Capítulo 3 (Final)

Advertencia: lemon


Inuyasha sólo cierra los ojos, rindiéndose completamente, al deseo que siente por la miko, un deseo que ha oprimido por ya mucho tiempo

Kagome no deja de devorar la boca del hanyo, provocando que él, abra más su boca, para que ella introduzca su lengua, apasionadamente. Gruñe, deseoso al sentir como su miko comienza a quitarle su haori, poco a poco y posa sus manos, sobre la cadera de ella. La mujer deja de besarlo, dirigiéndose a su cuello, mordiendo con tanta pasión, que nota como Inuyasha la presiona más, contra él

- Por... por favor... no hagas eso de nuevo, Kagome - suplica

- ¿Por qué? ¿No te gusta? - responde, mirándolo a los ojos

- Estoy... tratando de que mi lado demoníaco... no salga... pa... para no perder el control sobre mi, Kagome... por favor, no lo ha...

Nuevamente fue callado por los labios de su sacerdotisa

- Shh, tranquilo, Inu... - susurró, volviendo a morder su cuello

- Kagome - pronunció, a modo de advertencia

No comprende el deseo que siento por ella... mi lado demoníaco también la desea... no podré mantenerlo tranquilo, por mucho tiempo más

Pensó, mientras la mujer sonreía, sin dejar de lamer su cuello

- Mmm, me gusta tu aroma, Inuyasha - le dijo, separándose de su cuello, sólo para llevar sus manos a su blusa y quitársela, dejándose, ante el híbrido, sólo con su brasier de encaje - ¿Te gusta lo que ves, Inu?

El joven tragó saliva

- Bu... bueno... yo...

- Dime, ¿te gusta?

- Si - respondió, casi en un susurro

La miko sonrió, sabiendo que estaba consiguiendo, justo lo que quería

- Y si... ¿hago esto? - comenzó a mover sus caderas, sobre, un ya, abultado, miembro del hanyo - él cierra sus ojos, sintiendo el placer que le profesa su Kagome - Y... ¿si me muevo así? ¿te gusta? - continuó, con un tono de voz muy sensual, haciendo círculos con sus caderas, para luego realizarlo hacía adelante y atrás

El híbrido no supo en que momento, comenzó a ayudarla a moverse con más rapidez, incrementando su placer

- Mmm... - aquel delicioso sonido que brotaba de los labios de la mujer, era melodía para sus oídos

- Ka...go...me - pronunció, ya perdido por el deseo

- Inu...ya...sha - pronunció ella, sin dejar de moverse, cuando su boca fue directo al cuello del hanyo, mordiéndolo con tanta pasión, que él abrió sus ojos de golpe, con un brillo rojizo

Inu ya ha pronunciaba Kagome mientras se movía y cuando su boca se fue directo al cuello del hanyo a morder con tanta pasión que Inuyasha abre los ojos de golpe con un brillo algo rojizo

- Te lo advertí, perra

En un rápido movimiento, Kagome se encontró con la espalda en el colchón y él, sobre ella, devorando sus labios, al mismo tiempo en que la embestía, con la ropa puesta. Se abrazó al híbrido, como si no le importara nada más en la vida

- Mmm, te gusta jugar con fuego, ¿no es así, perra? - sonrió, mientras comenzaba a morder su cuello

- S..si... sólo... si el fuego... eres tú - respondió, agitada

- Entonces, te quemarás con lava

De un sólo movimiento, le arrancó el brasier, dejando a la vista, sus redondos y apetecibles senos. Inuyasha se lamió los labios, para luego introducir un pezón a su boca, sintiendo como su miko se arqueaba, gustosa ante aquella acción

- Ah.. Inu..yasha

- Kagome... eres... condenadamente sabrosa - dijo, saboreando sus pechos, al mismo tiempo en que, con sus garras, destrozaba la falda de la mujer

En otra circunstancia, ella se hubiera molestado por el hecho de que él destrozara su uniforme, sin embargo, ahora, ella sólo quería que Inuyasha le quitara hasta su última prenda

Se separó de la miko, sólo para quitarse su propia ropa, quedando completamente desnudo. Ella se quedó contemplando el cuerpo de su híbrido, no era la primera vez que lo veía de esa manera, pero, a diferencia de las otras dos oportunidades, ahora él estaba desnudo para ella y eso la excitaba más

- ¿Te gusta lo que ves, mi perra? - preguntó, mientras que, con su mano, elevaba, su ya crecido, miembro, el cual estaba muy erecto

En ese momento, Kagome se dio cuenta de las líneas moradas que poseía el hanyo en su rostro. Sus ojos seguían siendo dorados, pero, aquellas rayas moradas, lo hacían ver condenadamente sexy

- ¿Te gusta? - volvió a preguntar

Ella saborea sus labios, al mismo tiempo en que se le dibuja una sonrisa en el rostro

- Si... me gusta, pero... más me gustaría... tenerlo, aquí - sin ningún tipo de vergüenza, abrió sus piernas, en una clara invitación

Inuyasha sólo le sonrió, de la misma manera en la que ella lo hizo. Se acercó y, con sus manos, deslizó las bragas de la chica, hasta dejarla en las mismas condiciones en las que él se encontraba. Se arrodilló frente a ella y, sin perder la sonrisa, abrió más sus piernas, hundiendo su rostro en su intimidad

Kagome no podía con lo excitante del momento. Sintió la primera lamida entre sus labios, haciendo que se arqueara

- Mmm... Inuya...sha

Él sólo escuchaba los suspiros y gemidos de su miko, mientras seguía con su tarea, de darle todo el placer que pudiera. Se lamió dos de sus dedos, para luego introducirlos en la cavidad femenina, sintiendo como ella dio un pequeño salto en la cama, para después mover sus caderas

Él seguía moviendo sus dedos, de una manera en la que estaba volviéndola loca, mientras, su lengua saboreaba su clítoris, escuchando pequeños gritos, provenientes de ella

- Mm...maldición, Kagome, esto está delicioso... deseo... morderlo... comerlo

- Inuyasha... soy tuya... haz lo que quieras... cómeme si lo deseas - pronunció, ya en su límite, notando como si algo fuera a explotar en su interior

Con aquella respuesta, Inuyasha le dio más rienda suelta a su deseo, moviendo sus dedos, mientras su lengua seguía torturando aquella zona sensible. Ella comenzó a mover sus caderas, arqueando aún más, preparándose para lo que se aproximaba

- ¡Inuyashaaaaa! - gritó, por el éxtasis que sintió, al llegar al orgasmo

El híbrido retiró los dedos, recibiendo, con gusto, la esencia de su Kagome. La mujer respiraba agitadamente, sintiendo como e hanyo lamía cada porción de su orgasmo. Elevó su cabeza, encontrándose con la sonrisa de él, a modo de triunfo

- ¿Lo disfrutaste? Ka...go...me - pronunció su nombre, con tal deseo, que podía quedar grabado a fuego puro

- S..si - respondió ella, con una sonrisa, que le duraría semanas

- Entonces... lo que viene ahora, será mucho mejor - se subió sobre ella, al mismo tiempo en que ella abrió sus piernas, besando sus labios

Pudo sentir el sabor de su propio orgasmo, en sus labios, sin embargo, no le importó, por el contrario, la excito más. Sin dejar de besarla, comenzó a entrar en ella, al mismo tiempo en que ella aprieta los labios, por la pequeña incomodidad y el dolor que siente, debido al gran tamaño de Inuyasha

Cuando se encontraba a mitad de camino, de una sola estocada, se adentró por completo en, llevándose consigo, la pureza de la miko, haciéndola, su hembra. Ella se abrazó a él y, con sus uñas, rasguñó su espalda

- Inuyashaaa

- Shhh, tranquila, sólo... confía en mi

- Si

Le dio tiempo, para que se adapte a él. Luego de unos minutos, Kagome comenzó a mover sus caderas, para que él le siguiera el ritmo. El híbrido, por su parte, comenzó con un vaivén lento, sin embargo, ella le pidió ir más rápido

- Más... Inu... más - dijo, entre gemidos

- Lo que mi perra pida - respondió, haciendo sus estocadas más rápidas y profundas

Minutos después, Kagome enredó sus piernas en su cintura, exigiendo aún más de él. Inuyasha, captando lo que su hembra quería, comenzó a penetrarla más salvajemente, provocando que los gemidos de la mujer, se volvieran gritos de puro placer

- ¡Ahhh... Inuyasha... más rápido!

No esperó a que se lo repitiera, ya que él estaba, al igual que ella, al límite, ya no podía oprimir su orgasmo

Enterrando las garras en el colchón, las embestía como un animal, sin parar ni un segundo, escuchando el grito, de desahogo, de parte de su miko. Ante el sonido de su hembra, él se vino también, entregándose por completo al placer. Un rugido escaló por su garganta, el cual ahogó, clavando sus colmillos en el cuello de la mujer, haciéndola oficialmente suya

Ambos quedaron recostados en la cama, el sobre ella, mientras recobraban el aliento. Lamió la zona en la que la marcó, dejándose caer a su lado, para abrazarla y permitirles, a sus agitados corazones, que descansaran, sin embargo, el cansancio les ganó, por lo que, los dos, se quedaron dormidos

Horas más tarde, el primero en despertar, fue el hanyo, quién se quedó contemplando el rostro de su miko. Momentos después, notó como ella comenzaba a abrir sus ojos

- Inuyasha...

- Hola...

- Ho... hola... - recordó todo lo sucedido

Él esquivó su mirada, como si algo en su alma, le pesara. Ella lo notó y sintió una puntada en su pecho... algo andaba mal, quizás... ¿se arrepintió?

- Inuyasha... ¿pasa algo? - preguntó, preocupada por su respuesta

- Kagome... yo... - responde, sin mirarla a la cara

La morena tomó aire, para hacer la pregunta más difícil y dolorosa de su vida

- Inuyasha... tú... tú, ¿te arrepientes de lo que pasó?

Volteó, encontrándose con el rostro de ella, observando rastros de lágrimas en sus ojos

- Claro que no, tonta

- Entonces, ¿por qué no me miras?

- Yo... siento... que me aproveché de ti - dice, de una vez por todas

Ella se le queda mirando

- Pero... ¿no te arrepientes de lo que pasó?

- ¡Claro que no, tonta! fue... fue, lo más hermoso que me pasó - se sonrojó - Pero, eso no quita, que me aproveché de ti

Kagome sonrió

- Inuyasha, tranquilo, yo... no estaba borracha - confiesa

- ¡¿Cómo?! Pe... pero, tenías olor a alcohol, yo lo percibí - reprochó

- Si tomé, pero, no estaba borracha

- Explícate - exigió

Suspiró, comenzando con su relato

- Mira, yo tomé un vaso de Chicha dulce, pero... esta chica, tenía alcohol, ¿vale? - hizo una pausa - Después, me vine a dormir... tú llegaste, me desperté y me sentí algo mareada, pero, por el poco alcohol que tomé, sentí confianza para dar el paso, que tanto quería dar, pero... nunca me atrevía y... si tú me rechazabas - su tono era triste - Pues... yo, le echaría la culpa a la Chicha, para no sentirme tan avergonzada... yo sabía que, tu gran olfato, iba a percatarse del alcohol y, no me equivoqué - hizo otra pausa - Lo que quiero decir, es que fingí estar borracha, para acercarme a ti, Inuyasha - se sonrojó, desviando la mirada

El híbrido tenía una expresión de absoluta sorpresa, ella lo había torturado, a sabiendas de lo que él sufrió por la culpa

De un solo movimiento, dejó a Kagome debajo de él, colocándose encima

- ¿I...Inu...yasha?

- ¿Asique te estabas haciendo la borracha?

- S...sip - respondió, con cara de inocente

- Me torturaste como no tienes idea, pequeña diabla

- Inuyasha... yo...

- Y te divertiste, ¿cierto? - sonrió, peligrosamente

- Bu... bueno, yo...

- Shhh, ahora... el que va a jugar, soy yo

- ¿Ah si? ¿Y cómo? - preguntó, observando la misma mirada de deseo, que había observado momentos atrás

- ¿Cómo? - respondió, moviendo su miembro entre las piernas de su miko

Kagome cierra los ojos, por el placer que sintió ante el roce de su sexo

- Te voy a enseñar... que con un hanyo no se juega - estampó sus labios sobre los de ella, para que sólo se escucharan, en el interior de cuarto, los suspiros, gemidos y gritos, que pensaba provocarle

Fin


Si llegaron hasta aquí ¡gracias! ;)

Un saludo muy especial, a mi querida amiga, que me está ayudando con la ortografía de mis fics, Cbt1996, gracias linda ;)

Y gracias a todos los que me dejaron lindos reviews, gracias ;)

La ilustración que se usó es de la bella Hullo Yokai, sigan su página ;)

¡Besos! ¡Nos vemos!