Ranma ½ y sus personajes pertenecen a su creadora, Rumiko Takahashi, solo los tomamos prestados un rato.
Esta historia es una colaboración entre Kariiim y Kaysachan realizada especialmente para la dinámica #Fiestas_en_pascua inspirada en el fanart de SaoTendo
.
.
Juego de Seducción
.
.
Los castaños ojos se desviaron de su objetivo, la inquisidora mirada azulada parecía no querer ceder. La mujer de corta melena se maldijo internamente, ya que, al bajar sus ojos, lo que estos vieron le hicieron tragar en seco, casi de manera inmediata experimentó un conocido calor en sus mejillas, delineó con sus iris el perfecto espectáculo que le daba aquel formado cuerpo.
Cada masculino músculo era exageradamente perfecto, pensó la mujer mientras seguía con su lento escrutinio, Akane era consciente de cómo su respiración parecía dificultarse, provocando que instintivamente sus labios se abrieran en un desesperado intento por mantener la cordura.
El azabache, que permanecía en la misma postura justo delante de ella, acorralando a su pequeña conejita de cabello azulado contra la pared, se sentía tan seguro de sí al ver lo que él provocaba en ella y agradeció a los dioses, deidades y divinidades, el haber podido escuchar esa plática de su prometida con sus amigas no más de quince minutos atrás.
.
.
15 minutos antes
.
.
- Oye Akane, que guapérrimo luce Ranma, ese cuerpo lo tenía muy bien escondido debajo de sus camisas chinas – comentó Yuka risueña haciendo enrojecer a su amiga.
-Sí Akane, ese disfraz de conejo le va muy bien, es perfecto para nuestra fiesta de pascua – habló coqueta Sayuri al mismo tiempo que le guiñaba un ojo a la menor de los Tendo.
Por su parte la peliazul simplemente bajaba la mirada en un vano intento de ignorar a sus amigas, esos temas le incomodaban, era verdad que ya no era una niña, disfrutaba de poder observar un cuerpo masculino bien formado, pero rehuía a las pláticas donde sus intereses quedaban al descubierto, sabía de la popularidad de Ranma con las chicas y las inseguridades la atormentaban.
- Vamos niña, acéptalo, Ranma es perfecto físicamente hablando, es lo que toda mujer desea en un hombre, alto, músculos marcados, varonil, guapo, tiene unos ojos de ensueño – enumeraba Yuka con los dedos de su mano, haciendo un repaso de los atributos del chico.
Ranma que permanecía escondido en uno de los pilares cercanos a las chicas, sentía como sus mejillas ardían ante las descripciones de las muchachas, pero, a decir verdad, lo que él en realidad buscaba, era una respuesta favorable de la mujer que le quitaba el sueño.
El mutismo de Akane lo mataba, él ya había aceptado internamente que moría por esa mujer de corta melena azulada, pero le aterraba ser rechazado por ella, miles de veces se planteó cortejarla como era debido, pero las miles de anomalías que les rodeaban se lo impedían.
Espero unos segundos más por alguna señal que le indicara algo favorecedor, pero nada, estaba a punto de salir de su escondite e irse de la dichosa fiesta de pascua cuando la angelical voz de su prometida lo detuvo de manera instantánea.
- Pues… - masculló lo suficientemente alto como para ser escuchada por sus amigas – Ranma es muy guapo, y en cuanto a su cuerpo…es bastante…atractivo – titubeó la chica un poco apenada de reconocer aquello a una persona que no fuera ella misma.
- Claro que es atractivo, es un forrazo, dinos Akane ¿qué es lo que más te gusta de él? – articuló Sayuri totalmente emocionada de escuchar a su tímida amiga hablar…
- Eemmm… pues… yo… a mí me gusta mucho lo marcado del abdomen bajo, ya saben esa "V" que se hace en el nacimiento de las piernas, es como una flecha indicando lo interesante del asunto – el rostro de la menor de las Tendo parecía querer hervir de la vergüenza, definitivo esa plática se le estaba saliendo de las manos, tal vez no debió beber esas piñas coladas que le invitaron sus amigas.
- Ya Akane relájate, tienes 19 años, esto es normal, yo también amo eso, es como para morderlos y lamerlos al mismo tiempo –
- Síiii, y montarlos mientras gritan tu nombre –
- Por Dios chicas… – gritó la peliazul con todos los matices rojizos en el rostro – lo que dije en general, no es que yo vea así a todo el mundo, pero esa característica en los hombres es algo que me gusta mucho –
- Ya Akane admítelo –
- ¿Qué? –
- Ves a Ranma –
- Claro que lo veo, a la hora del desayuno, en la comida, en la calle, en los pasillos –
- Ya… –
- Sí, lo veo, es imposible no verlo, ya… ¿contentas? – eso salió de los labios de Akane mucho más fuerte de lo que imaginó, ganándose la atención de todos a su alrededor, los ojos de la peliazul se toparon con más de una veintena de chicos que la observaban con atención, inmediatamente la menor de las Tendo hace una semi reverencia pidiendo una disculpa por su interrupción – Ya ven lo que provocan, par de enfermas –
Y sin más sus amigas se tapan la boca con las manos intentando acallar sus carcajadas.
Ranma no sabía si gritar de la emoción o salir corriendo directo a sus brazos, pero se contuvo al escuchar el desconcierto de su prometida al verse tan expuesta, sin embargo, esa declaración era lo que él necesitaba, era el aliciente que le ayudaría para seducirla y tener por fin a Akane Tendo en sus manos, aunque era sabido por todos que ella le pertenecía a él, Ranma necesitaba sentirla suya, no por un estúpido compromiso sino porque ambos así lo deseaban.
.
.
Ahora delante de ella, su seguridad hacía mella en sus actos, observó como la inestabilidad de la chica iniciaba a derrumbarla, la vio intentar salir de su acorralamiento, pero ahora Ranma Saotome era el cazador y ella su inocente presa, bloqueó el movimiento con su cuerpo pegándola aún más.
- ¿A dónde vas Akane? ¿Llevas prisa coneja blanca? – mencionó totalmente convencido de sus actos.
- ¿Qué…qué sucede contigo Ranma? ¿Qué ocurre? – cuestionó sin poder despegar los ojos del varonil cuerpo, no podía enfrentar la azulada mirada sin delatarse, prefirió observar detenidamente el perfecto y marcado abdomen donde se podían distinguir las extenuantes horas de entrenamiento.
Ranma se percató de ese movimiento en sus iris y realizó un movimiento bastante osado, colocó su mano libre en el borde del oscuro pantalón, halándolo discretamente hacia abajo, dejando expuesta esa parte de su anatomía que Akane encontraba tan sexy, escuchó como la pobre canasta de huevitos de pascua temblaba ante los nervios de la chica – Tengo que irme – trató de sonar firme, aunque sus labios parecían querer jugarle una broma – si me disculpas, tengo que pasar – intentó salir de su prisión y tortura mental, guio sus ojos hacia un punto distante – la dinámica de pascua está por empezar – justificó un poco más calmada.
- Es cierto, ¿quieres hacer equipo conmigo? Nos vamos a divertir mucho – habló coqueto aun en la misma posición.
Akane aspiró todo el oxígeno que pudo en una sola exhalación, necesitaba establecerse y llamar a todo su auto control, ella era una Tendo y no cualquiera, si algo tenía bien definido, era su orgullo, su dignidad y su testarudez.
-No sé, qué te ocurre, pero esto no es una competencia, no necesitas un equipo, aparte las chicas esconderemos los cascarones decorados y ustedes tendrán que encontrarlo, no entiendo como tú y yo seriamos un equipo, así que si me permites, tengo cosas que hacer – por primera vez en todo ese rato, la mujer había fijado los castaños ojos en los azulados del chico sorprendiéndolo ante su respuesta, si él quería jugar, ella también podía hacerlo, así que hizo lo que ella sabía causaría estragos en él – me permites pasar Ranma – y al terminar la frase le sonrió cual hermoso ángel, ese simple gesto hizo que el joven Saotome se perdiera en la belleza de esa acción la cual adoraba.
La joven aprovecho el letargo de Ranma para salir despavorida del lugar y dirigirse hacia donde se encontraban sus amigas, para cuando el chico quiso reaccionar, la menor de las hermanas Tendo ya caminaba fuera del pequeño salón de eventos.
El corto vestido blanco se movía cadencioso, dejando a la vista las bonitas piernas de la muchacha, acentuando su delgada cintura, y esas bobas orejitas de conejo le deban un toque divinamente encantador.
- ¿Quieres jugar Akane? Pues juguemos…- sonrió casi maquiavélico – tenemos toda la tarde para encontrar esos huevitos...
.
.
Ranma se dirigió con paso firme hacia el lugar donde estaban reunidos todos los participantes de la actividad y rápidamente se colocó en una posición desde donde podía observar perfectamente a su escurridiza prometida – si crees que podrás escaparte de mí conejita, estás muy equivocada – sonrió con seguridad, ahora que había escuchado de los propios labios de Akane que le encantaba mirarlo pensaba aprovechar esa información al máximo, quizá no era algo justo de su parte, pero bien dice el dicho "En la guerra y en el amor todo se vale" y esta era una pelea que no pensaba perder por nada del mundo.
Uno de los organizadores del evento comenzó a explicar las reglas, como bien lo había mencionado Akane, las chicas disfrazadas de conejitas esconderían los huevos decorados y posteriormente los chicos debían buscarlos.
- Un momento – los detiene Nabiki apareciendo de repente con el resto de los organizadores del evento, toma el micrófono y dice – hay un pequeño cambio de planes – todos los presentes se miran entre sí sin comprender lo que está pasando
- Nabiki, ¿qué crees que estás haciendo? – reclama Akane a su hermana, conociéndola como la conoce, sabe que las cosas están a punto de complicarse para ella
- Para hacer esta actividad más interesante para todos – comienza a decir Nabiki ignorando por completo a su hermana – hemos decidido convertir esta dinámica en una competencia donde el premio final será una noche en un hotel todo incluido para dos personas – toda la gente comienza a murmurar con interés – para esto, los participantes deberán formar parejas y la que encuentre la mayor cantidad de huevos gana
- ¿Entonces quién esconderá los huevos? – pregunta una chica vestida de conejo con traje rosa y agitando su canasta
- Los organizadores serán los encargados de esconder todos los huevos – hace una seña y un grupo de muchachos pasa tomando las canastas de huevos de manos de todas las chicas
- Les daremos un par de minutos para que formen sus equipos – comenta Nabiki mirando divertida la reacción de su hermana y su atolondrado prometido – mientras tanto nosotros esconderemos los huevos
Akane comienza a mirar hacia todos lados inquieta, no sabe qué hacer, después de la actitud tan extrañamente coqueta de Ranma se siente demasiado nerviosa como para estar cerca de él, pero por otro, al escuchar como algunas chicas comentan lo mucho que quisieran buscar los huevos de ese sensual conejo trenzudo, siente deseos de reclamar su lugar como su prometida.
- Creo que eso no será posible – comenta molesta sin poder contenerse más, las chicas la miran de arriba hacia abajo con desdén – si están hablando sobre ese conejo de cabello negro trenzado y ojos azules – señala en la dirección donde se encuentra Ranma – tiene novia - acto seguido se cruza de brazos y les lanza una mirada tan intimidante que las chicas salen corriendo hacia el lado contrario
- Atrevidas – murmura bajito la muchacha
La situación con Ranma era algo parecida a la de su prometida, apenas se anunció que la actividad sería en parejas, pudo notar como todos los muchachos presentes comenzaron a mirar intensamente a SU conejita blanca, no podía culparlos, Akane con ese vestidito blanco está realmente preciosa, truena sus nudillos y aprieta sus puños con rabia cuando se da cuenta de que hay un chico que se está acercando peligrosamente a ella, parece que tendrá que enseñarle que NADIE, absolutamente NADIE puede acercarse a SU prometida así que apresura el paso para llegar hasta donde se encuentra ella.
- Oye preciosa – un alto muchacho de cabellos castaños y ojos verdes le toca el hombro a la distraída muchacha de cabello azulado - ¿quieres ser mi pareja?
- Ella ya tiene pareja – Ranma contesta con la voz ronca, colocándose detrás de Akane y abrazándola por su estrecha cintura
El chico en cuestión al notar la mirada asesina y los grandes músculos del muchacho de la trenza levantó las manos en señal de paz y se alejó rápidamente para invitar a otra chica
- Te das cuenta conejita – Ranma aprovecha la cercanía de Akane para murmurarle en el oído – después de todo si vamos a hacer equipo y tal como te dije hace un rato – baja su mano hasta la amplia cadera de la muchacha y la acaricia descaradamente – nos vamos a divertir mucho
- Ranma, ¿qué sucede contigo hoy? – aparta las manos del chico con la cara totalmente enrojecida y mirando hacia todos lados para constatar que nadie los haya visto
- No lo sé, quizá me desperté con ganas de…– se acerca nuevamente al oído de la muchacha y en tono sensual añade – jugar con mi conejita favorita
Esa frase descolocó por completo a la pobre de Akane, que en un intento de escapar dio un par de pasos hacia atrás, sin embargo, las piernas le temblaban tanto que estuvo a punto de caer, pero Ranma la atrapó fácilmente de la cintura y la atrajo hacia su cuerpo, la chica sintió su rostro arder al sentir los firmes músculos del pecho del muchacho.
- Tranquila conejita – susurra roncamente – no tienes nada que temer
- Ranma… - comienza a decir con la respiración entrecortada, pero fue interrumpida por el anuncio de su hermana
- Bueno, ya hemos terminado de esconder todos los huevos – anuncia Nabiki por el micrófono – a partir de que suene el silbato tendrán 1 hora y media para buscar los huevos decorados, la pareja que logre encontrar la mayor cantidad será la ganadora, ¿están todos listos? – todas las personas aplauden emocionadas – Que comience la búsqueda
.
.
Después de superar los nervios causados por la cercanía del escultural cuerpo de su prometido, la joven de corta cabellera se dedicó a buscar diligentemente los huevos escondidos
- Mira Ranma – grita feliz al encontrar el primer huevo – encontré uno – lo mira fijamente unos instantes – y es uno de los míos mira – le enseña el dibujo en el cascarón con una enorme sonrisa
- ¿qué es eso? ¿un renacuajo? – pregunta divertido
- Es un conejo – grita la muchacha con el ceño fruncido
- ¿estás segura? – toma el huevo en sus manos y finge analizarlo – a mí me parece más un renacuajo deforme
- cállate, eres un idiota – la joven le arrebata el huevo y lo pone en la canasta – claramente se ve que es un conejito, mejor me voy a buscar los huevos sola – le da la espalda y comienza a caminar rápidamente
- ja ja ja vamos, estoy bromeando – la sigue y se coloca delante de ella bloqueándole el paso - no te enojes
- no entiendo porqué siempre tienes que burlarte de mí, eres un grosero – se cruza de brazos y lo mira seria
- ¿quieres saber la razón? – pregunta el muchacho cambiando el tono de su voz a uno seductor
- claro que quiero saber – Ranma coloca sus manos en la cadera de la chica – la…razón… – termina ella de decir con la respiración entrecortada
- porque me encanta ver el fuego en tus ojos cuando estás enojada – Ranma se acerca al rostro de la chica y susurra en su oído – me hacen imaginar otras maneras de encender ese fuego – un jadeo involuntario se escapa de los labios de la muchacha
El sonido de las voces de personas acercándose a ellos los hizo separarse abruptamente, ambos jóvenes con los rostros igualmente rojos y con actitud un tanto nerviosa
- será mejor que busquemos más huevos – la chica levanta la canasta con el solitario huevo
- no te preocupes conejita, ese premio será nuestro – la toma de la mano – después de todo, tu pareja es el gran Ranma Saotome y yo – dice sacando pecho, acción que hace que sus músculos se flexionen captando la total atención de la muchacha que no puede evitar humedecer sus labios – nunca pierdo – termina arrogante cerrándole el ojo y sonriendo de manera fanfarrona al notar la reacción de la chica
Akane no puede evitar sonreír ante la actitud del muchacho, siempre es así, cada vez que hay algún tipo de competencia, él siente la necesidad de ser el mejor, y esa es una de las cualidades que más admira de él, sin embargo, la muchacha no podía sacarse de la cabeza de que algo había sucedido esta tarde, normalmente él no solía comportarse de esa forma tan segura y seductora, mucho menos con ella, pero la verdad es que lo estaba disfrutando mucho, así que decidió que dejaría los miedos a un lado y disfrutaría el momento, ya que no sabía si ese cambio de actitud sería permanente o simplemente algo pasajero.
.
.
El joven de ojos azules se sentía cansado, había pasado la última media hora protegiendo el pudor de su inocente y confiada prometida, ella se estaba divirtiendo tanto buscando los dichosos huevos que no se daba cuenta que cuando se agachaba para buscar en los arbustos, su corto vestido blanco se subía de tal manera que sus hermosas y torneadas piernas quedaban totalmente al descubierto, al igual que su corto y apretado short que marcaba con total perfección su redondo y delicioso trasero.
Inicialmente Ranma tampoco se había percatado de lo que estaba sucediendo, feliz de ver la brillante sonrisa de su chica cada vez que encontraba un nuevo huevo, pero muy pronto sus sentidos comenzaron a agudizarse al notar la gran cantidad de muchachos que empezaron a seguirlos, cuando uno de esos jóvenes cayó desmayado con una hemorragia nasal, el pelinegro se percató de la situación y comenzó a deshacerse de todo aquel que se atreviera a mirar a SU conejita, esa hermosa vista era solo para sus hambrientos ojos y para nadie más.
- Oye Ranma, ¿no piensas ayudarme a buscar? – coloca la canasta en el suelo y se coloca las manos en la cintura mirando fijamente al muchacho
- Tengo algo más importante que hacer – contesta mirando en todas direcciones
- ¿Ah sí? ¿qué cosa? – pregunta frunciendo el ceño
- Tengo que eliminar a unos mosquitos
- ¿mosquitos?
- Si, unos enormes y molestos, pero creo que ya me deshice de todos ellos – sonríe triunfante
- No sé de qué hablas – suspira la muchacha recostándose en el tronco de un árbol – me siento un poco cansada – mira la canasta rebosante de huevos – y creo que ya encontré suficientes huevos
- No tengo duda que seremos los ganadores – levanta la canasta y la inspecciona con una enorme sonrisa
- Dirás que seré la ganadora, no me ayudaste en nada
- Ya te dije, tenía cosas más importantes que hacer – coloca nuevamente la canasta en el suelo y escanea los alrededores para asegurarse de que efectivamente están solos
- Excusas, excusas – murmura la chica siguiendo la mirada del chico
- No son excusas – coloca ambas manos a cada lado de la muchacha – lo que sucede es que mi prometida es un poco distraída y como siempre, me toca a mí protegerla
- ¿Protegerme? – lanza un bufido – no necesito que me protejas, yo puedo hacerlo sola – intenta mover los brazos del chico, pero él no se lo permite – Déjame salir
- No – contesta serio mirándola a los ojos intensamente
- ¿No? – lo reta levantando una ceja
- No – nuevamente mira en todas direcciones para asegurarse que están solos, una vez que lo confirma acerca su rostro al de la muchacha – ¿Sabías que cada vez que te agachas se te ven esos cortos shorts que no dejan nada a la imaginación?
- ¿Qué? – Akane se lleva las manos al rostro y siente sus mejillas arder
- Sí – el pobre chico de ojos azules no aguanta más la presión y hunde su cabeza en el cuello de la nerviosa muchacha – me he pasado todo este rato deshaciéndome de los estúpidos que creen que pueden mirarte, porque algo te tiene que quedar claro Akane – la abraza por la cintura y empuja su cuerpo contra el de ella – esa vista es solo mía, porque yo soy tu prometido y tú me perteneces
Las palabras del muchacho molestaron a Akane, ¿qué se creía ese idiota?, que ella era una especie de objeto que puede poseer porque le da la gana, estaba muy equivocado si pensaba que ella era igual que las otras, ella no era posesión de nadie, estaba a punto de decirle un par de cosas y mandarlo a volar, cuando sintió el leve temblor en las manos del chico, la estaba abrazando fuertemente como si temiera que ella pudiera irse, entonces lo comprendió, detrás de esa actitud fanfarrona y egocéntrica se encontraba un chico que tenía miedo al rechazo, se dio cuenta que él se sentía igual que ella pero por alguna razón había decidido dar el primer paso.
Akane no estaba dispuesta a desperdiciar esa oportunidad, Ranma había pasado la tarde atormentándola con sus coqueteos que ahora comprendía iban completamente en serio, se mordió los labios en anticipación y decidida colocó sus manos en la cadera del chico, quién al sentir las suaves y pequeñas manos en su piel desnuda se descolocó totalmente, permitiendo que la muchacha intercambiara sus posiciones y ahora el que se encontraba acorralado contra el tronco del árbol era él.
- ¿Akane? – jadea nervioso ante el cambio de actitud de su prometida
Ella coloca sus manos en los pectorales del asustado muchacho, se pone de puntilla y murmura sobre su boca – siempre y cuando tú comprendas que tú me perteneces a mí y esto – aprieta descarada sus firmes músculos – es solamente mío y solo yo tengo derecho a tocarlo
- Solo tuyo – contestó asintiendo automáticamente el ojiazul, totalmente hipnotizado por la inocente sensualidad que emanaba de su prometida, si bien era cierto que disfrutaba mucho ponerla nerviosa, esa actitud decidida y atrevida le gustaba mucho más.
Akane le dedicó una brillante sonrisa que lo hizo perder el último hilo de cordura que le quedaba y en un arrebato colocó su mano detrás de la nuca de la muchacha y la atrajo hacia sí para besarla, ese primer contacto fue torpe e inexperto, pero muy pronto ambos encontraron la manera correcta de hacerlo.
La muchacha jadeó ahogada y Ranma aprovechó el momento para introducir su lengua en la boca femenina, ella se sorprendió con la invasión, pero muy pronto se encontró respondiendo con la misma intensidad, fieles a sus competitivas personalidades, ninguno de los dos quería ceder, parecía que querían devorarse completamente.
Akane sintió como algo duro se presionaba contra su estómago y a su mente llegó de golpe la conversación que había tenido con sus amigas, en especial cuando hablaron del área que señala su parte favorita de la anatomía masculina, por instinto sus manos se deslizaron hacia el pecho de Ranma y comenzó a acariciar cada uno de sus marcados músculos, nuevamente las palabras de sus amigas hicieron eco en su mente, "es como para morderlos y lamerlos al mismo tiempo".
Acto seguido se separó con dificultad de los dulces labios de su prometido, y se lanzó a besar y morder los firmes músculos del escultural cuerpo de Ranma, siguió bajando por su cuerpo hasta llegar a esa deliciosa V y se dedicó a acariciar, lamer y morder cada espacio de piel, mientras el joven de ojos azules gemía y empujaba su cuerpo contra ella, haciéndola consciente de la excitación que estaban causando en él sus caricias.
- Parece que encontré un par de… - comienza a decir traviesa, pero él la levanta, intercambia de posición sus cuerpos haciendo que ella nuevamente está apoyada contra el árbol y la acalla con un hambriento beso
- Eres una conejita muy atrevida – gruñe ronco en su boca – me encanta – dice besando su delicado cuello mientras desliza sus manos hacia sus redondos senos para apretarlos con fuerza
- Ranma – jadea ella excitada
- Shhh – murmura en su oído – baja la voz porque nos pueden escuchar
El chico continúa con sus intensas caricias, deleitándose con sus frondosos senos, fui un idiota pensó, ¿cómo pude llamarla alguna vez pechos planos?, se los aprieta, son simplemente perfectos, si no estuviéramos en público…piensa con pesar, quisiera lamerlos, chuparlos y morderlos hasta saciarme
- Ranma – exclama la chica con las mejillas rojas
- ¿dije eso en voz alta? – pregunta mordiéndose el labio y ella asiente – bueno, es la verdad
Escucharlo decir eso, le da otro empujón a Akane, que envalentonándose colocó sus manos sobre la enorme erección del muchacho arrancándole un gruñido, ambos jóvenes se miraron a los ojos con intensidad, ella comienza a acariciarlo con fuerza por encima del pantalón y él desliza su mano por debajo de la falda del vestido y comienza a acariciar la intimidad de ella por encima de su short.
Sus caricias son inexpertas así que sin dejar de mirarse a los ojos, llegan a un acuerdo silencioso y ambos comienzan a guiar las manos del otro para enseñarse mutuamente la manera correcta.
- Así conejita – gruñe Ranma cuando la chica encuentra el ritmo correcto
- Ahhhh Ranma– jadea ella y su cuerpo da un espasmo cuando él encuentra su punto de placer
Él acalla nuevamente sus gemidos con un beso y con su rodilla aparta sus piernas para colocarse en medio de ellas de forma que sus intimidades entren en contacto, - Akane – murmura entre jadeos mientras comienza un suave vaivén con sus caderas que hace que su duro miembro se frote contra su punto de placer, ella en un intento de acallar sus gemidos excitados, hunde su rostro en el cuello del hombre y comienza a lamerlo y a succionarlo suavemente.
Ranma aprieta el trasero de Akane y comienza a frotarse con más fuerza contra ella, cada embestida los hace estremecerse de placer, ambos se encuentran totalmente embebidos de esa oleada de nuevas y placenteras sensaciones, ninguno de los dos había sentido antes esa descarga de electricidad recorriendo sus cuerpos.
- Ranma… no… - jadea cerrando sus ojos entregada a las sensaciones – pares –
- Akane… - murmura ahogadamente en su oído – mi conejita – empuja su cadera con fuerza contra ella a un ritmo enloquecedor
Akane no puede aguantar más y comienza a gemir fuertemente, Ranma se apodera de su boca rápidamente y comienza a invadir la boca de Akane, imitando con su lengua los movimientos de su pelvis, entrando y saliendo al mismo tiempo que su duro miembro golpea la parte más sensible de la intimidad de su prometida, la sensación es demasiado embriagante para ambos y después de un par de frenéticos movimientos, ambos estallan en una explosión de placer indescriptible.
La joven de corta cabellera azulada se desploma en los fuertes brazos de su prometido y él la abraza con cariño mientras acaricia suavemente su espalda.
- ¿Qué hicimos? – murmura entre asustada y apenada hundiendo su rostro en el pecho desnudo de Ranma
- Nada por lo que tengas que avergonzarte – murmura depositando tiernos besos por todo su rostro – ya quedó establecido que somos prometidos y que… - se acerca al oído de la muchacha y murmura sensualmente – nos pertenecemos mutuamente
- Basta, no digas esas cosas – lo golpea en el pecho sin fuerza
- No me digas que te convertiste en una conejita asustada - toma su barbilla y levanta su rostro de forma que pueda verla a los ojos – me gusta más cuando eres una conejita traviesa y atrevida – antes de que pueda protestar la besa en los labios
* A lo lejos se escucha un silbato *
- ¿Qué vamos a hacer? No puedes presentarte así al conteo – dice Akane mirando hacia el pantalón de Ranma que muestra una clara mancha de humedad
- Tienes razón – se rasca la cabeza y sus mejillas comienzan a ponerse rojas – creo que tendrás que ir tu sola a reclamar nuestro premio
- ¿Estás seguro de que vamos a ganar? – lo mira alzando una ceja
- Podría apostarlo – dice con total seguridad
- Espero que tengas razón – recoge la canasta – te veo en casa
Ranma la toma de la mano y la jala hacia su cuerpo, la abraza y la besa intensamente en los labios
- Cuídate mucho y no dejes que nadie se te acerque
- Ya te dije que puedo cuidarme sola – le saca la lengua – pero voy a ser muy cuidadosa
- Te veo en casa – la besa otra vez y cuando la ve irse saltando y canturreando una canción sobre el amor sonríe como un tonto.
- No puedo esperar para que disfrutemos ese premio juntos – murmura el chico suspirando antes de irse al dojo brincando por los tejados
.
.
Notas:
Nada que decir más que, habrá una segunda parte donde efectivamente harán efectivo ese premio, y será lemonoso, espérenlo.
