El lunes llegó, los alumnos de Hogwarts se levantaban todos como normalmente lo hacían. En la casa de Ravenclaw nadie parecía notar algo fuera de la rutina, tampoco en la de Gryffindor. El desayuno fue normal, tranquilo y sin dificultades, como siempre. La clase de Herbología fue como siempre, con plantas extrañas, como el arbusto nervioso de esa mañana. Cuidado de criaturas mágicas fue curioso, pues los kneazle habían crecido considerablemente, no tanto como un adulto. Si bien Hagrid le pidió a Liam quedarse después de clase, este lo explico unas cosas, y Hagrid dejo que se fuera, ya vería a Liam en otra ocasión. En Adivinación, la profesora Trelawney le dijo a un alumno de slytherin que moriría en el torneo de los tres magos, aún que el chico tenía 14 años, como todos ahí. Era una tarde vacía, los alumnos simplemente continuaban con sus vidas, hacia aire, un aire de tranquilidad, como si fuera el último exhaló de aire del día. A las afueras del castillo, por el camino que llevaba a hogsmeade, Liam, Emma, Jack, Amanda y la profesora Amelia se encontraban esperando.

-así que… – suspiro Liam – aquí estamos

-si… - dijo Amanda, con sus maletas en la mano – así te sentiste en segundo, ¿no?

-algo así – sonrió Liam

-ejem, yo tenía algo para ustedes – dijo Amanda y abrió su maleta, saco algunas cosas – esto es para Emma

-para mí? – Emma miro atenta a Amanda

-sí, ten – Amanda le extendió una pelotita dorada – era de color azul, pero le hice un hechizo de cambio de color jaja, con tinta le pinté los detalles

-parece… una snitch – dijo Emma analizando la pelotita

-sí, para que me recuerdes, y así como yo también atrapé a la snitch, tú también puedes hacerlo – dijo Amanda señalando a Liam con los ojos

-jaja, gracias – sonrió Emma – en Ilvermorny juegan Quidditch?

-sí, también tienen casas – dijo Amanda

-pues trata de entrar a el equipo de tu casa – río Emma – aún que ningún buscador se iguale a mí, supongo que te tendrás que conformar con ganar siempre

-jaja, lo intentaré – sonrió Amanda – ahora, Jack

-eh? – Jack salió de sus pensamientos

-mira, esto es para ti – dijo Amanda y extendió un libro de defensa contra las artes oscuras – trata de poner algunos hechizos en práctica, y también te ayudará en los T.I.M.O! Tiene los 4 años de estudios

-wow, gracias – sonrió Jack contento – lo voy a estudiar a fondo

-también incluí un encantamiento para concentrase, así que úsalo, también lánzalo a Liam jaja – dijo Amanda contenta – y ahora…

-Me preguntó quién será – sonrió Liam

-exacto – río Amanda – para ti, tengo esto – Amanda extendió su corbata de Ravenclaw, atada a una carta

-tu corbata… pensé que te la llevarías – dijo Liam tomando los objetos

-sí, bueno, no es que la vaya a usar mucho jaja – sonrió Amanda – pensé que sería buena idea que tú la tuvieras

-gracias – Liam le dedico una sonrisa a Amanda – yo también tengo algo para ti

Liam abrió su mochila, guardo la corbata y la carta, saco una cajita envuelta con un pañuelo azul

-son galletas de todos los sabores – dijo Liam contento – para el camino

-gracias – sonrió Amanda y tomo la cajita

-tal vez en Ilvermorny haya alguien que también cocine – dijo Liam – oh no, en todo caso, si ves un elfo en las cocinas de Ilvermorny, salúdalo de mi parte

-claro – río Amanda – voy a extrañar al cocinero de Hogwarts

-igualmente – sonrió Liam

Al parecer, la puntualidad era uno de los atributos de los magos, pues antes de que pudieran decir más, una carroza tirada por arte de magia bajo del cielo y se estacionó enfrente de los chicos.

-buenas tardes – dijo el padre de Amanda, bajando de la carroza

-muchas gracias, ahora que está aquí se volvieron simplemente tardes – dijo Liam mirando a el señor Hill con mala cara

-Baker, que gusto verte – sonrió el señor Hill cínicamente – créeme que trataré de hacer todo lo posible, pero al final no se pudo

-aja, claro, le creo, y soy millonario – gruño Liam

-en fin, sube muchachita – le indico el señor Hill a Amanda

-disculpe – dijo la profesora Amelia – soy la profesora Amelia Forker, vine en representación del jefe de la casa Ravenclaw, hay algunas cosas que le tengo que decir antes de que se vaya

-ugh, bien, pero hágalo rápido – el señor Hill se acercó a la profesora y empezaron a hablar

-pues, es el adiós – dijo Liam con la voz un poco cortada

-no es un adiós – suspiro Amanda – espero que sea un hasta pronto

-ejem, suerte – dijo Emma, se acercó a Amanda y le extendió la mano – al final, supongo que me caes un poco bien

-gracias – sonrió Amanda y estrecho la mano de Emma – tú también me caes un poco bien

-desde mañana estaré sin una Ravenclaw que me recuerde hacer la tarea – suspiro Liam – que alivio

-jaja, no te preocupes, puedo enviarte lechuzas, aún que… bueno no se si lleguen tan lejos – dijo Amanda pensando

-bien, gracias – dijo el señor Hill exasperado – adiós, Amanda, vámonos – camino y se metió a él carruaje

-entonces, fue un gusto conocerte, Amanda Hill – sonrió Liam

-igualmente, un gusto – Amanda sonrió y tomo sus maletas – Liam Baker

Se dieron un fuerte abrazo, se separaron con lágrimas en los ojos y Amanda camino hacia el carruaje, se detuvo antes de cerrar la puerta.

-Te amo – dijo Amanda y cerró la puerta

En un segundo el carruaje despegó por los cielos. Liam vio cómo se alejaba a la distancia, ahí iba Amanda Hill, y con ella, se iban sus planes futuros, sus sueños, y un poco de su vida. Se dejó de ver el carruaje.

-pues, se fue – suspiro Emma

-supongo que ahora desquitaras tu irá conmigo – río Jack

-supongo – sonrió Emma

Liam no dijo nada, simplemente se dio la vuelta, tomo su mochila estilo portafolio y entro al castillo. Nadie vio a Liam en el resto del día, ni en la biblioteca, ni el gran comedor, ni en la sala común, ni siquiera en la cocina. Jack solamente lo vio llegar muy noche a el dormitorio, no saludó, ni dijo nada, solamente se puso el pijama y se acostó a dormir.

Las clases no eran más que simples pretextos para continuar los días. Liam se paraba temprano, hacia su hechizo rutinario, salía, desayunaba e iba a clases. Los chicos no lo veían mucho, solamente en clase. Tal vez, defensa contra las artes oscuras era la peor de ellas, Liam veía el asiento a su derecha, solo, vacío. Hagrid le dio a cuidar a Liam y Emma un escreguto de cola explosiva, una criatura extraña, con dos aguijones a cada lado, a veces el escreguto le lanzaba ataques por la cola a Liam, que los recibía y se quedaba tumbado en el suelo. Tal vez Tom lo veía una que otra vez, lo saludaba, pero no decía nada más. Raine tampoco lo veía mucho, y siempre lo veía cabizbajo. A veces Liam se podía ver en la biblioteca, leyendo un viejo libro de encantamientos, y haciendo tarea. Pero definitivamente, las noches eran lo peor para Liam, Jack y sus compañeros de cuarto podían oír sollozos y lamentos a mitad de la noche, como se desordenaban las sábanas, constantemente se podía oír a Liam mencionar el nombre de Amanda entre sueños.

Septiembre continuaba, lenta y dolorosamente. Los alumnos cada vez se emocionaban más por la llegada del torneo de los tres magos. Emma no era la excepción, se pasaba horas enteras hablando con Sofía y Denise sobre aquello. Aún que Denise solo hablara de los muchos chicos que vendrían de los colegios.

-uy, y también van a venir franceses, franceses! – decía Denise emocionada

-Pero si no puedes ni hablarle a un chico – protestó Sofía

-claro que puedo – contesto Denise – que hay de Liam?

-Liam no cuenta – dijo Sofía

-ah, Jack, eh, ya ves que si puedo – sonrió Denise

-puff, Jack – río Emma – hablar con Jack es sencillo

-sí, exacto – añadió Sofía – además, que no te gustaba mi hermano? Ni siquiera le has podido hablar

-claro que lo eh hecho – dijo Denise – recuerdas la final de Quidditch?

-solo le dijiste "suerte Sebastián" y ya! – se quejó Sofía – y ayer le dijiste "me prestas tinta?" – dijo imitando el tono de voz de Denise

-no es cierto! ¡Le eh hablado más! – protesto Denise

-me consta que no – dijo Emma

-y a mí – suspiro Sofía

-ahhh! ¡Basta! Voy a hablar con él, se los juro – dijo Denise y se puso de pie – le voy a decir a Liam que me ayude

-y por qué no solo hablas directamente con él? – dijo Sofía – además, suerte hablando con Liam, la verdad es que no sé dónde se ha metido últimamente

-ha estado ocupado – dijo Emma con un gesto de dolor

-pues que se cuide, por qué la próxima en su vida adivinen quién va a ser – sonrió Sofía – exacto, YO!

-jajaja, claro que sí jajaja – río Emma animadamente – a mí me dejaron la batuta, así que ya sabes

-pues te habrán dejado lo que quieran, pero a la que va a ver Liam va ser a mi – sonrió Sofía

-bueno, ninguna va a hacer nada con el – dijo Denise – por qué ni siquiera se ha asomado por ahí

-pues cuando lo vea en clases le voy a pedir salir a hogsmeade – dijo Sofía orgullosa

-a hogsmeade? ¿Y cuándo vamos a ir a hogsmeade? – pregunto Emma

-creo que pronto – pensó Sofía

-ay, en fin, suerte hablando con Liam – sonrió Emma – ni siquiera yo eh hablado mucho con el…

-mucho? – Sofía la miro extrañada

-sí, estamos en un proyecto y… - Emma se detuvo – eh… que día es hoy?

-miércoles – respondió Denise

-miércoles… MIÉRCOLES! – Emma se puso de pie de un salto – tengo que irme! ¡Voy a ver a Liam!

-que? ¡Oye! ¡No hagas nada con el! – le grito Sofía mientras Emma se retiraba corriendo

Emma salió corriendo del patio de la torre del reloj, hizo todo el camino corriendo a la cabaña de Hagrid. Los miércoles, como solo tenían una clase, se les había asignado el cuidado del escreguto a Liam y Emma, aparte de los lunes, claro está. Emma sabía que llegaba tarde, y Liam no se lo perdonaría, o tal vez el pobre chico estuviera tirado en el piso siendo atacado por el escreguto. Iba corriendo, tanto que casi se cae en la colina que daba a la cabaña de Hagrid. Emma llegó rápidamente y fue a el corral en donde se encontraba el escreguto. Liam estaba tranquilamente limpiando la coraza de la criatura, que se contoneaba de vez en cuando.

-hola Liam – dijo Emma apresuradamente, dejo sus cosas a un lado, se quitó la túnica y se arremango la camisa – perdón por llegar tarde, estaba algo ocupada y…

-Está bien – dijo Liam en seco y continúo limpiando al escreguto

Emma entro al corral, se puso al lado del escreguto, que media unos 1.20 metros desde que habían empezado a cuidarlo.

-en que te ayudó? – Emma miro a Liam, quién no dijo nada y solamente señalo una cubeta con comida – ok… y… eh… ¿cómo estás?

Liam levantó la mirada, vio a Emma. La expresión de su cara hablaba por si sola, sus labios no sonreían, tenía ojeras y sus ojos se miraban vacíos, así como Emma vio los de Amanda alguna vez, en la que ella y Liam discutieron. El pelo de Liam, descuidado y mal peinado, se movía de un lado a otro mientras movía el brazo para cepillar al escreguto.

-Liam, eh… mira, yo sé que es difícil y eso, pero si quieres hablar… – dijo Emma, pero el escreguto la interrumpió, arrebatándole la comida. Liam solamente jalo el escreguto para atrás – enserio deberías hablarlo

-[no hay nada que hablar] – dijo Liam en lenguaje de señas

-ah, no sé dónde has estado, Jack extraña hablar contigo – dijo Emma tímidamente – yo te extraño…

-Yo también – dijo Liam de mala gana

-sí? Entonces ven con nosotros, tenemos cosas que contarte – Emma sonrió

-no – respondió Liam

-pero si dijiste que…

-¿Quiero estar solo, entiendes? – Liam suspiro – pueden dejarme en paz?

-hasta cuándo? – dijo Emma poniéndose de pie

-no lo sé – Liam empezó a cepillar la cola del escreguto

-no lo sabes, claro, va a ser un largo rato si lo sigues guardando para ti, estoy segura que si lo hablas te vas a sentir mejor – dijo Emma

-que no quiero hablarlo! – Liam se levantó

-ah, te entiendo, pero…

-No! ¡No lo haces! – gruño Liam – debes de estar feliz de que se fue, no es así?

-no! No lo estoy – respondió Emma alzando la voz – ella también era mi mejor amiga

-de todas maneras, no es lo mismo – dijo Liam – no lo es… así que deja de preguntar, ya

-Liam, sé que no lo es, pero si me explicas puedo ayudarte – recalco Emma

-QUE NO! ¡NO QUIERO QUE ME AYUDES! ¡QUIERO QUE ME DEJES SOLO! – grito Liam

-No te quiero dejar solo! – respondió Emma – no entiendes que quiero ayudarte? Por qué eres mi amigo, y quiero verte bien

-déjame solo, ya! – sollozo Liam

-te dije que estaría contigo! ¡Y lo voy a cumplir! – Emma dio un pisotón

-Pues ya no quiero! – volvió a gritar Liam – no quiero que estés conmigo, solo te estorbaría, siempre lo hago!

-no me estorbas! – dijo Emma

-claro que sí, solo estás siendo amable – suspiro Liam y se dio la vuelta – terminé con el escreguto, llegaste tarde, así que hazte cargo

-no! ¡Vuelve aquí Liam Baker! – grito Emma, pero Liam siguió de largo, tomo sus cosas y se fue

El escreguto se puso inquieto, empezó a mover sus colas y le disparó fuego a Emma desde su aguijón, Emma cayó al suelo.