―Una vista bastante magnifica, ¿no crees?

Ella no se giró cuando escuchó la voz a su espalda, incluso cuando toda su guardia se puso en defensa ella no se movió a pesar de la voz extraña.

― ¿Qué es esto? ―fue una pregunta curiosa, pero a la vez con interés, no hubo molestia ante lo que estaba viendo, pero tampoco podía decir que apreciaba la vista―, ¿sabes cuanto papeleo generará esto?

Dio un giro simple.

Sus zapatos giraron sobre la tierra, el ruido fue simple mientras que se giró y vio algo que no comprendió.

―Oh, no me mires así, pequeño demonio ―la mujer entrecerró los ojos ante ese comentario despectivo, ¿pequeño?, ella había vivido por milenios.

―Tienes bastante descaro en llamarla así, humano ―el odio era evidente, un par de ojos rojos se encontraron con unos ojos plata, pero cuando vio el alma de esa persona al verlo a los ojos.

Solo se quedó quieta cuando miró a un pozo que parecía sin retorno.

―Supongo que eres Lucifer en este lugar ―la sonrisa del hombre era viciosa y burlona, era evidente a simple vista que había nada más que una simple máscara en lo que estaba presente en el "rostro" de esa persona ante ella.

―Debes creer que eres bastante genial para venir así y hablar como si fueras el dueño del lugar ―los brazos de la mujer se cruzaron, el sonido de su traje negro arrugarse ante la acción resonaron ante el silencio que había entre un lado y el otro.

Una risa seca salió del hombre al momento en que vio la postura de la mujer.

―La arrogancia está donde debe estar, pero debo decir que este mundo… supongo que el cambio del reverso del mundo causó una era de dioses inferior continua, no sé si lo llamaría un mundo inferior o uno defectuoso ―Lucifer entrecerró los ojos cuando el hombre llevó una mano a su mentón y empezó a pensar en voz alta.

Lucifer lo vio, cabello blanco y una armadura negra, era una vista rara, parecía una armadura antigua, pero ni siquiera ella podía descifrar los materiales de los que estaban hechos.

Era como si no perteneciera a la creación de Dios.

Pero lo que la desconcertó fue ver el manto rojo con las cruces, era obvio que había alguna especie de bendición o algo parecido.

¿Un santo de otro tiempo?

Imposible.

Lucifer quitó toda idea de su cabeza con respecto a eso, no había forma que al ver esos ojos y la sonrisa del hombre este fuera algo en lo mínimo relacionado a lo santo.

― ¿Quién eres?, pareces conocerme, pero no te has presentado ―Lucifer vio como la sonrisa del hombre creció. Ella extendió una mano y los demonios que estaban esparcidos se tensaron.

Solo dos más que estaban a su lado no se movieron.

Ambos demonios que se quedaron tanto a la derecha e izquierda de Lucifer estaban mirando con cautela al hombre.

―Me sorprende que hayas venido por una pequeñez como esta, puedes llamarme Archer si gustas, pequeño diablo ―la sonrisa del hombre era arrogante.

Estaba empezando a cansar a Lucifer que solo había estado escuchando el parloteo del hombre por mera curiosidad. Negó para sí con la cabeza, miró su cabello blanco que se movió frente a su rostro y se peinó antes de volver a ver al hombre que no se había movido.

―Entonces, Archer, no te reconozco de la creación de padre ―la voz de la mujer sonó curiosa, pero a la vez algo molesta por el trato que estaba recibiendo―, un mero ser como tú está actuando bastante arrogante, pero estoy de buen humor, así que lo dejaré pasar y solo te mataré luego de que contestes unas-

Una risa salió del hombre de la nada.

Lucifer entrecerró los ojos y su tono se cortó, sus facciones pasaron de tranquilidad a molestia.

― ¿Qué es lo que consideras gracioso?, escoria.

La risa del hombre era una seca, no una real, pero de igual manera parecía intentar expresar algo, aquellas reacciones del hombre habían estado llamando cada segundo más la atención de Lucifer.

―No puedes matarme, nadie puede, ni siquiera si lo deseo con todas mis fuerzas podría encontrar mí final ―el hombre le sonrió a la mujer quien inclinó la cabeza con interés renovado.

La curiosidad era un pecado que un ángel no debía tener, y ese pecado era uno que había llevado a su caída.

―Hablas como si fueras lo más importante, pero aún no has respondido, ¿sabes el trabajo que fue el tratar con tantas almas de golpe?, no fueron si quiera un par de miles, esta se supone que era una civilización potencia ―la molestia se dejó salir en la voz de Lucifer.

― ¿Importa?, tarde o temprano todos ellos morirán, no veo diferencia en que sean enviados ahora o después.

―Enviados… ―Lucifer consideró las palabras―, ¿eres alguna especie de concepto?, no, no es posible que seas algo así, te hubiera conocido en mí tiempo junto a Dios.

La sonrisa del hombre volvió. Lucifer estaba empezando a molestarse de las sonrisas que estaba recibiendo de parte de aquel hombre, no es que fuese una sonrisa que hubiera visto con anterioridad, era incluso a sus ojos… repulsivo.

Una mera imitación de la vida que se había creado y que intentaba mostrar un parentesco con ellos.

Le asqueó.

―Puedes llamarme como el concepto de justicia si gustas.

― ¡Oh! ―un demonio al lado de Lucifer habló y se puso al frente. Dos ojos rojos y una sonrisa enorme adornaban el rostro de aquella mujer que sonrió, un rostro hermoso se asomó, el demonio que se adelantó, una chaqueta negra junto con una bandana en su brazo indicaba algún tipo de rango militar―. ¡Soy Justice!, mucho gusto señor justicia.

―Mal juego de palabras ―la burla de Emiya era evidente.

―Te dije que no eran buenos tus juegos de palabras ―el tercer demonio importante habló ganando la atención de Archer.

―Las únicas que no se ríen de mis bromas son Lucy y tú, Beel ―Justice comentó riendo un poco viendo como los demonios inferiores se acercaban al hombre―. Pero fuera de eso… tengo curiosidad, ¿por qué enviaste casi un par de cientos de miles de almas de la nada?

Los ojos de Justice brillaron de rojo mientras que veía a Archer el cual parecía pensar en la pregunta.

―Supongo que fueron mis ordenés, ya que no parecen haber tenido una actualización supongo que no pierdo nada en explicar algunas cosas, este mundo parece bastante anormal después de todo, sus conceptos… están bastante mezclados ―el hombre caminó y se sentó en una de las piedras que estaban en el campo fuera de la ciudad de al lado.

Una ciudad que había sido erradicada y estaba en llamas, toda persona o animal que había estado hace unos minutos con vida ahora se fue por completo.

La población humana no era alta, y los puntos en los que se concentraban eran anormales para todos, tanto el cielo y el infierno tenía una idea de lo que pasaba en cada punto para llevar una cuenta de las almas y todo lo que se refiere a su destino de muerte.

Pero era la primera vez que todas las almas de un lugar eran enviadas directamente al infierno de una sola vez, el purgatorio quedó cargado que fue lo que molestó a Lucifer, el hecho de que no hubo justicia en la decisión de donde caía cada uno, incluso niños y recién nacidos con sus madres estaban en aquel lugar.

Los juzgados fueron sentenciados pero la cantidad de individuos que fueron enviados al infierno de golpe fue anormal, más en esta época donde la cantidad que fue enviada representaba una cantidad significante de humanos.

―Oh, esas almas, parece que incluso el sistema que tienen aquí es imperfecto, ya veo, un mundo fuera de la guía entonces queda en este estado ―Archer comentó antes de suspirar―. Soy un limpiador, trabajo para alguien más arriba de lo que creen, no será la última vez que verán esta clase de escenario de mi parte, parece que su mundo se acopló a la luz hace poco, por lo que no tiene sentido que se preocupen por cosas como estas.

― ¿Estás diciendo que simplemente ignoremos una transgresión como esta?, invadiste nuestro mundo por como hablas, ni siquiera eres de aquí, por no mencionar que viniste y mataste a todo ―el tono de Lucifer sonó alto, la molestia ahora ya no estaba siendo contenida―. ¿Y quieres que hagamos la vista gorda?

―Sí.

La sonrisa arrogante del hombre hizo que la mujer moviera su mano y fue una simple orden.

Los demonios con lanzas y espadas saltaron y atravesaron al hombre por todo lugar que vieron para una apertura. Aquel hombre no se movió, tampoco quitó esa sonrisa arrogante a pesar de ser empalado por todos lados.

Los demonios retrocedieron con duda y dejaron las armas clavadas viendo al hombre que no se movió de su lugar incluso con las heridas mortales.

―Bueno, siendo quién eres es predecible que esto pasara ―la sonrisa de Archer estuvo presente incluso hasta el final, la sangre que cayó de la boca del hombre solo desconcertó más a Lucifer y los dos demonios que estaban a su lado.

― ¿Qué eres?

― Beelzebub, ¿no?

La pregunta del hombre hizo que la mujer de traje rojo dudara antes de asentir.

Ella tuvo un mal presentimiento.

―Ah, la historia no sé si se repetirá en este mundo, la guía de la luz alcanzó este mundo, pero… ―el hombre se cortó cuando las lanzas salieron de su cuerpo y quedó sentado, la sangre empezó a caer de su cuerpo manchando el suelo.

― ¿Pero? ―Beelzebub inclinó la cabeza viendo al hombre que le sonreía con diversión, era una obvia burla y provocación ella entendía esa expresión.

Pero le fue raro que no sintió emociones de parte del hombre, más siendo quien era podía sentir emociones humanas con facilidad.

―Pero me pregunto cuanto tiempo estarás bajo un estandarte, he visto más mundos bajo tu mano que bajo la suya ―Beelzebub miró a Lucifer que parpadeó en sorpresa.

― ¿Ah? ―la expresión de Lucifer cambió a una de disgusto, disgusto que pasó a sorpresa cuando vio la expresión de Beelzebub cuando escuchó esas palabras.

No es que fuesen "amigas" como tal, pero había un respeto mutuo, es por eso que Lucifer solo pudo contemplar en silencio el rostro sorprendido de Beelzebub y lleno de dudas.

No se pudo hablar más cuando el hombre empezó a brillar en motas azules y todos vieron el cuerpo descomponerse en partículas azules.

―Me pregunto cual final tendrán.

Aquellas últimas palabras fueron dadas antes de que el hombre desapareciera en un estallido de motas azules.

Lucifer miró en silencio a Beelzebub que se había quedado quieta y mirando donde había estado el hombre hasta hace unos segundos. La reina del infierno entrecerró los ojos antes de darse la vuelta.

―Regresemos, esto es una pérdida de tiempo.

Todos se movieron, el portal rojo que conectaba el infierno y el mundo humano se abrió y todos empezaron a caminar.

Todos menos Beelzebub quien se había quedado quieta mirando la piedra cubierta de sangre casi como si alguna especie de epifanía hubiera caído ante ella.

La pregunta de la mujer llegó ante las palabras del hombre.

¿No sería una mejor reina que Lucifer?

Beelzebub alzó su mano y miró su guante unos instantes antes de voltearse y ver como de reojo los ojos rojos brillantes de Lucifer la estaban viendo casi como si estuviera esperando que ella hiciera algo.

Las palabras de aquella cosa no pararon de llegar en la cabeza de Beelzebub cuando pensó en lo que había dicho.

Que ella usualmente era la que gobernaba.

Pero… ¿debería creer las palabras de alguien que apareció de la nada?

Negó para sí la mujer antes de darse la vuelta y sonreírle a Lucifer y comenzar a caminar hacia el portal junto a los demás.

Justice pasó un brazo sobre sus hombros y ambas se rieron antes de entrar.

Lucifer fue la última que se quedó en el mundo humano.

No le gustó lo que vio de parte de aquella cosa, no le gustó como la trataron como si no fuese nada más que un simple desperdicio, ¿Qué clase de actitud era esa hacia un ser como ella?

No le importaba si fuese la última vez que veían al hombre.

Pero se molestó que no pudo obtener una simple mueca de dolor después de haber sido apuñalado, fue curioso aquello.

Porque ella sintió como el hombre aún podía recibir aquel sentir.

¿Simplemente estaba bien con algo como eso pasándole?

―Asqueroso ―la boca de Lucifer se frunció y su humor se arruinó al pensar en aquella cosa que se había presentado ante ella.

La mujer le dio una última mirada a la ciudad que estaba detrás de ella y solo frunció el ceño antes de comenzar a caminar.

Los ángeles empezaron a descender, era obvio que ellos serían los últimos en llegar, puesto que ni siquiera recibieron una sola alma. Quizá solo se enteraron de la desaparición de la ciudad por la iglesia que estaba allí.

Un estallido con una luz blanca pasó detrás de Lucifer, iluminando el mundo y dejando todo en un blanco puro antes de volver a su color habitual.

―Parece que he llegado tarde, ¿qué es lo que has hecho ahora?

―Michael ―Lucifer sonrió con diversión ante la presencia de aquel ángel de entre todos―, es bastante raro que dejes la gracia de Dios, ¿ha pasado algo interesante para que eso suceda?

La mujer que había descendido, en traje blanco y una gabardina de igual color, todo con detalles color oro y una boina con una cruz en el centro, pero lo que Lucifer miraba eran los ojos de aquel ángel que parecía más enojada que cualquiera.

― ¿Qué has hecho ahora?

― ¿Por qué asumes que he hecho algo? ―la burla de Lucifer fue evidente, la reina del infierno se cruzó de brazos y sonrió con diversión al ceño fruncido que se pronunció en el ángel que había descendido ante ella.

―Eres la única presente, toda vida fue erradicada casi de manera instantánea, no hay rastros de mana y solo tú y un portal, ¿qué esperas que crea? ―Michael alzó una ceja y miró a Lucifer quien no había quitado su sonrisa.

―Llegas tarde, pero no he hecho nada, si es lo que te genera curiosidad ―Lucifer empezó a caminar dentro de la ciudad seguida de Michael quien la siguió en silencio.

― ¿Entonces?, la vida de una sección fue erradicada, Dios guardó silencio y dijo algo sobre "que la luz tocó el mundo", ¿qué sabes de eso?

―Oh… ―Lucifer se giró sobre sus talones y miró a la mujer quien estaba con los brazos cruzados―, eres mucho más calmada de lo que recordaba.

Michael cerró los ojos y suspiró.

―Incluso si eres lo que eres, con la desgracia que fuiste para Padre, sigues siendo una hermana, incluso con todo lo que has no padre aún te ama.

―Si me amara tanto no me hubiera echado de su gracia ―Lucifer se giró y reanudó su caminata dentro del pueblo.

―Le fallaste.

―Como lo harás tú algún día.

―La fe que tengo es todo lo que necesito.

―La curiosidad no es un pecado ―ambas mujeres llegaron y quedaron en la plaza principal de la ciudad.

Miles de cuerpos amontonados, toda vida fue cegada, Lucifer miró de reojo y vio como incluso madres abrazando a sus hijos, bebés, y ancianos que ni siquiera podían correr.

Todos con un agujero en la cabeza o en el corazón.

―Dada tú amabilidad y el hecho de que esa cosa me molestó puedo compartir algo que he escuchado… ―Lucifer caminó hasta una de las bancas de la ciudad y pateó el cuerpo de un hombre antes de sentarse.

Extendió los brazos en la cabecera de la banca y sonrió enormemente.

Michael miró esa actitud y solo guardó silencio.

― ¿Qué?

―Dijo que nuestro mundo había sido tocado por la luz, que él era un limpiador y que las ordenes de que esto quedara atrás.

― ¿Quién dio la orden? ―Michael inclinó su cabeza al ver la molestia creciente en el rostro de Lucifer.

―Alguien que se supone está más arriba que nosotros o padre, ¿Quién se cree para denigrar nuestro estatus? ―la molestia era más que audible en la voz de Lucifer.

Michael apretó las manos cuando escuchó eso y no pudo evitar sentir la ira creciente.

― ¿Se burló de padre así sin más? ―era obvio el estado de molestia del ángel ante las palabras que escuchó de parte de Lucifer.

― ¿Puedes creer que exista seres tan arrogantes?, fue empalado después de tentar su suerte, luego de eso desapareció, pero mencionó que no sería la última vez que lo veríamos.

Michael suspiró.

No hubo una buena relación entre ambas, tanto Lucifer y Michael tenían sus conflictos, pero no por ello iban a ir a una guerra por algo tan torpe como la caída de una civilización humana.

Lucifer suspiró una última vez antes de comenzar a alejarse del lugar.

― ¿No sientes más curiosidad? ―la pregunta de Michael hizo que Lucifer girara la cabeza y mirara a la mujer de cabello negro con aburrimiento.

―No, he visto suficiente ―Lucifer se giró y comenzó a alejarse.

Esto solo sería papeleo para ella y nada más que eso, no es como si fuese algo que tuviera más allá de simple consideración. La humanidad iba a morir de muchas formas, las ciudades iban a desaparecer con el tiempo, ¿por qué molestarse en pensar en una más que solo sería olvidada?

No le importó.

― ¿Cómo estás? ―Justice preguntó viendo como Lucifer estaba sentada detrás de su escritorio. No se había movido en horas debido a la cantidad de papeles que se habían acumulado.

―No importa, ¿lo encontraron? ―Lucifer frunció el ceño y miró la botella de vino sobre su escritorio y la copa.

Era más que evidente que estaba molesta.

―Sí ―la confirmación de Justice hizo que Lucifer sonriera y se pusiera de pie.

―Un país de casi un millón de personas que entraron directamente sin ser juzgados una vez más, esto ahora es molesto a un punto que no se puede manejar la situación en forma ―Lucifer sonrió, el simple hecho de pensar en torturar a aquel hombre le dio un pequeño deje de paz.

Estaba empezando a odiar el hecho de que esa persona simplemente hiciera lo que quisiera con el mundo.

― ¿Han llegado los ángeles? ―Lucifer caminó seguida de Justice quien negó con la cabeza.

―No, bueno, después de encontrarlo nos movimos, dijo que no tenía mucho tiempo antes de que fuese llamado de vuelta.

Lucifer alzó una ceja.

― ¿Entonces se dejó atrapar?

―Tiene de rehén a un niño, dijo que cuando muera él se irá ―Lucifer se detuvo en su paso y miró a Justice quien mostró un leve disgusto ante la situación, pero no fue más allá de un pensamiento pasajero para ambas.

No es como si no juzgaran o castigaran a los humanos al final de todo.

―Bueno, para alguien que masacra tantas personas ya no tiene sentido pensar que está atado a la moral.

Llegando ante un portal rojo ambas mujeres entraron.

Un resplandor rojo llegó mientras que ambas pasaron al otro lado.

―Ha pasado un tiempo ―Lucifer miró la escena frente a ella y frunció el ceño.

Beelzebub o Beel, a Lucifer no le importó como es que ella quisiera ser llamada, pero sí el hecho de que estaba sentada al lado de aquella persona que habían visto un par de veces ya en este tiempo.

―Oh, veo que sigues en el trono ―la sonrisa arrogante del hombre estaba presente junto con la diversión más que evidente en su tono.

Lucifer frunció el ceño y miró al hombre que estaba mirándola casi con deleite.

― ¿Por qué no estaría al mando de un mundo que gobierno? ―Beel miró en silencio a Lucifer quien se cruzó de brazos y miró de forma cansada hacia ella, como si solo viera…

Un insecto.

La mirada de paz de la mujer de traje rojo fue saliendo hasta quedar en una expresión fina y unos ojos que miraban con recelo a la mujer que había llegado. Emiya sonrió ante el conflicto que se generó con solo un par de interacciones.

Para él estaba bien que se maten entre ellos, al final los demonios al pasar del tiempo dejarían de tener una influencia real en los humanos, y siendo que este mundo estaba bajo el faro de Alaya entonces no había porque molestarse en pensar demás.

Solo quería ver que eran capaces de hacer.

Tenía que buscar entretenimiento de alguna forma, ¿burlarse de estos seres?, era algo que podía aceptar, después de todo simplemente estaban ajenos de lo que era lo humano y su pensar real.

No sintió culpa, pero tampoco hubo verdadera diversión, solo algo lo cual podía ver con el paso del tiempo, una semilla que plantó que estaba destinada a morir en vez de florecer.

Le gustó la idea de ver como los sucesos a futuro se desarrollarían, no es como si estuviera influyendo en los humanos directamente, además, viendo como comenzó en este mundo, era más que obvio que este sería uno de esos mundos en los que la humanidad tendría que estar a prueba más de lo que deberían en una situación normal.

―Parece que han tenido una conversación bastante amena ―Lucifer miró a Beel quien desvió la mirada hacia otro lado y comenzó a alejarse.

La reina entrecerró los ojos, pero lo dejó pasar, vio al hombre sentado en una silla que había sido preparada junto a una mesa, la que había estado hasta hace unos instantes frente al hombre había sido Beel quien.

La emoción en el rostro de la mujer en aquel instante fue mucho más grande de cuando Lucifer había llegado, era más que evidente algo.

El hombre le había contado algo más a Beel y era por ello que la mujer seguía con esa actitud esquiva.

Un niño estaba acostado a un lado en el suelo siendo sujetado por otros demonios de bajo rango.

― ¿Se puede saber porque has dejado a él chico vivo? ―Lucifer tomó la silla y se sentó frente al hombre quien alzó una ceja.

―Me encontré con Beel, me dijo que "Lucy" quería hablar conmigo, por lo cual mi última presa era el chico y-

―Te asesinamos aquella vez que nos vimos por última vez, me aseguré que te cortaran la cabeza en el tercer encuentro también, ¿por qué sigues regresando? ―Lucifer se cruzó de brazos y miró con detenimiento al hombre que ahora estaba con una cara tranquila no había emoción en el rostro del hombre.

Era como ver una superficie simple y sin nada más allá de un rostro impreso en tinta. Incluso siendo quien era, Lucy sintió como algo realmente no iba bien con el hombre.

― ¿Matarme? ―una respuesta tranquila fue dada, la burla estaba presente, pero en vez de la siempre arrogancia y el más que visible disfrute por la situación, Lucifer lo vio, como el hombre parecía quitar todo lo que alguna vez vio y dejó aquel rostro impreso―. Quisiera que pudieras matarme a todo esto, pero no todo lo que uno desea se puede conseguir.

― ¿Odias tú existencia? ―Lucifer alzó una ceja viendo como el hombre dio un suspiro ante esa pregunta.

―No como tal, simplemente… sé que estaría mejor si ya no existiera.

―Hablas de forma muy arrogante, ¿crees que no tenemos la forma de borrar un alma? ―la amenaza de Lucifer vino con una sonrisa de burla del hombre, habiendo retomado su ánimo anterior.

―Puedes intentar matarme con los medios que quieras, la única razón por la cual estoy presente ante ustedes fue por una orden, normalmente no importa quien sea que esté a cargo del mundo o lo que quieran creer que consideran como ser el "rey" o el dominador, no son nada más que un simple fragmento de la realidad.

Lucifer entrecerró los ojos cuando el hombre dijo aquello.

―Hablas como si no fuésemos nada, pero al mismo tiempo tratas con nuestro mundo como si realmente te importara, es bastante contradictorio tú actuar y tus palabras, limpiador.

―Llámame Archer, creo que te lo había mencionado la última vez ―El hombre vio al niño siendo custodiado por los demonios―, y no es como si quisiera esto, si fuese por mí no interferiría en nada con nadie, preferiría quedarme solo o en el olvido.

―Veo que tenemos a alguien bastante pesimista ―Justice se metió en la conversación con una sonrisa―, por cierto, vi que estabas bastante hablador hasta hace poco con nuestra querida amiga Beel, ¿no querrías compartir un poco de lo que hablaron?

El brillo en los ojos rojos de Justice vino con una mirada de cautela. Archer le regaló una leve sonrisa ante ese pequeño detalle.

Parece que la mujer que estaba como "ejecutora" era más pensante que la misma reina.

―Simplemente hablamos del futuro y nuestras metas, la mía por supuesto es desaparecer.

―Bastante lamentable tener una meta como esa.

― ¿Es así? ―Archer alzó una ceja―, no es como si pudiera aspirar a más, no tengo interés en muchas cosas y vivir no es una opción.

― ¿Entonces tienes algo por quien vivir?, no te tomé como el hombre romántico ―la sonrisa de Emiya fue seguida de un bufido de diversión.

― ¿Alguien por quien vivir? ―la pregunta de Archer vino con la vista de Alaya ante él, una pregunta que se hizo y se respondió de inmediato a sí mismo―. No, no tengo algo como eso la verdad, pero sé que hay alguien ahí afuera que no me dejará descansar no importa que pase.

―Eh… ¿Hiciste un trato con un demonio? ―Lucifer se interesó ante la nueva información.

―Un demonio… quizá sea una buena forma de llamarla, probablemente me haga estallar si la comparo con un ser tan insignificante como tú.

La sonrisa e interés de Lucifer se borraron ante esas palabras. Se puso de pie y pateó la mesa y caminó hasta estar frente al hombre y con una mano comenzar a ahorcarlo.

El sonido de los guantes y el cuello siendo estrujados llegó para todos los presentes, Beel parecía que quería interferir, Archer vio aquello y sonrió de lado.

Ya había una brecha de opiniones ahora.

― ¿Molesta ante el recuerdo de tú insignificante existencia? ―fue una voz pesada por la falta de aire y el apretón en el cuello, pero la sonrisa y la postura del hombre no se había movido en lo más mínimo, como si esta acción de amenaza y dolor fuese algo ya vivido.

Algo que había experimentado.

―Tú, un cerdo mísero esclavo me llama a mí, la reina del inframundo, ¿insignificante? ―la fuerza en el agarre de Lucifer aumentó cuando vio como la sonrisa del hombre solo creció ante las palabras y su disgusto.

―Lucy creo-

― ¡Cállate! ―Lucifer le gritó a Beel quien abrió los ojos al ser mandada de tal forma―. Dejé que tengas tú estatus y que estés a tus anchas, ¿y te atreves a interrumpirme?

Beel se quedó en silencio y bajó la mano que había levantado para intentar calmar a la mujer que hasta hace unos segundos había tenido un temple distinto.

―Solo… no creo que él hable si-

― ¡¿No te dije que guardes silencio?! ―el grito salió con ira, Beel se quedó con los ojos abiertos y una mirada atónita ante el cambio de actitud de Lucifer de repente hacia ella.

Beel había estado hablando con Emiya, y todo este tiempo solo había obtenido una cosa de lo que había dicho.

Que ella era un desperdicio al quedarse en la sombra de Lucifer y no revelarse como lo hacían sus otras variantes, al principio Beel le restó importancia, no es como si ella hubiera tenido alguna ambición más allá de saciar sus deseos propios, pero mientras que conversó en cada ocasión con el hombre.

Solo encontró como este se burlaba cada vez más y más de ella por su estatus como "seguidor" y no de reina.

La reina de las moscas y la podredumbre, una entidad aclamada como lo alto de lo alto en el infierno.

Esa era ella, Beelzebub, ¿pero incluso así no podía tener algún reconocimiento de aquel hombre extraño?

No lo entendió.

Pero ahora podía ver algo.

La sonrisa de burla ante el arrebato de Lucifer no era hacia la reina misma.

Se estaba riendo de ella.

Burlándose por su aceptación de la situación y su poca disposición ante cualquier deseo más.

El hombre se burló de su incompetencia.

Justice gritó cuando llevo sus manos a su rostro y sintió como sus ojos ardían, su vista se nubló y solo pudo escuchar un grito a lo cerca por la pelea que había estado librando.

Beelzebub había comenzado una rebelión en un intento de hacerse con el poder del infierno.

― ¡Ella no sabe nada! ―Beelzebub gritó mientras que estaba de rodillas con una mano en su estómago. Su traje rojo bien cuidado ahora solo era una camisa blanca mal arreglada y con sangre en todos lados, sus pantalones estaban desechos y sus zapatos habían sido consumidos dejando a la mujer descalza.

Justice no estaba en mejor posición.

Estaba con su abrigo negro roído, la bandana alrededor de su brazo había caído mientras que la mujer de pelo blanco gritaba ante el dolor que estaba sintiendo.

Beelzebub había logrado aterrizar algo de veneno en los ojos de Justice.

En poder bruto probablemente la mujer era la más fuerte en el infierno, pero de igual manera había algo que no entendía Beel.

¿Por qué si era más fuerte decidió trabajar bajo la mano mediocre de Lucifer?

― ¡Ella solo ve lo que quiere, no sabe lo que pasa de verdad e incluso su administración es deficiente! ―Beel intentó ponerse de pie, pero cayó al instante cuando vio como Justice apretó los dientes y saltó hacia adelante con los ojos cerrados.

Un fuerte golpe vino a su estómago una segunda vez.

Otro golpe directo.

El suelo y el lugar detrás de Beelzebub estallaron y la mujer escupió sangre y saliva que cayeron al suelo rojo ardiente del infierno.

La expresión de Justice era de ira, ira pura mientras que miraba a todos lados. Cuando Beel se recuperó tosió una vez y fue en ese momento en que Justice saltó por tercera vez en una carga acelerada hacia la mujer que estaba con los ojos entre abiertos y sangre saliendo de su boca.

Los ojos de Beel se abrieron cuando un tercer impacto llegó a su estómago.

La montaña con la cual había chocado se quebró en todas direcciones por el impacto, el suelo se fracturó y algo semejante a un terremoto se dio. Beel lo sabía, tenía que salir antes de-

Una mano la tomó por el cabello y pudo ver algo que no esperó de la siempre sonriente y amable Justice.

Una sonrisa de malicia pura, una sonrisa que solo la había visto dar a los juzgados y a los condenados que se querían revelar ante ella.

― ¡Te tengo! ―el grito de Justice fue de alegría y éxtasis en la pelea.

No podía ver nada.

Sus ojos no dejaban de arder.

Pero no importó, ahora tenía sujeta a Beelzebub por el cabello largo de la mujer.

Beel intentó liberarse, pero su mente se nubló ante los golpes continuos de parte de la mujer frente a ella, un golpe tras otro hundiendo su rostro más y más en la roca y dejando una estela de sangre por cada vez que Justice movía su brazo hacia atrás.

Beel cortó su pelo dejándolo cortó y mal arreglado antes de agacharse y empujar a Justice en el pecho, un circulo de magia apareció sobre la cabeza de Justice antes de que la energía concentrada de Beel cayera sobre la demonio quien gritó ante el impacto directo.

Beel estaba en el suelo con la sangre en el rostro, los labios rotos, la mejilla hinchada y un ojo morado e inflamado que no le dejaba ver, eso sumado a su estado decrépito solo dio como resultado a una vista lamentable.

―Ahora te ves como mereces, traidor ―Beelzebub se giró y miró a Lucifer quien ahora estaba frente a ella.

¿Cuándo?

Beel no pudo procesar cuando una patada se conectó con su barbilla y la dejó totalmente fuera, cadenas salieron del suelo y la sujetaron en el aire y la volvieron a traer contra el suelo creando fricción y cortando las muñecas y parte de los tobillos de la mujer, haciendo que la sangre caiga.

― ¿Mi rendimiento es deficiente? ―Lucifer caminó casi con cuidado mientras que movió una mano.

Beel abrió su único ojo bueno y vio la cabeza del demonio que había confiado para el ataque principal.

Escuchó una risa general de todos lados. El ojo bueno de Beel se giró a su alrededor y miró a los demonios que estaban cerca viéndola con burla, diversión ante su estado decrépito y deprimente.

Quería llorar.

Ella quería que esos mismos seres que se estaban riendo de ella ahora mismo tuvieran una mejor vida, ¿acaso nadie vio lo deficiente que era el sistema de Lucifer?

Un pie se posó en la cabeza de Beelzebub haciendo que esta no pudiera alzar la cabeza.

―La única que es deficiente eres tú, ¿creyendo que puedes armar un golpe de estado?, eres negligente, pensando que nadie se había dado cuenta, amable o inocente, cualidades que no debería tener un demonio ―Lucifer pisó con más fuerza la cabeza de Beel la cual apretó los dientes y sintió como su nariz era presionada contra la roca.

―Tú… solo creas problemas, me he dado cuenta de eso ―incluso en su estado acostado y contra el suelo, Beel logró dar aquellas palabras.

Lucifer alzó una ceja y bajó un poco la presión sobre la cabeza de la mujer como indicando que podía hablar.

―Continúa ―La voz de Lucifer fue demandante, autoritaria y alta, todo eso indicando una cosa que solo hizo que Beel se sintiera peor.

Esta era la forma de decir de Lucifer que ella estaba en la cabeza, que ella era la que mandaba y que era ella la que ordenaba.

Que solo podía hablar ahora que ella le dio la oportunidad.

―Tú administración… está creando desastres en el mundo humano, cosas que no deberían pasar y situación que no deberían de suceder, todo esto mientras que-

El pie de Lucifer apretó con fuerza la cabeza de Beelzebub haciendo que la mujer se calle de inmediato. Lucifer retrocedió un paso y se agachó para tomar por el cabello a la mujer en el suelo.

― ¿Importa? ―los ojos de Beel se abrieron ante la indiferencia total de la mujer.

― ¿Qué?

―Eres como yo, un demonio, eso es en lo único que puedes parecerte a mí, pero más allá de eso, no eres nada más que una basura idealista, ¿me estás culpando de que ese limpiador destruya ciudades y termine con la vida de cientos de miles?

―Él…

―Te estaba usando ―Lucifer suspiró cuando vio como el ojo tembloroso de Beel dudó unos segundos en seguir viéndola―, nunca supe de que hablaron, pero para mí era obvio, que te contó cosas que te hicieron pensar tonterías innecesarias, debiste haberte quedado en silencio y sin hacer nada, pero estás aquí ahora, en el suelo, rota y sucia, como la simple mosca que eres.

Una fina línea de lágrimas salió de la comisura de los labios de Beelzebub cuando escuchó aquello.

Odiaba ser llamada así, siempre odió por eso aquella forma en la que se trasformaba, pero no podía hacer nada más que lidiar con eso.

¿Por qué no simplemente la mataban de una vez?

―Oh, estás llorando, que adorable, no es que te preocupen los humanos, ¿tienes miedo de aquel limpiador acaso? ―Lucifer acercó su rostro. Estaba más que marcada la sonrisa de complacencia al ver el estado actual de la persona que quiso usurpar su trono.

―Tú régimen es malo, todos siguen ese estilo antiguo ―Beel se recuperó a pesar de las lágrimas que caían que eran más de frustración que de tristeza.

―Solo tú crees eso.

― ¿No ves como funciona tú reinado?, ¿Cómo todos pierden la cabeza cuando unos cientos de humanos mueren?, una guerra causa un declive en las actividades porque te niegas a-

Una cachetada se dio en la mejilla de Beelzebub haciendo que la mujer abriera los ojos ante ese acto.

―He escuchado suficiente, Justice, ¿estás bien? ―Lucifer llamó a la mujer, a la ejecutora que había estado en el suelo apretando sus ojos―. Interesante, le hiciste un buen número a ella, pero-

Los ojos rojos de Lucifer se abrieron cuando sintió algo en su mejilla, se quedó quieta viendo a la mujer que estaba encadenada y con la cabeza arriba mientras que la alzaba.

Beel le había escupido.

―Crearas tú propia ruina, tú y-

Beel no pudo continuar cuando Lucifer con la cara roja de ira comenzó a alzar y bajar la cabeza de la mujer que tenía en su mano. Una y otra vez arremetió contra el suelo con ira absoluta ante el acto.

Arrogante.

Beelzebub lo sabía, ella misma lo era.

Orgullosa.

También.

Pero tenía sus pies sobre la tierra y lo que estaba haciendo Lucifer con el infierno no era nada más que un espectáculo que solo tenía un final.

La pérdida de este.

Beel recordó las palabras de Archer, como se burló que el infierno en las manos de Lucifer solo sería cuestión de tiempo antes de que este se disuelva e incluso no solo los ángeles serían una preocupación para ellos.

La consciencia de Beel estaba casi al borde de irse. Solo pudo ver casi en sombras como Lucifer sacaba un pañuelo de su bolsillo y se limpió el rostro antes de dejar caer aquel pañuelo sobre ella.

Runas empezaron a formarse alrededor de Beel haciendo que sus ojos se abrieran.

―Un lugar donde la muerte no existe y solo se conoce la desesperación, se feliz siendo la reina de ese lugar, bueno, un lugar tan asqueroso como ese posiblemente es el único lugar en el cual puedes tener una corona.

Las runas brillaron mientras que un portal púrpura se abría. Beel intentó sujetarse al suelo e impedir irse.

No funcionó.

En un grito ahogado y un intento inútil de evitar irse, Beel gritó y maldijo antes de ser tragada por el portal, solo quedó grabado una sola cosa en la mente de Beelzebub.

La enorme sonrisa de felicidad y casi placer de Lucifer al verla volar e irse directamente a aquel lugar peor que el infierno.

El abismo.

El portal se cerró y las runas cayeron al suelo dejando solo un rastro de sangre y cortes en la tierra de donde había estado Beel hasta hace unos segundos.

Lucifer se giró y miró a Justice quien estaba aún en el suelo agarrándose los ojos, caminó y se puso frente a ella, Justice estaba llorando y maldiciendo.

― ¿Podré volver a ver? ―Justice sorbió un poco su nariz ante el llanto, el dolor al que estaba siendo sometida no debió ser posible de soportar y seguir peleando.

―Lo harás ―Lucifer se agachó y a pesar del estado sucio y con sangre de Justice no dudó en pasar un brazo por el cabello sucio de la mujer que había estado a su lado incluso cuando Beel le había dicho todo su plan.

La que más tendría razones para traicionarla era Justice y fue la que se mantuvo más leal al final.

―No mientas ―Justice sonrió, una sonrisa enorme pero las lágrimas que caían de sus mejillas no dejaron de salir.

―No miento, vamos, te llevaré a la central, ahí te trataran y pronto volverás a ver ―Lucifer sonrió con cuidado a la mujer quien soltó una suave risa.

Ambas lo sabían.

Que la vista quemada por el veneno de Beelzebub no era posible de recuperar.

―Gracias ―Lucifer comentó pasando un brazo de Justice por alrededor de sus hombros.

―Todo por su majestad ―la risa de Justice fue amena.

Lucifer sonrió de lado ante eso.

Incluso en el dolor más grande que podría estar siendo sometido alguien… Justice siguió bromeando y siendo jovial como siempre.

―Gracias por quedarte de mi lado, amiga.

Justice abrió la boca y volvió a sonreír.

―No necesitas ser emocional ahora, tampoco escuchar lo que dijo Beel.

―Yo…

―Sigamos adelante ―Justice sonrió, incluso si esa sonrisa pura estaba siendo manchada por sangre en los dientes, aún así la calidez que no era propia de un demonio estuvo presente. Lucifer quiso decir algo, pero se quedó en silencio.

Justice era todo menos un demonio habitual, demasiado amable, demasiado alegre y con ganas de ayudar a los demás, e incluso con todo eso ella estaba ayudándola a mantener aquel régimen de castigo siendo ella la punta de lanza en el área, incluso si la personalidad de Justice no era sádica, ella actuaba como una, si ella no era agresiva debía actuar como alguien de esa estirpe.

Todo para mantener el orden que ella podía generar como la suprema fiscal del infierno.

Lucifer nunca podría terminar de agradecer como incluso si todos se hubieran puesto en su contra, solo Justice se hubiera quedado a su lado a pesar de todo.

Emiya abrió los ojos y vio el paisaje ante él.

Un atardecer bastante tranquilo y una vista hermosa, el aire soplando con lentitud y el fresco del ambiente estaba ahí para él.

Un pequeño deje de libertad al cual era expuesto solo para recordar al instante que no importaba nada, que incluso si quiera algo más no tenía sentido el pensar en cosas innecesarias.

Solo era una vista artificial en un mundo más que estaba destinado a ser olvidado con el paso del tiempo.

Era la segunda vez que caía en aquel mundo y que no aparecían los demonios de las primeras veces. Ya no sabía que había pasado con el infierno o con la pequeña mosca que vio como su Lucifer era la que estaba causando irregularidades.

Esto estaba empezando a salir de las manos, a este paso este mundo experimentaría tantas situaciones de extinción que probablemente tendría que trabajar más en este mundo, el simple hecho de que pudiera recordar este lugar era por la firma de esos demonios que habían venido tantas veces a molestarlo en el pasado.

¿Qué pasó de ellos?

Emiya miró la ciudad frente a él. Posiblemente habían pasado unos quinientos años desde la última vez que vino a este lugar, pero la firma de los demonios seguía tan fuerte como siempre.

La era de los dioses había caído, eso era una obviedad debido al mana del ambiente.

¿Pero que pasaba con el cielo y el infierno?

Emiya miró a su alrededor y notó como no había señales de nada, como si el interés que le habían dado se hubiera ido de golpe.

No importó de todos modos para el hombre, la burla o la diversión de ver a aquellos demonios se había ido mermando cuando vio algunas variantes y resultados de este mundo en particular, parecía que esta sección era la única que estaba siendo problemática.

Debido a que en cada mundo de esta sección estaba siendo regido por Beelzebub antes de Lucifer. Fue por eso que pensó que hacer que la duda en la Beelzebub de este mundo era una buena opción, la diferencia de poder era notable, el cómo el manejo de todo era mejor en manos de la otra reina.

Emiya terminó su trabajo y se quedó parado ante el último anciano que estaba intentando correr con la pierna rota, debido a una caída mientras que corría.

Un simple movimiento fue suficiente para cortar la cabeza del hombre y terminar el trabajo.

No vino nadie.

No llegaron aquellos demonios, ni siquiera esa mujer arrogante de Lucifer. Era divertido burlarse de esa mujer por la arrogancia desmedida que tenía dentro y su vista tan nublada del mundo.

Miró como el anciano estaba con una expresión de dolor y pánico. Emiya miró hacia abajo y no pudo evitar sentirse mal.

Había hecho algo como esto debido a que esperó a los demonios, no es que hubiera obtenido alguna diversión de parte de ver a alguien caer y correr por su vida, al contrario.

Le hubiese gustado que fuese él el que pudiera correr y encontrar su final. Emiya miró la ciudad y el cielo.

Las nubes negras se estaban acercando hacia él.

Ah…

Realmente…

―Pareces perdido ―Emiya se giró y miró a Lucifer quien estaba sentada en una banca con una mirada algo más distinta de lo que había recordado la última vez.

―Te ves diferente, ¿has cambiado de maquillaje? ―Emiya preguntó antes de caminar y sentarse al lado de la mujer quien no se movió o se opuso.

―Supongo… el mercurio era bastante molesto de todos modos.

―Pensé que usabas maquillaje de eras modernas por la ropa que llevaban.

―El conocimiento del futuro sigue siendo algo que no es permitido incluso para nosotros, pero supongo que eso es lo mejor… el ver lo desconocido y esperar y estar preparados… ―Emiya vio a su alrededor.

Lucifer estaba sola.

―Pareces distinta de la última vez, ¿algo pasó?

― ¿Por qué preguntas algo que ya sabes?, la influenciaste para que me traicione, ¿no?

―No sé de qué me estás hablando ―Emiya miró las nubes que estaban llegando hasta estar sobre él.

Las primeras gotas empezaron a caer poco después de que alcanzara su ubicación.

―Hiciste que Beel… incluso si ella no era la más cercana ella aún la consideraba una amiga, pero le llenaste la cabeza de ideas tontas.

― ¿La extinción de este mundo por tú culpa es una idea tonta?

No hubo reacción de parte de Lucifer como la primera vez, Emiya alzó una ceja ante aquello.

―Parece que has madurado en estos siglos.

―Yo… su destino fue peor que la muerte, no debería sentir nada, ¿pero por qué siento que lo he hecho no es lo correcto?

Emiya alzó una ceja.

―No caíste en primer lugar porque no estabas conforme con las decisiones de Dios, ¿no? ―Lucifer abrió los ojos ante las palabras del hombre.

―Tú… no sabes nada.

―Ver el sufrimiento de otros, el querer ayudar, pero no poder interferir, cuando decides que quieres ayudar solo caes en el olvido y en el repudio de-

― ¡Cállate! ―Lucifer se puso de pie y miró al hombre quien no había alterado su expresión, eso mientras que ella solo pudo cambiar y terminar delatando confusión junto con culpa.

Un momento bajo.

―Te conozco más de lo que jamás te conocerás a ti misma ―Emiya miró a Lucifer quien se miraba realmente distinta de la primera vez que se encontró con la mujer.

La arrogancia seguía allí, pero había algo que faltó en las primeras veces

Duda.

―Esa es una buena mirada la que tienes ahí ―Emiya sintió como la mujer lo tomó por su capa blanca, la parte que estaba sujeta al cuello.

―Arruinaste la vida de una de mis compañeras y dejaste lisiada a mí amiga por tus tontas palabras.

― ¿Es por eso que has venido sola?, bastante sabio si he de decir, pero a la vez infantil.

―No.

Emiya miró a la mujer quien soltó el agarre y dio unos pasos atrás.

― ¿Para quién trabajas?

―No necesitas saberlo.

― ¿Por qué sigues matando humanos?

―Para mantener el equilibrio, un equilibrio que tú deseaste mantener, es curioso ¿no?, como las buenas intenciones se convierten en las más asquerosas.

―El único que genera repulsión eres tú ―Lucifer miró como un deje de sonrisa comenzó a emerger en la cara del hombre.

―Sí… se puede decir que soy la persona que más se puede aborrecer ―Emiya solo miró de reojo a la mujer la cual empezó a calmarse con la lluvia que caía.

Fue el primer indicio de que estaba aceptando algo.

Que su realidad era más pobre de lo que ella le hubiera gustado decir.

―Si aún tienes ese orgullo la próxima vez que nos veamos entonces habrás fracasado.

Aquellas últimas palabras fueron dadas por el hombre antes de comenzar a desaparecer en motas azules y dejar a Lucifer quieta sin saber que hacer en el lugar en el cual había estado antes de que Archer se fuera.

Lucy miró la ciudad y como las llamas se apagaban, el cuerpo de los caídos en combate o mejor dicho de los ejecutados y solo pudo cerrar los ojos antes de darse la vuelta y comenzar a irse.

¿Orgullo?

Como si necesitara escuchar a ese idiota.

Se puede decir que este es mi regalo de reyes, iba a ser un one-shot, pero poner todo en un capítulo sería algo largo, quizá sea una historia de 3 capítulos a lo mucho.

Ahora estoy trabajando en una nueva historia y luego para actualizar Hierro en plata.

Espero que la historia sea bien recibida.

Si esto llega a los 200 votos para antes del 11 de enero entonces tendrán el capítulo para el 13 o 15, por cierto, el 15 pienso subir el one-shot del mes que se votó en el discord así que espero que estén atentos.

Muchas gracias se les gustó la historia y espero que la disfruten.

Rey de picas fuera.