Como todos los días Kaioh Retsu se encaminaba al antiguo dojo del Doppo Orochi que ahora era dirigido por su hijo Katsumi Orochi con el tan famoso Shin Shin Kai. Retsu siempre entrenando para hacerse el hombre más fuerte del mundo. Desde sus entrañas, su deseo era derrotar a Baki, quien desde aquella pelea con Mohamed Ali Jr.
No parecía ser el mismo chico, ese el cual ahora solo tenia una sola meta que no se iría de su mente hasta realizarse. Esa gran pelea que desde muy joven y desde la muerte de la madre, el chico deseaba. Aun caminando Retsu dio un largo suspiro y sus ojos se cerraron. Aun después de la
derrota que sufrió ante este chico de 17 años no estaba dispuesto a perder una vez más. Tenia que hacerse el mas fuerte, tenía que ser él número uno. Apreto sus puños al tiempo que su ceño se fruncía con fuerza. Una sonrisa de medio lado adorno su rostro,el sabía que esto se haría realidad.
No muy lejos de allí una camioneta ford explorer de color negro tenía la ventana del pasajero estaba a la mitad mostrando una cabellera lisa atada en un chongo alto los cabellos de la chica eran azul con destellos claros, sus ojos estaban tapados por unas gafas completamente negras y debido a que la ventana estaba a la mitad no se veía completo el rostro de la persona.
-Señorita ¿Está segura que es el mismo
hombre?
La chica bajo un poco los lentes dejando ver sus ojos color morado berenjena, la chica se tomo unos largos segundos con los ojos entrecerrados mirando al hombre que ahora se adentraba al dojo. Y luego las acomodo nuevamente como estaban.
- Otouto jamas mentiría -
La chica miro hacia el costado.
- Recuerda que el dijo su apariencia exactamente como lo ves ahí.
-Si señorita pero..
-¡Nada de peros Fujiwara! Nos bajaremos.
La chica procedió a abrir la puerta pero
fue detenida por una mano más grande a la de ella. La chica levanto la mirada y se topo con una muy triste.
-Señorita... después de hoy no hay marcha atrás, dejará todo por lo que a luchado por esto. El mundo que usted conoce. Todo cambiará si decide salir por esta puerta.
La chica bajo la mirada, no dijo palabra alguna por unos minutos que parecieron eternos. Pero con firmeza tomo la mano del chico y la alejo de la puerta. Mirándole con determinación y una sonrisa dandole a entender que sabía en lo que estaba a punto de meterse pero que no podía dar marcha atrás. Y sin mas se bajo del vehículo con una capucha negra unas sandalias color negras y dentro de la capucha un vestido corto chino abierto a ambos lados de la cadera y dejando ver
sus anchas caderas y sus labios iban pintados de un rosado pálido
Dentro del Shin Shin Kai...
-980, 981, 982, 983, 984...
Kaioh usaba su rutina de 1000 puños al aire en un tiempo acelerado lo que aunque no se notaba este podía terminar en una ración corta de 5 minutos. Lo que le molestaba por que el deseaba ser más rápido, más ágil y más fuerte.
-985, 986, 987, 988...
-Oye Kaioh ¿jamas dejas de entrenar?
-Jamas 989, 990, 991, 992, esto es necesario, Katsumi.
Katsumi Orochi el actual director del Shin Shin Kai e hijo del gran Doppo Orochi un chico muy atractivo de cabello negro, unas 5 pulgadas mas alto que Kaioh Retsu, un cuerpo muy bien trabajado gracias a su entrenamiento, de hermosa sonrisa blanca como la nieve, estaba junto a Kaioh ambos entrenando juntos.
-¡Jah! Sabia que esa seria tu respuesta. Batallas, batallas, 879, es todo lo que tenemos en mente... 880, Baki tiene en la mente el enfrentamiento para enfrentarse a su padre 881, ahora no se sabe en que quedo lo suyo con la chica bonita. 882, tu mírate todos los días entrenando para ser el mas fuerte. 883, Mira a esos convictos, 884, todos intentando probar la derrota 885, y ahora están todos hechos mierda 886. ¿No hay otra cosa qué no sea ser el mas fuerte? 886.
Retsu por un momento dirigió su mirada hacia el, sin entender a que se refería a lo que Katsumi sonrió y continuó con su platica.
-Relaciones, 887, una chica linda, 888, trabajar, 889, la musica, 890, algo diferente a ser el más fuerte.
-999, 1000.
Sonrojado Kaioh Retsu se detuvo justo cuando termino su entrenamiento. Miró hacia otro lado para evitar que Katsumi le mirase lo sonrojado de su rostro. Sonriendo el chico mas alto le hablo nuevamente.
- Vamos que no tienes nada de que sentirte avergonzado si no haz tenido sexo
desde hace mucho.
-¿C-como? E-eso es... es algo que no ocurrió hace mucho.
-¿Unos diez años? -
Sonriendo de lado. Kaioh le miro y volvio a desviar la mirada.
-N-no hace tanto tampoco...
Katsumi abrio un poco sus ojos.
-¿Hace cuanto entonces?
-U-unas semanas... pero... no por eso estoy aquí Katsumi deja de distraerme.
Con una pequeña risa decidió dejar ya de una vez el tema, el tenía también en
quien preocuparse. Una cierta peliroja de cabello rizado que le tenia loco. Deseaba mostrarsela a su padre una vez esta estuviera segura de que le amaba como lo hacia el con ella. Pero ahora tenia qué averiguar quien era esa chica con la que Kaioh había mantenido relaciones. Necesitaba molestarle con algo. Un hombre de su edad y todo sonrojado era muy gracioso. El chico pelinegro estaba dispuesto a continuar con su entrenamiento cuando la puerta del dojo se corrió de manera abrupta dejando ver a la chica que presenciamos unos minutos antes. Todos los presentes en el dojo dirigieron su mirada hacia ella.
En esos momentos el rostro de Kaioh Retsu fue cubierto por un enorme
sonrojo, este le cubría la mitad del rostro hasta las orejas. El joven peli negro sintió una fuerte corriente eléctrica que le recorrió todo el cuerpo. Miro de reojo a la chica, el no podía creer que ella se encontraba ahí. Y que se viera tan diferente de aquel día en que paso todo aquello. Su rostro era muy distinto de aquel tan intenso que le mostró cuando gritaba mientras era embestida en diferentes poses por el, o bueno eso quería creer el. Lo único que él podía ver que ella aun conservaba de su rostro era ese sonrojo no tan intenso como aquel día.
Kaioh Retsu tenía un poco de miedo de que esta lo reconociera, digo no es como si ella estuviera borracha aquel día, pero el no tenía la certeza de que ese habría sido el mejor sexo de su vida. Honestamente el
sabía que era un genio en las artes marciales chinas, uno de los hombres más respetados en su país, pero las mujeres eran otro mundo para el. Y bueno no es como si el tuviera sexo con muchas mujeres muy seguido. El joven se dio una vuelta y se escondió en una esquina sin saber que Katsumi y la chica lo estuvieron observando todo ese tiempo lo que confundió un poco al chico por el actuar de su amigo.
La chica con una media sonrisa y una mirada determinada se despojo de su enorme abrigo y de sus gafas guardándolas en el bolsillo de este mismo. La chica se encaminó hacia el centro del dojo junto a sus guardaespaldas un hombre y una mujer ambos conservaban sus capuchas y unas gafas negras, la
fémina era un tanto mas baja que su jefa y el chico que medía 1.78 metros la misma estatura de Kaioh Retsu. La chica con una mano en la cadera detuvo por fin su andar.
-Hola chicos buenas tardes. Me gustaría saber donde podría encontrar al señor Kaioh Retsu. Vengo de parte de Kaioh Ryo soy su hija.
Sonriendo la chica esperando una respuesta de alguien. A lo que luego de unos segundos que la joven encontro a Katsumi se dirigió hacia donde estaba y le sonrió. En ese mismo momento Kaioh Retsu dio la espalda nuevamente, ya que antes cuando ella lo mencionó el se había dado media vuelta para verla y saber que todo eso era realidad y no producto de un maravilloso sueño. Le hizo unas señas a Katsumi para que espantara a esa
hermosa chica que ahora mismo estaba mirándole o eso era lo que el quería imaginar aunque claramente ella no lo hacía.
-Hola.
Tomo la mano de la joven y le beso el dorso.
-Es un placer conocer a a la hija de tan distinguido guerrero como su padre. Si me deja saber su nombre con gusto le dire a Retsu que venga y hable con usted.
La chica con una enorme sonrisa asintió repetitivamente.
-Soy Ryuu Mei-Mei.
-Es un placer soy Katsumi Orochi hijo de
Doppo Orochi, Kaioh Retsu esta justo aya dandonos la espalda.
El joven en esos momentos dio un salto en su lugar por ser descubierto. Se dio la media vuelta lentamente, recupero su compostura y decidió saludar con cortesía.
-Buenas tardes señorita.
El joven Kaioh hizo una reverencia en modo de respeto ante la joven, contrarió a aquella tarde en la que se hundió en ella repetidas veces. Aun con su rostro sonrojado pero un poco más leve que hace unos momentos el joven levanto el rostro para verla a los ojos, a lo que la chica le devolvió el saludo con una corta reverencia dejando ver sus anchas caderas. El chico tuvo que desviar la mirada de esa joven tentadora que lo
estaba haciendo perder la cabeza. Lo que Kaioh no sabía es que la chica se sentía de la misma manera que el. La chica apretó un poco sus muslos intentando olvidar las palpitaciones de su entrepierna. Por lo menos la chica podía disimular un poco su sonrojo. Ella tuvo que desviar la mirada también para evitar recordar todo lo acontecido aquella noche.
-Buenas ta-tardes Kaioh Retsu-sama.
Este sería el comienzo de lo que parece ser una historia muy interesante.
