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One-shot publicado por primera vez el 22 de julio del año 2022, escrito para la #dinámica_del_mes_de_agosto de ese año, de la página de #MundoFanficsInuyashayRanma: #sensual_verano_MFIYR.

Los personajes son propiedad de Rumiko Takahashi y el one-shot fue escrito sin fines de lucro.

― Por favor, Akane -suplicaba Yuka- acepta.

― Sí, Akane -dijo Sayuri- solo será este fin de semana, de verdad.

Akane se quedó pensando un momento y Yuka volvió a decirle:

― Anda, di que sí... será divertido.

― Hay que aprovechar, Akane, porque no sabemos cuándo se nos vaya a presentar otra oportunidad así... ¡vamos! ¡no te hagas de rogar tanto! -dijo Sayuri, sonriendo-.

Akane rio un poco al ver la insistencia de sus amigas y después, les dijo:

― Está bien, le pediré permiso a mi papá.

― ¡Sí! -gritaron ambas y la abrazaron fuertemente-.

Ranma estaba platicando con sus amigos, pero, al escuchar que las amigas de Akane gritaban muy contentas, se preguntó:

¿Qué tanto alboroto se traerán esas tres?

Al finalizar las clases, Akane se apresuró a guardar todas sus cosas en su maletín. Después, se despidió de sus amigas y salió corriendo de su salón de clases para llegar rápidamente a su casa y poder hablar con su papá.

Ranma se dio cuenta y corrió tras ella.

Al alcanzarla, le preguntó, mientras iba sobre la cerca:

― Oye, ¿por qué la prisa?

― ¡Debo hablar con mi papá!

― ¿Hablar con él?

― Sí.

― ¿Y de qué?

― ¡No es tu asunto! -dijo divertida-.

― ¡Oye! -dijo, algo ofendido, pues, se suponía que se estaban llevando un poco mejor (siempre y cuando, él no lo arruinara con sus insultos)- estoy intentando portarme amable contigo ¿y tú me sales con esto?

Akane rio un poco, negó con la cabeza y después, le dijo:

― No te preocupes... de todas formas, te vas a enterar jajajaja.

― ¿Y me vas a dejar con la duda hasta que lleguemos a casa?

― ¡Sí!... ¡así es, "curioso"! jajajaja.

― ¿No me puedes adelantar aunque sea un poco?

― ¡No! ¡y ya no insistas!

― Bueno... ya qué -dijo resignado-.

Llegaron a la casa después de unos minutos. Saludaron y luego, Akane subió a su habitación a cambiarse el uniforme.

Después, bajó al comedor a almorzar con su familia.

Todos empezaron a comer tranquilamente los alimentos que Kasumi y la señora Nodoka habían preparado... bueno, no todos comían tranquilamente, porque el señor Genma y su hijo siempre peleaban por la comida (a pesar de que, la señora Nodoka los regañaba a ambos para que se detuvieran), pero Ranma, en medio de su "pelea gastronómica", estaba ansioso por saber lo que Akane le diría a su papá.

Al terminar de comer, Akane aprovechó para dirigirse al señor Tendo:

― Papá, disculpa quisiera hablar contigo.

― Claro, hija, ¿qué sucede?

Todos escuchaban atentamente (sobre todo, Ranma):

― Pues, como tú sabes -dijo Akane- ya salimos de vacaciones de verano y bueno... mis amigas irán este fin de semana a la playa y yo quisiera saber si... me puedes dar permiso para acompañarlas.

― ¡¿Por eso tanto misterio?! -dijo Ranma, en tono de burla- ¡bah! ¡creí que era algo más interesante!

Akane se enojó con él y le dio un codazo en el estómago.

Ranma se sujetó rápidamente el estómago con ambas manos por el dolor y le dijo, con dificultad:

― ¡Siempre tan femenina, Akane!

Ella no le hizo caso y su papá dijo:

― Bueno, hija, si solo es este fin de semana, por mí no hay ningún inconveniente, puedes ir, tienes mi permiso.

― ¡¿De verdad?! -dijo Akane, muy emocionada- ¡gracias, papá! -y se acercó a abrazarlo-.

Después, subió muy contenta a su habitación a preparar su maleta para el viaje. Alistó camisetas, shorts, sandalias, bloqueador solar, toallas y lo más importante, su traje de baño, que era el mismo que usaba desde que tenía trece años: "un diseño para niñas" que ocultaba completamente su cintura: una calzoneta de tirantes, color blanco con flores anaranjadas y una pequeña falda.

Akane estaba muy feliz de poder usarlo de nuevo, pues, ya tenía tiempo de no ir a la playa. Se lo iba a probar, cuando de pronto, escuchó una voz muy conocida en su ventana:

― Siendo tan poco atractiva, harás muy bien en usar un traje de baño como ése, porque de esa manera ocultarás lo gorda que te has puesto jajaja.

Akane no tenía que adivinar de quién se trataba.

El señor Soun y el señor Genma se encontraban cerca del jardín jugando shogi, mientras que Kasumi y la señora Nodoka tendían la ropa, cuando de pronto, escucharon un golpe terrible que venía de la habitación de Akane. Luego vieron cómo una persona caía bruscamente al estanque que estaba en el jardín y se convertía en una chica pelirroja, al haber tenido contacto con el agua fría.

La señora Nodoka, al ver la escena, solo se tapó la boca asustada y luego, negó con la cabeza decepcionada del comportamiento de su hijo.

Después de unos minutos, la chica pelirroja se encontraba en la cocina vaciando sobre su cuerpo una tetera de agua caliente, convirtiéndose nuevamente en un chico pelinegro.

Su mamá tomó un botiquín y empezó a curarle la herida que tenía en la cabeza, ocasionada por la caída y mientras lo hacía, le dijo un poco molesta:

― Hijo, ya no eres un niño para que sigas comportándote de esa manera con Akane... ¿cuántas veces tengo que decírtelo?

― Mamá, yo solo le dije la verdad, ¿qué de malo hay en eso?...

― ¡Ay, hijo! espero que te disculpes con ella, es lo mínimo que debes hacer.

― ¿Yo? ¿disculparme con esa chica tan violenta? ¡pero, si fue ella la que me golpeó!

― ¡Porque te lo tenías muy bien merecido! -dijo, dándole un pequeño golpe en la cabeza con su mano-.

― ¡Mamá, eso duele!

― Pues, entonces, ve a disculparte con ella.

― Pero...

― Sin peros, Ranma.

Ranma se cruzó de brazos molesto, mientras su mamá seguía curándolo. Pero después, pensó, muy confiado:

Al menos, no tendré que preocuparme por ese viaje que hará Akane, porque nadie se fijará en una chica tan fea y tan violenta como ella y peor aún: usando un traje de baño como ése jajaja.

Y con ese pensamiento, se quedó más tranquilo.

Mientras tanto, Nabiki había entrado a la habitación de Akane:

― Oye, ¿ya alistaste todo para tu viaje?

― Sí, Nabiki, ya tengo todo listo para pasado mañana.

― ¿De verdad? ¿qué traje de baño usarás?

― Pues, el mismo que tengo desde hace ya algunos años -dijo, tranquilamente-.

― Ajá... ¿puedo verlo?

Akane lo sacó de su maleta y se lo entregó:

― Akane, éste es un traje de baño para una niña -le dijo, en tono de regaño- estoy segura que ya no te queda.

Akane se le quedó viendo y después le dijo, un poco triste:

― Entonces, eso quiere decir que... Ranma tiene razón: engordé en todo este tiempo.

Nabiki se rio un poco y después, le dijo:

― No, Akane... no me refería a eso cuando te dije que ya no te quedaba.

― ¿Entonces?

― Akane, ya tienes dieciocho años... ya no puedes usar trajes de baño así.

― Pero, yo siempre me sentí cómoda con él...

― No, no, Akane... mira, yo creo que tengo por ahí dos trajes de baño nuevos y puedo prestártelos por la módica cantidad de cinco mil quinientos yenes, ¿qué te parece?

Akane se enojó y le dijo:

― ¡Ni loca te daré esa cantidad, Nabiki! ¡además, estoy muy bien así!... ¡me gusta el traje de baño que tengo y ése es el que voy a usar!

― Piénsalo, Akane... te aseguro que no te vas a arrepentir.

― ¡No gracias! ¡no tengo nada que pensar!

― Bueno, la oferta sigue en pie.

Diciendo esto último, salió de la habitación y Akane se quedó pensando:

¡No, no, no!... ¡definitivamente, Nabiki está loca!... ¡ni siquiera me imagino usando uno de esos trajes de baño que me está ofreciendo!

Y por supuesto que no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer... ¡claro que no! ¡Nabiki no se saldría con la suya!

Al llegar el día en que había quedado con Yuka y Sayuri, Akane se despidió de su familia:

― Que te vaya muy bien, hija –dijo el señor Soun-.

― Ten siempre mucho cuidado, Akane –dijo Kasumi, sonriendo-.

― Diviértete mucho, linda –dijo la señora Nodoka-.

Akane le dio un abrazo a cada uno y después, Nabiki le dijo:

― ¡Qué envidia me das, Akane!... ¡con cuántos chicos apuestos te vas a encontrar!

― ¡Nabiki! –dijo Akane, negando con la cabeza-.

Por supuesto que Ranma había escuchado lo que Nabiki dijo y pensó:

Pero, ninguno se fijará en ella, estoy seguro –y cruzó sus brazos detrás de su cabeza, bastante confiado-.

Akane aún estaba molesta con Ranma y no se despidió de él. Abordó el bus que la llevaría a ella y a sus amigas, a su divertido destino y por una ventana volvió a decirle adiós con la mano a toda su familia.

― Será un largo fin de semana, ¿no crees, Ranma? –dijo Nabiki, enfatizando la palabra "largo"-.

Ranma volteó a verla confundido y después, le dijo:

― ¿A qué te refieres, Nabiki?

― ¿Yo? a nada en particular jajajajaja... es que, pueden pasar tantas cosas en ese tiempo...

― ¿Cómo qué?

― No lo sé jajajaja.

Diciendo eso, se fue de ahí y Ranma se quedó pensando:

¿Qué habrá querido decir, Nabiki?... ¡bah! ¡seguramente, nada importante!

Pasaron algunas horas y al llegar a su destino, Akane, Yuka y Sayuri, fueron muy emocionadas a la habitación del hotel que habían reservado para ponerse sus trajes de baño.

Akane abrió su maleta y empezó a buscar su traje de baño. Ella recordaba que lo había dejado encima de todo lo que llevaba, pero, no fue así.

Empezó a sacar todas sus cosas, muy preocupada y de pronto, vio una bolsa que no recordaba haber guardado en su maleta. La abrió y su sorpresa fue muy grande: ¡habían dos bikinis muy atrevidos!... ¡demasiado atrevidos: uno color blanco y otro anaranjado!... ¡y el traje de baño que ella buscaba no estaba por ninguna parte!

Mientras tanto, en el pueblo de Nerima, Nabiki se encontraba platicando con Kasumi en la cocina:

― A esta hora, Akane ya debió de haberse dado cuenta de lo que hice jajajaja.

― Nabiki -dijo Kasumi, con algo de reproche- si Akane no quería usar esa clase de trajes de baño, no debiste forzarla a hacerlo.

― Después me lo agradecerá, Kasumi... estoy segura que se verá muy linda y atractiva con esos bikinis que le puse en su maleta y llamará la atención de todos los chicos que encuentre en la playa jajajaja.

Kasumi iba a decir algo más, cuando de pronto, se escuchó el crujido de una lata que había sido aplastada con furia:

― ¡¿Qué hiciste qué?! -gritó la persona que había aplastado una lata vacía de gaseosa sabor uva, con una de sus manos-.

Ambas voltearon a ver y era Ranma quien había hablado, con mucho enojo:

― Ah, Ranma -dijo Nabiki despreocupada- no creí que te gustara escuchar conversaciones ajenas jajajaja ¿qué no estabas entrenando en el jardín?

― ¡¿Cómo te atreviste a hacer algo así?!... ¡a eso te referías con lo que me insinuaste hace unas horas!, ¡¿no es así?!

― Ya, Ranma, no es para tanto, por favor... Akane no podía seguir usando un traje de baño para niñas y por eso lo hice... no es para que te pongas así.

Pero, obviamente, la excusa de Nabiki no ayudó en nada a tranquilizar todo el enojo y el temor que Ranma sentía en ese momento.

Por otro lado, Akane se encontraba sentada, con los brazos cruzados, en una de las camas de la habitación del hotel:

― Akane, los trajes de baño que guardó tu hermana en tu maleta, son muy bonitos -dijo Yuka, quien ya se había puesto una calzoneta color verde-.

― Sí, Akane -secundó Sayuri, quien se había puesto una calzoneta color azul con flores blancas- te verás muy hermosa con ellos.

― ¡No, no me voy a poner esos bikinis! -dijo molesta- ¡jamás!

― Akane, no querrás desaprovechar este viaje solo por eso, ¿verdad? -dijo Yuka-.

Akane negó con la cabeza y después, dijo:

― ¿No tienen otro traje de baño que puedan prestarme?

Yuka y Sayuri voltearon a verse y por supuesto que sí llevaban otro de repuesto cada una, pero, pensaron que Akane debía darse la oportunidad de ponerse esos trajes de baño. Así que, le dijeron:

― No, Akane, lo sentimos... no trajimos más.

― Bueno, entonces, no iré a la playa ni me meteré a las piscinas -dijo, con mucha convicción-.

― Akane, ponte uno... tú eres muy linda, estoy segura que te verás muy bien -dijo Yuka-.

― ¡No, no y no! -dijo molesta- ¡y no van a convencerme!

Después, dijo internamente:

¡Nabiki me las pagará muy caro!

Yuka y Sayuri solo voltearon a verse y después, dieron un largo suspiro.

Pasaron algunos minutos y las amigas de Akane se encontraban afuera de la habitación del hotel:

― Akane, te estamos esperando -dijo Yuka-.

― Sal ya, Akane -dijo Sayuri-.

Esperaron un poco más y por fin, Akane abrió la puerta:

― ¡Akane! -exclamaron ambas, muy sorprendidas al verla-.

― Ya sé -dijo Akane, inclinando su rostro y tratando de tapar su cuerpo- seguramente me veo horrible, ¿no es así?

― ¡Te ves muy bien! -dijo Sayuri-.

― Sí, Akane -dijo Yuka- estoy segura que llamarás la atención de todos los chicos que te vean.

― No digan mentiras, por favor -dijo Akane, entre molesta y triste-.

Sus amigas solo voltearon a verse y no creían lo que estaban escuchando, pues, ese coqueto bikini de dos piezas, color blanco, del cual la pieza de arriba iba amarrada a su cuello y a su espalda y la de abajo, amarrada por los lados, se le veía muy bien entallado... le quedaba perfectamente. No entendían por qué Akane era tan insegura, pero sabían que la mayor parte de la culpa la tenía el "tonto de su prometido":

― ¡Vamos ya, Akane! -dijo Yuka- ¡la diversión nos espera!

― ¡Sí, vamos ya al mar! -dijo Sayuri-.

Akane no estaba muy convencida, pero, sus amigas la tomaron de la mano y juntas, salieron del hotel.

Al llegar a la playa, empezaron a jugar y a reír con la arena y las olas del mar, un buen rato. Después, unas chicas las invitaron a jugar vóleibol y ellas aceptaron.

Akane se estaba divirtiendo bastante, hasta el punto de que había olvidado el traje de baño que estaba usando.

Pero, por supuesto que, desde que salió de la habitación del hotel, atrajo la atención de todos los chicos que encontraba.

Y no se hicieron esperar algunos para acercarse a hablarle, mientras la veían jugar con las demás chicas:

― ¿Aceptarías ir conmigo a beber algo? -le dijo uno-.

― Oye, ¿te gustaría dar un paseo en mi bote? -dijo otro-.

― Oye, ¿por qué no vamos a las piscinas? -dijo otro chico-.

― ¿Quieres ser mi novia? -dijo otro, con más atrevimiento-.

Akane se sonrojó ante tantas peticiones, pero, amablemente, las rechazó todas.

Sus amigas se dieron cuenta de todo:

― Akane, ¡qué suerte tienes! -dijo Yuka- ¡se han acercado a hablarte varios chicos!

― ¡Sí! -dijo Sayuri- ¡y todos son muy apuestos!

Akane volvió a ruborizarse, inclinó su rostro y después, les dijo, con voz casi inaudible:

― Yo... yo... no... no entiendo por qué lo han hecho.

― Akane -dijo Yuka- eres una chica muy linda.

― ¡Les gustas! -dijo Sayuri-.

― Hubieras aceptado salir con alguno de ellos -dijo Yuka-.

― ¡¿Qué?! -dijo Akane, muy sorprendida- ¡¿cómo crees?!... ¡por supuesto que no!

― ¿Y por qué no? ¿eh? -dijo Sayuri, levantando una ceja-.

― Bueno, porque... porque -dijo, sin saber qué responder, porque obviamente, Ranma vino a su mente en ese momento-.

― ¿Es por Ranma? -preguntó Yuka, pícaramente-.

Akane se quedó estática ante esa pregunta:

― ¡Claro que no! -dijo después, entre molesta y sonrojada- ¡ese bobo no es nada mío!

― Entonces, ¿qué te detiene? -dijo Sayuri-.

Akane no sabía qué decir, cuando de pronto, las tres se dieron cuenta que unos muchachos estaban construyendo en la playa un escenario improvisado:

― ¿Habrá algún evento? -preguntó Yuka-.

― Al parecer, sí -dijo Akane-.

― ¿De qué se tratará? -dijo Sayuri-.

En eso, vieron cuando colocaron una gran manta en el escenario que decía: "Concurso Reina de Verano":

― ¿Reina de verano? -preguntaron las tres al mismo tiempo-.

Y después de unos segundos, Yuka dijo:

― ¡Akane! ¡participa!

― ¡¿Qué?! -dijo Akane, muy sorprendida- ¡¿cómo se te ocurre?! ¡estás loca!... ¡ese concurso solo es para modelos! -hizo una pausa- es... para chicas bonitas.

― Bueno, tú lo eres -dijo Sayuri-.

― ¡Claro que no!... ¡olvídenlo! –dijo molesta-.

Yuka y Sayuri voltearon a verse y después de unos segundos, Akane les dijo, un poco más tranquila:

― ¿Por qué mejor no vamos por unas limonadas?

― Está bien -dijeron, no muy convencidas-.

Fueron por sus limonadas, comieron algo y platicaron un buen rato. Después, fueron a unas piscinas (no muy hondas), jugaron con una pelota y por supuesto, no se hicieron esperar más chicos para acercarse a hablarle a Akane.

Después de algunas horas, regresaron a la playa y notaron que el escenario ya estaba completamente montado y una mesa había sido colocada para los jueces que participarían en el evento. De pronto, Yuka reconoció rápidamente a uno de ellos:

― ¡No puede ser!

― ¿Qué? -dijeron Akane y Sayuri-.

― ¡Es Yamato Watanabe!

Akane y Sayuri voltearon a verse muy confundidas:

― ¡Es el surfista más famoso de todos los tiempos! –dijo Yuka- es muy apuesto y... -se detuvo un momento y después dijo, muy emocionada:- ¡está soltero!

Akane y Sayuri observaron al chico: era alto, de cabello castaño claro y ojos verdes... y bueno, tuvieron que reconocerlo, sí era muy atractivo:

Pero, no más que Ranma -pensó Akane, con algo de tristeza al recordar lo último que él le había dicho, que se había puesto más gorda y se preguntaba: ¿cómo era posible que estuviera enamorada de alguien como él?... porque sí, tenía que admitirlo, estaba profundamente enamorada de él.

Se había dado cuenta hacía ya algún tiempo y creía que las cosas entre ellos habían mejorado (desde la boda fallida), pero no fue así: Ranma seguía siendo el mismo cretino con ella, pues, cada vez que podía, la insultaba.

Akane estaba sumida en sus pensamientos, que no se fijó que Yamato tenía ya algunos segundos de estarla observando detenidamente:

Es... es... es muy hermosa -se dijo, internamente-.

Uno de los jueces se acercó a él y le dijo:

― Y bien, señor Watanabe, ¿iniciamos ya con las inscripciones de las candidatas?

Yamato volteó a verlo y le dijo:

― ¿Inscripción de candidatas?

― Sí, vea la fila que ya están haciendo todas las señoritas que desean participar.

Yamato vio hacia la fila y ya habían bastantes chicas que querían inscribirse.

Se quedó pensando un momento y después, dijo:

― Esta vez no habrá concurso.

― ¡¿Qué?! -dijeron muy sorprendidos los otros jueces que iban a participar en el evento-.

― Sí... ya hay una ganadora.

― ¿Cómo dice?

― Que ya hay una ganadora -y señaló hacia donde estaba Akane-.

Todos voltearon a verla y él volvió a decir:

― Ella es perfecta y no necesita concursar.

― Bueno, si usted lo dice -dijo uno de los jueces- tendremos que aceptar su decisión, porque es el presidente del jurado.

― Y quien costeó esta vez la actividad –dijo otro-.

Yamato rio un poco y después, le dijeron:

― Oiga, pero, ¿qué vamos a hacer con todas estas chicas que quieren participar?

Él se quedó pensando un momento y después, dijo:

― No lo sé... ustedes encárguense de eso -y se fue de ahí, muy tranquilo, para acercarse a Akane-.

Yuka y Sayuri se dieron cuenta que Yamato se estaba acercando a donde ellas estaban. Se sorprendieron bastante y Yuka dijo, muy emocionada:

― ¡No puedo creerlo! ¡podré pedirle su autógrafo!

Él llegó con ellas y las saludó. Yuka y Sayuri dieron un largo suspiro al escucharlo hablar. Después, Yamato se dirigió a Akane y le dijo:

― Hola, preciosa... ¿cómo te llamas?

Ella estaba más que sorprendida al tenerlo tan cerca y se sonrojó un poco al escuchar cómo la había llamado:

― Yo... yo...

― Se llama Akane Tendo -dijo Sayuri, interviniendo-.

― ¿Akane Tendo? –dijo Yamato, sonriendo- ¡qué bonito nombre! –dijo, tomando la mano de Akane para darle un beso-.

Akane no podía articular ninguna palabra y él continuó:

― Bueno, déjame decirte, Akane, que eres la nueva Reina del Verano de este año.

― ¡¿Qué?! -dijeron Yuka y Sayuri, muy sorprendidas-.

Akane al fin pudo hablar y le dijo:

― Pero, ¿cómo es eso posible, si yo no me inscribí al concurso?

Yamato rio un poco y después, le dijo:

― Por primera vez en la historia, no habrá ningún concurso, porque tú eres la chica más hermosa que jamás habíamos visto en esta playa -hizo una pausa- tú llenas todos los requisitos.

Akane se enojó y le dijo:

― ¡No me gusta esa clase de bromas pesadas!

Yamato rio nuevamente, negó con la cabeza y le dijo:

― No es ninguna broma, preciosa... estoy hablando muy en serio.

Akane se le quedó viendo, no muy convencida y él volvió a decirle:

― Ven conmigo y verás que no te estoy mintiendo.

Akane no quería, pero, sus amigas la animaron a ir con él. Después de unos minutos de estarla rogando, al fin aceptó. Yamato la tomó de la mano y la llevó donde estaban los otros jueces.

Ellos, al verla más de cerca, le dijeron:

― Tenía razón, señor Watanabe, esta chica es muy atractiva.

― Muy bien -dijo él- ya que están de acuerdo, creo que debemos realizar la coronación.

― Como usted diga -dijo uno de los jueces-.

Akane no creía lo que estaba pasando. De pronto, uno de los jueces subió al escenario y habló por micrófono, llamando la atención de todas las personas que estaban en la playa. Luego, le pidió a Akane que subiera también donde él estaba. Ella estaba completamente ruborizada y no quería hacerlo, pero, sus amigas le insistieron tanto, hasta lograr que aceptara.

Al subir ahí, aparecieron otras dos chicas que se pusieron una de cada lado donde estaba Akane y una procedió a colocarle la corona y la otra le colocó una banda, desde su hombro hasta su cintura, que decía: "Reina de Verano, 2022".

Luego, se acercó Yamato y le entregó un ramo de rosas rojas, sonriendo. Algunas chicas vieron a Akane con envidia y otras personas empezaron a aplaudirle.

Akane estaba muy contenta y pudo escuchar que algunos chicos decían:

― ¡Qué hermosa chica!

― Es realmente atractiva.

― ¡Hasta ahora, ella es la chica más linda que ha ganado!

― ¡Yo le pediré que se case conmigo! -se escuchó decir a un chico del público-.

A Akane se le pusieron los ojos brillosos de la alegría. Le dieron ganas de llorar porque jamás creyó que ganaría en algo así... ¡y ni siquiera había concursado!

Todos le seguían aplaudiendo, incluyendo sus amigas, quienes se acercaron a abrazarla.

De pronto, Yamato tomó el micrófono:

― Bueno, ya que acabamos de coronar a esta belleza –dijo, tomando la mano de Akane- ahora procederemos a realizar el concurso de surfing -hizo una pausa y después, dijo:- así que, animo a todos los chicos a participar, porque, déjenme decirles que el premio para el primer lugar será...

Todos escuchaban atentamente y él continuó:

― ¡Un beso de nuestra preciosa Reina de Verano!

Los chicos no se hicieron de rogar y empezaron a hacer una fila para inscribirse.

Akane se ruborizó y se asustó mucho al escuchar a Yamato y le dijo, molesta:

― ¡¿Qué?! ¡tú no me dijiste que tendría que hacer algo así!

― Tranquila, Akane -dijo Sayuri- quizás solo tengas que darles un beso en la mejilla.

― Exactamente -dijo Yuka-.

― ¡Aun así, no quiero hacerlo! -dijo Akane-.

― ¿Qué sucede, hermosa? -dijo Yamato, sonriendo- ¿acaso tienes novio?

Akane volvió a sonrojarse y después le dijo, aún más molesta:

― ¡Por supuesto que no! -hizo una pausa y dijo, un poco más bajo:- ¿quién en sus cinco sentidos se enamoraría de un fenómeno como Ranma?

― ¿Perdón? -dijo Yamato, al no escuchar lo último que Akane había dicho-.

― Nada, no importa.

― Entonces, si no tienes novio, no hay ningún problema, ¿no crees?

― Pero...

Yamato le dio la mano para ayudarla a bajar del escenario y después, le dijo:

― Y es más que seguro que yo sea el ganador de tu beso, porque también participaré –dijo, muy confiado- y ¿qué te parece si después de que termine el concurso, me acompañas esta noche a cenar a uno de mis botes?

Akane se le quedó viendo y él volvió a decirle:

― Es que, realmente estoy muy interesado en seguir conociéndote... por favor -hizo una pausa- para mí sería un gran honor que una chica tan hermosa como tú acepte salir conmigo.

Akane iba a responderle, cuando de pronto, se escuchó a alguien hablar detrás de ella:

― ¡Akane no irá a ninguna parte contigo y menos aún, permitiré que te bese!

Todos voltearon a ver y era Ranma quien había hablado furioso:

― Y tú, ¿quién eres? -dijo Yamato-.

― ¡Ranma! -exclamó Akane-.

― ¡Hola, Akane! -dijeron unas personas muy contentas, cerca del escenario-.

Ella volteó a ver y toda la familia estaba ahí: el señor Soun, Kasumi, Nabiki, el señor Genma, la señora Nodoka y también el maestro Happosai (pero, en ese momento había ido a molestar a las chicas).

Akane estaba más que sorprendida al verlos a todos ahí y sobre todo, a Ranma, quien únicamente traía puesta una pantaloneta color rojo y una sudadera blanca, sin subirle el cierre.

Akane se sonrojó mucho al verlo así... se veía aún más apuesto, pero, después se preguntó: con ese calor, ¿cómo era posible que trajera puesta una sudadera?

Ranma también la vio detenidamente y se enfureció al darse cuenta que sus miedos se habían hecho realidad, porque Akane sí se había puesto uno de los trajes de baño que Nabiki había guardado en su maleta...

Tenía que admitirlo, Akane se veía muy atractiva, demasiado atractiva, pero no podía soportar que todos los demás chicos también la vieran como él lo estaba haciendo ahora:

― Akane -dijo Ranma, bastante irritado- ¡ve a cambiarte de ropa ahora mismo!

― ¡Tú no eres nadie para darme órdenes! -dijo molesta-.

― ¡Claro que sí puedo hacerlo!

― ¡No! ¡y ya déjame en paz!

― ¿Quién es él, preciosa? -dijo Yamato-.

Ranma apretó fuertemente sus puños, conteniéndose para no golpearlo:

― ¡Él no es importante! -dijo Akane-.

― ¡Soy tu prometido! -dijo Ranma, casi gritándolo-.

Todos se quedaron muy sorprendidos y Yamato dijo después, dirigiéndose a Akane:

― ¿Cómo que prometido?... tú dijiste que ni siquiera tenías novio.

― ¡Pues, te mintió! -dijo Ranma, colocándose a la par de Akane y abrazándola por la cintura- ¡soy su prometido y muy pronto nos casaremos!

Akane se sonrojó ante la acción de Ranma, pero después, se separó rápidamente de él y le dijo, sarcásticamente:

― ¡Valiente prometido!... ¡tú solo te la pasas haciéndome sentir mal cada vez que puedes!... ¡además, nuestros padres fueron quienes decidieron lo del compromiso!... ¡así que, no me vengas ahora con eso!

― Pero, Akane, yo...

― ¡¿Tú qué, Ranma?! ¡¿para qué viniste?!

Ranma se le quedaba viendo, muy avergonzado y ella continuó:

― Aquí todos los chicos se han portado tan amables y atentos conmigo... me han dicho cosas agradables...

― Pero, es que...

― Mira, hasta me coronaron como la Reina de Verano de este año y... Yamato acaba de invitarme a ir a cenar cuando termine el concurso de surfing, así que, saldré con él.

Todos se quedaron viendo y Akane tomó del brazo a Yamato:

― ¿Nos vamos, Yamato?

Ranma inclinó su rostro y antes que se fueran, dijo:

― Akane...

― ¿Qué quieres? -dijo, bastante reseca- acaso, ¿insultarme?

― No, claro que no...

― ¿Entonces?

Ranma se le quedó viendo:

― Akane... -hizo una pausa- ¿de verdad, te importa mucho eso de haber ganado como Reina de Verano?

― Claro que sí.

― Y no... no te basta con ser... -dijo, tragando duro, muy duro- no te basta con ser... con ser... ¿LA REINA DE MI CORAZÓN?

Akane se quedó de piedra al escucharlo y él se puso completamente rojo por la vergüenza:

― ¿Qué fue lo que dijiste? -dijo Akane, acercándose a él-.

Ranma se quedó callado un momento y después dijo, viéndola detenidamente:

― Que tú... que tú, eres la Reina de mi corazón, Akane... desde hace ya mucho tiempo.

Akane no creía lo que estaba escuchando:

― Pero, Ranma yo... -dijo, muy sonrojada- yo...

― Lamento mucho haberte dicho cosas hirientes todo este tiempo y... lo que te dije la última vez, sobre que habías engordado, era mentira... solo lo dije para evitar que usaras un traje de baño tan provocativo como el que traes puesto ahora... -dijo, con mucha tristeza-.

― Ranma, yo...

― Quería evitar que otros chicos se te acercaran y que te arrebataran de mi lado, por eso lo hice, pero, ya no tiene caso... porque mis temores se hicieron realidad... no pude... no pude hacer nada...

Akane se acercó más a él y le dijo:

― ¿No me estás mintiendo, Ranma?

― ¡No, Akane! -dijo desesperado- ¡no te estoy mintiendo!... ¡ésa es la verdad!... ¡mi verdad!

Akane se quedó en shock y después, Nabiki dijo:

― ¡Ustedes dos! ¡¿ya se van a reconciliar o qué?!... ¡esto es desesperante!

― ¡Nabiki! -dijo Kasumi- ¡para empezar tú fuiste quien tuvo la culpa desde un principio!

Nabiki rio nerviosamente, muy avergonzada.

― ¡Mi hijo es todo un hombre! -dijo la señora Nodoka, muy feliz-.

― ¡Ahora sí vamos a poder unir las escuelas, Saotome! -dijo el señor Soun, dirigiéndose al señor Genma-.

"¡Así se habla, muchacho!" -decía un cartel que había sacado el señor Genma convertido en panda, dirigiéndose a su hijo-.

Akane aún no asimilaba lo que acababa de decir Ranma. Él volteó a verla y antes de poder irse de ahí, Akane ya lo estaba abrazando fuertemente:

― ¿A... A... Ak... Ak... Akane? -preguntó muy nervioso, sorprendido y sonrojado al darse cuenta de la acción de su prometida-.

Se quedó estático y después, no pudiendo tenerla tan cerca de él, la separó un poco para quitarse la sudadera que traía puesta y colocársela a ella:

― Mientras te cambias de ropa -le dijo, todavía nervioso-.

Ella se sonrojó y después, le sonrió. Se quedaron viendo detenidamente y Yamato dijo, dirigiéndose a Ranma:

― ¡Bueno! ¡¿qué estás esperando para besarla?!

Ranma se sonrojó bastante y él continuó:

― De verdad que eres lento, amigo.

Ranma se enojó ante ese comentario y Akane le dijo, sonriendo:

― Tranquilízate, no le hagas caso... además, no es necesario que...

Ranma no la dejó terminar, porque ya se había inclinado para besarla, tomándola por sorpresa (era el primer beso que Ranma le daba estando consciente).

Akane se quedó completamente estática y Ranma suplicó en su mente para que ella no lo golpeara por su atrevimiento.

Todos empezaron a aplaudirles y después, se escuchó que alguien le decía a Ranma:

― Oye, ¡el concurso de surfing ni siquiera ha empezado! ¡no es justo que hayas besado a la Reina!

Ranma volvió a enojarse. Akane rio un poco y le dijo a ese chico:

― Si ganas el concurso, alguien más te besará, porque yo ya no soy la Reina de Verano.

Y se quitó en ese momento la corona y la banda para entregárselas a Yamato:

― Pero, Akane... -dijo Ranma-.

Ella no lo dejó terminar y le dijo:

― ¿Qué no acabas de decir que soy la Reina de tu corazón, Ranma?

― Pues, sí...

― Bueno, es lo único que me interesa ser.

Ranma se puso muy feliz y Yamato le dijo:

― Akane es una chica muy especial, amigo... así que, más te vale que la trates bien, porque de lo contrario, no desaprovecharé la oportunidad para conquistarla.

― Eso no sucederá, "amigo" -le dijo Ranma, sarcásticamente, abrazando nuevamente a Akane por la cintura- porque después de terminar la preparatoria, nos casaremos... así que, ya perdiste toda oportunidad con ella.

Yamato rio un poco, negó con la cabeza y le dijo:

― Eso, lo veremos.

Después, varias chicas se acercaron a él para pedirle autógrafos, incluyendo a Yuka y Sayuri.

La familia de Akane y los padres de Ranma estaban muy felices al verlos juntos y se acercaron a abrazarlos. Después, el señor Soun le dijo a Akane:

― ¿Qué te parece, hija? nos quedaremos unos días más para aprovechar las vacaciones de verano.

― ¿En serio, papá? -dijo Akane-.

― Sí, hija.

― Así que -dijo Ranma, dirigiéndose a Akane- si quieres quedarte, tendrás que usar los trajes de baño que mi mamá te compró.

Akane se cruzó de brazos, sonriendo y la señora Nodoka le entregó una bolsa.

Akane la abrió, sacó los trajes de baño y después, le dijo a Ranma:

― Pero, estos trajes se me verán muy flojos jajajaja -eran unas calzonetas con falda, de una talla muy grande-.

La señora Nodoka rio un poco y le dijo:

― Lo siento, linda, pero, ya sabes como es mi hijo: es un celoso sin remedio.

Akane rio también y después, Ranma le dijo, en tono de regaño:

― Es eso o nada, Akane.

― Está bien -dijo, sonriendo- me las pondré -lo abrazó y después, se dio cuenta que varias chicas estaban observando a su prometido-.

Se separó de él y después le dijo, en tono de reclamo:

― Tú tampoco podrás andar así como estás, si te quieres quedar -pues, ahora únicamente cargaba una pantaloneta-.

― ¿A qué te refieres?

― Tendrás que usar una playera o una camiseta o no hay permiso para que te quedes en la playa.

Ranma también rio un poco al escucharla y le dijo:

― Está bien, acataré todas las órdenes que me de mi futura esposa... LA REINA DE MI CORAZÓN.

Akane sonrió nerviosamente, volvió a abrazarlo y después, le dijo:

― Ranma, ¿de verdad nos casaremos al terminar la preparatoria?

― Por supuesto, Akane, no me voy a arriesgar a que ese tipo –dijo, refiriéndose a Yamato- cumpla su palabra y te conquiste.

Akane rio un poco y después, Nabiki les dijo:

― Oigan, me deben diez mil yenes más intereses por haberles ayudado.

― ¿Ayudado a qué? –dijo Akane molesta-.

― A que finalmente reconocieran sus sentimientos –dijo, sonriendo- todo es gracias a mí.

― ¡No te pagaremos nada! –dijeron ambos, molestos-.

Nabiki rio un poco y les dijo:

― Bueno, solo por esta vez, no les cobraré jajajajaja –luego, se dirigió a toda su familia:- venimos aquí a divertirnos, ¿no?... ¡ya no perdamos más el tiempo!

Todos secundaron lo que Nabiki había dicho. Después, Ranma tomó de la mano a Akane y le dijo al oído:

― Eres la única en mi corazón, Akane... y solo yo puedo admirar tu belleza, nadie más.

Akane sonrió nerviosamente y después, le dijo:

― Lo mismo te digo, Ranma... así que, ya estás advertido: no quiero verte cerca de ninguna otra chica.

Ranma la acercó a su pecho y le dijo sonriendo, con voz casi inaudible:

― Te amo, Akane.

― Y yo a ti, Ranma.

Volvieron a darse un beso muy tierno, con el cual inauguraron formalmente su relación... y también sus vacaciones de verano, por supuesto.

FIN

Muchas gracias por leer :)