Uno que está dentro de la celda se levanta y corre hacia Leon para morderlo, éste le dispara varias veces al cuerpo, finalmente le da a la cabeza y el cuerpo del hombre infectado cae al piso.

—Siempre dispara a la cabeza —me mira sorprendido— Así es como funciona, le di a la cabeza y te dejó libre o eso es lo que veo —él asiente con una sonrisa apenado, creo que aún como policía le es muy difícil dispararle a un civil porque al menos eso creo que eran antes, unos simples y tontos civiles—. Mejor nos vamos.

En las escaleras nos encontramos con Claire, le contamos que había un infectado encerrado en la celdas y un hombre que fue devorado por él. Luego, los tres subimos para reunirnos con el otro varón. Algunos infectados andan dentro de la comisaría y escuchamos el auxilio de un hombre, abajo de la puerta enrollada está una persona siendo jalada de su cuerpo inferior hacia adentro de la puerta, Chief y Leon jalan de sus brazos para salvarlo, pero su cuerpo se divide en dos partes, muriendo al instante y los infectados intentan entrar por debajo, pero el rubio baja por completo la puerta que fue aplastando la cabeza de uno.

Me da ganas de vomitar y me alejo un poco de la escena, me encorbo y me sostengo con las manos en mis rodillas. Claire se acerca y acaricia mi espalda, diciéndome que todo estaría bien. Trato de borrar ese acontecimiento tan devastador y escribo en la puerta con un spray que estaba en la mochila, para que no la abrieran porque los infectados están del otro lado. Chief no puede contactar con Chris, hermano de Claire, su grupo tiene un helicóptero que nos serviría de ayuda para salir de aquí, pero todo está en nuestra contra, miramos en la parte delantera de la comisaría, los infectados han pasado las grandes puertas de la estación de policía.

Chief informa que podemos llegar en la parte trasera, para luego ir a la Mansión Spencer, donde encontraríamos a los S.T.A.R. sigo al mayor, llegando a caminar a través de un pasillo y es cuando escuchamos que la puerta principal ha sido tumbada y ellos están dentro. El pasillo está lleno de personas infectadas excepto nosotros, finalmente encontramos una puerta que abre el jefe y salimos a tiempo cerrando la puerta, nosotros estamos en la parte de atrás donde solo tenemos que abrir la puerta con la tarjeta y salir a la calle. El perro infectado se detiene frente a nosotros hasta que la pared de la izquierda se derrumba para revelar una criatura gigante.

—¡Mierda! ¿Qué es eso? —habla el jefe que apunta con su pistola al gigante.

La criatura con su pie aplasta al perro cuando se dirigía hacia nosotros. Disparamos lo mejor que pudimos y tuvimos que separarnos para evitar ser atrapados por este gigante. Las balas no son suficientes, tenemos que darle con algo más grande y pesado, veo un vehículo estacionado a unos metros de aquí y noto que dice SWAT. No es del mismo tamaño que el gigante, pero al menos puedo tomar provecho con la velocidad. Corro escondiéndome del gigante, pero él se está divirtiendo con los demás. Me subo al vehículo y mi cabeza hizo un click cuando puse mis manos en el volante.

—No es la primera vez, lo primero: el cinturón de seguridad —recuerdo— Sí, ahora... ¿Cómo se prendía esta cosa?

—¡Auxilio! —grita el jefe cuando es alcanzado y levantado de cabeza.

Busco las llaves y recuerdo dónde las dejaba siempre mi padre. Prendo el motor y no dudo en acelerar lo suficiente para estrellar al gigante contra la pared, dejando libre al hombre.

—No fue difícil —bajo con un poco de dificultad, sin el cinturón de seguridad hubiera salido volando también.

El vehículo parece moverse por lo que significa que el gigante todavía está vivo.

—No se muere con nada —el jefe se levanta con el tobillo lastimado y para la sorpresa de los demás, saca de mi mochila una granada y lo lanza a la parte delantera del vehículo el cual explota y se incendia— Será mejor que nos pongamos en marcha.

Un perro infectado aparece, se dirige hacia Claire y dos disparos acertaron en la cabeza del perro, una era de la pelirroja y la otra bala era de una chica pelinegra.

—No esperaba ver tantos sobrevivientes.

—Gracias, pero... ¿Quién eres? —cuestiona, Claire, desconfiada.

—Mi nombre es Ada Wong, soy una agente de la CIA, ¿Quiénes son ustedes?

—Soy Chief, ellos son Claire, Leon y Sophia.

—¿Sabes lo que está pasando? —cuestiona, Leon.

—Estoy buscando al responsable de este desastre, pero la información que he recolectado hasta ahora es confidencial, ¿qué hay de ustedes, intentando salvar al mundo?

—Eso intentamos, pero necesitamos refuerzos —bufo a la vez que me cruzo de brazos— Está claro que queremos salir de aquí, ¿Quién estaría tan loco para querer quedarse?

—Pues, creo que tenemos que ir por el mismo camino, ustedes quieren salir y yo quiero información, pero en éste lugar no encontraré nada. Así que les aconsejo que me sigan, espero que tengan la tarjeta.

El jefe tiene la tarjeta en la cual era la llave para abrir la puerta y salir de ahí, por el camino nos cruzamos con más infectados, un perro zombificado aparece en la calle, no queremos disparar ya que llamaríamos la atención de los infectados que están en la parte delantera de la estación de policía y es cuando un afectado aparece hacia Chief, en ese tiempo logro tomar un machete rojo del piso y dándole a la cabeza con un solo movimiento.

—¡Mierda! ¿Qué carajos te enseñó tu papá? —dice un asombrado jefe poli, cagándose de miedo.

Mis manos no dejan de temblar por la fuerza que tuve que hacer para encajar el machete en su cráneo y lo choqueada que estoy con haber tenido a uno tan cerca de mí.

—No tuve una infancia común —hablo mientras saco el machete con fuerza— Es lo que mi padre me enseñó: Sobrevivir como pueda —me encogo de hombros— Antes lo odiaba por eso, pero ahora lo agradezco.

—Aparecieron los perros —informa Claire que dispara a uno— ¡Moveos, ya!

Ada nos guia hacia una calle que más adelante se ve una reja que Leon cierra al ser el último en cruzar, y eso detiene a los perros del otro lado. Seguimos a la mujer de gafas de sol hasta llegar al final del camino.

—Tenemos que pasar por esa tienda de armas —informa la pelinegra.

Entramos ahí y está un desastre, solo tomamos lo que nos puede servir mientras ellos revisan yo sigo avanzando hasta que un tipo me apunta con una escopeta.

—No te muevas.

—Tranquilo, no lo haré —me estoy muriendo de miedo, un movimiento falso y sería mi fin.

—Baja el arma —dice, Claire, apuntando con su arma al hombre al igual que los otros.

—Solo estamos de paso, así que baja el arma, por favor —pide, Leon.

—Ni hablar, den la vuelta y regresen por donde vinieron.

El jefe se da cuenta de una niña que parece enferma.

—Su hija necesita ayuda, señor —el rubio intenta razonar con él y ayudarlo, pero su jefe apunta con la pistola a la niña y el hombre presiona el cañón del arma en mi cien.

—No se te ocurra decir que hacer con mi hija, y tú —se dirige al jefe— Déjala en paz.

Ada se muestra apuntando a la niña, el hombre se desespera y se olvida de mi, tratando de cubrir a su hija con su cuerpo y con el arma apuntándonos.