombre y Gardens es similar a Gardiner."

"Por eso fue que lo elegí. Es un nombre único y especial."

Ese mismo día, el Sr. Gardiner le llevó el manuscrito a la imprenta del Sr. Shaw, y dicho señor le prometió que en tres semanas le daría la respuesta si lo publicaría o no.

La Nochebuena en casa de los Gardiner fue una ocasión alegre. Los niños estaban impacientes por recibir sus regalos, pero la Sra. Gardiner los logró para que se acostaran temprano así se levantaban antes a abrir los regalos. Elizabeth y Jane usaron parte de su mesada para comprarles regalos a cada uno de ellos.

Pero la gran sorpresa que recibieron el día siguiente de Navidad, fue la carta que la Sra. Bennet le envió a la Sra. Gardiner con noticias que cambiaron por completo el destino de varias familias…

23 de diciembre 1812

Longbourn

Querida Madeleine,

Espero que estén todos muy bien. Estoy muy contrariada porque mi querida Jane se va a casar con un hombre que gana menos de 1000 libras al año. Siendo tan hermosa podría aspirar a un pretendiente con un ingreso de al menos 2000 libras al año, pero ya no hay nada que pueda hacer para evitar que se celebre la boda.

No sé si recuerdas que te comenté en mi última carta que desde hace varias semanas que me siento muy mal; tengo nauseas todas las mañanas, mareos y palpitaciones. Ayer durante el desayuno me desmayé, y muy preocupado el Sr. Bennet mandó llamar al Sr. Jones.

Cuando el Sr. Jones me revisó y me hizo varias preguntas, me di cuenta que desde hace más de tres meses que no tengo mi regla. La respuesta a mis malestares ahora es tan clara; estoy embarazada. Te imaginaras que aún no lo puedo creer, es un milagro. Estoy segura que esta vez voy a tener un varón.

Lamentablemente me siento muy mal para salir de mi habitación, y seguramente no voy a poder ir a la boda de Jane.

Espero que Lizzy esté ayudándote con los niños.

Cariños para todos.

Fanny Bennet.

"Esta sí que es una noticia muy inesperada." Comentó con cierta preocupación la Sra. Gardiner, "Deseo de corazón que esta vez sea un varón, sino va a ser muy grande la decepción de Thomas y principalmente de Fanny."

"Va a ser maravilloso tener un hermano; aunque reconozco que también va a ser muy extraño." Exclamó Jane con una gran sonrisa.

Elizabeth no comentó nada, pero estaba aún muy sorprendida por la noticia. Su madre tenía casi 42 años y su padre 52. Ambos eran muy mayores para tener un hijo. ¡En que estaban pensando!

"Lizzy, ¿Qué opinas sobre esto?" preguntó curiosa la Sra. Gardiner.

Elizabeth miró a su tía y después el rostro sonriente de Jane, y decidió que era mejor no decir su honesta opinión "La verdad tía, estoy aún muy asombrada con esta noticia. No sé aún qué sentir y pensar."

"Te entiendo perfectamente. Yo también estoy muy asombrada…"

Ese mismo día, tanto Jane como Elizabeth le escribieron cartas a su madre para felicitarla por la buena noticia. Además, Jane prometió ir a visitarla enseguida de su boda para presentarle a su marido. Lizzy por su parte prometió regresar a Longbourn enseguida de la boda de Jane.

La segunda semana de enero, las tres damas estaban tomando te, cuando llegó el Sr. Gardiner de su negocio con un paquete bajo el brazo y una gran sonrisa. Al ver a su sobrina, exclamó, "Adivina Lizzy, tengo excelentes noticias para ti."

Al ver el pequeño paquete que tenía su tío bajo el brazo, el rostro de Elizabeth se iluminó, "Tío,¿Es eso lo que pienso que es?"

"No tengo poderes para leer tu mente, Lizzy. Vas a tener que decirme específicamente que piensas, y te prometo que te diré si es acertado."

"Edward, por favor, no juegues con nosotras, y dinos de una vez que hay en el paquete." Dijo impaciente la Sra. Gardiner con una gran sonrisa.

"Muy bien señoras, sus deseos son órdenes. Esta es la excelente noticia. Vee por ti misma, Lizzy" Le dio el paquete a Elizabeth junto con un sobre.

Con curiosidad y mucha emoción, Lizzy abrió el paquete y vio con alegría que efectivamente era su libro impreso con una hermosa encuadernación. "Esto es increíble… No lo puedo creer… Estoy tan feliz… Es la mejor noticia que he recibido en tanto tiempo." Abrazó fuertemente a su tío, "Muchas gracias, tío." Después abrazó a su tía y por último a su hermana.

"Lizzy, no tienes que agradecerme, lo único que hice fue llevarle tu manuscrito al Sr. Shaw." Sonrió, "Pero aún no has abierto el sobre."

"Tienes razón, por la emoción me olvidé por completo que también había un sobre." enseguida lo abrió, y vio que había un cheque de 200 libras con una nota que estipulaba que no iba a recibir dinero adicional por las ventas del libro. "Este dinero también es inesperado y sin duda muy bienvenido…" Hizo una pausa y miro a su tío con determinación, "Tío, quiero que me ayudes a invertir este dinero."

El Sr. Gardiner asintió, "Por supuesto mi querida sobrina. Con gusto te ayudo en todo lo que desees."

Poco después que Elizabeth entró en sociedad - unos cuatro años atrás – el Sr. Gardiner había incentivado a sus dos sobrinas favoritas a comenzar a ahorrar parte de su mesada. En los años siguientes, Elizabeth y Jane habían logrado ahorrar cada una de ellas casi 100 libras, que su tío se había encargado de invertir por ellas al 4%.

"Lizzy que bonita que es la tapa." Comentó Jane mientras acariciaba la tapa del libro, "Estoy tan feliz por ti…"

"Esto amerita que festejemos." La Sra. Gardiner miró a su esposo, "Edward, ¿tienes aún una botella de champagne, o las vendiste todas?"

"Me quedan solo dos que las estaba guardando para la boda de Jane; pero esta ocasión amerita que abramos una de ellas."

Todos sonrieron y asintieron con entusiasmo, el Sr. Gardiner fue a su despacho a buscar la botella y posteriormente brindaron por el éxito de Elizabeth como escritora. Estaban todos muy felices por el primer libro de Elizabeth, y orgullosos de ella.

Se acostaron muy tarde esa noche, y como era de esperar, por la emoción Elizabeth no pudo dormir. Tenía varias ideas para escribir una nueva novela, pero era consciente que necesitaba descansar antes de poder empezar a escribir.

A la mañana siguiente, Elizabeth se levantó al alba, y comenzó a esbozar el borrador de su segunda novela. Al principio pensó que su heroína debía tener las mismas características que su hermana Jane: hermosa, reservada y muy bondadosa. Pero después cambió de idea y se dio cuenta que una dama como Jane no era acorde a la trama de la novela. Su heroína debía ser una joven no convencional. Sobretodo, tenía que aprender de sus errores y superar varios obstáculos y desafío a lo largo de la historia.

Unos pocos minutos antes del desayuno, y después de varios intentos frustrados, por fin logró crear la heroína perfecta para esa historia. Era una joven bonita, de fuertes convicciones y con un gran coraje que la ayudaría a pasar las adversidades y aprender de sus errores.