- Entonces... en las noches de luna llena, ¿te conviertes en humano?

- Si - respondió, sentado en la ventana, observando las estrellas - Eres la primera que me ve en esta forma

- Disculpa que insista - desvió la mirada - Pero... no entiendo como es que Kikyou no sabe nada de esto

- Nunca me he acercado a ella, viéndome así

- ¿Por qué? - lo miró - Por lo que me has dicho, ella se pondría muy contenta al verte de esta manera, después de todo... así será tu aspecto después de que uses la perla

- Supongo que no quería que se ilusionara más - suspiró

¿Estoy listo para verme así para siempre?

- ¿He? - se sorprendió - ¿A que te refieres?

- Nada

- Inuyasha - la miró - No quiero ser molesta, pero, ¿realmente estas seguro de usar la perla?

- No - dijo casi en un suspiro - No lo estoy

- Creo que... deberías hablar con Kikyou, estoy segura de que ella entenderá... incluso tal vez acepte estar contigo, aún siendo un híbrido

- ¿Por qué dices eso?

- ¿Qué? - se sonrojó - ¿Qué... que tiene de malo?

- Siento que te fuerzas a decir cosas como esa - entrecerró sus ojos - Casi como... si no te importara que, al volver, fuera a usar la perla y casarme con Kikyou

¡¿Por qué dice cosas como esa?!

- ¿Por... por qué debería de impórtame? - desvió la mirada

- Entonces... ¿realmente no te interesa?

- ¡¿Oye, que te sucede?! - gritó, visiblemente avergonzada, sentándose de espaldas a la ventana

En esta forma... me cuesta demasiado mantener mis sentimientos ocultos, esto puede ser un problema con Kagome cerca

- Kagome - lo miró por sobre su hombro - Tú... ¿tienes novio o algo de eso?

- ¡Inuyasha! - giró su cabeza, abrazando sus piernas - Nunca te interesó saber eso...

- Bueno... tú sabes que tengo una promesa que cumplir con Kikyou, es normal que te pregunte si estas enamorada de alguien, ¿o no?

¿Una promesa que cumplir con Kikyou?

- Hablas como si tu compromiso con ella fuera sólo un deber - intentó desviar el tema

- No es eso - dijo en baja voz - A veces... me gustaría conocerla más, así como lo hago contigo

¡¿Podrías dejar de decir estas cosas?! Haces que mi corazón se acelere

- Quizás... la decisión de casarse fue... ¿apresurada?

- Tal vez - suspiró, volviendo a mirar el cielo - Pero... si hubieras visto el rostro de ella cuando dije que usaría la perla... sus ojos... el brillo en sus ojos... si yo me convierto en humano, ella sería una mujer libre y... dejaría de luchar... ya no correría peligro, estaría en paz

- No quiero sonar egoísta, pero... tú también eres alguien importante, Inuyasha - giró, sentándose en su dirección - Mereces ser feliz, genuinamente... sin necesidad de dejar de ser quién eres - él la miró - Si vas a casarte con Kikyou... debe ser por amor

Amor... ¿eso es lo que siento?

Su mente comenzó a cuestionarse demasiadas cosas en ese momento, lo que lo llevó a permanecer varios minutos en silencio

¿Habré dicho algo que no debía?

Lo observaba disimuladamente, esperando que dijera, al menos, una sola palabra

- Inuyasha - decidió romper con el incómodo momento, regresando al joven a la realidad - ¿Quieres ver una película?

- ¿Una película? - la miró confundido

- Es verdad - suspiró, sonriendo levemente - Supongo que no hay nada de eso en tu época todavía - se puso de pie, extendiendo su mano - Ven, te mostraré

Él la miró, deteniéndose en su sonrisa, la cual consideraba casi perfecta. Dudo un momento, pero la tomó, bajando de la ventana. Ella giró y comenzó a caminar en dirección a la puerta, sin embargo, él se detuvo

- Kagome - lo miró

Sin decir más, la jalo en su dirección aprisionándola en sus brazos, al mismo tiempo en que cerraba sus ojos y ella los abría ampliamente

- Inu... ¿Qué... qué estás...?

- No lo haré

- ¡¿He?!

- No... no me convertiré en humano

No importa lo que pase o no con Kagome... lo que estoy sintiendo por ella y... el hecho de que no me agrade estar en esta forma... no sé si podría soportar vivir así el resto de mi vida

- Pe... pero... decías... - se apartó, sin dejar de observar sus orbes castaños - ¿Estas seguro?

- Si - respondió, acariciando su mejilla - Al regresar, hablaré con Kikyou, si ella no lo entiende... sólo, me iré de la aldea

- Pero... ¿A dónde irás?

- No lo sé... - hizo una pausa - Sólo estoy seguro de una cosa... y es que... no fue casualidad que hayas llegado a mi época, Kagome

¡¿Qué está tratando de decir?!

Comenzó a acercarse, lentamente, al rostro de la morena, quién ni siquiera había terminado de procesar todo lo que acababa de oír

- Inuyasha... Kikyou... yo

Puso la mano en su pecho, deteniendo al joven

- Dime... que no sientes lo mismo que yo - tomó su mano, apretándola contra su pecho - Y te prometo que me alejaré de ti y no volveré a hablar de esto

Estúpidos sentimientos humanos, que me hacen decir todo lo que jamás diría en mi forma normal

Sus ojos temblaban, mientras emanaban un intenso brillo. Ella no respondió, sólo se limitó a sonreír, sin dejar de mirarlo

No perdió el tiempo. Ante aquel gesto, la besó, apretándola aún más contra su cuerpo. Ella lo envolvió en sus brazos, profundizando más aquel contacto, dejándose llevar por el mar de emociones, que se distribuían por todo su cuerpo

Recobró la consciencia al sentir la respiración agitada del moreno contra su cuello. ¿En que momento había terminado sobre Inuyasha? No lo sabía, pero... no tenían intenciones de detenerse

Sus movimientos eran rápidos y torpes, sin embargo, no le impedían disfrutar de la notable dureza del joven contra su entrepierna. Él, por su parte, luchaba contra el impulso de arrancarle el pijama, ese que lo traía loco desde la primera noche en la que se quedó en su casa. Recordó la fantasía que había tenido esa misma mañana, lo que provocó que se apartara un poco, observando la escena. Estaba sentado en la cama, con ella sobre él, aquel diminuto pantalón no dejaba mucho a la imaginación, por lo que, la imagen de su sexo, rozando con el de ella, provocó que las yemas de sus dedo rozaran fuertemente la espalda de la joven

Es mucho mejor de lo que imaginé

Buscó su mirada, percatándose que, al igual que él, estaba observando la escena con el mismo deseo. Sin mediar palabra volvió a besarla, al mismo tiempo en que, con sus manos, elevaba sutilmente la musculosa de seda que cubría su torso. Ella lo ayudó, levantando sus brazos y atacando sus labios nuevamente una vez que ésta salió, como si no pudiese apartarse un segundo de ellos

Descendió sutilmente por su espalda, hasta llegar a su cadera, en dónde apretó fuertemente, presionándola contra él, mientras de los labios de ambos, se desprendía un leve gemido. Ella llevó sus brazos a su propia espalda, desprendiéndose el sostén. Él comprendió el mensaje, por lo que, apartó sus labios de su boca, para hundirlos en sus pechos, causando que ella se arqueara de placer. El dulce aroma que desprendía su piel lo mantenía cautivado durante el acto, deseando que el sol saliera rápidamente, sólo para grabar el olor de la excitación de la mujer que tanto había deseado durante esos días

Se puso de pie sin soltarla y sin apartar sus labios de sus suaves pechos, mientras ella emitía sonidos que, él sentía como la más hermosa melodía que jamás había escuchado. La recostó sobre la cama, colocándose entre sus piernas. Ascendió hasta sus labios nuevamente, sintiendo como las manos de la morena se unían sosteniendo sus cabellos

- Kagome - murmuró - ¿Estas...?

- Si - intervino, presionando aún más su rostro contra el de ella - Quiero... que lo hagas

Él se apartó unos centímetros, contemplando el brillo en sus ojos castaños y no puedo evitar emitir una leve sonrisa

- Inuyasha - su voz sonó insegura - Yo... jamás... bueno, yo... no he echo esto antes

Ya lo sabía, lo había notado desde el comienzo y, en el fondo, le agradaba ser el primero en tener la suerte de tenerla

- Yo tampoco - murmuró

Se sorprendió, aunque no entendió bien porque, después de todo, ni siquiera sabía si, en algún momento si quiera había besado a Kikyou

Lo besó, con mayor ternura que pasión. Él, acarició su cabeza y comenzó a descender sus manos, masajeando sus pechos un momento, para seguir su camino. Su cintura, su cadera y, finalmente, sus piernas, llevándose entre sus dedos, aquel pequeño pantalón. Ella comenzó a desprender su haori, deseando con todas sus fuerzas sentir su marcado torso contra su cuerpo, él la ayudó, inclinándose hacía arriba. Se arrodilló, desprendiendo su hakama mientras contemplaba aquella perfecta escena

La mujer estaba totalmente desnuda, con sus piernas abiertas, esperándolo con el mismo deseo que el profesaba por entrar. Con sus manos temblorosas pero sin perder el tiempo, se quitó el pantalón, volviendo a posicionarse entre sus piernas. No tenía la práctica, pero sabía que podía ser algo doloroso para una mujer y, lo último que deseaba, era hacerle daño

- Kagome - enterró sus labios en su cuello - Si te duele...

- Lo sé - respondió en un suspiro, acariciando su espalda

Él tomó su miembro, posicionándolo en su entrada, emitiendo un sonoro gemido al sentir la calidez que emanaba de su interior. Luchaba con todas sus fuerzas para no embestirla en un sólo movimiento. Con ayuda de su mano, comenzó a ingresar suavemente en la cavidad de la morena, quién clavó sus uñas en su espalda

- ¿Te... duele mucho? - preguntó, deteniéndose a mitad de camino

- No te detengas - enredó sus piernas en su cintura, apresurando el ingreso de golpe

Ambos soltaron unos sonoros suspiros. Ella apretó más fuerte su espalda, mientras fruncía el entrecejo, él clavó sus manos a los lados de su cabeza, aún tratando de contenerse. La miró, confirmando que se encontraba bien y volvió a besarla, al mismo tiempo en que, con suaves movimientos, su miembro entraba y salía

¡Maldición!... Esto es... es perfecto

Pensaba mientras profundizaba el beso y sus movimientos se aceleraban

Esto... es real... ¡de verdad esta dentro de mi!

Pensó ella, mientras poco a poco fue dejando de sentir dolor

- Mia - gruñó contra sus labios, provocando su sonrisa

Abrió un poco más sus piernas, aumentando la profundidad de las penetraciones, lo que provocó que un intenso cosquilleo comenzara a quemar en su vientre. Lo mismo le ocurrió al hanyo, quién, enterró nuevamente sus labios en su cuello, sin dejar de gruñir

- Ka...Kagome, no puedo... no puedo contenerme más

- ¡No lo hagas! - gritó entre gemidos

Realizó las últimas entradas con mayor fuerza de la que habría querido. Gimió al sentir aquel potente calor envolviendo su entrepierna, al mismo momento en que ella emitía el último y más hermoso gemido. En un acto reflejo, se quitó de encima y, ayudándose con su mano, logro terminar al mismo tiempo en que ella lo hacía

La miró, sonrojándose notablemente al ver su expresión. Sus ojos estaban entrecerrados, acompañados por aquella sonrisa que le aceleraba el corazón

- ¿Estas... estas bien? - comenzó a caer en cuenta de lo que había pasado

Sin responder, ella se elevó y, envolviéndolo con sus brazos, lo jaló en su dirección, provocando que cayera sobre ella nuevamente, mientras lo besaba tiernamente. Se apartaron un momento, mientras sonreían

- Kagome - murmuró, acariciando su mejilla

Se acomodó en el pecho de la mujer, aferrándose a ella con la seguridad de que no quería apartarse de su lado, ni en ese momento, ni en ninguna otra ocasión


Y... finalmente pasó jajaja al parecer, Inuyasha ya tomó una decisión, veremos que sucede, cuando tengan que regresar a la época feudal

¡Muchas gracias por seguir leyendo y sus hermosos comentarios! :)