―Disfrutando de las vacaciones, ¿no es así?

Esa voz.

Lucifer se giró lentamente, no pensó escuchar de nuevo aquella voz, no cuando habían sido siglos desde la última vez que esa persona había dado signos de presencia.

―Tú… ―Lucifer alzó la cabeza y vio al hombre vestido con aquella sábana santa parado frente a ella. Caminó como si fuese su propia habitación y se sentó en la silla frente a ella.

Alzando los pies Archer se quedó viendo a Lucifer quien arrugó el rostro al ver como su tintero cayó y se derramó sobre varios documentos.

― ¿Qué haces aquí? ―la pregunta de la mujer fue seguida de un tarareo del hombre.

―No has cumplido con tu taza de almas este último milenio ―Lucifer se quedó quieta, casi consternada por tal acusación.

La ira vino en la mujer.

― ¡¿Crees saber administrar el infierno mejor de lo que puedo hacerlo?! ―Lucifer se puso de pie, su cabello se sacudió cuando giró alrededor del escritorio y se puso ante el hombre que sonreía casi deleitado por su situación.

― ¿No es por tu ineficiencia que Beelzebub intentó derrocarte? ―un golpe tan fuerte como se permitió salió de Lucifer.

El hombre cayó de la silla y fue contra una pared. La ira de Lucifer solo aumentó al ver cómo el hombre ante ella terminó sentado contra la pared incluso si había sido golpeado con fuerza.

― ¿Estoy en lo correcto entonces? ―Archer habló con calma a pesar de la acción de la albina ante él.

Los ojos rojos de Lucifer brillaron con furia unos segundos antes de chasquear la lengua y volver a sentarse.

―Hablas como si no hubieras tenido influencia en su decisión.

― ¿Acaso las decisiones no las tomamos nosotros?

― ¡Le llenaste la cabeza de ideas! ―Lucifer golpeó el escritorio con fuerza y vio al hombre con un odio renovado.

― ¿Lo hice?

Un estallido rojo golpeó.

Emiya sonrió ante el dolor.

―Ser empalado o destrozado no me detendrá.

Ahora la expresión de Lucifer fue de asco.

― ¿Qué eres?

―Un empleado más cumpliendo su trabajo ―Emiya alzó una mano y la llevó a su pecho, un hueco donde estaba su corazón lo dejó quieto―, no he venido a pelear de todas formas, vine como advertencia, controla el nivel de almas, este mundo no debe pasar de-

―Esos son los planes de Dios ―Lucifer siseó por lo bajo―, incluso si es así, ¿por qué seguirlo?, no olvides que soy "un hijo rebelde".

―Un hijo que desde su creación debió ser rebelde, no juzgo el poder de Dios, nunca lo haría, está por encima de mí jefe por así decirlo ―la sangre del pecho de Emiya comenzó a caer en el suelo manchándolo.

―Las almas y el mundo deben moverse a un ritmo marcado, deberías saberlo al ser la que guarda un balance en el infierno.

― ¿Por qué debería seguir las viejas tonterías? ―Lucifer suspiró antes de negar con la cabeza―, he modificado el infierno a un punto en el cual puede ejercerse mejor mí poder y controlarlo mejor.

―Una soberana en toda regla ―la sonrisa de Lucifer volvió cuando vio como Archer comenzó a caminar alrededor de la sala, incluso con el golpe dado seguía igual de molesto.

―Algo en lo que estamos de acuerdo.

La sonrisa de complacencia de Lucifer aumentó, dejó salir una leve risa y caminó hasta donde Archer estaba viendo.

Era una de las ventanas que daba hacia la ciudad principal.

―Tomó un poco de tiempo, pero logré administrar este lugar, ¿tortura más allá de simple gastos? ―Lucifer vio con deleite la ciudad―, he considerado las posibilidades, incluso ahora, después de la lucha de poder con Beel… no había previsto que algo así pudiera pasar, los poderes centralizados tienden a caer por la confianza en un solo aliado, nunca se sabe cuando este aliado podría estar en tú contra.

―Estás bastante habladora ahora.

― ¿No es lo que querías escuchar? ―Lucifer se sentó en el escritorio y cruzó las piernas, vio al hombre ante ella a esperas de alguna acción, pero no hubo nada―, ¿por qué crees que mí administración está incorrecta?

―Vives del exceso, ahora con los miles de años que han pasado puedes estar tranquila, pero a la larga no será nada más que una mala pasada para tú persona ―Archer dio unos pasos hacia la mujer antes de pararse frente a ella.

El rostro de ambos estuvo a unos centímetros ante el repentino acercamiento, ninguno retrocedió, incluso Lucifer sonrió en desafío.

― ¿Y tú me castigaras? ―era obviamente una amenaza por parte de la mujer hacia el hombre quien estaba viéndola en silencio.

Pasaron los segundos antes que Archer se girara y le diera la espalda a Lucifer.

―No, no seré yo, tú sola lo descubrirás, la próxima vez que me veas será la última vez que seas una reina ―Archer miró sobre el hombro a Lucifer quien frunció el ceño.

Pero antes de poder decir algo o refutar sobre lo mencionado, aquel hombre de tez bronceada se había ido sin la más mínima señal.

― ¿Qué eres?

Fue una pregunta para sí misma más que a alguien de forma particular.

Lucifer no se vio en su situación actual, sentada frente a una fuente con otros demonios femeninos comprando en el mundo humano. Fue extravagante para ella, el ver como incluso con el estatus de cada una ahora estaban viviendo tan… plácidamente como "humanas", todo gracias a un maníaco que fue al infierno mismo para buscarlas.

Una suave risa salió de Lucifer al momento de pensar en aquel idiota que vino a ofrecerle panqueques en el infierno de todos los lugares. Le gustó, era agradable y podía manejar a las demás sin problema, fue una buena compañía también.

Una vida tan lenta y tranquila como la que estaba viviendo ahora parecía casi un sueño irreal.

―No estás soñando.

Los ojos de Lucifer se abrieron y giró lentamente su rostro y vio a un hombre sentado a su lado. A diferencia de las veces que lo había visto haciendo "su trabajo" ahora vestía una camisa y pantalones negros, zapatos de vestir y un abrigo rojo que colgaba de los hombros.

―Archer…

―Me recuerdas.

―Han pasado milenios…

Lucifer recordó las palabras del hombre, recordaba cómo se veía y cómo actuaba, ahora viéndolo tan casual, tan… moderno, no parecía la misma cosa que había aparecido segando ciudades.

―Espero que recuerdes mis palabras.

― ¿No debería ser esa mí pregunta? ―Lucifer sonrió de lado y se acomodó en su asiento. Su camisa roja estaba algo suelta por haber salido y estado en movimiento durante el día.

―Mil años o un par de miles, no es más que un pestañeo.

―Ah, supongo que los tuyos probablemente están acostumbrados.

― ¿Los tuyos? ―Emiya tuvo un leve interés ahora por lo dicho―, ¿sabes quién soy?

―Un agente del orden, el que ordenes no es de mí interés, te recuerdo que representó el caos y la rebelión ―la sonrisa de confianza de Lucifer hizo que Emiya la viera unos segundos antes de sonreír un poco más suave que las otras veces.

No fue una sonrisa de burla al final.

―Te lo dije, si volvía a aparecer ante ti, tu título de reina se vería destruido.

― ¿Intentarás matarme? ―la risa de Lucifer hizo que los demás demonios, las mujeres que estaban alrededor miraran y vieran como ahí estaba, la reina del infierno riendo de manera amena junto a un hombre desconocido.

―No, no seré yo, tampoco algún enviado externo ―Archer alzó ambas manos a modo de rendición.

―Solo deberías decir que no tienes el poder para tomar mí cabeza.

La sonrisa del hombre se ensanchó ante aquellas palabras de Lucifer.

―Cree lo que quieras creer ―Archer suspiró cuando vio como el demonio guardián del infierno, cerbero, ahora como tres jóvenes demonios de cabello blanco paradas ante él que lo veían con curiosidad.

― ¿Es un amigo tuyo? ―No fue ninguna de las tres quien habló. Una nueva recién llegada fue quien dirigió las palabras. A diferencia de los demonios, esta tenía un cabello negro corto y una sonrisa nerviosa.

―Un ángel ―Archer comentó sonriendo al recién llegado.

― ¿Preferencias?

―Para nada, la rectitud es algo que empaña el pensar, pero este parece ser uno particular.

Azazel fue quien había dado un paso al frente, el ángel que había sido tomado en el infierno. Lucifer la miró unos segundos antes de suspirar.

―Al menos estamos de acuerdo en algo ―la rectitud de la que habló Archer fue una molestia verdadera para ella.

Estaba mucho más cómoda con su estilo de vida y la forma en la que estaba viviendo su día a día en estos momentos.

―Bien, en todo caso, solo quiero decirlo, tú cuota se atrasó ―Archer se giró a ver una vez a Lucifer quien rechistó la lengua en molestia.

― ¿No es suficiente los eventos de este mundo?, hubo más casos de apocalipsis que en la propia ciencia ficción, el que aún exista la humanidad es un milagro en sí.

Archer no cambió su expresión de la sonriente, algo que llamó la atención de Lucifer, fue una mirada y una expresión en los labios como si quisiera decir algo, pero lo guardó.

¿Había estado involucrado el hombre en los eventos?, la pregunta nació en la cabeza de Lucifer.

―Me temo que la mayor parte de esos eventos son culpa tuya ―Lucifer parpadeó varias veces ante el comentario de Archer.

― ¿Mí culpa?

―No actúes ofendida, he venido a advertirte en reiteradas ocasiones, piensa, ¿crees que aparezco por preferencia para exigir almas humanas?

La pregunta nunca pasó por la cabeza de Lucifer, más cuando el hombre a su lado parecía bastante ajeno a todo lo relacionado a lo "humano" o la vida de estos, mostrando cero respeto al hombre o a la vida misma.

Solo lo había visto matar una y otra vez, nunca se preguntó de la razón detrás de las acciones del hombre.

― ¿Prefieres a los humanos vivos? ―la pregunta fue con genuina curiosidad. Archer alzó una ceja y miró a Lucifer a los ojos. Ambos se habían inclinado para verse mejor frente a frente.

― ¿Qué?

―Vamos, hablas de la muerte y de las almas, vienes y máscaras una ciudad, un pueblo o un asentamiento, me dejas el trabajo y te vas, pensé que mataban por diversión.

Silencio.

La mirada del hombre dada a Lucifer fue simple, no hubo reacción o cambio en el rostro de Archer, fue como ver a una persona quedarse cargando o pensando con profundidad lo que diría a continuación.

―Bien… ―Archer juntó ambas manos y cerró los ojos―, supongo que intentar ser más amable cómo he prometido no funciona.

Una mano subió al rostro de Archer antes de dar un fuerte suspiro de cansancio.

― ¿Estabas siendo amable? ―Lucifer realmente tenía dudas de que el hombre a su lado tomaba como amable.

―Ya sabes, incluso si eres tú, si fuese antes de ciertos eventos, te hubiera decapitado en este lugar y acelerado la historia ―Archer miró de reojo a Lucifer quien parpadeó sorprendida una vez más antes de bufar.

―No puedes matarme soy-

―No eres necesaria, tú periodo de utilidad terminó en el momento en que la conversación inició, ya no eres la reina, resignate, este mundo tendrá una reina más eficiente, claro, por culpa de tú ineficiencia.

―Pareces mucho más hablador y arrogante a comparación de las otras ocasiones ―la sonrisa de Lucifer fue una que no fue fiel al tono que dio.

Estaba molesta.

―Volveré para ver el día en que supliques de rodillas para tú salvación, quizá pase de visita, tengo que limpiar todo el desorden que has hecho por milenios.

El mal humor del hombre hizo que Lucifer dejará su molestia de lado para verlo unos momentos como si quisiera comprender a qué quería llegar.

― ¿Limpiar?

―Oh, divagaciones mías, eres una buena oyente más que una reina deberías ser una confidente ―la risa seca de Archer molestó a Lucifer.

―Explica.

―Bueno… me has entretenido, un poco de iluminación no estaría mal ―Archer miró al frente los demonios ante él y los humanos pasando sin cesar en la plaza.

―Entonces…

―Al no cumplir con tú cuota de almas, los desastres naturales no pararon de aparecer y eventos de extinción cayeron, ¿por qué piensas que este lugar tuvo tantos de ellos?, es el mundo mismo intentando hacer tú trabajo.

Lucifer estaba quieta, con los ojos abiertos y la boca entreabierta.

Fue una revelación y una pieza para completar el rompecabezas del porqué pareciera que este mundo había sido abandonado por Dios mismo.

¿Incumplimiento?

―No eres una reina, Beelzebub hubiera sido una persona más agradable para tratar que tú, al menos ella tenía un mínimo de sentido de la responsabilidad ―Archer se cruzó de brazos, apoyó su espalda en el respaldo del asiento y miró al cielo.

― ¿Es por eso que intentas hacer que ella se rebele?

―El no verla aquí es porque lo hizo.

―Lo sabes.

―Sí.

― ¿Esto es decisión propia o de tú jefe? ―Lucifer tuvo curiosidad genuina. No podía matar al hombre a su lado ya que volvería de todos modos, al menos sacaría información.

Incluso si no creyera al completo las palabras del hombre.

―En mí trabajo no hay decisiones propias ―Archer miró a Lucifer de reojo una vez más―. Si Beelzebub falló en convertirse en reina solo significa que ambas eran incompetentes en sus propios principios.

―…

― ¿No dirás nada?, sabes, de entre todos los tú que conozco, los que ostentan tú título, eres uno de los más perezosos.

―Suficiente ―un tono ordenante, Lucifer se puso de y apuntó al hombre sentado con un dedo―, he escuchado suficiente de las tonterías que has dicho, no me importa de donde has venido o si seguirás molestando, no escucharé más las tonterías que salen de tú boca.

Archer la miró. Lucifer vio aquella mirada en el rostro del hombre, una aburrida y que solo mostraba cansancio.

―Llegará el día que estés de rodillas, llorando y abrazando mis pies, pidiendo volver a ser la reina falsa que fuiste para-

Una luz roja salió del dedo de Lucifer, la mayoría se giró a ver el escenario, la fuente tras el asiento en donde había estado sentado Archer había desaparecido sin dejar el mínimo rastro, solo quedando un agujero que parecía haber sido arrancado del lugar.

―No tengo porque escuchar las palabras de un ser asqueroso cómo tú.

Un año.

Lucifer había estado impaciente desde aquella última visita de esa cosa, cosa fue el término que empezó a emplear para ese hombre que llegaba sin más.

El mismo día que apareció, hubo reportes de un grupo de humanos que no estaban en la lista que había caído al infierno sin razón aparente, fue extraño y a la vez algo que fácilmente pudo identificar como eventos de clase "A" que solo ella conocía.

― ¿Puedes decirme sobre la desaparición de esta ciudad? ―Lucifer quien había estado sentada viendo la televisión escuchó una voz a su lado.

Azazel estaba con un libro en su mano y una sonrisa tonta esperando que ella de una respuesta.

―Es algo que el cielo también registra, puedes verlo allí.

―No tengo acceso ―la sonrisa temblante fue dada con una pequeña risa nerviosa―, los reportes solo mencionan tú aparición y la de Miguel en el momento, no hay nada más allá, tengo curiosidad, ¿por qué esa ciudad?

Lucifer miró en silencio a Azazel antes de volver sus ojos al televisor.

―No es nada especial, solo una invocación que salió mal ―una mentira obvia para Lucifer, pero para Azazel fue una recompensa. La mujer de pelo negro sacó una agenda y comenzó a tomar notas con detalle.

― ¿A quién deseaban invocar?

Lucifer miró el nombre de la ciudad y quienes habían estado presente en aquel momento.

Un pequeño pinchazo llegó a su pecho al recordar a Beelzebub quien había caído en las palabras de Archer de traicionarla.

―Un demonio que ya no está presente, no te preocupes por los detalles, después de eso, ese demonio generó otros incidentes similares, así que nos encargamos de él.

Lucifer se sintió extraña.

Como si decir algo sobre la existencia de Archer fuese un peligro para ella.

¿Por qué?

―Oh, ¿es esa la antigua reina de las moscas? ―Lucifer frunció el ceño y miró a Azazel a los ojos quien retrocedió con una sonrisa temblante―, no tienes… que responder, claro… si no quieres…

―…

―Bueno… ―Azazel estaba jugando con sus dedos y riendo intentando esquivar la mirada de Lucifer.

―Eso es todo, si ves incidentes parecidos, entonces solo ha sido ella en el pasado.

―Pero…

Lucifer hizo un bufido. Azazel retrocedió y se cubrió con su anotador con miedo.

―Pero ¿qué? ―Lucifer se estaba cansando de responder a las preguntas de Azazel.

― ¿No hubo incidentes parecidos en los últimos mil años?, pensé que si ella fue sellada entonces…

―No es la única demonio que causa problemas ―Lucifer se puso de pie y tomó el plato de panqueques sucio que estaba frente a ella en la mesa de la sala.

―Bien, bien ―Azazel respondió rápidamente y dejó camino libre a Lucifer para que se fuera.

Desde que todos habían comenzando a vivir con aquel hombre que las sacó del infierno, la vida había sido bastante tranquila, solo unas pocas discusiones momentáneas, pero no había real que generase un problema mayor.

Estaban en paz en cierta forma gracias al hombre. Lucifer no pudo evitar ocultar una sonrisa floreciente al pensar en el idiota una vez más. Con el tiempo empezó a tomar bastante cariño, más del que ella quería darse crédito.

Llegó a la cocina donde tarareando con buen humor renovado abrió el refrigerador para ver un plano con panqueques que se había preparado con anterioridad. La sonrisa de la albina no pudo contenerse antes de bajar los cubiertos sucios y tomar un tenedor.

Comería desde el plato donde estaban los demás panqueques.

―Bastante desagradable.

Lucifer alzó la cabeza con rapidez solo para golpearse contra la parte superior del refrigerador ante ella, tiró el plato de panqueques junto con algunas cosas más.

Rápidamente se volteó y vio a ese sujeto una vez más.

―Tú…

―No hay nadie en casa, por cierto, bonita casa, ¿es aquí donde juegas a la casita con el humano?

Ahí estaba Archer, con una manzana en mano sentado sobre una de las mesadas con una sonrisa arrogante como siempre.

―Azazel estaba aquí.

― ¿El ángel? ―Archer alzó una ceja antes de morder la manzana―, salió antes de que fuera convocado.

― ¿Otra vez?

― ¿Sorprendida de la continuidad de mí presencia?, tú culpa, pensé que mi advertencia te haría tomar en serio tú trabajo de reina del infierno, pero solo estás aquí, holgazaneando y engordando.

El rostro de Lucifer se puso rojo ante aquel reclamo. Miró abajo y efectivamente el broche de su pantalón estaba sin cerrar y su camisa roja desabrochada en la parte baja del abdomen.

― ¡No estoy engordando! ―el grito de Lucifer sacó una suave risa de Emiya.

―Tantos dulces te harán mal ―moviendo una mano a su lado, Archer lanzó algo a Lucifer, la mujer tomó lo arrojado y vio una manzana.

― ¿Qué?

―Oh, no te equivoques, puede que seas hermosa y todo lo que quieras agregar a ello, tú cuerpo solo está un poco más blando, pero-

― ¡Cállate! ―la manzana fue arrojada al pecho del hombre quien sonrió de lado antes de comer su propia manzana una vez más.

―Admiro tú belleza, aunque es algo normal de los demonios ser así ―Lucifer entrecerró los ojos, la mirada no se apartó de Archer.

― ¿Qué hiciste?

―Nada, un grupo de terroristas, una decena a lo mucho.

―…

― ¿No me crees?, mí trabajo usualmente es así, el hecho que tenga excepciones por culpa de holgazanes adorables no es mí culpa.

― ¿Por qué me das cumplidos? ―Lucifer vio la sonrisa creciente del hombre.

― ¿Está mal?

Había algo ahí, más que una forma de halagar, era como si quisiera burlarse de ella por el hecho de que era "hermosa" más que nada.

― ¿A quién has matado para adularme?

―Oh, no te preocupes, el humano con el que juegas-

―No se te ocurra tocarlo ―los ojos de Lucifer brillaron, un brillo que a diferencia de cada ocasión en la que amenazó.

Mostró una ira real.

―No tengo permitido tocarlo de cualquier forma ―Lucifer no creyó en nada, Archer mentía, incluso más que un demonio.

Si pudiera dar un sinónimo a los estereotipos de los demonios que los humanos creían, entonces pondría a la persona frente a ella sin dudarlo.

― ¿Qué ha pasado? ―Lucifer se resignó y solo preguntó aquello. Caminó hasta una de las sillas de la mesa de la cocina y se sentó. Al momento de que ella hizo eso, Archer se puso de pie y fue por artículos de limpieza en silencio.

―Nada realmente grande, me han dado tiempo una vez más para ver tú avance.

― ¿No es Dios quien juzga mis acciones?

―Dios, tú padre, es solo una fracción de su yo real en este momento, si bien mí jefa está para trabajar bajo tú padre, a veces me dan ciertas… libertades.

Lucifer vio al hombre limpiar.

Eficiente.

Muy eficientemente.

Antes de poder seguir la conversación el desorden se había ido.

―Bueno… eres sorprendentemente bueno en la limpieza, aunque por lo que clamas no es raro.

―Lo tomaré como un cumplido ―un brillo azul cubrió el cuerpo del hombre, la armadura pasó a una camisa negra remangada junto con un delantal gris en su frente.

― ¿Qué haces?

―Podré cocinar después de mucho, no eres un invitado o un cliente al cual desearía cocinar, pero no eres especialmente desagradable ―Archer se paseó por la cocina como si conociera en donde estaba cada ingrediente.

― ¿Qué haces?

―Me siento mal por la comida desperdiciada ―Lucifer alzó una ceja y miró con asco hacia Archer.

― ¿Puedes matar humanos en masa y te podes a llorar por la leche derramada? ―usualmente la expresión se usaba para situaciones de forma metafórica.

Lucifer no pensó en usar aquella expresión en el sentido literal de la palabra.

―Bien, la comida es un recurso limitado ―la expresión de Lucifer se deformó aún más.

―Eres… ¿amable? ―Lucifer no pudo evitar extrañarse. ¿Cómo no?

Hasta ahora todo lo que había aprendido del hombre, fue en frente de una pila de cadáveres y clamando que su accionar había sido en contra su voluntad.

―Se me ha dado la posibilidad de cocinar por breve que sea cocinaré algo.

―… ―no hubo palabras a buenas primeras, el rostro del hombre ante ella estaba mucho más relajado, no había esa misma animosidad y constante molestia por el mero hecho de tener que interactuar con alguien como había sido en el pasado―. ¿Sucedió algo bueno?

No fue una pregunta que pudo evitar, incluso si Archer se negaba a responder, ya sabría que la respuesta por consiguiente era un claro sí.

―Nada realmente para nombrar, y no me consideraría amable.

―Bien, lo que sea, pareces acostumbrado, pero por lo que has dicho con anterioridad, mí caso es una excepción ―Lucifer estuvo en duda―, ¿por qué?

―Potencial, no, no suelo tratar ni de cerca ni de lejos con los Dioses, bueno, no usualmente, solo cuando la arruinan de tal manera, este mundo al tener un reverso dañado y no dejar la era del hombre en su totalidad es un mundo, no son acciones que estén en control total de tú parte de todos modos.

― ¿Reverso?, hablas de la frontera de los dioses, ¿no?

―Oh, al menos pueden comprenderlo.

―Tú…

―No me ves así, no soy quien hace las reglas.

― ¿Y solo haces tú trabajo? ―un bufido salió de Lucifer. La mujer de cabello blanco recostó su cabeza en la mesa que tenía enfrente y dejó al hombre cocinar.

―No por gusto, deberías ver los contratos antes de firmarlos.

― ¿Le dices eso al diablo?

La risa de Emiya fue compartida con la de Lucifer, fue un momento extraño en el que ninguno de los dos intentó matarse o insultarse. De un lado Lucifer no tenía ganas de líder con lo molesto que era Emiya, por otro lado, Emiya estaba bastante tranquilo cocinando.

El silencio abundó en la cocina. Lucifer no dijo nada cuando comenzó a oler los panqueques siendo cocinados, un buen olor, uno más rico y fuerte de lo que usualmente podía lograr.

― ¿Eres alguna especie de cocinero?, por tu porte diría que eres un mayordomo o algo por el estilo.

―Quien sabe, solo hago esto para matar el tiempo, puede que sea lo mismo que has hecho tú todo este tiempo, matar el tiempo sin más.

Lucifer gruñó y levantó su cabeza para ver a Archer cocinando.

― ¿Otra vez eso?, ¿por cuánto tiempo estarás mencionando eso?, tú advertencia fue en vano cuando aún sigo aquí y siendo reconocida como la reina.

―He dicho que no necesariamente cuando nos volviéramos a ver, pero sí cuando nos encontremos, tú ruina ya fue marcada desde el momento en que dejaste todo de lado.

―Hablas de mis responsabilidades de esto y lo otro, pero nunca fuiste claro, al momento en que mencionaste que me quedé sin tiempo es que hablaste de las almas y el mundo matando humanos.

―Porque fue ese el mayor problema de inicio a fin ―la pila de panqués estaba en un plato, Lucifer los vio y tentó en probarlos. Archer por otro lado estaba preparando algún tipo de salsa de chocolate de manera artesanal.

¿Sabrá mejor que simplemente con la comercial?, Lucifer tragó la saliva que había estado formándose en su boca.

―Aún no está listo.

Lucifer gruñó y volvió a recostar su cabeza en la mesa. Ser regañada como una niña pequeña fue un golpe a su orgullo, pero al ver tal obra ante sus ojos lo dejó pasar.

―Bien, bien, lo que sea ―cerrando los ojos pensó en que otra cosa preguntar―, ¿Tienes descansos?, cuando vienes aquí parece que te sobra tiempo.

―El tiempo es algo que siempre sobra ―la risa al final de aquella respuesta hizo que Lucifer abriera un ojo y ver al hombre de espaldas―. No te preocupes, lo entenderás con el "tiempo".

―Aún con los comentarios fatalistas.

―Para ti son fatalistas, no tengo nada que ver con tú pobre toma de decisiones, por tú ineptitud el mundo debe crear una respuesta a una reina que no es funcional.

― ¡¿Quién te crees para juzgarme?!

Se puso de pie y caminó hasta Archer para tomarlo del cuello de la camisa, diferente de la vestimenta usual, solo porque el hombre estaba cocinando.

―Lo he dicho antes, yo no pongo las reglas, y yo no soy el juzgado o quien sentencia, solo soy ejerce el castigo.

Archer alzó una mano y tomó la de Lucifer con cuidado. La mujer al instante separó la mano que estaba siendo sujetada y retrocedió unos pasos. Momento en el que Archer volvió a preparar la salsa de chocolate en la que estaba trabajando.

―Si no eres nadie deberías actuar como alguien así, ¿por qué sigues aquí en ese caso?

―Tú presencia me da tiempo para estar en este mundo ―Lucifer parpadeó, confundida y sin entender―. Puede que seas… no la más apta, pero tú origen sigue siendo el del ángel amado y el ángel caído que alguna vez fue el más amado por Dios.

―…

― ¿Es un tema sensible?

―No hables de eso y solo responde, ¿cómo?

―El contrato en el que estoy ligado me impide salir, pero no necesito salir, desprendes suficiente energía para afectar mi estadía general en este mundo, tengo curiosidad si es así con los de tú tipo.

― ¿No lo has probado antes?

―No tengo el poder para oponerse a alguien del rango del título de "Lucifer", por supuesto que no obtengo un trabajo cercano a este.

― ¿Me estás insultando?

―Te estoy alabando, el mero hecho que el origen que posees sea igualmente fuerte al del original da por hecho tu potencial, pero el mundo estando en forma intermedia limita el poder de cada ser.

―Un momento… ―Lucifer alzó una mano y esperó a que Archer se detuviera―, ¿me he vuelto más débil por culpa del mundo?

―En cierta forma es tú culpa.

―…

Lucifer suspiró y se reclinó en la mesada a su lado, al haberse puesto de pie y caminar hacia Archer aún estaba al lado de este. Alzó una mano y se masajeó la frente.

―Beelzebub debió ser la gobernante, pero al haber sido derrotada por ese demonio, Justice, quedó en nada más que un intermedio, el vacío de poder hizo que pierdas más de lo que creerías.

― ¿Estás diciendo que Beel pudo haber derrotado en combate individual? ―Lucifer entrecerró los ojos, miró a Emiya por encima de su mano a esperas de la respuesta.

―Sí, el hecho que Justice ganara no la convierte en la más fuerte de igual manera, ahora que está ciega es incluso más débil, no es ni una fracción de lo que fue en el pasado.

―Lo sé, sé que ella está así por mí culpa…

― ¿Culpa? ―Archer levantó la cabeza de su preparado y miró a Lucifer a los ojos.

Ojos que mostraban cómo el hombre se había divertido con lo que había escuchado.

― ¿Qué?

Ante la pregunta de Lucifer Archer se rió por completo de lo ella. El rostro de Lucifer se puso rojo ante la ira contenida, algo característico de ella, la misma albina lo sabía, como Archer estaba parecía haber incluso descubierto eso en su pequeña charla.

―No, es solo… hilarante, el ángel de la rebelión, quien se profesa que posee una maldad inconmensurable, el ángel caído de la gracia de Dios por sus acciones… ¿sintiendo culpa?

―…

―Lo siento… ―Archer negó para sí y volvió hacia el preparado―, de cierta forma, es lo que te hace quién eres.

―Ríete lo que quieras, Justice fue leal incluso cuando pudo oponerse.

―Sí, una reina falsa y su confidente, puedo ver como el futuro será brillante.

― ¡Soy la reina del infierno! ―era obvio la molestia mostrada en Lucifer con solo la mención de la duda de su título. Nadie parecía respetarla por mucho que lo intentara.

―Por supuesto.

― ¡No hables como si estuvieras consolandome! ―el dedo de Lucifer apuntó hacia Archer de manera acusatoria.

No hizo nada para lastimarlo porque sabía que solo haría que el hombre se fuera de manera momentánea antes de que regrese de un momento a otro.

―Por supuesto, eres la gran reina del infierno.

―…

¿Por qué nadie podía respetarla?

Lucifer estaba sentada en el sofá de la sala en la casa de aquel que había ido al infierno por demonios. Pensó que la motivación de este por un harem sería algo mucho más profundo que un simple deseo banal.

Había sido un buen tiempo de descanso, se había encariñado con ese humano y parecía que de verdad les importaba.

¿Entonces cómo es que terminó yendo al vacío para estar con Beelzebub quien había sido desterrada?

No pudo creerlo cuando se enteró, el portal que se abrió, no le dio una importancia real cuando este estuvo en su propia casa, pero fue posterior a la invocación del portal que el humano había ingresado en el vacío a voluntad.

¿Cómo se atrevió a hacer algo así?

Estaba furiosa, pero más que enojada, Lucifer se sintió traicionada. No esperó aquel desenlace, no cuando había tanto para el humano, ¿por qué una vez más Beelzebub se llevó el foco de todo?

Fue como si ella fuese la que debería ser la protagonista y no ella.

Lucifer golpeó con fuerza el muro que estaba a su lado. El ladrillo cayó sin más cuando el impacto se dio, la pared revocada ahora estaba con un agujero en medio.

Ella no podía entender, ¿por qué solo Beelzebub era quien era llamada y reconocida?

Ahora entendía mejor lo que Archer quería lograr, no fue una revolución fallida de Beelzebub, incluso si antes lo hubiera procesado, ella lo negó.

Se negó a aceptar que el mundo fue puesto para Beelzebub y no para ella.

―Maldita… ―ira contenida de parte de Lucifer cuando quedó viendo su puño y el agujero.

Tendría que mandar cerrar el agujero una vez que todo terminara, ahora lo importante era buscar a ese humano y traerlo de vuelta.

¿Cómo se atrevió a abandonar a todas las demonios que fue a buscar en el mismo infierno solo por una?

―Oh, ¿sucedió algo? ―Lucifer alzó la cabeza y lo vio.

Azazel estaba riendo vagamente mientras que veía a Lucifer con una cara de molestia general y la mano aún en la pared. Lucifer retiró su mano lentamente y dio un suave suspiro.

Observó las facciones de Azazel y sonrió.

El ángel frente a ella había caído bastante, con el color de pelo con un tinte casi gris oscuro a comparación del pelo negro puro que alguna vez había poseído.

―No me gustan los insectos, solo me sorprendí ―la sonrisa compasiva de Lucifer fue eso para Azazel, una de amistad y una que mostraba comprensión, pero en realidad Lucifer no es que estuviera feliz de ver a Azazel, ella estaba feliz con el hecho de poder ver a un ángel caer después de mucho tiempo.

Pronto los cuernos comenzarían a salirse en la frente de Azazel.

No podía evitar reírse de ella.

―Eh, es así ―Azazel se rió nerviosamente unos segundos antes de meter una mano dentro del bolsillo del traje blanco que llevaba. Lucifer vio atentamente como la mujer sacó una carta―. La encontré en el buzón y era para ti.

Lucifer extendió la mano y tomó la carta.

Fue raro en cierta forma, como esta parecía haber sido arrugada como si se hubiera intentado…

― ¿La intentaste abrir? ―Azazel se congeló brevemente y volvió a reír ante ese reclamo repentino.

Azazel tenía curiosidad. No era frecuente por decir que no había ningún registro de Lucifer recibiendo una carta, mucho más cuando la propia reina usaba los aparatos electrónicos humanos.

Una forma tan arcaica de mandar un mensaje solo podía significar que había sido enviado del propio infierno.

¿Cómo no podría saciar su curiosidad sin ver el contenido de esa carta?

El problema radica cuando intentó abrirlo.

Ella se consideraba realmente buena en la magia demoníaca y las runas de estos, había estado aprendiendo por mucho tiempo cada pequeño detalle y costumbre de los demonios, fue una pasión que la llevó a poder comprender inclusive mejor que los propios demonios la magia y su escritura.

Fue por eso que sintió que algo no iba bien cuando no pudo leer en absoluto lo que estaba escrito las runas que evitaban que la carta se abriera.

El único significado que podía entender fue el remitente, "Archer" fue quien había enviado aquella carta.

La curiosidad le quemó al no poder abrir la carta, lo único obvio en la inscripción que había en la carta era que el contenido sería comprometido una vez que alguien que no fuese el receptor, Lucifer, abriera la carta.

― ¿Qué demonios quiere este bastardo? ―la curiosidad de Azazel se disparó cuando vio como Lucifer puso una cara de cansancio al momento de ver el nombre del remitente.

No abrió la carta a pesar de que se notaba el ansia por ver que había dentro.

― ¿Puedo preguntar quien es? ―Azazel tuvo que controlar su comportamiento, evitó lamerse los labios y sacar su libreta para tomar nota.

Aquello con la esperanza que Lucifer diera una respuesta.

"Archer" un nombre indicativo que debía ser un arquero por obvia razón, pero de ahí a saber quién era fue difícil, hubo muchos demonios que tenían como arma un arco, fue evidente el alias.

Quería conocer a ese tal Archer que causó que Lucifer se contorsionaba de la forma en la que lo hacía con solo ver su nombre.

―Es solo un bastardo más ―Lucifer no respondió, dio media vuelta sobre sus talones y comenzó a alejarse. La carta en sus manos para asombro de Azazel fue quemada al instante sin siquiera leerla.

La abrumadora curiosidad quedó estancada cuando vio aquel suceso, no fue lo que esperó, pensó que la guardaría para leerlo en otro momento.

¿Pero simplemente quemar una carta tan fuertemente codificada y restarle importancia?

― ¿Está eso bien? ―Azazel levantó ahora su libreta de apuntes y un lápiz anotando lo que acaba de suceder.

Quería saber quién era este Archer para lograr una reacción así de Lucifer.

―No importa ―una respuesta tajante y casi sin ganas. Muy diferente a la arrogante y orgullosa mujer que solía hablar despreciando a los demás.

Azazel solo pudo anotar con vehemencia y asentir con la cabeza.

Lucifer miró de reojo a Azazel antes de seguir caminando hacia su habitación. Los pensamientos de la reina del infierno iban en la dirección de la advertencia de Archer hace tiempo.

Que tenga cuidado con "un ángel", al principio fue reacia con Azazel por las palabras de Archer, pero en momentos como estos, no quería saber nada de lo que Archer quería.

Escuchar las palabras de ese hombre solo generó eventos desdichados para ella, por eso quemó la carta, si evitaba hacer un movimiento acorde a lo que Archer deseó, entonces la situación que podría comprometerse no pasaría.

Quizá si hubiera dejado de lado al hombre desde el minuto uno Beelzebub estaría aún con ella, Justice no perdería la vista y ese humano… no se hubiera ido de su lado.

Archer mencionó que trabajó para Dios, pero al mismo tiempo no trabajó para él, que su empleador era algo así como un servicio al cliente de este.

¿Qué demonios le pasaba para hablar tan a medias?

Azazel no representaba un peligro para nadie. Lucifer dejó escapar un suspiro y comenzó a subir las escaleras a su cuarto.

Cuando estaba por llegar a su habitación se detuvo con la mano en el pomo de la puerta.

Una extraña presencia estaba dentro de su habitación.

Con cuidado abrió la puerta y lo vio.

Archer sentado con una sonrisa de triunfo como si supiera que llegaría en el momento exacto. Aquel bastardo estaba sentado en la cama que era perteneciente a ella como si fuese propia de él.

― ¿No era necesaria la carta al final?

―Oh, no la leíste, acerté una vez más ―Lucifer cambió a una expresión de molestia, pero poco después sonrió.

―Habías dicho que me verías de rodillas rogante por ayuda, pero solo veo a un idiota que no sabe lo que es traspasar límites.

―Lo harás, eventualmente, he limpiado a un grupo terrorista una vez más, deberías controlar a los demonios.

― ¿Ahora es mí culpa que los humanos se maten entre ellos sin razón?, digo, no he interferido con nadie ―Lucifer cerró la puerta con el cerrojo y esperó.

Archer se puso de pie, caminó hasta ponerse frente a ella, colocando una mano tras la puerta y acercando su rostro.

Lucifer se dejó estar, no es que a ella le importara.

Matar o lastimar a la persona frente a ella no le daba ningún alivio porque parecía no sentir dolor.

―El humano que te ha sacado del infierno, trajo consigo a otros demonios, por culpa de eso, la interacción directa fue algo que no debía seguir ―una cara seria y un tono de reproche.

― ¿Me estás sermoneando?

Una risa salió de Lucifer ante el evento tan sinsentido.

―No, te estoy recordando que mientras sigas en el puesto de reina debes atender las necesidades.

―Creí que no me considerabas una reina.

―No lo eres, nunca lo fuiste ―Archer se alejó para sentarse en una de las sillas de la habitación, fue la que estaba frente a un espejo donde se preparaba.

Archer movió una mano pidiendo que tome asiento en la cama. Lucifer rechistó, pero no vio problema con ello.

Estaba cansada de todos modos.

Extrañaba a ese humano que había llegado a su lado…

―Bien, como no has leído lo que mandé con tanto aprecio, debo decir que no hay razón para decir el contenido.

Lucifer alzó una ceja, pero suspiró con diversión poco después cerrando los ojos y alzando ambas manos en signo de mostrar poca importancia.

― ¿Importan tus palabras?, tus predicciones no son nada si no las escuchas, no caeré en lo mismo que Beel.

― ¿Aún llamándola con cariño?

―…

―Oh, no me mires así, solo digo que es raro que aún la recuerdes bien, y por sobre todo… aún la aprecies siendo que cierta persona fue por ella.

Lucifer abrió los ojos y tomó a Archer por el abrigo rojo que llevaba.

― ¡¿Fuiste tú también?! ―la ira creció.

No le importó gritar.

Lucifer ahora comprendió.

―No hice nada, solo dejé pequeñas señales como abrir el portal, ¿no es culpa del humano el cómo lo utilizó?

Un golpe fue dado al rostro de Archer. El hombre se rió ante eso, no fue un golpe potenciado ni nada por el estilo.

Fue el simple golpe de alguien lleno de rabia e ira hacia él.

― ¡Siempre es tú culpa! ―Lucifer se levantó y se sentó sobre Archer quien estaba en el suelo al haber sido golpeado―. ¡Siempre interfirieres y tratas a los demás cómo juguetes!

― ¿No es divertido eso viniendo del propio diablo?

― ¿Te crees intocable? ―Lucifer miró con los ojos en rendijas a Archer, el hombre sonrió aún más. Algo antinatural, incluso Lucifer pudo decir que no fue a fusto esa reacción.

Pero no retrocedió.

―Estás buscando algo.

― ¿Quién sabe~?

Archer se burlaba de la mujer quien estaba con el rostro rojo lleno de furia, el leve atisbo de lágrimas tomó presencia.

―Juegas con los que me rodeas, pero me dejas saber todo lo que pasa, ¿qué quieres de mí?

Aquella última pregunta hizo que Lucifer sintiera una reacción por todo su cuerpo.

¿Qué fue eso?

¿Miedo?

¿Ella?

No, no era posible por el mero hecho que no había una amenaza, Archer no podía lastimarla, si pudiera no la molestaría o arruinaría la vida de todos a quien la rodeaban.

¿Qué fue lo que sintió?

―Cuando ruegues el hacer lo que sea, te esperaré…

Como un eco a lo lejos, Lucifer cayó al suelo cuando el hombre dejó de "existir" una vez más dentro de este mundo.

Las manos de la albina estaban quietas.

Lo odiaba.

Fue culpa de ese bastardo que todas las personas a su alrededor salieran o perdieran algo.

¿Por qué?

―Rogar… nunca le he rogado a nadie ―Lucifer se puso de pie y apretó el puño derecho antes de levantarlo.

Antes de golpear lo que estaba a su lado se detuvo.

Nada resolvería lo que había causado aquella persona.

―Tú serás quien ruegue la próxima vez que nos veamos.

Lucifer bajó ambas manos y miró la foto que había sido tomada.

El humano que llegó al infierno para sacarla y ella, ambos posando sonrientes, nunca le admitiría a ese tonto humano que lo quería de verdad o de verdad le gustó estar a su lado.

Pero el cómo se había alejado y la razón de esto…

Lo odiaba.

Odiaba a Archer quien parecía disfrutar de sus acciones.

Ella pudo actuar arrogante, pero siempre fue firme en su forma de vivir de no caer ante el juego de los demás, su orgullo lo decía.

Ambos fueron pecados que la caracterizó.

Y no lo dejaría ir por un bastardo que creía poder jugar con ella.

Sería Archer quien pierda los estribos la próxima vez.

Ella lo esperaría.

Para el momento de devolverle todo lo que le había hecho.

Y poder reírse a costa de aquel hombre.

Y bueno, mejor tarde que nunca, recuerden dejar su voto si les gustó la historia, compartir y esas cosas para que sea más visible la historia.

Pueden apoyarme en mi patr on si gustan, esto es mera voluntad obviamente. Estoy pensando habilitar para dejar a elección de los mecenas las próximas actualizaciones, para tener más formal mí horario y dar un beneficio para quienes me apoyan.

Intentaré no tardar demasiado para la siguiente actualización.

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Rey de picas fuera