Los rayos del sol entraban por la ventana. Para la gente normal, era un simple día más de vacaciones, probablemente estarían todos en cama, durmiendo plácidamente, despreocupados de sus ocupadas vidas rutinarias. En una habitación, de una casa común y corriente, en una zona residencial común y corriente de Londres, en Maide Vale, un chico dormía plácidamente, después de levantarse muy temprano y volver a la cama. No quería levantarse, quería dormir un poco más, eran vacaciones, al fin y al cabo. Pero, después de media hora, se levantó, se talló los ojos y paso sus dedos por su castaño pelo lacio. Vio su teléfono, que estaba al lado, en su mesita de noche: 10:37 AM, miércoles, 10 de julio. Sabía el significado de ese día, probablemente festejaría, pero no quería pensar en eso todavía, quería dormir. Pero la puerta de su habitación se abrió violentamente, ahí, una chica alta, rubia pálida y muy sonriente lo miraba.
-FELIZ CUMPLEAÑOS LIAM! – grito la chica y se abalanzo a abrazar a el chico
-Ay! Gracias, gracias Raine, gracias, pero me estás… me estás ahogando, ¡ah! – se quejaba el chico tratando de quitarse a la chica de encima
Liam Baker, era el nombre de aquel chico. Alguien sencillo, amable y alegre. Tenía el pelo castaño avellana, largo y lacio, con un copete que le tapaba constantemente el ojo izquierdo. Y aquella chica era Raine Fisher, un año mayor que él, a partir de ese día, pues Liam cumpliría 14 años. Raine tenía 15 años, era una adolescente alegre y optimista, muy amable. Liam la había conocido en la escuela, la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, Liam era un mago. A pesar de que Raine no fuera de su familia, Liam la quería como a una hermana, y viceversa.
-ay Liam, muy feliz cumpleaños – decía Raine alegre – por fin tienes 14! Recuerdo cuando tenía 14, hace un año jaja
-se te pego el humor de mamá eh? – río Liam
-no tanto – suspiro Raine contenta – a los 14 te conocí, o me conociste? ¡Bueno, tú me hiciste una fiesta entera! Y yo, como la buena persona que soy, me encargaré de celebrar tu día especial al máximo
-gracias Raine – sonrió Liam – aún que no quiero tanto, solo quiero pasar el día con ustedes
-de nada – dijo Raine y se levantó – así que alístate, que hoy te la vas a pasar genial!
Por la puerta, alguien más se asomó, un chico de cabello oscuro, al igual que el de Liam había sido en años anteriores, con el cabello un poco lacio, entro a la habitación.
-buenos días hermano! – dijo el chico
-hola Tom – sonrió Liam
Tom Baker era el hermano de Liam, ahora dos años menor que el, hasta que cumpla 13 en pocos días, el 12 de Julio. Ambos hermanos asistían a Hogwarts, con un año de diferencia.
-feliz cumpleaños! – dijo Tom y se acercó a la cama
-gracias – río Liam
-también va a ser tu cumpleaños, ¿no? – dijo Raine mirando a Tom
-sí, en 2 días, y voy a tener 13! – sonrió Tom – estoy muy emocionado, y más por entrar a Hogwarts, dijiste que el 3er año era genial!
-sí, lo es, supongo – dijo Liam, quién acababa de cursarlo – en especial el primer día
-ay, que emoción – salto Tom
-el cuarto año también es divertido – dijo Raine orgullosa – yo me la pasé bien
-ya veremos – sonrió Liam
-niños! ¡El desayuno está listo! – grito una voz femenina desde las escaleras
-ya vamos! – dijeron los 3
Aquella voz femenina pertenecía a la madre de Liam. Una mujer atractiva, feliz y amable, solía hacer todo tipo de chistes, ella también era una bruja. El único que no practicaba la magia en aquella casa era el padre de Liam, era lo que los magos llaman "muggle", aun así, Liam, Tom, y Raine lo apreciaban mucho, y no tenía nada que envidiarle a ningún otro mago.
-buenos días! – dijo Liam contento, entrando en la cocina
-hola hijo, feliz cumpleaños! – dijo su madre contenta
-feliz cumpleaños Liam! – celebro su padre
-gracias – sonrió Liam
-señora, con que le ayudo? – dijo Raine entrando también en la cocina
-oh, ya te dije que puedes decirme Beatriz – río la madre de Liam – y no hace falta mucho, ya está todo en la mesa
Los chicos se acomodaron en el comedor, efectivamente, todo el desayuno estaba ya servido. En cuanto los padres de Liam se sentaron a la mesa, el desayuno comenzó. Hablaban animadamente, hasta que un par de lechuzas entrar por la ventana y soltaron 2 cartas enfrente de Liam, una de ellas tenía algo más grande enrollado.
-supongo que son para mí – dijo Liam y tomo las cartas
La primera de ella, la que solo era una carta, pertenecía a Emma Brown, la mejor amiga de Liam. Decía, con la característica letra bonita y redonda de la chica:
"Liam! ¡Feliz cumpleaños! Este año no podré ir a tu casa, mis padres están muy ocupados, y no tenemos red flu en casa, ¡lo siento! Pero te puedo escribir esta carta, y desearte de nuevo un feliz cumpleaños. Por fin tenemos 14, ¿no estás emocionado? Yo sí, papá ha dicho que esté año será genial, pero no sé a qué se refiere, si me entero de algo, te escribo. Tampoco eh tenido tiempo de cómprate un regalo, pero cuando compre mis útiles ten por seguro que lo tendré listo, ¡y te lo daré en persona! Pásatelo bien hoy Liam, espero verte pronto.
Con cariño
Emma Brown
Pd. ¡Saludos a Raine!"
Liam sonrió, recibir cartas de sus amigos era más que suficiente para alegrarle el día. Guardo la carta nuevamente en el sobre y paso a la siguiente. Aquella carta era de Jack Archer, su mejor amigo, con la letra descuidada pero aun así llamativa, decía:
"Hola Liam, ha pasado un tiempo y recordé, ¿acaso no era el cumpleaños de mi mejor amigo pronto? ¡Y lo es! ¡Feliz cumpleaños amigo! Me hubiera gustado ir a tu casa este año también, pero mamá me castigo, ya sabes, tengo que regar las plantas. Pero te compre algo, seguro es de tu agrado, ya verás jeje. Pásalo bien, ya sé que es difícil si no estoy ahí, ay, ay, pobre de ti. Tenemos 14, eso nos hace oficialmente adolescentes, o al menos eso me dijo papá, ¿no lo éramos antes? En fin, felicidades amigo, espero verte, tal vez cuando compre mis útiles? No lo sé.
Jack Archer
Pd. Cuídate de las arañas"
Liam guardo contento la carta, se fijó en lo que venía acompañado con ella. Lo tomo y quitó una cuerda que lo mantenía enrollado. Al desenrollarlo se llevó una enorme sorpresa, era un póster en movimiento de la cazadora mexicana, Susana Herrera, de la que Liam era un gran admirador. La cazadora estaba montada en su escoba, con el cabello moviéndose por el aire y guiñando un ojo.
-wow, gracias Jack – dijo Liam sonrojado
-qué es? – dijo Raine y volteo a ver el póster – oh, es esa cazadora
-no es solo una cazadora – dijo Liam orgulloso – es más que eso! ¿La has visto volar? Yo sí, es como si no llevará escoba, tan preciosa, quiero decir, precisa
-aja, como digas jaja – río Raine
-ay, crecen tan rápido – suspiro la madre de Liam – ahora tendré que tocar antes de entrar a su habitación
Liam enrollo el póster nuevamente, le puso la cuerda y continuo con su desayuno. No tardó mucho para que aparecieran más lechuzas, una le dejo a Liam una carta, otra dejo 3 cartas. Las 3 cartas que dejó aquella lechuza eran de Hogwarts, cada una dirigida a los tres chicos. Antes de abrir esa carta, Liam tomo la que la primera lechuza le dejo. En cuanto la abrió, una nubecita rosada apareció en forma de corazón, Liam tenía una suposición de quien la había enviado. Amanda Hill, efectivamente, había escrito aquella carta, ella era la novia de Liam, desde hace tiempo. A pesar de haber tenido algunos problemas, los dos se seguían queriendo tanto como cuando empezaron, o al menos, Liam lo hacía. La carta, con la atractiva y estilosa letra de Amanda, decía:
"Hola, Liam. ¡Feliz cumpleaños! Me hubiera gustado mucho ir contigo hoy, pero no sé muy bien en donde vives, y de todos modos papá no me dejaría, lo siento. Estamos muy ocupados aquí, hemos estado moviendo algunas cosas y todo eso, no eh tenido tiempo de salir a comprar algo, ¡pero te escribo! Quiero decir, lo estoy haciendo ahora. Recuerda que te amo Liam, mucho, mamá sabe un hechizo que le puedo poner a la carta, espero te guste. Me gustaría hablar contigo en persona, hay varias cosas que te quiero contar.
Te amo
Amanda Hill"
Con un poco de tristeza, Liam guardo la carta. Había una posibilidad de que Amanda cambiará de escuela, a la escuela Ilvermorny de Magia y Hechicería. Liam lo sabía, trataba de no pensar en ello, pero a su cabeza siempre volvía aquella posibilidad, no quería que Amanda se fuera.
La siguiente carta que Liam abrió fue la de Hogwarts, contenía el habitual aviso que le recordaba el inició de clases, el 1 de septiembre. Había también nuevos libros, y otros eran los de siempre. Pero entre todos aquellos útiles, Liam pudo leer algo inusual.
-este curso necesitamos… túnicas de gala? – dijo Liam extrañado – Raine, esto te pidieron el año pasado?
-no, no, que extraño – Raine miraba la lista de Liam y la suya – a mí también me piden una túnica de gala
-a mí no – suspiro Tom
-oh… no será… no, no puede ser – dijo la madre de Liam sorprendida – se van a hacer otra vez?
-que se va a hacer otra vez? – pregunto Liam
-eh… no estoy segura si… tal vez sea otra cosa – dijo rápidamente su madre – no me hagan caso, ejem, vamos a comprar mañana
El día continuo. Liam subió a su habitación después del desayuno y coloco el póster de Susana Herrera en la puerta de su clóset. Se sentó un momento en su escritorio, a su lado estaban papeles con datos de hace mucho tiempo, al lado tenía una pluma, y enfrente de todo estaba un portarretratos. Amanda le devolvía la vista en aquella foto, sonriendo y saludando animadamente. Al otro lado de la habitación, en su mesita de noche, Liam tomo otro portarretratos, Emma, Jack y el mismo estaban ahí, contentos.
-Amato Animo Animato Animagus – dijo Liam moviendo su varita y haciendo círculos en su pecho
Liam estaba en proceso para convertirse en animago, un mago que puede cambiar de forma a un animal. El tema le gustaba mucho, desde que lo vio en transformaciones, no pudo evitar querer hacerlo. Tenía que hacer aquel hechizo cada amanecer y atardecer, él ya tenía un buen rato haciéndolo, así que su rutina estaba más que perfeccionada. Bajo a la sala, en donde su familia lo esperaba. Su padre le regaló un par de casetes, que eran de su propiedad en su juventud. Tom le dio un reloj de mesa, muy bonito y útil. Raine le regaló unas plumas y un paquete de frascos de tinta, que Liam agradeció un montón por qué ya se le habían acabado. Su madre le dio dos regalos, uno era una consola portátil de videojuegos, muy codiciada por Liam y Tom. Y el otro, un nuevo juego que los 3 chicos habían estado pidiendo.
-ponlo! ¡Ponlo! – dijo Raine emocionada con el control de la consola de videojuegos en la mano
-ok, aquí va – Liam saco el juego del estuche e introdujo el disco en la ranura
-genial! Dicen que tiene una historia increíble – dijo Tom emocionado
-yo leí que el estilo de juego era impecable – contó Liam contento
-enserio?! ¡Ay, esto va a ser genial! – celebró Raine
-gracias mamá – dijo Liam emocionado, tomando un control
Así, los chicos jugaron videojuegos toda la noche, hasta que la hora de cenar llegó. Liam comió felizmente su pastel de cumpleaños, y comento las cosas interesantes que tenía el juego. En cuanto los chicos terminaron, volvieron emocionados a jugar. Raine había aprendido bastante rápido como jugar videojuegos, y le encantaba, estaba fascinada con el mundo muggle. A Liam, naturalmente, le gustaba compartir ese tipo de cosas. Los padres de Liam les permitieron a los chicos desvelarse un poco.
