Bifurcación
Se despertó en sudor, buscando como loco alguna botella de agua en la mesilla.
Mimi soltó un leve quejido, al despertarse por el ruido y los movimientos de la sábana.
—¿Qué pasa?
Koushiro no contestó de inmediato. Mimi escuchaba a su compañero intentando desacelerar su respiración.
—He tenido un mal sueño.
Mimi le acarició el brazo.
—¿Qué fue?
Koushiro respiró varias veces antes de contestar.
—Es lo de siempre. Otra vez el laberinto.
—Oh, no te preocupes —dijo Mimi volviendo a cerrar los ojos—. Solo ha sido una pesadilla.
—Esta vez tampoco pude rescatarte. Logré resolver el enigma, pero solo sirvió para que yo me salvase. Odio esas veces.
—Qué mal lo has debido pasar.
No tardaron en dormirse, abrazados y entre besos de consuelo.
En una realidad alternativa, Koushiro seguía lamentándose del día que no pudo salvar a Mimi y Mimi vivía en sus sueños.
